De "se trata de los niños" a una guerra sin fin por el imperio... en cuatro días
Los demócratas promueven a Hillary Clinton como comandanta en jefe — pero ¿a dónde irá la gente de Bernie?
31 de julio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Hay que darle crédito al Partido Demócrata. En cuatro días nos llevó por un paseo muy suave —con algunos baches— desde las ideas de Bernie… y “se trata de los niños”… y “el programa más progresista en la historia del Partido Demócrata”... hasta los rabiosos gritos de “¡U.S.A.! ¡U.S.A.!”, “¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!” — una declaración de guerra sin fin para mantener el imperio estadounidense, para reforzar este mundo de la brutal explotación y opresión de miles de millones de personas — especialmente la explotación y opresión de los niños del mundo. Nos ofrecieron un espectáculo para presentar a Hillary Clinton como la mejor comandanta en jefe de ese imperio.
El miércoles —el Día No. 3— el ex director de la CIA, Leon Panetta, dio un discurso requete-patriótico y pro guerra. Durante su intervención, los funcionarios del Partido Demócrata literalmente apagaron las luces para que no se vieran las protestas de “No más guerra” de los partidarios de Bernie Sanders en secciones de la sala.
Un general de los Marines pide sangre
Lea la Constitución para la Nueva República Socialista En América Del Norte en línea
En el otoño de 2012, Bob Avakian pronunció una serie de discursos en inglés en varias ciudades. Ésta es una película de uno de esos discursos.
De ahí, hasta la introducción a Hillary Clinton, se presentó de manera extraordinaria el recién jubilado general de los Marines, John Allen, quien declaró: “Con [Hillary Clinton] como nuestra comandanta en jefe, Estados Unidos seguirá siendo el líder en este mundo volátil.... Nuestras fuerzas armadas serán más fuertes. Tendrán las mejores armas y equipos. Contarán con el apoyo del pueblo estadounidense, y el ejército estadounidense seguirá siendo el ejemplo luminoso de lo mejor de Estados Unidos”.
Allen fue un comandante de tropas estadounidenses en Irak y Afganistán. Jugó un papel clave en las guerras caracterizadas por las cámaras de tortura como Abu Ghraib, el terror en la forma de “redadas nocturnas” y el asesinato indiscriminado de civiles inocentes, la violación de mujeres, y bombas y aviones no tripulados que mantienen en un estado de temor constante a millones de personas. Estas son guerras por el imperio, “justificadas” por mentiras como “la seguridad de los estadounidenses” e “introducir la democracia”.
Protestas importantes en contra del belicismo
Es muy importante que también en este instante, al igual que con Panetta la noche anterior, había personas en el público de la convención que corearon contra esta locura militarista, pero fueron ahogadas continuamente por los gritos a coro al estilo nazi de “U.S.A., U.S.A.”, y censurada por la mayoría de los medios de comunicación. Estos gritos de “U.S.A.”, por cierto, antes eran prácticamente la propiedad privada de los reaccionarios abiertos, pero es un gran indicio de los tiempos el hecho de que ahora encajan perfectamente con la versión 2016 del Partido Demócrata.
De hecho, toda la velada inspiró a Van Jones, el autoproclamado representante de la “izquierda” del Partido Demócrata en la CNN, para que anunciara con alegría que los demócratas “se estaban adueñando del patriotismo, adueñándose de los veteranos y adueñándose de la fe” — ¡como si eso fuera algo bueno y positivo! Jones también trató de consolar a los aún enojados ex seguidores de Bernie asegurándoles inútilmente de que, en vista de que el discurso de Hillary Clinton “incluía” a las demandas de los movimientos Ocupar y Black Lives Matter / La vida de los negros importa, eso demostraba el progreso. De hecho, al contrario de las necedades de Jones, en su discurso Clinton no dijo eso — pero aunque lo hubiera dicho, ¿qué diablos importa? Sus palabras no sirven de nada ya que el día previo al discurso retiraron todos los cargos en el asesinato policial de Freddie Gray en Baltimore — sólo el último de una larga serie de casos SIN JUSTICIA.
Pero para regresar a los delirios del ex general. El hecho de que Hillary Clinton escogió a él para allanar el camino para su discurso de aceptación enseña muchísimo no solo sobre las tácticas de su campaña, sino también ilumina para qué ella prepara a la “base” del Partido Demócrata. Allen está al frente sangriento de intensificar el ciclo infernal de guerra y terror entre el imperialismo occidental y la yihad islámica fundamentalista. En marzo de 2015, Allen declaró ante el Congreso que “No hay una estrategia para salir de esta” guerra — y no lo consideró algo malo. Un congresista del Partido Demócrata dijo recientemente acerca de Allen: “Una vez que nos atrincheramos de la manera que el general describe, no vamos a salir nunca, literalmente”.
Los argumentos de un imperialista racional — es decir, de sangre fría
Todo esto literalmente puso la mesa para el discurso de aceptación de Hillary Clinton. En la parte más importante de su discurso, Clinton insistió que se es la candidata mejor capacitada para ser comandanta en jefe del ejército de un imperio que se enfrenta a crisis por todo el mundo.
Al referirse a unas fuerzas armadas que han matado a millones de personas —unos 200.000 civiles inocentes en Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial... unos tres millones de personas en Indochina... más de un millón en Irak—, Hillary Clinton declaró: “Nuestras fuerzas armadas constituyen un tesoro nacional”.
Clinton menospreció a Trump diciendo que “no es un hombre al que podemos encomendar las armas nucleares”. Reflexione un momento y pregúntese: ¿¿Por qué una persona que tuviera la más mínima preocupación por el futuro de la humanidad quisiera argumentar que era la MEJOR capacitada para tener su dedo sobre el arsenal nuclear de Estados Unidos que podría acabar con la vida humana?? — ¿para tener de rehén al mundo para ese tipo de destrucción? Y ¿qué significa si usted comienza a pensar del mundo en términos de quién debe tener la facultad para hacer eso?
Clinton insistió que sería una comandanta en jefe más fuerte que Trump: “La fuerza de Estados Unidos no se basa en atacar a lo loco. La fuerza se basa en la inteligencia, el juicio, la resolución firme y la aplicación precisa y estratégica del poder. Ese es el tipo de comandanta en jefe que me comprometo a ser”. Para aquellos que conocen las películas de El padrino, esto no es más que un argumento de que ella debería interpretar el papel del asesino calculador Michael y no el del violento, pero en última instancia tonto e impulsivo, Sonny.
Además, Hillary Clinton lo confirma con su historial de criminal de guerra de calibre mundial en las dos administraciones de Bill Clinton y como secretaria de Estado de Obama. En la clase dominante estadounidense, ella es de los defensores más rabiosos de los ataques genocidas de Israel contra los palestinos que haya. Los “aliados” de que ella se jacta constituyen una galería de los regímenes más opresores del planeta.
Ella jugó un papel singular de propugnar el bombardeo de Libia de parte de Estados Unidos / OTAN que efectivamente derrocó al régimen de Muamar Gadafi que se había entrometido en el camino de Estados Unidos y el Occidente. El resultado: Libia está en la ruina total, desgarrada por señores de la guerra reaccionarios, y se ha vuelto un caldo de cultivo para el ISIS. Unos 400.000 libios han huido de su hogar desde que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN derrocaron a Gadafi. (Lea “No — ¡NO ES NUESTRO IMPERIO! Una respuesta revolucionaria al discurso anti-Trump de Hillary Clinton”).
Lo anterior no se debe a que Hillary Clinton sea necesariamente muy vil como individuo. Puede ser tan cariñosa como la pinta el video-homenaje de la convención y como la describe su hija —o puede que no— pero la pura verdad es que este imperio requiere que los que suben en sus filas sean tan despiadados en su trabajo como Hillary Clinton misma ha demostrado. Este es un sistema mundial de explotación y requiere una enorme y mortífera fuerza militar para reforzar ese saqueo y parasitismo y todas las relaciones sociales de opresión que lo acompañan.
Un momento de la verdad
Hay un momento de la verdad aquí. La clase dominante nos ha ofrecido una “elección” entre un loco fascista, y una criminal de guerra de calibre mundial del pasado, presente y futuro. Elegir entre esas “alternativas” es inadmisible, y terminará en complicidad con los crímenes que cometerá cualquiera de estos monstruos.
El mero hecho de que el presente sistema ofrece estas opciones como algo legítimo revela muchísimo sobre la I-legitimidad del sistema entero. No se trata de un sistema en el que deberíamos trabajar para reformarlo, retocarlo o moverlo un milímetro en un sentido u otro. Tenemos que poner en la mira a la emancipación humana, en todo el planeta, lo que requiere deshacernos del presente sistema.
No, no existe ningún atajo hacia una sociedad en el camino hacia la emancipación humana. Para llegar a la liberación, no hay ninguna manera fácil y sin dolor de alcanzarla, para alcanzarla no hay ninguna manera de esgrimir los instrumentos que esta clase dominante nos ofrece — no existe ninguna manera siempre y cuando ellos posean el monopolio fundamental de la fuerza. Ya usan esos instrumentos de dictadura concreta incluso contra manifestaciones relativamente pacíficas contra la brutalidad policial, Ocupar u otras cosas, y ante un desafío concreto, intensificarían la represión exponencialmente, como lo han hecho en el pasado.
No hay ningún atajo... pero SÍ hay un camino. Hay un verdadero líder, Bob Avakian, que ha desarrollado cualitativamente más un análisis científico de por qué esta sociedad es como es, y que ha forjado una visión concreta y un modelo muy viable de cómo efectivamente funcionaría una sociedad en el camino hacia la emancipación humana. Se trata de un líder que ha pasado décadas de su vida trabajando en torno a la manera en que TODAS las personas en todo el mundo podrían emanciparse a sí mismas como parte de emancipar a la humanidad... un líder de grandes principios que le dice la verdad a la gente... que ha desarrollado la teoría increíblemente avanzada sin perder nunca un profundo entendimiento de aquellos que viven las más duras formas de este infierno en nuestra sociedad y su respectiva conexión con ellos... un líder que ha demostrado mediante el sacrificio, determinación y dedicación que no traicionará los intereses de los oprimidos y que se ha responsabilizado de desarrollar el necesario análisis para hacer una revolución CONCRETA y crear una sociedad completamente diferente.
Si usted no ha visto la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, no sabe lo que es posible EN CONCRETO. Si no ha leído nuestra declaración “Sobre la estrategia para la revolución” y “Sobre la posibilidad de la revolución”, no tiene ni idea de la manera en que los puntos fuertes del enemigo podrían transformarse en debilidades... y la manera en que miles de personas podrían influenciar a millones de otros hoy en los preparativos para dirigirlos cuando la crisis se profundice y se ponga a la orden del día la lucha total por el poder... para preparar y acelerar el momento para una revolución CONCRETA. Si usted no le ha entrado a lo anterior, no sabe lo que se podría hacer en concreto. Y si usted mismo no ha visto a este líder, en vídeo —en el diálogo con Cornel West (en inglés), en su discurso ¡Revolución, y nada menos! (en inglés) o en la charla Revolución (en español e inglés)—, ha perdido algo que, aparte de cambiar su vida, podría solucionar las cuestiones más angustiosas ante nosotros sobre qué y quiénes somos, a quién deberíamos seguir y qué clase de mundo es posible y por el cual deberíamos luchar.
Ambas convenciones dejaron en claro que, gane quien gane, en realidad ellos no tienen nada que ofrecer salvo un futuro de guerra y represión y el culto a sus agentes armados, un futuro de crecientes desigualdades en todo el planeta, un futuro de horrores y desastres ecológicos. ¿No exige esta situación que le entremos en serio a este liderazgo y a lo que él ha desarrollado?
Si uno va en serio por una revolución concreta, tiene que entrar en serio en Bob Avakian (BA)
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