El discurso de despedida de Obama:
Un intento criminal de convencer a la gente a aceptar el régimen fascista de Trump y Pence
17 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Ahora, la humanidad se enfrenta a una inmensa amenaza ya que el régimen fascista de Trump y Pence se prepara para tomar las riendas del poder de un país imperialista poderoso con las fuerzas armadas más destructivas de la historia — a menos que lo detengan la resistencia de masas y la crisis política. Millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo están llenas de miedo, ansiedad e ira.
En esta crítica coyuntura histórica, el presidente saliente estadounidense Barack Obama pronunció su último discurso — y no hizo nada para sonar una alarma urgente sobre el peligro concreto y urgente que se cierne sobre el mundo o para reunir a la gente para oponer resistencia y hacer lo que se necesita. De hecho, hizo lo contrario.
El mensaje clave de Obama: “En 10 días, el mundo será testigo de un sello distintivo de nuestra democracia, la transferencia pacífica del poder de un presidente libremente electo al siguiente”. Cuando se oyeron expresiones de consternación y descontento entre los miles de personas en el público ante esta referencia a Trump, Obama los regañó y acalló, diciendo, “No, no, no, no, no” y continuó: “Le prometí al presidente electo Trump que mi administración iba a garantizar la transición con menos contratiempos posible, al igual que lo hizo el presidente Bush para mí”.
¡¿“La transición con menos contratiempos posible” a qué?! A un registro de musulmanes y a la deportación de millones de inmigrantes... al desencadenamiento total de los policías asesinos y la mentalidad racista de la turba de linchamiento... a la intimidación y agresión belicosas en todo el mundo, lo que incluye la amenaza de usar las armas nucleares... a destripar el derecho de las mujeres al aborto... a la afirmación de que el cambio climático global es una “patraña”, la que le causará aún más devastación al medio ambiente... y a muchos otros crímenes intolerables de lesa humanidad que el cabal de Trump y Pence ha prometido y ya actúa rápidamente para poner en marcha.
El llamado de Obama para la “transición con menos contratiempos posible” está en contraste aún más marcado con los siguientes comentarios en su discurso sobre las amenazas a la “democracia”, tanto a largo plazo como inmediatas. Es posible que las personas gravemente angustiadas divisen en partes del discurso fantasmas del régimen entrante de Trump y Pence, específicamente “el miedo de las personas que se parecen, hablan o oran diferente”, “el desprecio por el estado de derecho el que hace que los líderes rindan cuentas” y “la intolerancia al disentimiento y el pensamiento libre” — que reflejan unas diferencias concretas en las visiones del mundo y los declarados modos de gobierno entre el régimen de Obama y el de Trump y Pence, sea lo que sea la realidad.
Es importante reconocer que “la transición pacífica del poder” que los gobernantes están ahora en proceso de llevar a cabo NO es la transferencia “normal” del poder de un sector de ellos a otro sector que tiene un enfoque algo diferente acerca de cómo llevar a cabo sus intereses imperialistas. Si bien este sigue siendo el sistema del capitalismo-imperialismo, lo que está en marcha ahora es de hecho un radical viraje y sacudida, de una forma de gobierno que la gente ha experimentado en Estados Unidos durante décadas a una forma de gobierno abiertamente dictatorial y fascista que (para citar “¿Qué es el fascismo?”) “pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como ‘enemigos’, ‘indeseables’ o ‘peligros para la sociedad’”. Considere el ejemplo histórico de Hitler y cómo llegó al poder, mediante el proceso democrático y elecciones, y luego instituyó el fascismo.
En este contexto, es aún más criminal que Obama y los demócratas ahora intenten desviar a la gente de lo que se debería haber hecho en la Alemania de los años 1930: levantarse y parar a los fascistas antes de que pudieran consolidar su dominio sobre el estado y la sociedad.
Conducir a la gente hacia las garras letales de los fascistas estadounidenses
Obama es un representante de una clase que gobierna un sistema de brutal explotación, el sistema capitalista-imperialista — al igual que lo es Trump. Y en esa posición, el propio Obama ha llevado a cabo muchos crímenes en sus ocho años, lo que ha contribuido a sentar las bases para los fascistas Trump y Pence, crímenes como ordenar asesinatos de personas que se estima son “enemigos” de Estados Unidos, incluso ciudadanos estadounidenses, y otros aumentos del poder ejecutivo. Uno de sus crímenes más destacados ahora es usar su posición, influencia y voz para tratar de conducir a la gente a las garras letales de los fascistas estadounidenses, quienes llevarán estos crímenes a nuevas alturas de intensidad y horror.
Los esfuerzos extremos que hacen Obama y otros demócratas para legitimar y normalizar a Trump indican que, cuando las opciones sean la amenaza existencial a su sistema por la inestabilidad y agitación social, por un lado, y una forma fascista de gobernar por el otro, elegirán el fascismo. Pero su temor a la rebelión desde abajo también revela que la situación no está totalmente “bajo control” y que mucho depende de que la gente actúe y luche de modo decidido — para reconfigurar los términos mediante la acción de miles de personas que inspiren y animen a cientos de miles y luego millones de otros, diciendo ¡NO! al régimen fascista de forma visible y combativa.
Temprano en su discurso, Obama elogió “el gran regalo que nos dieron los Fundadores: la libertad para perseguir nuestros sueños individuales por medio de nuestro sudor, trabajo e imaginación — y el imperativo de esforzarnos juntos también para realizar el bien más grande”. Obama dijo que “nuestro progreso ha sido desigual”, pero que “la larga marcha de Estados Unidos ha sido definida por un movimiento hacia adelante, una ampliación constante de nuestro principio fundador de abrazar a todos, no sólo a unos”.
Es en el contexto de esta “larga marcha de Estados Unidos” que Obama insta a la gente, al igual que él, a aceptar la “transición pacífica del poder” al régimen de Trump y Pence. Pero en la medida que las transiciones del poder en Estados Unidos han sucedido por lo general sin contratiempos y violencia, se debe en buena medida a la posición de Estados Unidos en el mundo, de dominar y explotar a vastas zonas del globo, lo que ha permitido que la clase capitalista de explotadores y opresores consiga que grandes sectores de la población estadounidense se identifiquen con los gobernantes, lo que permite que aquellos en la cúpula cambien un grupo de representantes por otro, mientras que el mismo sistema general continúa.
El resultado han sido horrores para miles de millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo — desde la fundación de Estados Unidos en la esclavitud y el genocidio de los pueblos indígenas hasta la situación de hoy. Como señala Bob Avakian en El comunismo y la democracia jeffersoniana:
La esclavitud desempeñó un papel importante en el desarrollo histórico de Estados Unidos; hoy la riqueza y el poder de los Estados Unidos descansan sobre un sistema mundial de explotación imperialista que tiene atrapadas a cientos de millones, y, en última instancia miles de millones de personas, en condiciones marginalmente superiores a las de los esclavos1. Ahora bien, si esto parece una afirmación extrema o exagerada, piense en las decenas de millones de niños en todo el tercer mundo que, desde una edad muy temprana, están trabajando casi todos los días del año —como los esclavos en las plantaciones del Sur de los Estados Unidos solían decir, “desde no poder ver en la mañana, hasta no poder ver en la noche”— hasta que estén agotados físicamente…. Simple y llanamente, estas son condiciones muy similares a las de la esclavitud…. Esto incluye el acoso sexual descarado hacia la mujer, así como también muchas otras humillaciones.
Todo esto forma la base sobre la que se apoya el sistema imperialista, con el imperialismo estadounidense sentado encima de todo hoy.
Todo lo anterior es lo que Obama, y los que lo precedieron, han presidido, y ahora le “pasa la batuta” a Trump.
Trump y Pence significarán una dictadura brutal y abierta
Queda por verse si los fascistas de Trump y Pence atacarán y reprimirán a otros dentro de la clase dominante que consideran obstáculos a sus objetivos. Recuerde que Trump había amenazado tanto con la cárcel como con la violencia a Hillary Clinton en el transcurso de la campaña, algo que no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos. Pero lo que SÍ es cierto es que si se permite que el régimen de Trump y Pence gobierne, no sólo significará mayores dificultades y ataques contra las masas populares, siguiendo una trayectoria ya en marcha durante los últimos años. No — un régimen de Trump y Pence en el poder significará una dictadura brutal y abierta sobre el pueblo y la supresión violenta no sólo de una revolución concreta, sino de toda resistencia seria e incluso el disentimiento y el pensamiento crítico en sentido amplio. Significará niveles cualitativamente intensificados de horror y sufrimiento para miles de millones de personas en todo el mundo.
Lo anterior no es hipérbole. No es una cuestión de “esperemos a ver”. Trump y otros monstruos fascistas ya han amenazado con hacer uso del submarino y cosas aún peores contra cualquiera que alegan que es un “terrorista”, y han tachado a grupos enteros de personas como “terroristas” hasta que se demuestre lo contrario. Ya han declarado su intención de anular Roe contra Wade, privándoles a las mujeres del derecho al aborto y reforzando muchísimo las cadenas de la opresión patriarcal. Ya han dejado claro su intención de darle rienda suelta a la policía en contra de los negros y otros oprimidos, sin la pretensión de “supervisión”. En todo, no han dejado ninguna duda de que cuando gobiernen, actuarán como... fascistas
La llegada al poder de un régimen fascista puede ser una cuestión “a largo plazo” para varios sectores de los imperialistas en la cúpula del presente sistema. En su discurso, como ya mencionamos, Obama expuso el enfoque de aquellos en la clase dominante que piensan que la mejor manera de proseguir los intereses imperialistas de Estados Unidos es permitir cierto espacio para el disentimiento, el pensamiento científico y la cultura diversa (y a la vez aplicar una mano dura cuando sea necesaria). Y esperan influenciar algo de lo que está tomando forma con el fin de quizás “atenuar” lo que ven como los elementos toscos, las cosas que podrían tener un efecto contrario a los intereses imperialistas de Estados Unidos, tanto “en casa” como en el mundo. Pero para las masas populares, el régimen fascista de Trump y Pence representará un salto gigantesco hacia atrás, tanto en términos de la opresión y el sufrimiento que enfrentan como su capacidad para oponerle resistencia y luchar por algo más allá de la resistencia.
Y he aquí otra verdad básica: en el pasado el capitalismo en el mundo ha producido fascistas y regímenes fascistas, y seguirá haciéndolo frente a profundos desafíos y conflictos. Es un sistema en el que las clases dominantes hacen trueques entre, por un lado, una forma de opresión bajo la cual hay algún espacio para disentir, al mismo tiempo que esa opresión continúa e incluso adopta dimensiones peores, y por el otro lado, momentos en que simplemente descartan ese espacio y los derechos totalmente porque los gobernantes considera que sea demasiado peligroso permitirlos. Siempre y cuando permanezcamos encerrados en el presente sistema anticuado, miles de millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo seguirán pulverizadas implacablemente. Y con la aceleración del cambio climático y la mayor posibilidad de una guerra nuclear, incluso podría poner en tela de juicio cuánto tiempo la vida humana podría continuar.
Mientras luchamos juntos para impedir el desastre de un régimen de Trump y Pence, hablemos de las posibilidades de una revolución concreta para crear un mundo sin el capitalismo-imperialismo, sin una base para el gobierno fascista. Un mundo sin fronteras, sin amos y esclavos de ningún tipo. Un mundo donde las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... donde todos contribuyan lo que pueden a la sociedad y reciban lo que necesitan para llevar una vida digna de seres humanos. Tal mundo es lo que el Partido Comunista Revolucionario lucha por crear, el mundo —y la lucha— para los cuales Bob Avakian ha proporcionado la dirección inestimable y visionaria, el mundo que —mientras usted lucha contra esta monstruosidad—, tiene que explorar, conocer estudiar de modo más profundo.
1. La red internacional general de dominación y explotación imperialista también sigue incluyendo hoy una importante dimensión de esclavitud efectiva. Además de otras formas de esclavitud efectiva, un importante elemento relacionado es la “industria del sexo” y el “comercio sexual” internacional, en que un enorme número de mujeres, sobre todo las jóvenes e incluso muchas muchachas muy jóvenes, están atrapadas a la fuerza, a la vez que las grandes organizaciones criminales y los capitalistas “lícitos” le sacan enormes ganancias. [regresa]
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