Entrevista de Michael Slate a un profesor bajo ataque
George Ciccariello-Maher: “Tenemos que luchar y será una buena lucha”
24 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Se presenta The Michael Slate Show en la emisora radial KPFK 90.7 en Los Ángeles, una estación de la Red Pacifica. Se puede escucharlo en vivo en línea (en inglés) y se puede escuchar o descargar shows del archivo (en inglés).
Revolución/revcom.us presenta entrevistas de The Michael Slate Show para familiarizar a nuestros lectores con las opiniones de figuras importantes del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, los deportes y la política. Las opiniones expresadas por los entrevistados son, por supuesto, las suyas; y ellos no son responsables de las opiniones publicadas en otras partes por Revolución/revcom.us.
Lo que sigue son pasajes de una entrevista que Michael Slate realizó con George Ciccariello-Maher el 7 de julio del 2017.
Michael Slate: Si uno ha prestado atención a lo que está pasando en la academia, es muy preocupante. Hace poco me enteré de un caso que me quitó el aliento. Tenía que ver con mi próximo invitado, George Ciccariello-Maher. George es un teórico político, comentarista y activista estadounidense. George también es profesor asociado de política y estudios globales en la Universidad Drexel en Filadelfia. Los reaccionarios han lanzado una malévola campaña contra George porque opone resistencia a los ataques fascistas contra los académicos.
Empezó la Nochebuena de 2016 cuando George tuiteó: “Lo único que quiero para la Navidad es el genocidio blanco”. Estaba respondiendo a un ataque racista contra la compañía de seguros State Farm Insurance por supuestamente promover el genocidio blanco al incluir en uno de sus anuncios a una pareja mixta. Los infames partidarios de Trump del sitio web fascista “noticias” Breitbart dijeron que George pidió el genocidio de la gente blanca.
George no ha dado paso atrás ante este ataque, y también se ha mantenido firme en contra de los intentos de la Universidad Drexel de disciplinarlo. Me da un placer darle la bienvenida a este programa.
George Ciccariello-Maher: Me alegra estar aquí.
Michael Slate: Breitbart y otros portales y personas reaccionarios recién acusaron a usted de comportamiento inaceptable y militancia izquierdista totalmente impropios para un profesor universitario. Dile a la gente lo que pasó.
George Ciccariello-Maher: Tiene que ver con un tuit satírico que mandé en diciembre para burlarme de ese concepto racista blanco, nacionalista blanco y fascista de un genocidio blanco. Lo verdaderamente siniestro de esta idea, me parece, es el hecho de que por los últimos 40 años se viene desarrollando esa idea de que por un lado Estados Unidos es una sociedad sin prejuicios raciales, pero por otro lado lo que eso supone es que quienquiera que de veras exija la igualdad está involucrado en una especie de racismo a la inversa o está oprimiendo a los blancos.
Por tanto, en este contexto cultural más amplio, los Nazis nacionalistas blancos, fascistas declarados han recurrido al uso de estos términos engañosos. Entiendo que son ideas tipo Caballo de Troya que se basan en la idea generalizada entre muchos blancos de “la victimización de los blancos” como una manera de encubrir el hecho de que en realidad son unos supremacistas blancos. Así que es mucho más eficaz atraer seguidores diciendo que los blancos son las víctimas de estas políticas en vez de decir, “somos la raza superior y dominante”. Es un enfoque estratégico que han adoptado estos fascistas. Una de esas ideas, una muy importante, es la idea del genocidio blanco, que creo que para la mayoría de nosotros es el colmo de lo absurdo — la idea de que esto tenga alguna validez o que sea una amenaza al mundo, que la gente blanca vaya a ser las víctimas de lo que ellos han hecho por todo el mundo, es demasiado ridículo para tomarlo en serio. Sin embargo, los fascistas lo toman muy en serio. Creen que poco a poco los blancos están perdiendo en la competencia por reproducirse; que están siendo mestizados; que todo matrimonio interracial socava la pureza de la raza blanca — y que todas las políticas que favorecen la diversidad cultural son una especie de genocidio impuesto sobre la supuesta cultura blanca.
Claro que no existe la blancura. Es una categoría política. No existe una cultura blanca. Hay varias culturas étnicas que se agrupan bajo la “blancura”. Así que este concepto es absurdo, pero al burlarme del mismo, me convertí en blanco de estos grupos nacionalistas que utilizan Breitbart como un puente a la prensa grande, a Fox News y a otros medios ultraderechistas que tienen alguna forma de presencia en la prensa grande. Y han creado una campaña de presión contra mí, en contra de mi universidad en Filadelfia, pidiendo en unísono que me despidan por ser una especie de “racista anti-blancos”, que por supuesto no existe.
Michael Slate: Según lo entiendo, también atacaron a su familia y a personas muy allegadas a usted, ¿es cierto?
George Ciccariello-Maher: Así es, y para que sepa, se trata de cientos de amenazas. Se trata del doxxing [publicar los datos de una persona]. Publicaron la dirección de la casa de mi familia, fotos, todo. Estas organizaciones son realmente brutales. Quiero que quede claro que cuando decimos fascistas, que si bien entiendo que se puede usar la palabra de una manera más amplia, a lo que yo me refiero son organizaciones que sí son fascistas de verdad — organizaciones que se identifican como fascistas, supremacistas blancos, antisemitas. Por ejemplo, uno de los principales sitios web que encabeza la embestida en contra de mí se llamaba “The Daily Stormer”, un sitio web nazi antisemita.
Hace poco aparecieron volantes en Drexel, donde trabajo, que se referían a los sentimientos anti-blancos en la universidad y que convocaban a los estudiantes a ir a oír de la lucha contra esta anti-blancura. Las personas responsables están asociadas con un podcast que se llama The Daily Shoah [El shoah diario], shoah siendo la palabra que quiere decir el Holocausto. Así que estamos hablando de algunas de las organizaciones más extremas, fascistas peligrosas y nazis que sin embargo, mediante personas como Steve Bannon, tienen lazos con el gobierno de Trump, la administración de Trump y otros personajes con posiciones importantes en la sociedad, como por ejemplo Ann Coulter, supremacistas blancos abiertos que, no obstante, tienen constante acceso, acceso muy peligroso, a la prensa grande. Fox News y estos otros medios proyectan las palabras de personas que se identifican explícitamente con la promoción de la blancura.
Michael Slate: ¿Qué cree usted es lo que está en juego en relación con estos ataques?
George Ciccariello-Maher: Necesitamos espacios para hacer esos argumentos ideológicos culturales. Necesitamos espacios para poder interactuar con la gente donde podamos decir, “Bueno, no. Trump echa la culpa a los migrantes por el estado de la economía y el desempleo y los salarios, pero la realidad es que eso simplemente no es cierto. Es un engaño de plano”. Y se debe permitirnos explicar las maneras en que en realidad son las estructuras capitalistas y las estructuras imperialistas que gobiernan el mundo que crean estas condiciones — no el hecho de que, digamos, que competemos con los migrantes o que los musulmanes quieren destruirnos, o cualquiera de estas explicaciones de la Derecha.
Tenemos que hacerlo en los espacios del movimiento. De ninguna manera sea la universidad un sustituto de la organización de un movimiento. Pero muchísimas personas pasan por las universidades — se trata de universidades públicas, universidades privadas; en realidad, universidades que impactan a cientos de miles y a millones de personas. Tenemos que poder librar batallas. Tenemos que mantener esos espacios, no para simplemente educar a las personas para ser mejores ciudadanías, sino para que podamos crear e interactuar de verdad con militantes que sean capaces de mantener y avanzar esta lucha. Las universidades ganaron espacio importante en que eso va a suceder, en que tiene que suceder. Y es por eso que la Derecha cree que puede capturarlo y expulsar a los radicales como lo ha hecho en el pasado, ya sabes, en los años 1950 y 1960, y tratar de ganar esta guerra cultural que ha librado por tanto tiempo.
Michael Slate: En esta era de Trump a que se refiere usted, con un auténtico fascista en el poder, con esta clase de ataques continuos, ¿cómo ve usted la lucha contra esto? ¿Qué cree que se requiere que haga la gente en este momento?
George Ciccariello-Maher: Bueno, lo primero que debemos entender es que tenemos que luchar. A mí es verdaderamente escandaloso que haya, por un lado, los demócratas que dijeron: “Oh, Trump va a ser un fascista. Trump va a ser un fascista”, y tan pronto como fue elegido, dijeron: “Bueno, hay que darle una oportunidad. A ver lo que haga, ¿OK?” Entonces Trump, después de un par de meses en el poder y bajo presión, hizo unas maniobras para acomodarse a las, ya sabes, a las mismísimas políticas que Hillary Clinton iba a efectuar, por ejemplo.
Y creo que lo que se olvida —y lo que el sector liberal está socavando conscientemente— es la necesidad de luchar y la necesidad de luchar de verdad, y la necesidad de reconocer que no importa que se eligiera o no a Trump, él no es un presidente legítimo con ideas legítimas. Las fuerzas detrás de él son las fuerzas más reaccionarias y retrógradas a quienes es preciso combatir cueste lo que cueste.
Así que creo que lo primero que debemos hacer es organizar; reconocer que tenemos que luchar y será una buena lucha — y considerar los parámetros de dónde va a tener lugar esa lucha. Creo que defender a los maestros en la universidad, lo que también es, por cierto, defender los derechos de los estudiantes a existir en la universidad y tener sus ideas que quieren escuchar en la universidad y su propia capacidad para organizarse. Pero, también se trata de luchar en torno a la violencia policial, que va a continuar; luchar contra la ola de islamofobia y la ola de deportaciones y hacerlo en la forma de la acción directa en la que las personas puedan organizar estructuras de autodefensa en sus propias comunidades, que les permitan oponer resistencia a la deportación, que les permitan oponer resistencia a la violencia policial, como usted acaba de tratar con el invitado anterior [Carl Dix], y hacerlo al nivel de la comunidad. Estos son los tipos de cosas que hay que enlazarse. Pero no podemos hacer caso omiso de las universidades y decir: “Esto no importa”. Porque a la Derecha no le cabe la menor duda de que sí importa.
Desafortunadamente, hay demasiados profesores y otros maestros que piensan que viven en una burbuja y que nada va a afectarlos, o por ser profesor numerario o algo así. Bueno, usted sabe que yo soy profesor numerario. Estoy bajo investigación y quién sabe qué va a pasar. Aún peor es el hecho de que la mayoría de los profesores ahora no están numerarios porque las universidades están intentando básicamente proletarizar a su fuerza laboral, contratando a auxiliares, contratando a personas que ni siquiera reciben el salario mínimo y haciéndolas enseñar todas las clases, de manera que las convierte en personas totalmente prescindibles si alguna vez alzaran la voz o dijeran algo polémico, como hemos visto.
Por lo tanto, también tenemos que crear un frente unido entre las universidades para que los maestros, los estudiantes y todos se den cuenta de que es una lucha importante, que no se trata de sólo un par de individuos. Como he dicho, ha surgido más de una docena de casos en el último par de meses. Se trata de un ataque unificado y coordinado de la Derecha y necesitamos una respuesta unificada y coordinada de la Izquierda.
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