Dos constituciones, dos sistemas jurídicos y un hombre que imaginaba el mundo tal como debiera ser

18 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 3 de octubre, John Thompson, un negro de 55 años murió en Nueva Orleans. Thompson pasó 18 años en el penal estatal de Luisiana en Angola — una infame cámara de tortura. De esos años, 14 fueron en el pabellón de los condenados a muerte, y 7 veces fijaron fechas de ejecución, todo por crímenes de los que fue falsamente acusado en juicios en los que la fiscalía ocultó pruebas de su inocencia.

Una abogada y amiga de John Thompson dice que con frecuencia le preguntaba por qué no se castiga a la gente que le metió preso. Thompson repasaba la ley sobre secuestro y atentado de homicidio y demostraba que lo que le hicieron a él —lo que le hicieron conscientemente— concuerda con esos crímenes. La abogada dijo que Thompson “entendía cuando yo le decía que las cosas no funcionan así, pero yo estaba describiendo al mundo tal como es. Él estaba describiéndolo cómo debería ser”.

La Constitución de Estados Unidos: El mundo tal y como es… ahora

La experiencia de John Thompson concentra lo que mucha gente —especialmente los negros, latinos, indígenas y otros oprimidos— enfrenta ante el molino de carne que es el “sistema judicial” de Estados Unidos. Te arrebatan de la familia… te acusan de crímenes de los que no sabes nada… los fiscales mienten y destruyen pruebas… “testigos” falsos chantajeados por la policía y la fiscalía para que mientan desde el estrado… un sistema judicial que no hace nada para defender los supuestos derechos garantizados por la Constitución… defensores públicos impedidos de montar una verdadera defensa.

La Corte Suprema de Estados Unidos falló en 1963 que la fiscalía tiene la obligación de entregar a la defensa pruebas que podrían ser favorables a su caso.  Las autoridades de Luisiana sistemáticamente suprimieron y destruyeron pruebas para mandar a Thompson al pabellón de la muerte.

La condena de Thompson fue revocada en 2002. Fue absuelto en un nuevo juicio en el 2003. El jurado le otorgó $14 millones — $1 millón por cada año en el pabellón de la muerte.  El estado de Luisiana apeló el fallo.

En 2011, la Corte Suprema concordó que la fiscalía había violado el mandato de 1963. Pero también falló que “no se le podría responsabilizar a la fiscalía de distrito”. Thompson jamás recibió un centavo. Para Thompson nunca se trató del dinero — era un remedio de justicia. Aun cuando los tribunales del sistema reconocen que sus fiscales y policías rompen sus propias leyes, se niegan a siquiera fingir hacerle justicia a aquellos que han perseguido. La entera cadena mortifera de represión que ha engrillado a John Thompson y a millones más es reforzada y legitimada por el sistema legal, concentrada en la Constitución de Estados Unidos y defendido en todo nivel hasta la Corte Suprema.

Eso no se debe simplemente al hecho de que hay policías, fiscales, jueces y carcelarios que son racistas — aunque sí hay más que suficientes de ellos. En un sentido más fundamental, se debe a que la Constitución de Estados Unidos ofrece un marco que da la impresión de que ve a todos con igualdad y alega que provee “justicia para todos”, pero que en realidad tanto encubre como refuerza las profundas desigualdades y divisiones fundacionales del sistema económico, social y político capitalista. De hecho, el tipo de representación legal que uno reciba depende de la clase a la que uno pertenece — francamente, depende de si se tiene dinero para contratar un abogado.

En particular, por unos 230 años la Constitución de Estados Unidos ha servido para legitimar la condición oprimida —y por muchas décadas la esclavitud— de la gente negra. Sin duda alguna era verdad durante la esclavitud, cuya existencia, si bien nunca se mencionaba explícitamente en la Constitución, impregnaba todo el documento. (Para más sobre esto, ver la más reciente charla de Bob Avakian “El problema, la solución y los retos ante nosotros”). Aun después de las enmiendas a la Constitución, tras la guerra de Secesión, para reconocer los derechos legales y civiles de la gente negra, por muchos años la Corte Suprema falló como legítimas las leyes que seguían perjudicando a los negros. Y aún después de que las leyes más atroces fueron declaradas no constitucionales, la manera en que la Constitución supuestamente reconoce solo los derechos de individuos, y no las desigualdades sociales (desigualdades y relaciones opresivas entre diferentes grupos), sigue sirviendo para legitimar los tipos de cosas que le pasó a John Thompson y que sigue pasando a mucha gente como John Thompson.

Hablando de su amigo John Thompson, Emily Maw, directora del Innocence Project New Orleans (Proyecto sobre la Inocencia-Nueva Orleans), dijo: “Él estaba iracundo, y, así y todo, desde el momento que salió tenía la increíble fuerza y vio la necesidad de canalizar la ira para hacer algo bueno en el mundo. Y eso es lo que hizo hasta que murió… [H]izo lo que siempre hacía cuando la vida le ponía en su camino injusticias terribles una y otra vez: las aprovechaba para luchar para que se rindan cuentas y haya más justicia para otros después de él”.

Como podría ser el mundo

No hay porqué torturar nuestras aspiraciones por la justicia y la emancipación para que cuadren en un documento que nunca fue diseñado para promover ninguna de las dos. Un mundo mejor ES posible. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, presenta el marco judicial y principios y procesos rectores para un poder estatal radicalmente nuevo que se podría establecer después de una revolución real. El poder, los recursos y las instituciones del nuevo estado servirán propósitos radicalmente diferentes a los que existen en esta sociedad que se basa en la explotación y la opresión.

Esto tendrá importancia e impacto en toda dimensión de la sociedad, incluidos la esfera judicial y los derechos del individuo. Aunque el poder estatal esté en manos de las masas populares, Bob Avakian ha reconocido que todavía habrá lucha entre clases distintas y que todavía habrá contradicciones entre el individuo y el estado, y BA ha llevado ese reconocimiento y sus implicaciones a niveles muchos más profundos que el comunismo había comprendido previamente. Pero será abordado y tratado de una manera cualitativamente diferente, como la noche y el día. Algo importante que significará: no habrá más casos como el de John Thompson — arrestado injustamente, encarcelado injustamente, con abogados defensores públicos indiferentes o agobiados de trabajo que enfrentan los enormes recursos del estado, torturado por más de una década.

De la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, Artículo 1, Sección 2, D, 2:

Como parte importante de proteger plenamente los derechos y las libertades del pueblo y más específicamente defender los derechos en las situaciones en que alguien sea acusado de delitos, así como en otros procedimientos en que los ciudadanos o los residentes de esta República se encuentren ante el gobierno en la posición de adversario legal y tengan el derecho de representación legal, habrá un Departamento de Representación y Apoyo Legal, el cual el gobierno financiará como parte del presupuesto general elaborado por el Consejo Ejecutivo, pero el cual en los demás sentidos contará con autonomía y se operará de manera autónoma al gobierno. Las divisiones de este Departamento de Representación y Apoyo Legal, financiadas por el presupuesto general del gobierno, también serán establecidas en las diversas regiones, incluidas las regiones autónomas (u otras zonas autónomas) que se establezcan, y en otras áreas de responsabilidad y administración gubernamental. Los fondos y los recursos asignados para este Departamento de Representación y Apoyo Legal, y sus diversas divisiones, habrán de ser al menos iguales a aquellos que se asignen a los niveles correspondientes del gobierno para llevar los procedimientos penales. Este Departamento de Representación y Apoyo Legal y sus diversas secciones, con los recursos dispuestos por el gobierno, desarrollarán el personal, estructuras y procedimientos necesarios para cumplir las funciones que la presente Constitución le asigne y en el marco general de lo establecido en la misma.

¿En cuál mundo quisiera vivir usted? ¿Por cuál mundo va a luchar?

 

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