El régimen fascista anuncia planes de eliminar el estatus de protección temporal para los salvadoreños: ¡Hay que detener estos ataques!
15 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
El 8 de enero, el régimen de Trump y Pence anunció que pondrá fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) para personas de El Salvador. Si se toma esta decisión, más de 260.000 personas tendrán hasta el 9 de septiembre de 2019 para salir de Estados Unidos o encontrar una forma de obtener una tarjeta verde, según un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional.
La decisión de Trump sobre el TPS va a desgarrarles y ponerles patas arriba la vida a cientos de miles de personas. Hay aproximadamente 200.000 niños con padres salvadoreños que tienen estatus de TPS. Ellos nacieron en Estados Unidos, y por lo tanto son ciudadanos estadounidenses,. Si el TPS se termina, destruirá a estas familias de una forma u otra. Un vocero del Departamento de Seguridad Nacional de Trump respondió con desalmada indiferencia sobre el destino de estos niños y sus familias: “No nos vamos a meternos en las decisiones individuales de familias”.
¿Cuáles son esas “decisiones de familias”? Una mujer en Los Ángeles que tiene dos hijas nacidas en Estados Unidos le dijo a un periodista: “Teníamos la esperanza de que si trabajábamos duro, pagábamos nuestros impuestos y no nos metíamos en problemas, podíamos quedarnos”. Dijo que se arriesgaría la detención y la deportación antes de regresar a El Salvador aunque sin el permiso de trabajo que viene con TPS perderá su trabajo de 12 años y el seguro médico para ella y sus hijas.
Un hombre de 37 años de Houston que trabajó durante más de una década en la tecnología informática dijo: “Todos mis sueños y esperanzas terminaron hoy. Mi vida y la de mi familia terminarán”. Una niña de 14 años del sur de California, que ha pasado toda su vida en Estados Unidos pero cuya madre ahora puede ser deportada, dijo: “Aquí es donde nací y se supone que creceré”.
Hacer que Estados Unidos sea blanco (y de habla inglesa)
TPS protege temporalmente de la deportación y permite que se obtenga el permiso de trabajo. Se basa en la determinación de que uno no puede regresar de manera segura a su país de origen debido a desastres naturales o conflictos armados. El Servicio de Investigación del Congreso describe el TPS como un “refugio seguro para los inmigrantes que tal vez no cumplan con la definición legal de refugiado o asilado pero que, no obstante, huyen de situaciones potencialmente peligrosas o están reacios a regresar a ellas”.
Hay más salvadoreños que tienen TPS que cualquier otra nacionalidad, todos los que llegaron a Estados Unidos antes del 13 de febrero de 2001. Habían huido de un país desgarrado por una guerra civil en la que Estados Unidos apoyó y entrenó a escuadrones de la muerte y a un ejército que mató a unas 75.000 personas en el pequeño país y desplazó a una quinta parte de la población. Luego, en 2001, dos terremotos masivos dejaron en ruinas a gran parte del país ya empobrecido.
La denegación del TPS para los salvadoreños sigue a la anulación del TPS para 60.000 haitianos en noviembre, con los titulares hondureños del TPS como posiblemente los próximos. Esta es la última descarga en el aluvión de ataques fascistas y supremacistas blancos de Trump contra inmigrantes con la intención de expulsar de Estados Unidos a millones de personas — en su mayoría personas no blancas, muchas de las cuales hablan inglés como segundo idioma.
Incendiar la casa, y luego forzar a las víctimas a entrar de nuevo
Un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional dijo que la decisión de terminar con el TPS para los salvadoreños “se basó en una cuidadosa consideración de la información disponible”. Kirstjen Nielsen, la directora del departamento, “determinó que las condiciones originales que los terremotos de 2001 causaron ya no existen”. ¿La evidencia y justificación del gobierno por su decisión de que es seguro regresar a El Salvador? Las 39.000 personas que Estados Unidos deportaron allí en los últimos dos años que según el gobierno demuestran “que se ha abordado la incapacidad temporal de El Salvador para regresar adecuadamente a sus ciudadanos después del terremoto”.
Esto es como incendiar una casa, matar a tiros a algunos de aquellos que logran escapar, y reunir a los otros para forzarlos a entrar de nuevo en la casa en llamas. Durante décadas, el dominio yanqui ha atormentado a El Salvador. Millones de personas viven en un infierno de hambre, pobreza y muerte marcado con el sello “Hecho en Estados Unidos”.
Poco después de que terminó la guerra en El Salvador, Estados Unidos comenzó la deportación masiva de jóvenes de Los Ángeles al país, muchos de los cuales pertenecían a pandillas. Estados Unidos introdujo la violencia pandillera de jóvenes desesperados en el país arrasado por la guerra. Ahora El Salvador es uno de los lugares más violentos de la tierra, y San Salvador, su capital, una de las ciudades más peligrosas. El Salvador tiene la tasa más alta de homicidios juveniles en el mundo. Una cuarta parte de los niños vive en la pobreza extrema. Los empleos son escasos, y el 40% del país vive en lo que el Banco Mundial describe como la pobreza. El dinero enviado desde Estados Unidos representa el 17% de la economía.
Depende de nosotros para detener esto
Los ataques interminables contra los inmigrantes, la enorme crueldad de un régimen fascista que se burla y atormenta, arresta y deporta, amenaza y encarcela a tantos inmigrantes: todo esto debe terminar. Este régimen fascista está llevando a cabo todas estas atrocidades nazis ahora, allanando el terreno para ataques aún más monstruosos. La lucha para detenerlos urge. Estos ataques son un elemento clave de sus esfuerzos para consolidar el fascismo, y oponérselos debe ser un elemento clave de la perspectiva y la actividad de millones de personas para impedir que eso suceda.
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