La revocación de la neutralidad de la red y el fantasma de la censura de Internet
15 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Hasta el 15 de diciembre, oficialmente se daba por sentado que las grandes corporaciones que controlan el acceso a Internet tratarían por igual todo el tráfico en la red, sin importar la fuente, siempre y cuando el contenido no fuera ilegal, o de empresas multimillonarias de entretenimiento o músicos que ofrecen sus obras los fanáticos o un sitio web revolucionario como revcom.us u otro cualquiera. Esto se conoce como “la neutralidad de la red”. Ahora bien, en la sociedad que vivimos, marcada por las divisiones de clase y la desigualdad, nunca ha habido igual acceso a Internet, por ejemplo, para los alumnos en las escuelas deterioradas de los barrios empobrecidos en comparación con las escuelas bien financiadas de los suburbios de la clase media y alta. Y el funcionamiento del capitalismo ha llevado a una situación en la que básicamente unas pocas mega-corporaciones respaldadas por el capital grande controlan gran parte del tráfico en la web. Pero la neutralidad de la red ha sido el principio rector en Internet desde que comenzó.
El 15 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por las siglas en inglés), encabezada por una persona nombrada por Trump y Pence, anuló las regulaciones que protegían la neutralidad de la red. La medida tendrá efectos de largo plazo en cuanto a lo que las personas pueden acceder en Internet y cómo, y en cuanto al contenido que ellos en posiciones de poder quieren censurar.
En una entrevista del 24 de noviembre en El Show de Michael Slate en Radio KPFK, Corynne McSherry, directora legal de la Electronic Frontier Foundation (Fundación de la Frontera Electrónica, EFF por las siglas en inglés), dijo que la neutralidad de la red trataba “realmente de la protección de la libertad de expresión en línea”. McSherry continuó:
“Básicamente, la neutralidad de la red es un conjunto de reglas que asegura que los proveedores de servicios de Internet (los ISP por las siglas en inglés) en los que confiamos para el acceso a Internet —por ejemplo, Comcast, Verizon y AT&T— básicamente jueguen limpio y no elijan ganadores y perdedores en línea porque están en posición de servir de nuestro conducto a Internet. Así se accede a Internet, así se accede a Netflix, pero también así se accede a los sitios web del gobierno, las bibliotecas, la escuela, la educación, ¿verdad? Todos dependemos de Internet para todo tipo de servicios básicos y también para organizarnos políticamente, conectarnos con las comunidades, y es fantástico. Internet puede ser un lugar maravilloso para eso, pero para acceder a él, tenemos que depender de estos proveedores de servicios de Internet que por lo general, en la mayoría de los mercados, son monopolios. No hay otra opción.
“Así que hasta hace dos días teníamos un conjunto de reglas implementadas por la FCC que prohibían que esos ISP, por ejemplo, dieran preferencia a un sitio web más que otro, de modo que si usted es un usuario que intenta acceder a un sitio web, uno de ellos va muy bien y rápido y el otro es lento y torpe. Los ISP pueden hacer eso: pueden priorizar ciertos servicios y teníamos en vigor reglas para decir que no, que no se puede hacer eso, eso es injusto. Al hacer eso estará abusando de su poder de monopolio. Lo que propone la FCC es eliminar todas esas reglas; simplemente echarlas. Estas reglas han estado vigentes desde el nacimiento de Internet, básicamente. Se ha entendido que esto es lo que se debe hacer. La FCC dice que no, no creemos que se deba cumplir con ninguna de estas reglas y obligaciones y simplemente sigan adelante, hagan lo que quieran”.
El único requisito que la FCC de Trump impone a los ISP es que sean “transparentes” cuando privilegian una fuente o tipo de tráfico de Internet más que otra; en otras palabras, robar a los clientes exigiendo que paguen más para obtener un buen acceso a Internet (y castigar a aquellos que no “pagan”) está bien siempre y cuando los perpetradores lo hagan de manera abierta. Se pronostica que la abolición de las reglas de neutralidad de la red permitirá que las corporaciones ya altamente rentables como Comcast y AT&T saquen aún más dinero de quienes ponen material en Internet y de quienes desean obtener información en línea. Podrán imponer una “estructura escalonada de pago” que regule el acceso a Internet a varios sitios y proveedores de contenido. Aquellos que puedan “pagar” tendrán un acceso más rápido, mientras que a aquellos que no, les podrá relegar a velocidades frustrante o imposiblemente lentas, lo que exacerbará aún más las divisiones entre los que tienen el respaldado del capital grande y los que no, silenciando aún más las voces de aquellos que ya son marginados bajo este sistema. Y dado que más de 46 millones de hogares en Estados Unidos tienen un solo ISP al que recurrir, serán rehenes de lo que hagan esos ISP monopólicos.
Las medidas en contra de la neutralidad de la red reforzarán y aumentarán aún más la concentración de control sobre Internet por parte del capital grande. Y eliminar las regulaciones de neutralidad de la red va de la mano con el enfoque del régimen de Trump y Pence de destripar una regulación gubernamental tras otra, sobre el medioambiente, la seguridad en el lugar de trabajo, la protección al consumidor y más, para dar rienda aún más suelta a los capitalistas en su búsqueda de ganancias.
Además, el abandono de la neutralidad de la red abre las compuertas más ampliamente para la censura política en Internet. Antes de adentrarnos en el tema de la censura como tal, debe señalarse que aunque Internet ha sido una herramienta valiosa para las personas comprometidas con la resistencia y pensamiento radicales, también ha desempeñado un papel importante en la promoción de la noción falsa y poco científica de que la verdad de una idea se determina según la cantidad de personas que la apoya, lo que se conoce como la epistemología populista. Dado esto, junto con la poderosa mano del capital grande, Internet nunca fue el medio de una “democracia sin trabas”, como proclamaron muchos, ni la fuente de la verdad. Sin embargo, el aumento del control de parte de los de arriba sobre Internet que el fin de la neutralidad de la red permitirá no es nada bueno para el pueblo.
Corynne McSherry de la EFF señaló, “[La censura] es absolutamente una posibilidad. Lo sé porque ya lo han hecho. Se les ha pillado muchas veces... y se han tenido que rendir cuentas porque tenemos reglas establecidas. Ya no tenemos esas reglas. Si esta orden se cumple, no tenemos esas reglas. Hemos visto un ISP canadiense bloquear el acceso a un sitio que proporcionó información sobre el aborto. Esa fue absolutamente una decisión política. Cuando se sacó a la luz pública, irrumpió un gran alboroto por ello lo que fue genial, pero no siempre va a sacarse a la luz, ¿no es así? Y lo harán o lo estrangularán, lo desacelerarán, así que de repente uno dice: ‘Oh, ni siquiera voy a molestarme en acceder a ese sitio web porque es tan lento. Voy a acceder a este otro por aquí’. Esto es absolutamente real, real no solo como una posibilidad, es una probabilidad”.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles señaló varios otros ejemplos anteriores de censura, los que incluyen:
* En 2007, AT&T transmitía un concierto de Pearl Jam en Chicago y cortó el sonido cuando Eddie Vedder cantaba, “George Bush, deja en paz a este mundo” y “George Bush, búscate otro hogar”.
* En 2005, el servicio de telecomunicaciones canadiense Telus les bloqueó a sus suscriptores de Internet el acceso al sitio web del sindicato que estaba en huelga contra la empresa.
* En 2007, Verizon cortó el acceso a un programa de mensajes de texto que usaba NARAL (National Abortion Rights Action League / Asociación Nacional para la Derogación de las Leyes de Aborto) para llegar a sus seguidores. Verizon dijo que no iba a proveer servicio a ningún programa de grupos “que busque promover una agenda o distribuir contenido que, a su criterio, se puede considerar controvertido o desagradable para cualquiera de nuestros usuarios”.
Que se quede claro, las empresas de telecomunicaciones, pero no solo ellas sino también el gobierno de Estados Unidos y sus agencias de espionaje, han llevado a cabo la censura y represión política en Internet en gran escala. Vea lo que fue sacado a la luz en los últimos años por Edward Snowden y otros acerca de la vigilancia masiva de la Administración de Seguridad Nacional (NSA) sobre Internet y las comunicaciones telefónicas de literalmente miles de millones de personas en todo el mundo. A pesar de sus palabras sobre “democracia” y “derechos”, para los gobernantes capitalistas-imperialistas, esta vigilancia omnipresente y censura y hostigamiento tienen el fin de controlar la actividad, comunicaciones y pensamiento de todo el mundo para proteger su dominio sobre el pueblo.
Ahora el régimen de Trump y Pence lleva todo esto a nuevos niveles ominosos. A principios de este año, por ejemplo, el gobierno de Estados Unidos ordenó que el sitio web que se utilizó para organizar para las protestas políticas contra la inauguración de Trump entregara al gobierno información sobre unos 1,3 millones de visitantes al sitio. Y el Departamento de Seguridad Nacional exigió que Twitter le diera la información sobre quien o quienes mantenían una cuenta que criticaba a Trump. Esa demanda se retiró, pero al mismo tiempo Trump firmó un proyecto de ley que les quitaba a los ISP la responsabilidad de proteger los datos de los usuarios. Como comentó un escritor de la revista Wired, tales medidas “crean las condiciones que permiten que un régimen, ya sea encabezado por Trump u otra administración más adelante, sofoque la disidencia. Es parte de una tendencia más amplia en todo el mundo, en la que muchos gobiernos van reduciendo las libertades en Internet”.
Eliminar la neutralidad de la red tiene lugar en el contexto de los ataques rápidos del régimen de Trump y Pence contra las libertades civiles y los derechos del pueblo. Este es un régimen que etiqueta gran parte de los medios de comunicación como “noticias falsas” e incluso los describe como “el enemigo”... que ha respaldado los “derechos de libertad de expresión” de fascistas y supremacistas blancos abiertos cuando atacan a profesores radicales y estudiantes que protestan... que está “investigando” a activistas que protestan por el asesinato policial de personas negras, etiquetándoles como “extremistas de identidad negra”... y llevando a cabo otros ultrajes. A la luz de lo anterior, la derogación de la neutralidad de la red es otro paso importante en la marcha del régimen de Trump y Pence hacia la consolidación fascista del poder.
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