Indignación de Brooklyn por el asesinato policial de Saheed Vassell: ¡Todo el maldito sistema es culpable, carajo!
8 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Del Club Revolución-Ciudad de Nueva York:
El miércoles por la noche, casi 1.000 personas llenaron las calles del barrio de Brooklyn donde el Departamento de Policía de Nueva York había asesinado a Saheed Vassell.
El miércoles 4 de abril, el Departamento de Policía de Nueva York asesinó a Saheed Vassell, un hombre negro de 34 años, en el barrio de Crown Heights de Brooklyn, Ciudad de Nueva York. No llevaba un arma; solo sostenía un tubo cuando cuatro cerdos policías le dispararon 10 veces. Vassell sufría de trastornos mentales, y la gente del barrio lo sabía. Surgió indignación inmediata en las calles después de otro asesinato policial sin sentido de un hombre negro. Y la noche siguiente, más personas salieron en protesta.
Cuando Carl Dix y el Club Revolución llegamos a la escena, nos impactó de inmediato la indignación que impregnaba todo el barrio.
Las masas del barrio se habían reunido para el mitin con mucho antes de su comienzo anunciado “oficial”, y estaban discutiendo en voz alta el asesinato de Saheed Vassell.
Pasamos por la multitud utilizando la declaración “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución” así como copias de la declaración de Carl Dix “Stephon Clark y Alton Sterling y Saheed Vassell: El asesinato policial, los encubrimientos por el sistema y ¡lo que hay que hacer ya!”. Compartimos con ellos la cita de Bob Avakian sobre el papel de la policía, y nos recibieron con reacciones viscerales de acuerdo e indignación. Nos compartieron historias de Saheed y su vida en el barrio antes de ser brutalmente abatido. “Nunca hacía mal”, muchos repitieron.
Cuando Carl Dix habló ante la multitud, la gente tomó copias de su declaración, leyó parte de ella y volvió para obtener más copias. Algunos tomaron la declaración para compartir con los grupos de personas al borde del mitin que comenzaba a aumentar, así como a las personas en los restaurantes y tiendas cercanas.
El mitin “oficial” lo convocaron muchas fuerzas diferentes que representan puntos de vista distintos sobre lo que se necesita hacer para abordar las flagrantes atrocidades de brutalidad y asesinato policial sin sentido de personas negras y otras de color. Algunos abogaron más abiertamente para que los cerdos asesinos sean despedidos o encarcelados. El mitin creció a un millar de personas en su apogeo. Después de aproximadamente una hora de discursos de representantes de varios grupos y la familia de Saheed Vassell la multitud salió marchando hacia la delegación policial 71.
Para cuando llegamos a la delegación policial, habíamos repartido más de mil copias de la declaración de Carl Dix. La gente gritó enojada a las decenas de cerdos policiales reunidos detrás de las barricadas a lo largo de las calles, algunos gritando “¡Al carajo la policía!” y “¡Retrocedan, retrocedan, queremos la libertad! ¡Todos estos jodidos policías racistas, no los necesitamos!”. En otra parte de la protesta, familiares de víctimas del asesinato policial dieron breves y emocionantes declaraciones de solidaridad con la familia de Saheed Vassell.
Si bien estaba presente muchas personas de las masas básicas y de la comunidad principalmente de inmigrantes del Caribe, muchos de los manifestantes no eran del área y habían viajado desde todas partes de la ciudad para ser parte de la manifestación. A medida que la protesta creció en tamaño e ira, aún más personas salieron en grupos de las estaciones de tren, entre ellas muchos jóvenes (alumnos de secundaria, etc.) Extraños admiraban las consignas en las pancartas de otros, los voluntarios dirigiéndolos al mitin. Definitivamente reinaba una sensación “estamos juntos en esto”, al menos entre los presentes que no estaban en organizaciones.
Extendimos una mano de unidad a todos los presentes. Mientras nosotros nos parábamos unidos en la parte trasera de la marcha, Carl Dix y el Club Revolución hicimos agitación a la gente sobre el hecho de que estos asesinatos ocurren todo el maldito tiempo y los cerdos asesinos nunca son castigados porque la opresión de los negros ha sido tejida en la fábrica del sistema capitalista-imperialista desde su fundación y hasta hoy en día. Les presentamos la realidad de que, como Carl escribió en su declaración, “Este sistema ha demostrado, una y otra vez, que a sus ojos la vida de una persona negra no tiene ningún valor y que la ÚNICA posibilidad de la justicia es como resultado de la lucha feroz”. Convocamos a la gente a ponerse de pie y volverse aún más decididas en nuestra resistencia, y hacerlo como parte de organizarnos para una revolución real, y para unirse a la dirección que tenemos para esta revolución, Bob Avakian.
Como BA lo ha expresado, él mismo:
Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.
Y de ahí vinculamos todo esto con el salto que representa el régimen de Trump y Pence; el “lento genocidio” de la encarcelación en masa ahora en esteroides con los abiertos supremacistas blancos en el poder en Estados Unidos. Dirigimos a la gente a corear “¡Todo el maldito sistema es culpable!” mientras se hacía de noche y, en lo alto, se proyectaba en la pared de un edificio cercano el mensaje: “¡HOY LINCHARON A UN HOMBRE!”
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