Estimado Jeremy Scahill: Sí que los demócratas SON parte del problema, así que ¡deje de hacer como si pudieran ser parte de la solución!
Sunsara Taylor
13 de junio de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
En el episodio del 30 de mayo de su emisión multimedia (podcast) de Intercepted, Jeremy Scahill desenmascara de manera contundente el horroroso salto que el régimen de Trump y Pence está dando en relación con el tratamiento verdaderamente perverso y cruel a los inmigrantes — ahora literalmente está arrebatando bebés e hijos de los brazos de sus madres y padres. De manera refrescante, Scahill recuerda a los oyentes que bajo Obama, entre otras cosas, las deportaciones alcanzaron un récord histórico y que los niños en los centros de detención de rutina eran maltratados: pateados en la cabeza, amenazados de muerte, desnudados y cacheados, y molestados hasta que gritaban, encerrados en perreras, etc.
De esta forma, Scahill va a algo esencial: los DOS principales partidos de Estados Unidos, tanto los demócratas como los republicanos, son culpables de monstruosos crímenes.
Pero luego abruptamente, el “razonamiento” de Scahill cae por un acantilado.
A pesar de advertir a sus oyentes de que “Tenemos que ir a la raíz”, él procede a hacer precisamente lo contrario.
En lugar de seguir hablando acerca de “la raíz”, Scahill defiende el delirio al nivel completamente superficial de resolver estos problemas mediante una “nueva generación de candidatos que se están postulando para los cargos”, especialmente aquellos que están desafiando a los “demócratas del establecimiento”.
Pero si los demócratas son parte del problema —¡definitivamente lo son!— pues, ¿qué carajos tiene que ver la “recuperación” del Partido Demócrata con alguna posibilidad de solución? ¡No tiene nada que ver!
Es aleccionador que Scahill nunca siquiera intente explicar por qué o cómo retomar al Partido Demócrata conducirá a detener todo esto. Al contrario, hace un gran montaje y da vuelta: después de desenmascarar de manera poderosa a Trump y a la culpa compartida de los demócratas, reemplaza lo que debería ser la meta de detener esta pesadilla por la “meta” de retomar al Partido Demócrata.
Scahill tampoco intenta explicar —ni exige que explique su invitada, Alexandria Ocasio-Cortéz, que es parte de esta “nueva generación de candidatos”— la forma en que en realidad se podría cumplir con alguna de sus promesas de campaña de “abolir el ICE [la migra]” y “reimaginar” las leyes migratorias estadounidenses de modo que no se basaran en la “exclusión racial”. ¿Cómo se podría hacer eso sin desgarrar todo el tejido social de la supremacía blanca? ¿Sin darle un nuevo trazado a las fronteras empapadas de sangre de Estados Unidos que se trazaron mediante la conquista y el robo de tierras? ¿Sin detener la agresión militar, la explotación brutal y la destrucción del medio ambiente, todo lo que ha obligado a millones de personas a cruzar fronteras en una búsqueda desesperada de supervivencia? ¿Cómo podría darse algo de esto bajo el modo de producción del capitalismo — donde todo, incluso la supervivencia de los seres humanos, los lazos entre los madres y padres y sus hijos pequeños, y el futuro del planeta en sí, son “externos” a las exigencias del afán de ganancias y la dominación global y la necesidad de tener un estado represivo para ejecutar todo eso con el nivel de brutalidad que considere “efectivo”?
La verdad: todo esto es completamente irreal en de este sistema. Pero SÍ que es posible mediante el derrocamiento de este sistema y su reemplazo por un sistema radicalmente diferente por medio de una revolución real.
Así que, vayamos a la raíz: el Partido Demócrata es un partido de la clase dominante. Representa al mismo sistema de imperialismo estadounidense que Trump y los republicanos: un sistema despiadado basado en la explotación mundial que ha soltado bombas nucleares sobre civiles, ha montado “sitios negros” de tortura y ha fraguado más de 100 golpes de estado, invasiones y ocupaciones injustas en todos los rincones del mundo. La lucha entre los demócratas y los republicanos siempre ha tenido que ver con la forma de defender estos intereses imperialistas.
Y en esto hay otra cosa que Scahill se niega a enfrentar: en estos momentos, el sector de los gobernantes que están en el poder, el régimen de Trump y Pence, está maniobrando rápidamente para establecer a porrazos una forma cualitativamente diferente de gobierno imperialista: el fascismo. Una vez consolidado, este fascismo estadounidense implicará no solo continuar con una limpieza étnica genocida sin cuartel, imponer la teocracia fascista cristiana cruel y acelerar la supremacía blanca violenta. También implicará coartar todos los espacios para oponérseles desde abajo por parte de las masas de personas así como incluso al interior de los corredores del poder. ¿Cuándo fue la última ocasión en que un presidente de Estados Unidos hizo un llamamiento a movilizarse para encerrar a sus rivales políticos de la clase dominante, incluso al extremo de insinuar su asesinato? Por horroroso que sea el funcionamiento “cotidiano” del imperialismo para miles de millones de personas, es importante entender qué tanto más horripilante en términos cualitativos lo sería la única superpotencia mundial para la humanidad, lo que incluye la potencial destrucción de la vida humana en este planeta mediante una guerra nuclear y/o la destrucción ambiental.
La única manera de poner fin de una manera duradera y fundamental a todos estos horrores es por medio de una revolución real que derroque a este sistema y lo reemplaza por un sistema radicalmente diferente arraigado en una base económica diferente, una relación radicalmente diferente a la gente del mundo, relaciones sociales y valores radicalmente diferentes y una forma de gobierno radicalmente diferente. Esta es la Nueva República Socialista en América del Norte tal como se plasma en una constitución de la autoría de Bob Avakian. Todos los que realmente quieren lidiar con este problema desde la raíz deben sumarse en este momento a la lucha y los preparativos para estar en posición de hacer, y de tener una verdadera oportunidad de ganar, esta revolución cuando surja una crisis revolucionaria. Una buena forma de comenzar es leer y difundir la estrategia para la revolución y visitar www.revcom.us todos los días.
Como parte central de llegar a un mundo mucho mejor, existe el imperativo inmediato de DETENER al fascismo sumándose al movimiento Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) para expulsar al régimen de Trump y Pence mediante la resistencia política independiente de masas fuera de los cauces políticos oficiales que crearon esta pesadilla. Esto no es lo mismo que la revolución, pero sí requiere salir mucho más fuera de los límites de toda la rutina demócrata-republicana que siempre ha sido un truco de las tres cartas contra las masas.
En lugar de propagar entre las personas la ilusión muy nociva de que es posible solucionar este problema dentro de los límites de este sistema y bajo sus términos, insto a Jeremy Scahill y a todos aquellos que reconocen que los demócratas de veras no nos salvarán, a que se unan en serio para desarrollar esta lucha ahora a la vez que vayan conociendo seriamente la visión y la estrategia para una revolución real.
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