Agresiva medida para privar de la ciudadanía naturalizada a los inmigrantes: parte del programa fascista de limpieza étnica de Trump y Pence
| Periódico Revolución | revcom.us
Uno de los frentes poco conocidos pero muy siniestros del ariete antiinmigrante del régimen de Trump y Pence actualmente en marcha es la intensificación de medidas para quitarle el estatus legal a los inmigrantes que han adquirido la ciudadanía estadounidense naturalizada, y así poder deportarlos. La desnaturalización agresiva ya es parte integrante del amplio programa fascista de limpieza étnica xenófoba, junto con la eliminación de DACA; la prohibición musulmana; la tolerancia cero para aquellos que crucen la frontera; la separación de familias con cárceles para bebés; el rechazo a los solicitantes de asilo y refugiados; y los ataques en general contra las nacionalidades no blancas — para hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y su sección, Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por las siglas en inglés), están creando una nueva oficina. En junio se anunció que esta oficina incluirá un nuevo grupo de trabajo con el objetivo específico de tramitar lo que consideran casos “malos” de naturalización. El USCIS dice que está contratando a docenas de abogados y policías de inmigración para investigar los casos.
Esta es la primera vez que el gobierno tendrá una oficina entera dedicada a identificar a los individuos y despojarlos de su ciudadanía. En enero de 2017, justo cuando se inauguraba el régimen de Trump y Pence, el USCIS estableció una oficina en Los Ángeles como su sede nacional para buscar las supuestas “huellas dactilares fraudulentas”. Desde entonces, han marcado al menos 2.536 casos para una revisión adicional.
El USCIS y el ICE pueden desnaturalizar a alguien mediante un proceso criminal o civil burocrático. Los casos civiles se basan en un estándar más bajo en el que el gobierno no está obligado a proporcionarle al individuo un abogado, ni existe el derecho de un juicio por jurado. El gobierno ha estado persiguiendo más de estos casos últimamente. Entre los códigos civiles que definen quién sea candidato para la desnaturalización se encuentran unos vagamente etiquetados como “delitos de carácter moral”.
USCIS podría actuar contra cualquier persona que considere que haya proporcionado información falsa o que alegue que haya cometido un delito antes de ser naturalizada pero descubierto más tarde. Esto del “carácter moral” tiene una importancia extrema para los ciudadanos naturalizados sometidos a este proceso administrativo. Un delito de drogas de más de 30 gramos de cannabis y “el dañar un matrimonio mediante una relación extramatrimonial” también se consideran factores importantes para decidir si alguien puede ser desnaturalizado, anulando un “carácter moral” previamente aceptado.
La inclusión de “una relación extramatrimonial” significa criminalizar una violación del código cristiano (como “pecado”) ya que la infidelidad no es (todavía) un delito en la sociedad en general. Esto es muy similar a los puntos de vista de muchísimos fascistas cristianos que rodean a Trump, como Pence y el juez de la Corte Suprema Gorsuch y sus seguidores, cuyo objetivo real es establecer una teocracia.En junio de 2017, la Corte Suprema de Estados Unidos, en el caso Maslenjak contra Estados Unidos, dictaminó que “el Gobierno debe establecer que el acto ilegal del acusado desempeñó un papel en su adquisición de ciudadanía”. La posición del régimen de Trump y Pence era que incluso las “mentiras” menores pueden conducir a la pérdida de la ciudadanía, según su programa fascista y su definición de lo que es verdadero o falso. Un abogado de inmigración en San Diego, California dijo: “Lo que el gobierno quería era que cualquier mentira o falsa representación fuera suficiente para desnaturalizarte.... Si pudieran demostrar que mentiste sobre algo, eso podría ser suficiente”.
El Departamento de (IN)Justicia, ahora bajo el rabioso cerdo Jeff Sessions, ganó su primer caso de desnaturalización contra un hombre originalmente de la India, Davinder Singh, en enero de 2018. Su estatus migratorio fue convertido de ciudadano naturalizado en residente legal permanente, haciéndolo sujeto a la deportación a discreción del Departamento de Seguridad Nacional e ICE. El caso fue parte de una nueva iniciativa del gobierno llamada Operación Janus. Esta iniciativa se centrará en 315.000 personas, basándose supuestamente en la falta de datos de huellas dactilares de los archivos digitales centralizados de huellas dactilares. Parece que debido a que USCIS no usó efectivamente los registros de huellas dactilares, aquellos a quienes se les otorgó la ciudadanía sin registros apropiados de huellas dactilares, es decir, antes de que las huellas dactilares fueran digitalizadas, ahora pueden ver su ciudadanía revocada.
La Operación Janus es una campaña a gran escala para desnaturalizar a las personas. Aunque se concibió y se lanzó en 2016 bajo Obama, se ha extendido cualitativamente bajo el programa fascista de Trump y Pence a alturas draconianas verdaderamente sin precedentes. El director ejecutivo del Centro de Recursos Legales para Inmigrantes señala las implicaciones alarmantes de la iniciativa de desnaturalización del régimen: “Perseguir a las personas que han sido ciudadanos durante años —y por razones aparentemente insignificantes— es una cacería de brujas al estilo McCarthy... priorizando la xenofobia... me parece muy perturbador”.
Los manuales de ICE también dicen que se puede revocar la ciudadanía “dentro de los 5 años posteriores a la naturalización, por convertirse en miembro o afiliado de una organización en la que la membresía o afiliación en ese momento hubiera impedido la naturalización” o “por negarse, dentro de 10 años después de la naturalización, a testificar como testigo ante un comité del Congreso sobre actividades subversivas”.
Es posible que a miles, tal vez decenas de miles, de personas se les pueda despojar de su ciudadanía a través de la Operación Janus en un futuro no muy lejano. Durante décadas había estado en marcha una campaña sistemática para distanciar a los supuestamente “buenos inmigrantes” (que pasaron por todos los trámites de tener o conseguir papeles / legalización) de los “malos inmigrantes” (que son indocumentados y considerados “ilegales” que merecen todo tipo de abuso y asalto). Sin embargo, la nueva campaña para desnaturalizar a ciudadanos lo deje en claro que los mismos imperialistas van a hacer o romper leyes para satisfacer sus intereses internacionales y nacionales en cualquier momento dado. Y qué o quién era legal ayer puede ser ilegal mañana, muy literalmente.
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