Huelga de presos por demandas justas: ¡Una valiente lucha a la que hay que apoyar!

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ACTUALIZACIÓN: A medida que entra en su tercera semana la huelga de los presos que comenzó el 21 de agosto, tanto la resistencia como la represión se están intensificando. Para la historia completa de la huelga, vea abajo. Debido a la censura impuesta por las autoridades, es difícil obtener información sobre lo que está ocurriendo en la huelga. Un comunicado de prensa del 28 de agosto de los organizadores de apoyo para la huelga dijo que se sabía que prisioneros están participando en 11 estados: Arizona, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Washington, California, Texas, Nuevo México, Indiana, Ohio y Florida, con paros laborales, huelgas de hambre y boicots de la tienda en la prisión. Según informes, los presos en una cárcel de Halifax, Nueva Escocia en Canadá, se declararon en huelga en solidaridad así como presentando sus propias demandas.

En Florida, salieron informes no confirmados de que en 11 de las 143 prisiones del estado hay protestas organizadas. En Indiana, activistas por los derechos de los prisioneros anunciaron que el 27 de agosto varios hombres de la SHU (Unidad de Vivienda Segura) de la prisión de Wabash Valley han iniciado una huelga de hambre. El grupo Northwest Detention Center Resistance [Resistencia al Centro de Detención del Noroeste] informó el 31 de agosto que 62 prisioneros en la prisión de inmigrantes en Tacoma, Washington estaban en huelga de hambre, y a otros 20 les habían metido en celdas de aislación la noche anterior en represalia por unirse a la protesta. Los prisioneros emitieron una declaración diciendo que estaban “actuando en solidaridad con todas las personas que se han detenido injustamente y apoyan a todas las mujeres que han sido separadas de sus hijos”.

Ha habido cientos de acciones de solidaridad en el exterior. En decenas de ciudades grandes y pequeñas de costa a costa se han celebrado mítines, hecho llamadas telefónicas a las autoridades penitenciarias, colgado grandes pancartas acerca de la huelga y organizado reuniones para explicar la huelga al público. Por ejemplo, una marcha de 70 personas en New Haven, Connecticut y un mitin de 500 manifestantes frente a la prisión de San Quintín en el Área de la Bahía de San Francisco. Cuando se celebraba un mitin de apoyo, fuera de la prisión Hyde en Fairfield, Carolina del Norte, los manifestantes coreando y sosteniendo pancartas, más de 100 prisioneros al otro lado de la alambrada se unieron a la protesta política. Los presos se pararon en el patio durante una hora, ante las amenazas de los guardias, y levantaron sus pancartas hechas de sábanas que decían “mejor comida”, “en solidaridad” y “libertad condicional”.

Aun antes de que haya comenzado la huelga, las autoridades de la prisión habían intensificado la represión en contra de los presos y especialmente los líderes. Un portavoz del Comité Organizador de Trabajadores Encarcelados dijo a The Guardian: “Las represalias y la represión fueron inmediatas y constantes. Singularizaron a los líderes, uno por uno, y los arrojaron en celdas de aislamiento en anticipación de la huelga que se avecinaba”. Un prisionero, Kevin Rashid Johnsonn escribió en un artículo de opinión publicado en The Guardian que le trasladaron a un pabellón de la muerte en otra prisión en Virginia: “Nunca me han condenado a la pena de muerte, así que solo puede haber una razón por la que me hayan puesto aquí: para callarme y evitar que fraternice con otros presos porque temen que los radicalice y aliente a oponer resistencia a su opresión”.

La valiente y decidida llamada a cerrar filas por parte de los embrutecidos y encerrados dentro de las mazmorras de la supuesta “tierra de los libres” ha llamado la atención en todo el mundo, con cobertura mediática desde el Medio Oriente (Al Jazeera) hasta América Latina (teleSUR). Las demandas y relatos de los presos se han difundido por las redes sociales, los medios alternativos, y se han comentado en algunos de los grandes medios de comunicación (aunque hasta el momento por lo general se han suprimido las noticias sobre la huelga). Presos en Grecia y Palestina han emitido declaraciones en apoyo de la huelga.

La huelga está programada para continuar hasta el 9 de septiembre, aniversario del levantamiento de 1971 en la Prisión de Attica. Urge correr la voz aún más sobre esta justa lucha de presos que está exigiendo que se reconozca su humanidad. Y hay que denunciar y oponerse a las represalias de las autoridades contra los huelguistas.

Vea la entrevista reciente, en inglés, sobre la huelga actual en el programa de radio The Michael Slate Show con Heather Anne Thompson, autora de Blood in the Water: The Attica Prison Uprising of 1971 and Its Legacy [Sangre en el agua: El levantamiento de 1971 en la prisión de Attica y su legado].

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El 21 de agosto, el 47o aniversario del asesinato de George Jackson por los guardias de la prisión de San Quintín en California, los presos en 17 estados comenzaron una huelga. La huelga está programada para terminar el 9 de septiembre, el aniversario de la heroica rebelión de 1971 en la prisión de Attica en Nueva York.

Las demandas de los prisioneros en huelga son, primero y principal, “mejoras inmediatas de las condiciones de las prisiones y las políticas penitenciarias que reconozcan la humanidad de hombres y mujeres encarcelados”. Otras demandas incluyen terminar con la esclavitud penitenciaria, terminar con los cargos de “gang enhancement” (cargos adicionales por supuestamente ser parte de una pandilla) usados contra los prisioneros negros y latinos, y terminar con las leyes que eliminan toda posibilidad de “rehabilitación y libertad condicional” para los presos. La lista completa, en inglés, de demandas está disponible en línea en este comunicado de prensa. Una parte de este comunicado está publicada en español aquí.

Los prisioneros dijeron que, como parte de la huelga, llevarán a cabo: huelgas laborales (“Los prisioneros no se reportarán a los trabajos asignados”); sentadas (“En ciertas prisiones, hombres y mujeres participarán en pacíficas protestas de sentada”); boicots (“Todo gasto debe ser detenido”); huelgas de hambre (“Hombres y mujeres se rehusarán comer”). El periódico británico Guardian reportó que esta acción, en el país que tiene, con mucho, la población penitenciaria más grande del mundo, “tiene el potencial de ser la huelga de prisión más grande en la historia de Estados Unidos”.

Jailhouse Lawyers Speak (Hablan los Presos-Abogados), un grupo que ayuda a publicitar la huelga, escribió, “Los presos comprenden que son tratados como animales. Las prisiones en Estados Unidos son una zona de guerra. Todos los días las condiciones de aislamiento dañan a presos. Para algunos de nosotros es como si ya estuviéramos muertos. Así que, ¿qué tenemos que perder?”

El “Instituto Correccional” Lee de Carolina del Sur

Un comunicado de prensa que convocó la huelga dijo que fue particularmente en respuesta a las acciones represivas de las autoridades penitenciarias después de un estallido mortal de lucha entre los presos en el Instituto “Correccional” Lee de Carolina del Sur en abril de este año. Un prisionero dijo a la Associated Press que los cuerpos de hombres muertos y heridos fueron “literalmente apilados uno encima del otro”. Las autoridades penitenciarias y médicas permitieron que presos sangrantes, golpeados y a veces heridos de muerte se quedaran en el suelo desatendidos durante horas. El comunicado de prensa que convocó la huelga actual decía: “Siete camaradas perdieron la vida durante un levantamiento sin sentido que podría haberse evitado si la prisión no hubiera estado superpoblada debido a la avaricia provocada por la encarcelación en masa, y una falta de respeto por la vida humana que es una parte integral de la ideología penal de nuestra nación”.

Las autoridades carcelarias y gubernamentales echaron la culpa por la violencia en el Instituto Lee a “la guerra de pandillas”. Pero Heather Ann Thompson, autora de Blood in the Water: The Attica Prison Uprising of 1971 and Its Legacy [Sangre en el agua: El levantamiento de la prisión de Attica de 1971 y su legado], escribió en el New York Times: “Sí que fue una pelea de pandillas, me dicen los prisioneros, pero fueron los funcionarios correccionales los que decidieron alojar pandillas rivales en el mismo dormitorio, y fueron las políticas cada vez más punitivas de los funcionarios las que exacerbaron las tensiones internas.... Las leyes punitivas de sentencia les han quitado la esperanza del futuro a los presos.... Las degradaciones diarias les destruyen el alma”.

Un sistema impregnado de opresión

Un enorme número de personas, especialmente jóvenes negros, latinos e indígenas, se encuentran tras las rejas en Estados Unidos. Millones de estos están recluidos en condiciones inhumanas que constituyen la tortura sistemática y prolongada. Esta es la realidad y el futuro que el sistema del capitalismo-imperialismo ha infligido a una tras otra generación de la juventud. ¡Es absoluta y jodidamente inaceptable, y debe detenerse!

 

Los prisioneros en Carolina del Sur y en otros lugares luchan para superar la depravada perspectiva impuesta por este sistema y sus agentes que pone a los prisioneros en situaciones de atacarse entre ellos. Hay que apoyar su valiente lucha. Debe inspirar a las personas tanto dentro como fuera del “alambre de púas y concreto” a construir un movimiento para la revolución con la intención de derrocar el sistema que ofrece a millones de jóvenes nada más que brutalidad, pobreza, opresión y encarcelamiento, y los envenena con la perspectiva de un sistema que se basa en la explotación implacable de los muchos por unos pocos.

Las autoridades penitenciarias están tratando de impedir que se corran y lleguen al mundo exterior la voz y la información sobre lo que está pasando tras las rejas. Revcom informará más sobre esta huelga a medida que la información esté disponible. Por favor que los lectores con conocimiento sobre la huelga en cualquier lugar escriban a nosotros a revolution.reports@yahoo.com.

George Jackson

La Rebelión de la Prisión de Attica

El comunicado de prensa que convocó la huelga decía: “Siete camaradas perdieron la vida [en el Instituto Correccional Lee] durante un levantamiento sin sentido que podría haberse evitado si la prisión no hubiera estado superpoblada debido a la avaricia provocada por la encarcelación en masa, y una falta de respeto por la vida humana que es una parte integral de la ideología penal de nuestra nación”.

 

FONDO DE LITERATURA REVOLUCIONARIA PARA PRESAS Y PRESOS

Graphic imageEl Fondo es un fondo de literatura educativa que les envia el periódico Revolución (www.revcom.us), las obras de Bob Avakian (el presidente del PCR) y otra literatura revolucionaria y científica a cientos de presas y presos por todo Estados Unidos. El Fondo ha luchado contra los esfuerzos de los funcionarios penitenciarios de censurar estas publicaciones. Por ejemplo, la ACLU del Sur de California representó exitosamente al Fondo en una batalla contra la censura que se centró en la Prisión Estatal Pelican Bay que tenía repercusiones en todo el estado de California.

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