Como un “tren de carga acelerado”: La aceleración de las emisiones de gases de efecto invernadero y su amenaza al planeta
| Periódico Revolución | revcom.us
De un lector:
En los últimos tres años, nos han venido diciendo que hay que confiar en los gobiernos y en el Acuerdo de París de 2015 para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y lidiar en serio con el cambio climático. Pero a pesar de todo lo que se sabe sobre el calentamiento global y sus devastadores impactos sobre toda la vida y la sociedad humana, y a pesar de las solemnes promesas que se hicieron durante las negociaciones sobre el clima en París, cada año están emitiendo más y más gases de efecto invernadero a la atmósfera. Y varios informes científicos recientes dejan en claro que la emergencia ambiental global no solo continúa, sino que se está acelerando hacia una catástrofe.
“Habíamos pensado, quizás esperado, que las emisiones ya habían llegado a un pico hace unos años”, dijo Rob Jackson, un profesor de las ciencias de los sistemas terrestres de Stanford y un autor de uno de los informes. “Después de dos años de crecimiento renovado, esa manera de pensar era pura ilusión”.
El Acuerdo de París permite que cada gobierno fije sus propias metas. Y las metas que se habían fijado ya se sabía en ese entonces que de ninguna manera eran suficientes como para parar o siquiera disminuir el cambio climático. ¿Los resultados después de tres años? A nivel planetario, las emisiones de CO2 batieron récords en 2017 y 2018. Casi ningún país siquiera se acerca a las metas de París que se fijaron, entre ellos Estados Unidos, al que la organización de investigaciones Climate Action Tracker [Rastreador de Acciones sobre el Clima] le dio la calificación de “críticamente insuficiente” con respecto a cumplir con las metas que se habían fijado*.
Las repetidas promesas que Estados Unidos y otros grandes contaminadores hacen sobre el cambio climático son como el golpeador de mujeres que siempre está prometiendo “cambiar sus hábitos”. Estos capitalistas hacen promesas — y no solo continúan llevando a cabo sus horrores, sino que los aceleran.
Informes científicos dan advertencias cada vez más extremas
En octubre de 2018, el Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático (IPCC), el organismo de la ONU a cargo de estudiar el cambio climático, sacó un informe espeluznante. El informe dice que, si la Tierra se calienta más de 1.5 grados Celsius (Cº), la situación para la gente será horripilante. Decenas o cientos de millones de personas tendrán que migrar de sus hogares… el incremento del nivel del mar inundará las regiones costeras y las islas del Pacífico… las sequías trastornarán la vida de más de 350 millones de personas, resultando en una extensa hambruna… el 99% de los arrecifes de coral del mundo morirán. El informe calcula que el planeta atravesaría el umbral de 1.5°C entre 2030 y 2052 — durante la vida de la mayoría de las personas con vida hoy.
Hace tan sólo dos meses, se publicaron dos informes científicos que dicen que los científicos del IPCC quizá subestimaran la urgencia y el peligro. Estos nuevos informes dicen que el año 2018 establecerá un nuevo récord de emisiones de gases de efecto invernadero. En 2017, las emisiones de combustibles fósiles a nivel mundial aumentaron en un 1,7% y se pronostica que este año suba en un 2,7%. Uno de los informes comparó las emisiones de gases de efecto invernadero a “un tren de carga acelerado” que hará que “el cambio climático sea más veloz y más feroz de lo que se anticipaba”.
Desde 2000, el planeta se ha calentado a un ritmo de 0.2°C por década, y ese es el ritmo que el IPCC ha usado para sus proyecciones. Los nuevos estudios predicen que, en los próximos 25 años, la temperatura del planeta aumentará a un ritmo de 0.25-0.35°C por década, un aumento de entre el 25% y el 60% por encima de las predicciones anteriores. Esto implica que la temperatura del planeta podría superar el umbral de 1.5°C diez años antes de lo que el IPCC predecía — o sea, para el 2030, a tan sólo 11 años de hoy.
Lancet: A siglos por venir
Por varios años, la revista Lancet, una de las publicaciones de medicina más antiguas y respetadas del mundo, ha publicado la Lancet Countdown on health and climate change [La cuenta regresiva de Lancet sobre la salud y el cambio climático], una colaboración entre 24 instituciones académicas y organizaciones intergubernamentales basadas en todos los continentes y con representantes de una amplia gama de disciplinas.
El informe de 2018, subtitulado “configurando la salud de las naciones a siglos por venir”, revela una buena parte de la miseria humana detrás de las cifras sobre las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero.
Algunos de los hallazgos de Lancet:
- En 2017, 157 millones personas adicionales estuvieron expuestas a las olas de calor en comparación con el año 2000.
- La cantidad de trabajo perdido como resultado del cambio climático en 2017 es equivalente al trabajo de un año entero de 60 millones de personas.
- En 2017, un total de 712 eventos relacionados con el clima extremo causaron pérdidas económicas de $326 mil millones, casi el triple del total de las pérdidas de 2016.
- Ha aumentado la posibilidad de la transmisión de malaria en el África subsahariana y otras partes del mundo.
- Después de una tendencia ascendiente del rendimiento de cultivos, se estima que la producción agrícola está cayendo en todas las regiones.
- Para 2050, unos cientos de millones de personas podrían resultar vulnerables a tener que migrar a la fuerza, siendo el cambio climático el único factor coadyuvante.
En la conclusión del informe, los autores de Lancet dicen que el cambio climático es responsable de un “inaceptablemente alto riesgo para la actual y futura salud de poblaciones por todo el mundo”, agregando que tiene “el potencial de trastornar la infraestructura básica de la salud pública y de abrumar los servicios de salud”.
Emergencia de cambio climático
La amarga verdad es que nuestro planeta está al borde de un precipicio. El saqueo de la Tierra en busca de combustibles fósiles para potenciar la economía global sin tener en cuenta su impacto en el medio ambiente es inherente al sistema capitalista-imperialista. Únicamente con una revolución que establezca un sistema económico y político radicalmente nuevo, podremos empezar a sanar las cicatrices del planeta. Lea aquí unos pasajes de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte sobre cómo una sociedad socialista revolucionaria lidiaría con la crisis del clima y aquí un informe sobre una discusión del Club Revolución sobre esos pasajes.
* Según el Climate Action Tracker, Gambia y Marruecos son los únicos países que ya están encaminados a mantener el cambio climático a 1.5°C. Bután, Costa Rica, Etiopía, India y las Filipinas ya están encaminados a un aumento de 2.0°C. Los demás países han sido clasificados como insuficientes (que corresponde a un incremento de 3°C), altamente insuficientes (que corresponde a un aumento de 4°C), o, como Estados Unidos, críticamente insuficientes (que corresponde a un incremento mayor de los 4°C). [ regresa ]
La destrucción del planeta por el capitalismo-imperialismo
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Este corto en inglés viene del discurso filmado de Bob Avakian Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Vea el discurso y conozca más aquí.
Estados Unidos: Criminal climático #1
Global Climate Budget 2018 [Presupuesto climático global 2018] examina las emisiones país por país y ha determinado que China, Estados Unidos, India y la Unión Europea son responsables de aproximadamente el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Según el informe, China produce el 27% de las emisiones a nivel mundial, Estados Unidos responde por el 15% de las emisiones, la Unión Europea por el 10% e India por el 7%.
Algunos, como Trump, se han aprovechado de estas cifras para decir que los países como China y la India son los que más responsabilidad tienen por el calentamiento global. Tonterías. Un estudio más a fondo revela que Estados Unidos es el criminal climático número uno del mundo.
Primero, el total de las emisiones a nivel mundial no toma en cuenta la población de un país. Si examinamos las emisiones por persona, Estados Unidos tiene un índice MUCHO peor que los demás países de la lista. Estados Unidos emite más del doble de las emisiones de CO2 por persona que China o India: 16,07 toneladas por persona a la atmósfera para Estados Unidos en comparación con 7,72 para China y ni hablar de India con 1,87.
Segundo, históricamente Estados Unidos ha sido el mayor contribuidor de gases de efecto invernadero con más del 26% del total de las emisiones, ¡más del doble de lo que emite la Unión Europea en su conjunto, la que consta de 28 países capitalistas desarrollados! Debido a que los gases de efecto invernadero permanecen en la atmósfera por largo tiempo, muchas de estas emisiones “históricas” todavía están en la atmósfera.
Tercero, las cifras de emisiones como un todo no dan ningún contexto. Por ejemplo, India está en medio de ampliar los servicios de electricidad a 300 millones de personas. Eso no es comparable a Estados Unidos, donde la gente conduce enormes SUV [vehículos utilitarios deportivos] traga-gasolinas. Se estima que en China un 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la fabricación de los productos para la exportación, una buena parte de lo cual impulsa tanto las ganancias como el consumo en Estados Unidos.
Cuarto, no incluyen las muchas formas en que Estados Unidos contribuye al cambio climático. Por ejemplo, a instancias de Estados Unidos, las emisiones generadas por las fuerzas armadas no están incluidas en los cálculos relacionados con el cambio climático. Eso implica que ni siquiera cuentan las emisiones generadas por las fuerzas armadas de Estados Unidos, las cuales producen más emisiones que cualquier otra entidad institucional del mundo. Estados Unidos es el número uno en el mundo en la extracción de petróleo y gas y es el número dos en minas de carbón, y exporta una buena parte de todo esto — lo cual implica que Estados Unidos saca ganancias de la quema de los combustibles fósiles en otros países.
Finalmente, Estados Unidos, más que los demás países, está trabajando enérgicamente para eliminar todas las restricciones a sus emisiones de gases de efecto invernadero. En Estados Unidos, los dos más grandes sectores de la economía que contribuyen a los gases de efecto invernadero son el transporte y la energía. En agosto, Trump dio a conocer la mal nombrada “Ley de Energía Limpia y Asequible”, la que, de entrar en vigor, durante la próxima década aumentaría por un factor de 12 la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera por las centrales eléctricas. Los cambios que Trump ha propuesto hacer en las normas para las emisiones de automóviles permitirían que se arrojara a la atmósfera mil millones de toneladas adicionales de gases de efecto invernadero al año.
Trump y su régimen atacan a cualquier esfuerzo por siquiera reconocer que el cambio climático es un problema. Por eso es que se retiró del Acuerdo de París sobre el Clima. Mientras que otros países enviaron jefes de estado a la reciente conferencia sobre el clima en Polonia, Trump mandó al funcionario de menor rango que podía para encabezar a la delegación estadounidense, el secretario adjunto asistente en jefe de la Oficina de Océanos y Asuntos Ambientales y Científicos Internacionales (OES) del Departamento de Estado.
La delegación de Estados Unidos programó una sola presentación en la conferencia: ¡sobre la promoción del mayor uso de combustibles fósiles!
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