Cuando el Hitler estadounidense y su jefe de Defensa criminal de guerra entran en una batalla entre sí...
¿Tenemos a un perro (rabioso) en su pelea?
| Periódico Revolución | revcom.us
Un criminal de guerra y un fascista entran en una oficina oval... esto podría ser el comienzo de una broma, pero las consecuencias para la humanidad son todo menos una broma.
La razón de ser de Trump y su régimen, la razón por la que están en el poder, es echar por tierra lo que han sido las normas prevalecientes de cómo se gobierna al país más poderoso de la historia y cómo refuerza y extiende su dominación imperialista del mundo. Durante los últimos meses, de muchas maneras Trump ha venido avanzando a martillazos con su programa fascista, incluso con la expulsión de la oposición dentro de su régimen.
La renuncia del general James “Perro Rabioso” Mattis como secretario de Defensa de Trump no tiene precedente, dado que mientras seguía prestando servicio en el régimen, escribió un repudio contundente directamente a la política exterior del régimen de Trump y Pence. Mattis advirtió que lo que Trump está haciendo es peligroso para los intereses centrales (imperialistas) de Estados Unidos. Es sincero en su defensa de lo que ha sido la política estadounidense de dominación mundial desde la Segunda Guerra Mundial como la mejor, si no la única, forma de extender y reforzar esa dominación. Mattis, que representa a un sector importante del “establecimiento de seguridad nacional” de Estados Unidos, dijo por escrito que tiene “los ojos bien abiertos tanto respecto a los actores malignos como a los competidores estratégicos... Debemos hacer todo lo posible para promover un orden internacional que sea más conducente para nuestra seguridad, prosperidad y valores y nos fortalecemos en este esfuerzo por la solidaridad de nuestras alianzas”.
Mattis presentó su renuncia a partir de finales de febrero. Trump dijo abruptamente, ya te marches para el 1º de enero. Revela riesgos extremadamente altos esta escisión tan seria en la cúpula de la clase dominante, especialmente cuando se trate del elemento esencial de gobierno, el despliegue de las fuerzas armadas.
Si usted aspira a la justicia para las masas de personas en Estados Unidos y en todo el mundo, ¿adivine qué? USTED, y sus valores, no son el NOSOTROS del que habla Mattis. Al mismo tiempo, si este conflicto se agravara y a medida que lo hiciera, esto podría proporcionar posibles oportunidades para una importante lucha de masas desde abajo para expulsar al régimen en su conjunto.
Pero NO será según los términos en los que están lidiando con la situación grandes sectores de los llamados movimientos “progresistas” y sus expertos como la revista The Nation, junto con el Partido Demócrata y sus portavoces como el New York Times, la MSNBC, la CNN, etc.. Se han metido de pies y cabeza a adoctrinar a las masas de personas en el chovinismo estadounidense más servil, y esto es extremadamente peligroso. No es como si hace siglos Mattis se hubiera merecido el apodo “afectuoso” de “Perro Rabioso”. Dirigió los crímenes de guerra en la guerra de Irak al desplegar la horrorosa arma química “fósforo blanco” para quemar el tejido de los ciudadanos iraquíes en Faluya en 2004. Joan Walsh escribió un artículo central para la revista The Nation que no era sino un llamamiento para apresurarse a defender a Mattis, un llamamiento repugnante a lo que ella ve como la política exterior “más segura” para aquellos estadounidenses que han estado mantenidos ajenos hasta ahora del impacto mortal de las guerras y política exterior de Estados Unidos. Se refiere positivamente al criminal de guerra Mattis como un “vitalicio líder militar y funcionario público”. Lo que vemos descarnadamente aquí es la complicidad de una capa social progresista con un criminal de guerra que colaboró y legitimó a un fascista (Trump) durante dos años, con el impacto de adormecer a las personas y alinearlas para apoyar lo que ha sido la corriente principal sanguinaria de la clase dominante de Estados Unidos.
Lo que Mattis representa, y lo que él sostiene en su renuncia, al proceder Trump a porrazos con su programa, ha sido el modo dominante de golpear al mundo para que se someta a los dictados de Estados Unidos. Este ha sido un programa que combina matanzas militares brutales (y la amenaza de usar una capacidad militar masiva incluida la devastación nuclear, y el encubrimiento y la facilitación de las almibaradas palabras “multilaterales” de democracia y cooperación) con la forzosa imposición de las normas democráticas burguesas a la gente del mundo.
Trump está cortando el nudo de ese paquete. El “Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza” y el “Estados Unidos Ante Todo” de Trump no son simplemente lemas nostálgicos para aplacar a una base rabiosa temerosa de un mundo en el que se están erosionando sus privilegios... sino que concentran un programa fascista que es una respuesta a la realidad de que el programa de los imperialistas que se ha mantenido desde la Segunda Guerra Mundial está fallando, con el reconocido desastre de la guerra más larga en la historia de Estados Unidos en Afganistán. Problemas cada vez más fuertes han venido agobiando al viejo orden mundial, y el perro número uno, Estados Unidos, ha venido perdiendo su ventaja en un sistema mundial del imperialismo.
La política exterior del régimen de Trump y Pence es a la vez radicalmente reaccionaria y arraigada en la concepción del mundo e historia ininterrumpida del “Destino Manifiesto”, una creencia cuasi religiosa de que Estados Unidos tiene derecho divino de esclavizar, destruir, incluso mediante el genocidio, para conquistar y expandirse dondequiera que estime que correspondan sus “intereses”, sin una pizca de preocupación por otros pueblos o tierras. En todo el Destino Manifiesto, desde su inicio, recorre la supremacía blanca. Esta misión de dominación mundial no es solo histórica, sino que se extiende hasta el día de hoy, mediante tanto los demócratas como los republicanos, incluidas las guerras de Afganistán e Irak de Bush y Obama, y las horrorosas guerras de Obama en Libia y Yemen ahora continuadas por Trump: guerras con impacto genocida que continúan aplastando de las formas más tortuosas a millones de personas, incluidos millones de niños.
¡Despiértese! Si usted se preocupa una pizca por la gente del mundo, hágale frente a la realidad de que cuando Mattis habla de “nosotros”, la realidad es que: NOSOTROS no somos ELLOS. Nosotros, al servicio de los intereses de la humanidad, necesitamos una revolución para echar a un lado a este sistema. Ya es hora, cuando los que están en la cima de este sistema están profundamente divididos, de reconocer lo que está en juego para la humanidad y ponerse a trabajar, preparar y organizar a las personas para una revolución real.
Si te puedes imaginar un mundo sin Estados Unidos —sin todo lo que representa Estados Unidos y lo que hace en el mundo— pues, ya has dado grandes pasos y has comenzado a tener por lo menos una vislumbre de un mundo completamente nuevo. Si te puedes imaginar un mundo sin ningún imperialismo, explotación, opresión —y toda la filosofía que lo justifica— un mundo sin división de clases o sin diferentes naciones, y todas las ideas estrechas, egoístas, anticuadas que lo defienden; si te puedes imaginar todo eso, pues, tienes las bases para el internacionalismo proletario. Y una vez que has levantado la vista hacia todo esto, ¿cómo no vas a sentirte obligado a tomar parte activa en la lucha histórico-mundial para hacerlo realidad; por qué te contentarías con menos?
Bob Avakian, Lo BAsico 1:31
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