Por qué acudí a retar a Brittney Cooper, y lo que podríamos aprender de esto
De un integrante del Club Revolución-Nueva York
| Periódico Revolución | revcom.us
Hace poco acudí a un evento sobre el Feminismo Negro y el Hip Hop para retar a la escritora feminista negra Brittney Cooper. Tenía conmigo una carta escrita por un camarada mío, titulada: “Oiga, Brittney Cooper: ¿Se da cuenta de qué tan política y moralmente ruin era el que usted invocara a la criminal de guerra Nancy Pelosi para callar a un revolucionario?”. Cuando dos de nosotros de entre el público, por separado, le planteamos esa pregunta a Cooper, repetidamente ella se negó contestarla.
Pero la pregunta importa. El problema de que las personas ocupan posiciones de dirección sobre una base de la política de “identidad” en vez de basarse en el contenido de las ideas las que se les están planteando y a dónde conducirán, es muy extenso y muy dañino, mucho más allá de Brittney Cooper como individuo. Ese tipo de política de identidad impide que las personas piensen críticamente y las prepara para que se les manipule. Por ejemplo, si bien Cooper alega que está de acuerdo con que el problema es el capitalismo y el patriarcado, dirigir a las personas a vitorear a favor de una criminal de guerra porque esa criminal de guerra es una mujer únicamente fortalece al capitalismo y al patriarcado. Y resulta que eso es precisamente lo que, en mayor parte, Cooper hizo en todo ese evento al proceder a pregonar cómo es que los oprimidos pueden lograr meterse en el mismo sistema que está explotando y reprimiendo a la gente por todo el mundo, y ser parte de él.
Estas son algunas otras cosas que podemos aprender del contenido de lo que expusieron Cooper y su colectivo Crunk Feminist esa noche…
Primero, hablaron de lo que consideran que son avances positivos en el hip hop desde que empezaron a escribir en blogs sobre él. Mencionaron, como avances, a artistas tales como Young Thug porque se puso un vestido de color violeta, a Jaden Smith porque no se conforma con la masculinidad tradicional, a Syd Tha Kyd porque es abiertamente gay, a Cardi B y a Beyoncé como iconos del feminismo. Incluso mencionaron el álbum de Jay-Z 4:44 como una especie de vanguardista porque tiene una canción sobre su madre que es lesbiana.
Es cierto que en los últimos diez años del hip-hop se han visto cambios, algunos de ellos positivos. Y algunos de esos cambios han sido influenciados por la lucha duramente librada desde debajo en la que las feministas negras y otros han participado. Dicho eso, lo que destacaron como hitos de avance muestra los límites del resultado de anteponer la “identidad” al contenido.
Si bien fue positivo lo que se mencionó sobre la canción sobre la madre de Jay-Z y la vida que ella tuvo de llevar a las sombras como mujer negra lesbiana y las pesadas implicaciones de tener que no revelar a quién ama y ocultar esa parte de su ser y no obstante estar presente en la vida de un hijo en un multifamiliar de Nueva York, eso no niega el mensaje general que “predica” el álbum. Beyoncé y Jay-Z son artistas que sin tapujos han popularizado el que los negros se conviertan en parte de la burguesía. Ya sea en refranes como: “Quizá yo podría ser un Bill Gates negro en formación”, en la canción de Beyoncé Formation (Formación), o la canción de Jay-Z The Story of OJ (La historia de OJ), que predica el mismo cuento engañoso de que si los negros invirtieran en sí mismos, pues tendrían una vida mejor y luego echa en la cara a la gente qué tanto se haya trepado, a pesar de que las masas del pueblo negro siguen atrapados en el fondo de la sociedad. ¡Ello, sin mencionar el antisemitismo en esa canción! No nos hacen falta más negros despiadados tipo Bill Gates o más empresarios negros que miran con desdén a las masas de personas, echándoles la culpa por lo que el sistema les hace. Tenemos que deshacernos del sistema que por tanto tiempo ha esclavizado, torturado, golpeado y explotado al pueblo negro y, francamente, a la inmensa mayoría de la gente del planeta. Sacar una tajada de ese saqueo y ese chanchullo no detiene eso. Simple pone un rostro de color a ese colosal estercolado que es este sistema.
Con respecto a Cardi B, ella es “icono” de la cultura del raunch: celebra todo lo sucio y degradante en la forma en que los hombres tratan a las mujeres en este mundo patriarcal. Celebra que “la ha hecho suya” con la descabellada lógica de que si de alguna manera lo hiciera en una escala mayor y con más malvadería de lo que se le ha hecho en contra de uno mismo, pues eso es algo positivo y que eleva (incluso empodera) porque se es mujer. Como si de alguna manera la cosificación de otras mujeres y de sí misma y el tratamiento de ellas y de sí misma como un objeto sexual, ¡es algo “liberador”! No lo es. Simplemente refuerza las mismas relaciones patriarcales gastadas y trilladas. El hecho de que sea una mujer la que lo hace no lo hace menos feo.
Estas son expresiones sin salida que llevan a uno a defender todo lo feo que este sistema le hace a la gente y que las personas se hacen las unas a las otras. Las relaciones entre las personas que se celebran en estos ejemplos no son la “naturaleza humana”; provienen de la naturaleza del sistema del capitalismo-imperialismo. No cambia eso darles una nueva envoltura con cara de los oprimidos. No necesitamos más expresiones de eso. Lo que necesitamos es una revuelta radical contra esta cultura que revuelve el estómago, una que no solo denuncia a las necedades, sino que también refleja la clase de sociedad que es posible. Los Puntos de Atención para la revolución que el Club Revolución defiende, según los cuales vive y por los que lucha describen el tipo de mundo por el que podemos luchar y que desafía la manera tradicional en que la gente está entrenada a relacionarse. Hay dos puntos en particular que concentran la dirección radical que la humanidad necesita: el Punto #2 dice: “Nosotros luchamos por un mundo en el que TODAS las cadenas resulten rotas. Las mujeres, los hombres y las personas de género diferente son iguales y camaradas. No toleramos el abuso físico o verbal contra las mujeres ni el tratarlas como objetos sexuales, ni toleramos los insultos o ‘bromas’ sobre el género u orientación sexual de las personas”. El Punto #4 dice: “Nosotros tomamos partido con los más oprimidos y nunca perdimos de vista su potencial de emancipar a la humanidad — ni nuestra propia responsabilidad de dirigirlos para hacerlo. Trabajamos por ganar a gente de todos los orígenes sociales a que participe en la revolución, y no toleramos la venganza entre las personas”.
Nos hace falta esa clase de la cultura, de basarnos en los intereses más excelsos de la humanidad y no en los intereses de un grupo por encima de otro. No nos debemos esforzarnos simplemente por voltearle la tortilla y luchar por un mundo en que los oprimidos tengan la oportunidad de estar en la cima o de sentarse en la mesa de los opresores. No debemos esforzarnos por “los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos”. Al contrario, hace falta que luchemos por la emancipación de toda la humanidad. Esto es algo sobre lo que hay que abrir discusión como parte de la lucha por una revolución real para hacer nacer ese mundo mejor.
Después, se les pidió a los oradores comentar el momento político actual. Durante estas intervenciones, Cooper dijo que Stacey Abrams, la mujer negra demócrata que dio la respuesta al discurso de Trump sobre el estado de la nación, era su paladín. Dijo: “Se parece a mí”. Incluso dijo: “Si ustedes no se meten con [Stacey Abrams], yo no me meteré con ustedes”. Cooper también sostuvo que un gran problema con lo que “nosotros” tenemos que lidiar ahora son las “mujeres blancas” y el “feminismo blanco”, diciendo que las mujeres blancas son “traicioneras” y que solo sirven de aliadas y no de amigas. Después de abundar sobre esto por buen tiempo, hizo toda una polémica en contra de una revolución real. Dijo que los negros, que ya crecen en los escombros, no necesitan la violencia que ocasionaría el derrocamiento del sistema. Dijo que los negros que crecieron en la pobreza no tienen por qué volver a vivir ese trauma y que eso solo causaría más daño a un pueblo que ya ha sufrido tanto. Alegó que solo una persona de la clase media (dando a entender a alguien con privilegio) promovería eso.
Primero, hablemos de lo que ella dijo sobre “escombros”. La pregunta que cabe hacer, la que se ha eludido, es: ¿qué causó estos “escombros”? En Estados Unidos, el funcionamiento normal del capitalismo-imperialismo está inseparablemente entrelazado con la supremacía blanca. De la fundación de Estados Unidos a la fecha, la supremacía blanca ha sido una parte de lo que define lo que hace que Estados Unidos sea Amérikkka (en referencia al Ku Klux Klan). El sistema no puede detener la opresión del pueblo negro y su única “solución” es más encarcelación en masa, más brutalidad policial y más asesinatos a manos de la policía. Tanto los demócratas como los republicanos han supervisado y expandido este horror y seguirán haciéndolo hasta que el sistema sea derrocado por medio de una revolución real.
Miren a lo que los demócratas, el partido que Stacey Abrams está representando, han causado para la humanidad. Los demócratas no solo han jugado un papel en todo eso, activamente están consiguiendo que la gente acepte lo que Estados Unidos está haciendo contra la gente por todo el mundo. Por ejemplo, la pesadilla en que han obligado a vivir a la gente en Yemen, Gaza, Honduras, El Salvador, México, Guatemala. Pero eso es solamente una fracción de los escombros que causa este sistema, repito, con la supervisión de demócratas así como republicanos. Pero se tapa y exime todo esto, al proceder simplemente de acuerdo a la propia identidad de uno en un país como Estados Unidos. Aunque uno sea de entre los oprimidos, proceder de esta manera hará que uno sea ciego y no vea todas las ramificaciones de lo que en realidad son esos escombros. Cualquiera que sea la intención de uno, terminará por defender a “Estados Unidos Ante Todo”. El capitalismo-imperialismo no puede detener ese saqueo o esas guerras por el imperio, pero sí puede encontrar a nuevas caras negras y latinas femeninas que engañan a la gente para que apoye esa pesadilla.
Ahora, hablemos de esta idea de que “las mujeres blancas son traicioneras”. Puras tonterías. Las mujeres blancas no son el problema; el problema es el sistema y la manera que entrena a la gente a actuar. Es cierto que la supremacía blanca es una parte de la manera en que el sistema ha entrenado a la gente, y es cierto que ha habido mujeres blancas que han actuado de maneras horripilantes hacia el pueblo negro, pero eso no es parte de su ADN. Y de la misma manera que existen negros que sirven de pantalla para promover la opresión, existen blancos que de veras están en la lucha por la liberación, y tiene que haber muchísimos más de ellos. Esto es algo bueno. Es perjudicial y es incorrecto descartar a todos los blancos. Eso exime al sistema, y entrena a la gente a quedarse dentro de las divisiones que el sistema ha creado.
Para superar estas divisiones y toda la opresión que este sistema impone, nosotros (la humanidad) necesitamos una revolución para derrocar este sistema y destruir las instituciones del viejo orden y construir una sociedad en la que la gente pueda florecer y que esté tomando el rumbo hacia la emancipación de toda la humanidad. Sentí la responsabilidad de lanzar este reto y bregar con Cooper y los demás presentes para que miren más allá de su “identidad” porque esa perspectiva obra en contra de la eliminación de esa misma opresión que les inquieta a tantos de ellos. Solía pensar también que el problema eran los blancos, hasta que leí cosas de Bob Avakian, o BA. Lo primero que se me ocurrió cuando me enteré de él fue: “¿Qué diablos me puede decir este tipo blanco lo que yo ya no sé?” Pero luego leí la cita de él, incluida al fin de este artículo y de veras me sacudió que él había escrito algo tan serio de manera tan poética sobre la opresión del pueblo negro, con un reconocimiento del dolor y la brutalidad que ha sufrido, de conectar eso a toda la humanidad y de explicar una manera real en que se podría detener. La cita me retó a ir más a fondo sobre lo que BA dice y aprender más acerca de la nueva síntesis del comunismo que él ha forjado y la conexión más profunda que comparten todos los pueblos oprimidos y toda la humanidad. El sistema no solo ha acercado a las personas entre sí más que en cualquier otro momento de la historia humana, sino que también nos ha vinculado todos en una profunda red de explotación y opresión. Eso se me abrió los ojos ante la realidad de que el mismo sistema que esclavizó a los africanos y los trajo a estas tierras en grilletes es el mismo sistema que, hoy en día, está hambreando y bombardeando al pueblo yemení. Me enteré que es posible detener todo esto y que la humanidad tiene una verdadera posibilidad de ganar en esta lucha. Recuerdo que eso no solo me inspiró sino también por fin me dio una claridad real sobre por qué el mundo es como es y como podría ser. Pero para esto hacía falta la ciencia y esfuerzo de mi parte para captar a fondo las raíces de esa opresión, y también me dio una sensación de liberarme saber que esto no es parte de ninguna llamada naturaleza humana inalterable y que los seres humanos pueden cambiar conscientemente la historia. Y hoy nos incumbe una responsabilidad real de hacer eso ahora. Así que, no solo reto a las personas a que dejen de obrar sobre una base de la “identidad” y a que dejen de aplaudir a los demócratas y a que, al contrario, se unan a la verdadera revuelta contra esta cultura que revuelve el estómago, sobre todo les reto a que le entren a BA y a la nueva síntesis del comunismo.
Cita:
Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.
— Bob Avakian
Un corto del discurso de Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución
El Partido Demócrata: “Un importante instrumento de este sistema monstruosamente opresivo” (en ingles)
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LA POLÍTICA DE IDENTIDAD Y EL PRIVILEGIO
¿Usted alguna vez ha notado que el único privilegio del cual no hablan esos traficantes de la “política de la identidad” es el privilegio estadounidense? — el privilegio que resulta de vivir en Estados Unidos, un país que saquea al mundo y cuya riqueza y poder descansan en la brutal explotación y opresión por todo el mundo, respaldado por la violencia masiva de las fuerzas armadas estadounidenses. Estos traficantes quieren todo lo que puedan sacar de ese privilegio. En oposición a eso, lo que las masas de la humanidad necesitan es deshacerse de todo este sistema chupasangre y dejarlo atrás, poniendo fin a toda explotación y opresión.
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