¿Las mujeres recibirán consideración como seres humanos o como incubadoras?
Lo que usted hace ante el asalto fascista contra el aborto quizá determine la respuesta
Sunsara Taylor
| revcom.us
Una ola cruel de leyes extremas antiaborto se está imponiendo a fuerzas por todo el país. La nueva ley de Alabama prohíbe todo aborto — incluso en casos de violación o incesto. Los doctores que practican el aborto podrían ser condenados a cadena perpetua. Georgia, Misisipí, Luisiana, Misuri, Indiana, Arkansas y Utah también han aprobado prohibiciones del aborto, muchas de ellas en etapas del embarazo cuando la mayoría de las mujeres ni siquiera sepan que están embarazadas. (Vea en este artículo los detalles sobre estas leyes).
¡Hay que protestar ferozmente y luchar de verdad para derrotar estas medidas monstruosas que representan un asalto misógino contra el pueblo! ¡Hay que luchar por el Aborto a Solicitud y Sin Pedir Disculpas!
Un futuro mucho peor que el pasado horrendo
Este asalto contra el derecho más fundamental de la mujer de controlar su propio cuerpo y vida no sólo tiene que ver con arrastrar a la mujer de regreso a los días cuando se penalizaba el aborto, cuando miles de mujeres fallecían desangradas en pisos de moteles o morían por sepsis tras abortos ilegales malos y millones de mujeres tenían sus vidas truncadas por la maternidad obligatoria.
Por atroz que haya sido todo eso, lo que enfrentamos ahora es mucho peor.
Es peor porque ese movimiento está empeñándose en hacer que la ley considere al feto como una “persona”. Eso significa que las mujeres y los que las ayudan a conseguir un aborto —o incluso las que abortan espontáneamente en muchos casos— podrían ser procesados y castigados por “homicidio”. Esto tiene consecuencias horrendas de una mayor criminalización en la época de la encarcelación en masa, y las cualitativas revocaciones del derecho al aborto representan el restablecimiento violento de las cadenas patriarcales con un impulso que actualmente intensifica hacia mayores ataques contra las mujeres. Todo eso cuenta con el respaldo de un régimen fascista en el poder y de los tribunales que han llenado de fascistas.
El movimiento que motiva este asalto ya ha puesto bombazos en clínicas del aborto, ha asesinado a doctores y ha hostigado y humillado a las mujeres mientras entran a las clínicas en cada estado del país durante décadas. Ya han encarcelado a mujeres por abortar espontáneamente, por tratar de suicidarse siendo embarazadas, y por tratar, por desesperación, de provocar sus propios abortos. Este restablecimiento violento de la esclavización patriarcal será una Edad de Tinieblas de alta tecnología — un Cuento de la Criada con vigilancia estatal de maternidad obligatoria, miles de años de cadenas de tradición ahora con esteroides imperialistas, y el terror y el castigo contra cualquier mujer o persona que se le oponga resistencia.
Esta maniobra fascista está arraigada en un sistema patriarcal imposible de reformar
Este asalto contra el aborto es parte de una escalada de misoginia a nivel mundial, íntegramente vinculada con el resurgimiento del fascismo y el fanatismo religioso ante un mundo que cambia rápidamente. Uno de los cambios en las últimas décadas ha sido los choques tectónicos sobre el papel de la mujer. Con el impulso de la lucha determinada de las mujeres contra su opresión así como los grandes cambios económicos y geopolíticos, las mujeres están entrando en roles de los que han estado excluidas durante miles de años, entre otros cambios mayores en los roles de género.
Pero, si bien todo eso ha tensionado y alargado algunas tradicionales normas y formas patriarcales de opresión, nada de esto ha puesto fin —ni podría poner fin— a la opresión de las mujeres. La supremacía masculina es una dimensión central de la cultura y las normas cohesionadoras de sociedades por el mundo entero; refuerza el gobierno y dominio de sistemas explotadoras subyacentes, ahora el capitalismo-imperialismo a nivel global. La opresión de las mujeres está entretejida en la trama de estas sociedades de diferentes maneras, en tanto un desarrollo histórico que se inició y ocurrió con las primeras formas de explotación y opresión en las sociedades humanas. Poner fin a esta opresión sólo se puede lograr por medio de una revolución real —en Estados Unidos y por todo el mundo— que derroque el sistema del capitalismo-imperialismo, y trabaje hacia abolir las divisiones sociales y de clase con las cuales esta opresión está inextricablemente vinculada, como parte de un proceso mundial.
Ausente semejante revolución, si bien se han hecho reformas, el funcionamiento de este sistema ha envalentonado y ha dado iniciativa a ofensivas reaccionarias para no solamente “poner a las mujeres en su lugar”, sino cobrarle una cruel venganza con objeto de controlar y subyugarlas aún más, inclusive en las esferas de lo personal y lo íntimo. Esto es parte de un programa fascista más amplio, impulsado por un movimiento fascista cristiano, el que los republicanos han construido y apoyado durante décadas, mientras los demócratas siempre se han negado a denunciarlo por lo que es. (Vea el recuadro crítico sobre el tremendo daño que han hecho el Partido Demócrata y los que embaucan en su nombre.)
La cuestión que está por determinar: ¿Se reforzarán las cadenas de la esclavización o serán hechas añicos?
Hace años, cuando apenas empezaban a tomar forma los contornos de este asalto, Bob Avakian, el líder de la revolución y el arquitecto de un marco completamente nuevo para la emancipación, analizó de manera previsora que:
La cuestión general de la posición y el papel de la mujer en la sociedad se presenta cada día más agudamente en las extremas circunstancias de hoy... No se puede concebir la resolución de todo esto salvo de la manera más radical… La cuestión que pende es: ¿será una resolución radical reaccionaria o una resolución radical revolucionaria, implicará reforzar las cadenas de la esclavitud o destruir los eslabones más decisivos de esas cadenas y abrir la posibilidad de realizar la eliminación completa de todas las formas de dicha esclavitud?
¡Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución!
Los intereses de la humanidad están en llevar a cabo la revolución para emancipar a toda la humanidad, que incluye eliminar todas las formas de opresión de género. Por medio de la revolución, es posible crear un mundo donde nunca más una mujer o una niña se avergüence de su cuerpo y su sexualidad ni tenga miedo de caminar sola en la noche, nunca más vea su vida restringida o terminada violentamente simplemente por ser mujer, ni nunca más sea obligada a dar a luz en contra de su voluntad. También es posible crear un mundo que ponga fin a toda opresión basada en la raza, nacionalidad o idioma, que ponga fin a toda explotación en todas partes y ponga fin a la destrucción catastrófica del medio ambiente.
Para esta revolución Bob Avakian (BA) ha forjado la ciencia y la estrategia — y esta revolución es la que él está dirigiendo activamente. El nuevo comunismo de BA representa una brecha radical que se está abriendo para la emancipación de toda la humanidad, e incluye avances teóricos sobre lo que subyace a la opresión de la mujer y lo que se requerirá para dejarla atrás, un enfoque diferente a lo que ha existido en la teoría y práctica comunista del pasado.
Pero para que esta revolución sea real —para que se resuelva de manera liberadora el enorme choque que hoy arde sobre el papel de la mujer, en contraposición a la pesadilla hacia la cual nos estamos acercando de manera acelerada hoy—, muchas personas más tienen que adentrarse en esta revolución, difundir el mensaje sobre ella y organizarse para que se haga realidad.
En este momento, esto incluye movilizar una resistencia masiva, a una escala que no se ha visto en décadas (o nunca), a estos horrendos ataques que ahora se nos están cayendo encima y los ataques aún peores que seguramente se nos aproximan. Cabe repetir, urge muchísimo que las personas ¡luchen con desafío para derrotar estas puntas de lanza del horror, estos ataques contra las mujeres, este asalto misógino contra la gente!
PONTE TRUCHA: Los demócratas son parte del problema, NO son la solución
Confiar en que los demócratas vayan a detener este ataque misógino contra la gente es el colmo de los colmos.
NO es aceptable (ni honesto) que uno se diga a sí mismo que se está “oponiendo resistencia” a este ataque fascista, cuando dicha “resistencia” se refiere a simplemente votar, hacer donaciones y movilizar a otras personas para votar por los demócratas, o a simplemente participar en las elecciones de ellos.
El Partido Demócrata ha sido parte del problema desde el principio. Cedieron la superioridad moral a los fanáticos anti-mujeres cuando declararon que el aborto debía ser “poco común”. Cedieron el terreno político y legal cuando ratificaron a los jueces fascistas, se negaron a oponerse a cientos de restricciones al aborto, han vuelto a aprobar la Enmienda Hyde cada año desde 1976, y así sucesivamente. NUNCA han denunciado oficialmente al fascismo cristiano por lo que es, SIEMPRE han tratado a los republicanos como legítimos, a pesar de que se han venido transformando cada vez más en una fuerza fascista de la clase dominante, ahora concentrada en el régimen fascista de Trump y Pence que está en el poder.
El Partido Republicano es fascista
El Partido Demócrata también es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad
Para el Partido Demócrata, conservar la estabilidad del sistema imperialista al que sirve es mucho más importante que incluso las reformas más básicas que afectan a las mujeres. Es un partido de la clase dominante, un partido que representa y lucha por los intereses y la estabilidad del imperio capitalista-imperialista estadounidense, y eso tiene consecuencias reales. A pesar de todas sus divergencias reales con los fascistas republicanos, estas son divergencias sobre la manera de defender y extender este sistema opresivo. Y, su papel primordial es “acorralar y domesticar la disidencia” al servicio de ese sistema, como Bob Avakian lo ha dicho.
En contraste con el partido fascista de la clase dominante (los republicanos) así como sus rivales demócratas de la clase dominante, es necesario que las masas de personas movilicen una resistencia feroz y creciente fuera de los mortíferos límites de las elecciones de este sistema y de la política del Partido Demócrata. En lo más fundamental, es necesario que se haga esto de una manera que contribuya a organizarse para una revolución real, y al mismo tiempo que se ocupe en sí de organizarse para una revolución real.
Lea también:
Leyes de los estados que prohíben y/o restringen el aborto
Las legislaturas de los estados han promulgado al menos 1.074 restricciones al aborto desde el fallo Roe contra Wade en 1973. Todas tienen el propósito de detener, retrasar o impedir por completo el derecho al aborto de las mujeres.
Tan sólo en 2019, se han presentado 304 restricciones al aborto en las legislaturas de los estados.