El asesinato de Layleen Polanco y la guerra del sistema en contra de las mujeres trans
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Layleen Cubilette-Polanco, una mujer trans afro-latinx también conocida como Layleen Xtravaganza, fue encarcelada en Rikers Island, la tristemente célebre cárcel de la Ciudad de Nueva York. Tenía previsto liberarse el 13 de junio. Pero ahora su familia está preparando un funeral porque se encontró muerta a Polanco en su celda el 7 de junio. La causa de la muerte no se ha informado. Pero lo que sí está claro es que fue el funcionamiento de este sistema el que mató a Polanco.
En abril, a Polanco la arrestaron después de un altercado con un taxista. En agosto de 2017, se emitió una orden de arresto después de que Polanco se perdió una cita en la corte que tenía que ver con cargos de delitos menores por infracciones relacionadas con la prostitución y un cargo muy menor por drogas. Así que cuando arrestaron a Polanco en 2019 por cargos por los cuales la deberían haber puesto en libertad, el juez exigió escandalosamente una fianza de $ 500 que ella no podía pagar.
Inicialmente la metieron en una unidad trans. Pero luego, después de, según informes, un altercado con otro recluso, la enviaron a una unidad de vivienda restrictiva. Cuando murió, Polanco había estado en lo que básicamente era un régimen de aislamiento durante por lo menos una semana.
Polanco tenía epilepsia, un trastorno convulsivo serio. Su abogado, David Shanies, dice que el personal de Rikers lo sabía. Dijo: “Ella ciertamente no estaba en una condición en la que la deberían haber dejado sola, sin vigilancia, para morir sola en una celda”.
Recordando a Polanco, expresando enojo
Cientos de personas se reunieron en Manhattan el 10 de junio para recordar a Polanco y protestar por su muerte. Exigían respuestas y justicia. Exigieron el cierre de Rikers, donde los guardias han maltratado y asesinado a tantas personas, especialmente personas negras y latinas.
Los amigos y la familia dicen que Polanco fue una mentora cariñosa para las jóvenes trans que fue abrazada por sus dos familias: la de su nacimiento y la comunidad de personas trans y las que no conformen en cuanto al género. Melania Brown agradeció a la familia trans de su hermana por apoyar a Polanco cuando sus parientes consanguíneos habían luchado para aceptar su identidad de género. Y condenó a los responsables de la muerte de Polanco: “Trataron a mi hermana como si no fuera nada debido a la manera en que decidió ser feliz”.
Indya Moore, quien protagoniza el programa de televisión Pose, habló en el mitin. Conoció a Polanco cuando ambas trabajaban en el salón de baile Xtravaganza, que apareció en el documental de 1990 Paris is Burning. Moore recitó los nombres y detalles de las nueve muertes violentas conocidas de mujeres trans negras este año y le dijo a la multitud: “Nuestra comunidad está literalmente muriendo por vivir. Literalmente, estamos muriendo por ser visibles en paz y armonía con todos ustedes.... No estamos seguros en ningún lugar.... Si no les gusta la forma en que luchamos por nosotros mismos, pues luchen por nosotros o aléjense del camino porque no nos callarán y no podrán seguir descansando en paz”.
El funcionamiento de un sistema asesino
“Empieza con la familia. Tienes una identidad como una persona trans, con la que podrías estar bregando para entender y aceptar. Comienzas a expresarla cuando eres un niño y su familia comienza a insultarte, o rechazarte. Vas a la escuela, y la escuela es básicamente una tortura porque ahí te insultan aún más y te hacen sentir diferente. Las autoridades escolares no te ayudan. Así que ya no quieres ir a la escuela, no terminas la escuela. Te haces mayor. Digamos que declares tu identidad trans. Es difícil encontrar un trabajo porque nadie te quiere contratar debido a sus propios sentimientos acerca de las personas trans. No te van a emplear para trabajar con los clientes, por lo que te encuentras obligado a entrar en una economía informal que está criminalizada, y terminas en el sistema judicial”.
— David Miranda, defensor público de la Ciudad de Nueva York que ha representado a jóvenes sin hogar, la gran mayoría que se identifica como LGBTQ
El patriarcado es una característica definitoria del capitalismo-imperialismo. Implica la subordinación de la mujer al hombre; está entretejido con roles de género opresivos y los refuerza; y requiere las estructuras y venera la santidad de la familia. Y significa la supresión violenta de cualquier cosa que desvíe de esto o que lo desafíe, cual supresión incluye el hostigamiento, satanización y opresión de gente LGBTQ. Y todo esto se está incrementando ahora bajo el régimen fascista de Trump y Pence, con su agenda y programa fascista cristiano.
Las personas trans enfrentan todo tipo de discriminación. Aún más, los atormentan, aterrorizan y tratan como infrahumanos la policía y turbas de golpeadores homofóbicos. Y va de la mano con la opresión de la gente de color. Desde 2013, se han asesinado a 136 personas trans en Estados Unidos, la mayoría siendo personas de color. Y al menos diez mujeres trans fueron asesinadas en solo este año. Se asesinaron seis mujeres trans negras durante el mes pasado: Chanel Scurlock, Chynal Lindsey, Muhlaysia Booker, Michelle Washington, Paris Cameron, y Zoe Spears.
La muerte de Layleen Polanco arroja luz sobre el funcionamiento asesino del sistema: Las opresivas relaciones sociales, el acecho policial y criminalización de aquellos que desafían o “transgreden” las normas tradicionales de género. Y el sistema penal “de injusticia”, con su sistema de fianza que encarcela a una persona por ser pobre; con su aislamiento, no obstante el hecho de que ha sido condenado internacionalmente como el castigo cruel a inusual; y con sus cárceles y prisiones donde los reclusos enfrentan condiciones lo más inhumanas y donde lo guardias los maltratan y asesinan rutinariamente. Dado todo esto y aún más, fue el mismo funcionamiento del sistema el que hizo que Layleen Polanco fuera el séptimo recluso muerto en Rikers desde 2012.
La muerte de Layleen Polanco debe provocar e intensificar la ira de la gente contra la manera en que, en cada nivel y en cada rincón de la sociedad, este sistema hostiga, discrimina, maltrata y asesina a mujeres trans. Y debe profundizar nuestra comprensión de que solo una revolución real puede poner fin a tales crímenes, así como tantos otros crímenes amerikkkanos en todo el mundo.