Irán derriba un avión no tripulado yanqui… según informes, se suspende el ataque yanqui: La “moderación” de Trump encubre el mayor peligro de una devastadora guerra contra Irán…
| revcom.us
En las primeras horas del jueves 20 de junio, Irán derribó una aeronave no tripulada, militar, de vigilancia de Estados Unidos con un misil tierra-aire. Según Irán, la aeronave no tripulada había entrado en el espacio aéreo iraní y por eso era una amenaza potencial. De inmediato, Estados Unidos dijo que la aeronave estaba en aguas internacionales y que Irán había cometido un acto de agresión “sin provocación”.
Irán ha publicado las coordenadas del GPS que dice que demuestran dónde estaba la aeronave cuando fue derribada, pero Estados Unidos todavía no ha presentado pruebas similares para comprobar sus afirmaciones sobre la trayectoria del vuelo y si había violado el espacio aéreo iraní.
Temprano el viernes 21 de junio, según informes de prensa, Estados Unidos estaba preparándose para lanzar un ataque militar contra varios blancos iraníes, como represalia. Sin embargo, Trump dice que suspendió el ataque de último momento porque se enteró que podría matar a 150 iraníes. Por la mañana del viernes, tuiteó que matar a ese número “no era proporcional con el derribo de una aeronave no tripulada”1. Muchos medios de comunicación en Estados Unidos y algunos dirigentes políticos, incluidos los demócratas, alabaron la acción de Trump (“muy bienvenido” según el New York Times). Nancy Pelosi dijo: “Me alegro de que el presidente no haya tomado esa” acción.
Es importante, al desmenuzar todas las afirmaciones y contra-afirmaciones, tener en mente algunos hechos básicos:
Primero, hablar de una agresión iraní “sin provocación” contradice la realidad —y es una burla— cuando uno considera las acciones de Estados Unidos, en los últimos meses y durante la historia. Estados Unidos es —con mucho— el verdadero agresor y peligro en esta situación, si bien la República Islámica de Irán es una teocracia reaccionaria con sus propias maniobras por el poder.
Segundo, hay divisiones al interior de la clase dominante estadounidense, incluso al interior del régimen de Trump y Pence, y con los demócratas, sobre la orientación y política respecto a Irán, impulsadas sobre el debate sobre la mejor manera de “impulsar” sus intereses imperialistas, pero existe una unidad fundamental entre todos ellos sobre la necesidad (y el “derecho”) de Estados Unidos de dominar a una región estratégicamente vital del mundo.
Tercero, lejos de retroceder, el peligro de una guerra sigue siendo real, y ha aumentado. Y las sanciones actuales, guerra económica, están castigando a la población de Irán.
Agresión sin provocación, sí… pero ¡¿de parte de quién?!
Repasemos unos acontecimientos. Es Estados Unidos, bajo Trump, y NO Irán, el que en 2018 abandonó el tratado nuclear2 que Obama y Estados Unidos, junto con otras potencias mundiales, habían amarrado en 20153, una maniobra que de inmediato agravó las tensiones. Es Estados Unidos, bajo Trump, el que volvió a imponer crueles sanciones. Estas sanciones ya han devastado la economía iraní dependiente del petróleo, al reducir sus exportaciones de 3.2 millones de barriles de petróleo al día a 0.5 millones, al calentar una inflación de más del 50 por ciento y una tasa de desempleo de más de 25 por ciento y al causar un sufrimiento en masa que incluye muertes por la falta de medicinas. Así que, ¿quién es, realmente, el agresor despiadado y sediento de sangre?
Durante los últimos meses, es Estados Unidos el que ha mandado a la región bombardeos B-52 con capacidad de misiles nucleares, un grupo de ataque encabezado por un portaaviones y miles de soldados adicionales, y ha amenazado con “el fin oficial de Irán” si éste no se somete. ¡Imagínese nada más si Irán hubiera hecho una pequeña parte de eso en el golfo de México!
En medio de esta situación tensa, Mike Pompeo, el secretario de Estado de Estados Unidos, ha declarado que Irán tiene supuestos vínculos con Al Qaeda, que amenaza a las fuerzas estadounidenses en la región, y más recientemente dice que es responsable de ataques contra buques petroleros en el Golfo. Las alegaciones de Pompeo cuentan con poca o ninguna evidencia. Los medios de comunicación estadounidenses, en lo principal, han repetido y propagado mucho de esto (si bien quizá expresen una que otra duda e inquietud), y suponen como si fuera un hecho que Irán es responsable de los ataques contra los buques petroleros en las vías marítimas vitales y que unas fuerzas respaldadas por Irán en Yemen son responsables de los ataques con misiles a Arabia Saudita, un aliado estadounidense clave en la región.
Tom Cotton, un senador republicano fascista, ha dicho que en la historia interferir con el comercio como el transporte marítimo ha sido un motivo para ir a la guerra, con la suposición subyacente de que Estados Unidos es la policía justa y autoproclamada del mundo para eso. Lo que es increíblemente peligroso y alarmante, en las acusaciones de ataques provocadores, es que este redoble incesante es parte de crear un “casus belli” — una frase en latín que significa “justificación para la guerra”.
Tras todo eso, y en ese contexto, el 20 de junio Estados Unidos mandó una aeronave no tripulada militar, o al espacio aéreo iraní (según Irán y las coordenadas de GPS que publicó) o peligrosamente cerca. Luego, cuando Irán derribó con un misil a una aeronave no conocida, que dice que se negó a responder a sus avisos a que se identificara, ¡lo acusan de ser el agresor! Mientras tanto, funcionarios estadounidenses ni siquiera pueden garantizar que la aeronave no violó el espacio aéreo iraní4, y aún no han ofrecido ninguna prueba o evidencia CONCLUYENTE al contrario.
Dos puntos adicionales al respecto:
Primero: Los asesinos en masa gobernantes de Estados Unidos son reincidentes — al ir a la guerra con puras mentiras, con acusaciones inventadas. De hecho, Estados Unidos inauguró sus ambiciones imperialistas con una alegación falsa sobre un ataque contra un buque de guerra estadounidense, el USS Maine en la Bahía de La Habana en Cuba5, que utilizó como justificación de la Guerra Hispano-estadounidense y la dominación estadounidense, en varias formas, de Puerto Rico, Cuba, las Filipinas y otros territorios españoles. En 1964, pretextó el “ataque” del golfo de Tonkín6 para justificar una fuerte escalada de la guerra en Vietnam, y a escala más amplia en Indochina, donde Estados Unidos mató a 3 millones —¡sí, millones!— de vietnamitas, laosianos y camboyanos. Hace poco, usó la gran mentira de que Sadam Husein tenía “armas de destrucción masiva” para justificar la invasión y ocupación a Irak en 2003 que ha resultado en un millón de muertos y más de cinco millones de personas o más obligadas a huir de sus hogares.
Segundo: Como escribimos la semana pasada, la agresión estadounidense contra Irán tiene una historia mucho más larga, impulsada por intereses imperialistas más vitales, y ahora se manifiesta con fuertes desafíos al imperio estadounidense.
Divisiones profundas… al interior de una unidad fundamental sobre la necesidad de mantener el imperio
Hay serias diferencias al interior de la clase dominante estadounidense, incluido, al parecer, al interior del mismo régimen de Trump y Pence. Algunas fuerzas básicamente quieren empezar a lanzar ataques militares para obligar a Irán a retroceder, aunque eso terminara en una guerra. Otras fuerzas se oponen a ir a una guerra “directa”, especialmente con un país cuyas fuerzas armadas son relativamente fuertes y desarrolladas. Temen lo que, en las palabras del New York Times, podría ser un “cataclismo” que al final perjudicara los intereses imperialistas estadounidenses en vez de beneficiarlos.
Más bien, afirman, es mejor librar una guerra económica, aprovechar la posición dominante de Estados Unidos en la economía mundial imperialista para estrangular a Irán, con la amenaza omnipresente de la aniquilación militar. Proponen seguir apretando el dogal de las sanciones que ya han recortado las exportaciones de petróleo de Irán y ya han paralizado su economía, y así han aumentado enormemente el sufrimiento de la población iraní. Al mismo tiempo, en algunas de estas fuerzas siguen habiendo “receptividad” a ir a la guerra, e incluso consideran que las sanciones son parte de debilitar más a Irán en caso de un ataque militar estadounidense directo.
En una encarnación del número del policía bueno y el policía malo y la síntesis perversa de una guerra económica y amenazas militares, Trump, inmediatamente después de expresarle a Chuck Todd de la NBC su inquietud por la “proporcionalidad” de la repuesta, amenazó con que, si llegara a terminar en una guerra con Irán, “sería una aniquilación como nunca se ha visto antes”.
Y, ¿qué dicen los demócratas ante todo esto? ¿Cuestionan la premisa fundamental y el derecho básico de Estados Unidos de dominar al Medio Oriente, o condenan las sanciones por inmorales e injustas?
Veamos los comentarios de Nancy Pelosi al respecto. Pelosi, la demócrata líder y presidenta de la Cámara de Representantes, dijo: “Estamos en una situación extremadamente peligrosa y sensible con Irán” — NO dice que Estados Unidos es el que está creando una situación extremadamente peligrosa. Y agregó como aclaración: “Tenemos que calibrar una respuesta que disminuya las tensiones e impulse los intereses de Estados Unidos, y debemos tener claridad sobre cuáles son esos intereses. No nos ilusionamos sobre la conducta peligrosa del régimen iraní. Esta es una situación peligrosa de agudas tensiones que requiere una orientación fuerte, inteligente y estratégica”.
Los demócratas son parte de la clase dominante, un partido que ha cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cuando lo estimaba necesario para “impulsar” esos “intereses estadounidenses”. En este momento, consideran en general que una guerra sería perjudicial para esos intereses. Al reflejar esos sentimientos y ese modo de pensar, dos figuras asociadas con el sector liberal de los demócratas y sus centros de investigación escribieron en NPR.org: “Irán es demasiado grande y fuerte como para ser derrocado, y ahí no existe ninguna oposición fuerte, unida y capaz de fomentar el tipo de descontento que podría derrocar al régimen a raíz de ataques militares estadounidenses. Si el régimen colapsara, probablemente sería seguido de un período de inestabilidad o de un gobierno que es aún más militantemente antiestadounidense”.
Al mismo tiempo, aquí vemos el lenguaje de doble sentido que es típico del Partido Demócrata. Pelosi desdibuja quién en lo fundamental es el responsable, habla de disminuir las tensiones a fin de aplacar a las masas antiguerra a las que los demócratas trabajan para acorralar y domesticar, y luego pasa al quid del asunto: impulsar los intereses de Estados Unidos, que ella nunca define y los que al parecer significarán lo que ella diga que sean. Si Estados Unidos lanzara una guerra, eso abriría la puerta para que los demócratas afirmaran que habían querido la paz, pero que ahora “los intereses de Estados Unidos están bajo ataque, y por lo tanto no hay remedio salvo meterse en cintura”.
La omnipresencia del peligro y amenaza de una guerra...
Aunque “optar” por una guerra económica es potencialmente un elemento de lo que podría haber sido un factor en por qué Trump dio un paso atrás en lugar de lanzar una respuesta militar inmediata, la amenaza de guerra NO se ha amainado para nada.
En primer lugar, para nada está claro cómo se va a resolver la diferencia al interior del régimen de Trump sobre la mejor manera de lidiar con Irán y dominar al Medio Oriente. Es muy posible que salgan prevaleciendo aquellos que históricamente han impulsado la opción de una guerra, como John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional7. En segundo lugar, en toda la situación hay EXTREMAS tensiones con la concentración de fuerzas militares en el golfo Pérsico. La situación está llena de potenciales “factores detonantes”, posibilidades de accidentes y malentendidos, que podrían aumentar “escaleras de escalada” hacia una guerra real. Así sería en todo caso, pero sería aún más así con la lógica de “Estados Unidos Ante Todo” de Trump y el deseo de no dar la apariencia de ser débil, y por el otro lado lo que enfrenta la teocracia iraní, con sus propias divisiones internas y una población a la que gobierna brutalmente.
Ante esta creciente amenaza de una guerra contra Irán, es aún más crítico que: La gente de Estados Unidos se oponga resueltamente a toda maniobra y acción que Estados Unidos emprenda en el Medio Oriente. El reto que se presenta en un artículo acompañante de Rechazar el Fascismo afirma sencillamente: LA PREGUNTA SE PRESENTA AGUDAMENTE PARA TODOS LOS QUE SABEN DISTINGUIR LO CORRECTO DE LO INCORRECTO: ¿EN QUÉ MOMENTO UNO SE DECIDE A DECIR “¡BASTA YA!”? Esta es una pregunta —de moralidad, de humanidad— que hay que hacer a todos. El autor pregunta qué se necesitará para que la gente haga lo que es necesario: dejar de apoyarse en los demócratas, actuar, apartarse de los “canales normales”.
Los comunistas deben ir más allá e imbuir en la gente la idea de que los intereses de los gobernantes de Estados Unidos no solo NO son nuestros intereses, sino que el mejor desenlace posible sería una derrota para Estados Unidos en toda acción militar injusta que emprenda8. Al mismo tiempo, es necesario que la gente pregunte... ¿por qué este sistema libra una guerra tras otra tras otra... qué se requerirá para poner fin a las interminables guerras de Estados Unidos... y cuál es su responsabilidad ante todo esto, lo que incluye repudiar al patriotismo pro estadounidense y hacer todo a su alcance para ponerle fin a este flagelo para la humanidad9?
1. No se ha puesto en ridículo de manera generalizada y contundente la noción de que Trump (o la clase dominante estadounidense) se preocupan un comino sobre la “proporcionalidad”. ¿Estas gentes han visto en la frontera, donde decenas de miles de migrantes son víctimas del terror y encierro en campos de concentración sucios e infrahumanos? O en Yemen, donde Trump ha armado y azuzado a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para continuar su guerra en Yemen, una guerra que ha resultado en la muerte de más de 85.000 niños y obligado a 14 millones —sí, millones— de personas a estar al borde del hambruna? [volver]
2. Vea “Trump abandona el acuerdo nuclear con Irán y amenaza con otra guerra en el Medio Oriente peligrando a millones”, revcom.us, 16 de mayo de 2018. [volver]
3. Vea “El acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán: 6 puntos de orientación”, revcom.us, 17 de julio de 2015. [volver]
4. Al cierre de esta edición, Estados Unidos no ha divulgado las coordenadas del GPS del lugar donde dice que su avión no tripulado fue derribado. Mientras tanto, el New York Times informa: “Pero un alto funcionario de la administración de Trump dijo que había preocupación al interior del gobierno de Estados Unidos sobre si el avión no tripulado, u otra aeronave de vigilancia estadounidense, o incluso el avión tripulado P-8A con una tripulación militar, en realidad violó el espacio aéreo iraní en algún momento”. “Trump Says He Was ‘Cocked and Loaded’ to Strike Iran, but Pulled Back” [Trump dice que ya estaba ‘amartillado y cargado’ para atacar a Irán, pero retrocedió], New York Times, 22 de junio de 2019.
El sábado 22 de junio, el secretario de Estado Mike Pompeo “reaccionó con un rechazo vociferante, acusando a los dirigentes iraníes de ‘vender’ información falsa. Pompeo tildó de ‘infantil’ al mapa que el secretario de Relaciones Exteriores de Irán tuiteó, que supuestamente muestra la trayectoria del avión no tripulado en el espacio aéreo iraní, y dijo que los servicios de inteligencia de Estados Unidos ‘no deberían dejar ninguna duda en la mente de nadie acerca de dónde se encontraba esa aeronave no armada”. “Pompeo acusa a Irán de difundir ‘desinformación descarada’ sobre el derribo de un avión no tripulado”, Washington Post, 23 de junio de 2019. Y el New York Times informa que Estados Unidos planea presentar pruebas sobre el derribo del avión no tripulado ante una reunión de la ONU el lunes 24 de junio. [volver]
5. El acorazado estadounidense Maine fue volado el 15 de febrero de 1898 en el puerto de La Habana, cuando Cuba todavía era una de las colonias de España. Nunca salió ninguna evidencia de que las fuerzas españolas estuvieran involucradas en esta explosión, pero esto no impidió que las fuerzas pro-guerra en la clase dominante de Estados Unidos publicaran dibujos de primera plana que “mostraran” que las fuerzas españolas habían colocado minas en el casco inferior del buque de guerra. Al grito de “¡Recuerden al Maine!”, el gobierno de Estados Unidos se precipitó a lanzar una guerra para arrebatar un imperio a España, y así apoderarse de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas. [volver]
6. El 4 de agosto de 1964, Estados Unidos dijo, falsamente, sin ninguna evidencia real, que Vietnam del Norte había lanzado dos ataques sin provocación contra la flota estadounidense en el golfo de Tonkín. De hecho, la CIA estaba atacando las instalaciones costeras de Vietnam del Norte, y que por lo tanto cualquier enfrentamiento que hubiera ocurrido habría sido provocado por Estados Unidos, y el segundo “incidente” nunca ocurrió. De hecho, no ocurrió ningún ataque de ninguna suerte. En los medios de comunicación tradicionales nadie impugnó seriamente la versión en ese momento, ni mucho menos preguntó por qué una flota de buques de guerra estadounidenses se encontraba al otro lado del mundo. Pero “en respuesta” a estos “incidentes” inventados, el Congreso de Estados Unidos aprobó la “Resolución del golfo de Tonkín”, que autorizó el despliegue masivo de soldados estadounidenses en el sur de Vietnam. Eso fue el comienzo de una extrema escalada de guerra que resultó en la muerte de millones de personas en Vietnam, Camboya y Laos. [volver]
7. En septiembre de 2018, Bolton amenazó a Irán con que “pagaría caro” y habría “graves consecuencias” si desafiara a Estados Unidos. En mayo de 2019, Bolton anunció que Estados Unidos “está desplegando el Grupo de Ataque encabezado por el portaaviones USS Abraham Lincoln y una fuerza especial de bombarderos a la región del Comando Central de Estados Unidos para entregar un mensaje claro e inequívoco al régimen iraní de que cualquier ataque a los intereses estadounidenses o a los intereses de nuestros aliados se topará con una fuerza implacable”. El 23 de junio de 2019 en Israel, Bolton dijo: “Que ni Irán ni ningún otro actor hostil confunda la prudencia y la discreción de Estados Unidos con la debilidad. Nadie les ha otorgado una licencia de caza en el Medio Oriente”. [volver]
8. Aquí va el principio del derrotismo revolucionario. “En un país imperialista —o en cualquier país en que un gobierno libre una guerra injusta, una guerra de dominación y saqueo, una guerra reaccionaria que solo sirve para fortalecer la opresión o para sustituir una potencia opresiva por otra—, el derrotismo revolucionario implica prestar énfasis especial a oponerse al propio gobierno, aunque el enemigo de ese gobierno sea igualmente reaccionario. Implica que hay que rechazar apoyar a ese gobierno en tal guerra y, al contrario, hay que tener la orientación básica de aplaudir sus reveses y derrotas, y aprovecharlos para forjar oposición al gobierno y su guerra reaccionaria de acuerdo con el objetivo, y con la guía del objetivo, de hacer la revolución en el propio país y aportar todo lo que se pueda a la lucha revolucionaria internacional. Sin embargo, el derrotismo revolucionario no implica que de hecho uno deba apoyar al enemigo del gobierno si ese enemigo y la guerra que libra son igualmente reaccionarios. Obviamente, esto puede ser complicado y para la aplicación correcta del derrotismo revolucionario, se necesita hacer un análisis concreto de la situación concreta y a la vez mantener una firme fundamentación en los principios básicos”. Bob Avakian, de “Los grandes retos de la nueva situación”, corregido. [volver]
9. Vea el corto “Guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad” (en inglés), del discurso filmado de BA Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
“Libérese de la Gran Falsedad Tautológica”
Corto del discurso de Bob Avakian: ¡El régimen de Trump y Pence tiene que MARCHARSE!
(Para leer el texto de este corto en español, haga clic aquí; lea el discurso completo en español aquí)