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De hacerle frente de veras a la realidad de un Estados Unidos fascista, el camino quedará en claro

24 de julio de 2019 | revcom.us

 

El ataque racista de Trump de la semana pasada contra las congresistas Ilhan Omar, Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley, y el asalto vil y más grande el que se concentró contra las decenas de millones de personas no blancas en Estados Unidos, volvieron a subrayar una vez más: el régimen de Trump y Pence encarna una amenaza muy directa y muy grave de genocidio supremacista blanco, destrucción del medio ambiente y holocausto nuclear. “El planeta está en llamas”, se dice. Y este monstruo fascista echa más y más gasolina sobre las llamas. Hay que detener a él, y a su régimen, ahora, antes de que puedan causar más estragos sobre la humanidad.

Se ha dado cierto movimiento, lo que es bienvenido — pero para nada es suficiente. Demasiada gente aún está a la espera de las elecciones. Pero ¿qué pasa si —tras la supresión del voto, y la manipulación de los distritos electorales, y del colegio electoral, y la intimidación— Trump vuelve a ganar en el colegio electoral? O, ¿si él pierde, pero él y sus partidarios se niegan a dejar el cargo? Además ¿cuánto daño más se hará en los próximos dos años mientras esperamos a ver qué pasa?

El agravio contra la humanidad y el peligro para la propia civilización los que encarnan este régimen se han acelerado a nuevas alturas durante el último mes. Esto ha impactado a la gente. La comentarista liberal establecida Susan Glasser del New Yorker escribió sobre la última semana: “Esto es lo que se ve en una guerra civil política, que usa las palabras, por ahora, como armas”. (énfasis nuestro)

El peligro es real. Pero, como la misma comentarista señala, un lado de esta guerra civil potencial “se horroriza pero en realidad no está seguro sobre cómo combatirlo”, mientras el otro lado… Bueno, usted ya vio cómo coreaban. Vio, o por lo menos, sabe de los posteos de Facebook de sus agentes de la Patrulla Fronteriza. Aferrarse a la esperanza de que la basura electoral burguesa vaya a detener eso es cegarse a sí mismo deliberadamente — y si persistiera, las futuras generaciones, de existir, lo considerarían una irresponsabilidad criminal.

Pero no hay por qué las personas “no están seguras sobre cómo combatirlo”. Así que dejemos de jugar a “tapar el sol con el dedo”. Una vez que se haga frente a la naturaleza FASCISTA de este régimen, y a las implicaciones de eso, hay una respuesta muy sencilla, una respuesta que las personas están poniendo en práctica ahora mismo en diferentes partes del mundo: la resistencia masiva, sostenida y no violenta para hacer políticamente imposible que el régimen siga gobernando.

Hay una organización dedicada a esa respuesta: Rechazar el Fascismo. La misma naturaleza de un régimen fascista —a medida que vaya consolidando su dominio e imponiendo su visión y programa, rompiendo con normas democráticas liberales en el proceso— hace que esto sea total y urgentemente necesario. Lea aquí sobre cómo esta organización está actuando para estar a la altura del reto. Y vea aquí este discurso filmado de Bob Avakian (BA) que analiza a fondo las raíces de este régimen y el camino para lidiar con él, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible.

No hay garantía de victoria contra el fascismo, pero permitir que la inexorable monstruosidad avance a trompazos y haga tremendo daño sí garantiza una cosa: una catástrofe total. La pregunta que se presenta ahora con urgencia, especialmente pero no solamente después del último mes o meses, es ¿por qué carajos NO hay millones de personas en las calles? Y ¿qué es lo que impide que USTED se sume a Rechazar el Fascismo para movilizarlas en las calles?

Necesitamos un mundo nuevo

Al mismo tiempo, encubre dos cosas la invocación de parte de los demócratas y los liberales a que volvamos a un supuesto “Estados Unidos real” que de alguna manera se oponga a todo lo que Trump representa. Primero, es una mentira: toda la historia y la realidad actual de Estados Unidos se han basado en la explotación brutal y están empapadas de la sangre de cientos de millones de personas, como se puede ver en parte en la serie Crimen Yanqui en este sitio web o en este cuadro: “El Partido Republicano es fascista. El Partido Demócrata también es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. ¡NO es POSIBLE reformar este sistema — HAY que derrocarlo!”. Esta es una sociedad capitalista-imperialista, en la que el afán de ganancias y la competencia entre los mismos capitalistas forman, como ellos mismos lo describen, el quid del asunto. Es un imperio, con un nivel de vida basado históricamente en la esclavitud y el genocidio, que en la actualidad de manera parásita chupa la sangre de cientos de millones de personas por el mundo entero, y con unas fuerzas armadas que han impuesto todo eso por medio de millones de muertes desde la Segunda Guerra Mundial.

En segundo lugar, la severidad de la crisis que este imperio enfrenta ha creado el terreno en el que un Trump, aunando esfuerzos con las legiones fascistas cristianas bajo la batuta de Pence, pudo ascender al poder. Pues, a menos que uno insista deliberadamente en cerrarse los ojos ante las crisis ecológicas y éticas por el hecho de que Estados Unidos se trague tan desproporcionadamente los recursos de un planeta sediento y hambriento, uno tendrá que hacer frente a la necesidad de reestructurar radicalmente la relación entre esta sociedad y el resto del mundo, y que Estados Unidos ya no reinará, hinchado, en la cima de la cadena alimenticia de un planeta en hambruna. ¿Cuál demócrata siquiera mencionaría eso, ni hablar de decirlo en serio, ni sería capaz de llevarlo a cabo?

La pregunta es si usted está conforme con el mundo del cual Trump no sólo está dando un “anticipo” sino que rápidamente lo está implementando a porrazos. El anhelo a la quimera de un Estados Unidos del pasado, o a un Estados Unidos supuestamente potencial, que en realidad nunca existía, siempre ha justificado una complicidad terrible. En esta coyuntura, eso es una toxina letal.

HAY un tercer futuro, encarnado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, que visualiza una sociedad que capacite a las personas para ponerse a trabajar para eliminar toda la explotación y toda la opresión, y sobre esa base y como una parte fundamental de eso, reestructurar la relación de la nueva sociedad con el mundo y con la naturaleza… de una manera que es tan concreta como lo es visionaria. El puente hacia este futuro es una revolución REAL, el derrocamiento de este sistema del capitalismo-imperialismo. Ese camino es duro, pero es posible — y además, BA explaya esto en su discurso filmado POR QUÉ NOS HACE FALTA UNA REVOLUCIÓN REAL Y CÓMO CONCRETAMENTE PODEMOS HACER LA REVOLUCIÓN. Encuentre más información aquí sobre Bob Avakian y para explorar su obra y su dirección. Y entérese más aquí sobre la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”, la que en estos momentos está recorriendo a Estados Unidos y construyendo un movimiento de masas para la revolución, y una fuerza organizada de miles de personas, sobre la base del nuevo comunismo de BA y la dirección de BA.

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