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¡El planeta no puede sobrevivir otros cuatro años de Trump!

Primera parte: La Gran Barrera de Coral y el Amazonas


El coral blanqueado, la Gran Barrera de Coral

 

Nota de la redacción: Un lector nos envió lo siguiente — la primera entrega de una serie de artículos sobre la destrucción de los ecosistemas del planeta que, bajo el régimen de Trump y Pence, ha alcanzado nuevos niveles de devastación y peligro.

Regiones enteras del planeta —ecosistemas— están al borde del colapso como resultado del cambio climático generado por la emisión de combustibles fósiles y otras formas de destrucción ecológica debido al sistema capitalista-imperialista.

Un ecosistema es una región interdependiente que incluye a toda la vida orgánica en un área (de bacteria a humanos), así como el ambiente físico. La erradicación de especies individuales y grupos de especies puede desenredar ecosistemas, algunos de los cuales han existido en equilibrio relativo por miles y hasta millones de años.

Los ecosistemas se impactan mutuamente y al sistema global en su totalidad. Los colapsos pueden causar reacciones en cadena, como dominós. Lo que enfrentamos no es sólo el colapso de sistemas enteros sino el efecto dominó en el ecosistema mundial de la Tierra y la transformación en un diferente tipo de planeta que podría amenazar la existencia humana.

Varios estudios recientes han determinado que el colapso de ecosistemas podría ocurrir más temprano de lo que los científicos habían calculado anteriormente. Los estudios sostienen que una vez que alcance cierta nivel la pérdida de un ecosistema enorme, como el Amazonas, el colapso podría ocurrir aún más rápido que en un sistema pequeño. John Dearing, quien encabezó uno de los estudios recientes, dijo: “Los mensajes aquí son muy claros. Tenemos que prepararnos para cambios en los ecosistemas de nuestro planeta más acelerados que lo que habíamos previsto antes”.

El capitalismo ha devastado y destruido el medioambiente desde los inicios del capitalismo, y en las últimas décadas ha amenazado los cimientos naturales de la sociedad humana. Trump ha echado gasolina sobre un incendio ya en llamas. Se ha retirado del acuerdo climático de Paris. Descarta la ciencia del calentamiento global. Está extendiendo la extracción de combustibles fósiles, eliminando las restricciones para centrales de carbón y la emisión de automóviles, mofándose de alternativas a combustibles fósiles, subastando zonas salvajes impolutas a corporaciones petrolíferas, y mucho más. Y todo esto tiene un impacto mundial.

Esta serie se enfocará en partes del mundo bajo peligro inminente.

 


1. La Gran Barrera de Coral


Un agrupamiento de corales forman un saliente en el Acerrife Flynn, parte de la Gran Barrera de Coral cerca de Cairns, Queensland, Australia, 2020. Foto: Toby Hudson (Wikimedia Commons)


Coral staghorn (asta de ciervo) muerto por el blanqueamiento en la parte norteña de la Gran Barrera de Coral, noviembre de 2016. Foto: Greg Torda, ARC Centre of Excellence for Coral Reef Studies / Creative Commons

La Gran Barrera de Coral es la estructura de organismos vivientes más grande del mundo. Cuenta con una de las diversidades de especies más ricas en el planeta con 1.500 especies de peces, 400 especies de corales, 4.000 especies de moluscos, y 240 especies de aves.

En 2020, la Gran Barrera de Coral sufrió el tercer blanqueamiento en cinco años. El calentamiento del océano resulta en que vibrantes arrecifes se conviertan en esqueletos fantasmas. La recuperación de un coral tras un solo blanqueamiento podría tardar años y hasta décadas, y blanqueamientos seguidos matan frecuentemente a los arrecifes. La frecuencia de los procesos de blanqueamiento ha aumentado dramáticamente en los últimos 40 años.


Mapa de la Cuenca de la Gran Barrera de Coral. Universidad de Rice, blog de acerrifes de coral.

Aproximadamente el 50% de todos los corales que forman la Gran Barrera de Coral están muertos. En 2016, un solo episodio de blanqueamiento eliminó al 33% de los corales. El blanqueamiento de 2020 es significativo porque es la primera vez que el arrecife del sur, donde el agua es más fría, fue dañado. La totalidad de la pérdida causada por el reciente blanqueamiento no se sabrá hasta que los científicos exploren esa zona el año que viene.

“Todos estamos en shock ante la velocidad con que esto ha sucedido. Tres graves blanqueamientos en cinco años es algo que no esperábamos que sucedería hasta mediados del siglo”, dijo Terry Hughes, director del Centro de Excelencia ARC para Estudios de Arrecifes de Coral, de la Universidad James Cook.

Otros arrecifes también están en peligro inminente de colapso. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas calcula que el aumento de temperaturas mundiales de 1,5 Celsius (por encima de niveles preindustriales), mataría al 90% de los arrecifes del mundo. Actualmente nos encontramos a 1 grado, y al ritmo actual, alcanzaremos 1,5 grados en una década. Aún si se dejara de quemar combustibles fósiles hoy mismo, el océano seguirá calentando por 30 a 40 años.

Los ecosistemas de arrecifes de coral son indispensables para la vida y la salud de los ecosistemas del océano. En su importante libro El planeta inhóspito, David Wallace-Wells habla de la importancia de los arrecifes de coral para los océanos del mundo: “los arrecifes sustentan hasta una cuarta parte de toda la vida marina, y son fuente de alimentos e ingresos para 500 millones de personas”.

 


2. La selva amazónica


La selva amazónica


Una rana de árbol de una especie en peligro (Agalychnis hulli) en la Reserva Ecológica Tamandua de Ecuador. Una de las muchas especies únicas en el Amazonas. Foto: Andreas Kay Flikr / Creative Commons

A menudo se escucha decir que la selva amazónica son los pulmones del planeta por la cantidad de oxígeno que expela a la atmósfera. Es una de las regiones del planeta más biológicamente diversa, una de 10 especies de plantas y animales conocidos viven ahí. Contiene la quinta parte de toda el agua fresca de la Tierra. Además, absorbe aproximadamente el 5% del dióxido de carbón que emite anualmente la quema de combustibles fósiles.

Desde 1970, como resultado en parte de incendios premeditados para extender el ganado y minar oro, se ha perdido más de la quinta parte del territorio amazónico. El presidente de Brasil Jair Bolsonaro (estrecho aliado de Trump) ha facilitado la quema del Amazonas. En esto están involucradas enormes instituciones financieras internacionales, como BlackRock.


Unos niños huyen de un incendio en el Amazonas.


Vista satelital de la selva amazónica en diciembre de 2019. Para 2020, entre el 15 y el 17 por ciento de la selva amazónica fue destruido por los incendios. Más del 20% de la selva ha sido despejada. Si la extensión de tierra de bosque despejada alcanzara el 25%, es posible que no sería suficientes árboles que hagan circular la humedad por la selva para mantenerla viva.

En 2019, los incendios en el Amazonas provocaron la indignación internacional. Y los incendios de 2020 son aún más grandes. En septiembre, satélites registraron un aumento de 61% en comparación con el mismo mes de 2019.

La reducción del tamaño de la tierra en el Amazonas amenaza la propia existencia de la selva entera. Unos investigadores calculan que debido al calentamiento planetario (que está cambiando el clima que las selvas requieren) y los continuos incendios, podríamos en poco tiempo llegar al punto en que sería imposible detener la destrucción.

El colapso de la selva amazónica sería horripilante. Resultaría en la extinción de decenas de miles de especies, y cambiaría los patrones climáticos de gran parte de Sudamérica. Es posible que 30 millones de personas tendrían que emigrar, entre ellos 3 millones de indígenas. Y eso aceleraría enormemente el proceso del cambio climático mundial como resultado de la emisión a la atmósfera de decenas de miles de millones de toneladas de carbón que la selva retiene.

 


La amenaza de Trump para el planeta

Al sistema capitalista-imperialista no le importa un comino la rica diversidad de la vida del planeta, o la complicada red de sistemas que comprenden el mundo natural. Si no la puede convertir en dinero para dominar a sus rivales, entonces no tiene valor. Para citar un ejemplo reciente, un informe de las Naciones Unidas titulado Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 5 concluyó que de 20 objetivos para la biodiversidad que líderes mundiales se habían compremetido a cumplir hace 10 años en Aichi, Japón, ¡no se ha cumplido ni uno solo!

El régimen de Trump y pence representa una amenaza inminente y urgente. Como ha dicho revcom.us: “Si el fascismo echa raíces por completo en el país más poderoso del mundo, eso podría conducir a una catástrofe de la cual la humanidad quizá nunca sea capaz de recuperarse”. Un segundo mandato para Trump echaría aún más gasolina sobre un plantea ya “en llamas” y de camino a una catástrofe debido al cambio climático global y sus impactos destructivos.

Tenemos que impedir esta catástrofe. Tenemos que estar en las calles en cantidades suficientes como para obligar al régimen de Trump y Pence a marcharse y para impedir que consolide el fascismo. Y tenemos que tumbar al sistema capitalista-imperialista y reemplazarlo con un sistema socialista que avanza hacia el comunismo y que se basa en, entre otras cosas: “Proteger, conservar y mejorar los ecosistemas y la biodiversidad del planeta para las actuales y futuras generaciones” (de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian).

La segunda parte de esta serie analizará el Ártico y los bosques boreales.

 

 

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