Un prisionero escribe sobre: “¿Por qué no es posible deshacerse de la opresión racial bajo este sistema del capitalismo?”
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Nota de la redacción: En revcom.us publicamos periódicamente cartas de prisioneros sobre la teoría y lucha revolucionaria, así como otros aspectos de la experiencia y el pensamiento de los seres humanos, por ejemplo las condiciones y la lucha al interior de las propias cárceles.
Lo siguiente de un prisionero en el Suroeste es una continuación de una carta anterior de este prisionero publicada en revcom.us: “En ‘Es posible eliminar la opresión racial — pero no se puede hacer bajo este sistema’, Bob Avakian presenta perfectamente el argumento”. Apreciamos y aprendemos de toda la correspondencia proveniente de las cárceles. Las opiniones de las cartas que publicamos son las de los autores y no necesariamente las de Revcom.us.
¿Por qué no es posible deshacerse de la opresión racial bajo este sistema del capitalismo?
Esto está muy relacionado con el hecho de que los orígenes del capitalismo están profundamente entrelazados con el sistema de esclavización racial. El genocidio de los pueblos indígenas, y la esclavización de los africanos, es lo que generó esa riqueza primitiva que permitió el surgimiento del capitalismo. Es lo que llevó a concebir la idea de la raza y el racismo. Para dividir y para justificar la opresión, la explotación brutal, la esclavitud y el genocidio de un grupo de seres humanos a manos de otros grupos de seres humanos con el único propósito egoísta de acumular riqueza.
El racismo no es algo que se encuentra en la biología o en la naturaleza de los seres humanos. Es un invento histórico. Es una consecuencia de la esclavitud, no al revés. La esclavización de los africanos comenzó como una herramienta económica que se usaba como mecanismo para apropiarse de la riqueza del capital. Eso fue lo que dio lugar a las ideas de una división racial entre los europeos blancos que perseguían tal riqueza, y la gente de color, que los europeos blancos veían como un medio para apropiarse de la riqueza. Las diferencias en la forma en que se habían desarrollado esas dos civilizaciones, una más avanzada que la otra (que no tiene nada que ver con la gente o la raza, sino con otros factores como la ubicación, la tecnología tal como la invención de herramientas y la domesticación de animales, y plantas, etc., sin importar qué grupo de personas lo hiciera primero y se desarrollara a partir de él y el grupo de personas que estuviera en una posición diferente). Esto llevó a creer que había algún tipo de supremacía de la raza blanca. Pero todo comenzó con el afán de conseguir la riqueza y el uso de la gente de color como mecanismo para conseguir esa riqueza. Luego, se justificó los horribles y brutales medios para obtener esta riqueza a la gente menos desarrollada con la invención de la raza, el racismo y los ideales de la supremacía blanca.
Esos medios brutales para apropiarse esa riqueza, como el genocidio de los indígenas y la esclavización de los africanos, son lo que permitió que el sistema de capitalismo emergiera. Eso significa que se puede contar al racismo y a la opresión racial entre los muchos rasgos y dinámicas que componen el sistema capitalista imperialista.
En vista de ello, no es posible eliminar uno sin eliminar el otro. Si realmente deseáramos ver un fin al racismo y a la opresión racial, tendríamos que deshacernos del sistema capitalista. No hay otra manera de evitarlo. Digámoslo así: el racismo y la opresión racial están entre las muchas células que componen todo el organismo del cuerpo del capitalismo. No se trata simplemente de eliminar esa única célula que quieres eliminar, porque su sangre vital, su esencia es ser parte del organismo principal. Siempre se regenerará e incluso experimentará mutaciones al pasar por adaptaciones, pero nunca desaparecerá, a menos que se destruya el organismo principal del que forma parte.
La violencia y la opresión que las instituciones estatales ejercen en contra de los negros y los latinos se hace para mantener bajo su control a los que someten a la explotación, y para criminalizarlos, a fin de poner o eliminar a los que el propio sistema capitalista obliga a la sociedad a excluir por las propias dinámicas y naturaleza del capitalismo. Dado que el capitalismo se establece para polarizar la riqueza de capital de la sociedad hacia un lado, por lo tanto el lado opuesto está condenado a la pobreza, lo que en consecuencia resulta en la creación de las condiciones para el crimen. Así pues, si hay sectores enteros de personas, en particular los negros y los latinos, que si bien son al mismo tiempo la fuente de la riqueza de la sociedad mediante su sumisión forzosa a la explotación, también son los que, por el racismo inherente a la sociedad capitalista, esta sociedad puede excluir tan fácilmente a las personas de color, justo después de haberlas utilizado y abusado de ellas.
Bajo el capitalismo, es imposible proporcionar un medio de vida a aquellos a los que está obligado a excluir. De ahí, el estado está encargado de la tarea, entre muchas otras cosas, de dos cosas que voy a detallar: está encargado de expandir la economía capitalista encontrando nuevas personas y recursos a los cuales explotar. También está encargado de la tarea de mantener el “orden” o deshacerse de aquellos que ya ha consumido. Siendo que ahora se consideran un “lastre” para la sociedad. Hace esta “limpieza de la sociedad” criminalizando a aquellos que ha excluido y forzado a cometer delitos u otra forma de economía informal e incluso a una vida de vagabundeo.
Así que la “guerra contra el crimen”, “guerra contra la droga” realmente se traduce a una guerra contra los negros y los latinos, así como en contra de los pobres en general. Una contradicción tan profunda que se encuentra en este tipo de sociedad, el acto de librar una “guerra contra el crimen” cuando se crean, por medio de los medios de producción elegidos, las condiciones que crean y albergan el crimen. Y cuando se establecen forzosamente estas condiciones en sectores de la gente mediante las políticas gubernamentales y mediante las consiguientes maquinaciones del sistema capitalista, en esencia se está criminalizando a sectores enteros de la gente, en este caso los negros, los latinos y los indígenas.
Los negros y los latinos son criminalizados ya que están segregados en ghettos y barrios mantenidos a propósito, que carecen de muchas oportunidades para una vida digna. En su desesperación, están obligados a meterse en la delincuencia, como robos y vender drogas (drogas que el estado ha penalizado a propósito y que el gobierno ha sido denunciado, una y otra vez, por tener una mano en hacer que directa e indirectamente estas drogas lleguen a las calles).
Es esta segregación, y las deplorables condiciones, junto con la naturaleza dictada por el capitalismo que hay que adoptar para salir adelante en tal sociedad, las que jugaron un papel importante en ciertos sectores de los negros y los latinos de modo que se desarrollaran y llegaran a ser los individuos despiadados, vilmente competitivos, obsesionados por el dinero que se encuentran hoy. Lo que le da a las fuerzas represivas del estado, esa excusa, para desatar todo tipo de violencia y terrorismo contra los oprimidos negros y latinos.
No puede haber un fin a la opresión racial sin acabar con el capitalismo, como también, no es posible reformar a la policía. La policía, como se ha manifestado en una sociedad capitalista, es para proteger y servir a los intereses del estado, el que sirve a los intereses del capital y de la clase capitalista. La policía está encargada de ejecutar la ley, la ley en el capitalismo que tiene que ver principalmente con mantener el orden, mantener bajo control a la gente que alza la voz de oposición o se ve forzada a salirse de la forma formal de hacer las cosas. También esconden o barren con las contradicciones físicamente visuales del capitalismo. Hablando aquí de la gente que se desarrolla a partir de la pobreza. Y esto lo hace la policía de manera despiadada.
La orientación híper-agresiva de la policía en torno a los negros y los latinos en esencia ha sido criminalizada. Sí, mediante el racismo, pero también mediante políticas económicas. Las limitaciones del sistema capitalista en Estados Unidos imponen una situación en que se considera a los negros, los latinos y los pobres como “los cabos sueltos que hay que cortar”, ya que se les echa la culpa erróneamente por ciertas calamidades económicas en la sociedad. Cuando la culpa recae realmente en el funcionamiento del propio sistema capitalista.
Pero en realidad, la pura verdad es que la orientación violenta y despiadada de la policía hacia los negros y los latinos también tiene que ver con reforzar y establecer el dominio de la supremacía blanca y el estado capitalista. Mantener bajo control, mediante la violencia, el terror y la manipulación de los oprimidos. Que, si alguna vez lograran obtener una conciencia política científica y se unieran y fueran dirigidos bajo una dirección científica, eso podría implicar el principio del fin del sistema capitalista-imperialista. Conocedores de esto, no es de extrañar que exista en Estados Unidos, una llamada “Guerra contra el crimen”, una “Guerra contra la droga” y la nueva “leyenda operativa” que son términos que enmascaran las intenciones genocidas del estado contra los negros y los latinos. Un lento genocidio llevado a cabo por la policía por medio de su asesinato desenfrenado de los negros y los latinos y también su encarcelación en masa, impidiendo que muchos negros y latinos se reproduzcan, lo que también es una forma de genocidio.
Así que, la manera en que la gente puede esperar que se reforme la policía bajo este sistema es también una característica dinámica del sistema capitalista, ya que la policía figura entre los instrumentos para su imposición y defensa.
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O lea este artículo:
Es posible eliminar la opresión racial — pero no se puede hacer bajo este sistema
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