El 12 de junio, veintenas de personas marcharon en cada una de tres ciudades (Los Ángeles, Nueva York y Chicago): “Demuestren al mundo: Nosotros estamos organizándonos ahora para una ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!” Las marchas del 12 de junio por todo Estados Unidos fueron concebidas, planeadas y organizadas como parte y en el contexto de cumplir con el llamamiento de los Revcom en Una declaración, un llamamiento a que se organice ahora para una revolución real.

En Los Ángeles, la marcha recorrió una parte del Sur Centro, en su mayoría residentes negros y latinos, hasta el Cuartel del Sherifato de Los Ángeles, sede de pandillas uniformadas y armadas de los ejecutores asesinos de este sistema que infligen terror y brutalidad a diario a la gente. En la ciudad de Nueva York, marcharon por el centro de Harlem hasta una comisaría de policía local. También se sostuvo una marcha en el South Side de Chicago que fue a la comisaría del Departamento de Policía de Chicago en Englewood.

Las marchas fueron encabezadas por los integrantes del Club Revolución que caminaban a ritmo y marchaban en formación — serios, decididos, disciplinados, con ímpetu revolucionario y espíritu de triunfo... además, junto a muchos otros, expresaron la alegría y el orgullo de ser parte de algo que está señalando una salida emancipadora de los horrores en los que está atrapada la humanidad bajo el sistema actual. Las marchas incluyeron a algunas personas que apenas empezaban a andar en la revolución, que en el acto se pusieron las camisetas “¡Revolución, y nada menos!” o “Este sistema no le ofrece ningún futuro a la juventud pero la revolución sí”. En Los Ángeles, Nueva York y Chicago, personas con diferentes perspectivas, algunas provenientes de otras luchas importantes, se solidarizaron o hicieron declaraciones.

En Los Ángeles, los llamados y réplicas, al son de un tambor, incluyeron “Estados Unidos Ante Todo, o la Revolución ... Elijo Revolución ... Matarnos entre nosotros, o Revolución ... Elijo Revolución ... Persiguiendo dólares, o la Revolución ... Elijo Revolución ...” La marcha se detuvo en cinco puntos donde se hizo una fuerte agitación sobre los 5 ALTOS, que son las formas centrales en que la gente está sufriendo ahora, y para los cuales este sistema no tiene soluciones que sean de interés para la humanidad: la supremacía blanca y el terror policial, la opresión y degradación de las mujeres y las personas de diferente género, la destrucción del medio ambiente, las guerras por el imperio, y la satanización y deportación de inmigrantes. Los miembros del Club Revolución leyeron en voz alta citas de Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, el manual para la revolución.

Uno de los momentos más conmovedores de la marcha fue detenerse en el lugar donde Dijon Kizzee fue asesinado por los alguaciles de Los Ángeles (artículo en inglés), uno de los incidentes de asesinato policial que suscitó protestas de masas en 2020. Junto con el desafiante momento de puños alzados y la colocación de una ofrenda floral con Lo BAsico 1:13 de Bob Avakian en el sitio del Memorial, se recitó un juramento revolucionario de “No más” a lo que este sistema inflige e impone con el asesinato y brutalidad policial.

A lo largo de la ruta de la marcha, la gente observaba desde las ventanas, salía de sus casas y filmaba. De manera notable, la marcha en sí fue planeada y sostenida en gran parte por personas que se han sumado a la revolución en las últimas semanas y que lucieron con orgullo las camisetas Habla BA: ¡Revolución, y Nada Menos! Un avance importante fue la confluencia en el propio barrio de personas que empiezan a acoger la revolución y en algunos casos se lo llevaban a otros. Un pequeño pero importante número de personas acudió a la marcha y asumió un papel activo. Este es un embrión de lo que se llama a hacer en Una declaración, un llamamiento a que se organice ahora para una revolución real y lo que tiene que darse con grandes cantidades de personas, en gran escala y a un nivel que abarca toda la sociedad.

En Nueva York, cinco personas dieron un paso al frente y, sobre la base de los 5 ALTOS, hicieron pedazos banderas estadounidenses y alzaron banderas rojas con las palabras “Revolución, y nada menos”.

Un camión con un sistema de sonido requete fuerte, adornado con carteles “Organícense ahora para una revolución, y nada menos” en inglés y español y hermosas banderas rojas en alto, avanzó rodando por la calle 125, el centro de Harlem. ¡El espectro de una fuerza seria, justa y alegre en el Club Revolución se juntó a otros de Filadelfia y Boston, para marchar en formación detrás del camión! La gente vitoreaba y coreaba y algunas cuantas personas se sumaron y se pusieron la camiseta que proclama Este sistema no le ofrece ningún futuro a la juventud, pero la revolución sí.

En Chicago, la marcha pasó por Englewood, uno de los barrios más duros del South Side. Frente a la comisaría de la policía, los miembros del Club Revolución leyeron un comunicado en apoyo a la marcha del 12 de junio escrito por familiares de víctimas de asesinato por parte de la policía, incluso por policías de esa comisaría. Se abrió un ataúd de dos metros de largo con la inscripción “Capitalismo / Imperialismo” y “Enterrar este sistema” mientras una persona tras otra hicieron declaraciones y arrojaron en el ataúd símbolos de lo que sería eliminado y enterrado con este sistema: una bandera estadounidense, una manta de mylar utilizada por inmigrantes detenidos en la frontera, una máscara de cerdo y esposas, una bandera de la Marina, un modelo de equipo militar, un gancho de ropa ensangrentado junto con un letrero que decía “las mujeres no son perras, putas, incubadoras ni sacos de boxeo”.

Lo que proyectaron al mundo las marchas del 12 de junio —caminando la gente a ritmo de manera unificada y disciplinada, con la agitación que ponía al descubierto los crímenes de este sistema y con los discursos que se pronunciaron, especialmente de parte de Noche Díaz en Los Ángeles y Carl Dix en Nueva York— fue que existe una fuerza emergente en Estados Unidos que está organizándose AHORA para una revolución real, que está luchando por un futuro completamente diferente... Una fuerza que está decidida a difundir ampliamente el mensaje de que existe una dirección para esta revolución en Bob Avakian, quien ha desarrollado un plan concreto respecto a la manera de derrotar al sistema brutal y monstruoso que nos gobierna y ha escrito una Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte... Una fuerza que está llamando a todos aquellos que no pueden soportar tal como está el mundo ahora a que se transformen en parte de esta revolución que conlleva una verdadera esperanza, sobre una base científica, para la humanidad.

Un tema integral y un toque de clarín de todas las marchas fue lo que ha dicho Bob Avakian (BA):

“…tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!”

Noche Díaz habló vivamente a partir de Una declaración, un llamamiento a que se organice ahora para una revolución real de los revcom, que señala que nos encontramos ahora en uno de los momentos poco comunes en que la revolución, una revolución real, se vuelve posible en un país poderoso como Estados Unidos. Al hacer agitación y bregar con las masas de personas, dijo: “Bob Avakian ha señalado que existen dos armas grandes que ellos utilizan para mantener a la gente abajo y oprimida... Tienen toda su violencia, sus asesinatos, sus cárceles. Pero también la forma en que hacen que la gente quede atrapada en pensar a la manera de este sistema, que viva y se muera por nada más que uno mismo, al igual que un capitalista, excepto que no tienes ningún capital... Si vamos a hacer esta revolución, tenemos que ir desintegrando ambas armas de la opresión de este sistema. Vamos a tener que sacar a las personas de las formas de pensar que las hacen seguir conformándose con todo esto, que impiden que las personas se conecten con esta revolución, que impiden que las personas piensen que no hay esperanzas en enfrentarse a este enemigo poderoso. Y luego vamos a tener que preparar al pueblo, como dice esta Declaración, para el momento en que podamos maximizar esfuerzos y derrotar y desmantelar las instituciones de violencia de este sistema”.

Carl Dix dijo en la marcha de Nueva York: “Sobre todo, [en referencia a Bob Avakian] hay que conectarse con esta dirección revolucionaria que tenemos. Este sistema se encuentra en muchos líos profundos. En la cúpula, los demócratas y los republicanos fascistas están divididos entre sí y están peleados entre sí. Su pleito es sobre la manera de mantener a flote este sistema. Las masas de personas no tienen un perro en esa pelea. Pero debido a que los de arriba están peleados, implica que su sistema es más vulnerable de lo que suele ser. Esto crea oportunidades que la revolución puede aprovechar. Y tenemos que hacer eso”.

Las marchas del 12 de junio representan un avance importante para proyectar la revolución real y conectar a la gente con ella, especialmente en las comunidades oprimidas donde las botas de los gobernantes y sus cerdos policías caen con más dureza y brutalidad. Lo que salió a relucir en su conjunto, lo que se proyectó, fue la confianza estratégica en la revolución y el desprecio estratégico por este sistema y sus ejecutores. Los revcom salieron con Bob Avakian, BA, y con la dirección que tenemos, y estos se articularon con la revolución, y este avance importa en la forma en que avanzamos en organizarnos ahora para una revolución real. Como dijo Noche Díaz en Los Ángeles: “Tenemos que continuar de aquí en adelante. Lo que hicimos hoy fue hermoso y poderoso, y es una plataforma de lanzamiento para ir aún más lejos”. Es más urgente que nunca avanzar y cumplir con lo que se llama a hacer en la Declaración de los revcom:

Necesitamos una revolución — una revolución real. Y esta revolución es posible. A todos los que anhelan un fin a la opresión y a la injusticia, y a todos los que tienen corazón para luchar por algo por lo que realmente es digno luchar: ustedes tienen que meterse en esta revolución, convertirse en parte de las fuerzas organizadas para esta revolución y trabajar incansablemente para esta revolución, de modo que podamos tener una verdadera oportunidad de ganar.