La recaudación de fondos es esencial para que se organice AHORA para una revolución real

Reflexiones sobre la reciente campaña de recaudación de 25.000 dólares de parte de algunas personas que participan en la Gira “Revolución”

20 de agosto de 2021 | revcom.us

 

Cientos de personas hicieron donativos, de formas grandes y pequeñas, a la reciente campaña de recaudación de 25.000 dólares para la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”. Además de recaudar estos fondos necesarios, la propia campaña se convirtió en un medio para sembrar las semillas de la revolución, propagar la revolución y construir organización. Esto es valioso e importante, aunque frágil y tiene que echar raíces y crecer de forma continua, por lo que queríamos resumirlo un poco más.

La Declaración de los revcom, Un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real, dice: “Necesitamos cambiar urgentemente la situación en la que para nada hay suficientes personas que estén enteradas de esta revolución y participen en ella. Necesitamos que en todas partes se conozcan esta revolución y su dirección”. Los fondos recaudados son esenciales para cambiar esta situación — y se necesitan fondos aún grandes para poder ejercer un gran impacto con esta revolución. Pero es de igual importancia el hecho de que el proceso de recaudación de fondos forma parte de la difundir el mensaje de esta revolución, de bregar con la gente para que se responsabilice de esta revolución y de impulsar la necesaria organización y redes organizadas para impulsar esta revolución.

Estamos en un momento poco común en el que la revolución se vuelve posible. Vamos en serio para aprehender esta situación y acumular las fuerzas de la revolución. Esto significa que tomamos en serio la recaudación de los fondos necesarios para apoyar esa revolución y quiere decir integrar la recaudación de fondos de forma continua en todo lo que hacemos.

En esta última ronda, más de 30 nuevos donantes individuales han contribuido (sin incluir lo recaudado con los donativos de la calle). Recaudar y donar fondos es una forma con que la gente pueda empezar a hacer suya la revolución aunque hace poco la hayan conocido y todavía no lo sabe todo sobre ella. Pueden empezar a participar y aprender más sobre la marcha. Cuando solicitamos fondos a la gente, inmediatamente surge la cuestión de para qué vale la pena dar los recursos, qué es lo que realmente importa.

Las experiencias en varias ciudades dan una vislumbre del potencial:

En una comunidad del Sur Centro de Los Ángeles donde la revolución está empezando a darse por conocer, los revcom se pusieron en contacto con personas que han estado empezando a participar en la revolución. Desarrollaron conversaciones más profundas con ellos acerca de lo que es esta revolución y elaboraron con ellos estrategias para recaudar fondos. A partir de este proceso, se fijó un objetivo de 500 dólares e hicieron planes de diversas formas para conectarse con la comunidad y hacer de la revolución una cuestión más importante. Una persona tuvo la idea de hacer una parrillada y trabajó en todos los preparativos e invitó a sus amigos y vecinos. Se corrió la voz, y el día anterior a la parrillada, los revcom la difundieron aún más con un camión de sonido y volantes para anunciar el esfuerzo de recaudación de fondos y la parrillada y hacer un llamamiento a la gente para que participara en la revolución e hiciera donativos en el acto. Unas 15 personas acudieron a la parrillada para comprar un plato y pasar un rato en el patio trasero. Se proyectaron vídeos de BA sobre imaginarse cómo realmente es posible otro tipo de sociedad, lo que suscitó polémica y debate sobre la religión y la ciencia y sobre cómo entender el mundo. Gracias a esto y a otros esfuerzos, la recaudación sumó 452 dólares, y por medio de todo el trabajo de divulgación, se conocieron nuevas personas y otras se reconectaron y la revolución estableció más presencia en la comunidad. Dos personas se encargaron de los “jarrones de monedas revolucionarias” y, por medio de acumular monedas durante más de una semana, superamos nuestro objetivo de 500 dólares (más información sobre estos jarrones en adelante).

Un esfuerzo iniciado por el Club Revolución de Chicago para recaudar 10 dólares de 50 personas cada una desencadenó toda una serie de actividades de divulgación por parte de los miembros del Club y de simpatizantes, propagando la revolución entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos con potencial para crear verdaderas redes organizadas, y recaudando fondos en el proceso:

Un hombre que habíamos conocido en el transcurso de las protestas del verano de 2020 y que se había relacionado con nosotros sólo periféricamente antes de esto, hizo un donativo de 20 dólares y envió esta declaración: “Hago un donativo porque creo que la libertad, para aquellos que han sido históricamente marginados, sólo puede prevalecer si forman parte de una nueva revolución que se resiste al fascismo y hace retroceder las normas sociales blancas negativas”. Al mantener el contacto con él, nos enteramos de que había recaudado otros 80 dólares — 10 dólares de cada uno de ocho familiares y amigos. Dijo que había asistido a más protestas en el último año de las que podríamos imaginar, pero que de todos los discursos y rollos que escuchó, el Club Revolución tenía el mejor mensaje de todos. Dijo que los otros no quieren ver de frente la verdad de lo que se necesita, pero el Club Revolución sí. Dijo que la mayoría de sus amigos y familiares que hicieron donativos habían visto al Club Revolución en la comunidad. Un sobrino suyo de 15 años de edad nos contó por qué había contribuido. Dijo que nunca había oído hablar de la revolución, pero que su tío le contó de qué se trataba, lo que hacían y lo que intentaban hacer, y que él definitivamente quería contribuir a ello. [Lea la carta completa del Club Revolución acerca de este esfuerzo].

Una de las cosas que queríamos aprender de este esfuerzo es la forma en que personas con condiciones de vida difíciles —de trabajar a tiempo completo, que se dejan absorber en una buena parte del caos de la vida— no obstante fueron capaces de asumir la responsabilidad para la revolución contribuyendo y recaudando fondos. Este es exactamente el tipo de proceso que llama a hacer Una Declaración y un Llamamiento de los revcom: un proceso en el que las personas empiezan a entrar en la revolución de las maneras que puedan, la propaguen a otras personas y, en ese contexto, que conversen más a fondo sobre “por qué hace falta una revolución real, lo que dicha revolución supone y qué tipo de sociedad se propone…”, que se conviertan en organizadores para esta revolución y activen a nuevos organizadores.

El Club Revolución de Nueva York celebró una reunión de masas en la acera en frente de Libros Revolución en Harlem que atrajo a gente seria y curiosa sobre la revolución. En la reunión exploraron a fondo Una Declaración y un Llamamiento y el artículo de Bob Avakian (BA), Este es un momento poco común en que la revolución se vuelve posible — Por qué es así, y cómo aprovechar esta oportunidad poco común. La recaudación de fondos fue la forma en que se centraron en organizar a la gente, poniendo ante la gente el papel que esto puede desempeñar en la creación de redes organizadas para la revolución, activando a la gente y satisfaciendo una gran necesidad de difundir el mensaje sobre la revolución. Presentaron el video de los familiares que perdieron a sus seres queridos por asesinato a manos de la policía, y llamaron a la gente a hacer donativos a la Gira Nacional. Una persona respondió que participa en muchas cosas diferentes, pero que la revolución es el lugar al que acude “para hacer nutrir su alma” y que la apoyará de todas las maneras que pueda. Otra persona se convirtió en contribuidora recurrente mensual porque cree que es la mejor manera de apoyar a la revolución. Una mujer se inspiró en la reunión para planear una comida al aire libre fuera de la librería para recaudar fondos para la revolución e impulsar el perfil de la librería. Empezó a hablar de ello con sus amigos y luego ella y un amigo se sentaron con los revcom para conversar de los planes para la comida al aire libre y para conocer los pasos sobre la manera de hablar con la gente sobre la revolución (esta comida está programada para el 22 de agosto). En colectivo, leyeron el texto completo de Una Declaración y un Llamamiento, y la utilizaron como guía para decidir cómo promover la revolución como parte de la publicidad y para atraer a la gente a la comida al aire libre. Esto fue una parte importante para poner la responsabilidad para la revolución en las manos de aquellos que están dando pasos iniciales para formar parte de ella.

Otra novedad que arrancó en Los Ángeles, y que es necesario extenderse por todo el país, fue la popularización de los “jarrones de monedas revolucionarias”. Se trata de pequeños botes de monedas que la gente puede dejar a la vista en sus casas, o llevar al trabajo o a reuniones familiares o de amigos. Nuestra experiencia con esto es todavía muy inicial, pero tiene mucho potencial para hacer crecer redes regulares y sostenidas en que las personas asumen la responsabilidad de nutrir la revolución con sus donativos.

En Los Ángeles, algunos de los más jóvenes empezaron a participar en la elaboración de estos jarrones. Pusieron una mesa en una esquina, invitando a la gente a tomar estos jarrones para juntar fondos mientras distribuían ejemplares de Una Declaración y un Llamamiento. Sólo dos personas quisieron comprometerse de esta forma regular, pero tenemos que luchar por materializarla: es un compromiso más serio que el de las personas que se limitan a darnos un donativo en el momento y es una forma de contacto y apoyo regular para la revolución. Hay que luchar por esta forma, popularizarla y difundirla, por ejemplo entre los jóvenes y los estudiantes, ya que las escuelas y los campus están empezando a abrirse.

Otra forma que tenemos que acumular fuerzas para la revolución es de activar personas para que haga contribuciones recurrentes a la Gira Nacional, aportando una determinada cantidad de dinero cada mes. Esto significa que hay una cierta cantidad de fondos que la Gira Nacional sabe que puede esperar cada mes y es una forma importante de organización. Desde el inicio de la reciente campaña de recaudación de fondos, se inscribieron 10 nuevos contribuidores recurrentes, y ahora hay 41 contribuidores recurrentes que dan entre 5 y 100 dólares al mes. Se trata de un avance importante, pero los gastos regulares mensuales oscilan entre los 20.000 y los 30.000 dólares y necesitamos tener un impacto aún mayor del que podemos tener con nuestro presupuesto actual. Es necesario contar con que muchas más personas entren en la revolución comprometiéndose de esta manera.

Se realizaron esfuerzos importantes de diversos tipos para recaudar fondos: desde personas que colocaron grandes carteles en un cruce y se conectaron con las personas que se detuvieron en el semáforo, hasta la organización de ventas de garaje y ventas en las aceras, y una persona que se instaló en el metro de Nueva York y tocó su trompeta para recaudar fondos. Un grupo de personas en Chicago se organizó para hacer una declaración de parte de algunas personas que han perdido a sus seres queridos a causa de la violencia entre el pueblo (en inglés) sobre por qué la gente debería contribuir, y un grupo de personas en Boston recaudó fondos en honor al 50º aniversario del levantamiento en la prisión de Ática.

Todas estas experiencias representan comienzos reales que es necesario que crezcan y que se conviertan en una parte constante de cómo se construye la revolución. Recaudar fondos es una forma mediante la que la gente puede llevar la revolución a otros, de trabajar de forma colectiva como parte de desarrollar el movimiento para la revolución, y transmite la seriedad de esta revolución. Ninguna revolución puede construirse y mantenerse sin el apoyo activo —de manera económica y de muchas otras formas— de quienes sufren el peor infierno bajo este sistema, y de todos aquellos que se niegan a aceptar vivir en un mundo que ven que aplasta las esperanzas, destruye vidas y arruina el propio planeta en el que tenemos que vivir.