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Revolución #57, 30 de agosto de 2006
Continúan las atrocidades de Estados Unidos e Israel en Líbano:
Al cierre de esta edición, se han dado importantes sucesos en la guerra de Estados Unidos e Israel contra Líbano. El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado un cese del fuego, pero a pesar del voto Israel inició una gran escalada de la guerra. Despachó a 40,000 soldados y tanques a cruzar la frontera, y tropezaron con resistencia de Hezbolá. El comandante de las fuerzas armadas, el general Dan Halutz, dijo que Israel “seguirá librando la guerra hasta lograr nuestras metas”.
Los cazas israelíes atacaron por todo el país. En el norte bombardearon las carreteras a Siria y destruyeron una central eléctrica en Sidón, que no tendrá electricidad por 10 días. Un ataque a un pueblo cerca de Tiro, en el sur, dejó 15 civiles muertos o heridos.
Al Jazeera informó que una persona murió y 12 resultaron heridas el sábado en 10 ataques aéreos en Baalbek (en el norte, cerca de Siria) y otros pueblos cercanos. Los cazas atacaron zonas residenciales y destruyeron un edificio de clínicas, tiendas y departamentos.
* * * * *
“Si uno piensa en lo que está pasando hoy en Líbano e Israel, ve la cara del comienzo del siglo 21”.
Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, entrevista radial del 2 de agosto
“Nuestros enemigos nos han dado una oportunidad extraordinaria… ‘Ganar en Irak’ no es posible mientras nos limitemos a luchar solo en Irak… No se puede ganar una guerra regional defendiendo un solo país. Es un juego de tontos”.
Michael Ledeen, estratega neoconservador, descrito como el principal asesor de política exterior de Karl Rove, National Review, 31 de julio
Al entrar en su segundo mes la sangrienta guerra de Estados Unidos e Israel contra Líbano, se calcula que han muerto más de mil libaneses (la gran mayoría civiles). No se sabe la cantidad precisa porque no han podido sacar muchos cadáveres de los escombros debido al bombardeo israelí. En el incidente más sangriento hasta la fecha, el 1º de agosto murieron más de 40 libaneses (muchos de ellos niños) en el bombardeo de un edificio de departamentos en el barrio Chiya de Beirut.
El bombardeo ha cortado todas las principales carreteras a Líbano y la marina israelí bloquea la costa. Escasean la gasolina y el combustible para generar electricidad. Un funcionario del gobierno libanés calculó que se agotarán el 13 de agosto. La Organización Mundial de la Salud advirtió que si no llega pronto combustible, el 60% de los hospitales (que tienen muchas heridos de guerra) “no podrán funcionar”.
En el sur muchos pueblos están reducidos a escombros. Para los 100,000 civiles que siguen en la zona la situación es sumamente difícil. Khaled Mansour, el principal vocero de la ONU en Líbano, dijo que no pueden llevar ayuda a la zona porque Israel ha destruido todos los puentes del río Litani y no permite que los trabajadores de rescate los reparen.
El grupo Médicos sin Fronteras sigue ayudando a los habitantes del sur a pesar de las dificultades y las amenazas israelíes de atacar todos los vehículos al sur del Litani. Su presidente, Rowan Gillies, dijo en Beirut: “Prohibir todo movimiento, sin distinción, llevará a más muertes y sufrimiento de civiles”.
Se ha calculado que un millón de personas, un cuarto de la población, ha sido desplazada. El Programa Mundial de Alimentos advirtió que habrá una crisis de alimentos debido al desplazamiento de la población y la destrucción de los cultivos.
Pero Estados Unidos e Israel han decidido que eso no es suficiente y que tienen que causar más sufrimiento para lograr sus metas estratégicas. El gabinete israelí aprobó una importante escalada de la guerra: una invasión terrestre en gran escala.
El periódico israelí Haaretz informó que durante un receso en la reunión del gabinete, el primer ministro Ehud Olmert llamó a la secretaria de Estado Condoleezza Rice para darle los detalles de las discusiones.
Israel lucha con armas y fondos de Estados Unidos, con la aprobación de Estados Unidos y al servicio de las metas políticas y estratégicas de Estados Unidos. Los métodos que utiliza (causar máxima muerte de la población civil y destrucción de la infraestructura) son una expresión franca de sus metas políticas.
Los blancos y métodos de la guerra demuestran que Israel no está atacando a Hezbolá para defenderse, como dice, sino en aras de la meta de Estados Unidos e Israel de someter a Líbano a sus intereses. Esto requiere destruir a Hezbolá y, además, como dice un artículo del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar, “diezmar y desmoralizar a los chiítas libaneses; también da a las clases altas de las otras comunidades étnicas dos opciones: cooperar con Israel o morir (de inmediato por las bombas israelíes o por falta de combustible y alimentos)”. (“Consejo de Seguridad de la ONU pone en la mira al Líbano”, 7 de agosto de 2006)
Otro artículo del Servicio Noticioso señala que la afirmación de Israel de que se está defendiendo es una mentira: “Israel culpó a Hezbolá por la masacre de Qana, supuestamente por haber usado a los aldeanos como ‘escudos humanos’. Pero después, los sobrevivientes invitaron a los periodistas a recorrer la aldea y ver si encontraban pruebas de que la habían usado para fines militares. El equipo noticiero CNN, de Estados Unidos, por ejemplo, no encontró pruebas. Pero aunque las encontraran, el ejército israelí tiene muchas bases e instalaciones militares en sus ciudades, los kibbutzim y otros asentamientos en el norte de su territorio son instalaciones militares en sí y cada adulto israelí apto es un soldado activo o de reserva”. (“Qana: Masacre deliberada”, 31 de julio de 2006)
Hezbolá no es una fuerza progresista, pero la tendencia fundamentalista islámica de que es parte representa un obstáculo a la hegemonía regional estadounidense sin límites.
La posibilidad de una guerra mayor en el Medio Oriente es un gran horror, pero para la cúpula de la clase dominante de Estados Unidos es una oportunidad. Ofrece la oportunidad de transformar la actual estructura imperialista en la región a fin de apretar el control de la región y sus reservas petroleras, como parte de un programa general de crear un imperio mundial que nadie desafíe por décadas.
El estratega neoconservador Michael Ledeen, descrito como el principal asesor de política exterior de Karl Rove, escribió: “Nuestros enemigos nos han dado una oportunidad extraordinaria… ‘Ganar en Irak’ no es posible mientras nos limitemos a luchar solo en Irak… No se puede ganar una guerra regional defendiendo un solo país. Es un juego de tontos”. Ledeen también afirma: “Toda persona lógica llegará a la conclusión de que esta guerra no se puede ganar sin derrotar a Si-rán [un término de Ledeen que quiere decir Siria e Irán]”. (National Review, 31 de julio de 2006)
En su discurso radial del 29 de julio, Bush dijo: “Hemos dado comienzo a una estrategia a favor de la libertad en el Medio Oriente y esa estrategia ha puesto en marcha una transformación que está mejorando la vida de millones de personas”. |
El Christian Science Monitor informó el 9 de agosto: “Según se dice, la Casa Blanca, y en particular los asesores del movimiento neoconservador, exhortaron a Israel a atacar a Siria como parte de la campaña contra Hezbolá en Líbano”. El 30 de julio el Jerusalem Post citó a funcionarios del Ministerio de Defensa israelí que dijeron que estaban recibiendo mensajes de Estados Unidos que los urgían a atacar a Siria.
En su discurso radial del 29 de julio, Bush dijo: “Hemos dado comienzo a una estrategia a favor de la libertad en el Medio Oriente y esa estrategia ha puesto en marcha una transformación que está mejorando la vida de millones de personas”.
Todo lo contrario: lo que se ve en Líbano es la sangrienta base del nuevo Medio Oriente que se propone construir Estados Unidos. Es una continuación de más de un siglo de crímenes de dominación imperialista de la región y de los recursos petroleros, y de la ventaja que eso conlleva. Pero más allá, Estados Unidos ha desencadenado a Israel a un nivel cualitativamente mayor para abrir la región más que nunca a la penetración del capital estadounidense e integrarla más cabalmente a su imperio.
Parece que hasta la fecha Israel y Estados Unidos han tenido más dificultades en esta guerra de lo que esperaban. Como escribió el Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar: "En lugar de luchar por defender su territorio, como esperaba Israel, los combatientes de Hezbolá buscan infligir el mayor daño posible a los invasores, con túneles y otros medios para neutralizar el impacto del poderío aéreo israelí y evitar enfrentamientos fuertes… Dicen que su objetivo es hacer que Israel penetre en el territorio libanés, de modo que vulnere sus líneas de abastecimiento y tenga que pelear en líneas exteriores. Parece que eso es lo que más teme Israel. Su ejército se aferra a la frontera, de modo que sus columnas armadas puedan recibir constantemente los suministros de los cuales dependen. Sus principales incursiones en el interior del Líbano con helicópteros y comandos, en Tiro y sobre todo en Baalbek, han producido muchas muertes de civiles pero pocos éxitos militares”.
Cuando Israel inició la guerra anunció que sus metas eran destruir a Hezbolá y cambiar las “reglas del juego” en el Medio Oriente. Ahora parece que a pesar de todo el terror y destrucción que ha desatado, tendrá que aceptar metas más limitadas. Eso ha provocado riñas en el seno de la clase dominante. Un editorial de primera plana del periódico sionista liberal Haaretz pidió la renuncia del primer ministro Olmert: “No puede llevar toda una nación a la guerra con la promesa de una victoria, obtener una derrota humillante y permanecer en el poder”. Otro editorial se titula: “Incapacidad de derrotar a Hezbolá disminuye el valor de Israel para Estados Unidos”.
Otra escalada de la guerra presenta muchos riesgos para Israel y Estados Unidos. Es probable que el ejército israelí sufra más bajas. Se informa que la reunión del gabinete que aprobó la escalada terminó a grito pelado.
Las atrocidades cometidas por Israel han provocado una ola de indignación en el mundo árabe que desestabiliza la región y dificulta que los gobiernos árabes tomen partido con Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de los peligros, Estados Unidos e Israel se ven en la necesidad de continuar la ofensiva para realizar sus metas.
Incluso con la resolución del Consejo de Seguridad, persiste la posibilidad de que la situación se les salga de las manos de una manera imprevisible. “Casi en cualquier lugar, de El Cairo a Bombay, podría producirse una reacción en cadena”, advirtió Robert Holbrooke, ex embajador a la ONU y subsecretario de Estado. Dijo que la situación representa la mayor amenaza a la estabilidad global desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962, “la única confrontación nuclear de las superpotencias en la historia”.
A todos los que ven el horror de lo que está pasando en Líbano y no quieren que sea “la cara del siglo 21”, les incumbe responder. Como comentamos la semana pasada:
“Urgen serios esfuerzos para movilizar una gran resistencia política para PARAR esto. Para PARAR esta invasión y toda la dirección de que forma parte. Hay que zafarse de los confines mortales de la ‘protesta de costumbre’, que no plantea un reto serio a la situación ni a la dirección en que está encaminada, y forjar una dinámica política totalmente diferente”.
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Revolución #57, 30 de agosto de 2006
Estados Unidos acelera la entrega de bombas de dispersión a Israel El 11 de julio, el New York Times informó que se espera que Estados Unidos acepte la solicitud de Israel de acelerar la entrega de proyectiles de artillería M-26 con municiones de dispersión. Esas municiones son una de las armas antipersonales más crueles que tiene Estados Unidos: una combinación de alta tecnología y barbarie medieval. Cada munición suelta varias bombas del tamaño de una lata de soda que se dispersan, estallan y salpican fragmentos metálicos por una zona grande. Causan muchos heridas a la población civil. Son especialmente peligrosas porque no todas las bombas estallan inmediatamente sino más tarde, por ejemplo cuando un niño las recoge. Washington decidió no venderle bombas de dispersión a Israel en los años 80 cuando se supo que las utilizó contra civiles en la invasión de Líbano de 1982, pero volvió a vendérselas en los años 90. Hace poco el grupo de derechos humanos Human Rights Watch descubrió pruebas de que Israel está usando proyectiles de dispersión en la actual guerra en Líbano, como en el ataque contra el pueblo de Bilda, que mató a un civil e hirió a siete niños y cinco adultos. |
La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, preparada por Estados Unidos y Francia en conferencia con Israel, es parte del mismo proceso y está al servicio de las mismas metas políticas que la guerra contra Líbano. Cuando el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, anunció la decisión del gabinete de escalar la guerra, dijo: “Estamos haciendo todo lo posible para que los dos esfuerzos [militar y diplomático] se complementen. La operación militar creará el clima diplomático y una nueva situación”. Si la diplomacia fracasa, dijo, Israel “utilizará todas las herramientas” para ganar la guerra.
Esta resolución es injusta y no se puede apoyar.
Primero, legitima la agresión israelí contra Líbano. Dice: “Expresamos gran preocupación por la escalada de hostilidades en Líbano y en Israel desde el ataque de Hezbolá contra Israel el 12 de julio de 2006, que ya ha causado centenares de muertos y heridos de ambas partes, grandes daños a la infraestructura civil y centenares de miles de desplazados internos”.
Este párrafo pinta el bombardeo y la destrucción de todo un país como un “conflicto entre Hezbolá e Israel”. Le echa la culpa a Hezbolá por empezar la guerra y tapa la verdad de que Israel tenía planes para librar la guerra contra Líbano antes del 12 de julio.
La resolución niega la historia de la región: del establecimiento del estado de Israel en tierras robadas a los palestinos a las acciones genocidas israelíes en Gaza y Cisjordania hoy. Niega la ilegal ocupación israelí del sur de Líbano durante 18 años, y los muchos crímenes cometidos por Israel contra Líbano, como asesinatos, no querer decir donde están escondidas las minas terrestres, el robo de tierra y agua, invasión ilegal del espacio aéreo y más. En vez, presenta la captura de dos soldados israelíes el 12 de julio como una causa justa de la represalia israelí.
Segundo, la resolución es una amenaza a la soberanía política de Líbano. Reconoce la “petición” del gobierno de Líbano “de una retirada inmediata de las fuerzas israelíes del sur de Líbano”, pero permite que sigan ocupando la zona hasta que las reemplacen fuerzas de la ONU.
Tercero, justifica más ataques por Israel. Pide “un cese del fuego completo basado, en particular, en el fin inmediato de todos los ataques de Hezbolá y de todas las operaciones militares ofensivas de Israel”. Es decir, Hezbolá, que ha peleado contra una injusta invasión, tiene prohibido disparar una sola bala, pero Israel puede justificar cualquier acción militar como “defensiva”.
Para Israel y Estados Unidos, toda acción de parte de Israel es defensiva y justificada. Israel está en tierra robada a los palestinos, lleva 40 años ocupando brutalmente Gaza y Cisjordania, le dio armas nucleares al gobierno de apartheid de Sudáfrica y más. En la actual guerra ha bombardeado civiles y matado a niños, y ha destruido centrales eléctricas, fábricas y hospitales. Dice que todo esto son acciones defensivas. Además, Israel es una teocracia que dice que se estableció en tierras otorgadas al pueblo judío por dios. Hasta los dirigentes laicos operan en ese marco ideológico y hablan de Israel en términos bíblicos.
Cuarto, la resolución no menciona los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que ha cometido Israel: los ataques contra la población civil y la destrucción de la infraestructura civil son crímenes de guerra conforme a la Carta de Nuremberg.
Quinto, la resolución le permite a Israel ocupar el sur de Líbano, algo que no ha logrado militarmente. Por el momento, Israel dice que terminará la guerra en la mañana del lunes 14 de agosto, después de ocupar la zona al sur del río Litani (a unos 24 km. al norte de la frontera). Pero Israel no ha podido controlar el territorio libanés cerca de la frontera. La resolución le permite ocupar territorio que no ha podido conquistar por las armas y después declara un cese del fuego que prohíbe atacar sus fuerzas de ocupación y líneas de abastecimiento.
El gobierno libanés rechazó una resolución parecida la semana pasada. El primer ministro, Fuad Sinoria, dijo: “Israel dice que esta es una guerra contra Hezbolá, y no Líbano. Pero el terror israelí afecta a todos los libaneses”. Escribió que la resolución “no menciona los aspectos clave de nuestro plan y la rechazaron todos los libaneses. Una fuerza internacional en Líbano es un desafío directo a nuestra soberanía nacional, y eso nunca lo aceptaremos”.
La nueva resolución tiene unas cuantas frases diplomáticas; por ejemplo dice que respeta la soberanía de Líbano, pero los rasgos esenciales no han cambiado. Israel tiene encañonado a Líbano con la amenaza de invadirlo en gran escala y bombardear todas partes de Beirut. En la previa invasión de escala similar, murieron 20,000 palestinos y libaneses. Hezbolá dice que aceptará la resolución pero se atribuye el derecho de seguir atacando las fuerzas israelíes en Líbano.
Varias potencias imperialistas participaron en las negociaciones para forjar la resolución. Eso refleja sus intereses en la región. Los intereses de Francia y Rusia, que reciben gran parte de su petróleo de Irán, no son idénticos a los de Estados Unidos. Francia tiene inversiones en Líbano que quiere proteger. Sin embargo, parece que los imperialistas europeos han decidido que por ahora la mejor manera de proteger sus intereses es en connivencia con Estados Unidos e Israel.
No es seguro que esta resolución parará la guerra, pero beneficia a las grandes potencias porque hace parecer que les importa la devastación de Líbano.
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Revolución #57, 20 de agosto 2006
Del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar
Desde que Israel atacó a Líbano en julio, por todo el mundo se han realizado protestas contra la guerra de Estados Unidos e Israel. El fin de semana del 5 al 6 de agosto hubo protestas en Montreal, Toronto y Windsor, Canadá; Durbán y Ciudad del Cabo, Sudáfrica; Viena, Austria; Bruselas, Bélgica; Tel Aviv, Israel; Sarajevo, Bosnia-Herzegovina; y en varias ciudades de Indonesia. El fin de semana del 12 al 13 de agosto se registraron protestas en muchas ciudades de Estados Unidos, y mítines de miles en San Francisco y Washington, D.C. El siguiente artículo del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar informa sobre la protesta de Londres, una de las mayores de ese fin de semana:
El 5 de agosto en Londres, la gran cantidad de gente que salió a protestar contra la guerra en el Líbano tomó por sorpresa a los organizadores y al gobierno por igual. En general, se esperaba una repetición de la primera protesta de emergencia de dos semanas antes, de 10 a 20 mil personas, pero por lo menos 50 a 60 mil marcharon por las calles de Londres. Según los periodistas, fue la mayor protesta de la historia de Inglaterra durante el mes feriado de agosto. Las noticias vespertinas de la masacre en el Líbano, en particular la atrocidad cometida en Qana, donde una bomba israelí mató a más de 50 civiles, muchos de ellos niños, hicieron que mucha más gente protestara.
Diversos letreros hechos a mano condenaron furiosos al primer ministro Tony Blair: ¿Cuántos niños más tienen que morir? Una enfermera psiquiátrica dijo que participó en un par de protestas contra la guerra de Irak, pero entonces tenía optimismo, pensaba que “quizá pudiéramos haberla detenido”. Ahora se sentía acongojada, pero, después de leer un informe del organismo Salvemos a los Niños que dice que la mayoría de los civiles muertos en el Líbano son mujeres y niños, sintió que tenía que participar con su esposo e hijo. Los manifestantes dejaron cientos de pares de zapatos de niños al pie de la Tumba del Soldado Desconocido, cerca de la sede del gobierno en la calle Downing, para subrayar lo que significa el apoyo del gobierno a Israel.
Casi se podía ver la historia colonial de Inglaterra en las caras de los muchos manifestantes del Medio Oriente al sur de Asia, un legado del antiguo imperio británico que hoy, como socio menor de Estados Unidos, domina a esos países mediante un sistema neocolonial.
Se reunió gente de muy diversos antecedentes y creencias con un profundo sentido de propósito, de la importancia de unir a grandes cantidades para hacer una denuncia poderosa de los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos, Inglaterra e Israel. Muchos oradores eran miembros disidentes de la élite política del país, como varios parlamentarios del oficialista Partido Laborista, quienes uno tras otro decían: “Hoy me da vergüenza ser miembro del Partido Laborista”. Recibió una gran ovación el ex diplomático Craig Murray, el embajador a Uzbekistán despedido por denunciar el apoyo que daban Estados Unidos e Inglaterra al sangriento gobierno de ese país a cambio de permiso para usar el territorio para fines militares. Antes que Murray hablara, varios oradores pidieron que Blair cancelara sus vacaciones y que prestara atención a la crisis en el Líbano. Murray señaló que no hay que dejarse confundir por el papel de Blair, y que Blair permanecerá en su puesto exclusivamente para asegurar que las cosas se desarrollen de acuerdo a los deseos del eje anglo-yanqui-israelí. Ante la estruendosa respuesta aprobatoria del público, dijo que si Blair quisiera permanecer y continuar sus fechorías, le esperaría un “cómodo lugar en el sótano del Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra en La Haya”.
El profundo coraje contra el apoyo del gobierno británico al ataque israelí prendió una discusión intensa acerca de sus motivos y qué hacer al respecto. La consigna principal era “¡cese el fuego incondicional ya!” Todos querían ver un cese inmediato de los bombardeados israelíes, pero les inquietaba que pronto los israelíes pidieran un cese el fuego para defender sus propios intereses metiendo una fuerza multinacional occidental en el sur del Líbano. También había mucha incertidumbre acerca del papel de la ONU; algunos pedían que “Inglaterra se uniera a la comunidad mundial en la ONU” (o en “la Unión Europea”), y otros denunciaban fuertemente a la ONU como un “instrumento de dominación imperialista”. De todos modos, el sentir generalizado era que la guerra contra el Líbano estaba vinculada a Irak y al aumento de amenazas anglo-yanquis contra Irán, y muchas personas tenían camisetas y calcomanías de “No ataquen a Irán”. Al fin de la protesta, se anunciaron diversas acciones pequeñas frente a la embajada israelí y otros lugares.
(Exhortamos a los lectores a enviarnos informes de otras protestas).
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Revolución #57, 30 de agosto de 2006
Crímenes del gobierno de Bush en Nueva Orleáns:
Hace casi un año el huracán Katrina cruzó el golfo de México con un gran estruendo, asoló los estados de Louisiana y Mississippi, y causó destrucción por toda la región.
Inicialmente Katrina causó daños a la ciudad de Nueva Orleáns, pero no la devastó. Sin embargo, poco después los diques del lago Pontchartrain y varios canales se reventaron, y un caldo tóxico de agua contaminada de dos pisos de altura inundó las calles y miles de casas y edificios. El mundo vio indignado a docenas de miles de personas, casi todos negros y pobres, luchar por sobrevivir en condiciones horrorosas.
Durante siglos Nueva Orleáns ha sido la cuna de expresiones culturales que le han tocado el corazón a gente por todo el mundo. Es una ciudad histórica, donde la profunda opresión de los esclavos africanos, y de los afroamericanos hoy (y la resistencia a esa opresión desde la época de la esclavitud), ha sido un elemento central de la conciencia y la cultura local. Los lazos de comunidad, barrios e historia son muy fuertes en esta ciudad.
Hoy la gente de muchos de esos barrios (Treme, Gentilly, New Orleans East, Uptown, 7th Ward, el famoso 9th Ward y otros) se encuentra dispersa por todo el país. Sigue luchando por reconstruir su vida. Menos de la mitad de los que vivían en Nueva Orleáns ha logrado regresar. Más de 200,000 personas siguen viviendo en Texas.
Desde el momento que Katrina se dirigió a la ciudad, las entidades del gobierno (desde los más altos niveles para abajo) han hecho todo lo posible para NO dedicar los recursos necesarios a ayudar a la ciudad y sus habitantes.
Su meta ha sido controlar, reprimir y degradar a las masas, especialmente a los negros.
Dos días después de Katrina, en los peores momentos de las inundaciones, cuando el gobierno de Bush no hacía nada para aliviar el sufrimiento, un señor, llorando porque no sabía si su familia estaba viva o muerta, le dijo a una corresponsal de Revolución en Lafayette que eso era “genocidio”. Dijo: “No me digan que no tienen un plan. Este es el plan”.
Ese plan ha continuado y empeorado. La conducta del gobierno después del huracán se ha caracterizado por engaño, represión y promesas rotas. Gran parte de la ciudad sigue devastada. El alcalde y la gobernadora han despachado la Guardia Nacional a patrullar lo que denominado “zonas salvajes”: donde los chavos que este sistema ha descartado buscan reconstruir hogares y comunidades. La abrumadora presencia de la policía en las zonas turísticas tiene la meta de “proteger” a los turistas de los habitantes. Han cerrado y cercado los proyectos de vivienda pública. Casi no hay servicios de salud. Los alquileres se han puesto por las nubes y muchos y no tienen con qué regresar.
Las autoridades prometieron reconstruir y restaurar la ciudad, pero en realidad se han puesto a transformarla. En particular, quieren impedir que vuelva gran parte de la población negra, que le ha dado a la ciudad su carácter distintivo.
LA PROMESA: Desde California y Arizona, cuando Katrina devastó Louisiana y Mississippi, Bush dijo: “El gobierno federal dedicará grandes recursos a ayudarlos a poner su vida en orden. Tenemos el equipo y los suministros, y tan pronto podamos evaluar los daños, ayudaremos a los buenos ciudadanos de las zonas afectadas”.
LA REALIDAD: Diez meses después de Katrina, Bill Quigley, profesor de Derecho de la Universidad Loyola de Nueva Orleáns, escribió: “Todavía encuentran cadáveres. Hace diez días, unos trabajadores que limpiaban una casa encontraron el cadáver de un señor que murió en la inundación, el vigésimo tercer desde marzo. Más de 200,000 personas no han regresado. Hay kilómetros de casas desocupadas. En miles de edificios todavía se ve hasta dónde llegaron las aguas. De los miles de casas y negocios del este de la ciudad, solo el 13% tiene electricidad.
“El desplazamiento en masa ha cambiado la población de la ciudad: hoy es mayor, más blanca y más acomodada. Los afroamericanos, los niños y los pobres no han regresado debido a la escasez de vivienda al alcance de su bolsillo. Miles de casas siguen tal como quedaron desde que se retiraron las aguas; son como fantasmas, con puertas abiertas, muebles boca abajo, llenas de moho. Hasta la fecha no ha llegado un solo dólar del gobierno federal para reparación o reconstrucción de casas en Nueva Orleáns”.
LA PROMESA: En septiembre de 2005, Bush dijo: “Haremos todo lo necesario para reconstruir Nueva Orleáns… Los ayudaremos a poner su vida en orden”.
El secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD), Alphonse Jackson, dijo: “Daremos la bienvenida a los residentes de viviendas públicas y a los que reciben subsidios para vivienda”.
LA REALIDAD: En junio, HUD anunció que iba a tumbar más de 5,000 departamentos de vivienda pública en Nueva Orleáns.
En agosto de 2005, poco antes de Katrina, HUD informó que había 7,381 departamentos de vivienda pública en la ciudad. Menos de un año después dijo que había 1,000 departamentos y “prometió” reparar 1,000 más, la mayoría en proyectos de “ingresos mixtos”. O sea, mucha gente de bajo ingreso, desvalida o mayor que vivía en departamentos subvencionados no podrá regresar, incluso si HUD cumple la promesa de arreglar 1,000 viviendas. Tumbará las demás y la alcaldía dice que quiere reemplazarlas con “zonas verdes”. En 1996, había 13,694 departamentos de vivienda pública en Nueva Orleáns. Ya habían tumbado más de la mitad antes de Katrina, y si logran tumbar los que quieren, habrán eliminado el 85%.
La destrucción de la vivienda pública es un fenómeno actual en ciudades por todo el país y empezó antes de Katrina. Pero altos funcionarios del gobierno de Bush aprovecharon la tragedia para acelerar el proceso. Después del huracán, Richard Baker, un congresista de Baton Rouge, dijo: "Por fin se ha limpiado la vivienda pública de Nueva Orleáns. No lo pudimos hacer nosotros, pero Dios lo hizo".
LA PROMESA: Bush dijo que la meta del gobierno era que todos los damnificados tuvieran vivienda a mediados de octubre del año pasado. Prometieron llevar miles de casas rodantes a Louisiana y toda la costa del Golfo. Según CNN, a fines de septiembre FEMA anunció que tenía “125,000 casas rodantes listas para entregar”.
LA REALIDAD: FEMA calculó que 300,000 familias quedaron sin casa. Bush prometió viviendas a la gente desplazada al Astrodome de Houston y el River Center de Baton Rouge para mediados de octubre. Pero desde el comienzo resultó evidente que no iban a hacer un esfuerzo serio para alcanzar ese objetivo. En octubre, el Houston Chronicle informó: “Las opciones de vivienda que prometió el gobierno federal hace un mes no se han materializado”.
Docenas de miles de casas rodantes están en Arkansas y otros estados sin estrenar. Miles más han llegado a la costa del Golfo pero no se han utilizado, muchas veces porque los gobiernos locales racistas no quieren tener cerca concentraciones de gente sin techo de Nueva Orleáns.
Donde han montado las casas rodantes, un humo tóxico ha causado un sinnúmero de enfermedades respiratorias. En julio el canal MSNBC informó sobre el “humo tóxico” de las casas rodantes de FEMA. Dijo que es de “formaldehído, el gas de un producto químico que se usa en muchos artículos, como madera compuesta y contra chapado, en los miles de casas rodantes que la Agencia Federal de Manejo de Emergencias compró para alojar a los damnificados. También se considera un agente carcinógeno humano, o sea una sustancia que causa cáncer”. El Dr. Scott Needle, de Bay St. Louis, Mississippi, dijo que antes de que el grupo ambientalista Sierra Club descubriera el humo tóxico, “vi a muchos niños que tenían problemas respiratorios, resfriados y sinusitis una y otra vez… Casi siempre las familias vivían en las casas rodantes de FEMA”.
*****
Los damnificados de Katrina han perdido familiares y casa. Muchos sufren de enfermedades por las aguas sucias que inundaron la ciudad. La policía y el ejército les dispararon. El gobierno no despachó comida, agua ni medicinas durante días. Los trasladaron cruelmente, lejos de los familiares, y los apiñaron en condiciones que hacen pensar en los barcos de esclavos que cruzaban el Atlántico. Desde Katrina, los habitantes de Nueva Orleáns han luchado por reconstruir su vida, pero han tropezado con las falsas promesas, mentiras, engaños y represión del sistema.
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Revolución #57, 20 de agosto 2006
Nueva Orleáns, 2005:
El gobierno federal sabía desde hacía años lo que pasaría si llegaba un huracán a Nueva Orleáns. Centenares de informes científicos predecían que el 9th Ward (un barrio negro) y St. Bernard (un barrio de clase obrera) sufrirían grandes daños, y que los sectores industriales y residenciales caros saldrían ilesos. Eso era prácticamente inevitable debido al modo de construir los diques. Pero el Congreso recortó los fondos para los diques y Bush los recortó más todavía. Por días se sabía que se acercaba el huracán Katrina, pero las autoridades no tomaron medidas para evacuar la ciudad. Después de que llegó el 29 de agosto, abandonaron a los sectores más pobres de la ciudad, que son mayormente negros. Dejaron a la gente más vulnerable a que se las arreglara como pudiera ante tormentas e inundaciones. Bush no quiso interrumpir sus vacaciones y dejó que los damnificados sufrieran por días antes de responder. Más de mil personas murieron y cientos de miles siguen sufriendo, sin necesidad.
Fuera por descuido, por plan o por las dos cosas, esto fue un ASESINATO EN MASA cometido por las autoridades, con Bush a la cabeza.
ENCAÑONARON A LOS DAMNIFICADOS: Las fuerzas armadas y el resto del gobierno trataron a miles y miles de personas angustiadas, muertas de hambre y enfermas como si fueran el enemigo. La prensa, los políticos y los funcionarios públicos crearon una atmósfera de racismo regando la mentira de que los negros estaban saqueando todo y cometiendo atrocidades salvajes. El general de brigada Gary Jones, un comandante de la Guardia Nacional de Louisiana, dijo: "Esta ciudad parecerá una pequeña Somalia. Será una operación de combate y vamos a restablecer el control de la ciudad". Bush anunció "cero tolerancia" para los saqueadores y el gobernador dio órdenes de "disparar a matar" a los que se llevaran cosas de los almacenes. Blackwater, la compañía que tiene escuadrones de la muerte en Irak, mandó 200 hombres autorizados a matar. Cuando centenares de personas trataron de salir de la ciudad por el puente Crescent City, la policía los bloqueó con disparos al aire. Alentados por el tono de las altas autoridades, los policías de la ciudad y de ciudades vecinas golpearon y mataron a mucha gente con toda impunidad.
ACCIÓN COLECTIVA: El desastre mostró el potencial de las masas para organizarse y hacerse cargo de la situación. Un joven de 20 años se apoderó de un camión escolar para llevar gente a Houston. Un grupo de adolescentes y jóvenes reunieron su dinero para comprar gasolina y pañales. Unos chavos se metieron a la cocina del hotel Marriott, prepararon un montón de huevos y tocino, y se lo llevaron a gente que tenía hambre. Una maestra jubilada dijo que eran como Robin Hood. Otra señora mayor dijo: "Estos ‘saqueadores’ es lo único que tenemos para no morirnos de hambre". Un joven recogió 18 niños pequeños de apartamentos vecinos, se los llevó en una lancha y los cuidó. Otros recorrieron los edificios de apartamentos para sacar a los que no podían hacerlo por su cuenta. Los dueños de botes de los alrededores y choferes de autobuses de Houston, Dallas y Lafayette llegaron a rescatar gente, pero FEMA no los dejó pasar. Esto muestra la fuerza en potencia que tienen "los de abajo" cuando se unen: la fuerza para oponer resistencia y, a la larga, para hacer la revolución y construir una nueva sociedad.
GANANCIAS DEL DESASTRE, LIMPIEZA ÉTNICA Y ESTÍMULO A LOS FASCISTAS CRISTIANOS: Bush anunció planes para crear "zonas de empresa" en la ciudad, donde los grandes capitalistas pueden sacar ganancias con proyectos de construcción de miles de millones de dólares, nuevas leyes, eliminación de las protecciones del ambiente, exención de impuestos y salarios más bajos de lo normal.
Antes del huracán, el 70% de la población de la ciudad era negra. Después, el secretario de Vivienda dijo: "Nueva Orleáns no tendrá tantos negros por mucho tiempo, o nunca". Un congresista del estado dijo: "Por fin se ha limpiado la vivienda pública de Nueva Orleáns. No lo pudimos hacer nosotros, pero Dios lo hizo".
Katrina fue un desastre natural, que la ciencia explica sin problemas. Pero los predicadores le echaron la culpa a las masas. Dijeron que "fue castigo de Dios" por los juegos de azar, los abortos, las drogas, el Mardi Gras, los desfiles de gays y hasta el vudú. El gobierno aprovechó el desastre para promover a las iglesias fascistas cristianas y canalizarles las donaciones.
CRUEL EVACUACIÓN: A docenas de miles de personas las metieron en el Superdome y el Centro de Convenciones, como en buques de esclavos, sin comida, electricidad, con los baños tapados y rodeados de agua podrida. Dejaron a los muertos a la intemperie. A miles los metieron como ganado en iglesias y escuelas, y los dispersaron por todo el país. Como en los días de la esclavitud, separaron a las familias. Los trataron como delincuentes. Al entrar a los refugios, les checaban los antecedentes e hicieron arrestos y deportaciones. Los refugios tenían guardias armados y detectores de metales, y estaban rodeados por radiopatrullas, soldados, y agentes de FEMA y del gobierno.
KATRINA FUE PARTE DE LA HISTORIA CRIMINAL DEL CAPITALISMO: El descuido, abandono, maltrato y violencia hacia los negros después del huracán es un crimen del sistema capitalista, conectado al legado de la esclavitud y la segregación. Este sistema siempre ha tratado a los negros como objetos para explotar, gastar y odiar.
EN 1850 NUEVA ORLEANS ERA EL MAYOR CENTRO DE COMPRA Y VENTA DE ESCLVOS DEL PAIS. A media cuadra del hotel St. Charles había 25 bodegas de esclavos. Las imágenes de cientos de negros embutidos en estadios después del huracán trajeron a la mente las bodegas de los barcos negreros.
EN LA GRAN INUNDACION DEL RIO MISSISSIPPI EN 1927, las autoridades recogieron a los negros a punta de fusil y los metieron en campos de concentración para que trabajaran día y noche en la reconstrucción de los diques y para que no se fueran de la zona inundada. Los ricos dueños de plantaciones no querían que su mano de obra se escapara al Norte.
EL SUFRIMIENTO SIGUE: Katrina destruyó o dañó 130,000 de las 200,000 casas de la ciudad. La conducta del gobierno de Bush después del huracán se ha caracterizado por engaño, represión y promesas rotas. Hoy mucha gente de Nueva Orleáns se encuentra dispersa por todo el país y lucha desesperadamente por reconstruir la vida. Menos de la mitad de los que vivían en Nueva Orleáns ha logrado regresar y gran parte de la ciudad sigue devastada. El alcalde y la gobernadora han despachado la Guardia Nacional a patrullar lo que denominado “zonas salvajes”: donde los chavos que este sistema ha descartado buscan reconstruir hogares y comunidades. De las 128 escuelas públicas, solo 56 abrirán las puertas en el otoño. Han cerrado y cercado los proyectos de vivienda pública. Los alquileres están por las nubes y muchos y no tienen con qué regresar. Ahora se ha sabido que la norma oficial es no dar fondos para reconstruir las casas del 9th Ward, un barrio negro.
HAY QUE APOYAR A LOS QUE OPONEN RESISTENCIA. EL GOBIERNO TIENE QUE DAR VIVIENDA DIGNA A LOS QUE QUIEREN REGRESAR. JUSTICIA PARA LOS MUERTOS POR LAS AUTORIDADES.
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Revolución #57, 20 de agosto 2006
Damnificados de Katrina dan testimonio:
A continuación publicamos pasajes de entrevistas que realizó nuestro corresponsal en Houston, Austin y Baton Rouge el año pasado. Se presentaron a la Comisión sobre los Crímenes de Bush, que se llevó a cabo en Nueva York en octubre de 2005. (Se han cambiado los nombres).
No hay cupo en el helicóptero
Ronald, entrevistado en Austin, Texas:
“La tormenta nos dio duro. Pasé una semana en un puente de la autopista. Teníamos que meternos a las tiendas a buscar agua y comida. El gobierno y el alcalde nos abandonaron. Esperé tres días a que nos rescataran. El día que por fin nos rescataron, mi esposa se cayó del helicóptero, se desplomó unos 30 ó 40 metros y cayó sobre un puente. El Servicio de Guardacostas tardó 30 minutos en llegar por ella. No le pidieron el nombre, no querían saber nada. A mí me dijeron que no había cupo en el helicóptero y que no podía ir con ella, y jamás la he vuelto a ver. Eso fue el 1º de septiembre.
“Hablé a la Cruz Roja y me dijeron que no tenían información sobre ella, pero que seguían buscando. Hablo con su familia a diario y ellos siguen esperando y rezando que la encuentren. No sé si está viva o muerta. Si alguien sabe, no lo dicen”.
Ahogados en la prisión
Lester (quien estaba en la prisión de Orleans Parish), entrevistado en Houston:
“Unos guardias insultaban a los presos y decían ‘me voy a salvar yo mismo’. El agua nos llegaba al cuello. Al salir vimos cadáveres flotando. Los guardias empezaron a disparar, mataron. Yo no sé qué pasaba, dicen que unos trataron de escaparse, quién sabe. Lo que sí vi es que dispararon a un par de personas y tropecé con un par de muertos.
“Vi seis cadáveres. Eso lo vi con mis propios ojos. Yo sé lo que vi. Vi seis cadáveres flotando y me tropecé con uno. No sabía lo que era, lo toqué con la mano, ¡qué susto! Abrieron las puertas de los pabellones, nos dijeron que no lleváramos nada. Cuando llegamos al piso bajo, vimos lo crecida que estaba el agua, ¡estaba muy crecida! No se veía nada, estaba oscuro y el agua olía a gasolina, diesel, algo así.
“Te voy a decir sin rodeos, los que no sabía nadar se estaban ahogando, dando manotazos para tratar de mantenerse a flote. Unos guardias los ayudaron, pero otros los mandaron al diablo. Unos decían ‘tengo familia, que se ahogue, es su hora’.
“A otros los dejaron en las celdas, en las celdas de detención, se ahogaron . Fueron por ellos después, pero ya se habían ahogado. No tiene sentido. Cuando el agua llega a la coronilla, es hora de sacarlos. Se ahogaron. Dicen muchas mentiras, pero yo sé lo que vi.
“No comí por tres días. Cuando llegó Katrina no comimos… Éramos unos 40 y solo nos dieron tres barras de pan para 40 personas. Llenaron los tachos de basura con agua para tomar. Por haber caminado en ese agua me están creciendo hongos en las piernas. Me da comezón y cuando me rasco se me hacen roñas. Me está cubriendo las piernas, por todas partes, en las piernas. Así nos tratan. Lo único que queríamos era salvarnos. Sabían que se acercaba el huracán; yo creo que nos pudieron sacar un poco más rápido, y así no tendría ahora esto en las piernas ni tener que vivir lo que estoy viviendo. Esto puede dejar heridas físicas, mentales y emocionales”.
“Nos tuvimos que unir”
Roberta, vivía en el 3rd Ward, entrevistada en Houston:
“No nos explicaron que debíamos irnos, nunca. Nos obligaron a irnos. Nos dijeron que si no nos íbamos, nos iban a meter en la cárcel. LA CÁRCEL, dios mío. Juro ante dios que no miento. Nos dijeron que si no nos subíamos a los buses nos iban a meter en la cárcel, eso es lo que nos dijeron.
“Los negros ayudaban a los negros. Nos tuvimos que unir. Antes, discutíamos sobre todo, pero ahora tuvimos que unirnos para ayudarnos… Estaba sentada en la banqueta, pensando en lo que iba a hacer, cómo iba a ayudar. Teníamos que salir de aquí. En el 7th Ward nos decían que si no nos subíamos a los buses nos iban a meter en la cárcel. En el 3rd Ward el agua estaba altísima y no había Guardacostas. Le pregunté a un tipo que se llama Brian si quería ayudar. Dijo que vino desde Oklahoma. Decidimos ir a Kenner porque allá todavía había electricidad. Conseguimos hielo para los que se habían quedado. Hacía mucho calor y no tenían comida ni agua, no tenían nada. Unos viejos, como yo, estaban en el porche, pensando en qué iban hacer, adónde iban a ir.
“Así que Brian y yo fuimos a Kenner; hicimos unos 30 viajes de ida y vuelta. Llevamos hielo, agua y comida. ¿Pero por qué teníamos que ira hasta Kenner para conseguir agua y comida, y eso es lo único que nos permitían llevar: agua y comida? Si los del Servicio de Guardacostas pensaban que ibas a quedarte, no te dejaban pasar. La razón por la que puede hacer esos viajes es porque Brian es blanco y yo soy negra. Brian me dijo que me sentara con él adelante en el camión, pero decidí quedarme atrás porque así podía ayudar más. Por eso es que pude ir a Jefferson Parish tantas veces. Lo que no permitían es que uno fuera a quedarse…
“Nadie vino, ningún policía se acercó. A los policías se les veía de vez en cuando, y era para joder: ‘¿Dónde vives? ¿Dónde está tu casa?’ Cuando iba del 7th Ward al 3rd Ward vi muchos cadáveres, gente que trató de escapar del agua… en Claiborne hubo muchos muertos. Parecía que estaban acostados, descansando . Hasta me acerqué a una señora a ayudarla, pero una amiga me dijo ‘Está muerta’, y no lo podía creer. Jamás había visto tantos muertos, ahí tirados en la calle”.
En un abrir y cerrar de ojos quedaron en la calle
Marlene, quien vive en Houston y alojó a 48 personas en su casa:
“Muchos familiares, amigos e incluso desconocidos llegaron a mi puerta. Parte el corazón ver esos rostros dolidos, angustiados y deprimidos. Se me hizo imposible decirles que se fueran. Mi hermana, que tiene parálisis parcial, con miedo y llorando, los niños, la mamá, el papá, sin poder hacer nada por su familia. En un abrir y cerrar de ojos quedaron en la calle. Sabiendo que lo mismo le pudo haber pasado a mi familia, hice lo que hubiera querido que hubieran hecho por mí. Es difícil comprender lo que le pasa a una persona cuando pierde todo, por no hablar de cuando pierde un ser querido…
“Llamé a FEMA [la agencia federal para emergencias] y les dije que estaba alojando a 48 personas, y me dijeron que los corriera; así me dijeron, que los echara. Yo le pedí el nombre a la empleada y hablar con su supervisor, pero ella colgó. Me dijo que los corriera… La mezquita de enfrente me ayuda, así como unos vecinos y unos amigos que traen comida, porque cuando llegaron no tenían nada, absolutamente nada. Lo único que tenían era la ropa que llevaban puesta”.
Bush el mentiroso
Annette, del este de Nueva Orleáns, entrevistada en Houston (también dio testimonio ante la Comisión sobre los Crímenes de Bush):
“Mi hermana y yo encontramos a una señora que debe tener unos 80 años. Estaba en una silla de ruedas en una gasolinera abandonada. Su tía estaba sentada al lado de ella en una silla plegable; también estaba su hijo… No querían separarse. Habían dormido ahí toda la noche. ¡¡Con una estación de bomberos enfrente!! Uno hubiera pensado que los hubieran ayudado. Los radiopatrullas pasan de arriba a abajo; uno hubiera pensado que los hubieran ayudado, pero no.
“Cuando pasaba con mi hermana nos pidieron comida. Teníamos comida en latas; las abrimos y se las servimos. Estaban tan agradecidos que una de ellas se puso a llorar. Eran blancos. La señora lloraba; habían estado esperando ayuda, pero los que debían ayudarlos no habían hecho nada. Nos agradeció haberles dado de comer.
“La policía no quiere ayudar. Pero a los que se metieron en tiendas a buscar algo de comer, para vivir, los encañonaron y les pegaron. ¡¡Los amenazaron con llevarlos a la cárcel!! Yo creo que mucha de esa gente jamás en la vida cometió un robo, pero ahora tenían que comer para sobrevivir.
“Yo estuve ahí, yo viví eso y vi lo que pasó, y vi muchas cosas. Vi morir bebés, jóvenes. Sabes lo que hacen cuando mueren: solo les cubren la cara con una sábana o un abrigo. Murieron muchos. Iban flotando, muertos. ¡Bush dice que mandó camiones del ejército y otra gente, pero yo estuve ahí! Durante todo el tiempo. ¡¡Yo vi todo o casi todo y Bush es un mentiroso!! No nos ayudaron. Creo que vinieron a destruirnos, porque los camiones del ejército solo pasaron por aquí, no pararon para nada.
“Bush no mandó a nadie a ayudarnos. Bush es un mentiroso, Bush es un mentiroso. Bush estaba en un lugar seguro, no tenía por qué preocuparse de nosotros. Él y su familia estaban a salvo, sanitos. Nosotros somos los que estábamos sufriendo, flotando en agua contaminada, enfermándonos. No mandó a nadie a ayudarnos. Lo que quería es vernos golpeados y sufriendo, eso es lo que yo creo”.
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Revolución #57, 20 de agosto 2006
Entrevista a Debra Sweet, coordinadora nacional de El Mundo No Puede Esperar
La entrevista de Revolución: Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en Revolución o en nuestra página web.
Revolución entrevistó a Debra Sweet, coordinadora nacional de El Mundo No Puede Esperar—Hay que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush.
Revolución: Háblanos sobre el anuncio que publicó El Mundo No Puede Esperar en el New York Times el 3 de agosto; y qué respuestas han tenido.
Debra Sweet: El diseño es de George Lois, quien es muy conocido en el mundo del diseño por ser el creador de “I want my MTV”. Él diseñó nuestro nuevo logotipo, donde aparece el mundo estallando en llamas. Nos lo regaló. Nosotros solo lo sacamos a color. Creo que simboliza perfectamente de una forma muy contundente que el mundo no puede esperar.
Algunas personas que lo han visto dicen que el mundo está en llamas, referente a las guerras de este momento. Otras, piensan en el sobrecalentamiento de la Tierra o en que el mundo se está desintegrando de muchas formas. Pero una cosa que declara es la urgencia de sacar corriendo al gobierno de Bush. Así que ahora es nuestro nuevo logo y espero que sea muy visible en todo el país durante las próximas ocho semanas que faltan para el 5 de octubre.
Ayer se cumplió una semana desde que salió el desplegado. Sacamos dos páginas completas en diciembre y enero, hace ocho meses. La respuesta a este desplegado es cuatro veces mayor que la de los dos anteriores, en términos de dinero y la cantidad de personas que quieren sacar al gobierno de Bush y ser parte del 5 de octubre. Estoy segura que tiene que ver con todo lo que está pasando en el mundo en este momento, particularmente en el Medio Oriente, y que el diseño concentra todo eso con mucha fuerza.
En nuestro portal worldcantwait.org pueden firmar para apoyar la causa y explicar por qué lo hacen. [Ver comentarios].
Todas las personas que han respondido a nuestro anuncio nos indican que puede haber acciones muy impactantes el 5 de octubre. No es la única base, sino fundamentos muy importantes a lo largo del país. Tenemos muchos académicos, estudiantes y gente de negocios. También contamos con un porcentaje alto de personas mayores, ya jubiladas, que creo tienen una idea de lo que ha sido la historia y de que el gobierno de Bush se contrapone a lo que se espera de este país.
Cuando publicamos anuncios en el pasado, muchos nos decían: “Estamos de acuerdo con lo que dice el anuncio, a excepción de la parte “fascista”, que el gobierno de Bush “se ha propuesto redefinir la sociedad con un molde fascista por muchas generaciones”. Ahora, más o menos el 20% de las personas que han respondido están de acuerdo con esa opinión o nos dicen: “Me uno a esto porque no quiero vivir en un país fascista” o “No quiero que mis hijos crezcan en un país fascista”.
Muchas de las personas que responden dicen:
“He esperado este movimiento durante seis años”.
“Me preguntaba cuándo alguien haría algo así”.
“No sabía qué hacer”.
“¿Qué voy a hacer el 5 de octubre? Ya lo puse en mi agenda”.
Es muy claro que hay mucho eco a la idea de parar todo lo que está pasando. Notamos que ahora en los comentarios se habla más sobre teocracia, mucho más que hace ocho meses. Que no queremos un gobierno que nos embuta la religión a fuerza.
También se habla del medio ambiente con mayor recurrencia, después de la película Inconvenient Truth, por temor a lo que le pueda pasar al planeta y toda persona que vive en él. Muchas más personas hablan de Irak, del peligro para Irán. Hablan de los ataques al aborto y el control de natalidad.
Todas estas respuestas nos muestran, tal como lo decimos en nuestro portal, que realmente hay mucha gente de todo el país que comparte el mismo sentimiento.
Sabemos que hay muchas personas que quieren ver más anuncios como este, que quieren que el 5 de octubre suceda y, sobre todo, que sienten que el gobierno de Bush es ilegítimo y tenemos que sacarlo.
Revolución: ¿Qué dices cuando te preguntan qué hacer ahora y el mismo 5 de octubre?
Debra Sweet: En las ocho semanas que faltan para el 5 de octubre nos estamos concentrando en hacer grandes movilizaciones. Como dice nuestra nueva declaración:
“Pasará de ser una esperanza imprecisa de millones de individuos aislados, y la acción de unos pocos miles hasta la fecha, a ser una fuerza moral innegable que tendrá un impacto político sin precedente”. Es esencial, particularmente en este momento, que todos salgan a la calle y que hagan visibles sus sentimientos, que se manifiesten de la misma forma que se ha hecho en otras partes del mundo (como lo que está ocurriendo en México en este momento por ejemplo: hay 47 campamentos en el centro de la ciudad de México).
El jueves 5 de octubre, todos tienen que salirse del trabajo, de las escuelas y llegar a los edificios federales en el centro de sus pueblos y ciudades. Hacer mítines, decir la verdad. Pensar en formas creativas de representar las siete declaraciones de “tu gobierno” de nuestra Convocatoria que demuestren patentemente lo que este gobierno está haciendo aquí y en el resto del mundo.
¡Hay que ponerle fin a todo esto! El 5 de octubre puede cambiar la atmósfera política en este país de tal forma que quienes están en el poder se vean obligados a considerar dentro de sus cálculos políticos un movimiento que no depende de ellos para poner las reglas. Unas movilizaciones podrían desembocar en celebraciones de toda la noche y campamentos, y quienes los vean en las noticias se unirán. El corazón de muchos se llenará al ver un grupo tan grande y diverso que no se pueda ignorar, saliéndose de “la protesta de costumbre”. Todos: los jóvenes que nunca se han manifestado; los que esperan que votar en las elecciones próximas cambiará algo; los candidatos políticos y los funcionarios públicos que ya nos están pidiendo hablar, todos nos debemos unir en la gran ola del 5 de octubre para sacar corriendo al gobierno de Bush.
Revolución: ¿Y mientras tanto que puede hacer la gente de aquí al 5 de octubre?
Debra Sweet: Pueden visitar la página worldcantwait.org o llamarnos al 866-973-4463 para conectarse con este movimiento.
En este momento, en lo que va del mes y durante todo agosto, El Mundo No Puede Esperar está haciendo una recaudación de fondos masiva para ampliar las bases de esta organización. Tenemos cubetas (“Dona un dólar para sacar corriendo al gobierno de Bush”) y tenemos copias nuevas a color del desplegado en el New York Times para distribuir, junto con prendedores, camisetas, calcomanías, etc., que declaran: “¡Hay que ponerle fin a todo esto el 5 de octubre!”.
Les pedimos a todos que salgan a hablarle a todas las personas que conocen sobre esto y se empiecen a organizar. Dentro de ocho semanas estaremos en las calles.
Nuestra recaudación de fondos masiva funciona a distintos niveles. Queremos juntar medio millón de dólares para el Labor Day para sacar anuncios a gran escala, para superar los volantes que se distribuyen a mano, en publicaciones importantes, en la radio, en la internet y en televisión. Tenemos que llegarle a la gente que se pregunta qué puede hacer, hacerles ver pueden tener un efecto positivo político al hacer ejercicio de la autoridad moral de todos los que no están de acuerdo con lo que hace el gobierno de Bush y salir a las calles el 5 de octubre.
Hago un llamado especial a todos aquellos que este momento están horrorizados con la destrucción sangrienta en Líbano. A los que ven que Bush ya le está apuntando el gatillo nuclear a Irán. A todos los que han visto Inconvenient Truth y los que están, con mucha razón, preocupados por lo que este gobierno significa para el planeta. A los que saben que se acerca el aniversario de Katrina, cuando el gobierno de Bush abandonó a miles y miles de personas afroamericanas y pobres a su suerte, y las tropas les dispararon y los reprimieron. A todos los que ven la urgencia de este momento y saben que este gobierno es ilegítimo y que todo esto es intolerable. A todos les digo que ya es hora de actuar.
El 5 de octubre es una oportunidad para hacerlo. Es una oportunidad para que todo el país se una y haga algo increíblemente importante, para que tal vez cambie el rumbo hacia una dirección mucho más favorable, que confronte todo este programa, lo repudie y plantee algo mucho más positivo para el futuro.
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Revolución #57, 30 de agosto de 2006
La victoria del demócrata Ned Lamont en las elecciones primarias de Connecticut para el Congreso se ha recibido como una declaración de rechazo a Bush y a los demócratas por ser sus perritos falderos. Pero el hecho de que Lamont le haya ganado a Joe Lieberman (otro demócrata, que es un entusiasta defensor de la guerra), no es algo que tendrá impacto en la intolerable dirección por la que avanza este país. En cambio, hay otra avenida que sí tiene el potencial de parar concretamente los crímenes del gobierno de Bush. Esto nos lo dice clarito el sistema (la prensa y los meros meros) si prestamos atención.
La cadena televisiva MSNBC presentó este análisis después de las elecciones: “Aunque las encuestas demuestran que la opinión pública se ha volteado contra la guerra, la victoria de Ned Lamont aumentará la vulnerabilidad de los demócratas a que los acusen de que no son confiables en la guerra contra el terror”.
Paremos un minuto y pensemos en esto: las encuestas demuestran que la opinión pública se ha volteado contra la guerra, ¡pero la victoria de Ned Lamont aumentará la vulnerabilidad de los demócratas! ¿Que qué? ¿No dice la “lógica de la democracia” que adoptar una postura popular es una ventaja y no una “vulnerabilidad”?
No. Ya se ha decidido que el marco de este debate será quiénes pueden continuar más agresivamente la supuesta “guerra contra el terror”. Por supuesto, nadie nos preguntó si ese debe ser el marco; no más nos informaron. Para los que no están de acuerdo con ese marco, autoengañarse no ayuda. ¡Tienen que depositar sus energías y sus recursos en algo distinto!
Al mismo tiempo que MSNBC nos dijo lo que iba a pasar, la máquina de propaganda derechista llenó las ondas radiales con mensajes de las personas más poderosas del país que prácticamente acusaban a Lamont de ayudar a Al Qaeda. ¿Exagero? El vicepresidente dijo que la elección de Lamont podía alentar a “los del estilo de Al Qaeda” que quieren “quebrantar la voluntad de los americanos en lo que respecta a seguir la pelea y terminar la tarea”.
Por otro lado, aunque Lieberman perdió, sigue en la contienda electoral: se inscribió como candidato independiente y ha ganado apoyo de gente del campo de Bush. En vez de arrepentirse por su apoyo a la guerra y su servil asociación con Bush, Lieberman tomó la ofensiva y dijo que la posición de Lamont sobre la guerra “la considerarán una gran victoria los que querían explotar aviones en el complot fraguado en Inglaterra”.
Como telón de fondo de todo esto, el gobierno de Bush (con el unánime y, se podría decir, furibundo apoyo de los líderes del Partido Demócrata) sigue dándole a Israel permiso de demoler a Líbano; sigue adelnate con la sangrienta ocupación de Irak, que va camino a una guerra civil; y sigue maniobrando y poniéndose en posición para una guerra contra Irán y posiblemente Siria.
En la blogoesfera, los liberales y progresistas corrieron un maratón de autoengaño. Proclamaban que la victoria de Lamont es la primera salva de la “reconquista” del Partido Demócrata por las bases y que es un indicio de que el país finalmente se está plegando a la voluntad de la mayoría, que se opone a Bush y sus guerras.
Primero, Ned Lamont no se opone tanto a la guerra. En su portal, su posición sobre la guerra empieza con esta declaración: “Nuestras tropas enorgullecen a nuestro país con su servicio”.
No, no es verdad. A esas tropas les ordenaron invadir a Irak al servicio del imperio. Abu Ghraib, Haditha… Las violaciones y masacres que se empiezan a conocer, que es posible que se hayan cometido por órdenes o por lo menos con el estímulo de los oficiales… Esta guerra no es para enorgullecerse. Esta guerra contra el mundo, y la ocupación de Irak (y de Afganistán), no están mal porque “van mal”. Están mal porque son ilegítimas, injustas e inmorales.
Lamont en efecto tiene sus diferencias con Bush. Dice que “esta guerra no nos está dando más seguridad. Es hora de que nuestras tropas pasen a un segundo plano y dejen que los iraquíes pasen al frente y se hagan cargo de su propio destino”. Pero el punto de partida de Lamont es incorrecto. Bush lanzó esta guerra para expandir el imperio, no para buscar “más seguridad”. La posición de Lamont sobre el retiro de las tropas de Irak es sumamente vaga. Últimamente ha dicho que está a favor de un plazo de un año.
Hora de mirar la realidad cara a cara. ¿Qué creen que pasará en un año si no se frena la avanzada de Bush? Como escribió Larry Everest en Revolución #56:
“Aquí opera una lógica asesina y explosiva. Por un lado, el gobierno de Bush tiene que seguir a la ofensiva para realizar sus metas. Aflojar el paso podría descarrilar toda la campaña. Lo que hace a escala mundial requiere una ofensiva implacable, una dinámica en que vacilar o retirarse socava las metas y podría desenmarañarlo todo. Por eso no se retiran cuando tropiezan con obstáculos y dificultades, como por ejemplo en Irak. Su visión es crear un nuevo orden mundial por medio de años de caos… Tienen que seguir avanzando e inclusive ‘escapar acelerando’ de las contradicciones que encaran y crean al extender la guerra, para mantener el impulso y porque piensan que solo pueden resolver sus problemas en un escenario mayor”.
Poco después de conocerse el resultado de las elecciones primarias, Lamont salió en el programa de TV del derechista Bill O’Reilly y dijo que si la situación “empeora” (definida como una guerra regional) Estados Unidos no se debe salir de Irak.
¿Qué pasaría si Lamont absorbe las energías y los recursos de los que odian lo que está haciendo el gobierno de Bush, y sale elegido al Senado? Puede que luche solo por la retirada de las tropas de Irak, un día; puede. Mientras tanto, Bush y la bola de cruzados fascistas cristianos y los fanáticos neocons que quieren imponer McWorld a la fuerza siguen en las mismas, y la situación se vuelve más horrible y más peligrosa cada día. Lo más trágico, como explicaré, sería que chupe todas las energías y los recursos de los que quieren parar los crímenes del gobierno de Bush.
Los demócratas a veces critican cómo empezó la guerra de Irak o incluso cómo la están conduciendo, pero ahora que la guerra está en marcha su principal preocupación es preservar la fuerza y los intereses generales de Estados Unidos como imperio, en Irak y el Medio Oriente, sin desafíos. Si ponemos atención, se ve que esa es la perspectiva de las críticas de Lamont a ciertos aspectos de la guerra: “Cuando se trata de la guerra contra el terror… somos un país más fuerte cuando respetamos lo que representamos, y en los últimos años hemos cedido mucho en eso… eso debilita nuestro país”. Los demócratas notan, por supuesto, cuánta gente de “su base” odia esta guerra, pero el papel que desempeñan como partido es defender los intereses imperialistas y convencer a “su base” de que están siguiendo sus deseos.
En un artículo reciente de la revista Rolling Stone, Al Gore dijo: “Todos estamos amarrados al mástil de la nave estatal. Porque ese grupito que está al timón debería renunciar. Rumsfeld y esa gente han cometido errores horribles, uno tras otro…”.
Esta metáfora de locos al timón y de los demócratas amarrados al mástil de la nave dice mucho del papel que ellos desempeñan. Puede que no les guste el grupo que está al timón, pero están “a bordo” y de acuerdo con el plan de dominación imperialista mundial, y desde esa perspectiva, retirarse de Irak pondría en peligro todo el barco.
Uno no “conquista” al Partido Demócrata; el Partido Demócrata lo conquista a uno. Cuanto más uno trate de conquistarlo, más atrapado queda en él. Es como una arena movediza: cuanto más trate uno de salirse, más inmovilizado queda, hasta que al final se ahoga. Lamont es un ejemplo perfecto: ofrece tomar el dinero y las energías de los descontentos y tirarlos por la borda, mientras la dirección demócrata sigue trabajando por los intereses generales del SISTEMA al que sirven.
Recordemos lo que pasó hace unos meses, cuando se hablaba mucho de hacerle un juicio de destitución a Bush. Un ejecutivo de una empresa de encuestas admitió que el público estaba sumamente interesado en ver una encuesta sobre el juicio de destitución, pero que su empresa no la iba a hacer porque no era un tema de discusión de los demócratas de alto nivel y, por tanto, no era legítimo. Después, cuando el senador demócrata de Wisconsin Russ Feingold propuso un voto de censura contra Bush, a pensar de un enorme apoyo popular, solo dos demócratas lo secundaron.
Los que creen que tienen que votar, eso es una cosa. Pero darle el tiempo, la energía y el dinero a Lamont y los demócratas no es apenas un desperdicio; es contraproducente. En vez de eso, hay que salirse de todo el marco de las elecciones y forjar una nueva dinámica por medio de lucha política independiente de los canales oficiales.
La gente progresista tiene que dejar de entretener falsas esperanzas de “reconquistar” el Partido Demócrata y ponerse a debatir a fondo por qué poner las esperanzas en los demócratas y las elecciones de este año llevará al desastre. Millones tienen que ver que el 5 de octubre, el día de protestas convocadas por todo el país por El Mundo No Puede Esperar y otras organizaciones, es la única manera de parar al gobierno de Bush.
Permítanme citar una declaración de El Mundo No Puede Esperar: “5 de octubre: ¡Hay una manera! ¡Hay un día!”:
“Piensen en todas las personas que están profundamente angustiadas por la dirección en que el gobierno de Bush ha encaminado al país… y al mundo… en todas las personas que están indignadas por la manera en que este arrogante gobierno busca someter a golpes a los pueblos del Medio Oriente y de todo el mundo, y pisotea nuestros derechos aquí… en todas las personas a quienes les preocupa el futuro de la humanidad y del planeta donde vivimos, y que reconocen que el gobierno de Bush representa una grave amenaza a esto… en todas las personas que sienten una profunda inquietud pero tienen miedo de estar solas e impotentes; o que dicen que les gustaría que se haga algo para dar marcha atrás a toda esta dirección desastrosa pero que nada lo logrará; o que esperan que los demócratas hagan algo para cambiar todo esto, a pesar de que cada día es más y más claro que no lo harán… en todas las personas que son una gran parte de la población de este país y cuyos sentimientos básicos los comparte la gran mayoría de la población del mundo.
“Imaginen si, de esta enorme represa de gente, se desencadena una gran ola, y por medio de su firme resolución y gran cantidad de participantes hace una poderosa declaración política que no se pueda pasar por alto: faltar al trabajo (o salirse del trabajo), faltar a la escuela (o salirse de clases), unirse, participar en marchas y mítines, atraer a muchos más y, con muchas formas de protesta política creativas y significativas durante todo el día, dejar saber que están resueltos a parar toda esta dirección desastrosa y sacar corriendo al gobierno de Bush por medio de movilizaciones de una oposición política masiva.
“Si esto ocurre, la posibilidad de enderezar la situación y encaminarla en una dirección mucho más favorable adquirirá una nueva dimensión de realidad.
“Pasará de ser una esperanza imprecisa de millones de individuos aislados, y la acción de unos pocos miles hasta la fecha, a ser una fuerza moral innegable que tendrá un impacto político sin precedente”.
¡Esa es la visión que puede crear un nuevo marco para toda la sociedad y mandar shocks de esperanza realista por todo el mundo!
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Revolución #57, 20 de agosto 2006
Bill T. Jones: El poder de Blind Date:
La pieza Blind Date, de Bill T. Jones, empieza con un golpe inaudible. Los espectadores todavía estaban sentándose en el teatro Lincoln Center de Nueva York cuando en la pantalla transparente empezaron a aparecer palabras:
“Los peores crímenes de la humanidad se han cometido en nombre de la religión y de dios”.
Blind Date. Dancers (l-r) - Stuart Singer, Wen-Chung Lin, Shayla-Vie Jenkins, Donald Shorter, Erick Montes, Premiere performance at Montclair State University, New Jersey, September 2005 |
Blind Date. Dancers (l-r) - Shayla-Vie Jenkins, Bill T. Jones, Premiere performance at Montclair State University, New Jersey, September 2005 |
Blind Date. Dancer - Leah Co, Preview performance at Aaron Davis Hall in New York City, June 2005 |
Fotos: Paul B. Goode |
Las letras blancas seguían apareciendo; yo buscaba un lapicero.
“…El conocimiento del mundo natural y del mundo humano no tiene nada que ver con la religión y se debe abordar sin la menor idea o convicción religiosa”.
Fue vigorizante. En uno de los principales escenarios de Nueva York, una presentación de ballet empieza con sencillas verdades laicas. Hoy en día, aquí en Estados Unidos, donde los fundamentalistas cristianos nos asfixian, suenan como palabras combativas. De hecho, son declaraciones y puntos de vista de filósofos del Siglo de las Luces, del siglo 18, como Jean-Jacques Rousseau, Voltaire y Denis Diderot. Son ideas que surgieron hace 250 años.
Esto es lo que está pensando uno de los principales bailarines y coreógrafos de nuestro tiempo.
Blind Date es una pieza hermosa y compleja. Abarca un panorama estadounidense salpicado por guerra, tiranos militares y arengas religiosas. Las palabras, no siempre en pantalla, a veces leídas o cantadas, no siempre en inglés, aparecían de repente y frecuentemente. Se entremezclaban con veloces movimientos, video y espectáculos extraños que instaban a pensar y volver a pensar en el patriotismo, la guerra, la religión y las nefastas circunstancias de HOY. ¿Cómo puede la gente pensante encarar eso?
Bill T. Jones, quien lleva 30 años haciendo añicos iconos y elevando los estándares, se desplaza con fuerza y gracia. Encabeza un grupo de 10 bailarines jóvenes de Estados Unidos, México, Turquía y Taiwán. Son asombrosamente atléticos y ninguno es del mismo tamaño y estilo. (Sus grupos siempre han roto el molde convencional con bailarines de diferentes formas y tamaños).
Las historias de Blind Date se cuentan en fragmentos. Son chistosas y horripilantes, son vidas en una licuadora. Un chavo negro de 16 años trabaja consiguiendo clientes para un quiosco de hamburguesas en Harlem que se llama Quack a Dack. Su padre le dice que le dará significado a su vida. Tiene que ponerse una enorme cabeza de pato. Un reclutador militar lo quiere reclutar. ¿Quién dice que los chavos de Harlem no tienen alternativas? El tema del pato demuestra las muchas maneras de jodernos. En la pantalla superior aparecen siluetas de patos como los que se ven en los puestos de tiro al blanco en una feria… aparece un vídeo de una hamburguesa cubierta de salsa de tomate… la cabeza del pato cae al suelo sin dueño… para cerrar el espectáculo entran grandes cabezas de patos ensangrentadas.
Una voz nos hace recordar lo que le está pasando a la gente por todo el mundo:
Ruanda: 1 millón masacrados en 90 días
9,000 hondureños muertos por un huracán
10,000 muertos en Timor Oriental en una guerra civil
Que alguien dé gracias a dios…
Nueva York, 11 de septiembre, 2,900 muertos
Terremoto de Bam, Irán, 40,000 muertos
Que alguien dé gracias a dios…
Jones, vestido con traje de empresario, pasa al frente del escenario. Toda la noche anduvo pidiendo un cigarrillo y ahora le dice al público en confianza: “Yo sé lo que están pensando, pero les juro que lo voy a dejar”. ¿Las palabras de un vampiro rapaz o de un fumador constante? Ustedes decidan.
Shaneeka Harrell, miembro del grupo, canta muy inspirada la canción “Security” de Ottis Redding:
Quiero seguridad, sí
sin ella tuve una gran pérdida, ya
seguridad, sí
cueste lo que cueste, ya
no quiero dinero, ahora
no quiero fama
con la seguridad tengo todo eso, ya…
Estalla un reventón que podría ser del año 1969; los bailarines chocan unos con otros con mucha alegría. De repente, uno por uno gritan “¡YO!” y caen como un saco de harina. Los otros corren a recibirlos, una muestra de confianza delicada y escalofriante al mismo tiempo. A medida que el ritmo acelera, las cabezas se acercan más al suelo. Tengo un nudo en el estómago.
Almas solitarias que declaran su existencia van cayendo cada vez más rápido; los demás apenas alcanzan a recibirlos. ¿No es así como se siente mucha gente hoy en día? Los individuos tratan de apoyarse mutuamente y de conformar una red social desgarrada. A veces se puede, pero por lo general uno está solo en este mundo loco que asfixia. ¿Quieres seguridad? Me hace recordar las “normas post 11 de septiembre”, las alertas rojas y las instrucciones del presidente, del sargento, del policía, del cura y de Fox News.
En su página web, Bill T. Jones explica lo que le inspiró la pieza Blind Date, que estrenó en septiembre de 2005:
“…Estaba un poco indignado porque me parecía que, si no se estaban borrando del todo, por lo menos estaban descontando ciertas ideas que he considerado fundamentales para la sociedad estadounidense. Me parece que se está metiendo una cierta intolerancia en nuestra conversación rabiosa y polémica con respecto a libertades personales e ideas de patriotismo. Yo, formado por las ideas de los filósofos del Siglo de las Luces, me sentí amenazado. Progreso, tolerancia y deísmo son ideas fundamentales para definir lo que es una persona libre. Esas ideas me han forjado. Soy el producto de la lucha de los derechos civiles y de muchas luchas sociales…”.
La situación extrema a la que Jones se refiere es verdadera, sin precedentes. Yo voy más allá y diría que este gobierno, que busca hegemonía absoluta en el mundo, que responde a fanáticos religiosos, está llevando el país hacia el fascismo, y no se contenta con querer revocar los veredictos de los años 60 o la legalización del aborto, ni los resultados de la guerra de Secesión, sino que quiere volver al momento de la fundación del país y cambiar el gobierno laico e imponer una teocracia gobernada por la Biblia: una teocracia que prohíba el divorcio e imponga la pena de muerte para las mujeres que no obedecen, para los hijos rebeldes y todos los que “manchan la sociedad”.
En el folleto sobre la pieza, Jones dice: “Como muchos otros, yo veo un choque entre los valores venerables que nosotros, la primera democracia moderna del mundo, ha heredado del Siglo de las Luces, y la corriente antiintelectual, pro consumismo y fundamentalista que invade nuestro debate social-político”.
Al igual que millones de personas, Jones ve lo grave que es la situación, lo mucho que está en juego, el hecho de que el rumbo de la sociedad parece pender de un hilo. Se siente obligado a dar un grito a los cuatro vientos. Ahí radica el impacto de Blind Date: rehúsa cerrar los ojos. El peligro del momento debe llevar a toda persona pensante, que se preocupa de los demás, a debatir, pensar y luchar sobre qué clase de sociedad necesitamos si de veras queremos emancipar a la humanidad.
Sin embargo, los “valores del Siglo de las Luces” se dividen en dos. Por un lado, el pensamiento racional, la ciencia y el laicismo representan el progreso, en oposición al oscurantismo religioso y la teocracia. Pero el Siglo de las Luces, acompañado por el nacimiento de “la primera democracia moderna del mundo”, fue parte del crecimiento y consolidación del capitalismo como sistema explotador, que sigue moliendo y destruyendo el planeta y a la humanidad. Vale la pena pensar en el hecho de que los padres de la patria de Estados Unidos, dueños de esclavos, también abrazaban con entusiasmo las ideas del progreso, tolerancia y deísmo del siglo 18.
Es interesante que Blind Date abre estas contradicciones.
Jones entra en un duelo con su alter ego, Andrea Smith, vestida en uniforme militar:
A: El primer ideal era honor, valor y valentía.
B: Palabras, Andrea, nada más que palabras.
A: ¡Más que palabras!
B: Mejor dicho, patriota —esa era la idea, ¿correcto?
A: No tengo la menor idea.
B: Tenía la idea de que detrás de esta idea había una confesión.
A: ¿No eres buena persona?
B: No dije buena persona, sino patriota.
“No dije buena persona, sino patriota”. Un excelente concepto que la gente que sale del teatro debe sopesar hoy en este país. “Honor, valor y valentía” SON más que palabras. Su significado radica en la clase de sociedad por la que uno lucha y, en Blind Date, Jones nos pide que pensemos en la “confesión que hay detrás” del patriotismo estadounidense.
Esto me hace pensar en otra pregunta que Jones plantea en sus notas sobre la pieza: “¿Cómo toma uno posiciones de principio sobre una amplia gama de temas sin dejarse contaminar por la gran plaga de nuestros tiempos de la ‘certeza tóxica’?”.
Bien, aquí va mi respuesta. Es cierto que las absolutistas megaiglesias y la Casa Blanca profieren una especie de “certeza tóxica”, como “están con nosotros o contra nosotros”, lo cual es sumamente peligroso y está ligado al programa político de un imperio que quiere dominar el mundo. El gobierno de Bush quiere una ciudadanía ignorante y obediente que tema pensar.
Pero hay un mundo concreto que podemos conocer. Y como dicen las palabras con que empieza la obra: “…El conocimiento del mundo natural y del mundo humano no tiene nada que ver con la religión y se debe abordar sin la menor idea o convicción religiosa”. Los seres humanos y la sociedad no pueden saberlo todo sobre el mundo, pues es infinitamente complejo y está cambiando constantemente. Pero sí hay cosas que podemos saber, con certeza relativa. Y si vamos a cambiar el mundo, y tenemos que hacerlo, tenemos que comprender el mundo y basarnos en la certeza, pero no en una certeza rígida o dogmática, sino una certeza que, en cada momento, se base en el mejor entendimiento de la verdad por la humanidad.
* * * * *
La noche que fui al teatro, después de salir varias veces al final, Jones regresó con lo que me pareció una pieza espontánea, un solo angular, dando fuertes golpes al aire, como un hombre resuelto a zafarse del traje de empresario y la predestinación, a luchar hasta el fin. Una amiga que vio la pieza otro día me dijo que al final salió y se paró un buen rato con el puño en alto, como los atletas de las Olimpiadas del 68.
El último comentario que Jones hace sobre la pieza es este: “Aquí vale una verdad fundamental: como en la vida, cada participante y observador tiene que escoger”.
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Revolución #57, 20 de agosto 2006
Carta de una lectora
Nota de la redacción: Recibimos esta carta de una lectora que ha batallado por un tiempo contra el cáncer.
Me llamo Joanne Rojas y les quisiera decir unas cosas sobre mi vida: cómo se cruzó con el mundo y cómo la han cambiado el PCR y Bob Avakian.
Me crié en Oakland, California. Allí pasé toda mi niñez y mi juventud, en los años 40, 50 y 60. Vivía en East Oakland cuando era de puros blancos y West Oakland era de puros negros, y todo era muy segregado. Cuando leí la autobiografía de Bob Avakian, reconocí muchas experiencias semejantes a las mías, de criarme en una atmósfera muy segregada, con solamente una niña negra en la escuela. Y cuando invité a esa niña a mi cumpleaños en sexto grado, era muy raro y me preocupaba de qué me iba a decir mi papá.
Me acuerdo de los partidos de fútbol americano: las prepas como McClymonds eran 95% negras y Fremont High era 95% blanca, y al terminar el partido se peleaban. Lo difícil que era superar la separación de las razas, lo diferente que se sentía en 1963 tener un noviazgo entre dos personas de diferentes razas comparado con 1968.
No me ajusté bien. Cuando tenía 13 años empecé a meterme en problemas constantes con las autoridades (la Autoridad de California sobre la Juventud, CYA). Me encantaba todo ese jueguillo de ser delincuente juvenil porque sentía mucha rabia contra todo lo que veía y era mi manera de rebelarme. Empecé a fumar mota y al poco, como a los 16 años, a inyectarme heroína. Empecé a robar y me metieron en la CYA otro año y de allí entraba y salía de la cárcel. Me fui por ese camino. Cuando uno empieza dice: “Bueno, seré drogadicta pero no teporocha. Seré ladrona pero no puta”. Antes de darse cuenta, ya ha sido todo eso y ya no le quedan muchas cosas para no ser. Pero nunca perdí el odio contra la sociedad como es, o sea los prejuicios, las pobrezas y el sufrimiento de tantas gentes. Sin embargo, en aquellos tiempos o no pasaba nada o no me daba cuenta.
Por fin, cuando tenía unos 27 ó 28 años, a fines de los 60, toda la sociedad como que se abrió. Dejé la droga. Un programa que se llamaba NA me ayudó mucho en mi recuperación. Trabajaba con Caridades Católicas, y un día entraron unos jipis todos descalzos y harapientos. Estaban usando el mimeógrafo para sacar un montón de volantes y de curiosidad me acerqué a ver. Una chava me empezó a platicar sobre el Sindicato de Trabajadores Agrícolas, sobre su explotación y todo. ¡Ay, pero qué don de plática tenía! Y le dije, bueno, cuando necesiten mimeografiar volantes no más me dicen, y yo se los saco durante el almuerzo o después del trabajo. Fue el primer pasito que di y antes de darme cuenta ya andaba en el piquete, y me metí más y más hasta organizar de tiempo completo por los trabajadores agrícolas. Esto pasó durante la etapa de la campaña de McGovern, los Boinas Cafés y toda esa onda.
Pero también en ese tiempo tuve mis cuatro hijos y no militaba mucho porque tenía que cuidarlos yo sola, con bajos ingresos, sin estudios. Así que tenía que estudiar tantito y ganarme la vida, aunque pobremente. Pero de vez en cuando iba cuando me enteraba de algo grande; por ejemplo en una ocasión me encarcelaron dos semanas por protestar contra el Laboratorio Livermore y las armas nucleares.
Cuando ya mis hijos estaban grandes, yo ya no aguantaba las ganas de entrarle al movimiento. Hice unos intentos, pero todavía batallaba para encontrar dónde vivir y trabajar. Pero cuando ocurrió el 11 de septiembre, cambió las cosas para todos, y para mí también. Ya estaba lista para participar. A los tres días, Michael Franti hizo un concierto en el parque de San Francisco y anunció que después del concierto iban a hacer una fiesta organizadora en el Nuevo Colegio. Allí conocí a los de No en Nuestro Nombre y empecé a trabajar con ellos.
También durante ese tiempo conocí a un tipo del PCR. Un día íbamos en carro a Santa Rosa y me preguntó: “¿Bueno, qué piensas del comunismo?”. Le contesté: “Pues, no, no le entro”. Y me preguntó: “¿Qué sabes de él?”. En cuanto me lo dijo como que se me prendió un foco y me di cuenta al instante que lo único que sabía sobre el comunismo era lo que el sistema me había metido en el coco. Me lo imaginaba como un estado policial autoritario donde obligan a uno a trabajar donde lo manden, todo estricto, sin libertad de escoger, nada que me agradaba. Es todo lo que sabía.
Pero estaba abierta a conocer el comunismo, pues dudaba de todo lo que el sistema me inculcaba. Sabía que el sistema en que vivimos está jodido, de eso me había dado cuenta desde hace años. Entonces, pensé, hay que abrir el oído.
Empecé a asistir a unas reuniones sobre la revolución y el comunismo. Vi unas películas sobre Nepal. Y he tenido muchos amigos revolucionarios de maravilla, que me hacían plática, que se ponían a leer un libro o artículo conmigo. Tengo que decir que en mi vida nunca he conocido personas tan buenas como las que andan con el partido. Luego vi el DVD de Bob Avakian, que me impactó muchísimo. ¡Ese hombre tiene tanto cerebro, tanta perspectiva, corazón, compasión y coraje! ¡Realmente es a todo dar!
Aunque no puedo ser comunista porque creo en Dios, y créanme que hemos debatido mucho sobre Dios y el ateísmo, soy como comunista en el corazón, una comunista católica, si existe tal cosa.
Aprecio mucho que el PCR esté comprometido a la revolución y a arrancar el sistema de raíz, en contra de un enfoque reformista. Porque la votación, para mí, es una burla, una burla cruel, y sí creo que hay que arrancar el sistema de raíz y cambiarlo. Siempre nos dicen que votemos por el mal menor, pero no hay mal menor. Desde hace tanto tiempo, desde los días de los indígenas y los pioneros, esta sociedad siempre ha sido capitalista y racista. Si realmente fuera una sociedad buena como dicen, con “Igualdad, justicia y libertad”, no hubiera existido la esclavitud ni el genocidio de los indígenas, la mujer no hubiera tenido que pelear por sus derechos, los homosexuales no tendrían que pelear por sus derechos. Nunca ha sido un sistema justo.
Hay tantas causas justificadas en que la gente lucha: el trabajo, la vivienda, dar comida, la ecología, no se da abasto. Pero dedicar el tiempo a todas esas causas, en este sistema, es como trabajar en vano. Tenemos que derrumbarlo y cambiarlo.
Podemos hacer la revolución. Hay mucho más pueblo y proletariado en el mundo. Necesitamos ponernos de píe y podemos hacerlo. La gente ya no se deja pisotear.
Pero se requerirán millones de personas para hacerlo. Algo que me agrada del PCR es que no solo defienden los logros de las revoluciones sino que también estudian cómo y por qué las derrotaron; realmente buscan la participación de la gente en ese proceso y en decidir cómo manejar la sociedad. No quieren que sea de arriba a abajo.
Un mundo distinto es posible. Y urge que se conozca mucho más ampliamente a Bob Avakian, que explique a la gente cómo podría ser ese mundo diferente, un mundo comunista. Y que ese trabajo se cumpla pronto porque el gobierno de Bush está tratando de poner todo bajo su control. Tratarán de callar a Bob Avakian, por eso es preciso que más gente lo defienda y lo proteja.
Hace unos meses, surgió todo el debate acerca de la propuesta Sensenbrenner que ataca al inmigrante y en respuesta todo el auge de protesta. Hay guerra en Irak y ahora el gobierno habla de atacar Irán. Como decimos: “¡El mundo no puede esperar! ¡Sacar corriendo al gobierno de Bush!”.
Pero ahora más que nunca creo de corazón que necesitamos el liderazgo de Bob Avakian. Las masas lo necesitan a él y su capacidad de explicar de manera popular las ideas más complejas de la revolución y el comunismo, como dice él: “Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible y qué es”.
En 2004 fui de voluntaria a Nueva York para organizar y protestar contra la Convención Nacional Republicana. También fueron mi hija y mi nieta a protestar. Estuvimos tres generaciones de mujeres revolucionarias en protesta del gobierno de Bush y todo lo cruel y podrido que representa.
Cuando estuve allí vi a Sunsara Taylor en una rueda de prensa. Me sentí muy orgullosa de ella porque asistieron muchos medios de comunicación, y los jóvenes se pusieron detrás de ella con sus banderas rojas en lo alto, con mucho orgullo. Dio un discurso sensacional, y al último todos alzaron el puño. Me dije “¡Wow!”. Porque antes de eso siempre me daba algo de pena decir “comunismo” en público porque pensaba que le huiría la gente, pero de allí en adelante siento que necesitamos ser francos de la manera más amplia posible. Tenemos que buscar las formas de educar a la gente sobre lo que realmente es el comunismo, en contra de las mentiras del sistema.
Esta experiencia no se me olvida. Cuando regresé, cuando ocurrieron las protestas contra los ataques fascistas al inmigrante, y el 1º de mayo, cuando protestaron docenas de miles en las calles de San Francisco, les dije a los amigos y compañeros del PCR que realmente amo el comunismo y que este 1° de mayo quería cargar la bandera roja del comunismo porque quizás sea mi última oportunidad. Es que desde hace tiempo estoy batallando contra el cáncer. Sin embargo, aunque en lo individual mi batalla ha sido contra el cáncer, la batalla general es para liberar la humanidad, lo que será posible por medio de la revolución.
A todos ustedes que aún lo están pensando para entrarle a la revolución y el comunismo, yo los animo a que lo investiguen a fondo. Que piensen en la humanidad en su conjunto, hasta dónde queremos llegar y qué hacer para llegar allá. Y que le entren a la revolución. Porque puedo decirles honestamente que los años más felices de mi vida han sido estos últimos. He conocido a las personas más buenas y les agradezco a todas. Y quisiera decir especialmente a todos los jóvenes que hoy pasan por todo lo que pasé en mi vida, que no esperen más, que le entren a la revolución con todo lo que tienen de corazón y vida ahora.
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Revolución #57, 20 de agosto de 2006
“Viven en una atmósfera de temor y reproche”
La entrevista de Revolución: Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en Revolución o en nuestra página web.
Shannon Minter |
En julio, durante la semana de los Juegos Gay en Chicago entrevistamos a Shannon Minter, director jurídico del Centro Nacional pro Derechos de Lesbianas, una de las principales organizaciones del país que aboga por la gente gay, lesbiana, bisexual y transgénero. Minter trabaja con el equipo de asesores legales de Jennifer Harris en la demanda contra la Universidad Pennsylvania State.
Revolución: ¿Puedes decirnos cómo tratan a los gays y las lesbianas en el deporte y cómo se relaciona con las tendencias generales de la sociedad?
Shannon Minter: El mundo del deporte ha tardado más que otras esferas en aceptar que la gente gay y lesbiana hable abiertamente de su orientación sexual. Sorprende el nivel en que ha sido un baluarte de la homofobia, donde se acepta y es cosa de todos los días expulsar del equipo a un atleta si descubren que es gay o lesbiana.
Estamos comenzando a ver desafíos a eso. Creo que la situación cambiará rápidamente ahora que algunos atletas gays y lesbianas han abierto las puertas al hablar de su orientación sexual.
Creo que vamos a ver un ritmo de progreso más acelerado ahora, pero va a ser una lucha dura. Las cosas se pondrán feas, porque muchos técnicos y ayudantes han podido operar con una autonomía completa y un completo desdén a la ley. En particular, en las universidades donde los programas atléticos traen gran prestigio y mucho dinero, se les permite operar como pequeños reinos, básicamente sin supervisión y control, y ahí hay mucha discriminación homofóbica en descarada violación de la ley.
Revolución: ¿Puedes hablar de la demanda que tu organización entabló contra la Universidad Pennsylvania State y el tratamiento a Jennifer Harris?
Shannon Minter: Pensilvania no tiene ley estatal contra la discriminación por orientación sexual, pero la Universidad Pennsylvania State es una universidad pública, así que está sujeta a las garantías de protección equitativa.
Lo que pasó en este caso es que la directora técnica, Rene Portland, indagó incesantemente en la vida privada de nuestra cliente, Jennifer Harris, y les preguntaba a ella y a las demás jugadoras si era lesbiana, con quién estaba saliendo, etc. Entablamos una demanda por invasión de privacidad y eso también corresponde al derecho constitucional a la privacidad.
Revolución: ¿Es muy común eso? ¿A cuántos atletas los investigan, los hostigan y los echan de los programas cada año?
Shannon Minter: Ojalá supiera. No puedo darte datos específicos, pues no he visto ninguna información, encuesta ni estudio. Pero creo que eso pasa en todas partes. Hay muchos gays y lesbianas en el deporte. Basándome en nuestra experiencia, las llamadas que recibimos de atletas universitarios, es muy común. Y cuando hablo con los técnicos y ayudantes en varias universidades, veo que comúnmente tienen actitudes muy homofóbicas. La atmósfera en la mayoría de las universidades es tal que cualquier estudiante gay o lesbiana vive con el temor de ser descubierto. Estamos hablando de jóvenes de 18, 19 ó 20 años. Son muy jóvenes. Es muy difícil para ellos.
Revolución: Unos atletas de los Juegos Gay han descrito el impacto de perder, de la noche a la mañana, el apoyo de sus compañeros y de sentir el vacío en un ambiente en que todo depende de trabajar en equipo.
Shannon Minter: Algo que vemos muy a menudo, algo muy triste, es que a veces son los mismos atletas gays o lesbianas, que guardan su secreto, y que hablan contra sus compañeros de equipo. Eso es una manifestación muy triste del problema.
La homofobia de esos ambientes es venenosa. Es venenosa. Eso es lo que hemos visto al investigar esos casos: crea un ambiente de desconfianza, de paranoia, donde los estudiantes sospechan el uno del otro. Viven en una atmósfera de temor y reproche que es muy destructiva.
Revolución: ¿Qué conexión tiene esta lucha por la aceptación de atletas gays con la lucha contra el fortalecimiento de los estereotipos de género que sufren incluso mujeres y hombres heterosexuales?
Shannon Minter: Los atletas son héroes en nuestra sociedad. Son los gladiadores de nuestros tiempos. Se les respeta mucho y mucha gente sigue los deportes. Son iconos culturales y “modelos”; así que la aceptación de atletas abiertamente gays y lesbianas será un gran paso adelante.
Si llegamos al punto en que un atleta pueda decir que es gay o lesbiana, y seguir con el aprecio, el respeto y el apoyo del público, eso sería una clara indicación de que a los gays y las lesbianas se les acepta completamente como iguales. En parte por eso trabajamos en el campo del deporte, porque hay mucho en juego culturalmente.
En mi opinión, la raíz del problema de la homofobia en el deporte sí es la cuestión de género y los estereotipos de género. La participación de las mujeres en el deporte siempre ha tropezado con toda clase de estereotipos de género.
Se remonta a fines del siglo XIX, cuando las mujeres querían montar en bicicleta y la gente se escandalizaba pensando que las mujeres iban a volverse “masculinas”, que no eran capaces de ese tipo de actividad enérgica y que no podrían tener niños. Ahora vemos que esas opiniones son chifladas, pero en ese tiempo tenían un agarre fuerte. Todavía tenemos el legado de ese temor cultural: que si las mujeres son fuertes y atléticas y participan en deportes de contacto, eso va contra los estereotipos de que las mujeres deben ser madres, amas de casa y femeninas, que deben ser diferentes y opuestas a los hombres, deben ser “el sexo opuesto”.
Como esos estereotipos persisten (aunque son mucho menos comunes que antes, no los hemos dejado del todo atrás), creo que las mujeres deportistas y los programas atléticos para mujeres están todavía bajo mucha presión para superarlos. Un estereotipo muy fuerte es que “permitir que las mujeres hagan deporte las hará lesbianas”, o suponer automáticamente que las mujeres atléticas son lesbianas.
Así que para mí, esa es la raíz de la mayoría de la homofobia en los deportes femeniles. Los técnicos tienen tanta paranoia de que el público vea los deportes femeniles en términos negativos y que piense que las atletas son lesbianas, que están resueltos a excluir de los equipos a las que sí son lesbianas. En mi opinión, a muchos técnicos no les importa si las jugadoras son lesbianas pero quieren que ellas lo oculten. Si lo guardan en secreto y no dicen nada, entonces está bien. Pero a los técnicos les preocupa que pueda afectar el apoyo público a los programas.
Con los hombres, el problema es lo opuesto, pues claro que un hombre que hace deporte cuadra perfectamente con el estereotipo (risas), y la idea de que un hombre atleta pueda ser gay lo mina.
Revolución: La Universidad Pennsylvania State permitió esa política de discriminación abierta por más de 20 años, y hace poco diez técnicos de universidades alzaron la voz en pro de la técnica Portland. ¿Cómo ves la estructura de apoyo a ese otro lado de la batalla?
Shannon Minter: Creo que el público no quiere castigar a otros por su orientación sexual; estamos en un proceso de cambio social respecto a eso. Nos ha alentado mucho que tantos escritores y comentaristas de deportes han condenado las medidas de Rene Portland y han pedido su renuncia. El periódico USA Today pidió su renuncia en un editorial, también lo hizo el periódico estudiantil de la universidad y ESPN.
Las cosas están cambiando. Al público le incomoda ahora la idea de excluir a un jugador por ser gay o lesbiana. Sin embargo, pienso que tenemos una brecha informativa: la mayoría de la gente no se da cuenta del alto nivel de homofobia que existe en el deporte. Se sorprende cuando se entera de un incidente como este. El público quedó sorprendido con las acusaciones contra la técnica Portland. La universidad hizo una investigación y confirmó las acusaciones y el público quedó asombrado y molesto. Pensaba que hay que quitarla del puesto. Eso me alienta mucho.
Revolución: Por otra parte, la universidad le dio un castigo muy leve.
Shannon Minter: No nos gustó la respuesta de la universidad. Me pareció muy raro que después de investigarla y confirmar que hubo discriminación por orientación sexual, la universidad hizo muy poco. La multó $10,000, que es una cantidad mínima en vista de su salario. No sé qué quiso dar a entender con eso la universidad; tengo mis dudas, pero hablando objetivamente, temo que era que no le importa la discriminación. ¿Cuál fue su intención? Eso no lo sé. Pero creo que le dio a Portland la impresión de que puede seguir haciendo lo mismo. Todavía estamos en medio de esa demanda.
Revolución: No es un caso atípico.
Shannon Minter: ¡Seguro que no! El único aspecto atípico es que alguien quiso pelear. Jennifer estaba dispuesta a entablar una demanda. Se trata de algo que da miedo; tener 20 años y enfrentarse a una técnica con un poder tremendo de destruir una carrera es mucha presión para una joven de 20 años.