voz del partido comunista revolucionario, eu
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Estos pasajes de declaraciones en las protestas del 5 de octubre de El Mundo no Puede Esperar los reunimos de archivos de audio y de transcripciones del portal de El Mundo no Puede Esperar. El portal worldcantwait.org tiene más informes sobre las protestas y el movimiento.
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Declaración de El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno (leída en los mítines por todo el país):
Es, sin dudas, un momento decisivo. No es demasiado tarde para parar el rumbo fascista, pero si las cosas siguen así, sin oposición popular, puede llegar a ser demasiado tarde. Las tinieblas que este gobierno está imponiendo en el país y en el mundo lograrán silenciar el disentimiento, el pensamiento crítico, la ciencia, los ideales de igualdad y lo que consideramos hoy la intrínseca dignidad humana.
Millones de personas, profundamente preocupadas por todo esto, han estado buscando un vehículo para expresar su coraje. Hoy, en más de 200 ciudades (90 en estados que votaron por Bush en el 2004) esas personas están hallando valentía por medio de este vehículo. Estamos rasgando la atmósfera política de conformidad y miedo que lleva a tolerar este programa fascista. Estamos abriendo el camino para el tipo de resistencia necesario para frenar y dar marcha atrás al rumbo en que este gobierno lleva el país y el mundo entero.
De esta manera, extendemos unidad, apoyo y esperanza a la gente de todo el mundo que con tanta urgencia necesita y quiere ver el fin de este gobierno. Tenemos que mirarnos a través de sus ojos, como nos ve el resto del mundo. Tenemos que tomar en cuenta cómo nos ve la gente del Medio Oriente, cuyos países han quedado reducidos a escombros. Quedarnos callados cuando nuestro gobierno está librando una guerra sin fin, legalizando la tortura y consolidando, medida tras medida, un estado policial por “nuestra propia seguridad”, es no tener conciencia. Pero cuando nos manifestamos contra eso, como lo estamos haciendo hoy, le demostramos al mundo que hay una diferencia entre el pueblo y el gobierno de George Bush.
Ahora que hemos dado este paso histórico, tenemos que comprometernos a llevar esta lucha adelante para que la resistencia a todo esto sea una realidad, ahora. Tenemos que seguir adelante y transformar la angustia, el coraje y la frustración en una movilización política verdaderamente importante, positiva y masiva. Tenemos que seguir a la ofensiva con nuestra oposición a TODA la dirección de la sociedad y a este gobierno, especialmente durante las próximas semanas antes y después de las elecciones.
No podemos parar; tenemos que seguir adelante. No importa quién salga elegido, nosotros, el pueblo, por NUESTRA propia iniciativa, tenemos que plantear un marco político muy diferente de lo que ahora se considera “realista”.
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Congresista Cynthia McKinney (en el mitin de Nueva York):
…¿Qué nos pasa a los que cuestionamos a la Casa Blanca y señalamos sus luminosas mentiras?
Primero, nos tachan de enemigos. Luego de antiamericanos. Nos acusan de odiar a nuestro país. Y nos aíslan, uno por uno …
No nos engañan George Bush, Dick Cheney ni Condoleezza Rice: los falsos patriotas de hoy. ¡J’accuse a George Bush, Dick Cheney y Condoleezza Rice! Se han alejado de sus propios ideales y ya no representan los nuestros. Para colmo. Condoleezza Rice nos traiciona a todos al comparar su obra con la de los héroes del movimiento de derechos civiles que hicieron avanzar a nuestro país.
Este es uno de los momentos más ignominiosos para Estados Unidos. Solo la acción de millones de estadounidenses, comprometidos con la paz y la justicia, será capaz de impedir el tremendo choque al que vamos encaminados.
La posición que tomamos hoy, de lado a lado de nuestra nación, es solo un principio: derretiremos los muros más imponentes de la opresión.
¡La verdad se ha puesto en marcha y nada la podrá parar!
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De una declaración del Partido Comunista Revolucionario, EU (leída en los mítines por todo el país):
Hoy estamos en una encrucijada. La semana pasada, Bush hizo que el Congreso legalizara la tortura, revocara el derecho de habeas corpus y les diera a él y otros inmunidad por crímenes de guerra, lo que anula casi 900 años de precedentes legales. Ahora es legal meter a la cárcel por tiempo indefinido, sin juicio, cuando Bush lo diga. Ahora Bush puede ordenar legalmente todo lo que vimos en las fotos de Abu Ghraib.
Bush no piensa limitarse a “aguantar hasta el final” en Irak, sino a escalar las guerras y multiplicar el horror. ¿Qué pasaría si ordena el bombardeo de Irán? ¿Cuánto sufrimiento causaría? Pensemos además en las consecuencias políticas, en un mundo en que millones creen que sus únicas alternativas son la cruzada fascista de Bush o la teocracia islámica. Hay que ver que hay otro camino.
Tenemos que estar tan resueltos a parar este horror… como Bush y su camarilla están resueltos a continuarlo y multiplicarlo.
Los que estamos aquí hoy tenemos distintas perspectivas sobre esta situación. Para nuestro partido, Bush representa a un sistema en que un puñado de personas de arriba controla la riqueza que producen los pueblos de todo el mundo; en que el destino de la gente del planeta y del planeta mismo está subordinado a la implacable sed de ganancias; y en que los ejércitos y las cárceles del estado son medios para defender ese orden. Ese sistema es el imperialismo.
Nuestro partido está a favor de la revolución contra todo eso. Nuestro partido trabaja por un mundo en que el pueblo geste una NUEVA sociedad y un NUEVO estado que pongan siempre en primer lugar los intereses de la vasta mayoría de la sociedad. Nuestro partido tiene el análisis y la estrategia para hacer eso, y cuenta con la dirección de nuestro presidente, Bob Avakian, quien ha examinado a fondo la experiencia de las sociedades revolucionarias y socialistas que han existido, aprendido de sus logros y analizado sus deficiencias, y ha elaborado una visión inspiradora de una nueva sociedad y de cómo llegar a ella. Nuestro partido invita a todos a conocer y debatir su obra.
Hoy, todos nosotros, con nuestra gran variedad de posiciones y organizaciones, tenemos que seguir adelante para llevar a millones a PARAR en seco todo este horror. Tenemos que seguir a la ofensiva política en los próximos días y semanas, potenciar nuestros éxitos y jalar a mucha más gente a la lucha. No nos podemos confiar en que los demócratas lo harán en vez de nosotros; no lo harán. Sin trastorno y efervescencia en toda la sociedad, no resultará nada bueno. Se está acabando el tiempo, pero si aunamos esfuerzos, podemos, como dice El Mundo no Puede Esperar, “marcar una enorme diferencia positiva en el mundo y abrir la posibilidad de un futuro mejor para la humanidad”.
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Doctor Kenneth L. Samuel, pastor de la iglesia Victory for the World (Victoria para el Mundo) en Stone Mountain, Georgia; presidente de la NAACP en el condado de DeKalb (en el mitin de Atlanta):
Me parece un privilegio unirme en solidaridad hoy con personas de conciencia moral por todo Estados Unidos que se oponen valientemente a la política funesta de la guerra, la política de la intolerancia y la política sin compasión del capitalismo.
Como pastor de las palabras de Cristo, quiero decirles que el elemento religioso que fomenta mucha de la política conservadora en Estados Unidos, o sea la derecha cristiana, está mal.
La derecha religiosa está mal porque se basa en la base imperfecta del fundamentalismo religioso, y el fundamentalismo religioso, ya sea en la forma de los talibanes en Afganistán o los chiítas en Irak, o los sionistas en Israel, o la derecha cristiana en Estados Unidos, está mal porque plantea una perspectiva miope de los absolutos morales que no deja espacio para el diálogo, el debate, la disidencia ni la diversidad…
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Congresista John Conyers (en el mitin de Detroit):
¡Un saludo muy grande a todos nuestros amigos, por todo Estados Unidos que están haciendo exactamente lo que hacemos nosotros aquí en Detroit! Detroit se une a esta gran efusión en que empezamos por un camino largo que nos llevará a luchar duramente para acabar con el gobierno de George Bush en Estados Unidos. Es solo el principio. Hemos demostrado que todos estamos conscientes y sensibles al hecho de que nos metimos a una guerra a la que nunca nos hubiéramos debido meter. Si se ponen a pensar, como, en realidad, podría atacar Irak a Estados Unidos? Toda esa mentira es absurda. No quiero ofender a mis colegas, pero su inocencia va más allá de lo creíble, creo que ellos sabían lo que yo sabía, sabían lo que ustedes sabían, no necesitábamos defendernos porque no tenían ninguna arma de destrucción masiva, no tenían nada… Yo estoy trabajando para prevenir que entre un presidente que nos alejará de las metas de Martin Luther King. Es irónico que una persona religiosa me diera mi filosofía política, pero en el fondo, tenía que ver con tener trabajo, con la justicia y con la paz. En eso he estado luchando todos estos años, y por eso seguiré trabajando. Los invito a todos a que vayan a mi oficina. Les invito un café, unas botanas y teléfonos para trabajar para la elección. Para mí es muy importante. Este mitin no es para las elecciones, pero votar es una responsabilidad constitucional, y sin ella no podemos mantener la democracia. Con ese espíritu me uno alegremente a ustedes. Trabajaré con ustedes. Iré a sus juntas en el café de Ferndale, y les quiero dejar unos folletos para invitar a gente nueva.
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Paul Haggis, guionista, director y productor (de un mensaje a las protestas del 5 de octubre):
Los demócratas no nos sacarán de Irak. Por herético que suene, tengo más miedo de que gane la presidencia un demócrata malo que un republicano malo, porque con el demócrata sentiríamos la necesidad de apoyar a “nuestro” presidente y su “decisión difícil” para “hacer lo justo en Irak” y “salir con honor”. Nos dividiremos y venceremos a nosotros mismos. Ya sabemos por Vietnam que no hay ninguna manera de salir con honor de una guerra corrupta.
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Missy Comley Beattie, cuyo sobrino murió en Irak (en el mitin de Nueva York):
Ya hay demasiadas víctimas de la presidencia de George Bush. El medio ambiente, los damnificados de Katrina, nuestros pobres, el cuidado infantil, los servicios de salud, la integridad del voto, las prestaciones a los veteranos, la dignidad, la verdad, la separación de iglesia y estado, el hábeas corpus, las libertades constitucionales, nuestra imagen, nuestra república. Y quién sabe cuántos muertos y heridos iraquíes, quién sabe cuántos muertos y heridos afganos, y por lo menos 3,500 militares de la coalición muertos en Irak y Afganistán. Este es un hombre que recorre el mundo echando amenazas de que están con nosotros o están en nuestra contra, que manda a sus neo-neandertales a otros países a decirles que si no cooperan los vamos a bombardear hasta dejarlos en la Edad de Piedra. Es un hombre que habla de la cultura de la vida pero ha causado tanta muerte. También es quien decide, ya que nuestros republicanos tan santitos y nuestros demócratas tan castrados le concedieron la autoridad de decidir si somos o no combatientes enemigos. Mi sobrino, infante de Marina de primera clase Chase Comley, que mañana cumple 14 meses de muerto en Irak: por su muerte mi familia es otra víctima de la presidencia de George Bush. Pero todos somos víctimas de esta presidencia, incluso las familias que siguen apoyando a George Bush, no más que no se han dado cuenta aún.
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Sean Penn (de un mensaje que mandó un poco antes del 5 de octubre y que leyó Mark Ruffalo en el mitin de Nueva York):
Es un gobierno que promueve la tortura, engaña al público y gasta miles de millones de dólares en una guerra fallida. Es un gobierno en que, en el año del huracán Katrina, Exxon Mobil obtuvo las ganancias más grandes en toda la historia de los negocios mundiales. Es un gobierno que desprecia, degrada, engaña y hasta mata a nuestros hermanos, hermanas, hijos e hijas.
En la frontera de Estados Unidos y México, nos da pánico la idea de la entrada ilegal, pero se nos hace normal que nuestros ancianos se formen cada sábado por la mañana con sus sillas de rueda, sus andadores, sus bastones y su dolor de huesos, parados bajo el sol del desierto para entrar a México a comprar medicinas que están dentro de sus medios. En la familia humana, el presidente sonriente, le da un empujón por las escaleras a su abuelita en silla de ruedas. Todos sabemos que eso es la pura verdad. Todos. Algunas personas sienten vergüenza debido a quienes han apoyado en el pasado, a su pasividad en el presente, y mantienen a raya el valor de su mente y su corazón. Qué emocionante es dar marcha atrás a esto como un pueblo unido y demostrarle al mundo entero quiénes llevamos los pantalones en esta casa.
Alza tu voz como ciudadano y únete a El Mundo no Puede Esperar y a todos los que protestan este jueves, 5 de octubre.
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Rabí Michael Lerner, director de TIKKUN (de una carta electrónica que mandó a sus lista de más de 50,000 personas):
¿Por qué creo que debemos participar [en el 5 de octubre] y movilizar a otros a participar?
Porque, francamente, el peligro que representa el gobierno de Bush, su posible expansión de la guerra a Irán, su desmantelamiento de los derechos humanos que hemos considerado sagrados desde hace siglos, su destructividad hacia el mismo planeta, su guerra en Irak, su negativa a buscar la paz en el Medio Oriente, su falta total de sensibilidad hacia los pobres, y su destrucción de los derechos humanos y las libertades constitucionales constituyen un peligro claro y presente a la supervivencia de nuestra querida nación y de la humanidad…
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Ted Glick, de la Climate Crisis Coalition (Coalición de la Crisis Climatológica) (en el mitin de Nueva York):
No vamos a poder sanar esta Tierra ni a nosotros bajo el gobierno de Bush. Ni vamos a poder sanar la Tierra ni a nosotros teniendo un Congreso que vota por permitirle a George Bush decidir qué tanto pueden hacer sus interrogadores a los detenidos, que vota por desaparecer a gente en las mazmorras. Necesitamos un cambio, un cambio fundamental. Y una de las cuestiones que tiene que ser central para el movimiento que estamos construyendo es la crisis climatológica. La Tierra no solo se está calentando; no se trata simplemente del calentamiento global sino del recalentamiento global: incendios de bosques, sequía, el huracán Katrina, huracanes más fuertes, el derretimiento del Ártico, el derretimiento de Groenlandia, de la enorme capa de hielo de Groenlandia; estamos hablando de un posible aumento de 20 pies del nivel del mar, quizás para mediados de este siglo si no invertimos el proceso. Lo que hace al respecto el gobierno de Bush es peor que no hacer nada: perturba y obstaculiza los esfuerzos mundiales para solucionarlo…
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Cartas de Chicago y Oakland sobre el 5 de octubre
Recibimos los siguientes informes de las protestas del 5 de octubre:
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foto: Li Onesto |
El 5 de octubre, el día de las protestas nacionales para sacar al gobierno de Bush, no fue una mañana típica aquí en el multifamiliar Cabrini Green. Varios tamboristas se reunieron en el estacionamiento y en minutos electrizaron la atmósfera con un ritmo que hacía mover los pies. Varias personas tomaron el altoparlante para llamar a los que estaban dentro del edificio. Una de las últimas personas que bajó y se subió al camión para ir al centro dijo que debatió mucho para sus adentros si ir o no. Cuando bajó, agarró el altoparlante y llamó a los demás. Les dijo que no ir era lo mismo que decir que está bien que George Bush legalice la tortura, que la injusta guerra de Irak está bien. Preguntó: “¿Qué clase de futuro tendrán nuestros hijos si no echamos al gobierno de Bush?”. El camión llegó a las 10:30 y el plan era irnos a las 11:00, pero seguimos tratando de convencer a más gente hasta las 12. El chofer tenía que estar en otra parte a la 1:00, así que no podía esperar más. Fuimos de edificio en edificio llamando a todo mundo. Un par de personas más subieron al camión, pero se nos fueron un par de tamboristas. Varios dijeron que venían porque los convencimos. Una joven fue a ver si conseguía quién le cuidara los niños para ir al centro, pero no encontró a nadie. Esa noche dijo que le dolió mucho no poder ir.
En el camión íbamos prendidos. Teníamos muchas ganas de ver lo que iba a pasar. Unos preguntaron si nos iban a meter al bote y cómo nos iban a sacar. Cuando llegamos al centro, nos impresionó ver toda la gente que ya estaba. Eso estimuló la energía que teníamos desde por la mañana.
Inmediatamente nos dimos cuenta de lo importante que era para los demás ver a este grupo de un multifamiliar. Nos tomaron muchas fotos a nosotros y nuestra manta. Mucha gente se acercó a saludarnos. Creo que todos nosotros nos dimos cuenta del fuerte efecto que tiene para gente de otros sectores sociales ver que los de abajo se levanten y se hagan oír. Esa dinámica siguió todo el día. Todos comentamos que nos agradó mucho hablar con la gran diversidad de gente que fue a la protesta. Uno dijo que se identificó mucho con los “roqueros, o como se llamen; los muchachos de pelo azul y demás”.
En la marcha del parque a la plaza, uno de los monitores vio el entusiasmo de una joven de nuestro grupo y le pasó el megáfono para que coreara las consignas.
Por la tarde, en un descanso, fuimos a comer algo. Caminamos a un McDonald’s con los tambores, volanteando y coreando consignas: una minimarcha por la acera. Una joven latina agarró un volante en el McDonald’s y se puso a hablar con una compañera nuestra. Después la vimos en el mitin con un letrero de El Mundo no Puede Esperar y el periódico Revolución.
En el mitin, llamaron a los tamboristas a que subieran a la plataforma. Subieron con la pancarta y el redoble de los tambores repartió la alegría de la resistencia. Cuando regresamos a casa, hablamos de nuestras experiencias ese día. Unos se devolvieron antes que los demás. Los que se quedaron, contaron que subieron a tocar a la plataforma y les dijeron a los otros que se han debido quedar. El grupo que se fue primero también contó que se fueron tocando tambores hasta el tren, volanteando y hablando con los transeúntes. “Seguimos la protesta por todo el camino”, dijeron.
Un chavo vino y agarró el periódico Revolución. Estaba abierto en la página de “Conoce a Bob Avakian” y vio el aviso de la autobiografía. Dijo que la estaba leyendo porque “quiero saber más de este man”. Le dijimos que los CDs de las nuevas charlas que le dimos son de él también y que teníamos que organizar discusiones de ellas. Le gustó la idea y nos dijo que sabía que iba a haber una reunión el sábado.
Esa noche, cuando me acosté, los tambores todavía me hacían ratatá en la cabeza.
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Soy organizador juvenil de El Mundo no Puede Esperar y trabajo con todos los excelentes estudiantes de prepa del Área de la Bahía. Me alegra mucho hablar con los jóvenes que saben lo que está haciendo el gobierno de Bush por todo el mundo y que se preocupan por la lucha de la gente a su alrededor y de los que ni siquiera conocen. Creen firmemente que no tienen que aceptar el mundo tal como es y que tienen el poder de cambiarlo. Otra realidad que se ve al organizar los paros estudiantiles del 5 de octubre es la opresión sofocante que encuentran todos los días en muchos niveles. Les echan la culpa de la falta de fondos… los maestros les dicen que no entienden la situación política del país y que ni piensen en cambiarla… para que no salgan, los encierran en las escuelas, que especialmente en los barrios negros y latinos parecen cárceles.
Hace poco hablé con dos jóvenes de la Academia Emiliano Zapata de Oakland. A pesar de las amenazas de suspenderlas, movilizaron a 50 estudiantes (de un total de 90) a participar en el paro. Fueron a cada clase a hablar con los demás estudiantes. Reunieron dinero para pagar el camión a San Francisco. Cuando le dijeron al chofer que iban a la protesta de San Francisco, les permitió pagar la mitad. Las suspendieron un día y las dejaron castigadas después de las clases. El día de la suspensión fueron a la escuela para protestar, pero no las dejaron entrar. La escuela recibió tantas llamadas de protesta que la secretaria se quejó a las estudiantes, pero estas le dijeron que no tenían la culpa, que ellas aceptaron las consecuencias de sus acciones y que ahora la escuela tenía que aceptarlas también.
Lo siguiente es parte de una entrevista a dos estudiantes de prepa que participaron en la protesta del 5 de octubre:
Estudiante 1: Oí por primera vez del 5 de octubre de una maestro de historia, que me invitó a un programa en el teatro Grand Lake [la Velada de conciencia del 2 de octubre]. Fui y me enteré. Unos chavos me dieron un montón de calcomanías y volantes, y los llevé a la escuela y empecé a repartirlos.
Estudiante 2: Agarré un montón de calcomanías. Se los pegaba a todos y les decía “vayan”. Un tipo me preguntó si me iba a salir de clase y le dije “sí”. La directora dijo que nos iba a suspender y no yo quería que me suspendiera. Pero otra estudiante me dijo que ella se iba a salir de todos modos y decidí no dejar que la suspendieran sola. Ella no iba a rendirse ante las amenazas y decidí que yo tampoco. Empezó con las dos pero resultó que 50 estudiantes se salieron de clases y que 43 fueron a la protesta.
Estudiante 1: El martes empezamos a repartir los volantes. Dos maestras nos apoyaron y propusieron una reunión después de clases. Una me dijo que la anunciara por el altoparlante, pero eso fue un gran error. Cuando fui a la oficina la directora estaba sentada al lado del altoparlante. Como no estaba familiarizada con la protesta le mostré un volante, y ella me dijo que no podía anunciarla y que iba a suspender a los estudiantes que participaran. Hablé con las maestras y me dijeron que no me preocupara por lo que me dijo, que hay que hacer lo que uno cree que es justo. Les agradecí. Una maestra empezó a llorar y dijo que iba a renunciar, pero le dijimos que no porque es una de las mejores maestras de la escuela… Tuve que ir a la protesta por todo lo que oí esa noche [de la Velada de conciencia de Oakland] y todo lo que leí en el volante del 5 de octubre: apoyar a las víctimas de Katrina, sacar corriendo a Bush, parar la guerra de Irak, parar la ley de inmigración y el muro que quieren construir en la frontera…
Estudiante 2: Camino a la protesta, todo mundo me enviaba mensajes de texto de que nos habían suspendido y castigado con 40 horas [de detención], así que al llegar a la protesta sabes en lo que pensábamos.
Estudiante 1: Nos enojamos…
Estudiante 2: Subí al escenario como representante de nuestra escuela y expliqué que somos estudiantes de Emiliano Zapata y que nos suspendieron. Dije “revolución” y todos se volvieron locos. Muchos maestros me llamaron y me dijeron que están orgullosos de lo que hicimos. Dijeron: “Ustedes son fabulosas”. Muchos maestros y asesores iban a participar en el paro, pero la directora les dijo: “No, y si participan los voy a despedir”. Le contestaron: “Pues no habrá maestros”.
Hicimos historia, por lo menos en nuestra Academia. El año que viene, después de graduarme, todavía estarán hablando de los 50 estudiantes que se salieron de clases. Hicimos historia ese día.
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Revolución #66, 22 de octubre de 2006
El Mundo no Puede Esperar—¡Fuera Bush y su Gobierno!, junto con la Comisión de Crímenes de Bush y otros, convoca a:
El mundo confronta una grave emergencia. La naturaleza de la sociedad estadounidense y su relación con otros países está cambiando de un modo horrible ante nuestros propios ojos. Pero ni siquiera los que se oponen al gobierno de Bush entienden a fondo las implicaciones de estos profundos cambios. ¡Esto tiene que cambiar!
Considérese: el gobierno ha legalizado la tortura y hecho añicos las promesas constitucionales de las debidas protecciones legales. Esto no es un incidente aislado; es parte de todo un paquete de medidas del gobierno de Bush que incluye:
Cada una de estas acciones tiene un terrible costo humano y, en conjunto, representan algo sumamente peligroso. Como dice la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar: “El gobierno de Bush se ha propuesto redefinir la sociedad con un molde fascista por muchas generaciones. Tenemos que responder ya; el futuro está en juego”.
La plena magnitud y las terribles implicaciones de todo esto no se conocen bien. El gobierno miente sistemáticamente sobre sus medidas y su programa, y la prensa y los demócratas le permiten que defina el marco general de la discusión. Como resultado, ni en la arena pública ni en las campañas electorales se discuten verazmente los asuntos más cruciales. Por esto, en gran parte, la resistencia pública a las atrocidades de Bush no es lo que se necesita urgentemente.
Por esto, El Mundo no Puede Esperar—¡Fuera Bush y su Gobierno!, junto con la Comisión de Crímenes de Bush y otros, convoca a Foros de Alerta en comunidades, universidades y casas para explorar la esencia del programa de Bush y adónde está llevando a los pueblos del mundo.
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Para ponerte en contacto con los organizadores de los foros, por favor escribe a teachin@worldcantwait.org
Por favor empieza a organizar inmediatamente un foro en tu universidad o en tu comunidad, u organiza una reunión en tu casa para ver unos de los videos de la comisión de crímenes de Bush y explorar estos temas.
Queremos un impacto a nivel nacional después de las actividades del 5 de octubre. Realizar cientos de foros en universidades y comunidades en todo el país el mismo día (o días) será una declaración de que mucha, mucha gente quiere conocer y discutir la verdad del gobierno de Bush, y no las mentiras de la prensa o la propaganda electoral. Este es un esfuerzo coordinado para plantear y discutir los asuntos cruciales de estos momentos, cambiar la discusión y tronar el sofocante debate que predomina en este país.
Haz una donación en http://www.nion.us/NSOC/sign.htm
En http://www.ihcenter.org/groups/nion.html se pueden hacer donaciones desgravables.
O manda un cheque a nombre de Not In Our Name, a NION, 305 West Broadway, #199, New York, NY 10013.
Comisión de Crímenes de bush: http://www.bushcommision.org
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Hablarán:
7 p.m., lunes 30 de octubre
salón Synod Hall, catedral St. John the Divine
Calle 111 y la avenida Amsterdam
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Nota de la Redacción: A continuación presentamos una parte de la sesión de preguntas y respuestas de las siete charlas que dio este año Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU. Los títulos de las charlas y la forma de conseguirlas están en otra parte de este número. Esta es la transcripción de una pregunta, seguida por la respuesta con mínimos cambios editoriales. Hemos añadido unas cuantas notas explicatorias entre corchetes y unas notas al pie de página.
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Arundhati Roy es la autora galardonada de El dios de las pequeñas cosas, y de otras obras de ficción y no ficción. Es una crítica y activista social en India y en el panorama mundial, y se opone a la guerra de Irak y otros crímenes del sistema imperialista.
Pregunta: Mi pregunta se relaciona con algo de las dos series “Puntos sobre el socialismo y el comunismo” y “La base, las metas y los métodos de la revolución comunista” [dos charlas de Bob Avakian en 2005]. He estado pensando en dos cosas: una es un comentario de Arundhati Roy en una entrevista en que básicamente dice (no es textual): “Yo apoyo a los maoístas de India, aunque probablemente sea la primera persona que maten”.
También he estado pensando en esto con relación a la necesidad de trazar una distinción, como has enfatizado, entre los que traman directamente derrocar el socialismo y los que nada más disienten o incluso se oponen con vehemencia, pero no están tramando directamente derrocarlo. Mi pregunta es, tomando en cuenta la experiencia socialista y el aspecto muy secundario de que Arundhati Roy podría tener razón si vemos lo que pasó en China, y tomando en cuenta la particularidad de India y las particularidades de este país: ¿qué debemos decirles los comunistas a los Arundhati Roy del mundo sobre esta contradicción y por qué deben creernos?
Bob Avakian: Bueno, hay que comenzar diciendo… yo no puedo hablar por los maoístas de India a los que ella se refiere, pero hay que comenzar diciendo: si lo que dice tiene algo de verdad, si hasta cierto punto la tiene, no debe ser así. La revolución que queremos debe ser capaz de incluir a los Arundhati Roy; y más que incluirlos debe darles la bienvenida, ¡por exasperante que sea a veces! Porque ella partirá de un punto de vista diferente, pero tenemos que entender que eso es parte de lo que hay que reconocer que existirá objetivamente por un largo período de transición y, también, que cuanto más lo manejemos correctamente, puede contribuir a llevarnos a donde queremos. Por eso es importante, no solo permitir, sino abrazar y fomentar el disentimiento. Eso es lo fundamental del punto epistemológico de que todas las verdades son buenas para el proletariado, de que todo lo que sea verdad puede ayudarnos a llegar al comunismo.
La clase de estado socialista, la clase de dictadura del proletariado que debemos luchar por establecer e impulsar, debe abrazar el papel de gente como ella. Así que no debe ser así [que se considere y trate como enemigo de la revolución a gente como Arundhati Roy].
Una de las cosas que debemos decirles… tenemos que debatir con gente como ella sobre su concepción del mundo y su punto de vista político, ¡y hablar y luchar con ella para que se vuelva comunista! Pero como es posible que no ganemos esa lucha por un tiempo, nosotros tenemos que entender correctamente qué es correcto de los pormenores que plantean gente como ella, y qué es incorrecto. Además, qué papel desempeña esto en el proceso de efervescencia intelectual, efervescencia política, de elasticidad, que queremos en la sociedad socialista. Primero que todo, nosotros tenemos que orientarnos de forma correcta, ideológicamente, hacia eso.
Esto se relaciona con cuestiones fundamentales de ideología, con el principio de “abarca pero no remplaza”. [Se refiere al comentario de Mao Tsetung de que el marxismo abarca pero no remplaza las distintas esferas del conocimiento humano1.] Se relaciona con el hecho de que, aunque en un sentido general y fundamental la aplicación coherente y sistemática de la concepción del mundo y del método comunista, del mejor modo posible, permite, en un sentido fundamental y general, llegar más profundamente a la verdad que cualquier otra concepción del mundo y metodología (cualitativamente), no quiere decir que en cualquier momento dado uno necesariamente conozca la verdad sobre algo. Esa es una contradicción que tenemos que aprender a manejar mucho más correctamente de lo que se ha manejado en nuestro movimiento y en la historia de los países socialistas.
Arundhati Roy y otros plantearán críticas desde una perspectiva distinta (una perspectiva ideológica y una perspectiva política diferente) que las fuerzas de vanguardia de la sociedad socialista; pero es posible que planteen verdades importantes. E inclusive si no lo hacen en un caso dado, es importante que exista una atmósfera que los estimule a plantear sus ideas, a ser parte, a crear, a estimular la efervescencia intelectual y política que necesitamos, que nosotros, con nuestra metodología, tenemos que pasar por un tamiz, adoptar, integrar y sintetizar más profundamente del modo correcto.
Lo he dicho antes: si uno realmente capta esta epistemología, quiere que lo cuestionen. ¿Queremos conocer la verdad o apenas queremos imponer nuestra voluntad? ¿Queremos realmente actuar conforme a los intereses de las masas populares y abolir las “cuatro todas” para que la humanidad pase a una nueva etapa? [Se refiere a una formulación de Marx que resume las metas de la revolución comunista2.] ¿O apenas queremos llegar a una posición en que podemos hacer lo que nos parece correcto [sin una base científica sólida para saber si es correcto o no]? Hay una diferencia fundamental, en lo ideológico y epistemológico, entre esas dos concepciones del mundo. Si uno realmente capta esta epistemología comunista, como la veo yo, entiende por qué todo lo que es verdad ayuda a llegar al comunismo. Eso no quiere decir que todo lo que sea verdad facilite a corto plazo llegar al comunismo. Los demás señalan nuestros errores y ese hecho puede crear dificultades. No solo porque los expresan sino porque estimulan a quienes tienen quejas e inclusive a otras fuerzas de la sociedad que aprovechan las quejas legítimas de otros. Pero si tenemos miedo de eso, no podemos llegar a donde necesitamos.
Los demás nos deben creer, primero que todo, porque nosotros lo debemos creer. Como he dicho, esto no es una treta. No es una forma de aplacar a los que temen que vamos a imponer nuestra voluntad para que piensen: “No, tranquilos, somos unos liberales calmados. No se preocupen”.
No. No somos liberales. Pero no vamos a imponer nuestra voluntad, o a tratar, de esa manera, por razones mucho más fundamentales. De modo que lo tenemos que creer nosotros, primero que todo. No quiere decir que no luchemos por lo que nos parece correcto en un momento dado. Si uno no hace eso, no tiene ningún valor para nadie que tenga valor. Pero mientras que luchamos vigorosamente por lo que consideramos verdadero, tenemos que conservar las facultades críticas, el pensamiento crítico, la apertura hacia los que cuestionan nuestras ideas, sin importar qué punto de vista tengan, para ver si las críticas que nos hacen son verdad.
Es muy complicado. Uno de los proyectos de Arundhati Roy es oponerse a la construcción de represas en India. Bueno, la construcción de represas en las sociedades gobernadas por clases explotadoras, bajo la dominación general del imperialismo, tiene efectos terribles para el pueblo. Pero al llegar al socialismo, hay que desarrollar la economía, y eso entraña muchas contradicciones, ¡a veces muy agudas! ¿Puede ser necesario desplazar a un grupo y trasladarlo a otra parte para desarrollar la economía socialista? Sí. Pero se tiene que hacer de una forma totalmente distinta a como se hace en los sistemas explotadores. Y se tiene que hacer basándose fundamentalmente en la acción voluntaria de las masas, basándose en su comprensión de la situación y en su convicción de que es por el bien común.
En China se dio una lucha de ese estilo con la construcción del Canal Bandera Roja; lo menciono en la autobiografía cuando fui a China la primera vez. [Se refiere a From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, a Memoir by Bob Avakian, Insight Press, 2005.] Cambiaron el curso de un río a través de una montaña. ¡El efecto para las aldeas ribereñas fue negativo [en un sentido estrecho y a corto plazo]! No las inundaron, pero no recibían la misma cantidad de agua de riego que antes. Recibían agua, pero esto se hizo por el bien común de llevar agua para la agricultura a una zona mucho más grande y a mucha más gente.
Para hacer eso, fue necesario obtener la cooperación voluntaria de las aldeas. Fue necesario abordar interrogantes ideológicos y políticos, y luchar contra la “mentalidad del pequeño propietario” que todavía tenían en buena medida los campesinos, porque así era la situación en la vieja sociedad. El sistema feudal los explotaba, pero como minifundistas, y si no tenían tierra trataban de conseguirla porque era la forma de subsistir. Eso va acompañado de una cierta ideología, en general una ideología pequeñoburguesa. Así que tuvieron que abordar y resolver esas cuestiones ideológicas.
Bueno [en la sociedad socialista], una persona como Arundhati Roy puede plantear cosas que se dividen en dos. Unas pueden ser críticas legítimas de lo que estamos haciendo y otras pueden ser incorrectas porque solo tiene una visión parcial de la situación. Así que es necesario separar esas cosas, pasarlas por el tamiz. Pero inclusive si está equivocada hasta cierto punto, ¿cuál debe ser nuestra orientación? Esa es la cuestión fundamental de concepción del mundo, filosofía y epistemología. ¿Va a contribuir eso (directa o indirectamente, positiva y negativamente) a que entendamos más a fondo la realidad y cómo transformar la realidad con miras a llegar a las “cuatro todas” y emancipar a la humanidad? ¿O no? Si uno ve que sí, tiene una cierta orientación hacia eso, que es la que debemos tener. Si ve que no, va a pensar: “esta gente no hace más que crear problemas; cada vez que tratamos de hacer algo vienen y nos ponen obstáculos de una u otra forma”. Y tendremos razón hasta cierto punto. Pero estas contradicciones se tienen que manejar de un modo no antagónico. A menos que en medio de un proyecto económico alguien dinamite la maquinaria: eso es pasar a otro plano; no es criticar o protestar; es pasar a otro plano. Entonces hay que actuar en consecuencia. Pero inclusive cuando se hace eso, hay una diferencia entre la respuesta que hay que dar en esas circunstancias y la actitud general hacia el fenómeno de plantear desacuerdos, criticar lo que se está haciendo y señalar las deficiencias.
Como recordarán, Mao dijo que tenemos que curtirnos para hacer esto bien. Surgirán desacuerdos, nos criticarán, y no siempre a las buenas; a veces muy groseramente. Pero siempre tenemos que tener una orientación de separar lo que es verdad de lo falso, y tenemos que tener una orientación de crear una atmósfera en la sociedad que sea favorable para eso, o no llegaremos a donde tenemos que llegar.
Arundhati Roy debe creernos a) porque nosotros debemos creerlo y b) porque nuestra práctica, nuestra metodología, nuestra manera de actuar, deben desprenderse de eso y concordar con eso… ¡se debe ver en nuestra práctica! Todo mundo, cuando oye algo polémico o que no está dispuesto a creer o de lo que no está seguro, lo pone a prueba de varias maneras. Esto también es parte del proceso. Entra en el debate y a la vez observa y se relaciona con los demás. Esto es lo que pasa, y no solo con una persona prominente; pasa en general, con las masas. Las masas populares tienen las mismas preguntas: “¿Por qué debemos creerles?” “Suena bien, ¿pero cómo sabemos que no va a llegar a donde nos dicen que siempre llega?” O: “Oí que en China ustedes hicieron tal o cual cosa”. La primera vez que hablé con Mobile Shaw, me dijo: “Bueno, un cuate del barrio me dijo: ‘Oí que en China ustedes le hicieron un montón de cosas al pueblo’”. [Willie “Mobile” Shaw, un militante del PCR, murió el año pasado. Se crió en el proyecto habitacional Nickerson Gardens en Watts, Los Ángeles, donde pasó toda la vida; tras trabajar un tiempo con los revolucionarios, entró al partido. Debido a las dificultades de su vida, enfermó y murió el 24 de noviembre de 2005 debido a complicaciones de una cirugía. Ver el folleto “Declaración de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, con motivo de la muerte de Willie ‘Mobile’ Shaw”.]
Las masas oyen eso, y no solo el puñado de personas que investigan a fondo. Así que uno tiene que captar muy profundamente… y no solo creer de una manera cuasi religiosa… la verdad de curtirnos… no en el sentido de aguantar… sino de animar y fomentar una atmósfera de efervescencia intelectual y política, de que podemos pasar eso por el tamiz y acercarnos más a donde tenemos que ir. Y si no lo hacemos, no llegaremos. Esto es lo fundamental.
Bueno, hay que tener un núcleo sólido… ese es el otro aspecto de tu pregunta. Si hay quien quiere dar discursos sobre regresar al capitalismo, y ataca la dirección y otros aspectos de la nueva sociedad, y no lo permitimos, pues va en contra de la atmósfera que tenemos que crear. Es muy difícil porque, por ejemplo, en Cuba (que no es socialista sino un país revisionista, una especie de socialdemocracia y asistencia social para una parte de la sociedad, impuesta por lo que a fin de cuentas es una dictadura burguesa), una manera de coaccionar (en realidad es coacción estatal) es que cuando hay disidentes movilizan a los comités vecinales y a las masas a rodearlos y hacerlos callar a gritos, figurativa y a veces literalmente. No es que nunca sea correcto movilizar a los más firmes partidarios de la revolución en la sociedad socialista: ¿vamos a permitir que los reaccionarios tengan rienda suelta o que los disidentes presenten su punto de vista y nunca vamos a movilizar a los que están de nuestro lado? Pero eso se tiene que hacer con mucho cuidado y con una orientación correcta, porque puede crear una atmósfera que equivale a reprimir el disentimiento con la fuerza del estado, y que en realidad lo es. Si se crea una atmósfera que enfría el disentimiento de esa forma, es lo mismo que atacarlo con la fuerza del estado.
Pero no es lo mismo en el caso de los que [llevan a cabo ataques físicos, sabotaje y cosas por el estilo]. No olvidemos que el socialismo es una sociedad dividida en clases. Nos gustaría que no fuera así, igual que muchas otras cosas. Eso es lo que pasa con el Partido Laboral Progresista (PLP). Hace un tiempo, cuando eran apenas malos y no habían alcanzado el nivel de terribles, tenían el lema: “Luchar por el socialismo”. Conozco a unos militantes de PLP a quienes citaron a unas audiencias de HUAC (o audiencias parecidas de comités del Congreso que “investigan a subversivos”) [HUAC es el Comité de la Cámara de Representantes sobre Actividades Antiamericanas de la era de McCarthy] y les tengo que dar crédito porque fueron a las audiencias, armaron un alboroto, desafiaron a los congresistas y senadores sureños racistas encargados de los comités que investigaban el comunismo, y señalaron lo que estaba pasando en sus estados: la opresión de los negros y todo lo demás. Recuerdo que uno me contó una anécdota: como estaban citados, el gobierno les pagaba el vuelo y el hotel. Una noche estaban en el ascensor del hotel y tenían puestos unos broches que decían “Luchar por el socialismo”. Un congresista borracho entró al ascensor con una prostituta en cada brazo, y les dijo: “Bueno, ‘Luchar por el socialismo’. Yo era partidario del socialismo’. ¿No es lo de Norman Thomas y el Partido Socialista?” Y ellos le contestaron: “No, esto es lo de Mao Tsetung”. Eso pasó en los días en que PLP no era tan terrible, cuando tenía el lema “Luchar por el socialismo”. Después decidieron que el socialismo es un desastre, así que más vale ir directamente al comunismo y no tomarnos la molestia de pasar por el socialismo. Es igual que decir: “¿Por qué no vamos directamente al cielo? ¿Por qué tomarnos la molestia de vivir en la Tierra, que es un desastre?” ¡Es puro idealismo!3
Así que habrá conflictos de clase [en la sociedad socialista], y fuerzas reaccionarias que se van a reunir y conspirar, y no solo a quejarse. Y van a poner manos a la obra. Como dije, la burguesía y los reaccionarios no van a sentarse con los brazos cruzados y decir: “Vamos a ver qué pasa. Dicen que tienen una sociedad mejor en todas las esferas: económica, política, cultural, social, filosófica y moralmente. Veamos si lo pueden poner en práctica”. No, van a conspirar porque no quieren que sea verdad, y no quieren que eso se logre. Y cuando pasan de conspirar a llevar a cabo los complots… eso es lo que pasó en la Unión Soviética. Dinamitaron fábricas porque sabían que el sabotaje podía socavar la economía y ahuyentar el apoyo de las masas al nuevo sistema, tanto política como económicamente. Si se permite eso, más vale entregarles el poder y no ocasionarse ninguna molestia ni tampoco a las masas, y simplemente decirles: “exploten a las masas como quieran”.
Hay que trazar una distinción. Estos límites son condicionales y relativos, pero son reales. Hay una diferencia entre hacer críticas y decir que el sistema es malo, y así sucesivamente, y por otra parte conspirar y llevar a cabo un complot para sabotearlo. [En la sociedad socialista] el derecho, la Constitución y la aplicación de ellos tendrán que trazar esa distinción, y las masas y la vanguardia tendrán que captar lo importante que es. Hay dos clases de contradicciones. Una se tiene que resolver de una manera no antagónica, y la otra es antagónica y hay que resolverla con la fuerza del estado, o si no más vale darse por vencido.
Si captamos esto profundamente y dirigimos a sectores mayores de las masas a captarlo profundamente, debe haber espacio y una atmósfera de bienvenida para toda la gente como Arundhati Roy, a pesar de su coraje y de que nos criticarán a nosotros en vez de a los que critican hoy. Incluso a ese coraje se le debe dar la bienvenida y abrazarlo, estratégica y fundamentalmente, como parte de lo que nos proponemos hacer, porque así es el mundo que queremos crear y la manera de alcanzarlo. No es cuestión de darle espacio en el sentido negativo, sino de crear una atmósfera de bienvenida para esa gente a pesar de sus fuertes desacuerdos sobre varias particularidades. Simultáneamente, debemos esforzarnos por convencerlos de que se sumen a nuestro lado y abrirles nuevos horizontes. Debemos decirles: “En vez de ser críticos desde fuera, por qué no entran y nos critican desde dentro, y contribuyen más cabalmente a que esto sea lo que debe y puede ser”. Pero mientras siguen afuera, tenemos que relacionarnos con ellos de la manera que he descrito, y no de la manera que ella teme.
1. Bob Avakian ha recalcado la importancia de este principio (“abarca pero no remplaza”) y lo ha elaborado y aplicado como un aspecto importante de la teoría del conocimiento (epistemología) y la metodología comunista. Esto se presenta, por ejemplo, en el libro Observations on Art and Culture, Science and Philosophy, Insight Press, 2005. [regresa]
2. En Las luchas de clases en Francia, 1848-1850, Marx escribió que el estado socialista, o la dictadura del proletariado, representa la transición necesaria hacia la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que estas descansan, de todas las relaciones sociales que acompañan esas relaciones de producción, y la revolucionarización de todas las ideas que surgen de esas relaciones sociales. [regresa]
3. Como menciona Bob Avakian en la autobiografía From Ike to Mao and Beyond: My Journey From Mainstream America to Revolutionary Communist, en los años 60 se asociaba al Partido Laboral Progresista (y él mismo a veces se asociaba) con China, pero el PLP nunca captó muy profundamente ni defendió consecuentemente lo que era innovador de la sociedad socialista revolucionaria de China ni de su líder Mao Tsetung; tampoco respondió consecuente y vigorosamente y con ciencia a las tergiversaciones y calumnias con que atacaron a China y Mao en esa época. A comienzos de los años 70, el PLP se volvió en contra de China como país socialista y luego, como dice Bob Avakian aquí, abandonó la idea del socialismo completamente. [regresa]
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Una persona que trabaja con la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria en Los Ángeles nos envió esta carta en respuesta al llamamiento de Revolución de enviar informes sobre lo que se dice de las nuevas charlas de Bob Avakian en las universidades.
Un miércoles por la mañana pasé dos horas en una clase de liderato estudiantil hablando de Bob Avakian, de la clase de líder que es, de la sociedad que prevé y de cómo dirige para forjar tal sociedad en los hechos. Después de dos horas (mucho después de la clase), los estudiantes y el maestro me invitaron a volver a la semana siguiente para continuar la discusión. La primera semana escuchamos los primeros 6 minutos y medio de la conclusión de las charlas, en que habla sobre el papel de los líderes comunistas y de su papel en particular. La siguiente semana hablamos sobre la novena pregunta, que denuncia la horrible opresión de los negros y habla de su potencial revolucionario como parte de la revolución para acabar con toda la opresión.
La clase era pequeña, no más de 10 estudiantes, y dos de ellos ya sabían algo de Bob Avakian. De hecho, me invitaron porque estaban hablando de líderes y, como parte de una tarea sobre las cualidades de los líderes, uno de ellos, que estaba escuchando una charla anterior del presidente Avakian: “Christianity and Society – The Old Testament and the New Testament, Resistance and Revolution” (El cristianismo y la sociedad, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, resistencia y revolución, en bobavakian.net), mencionó a Bob Avakian. El otro estudiante que ya sabía algo de Bob Avakian ha leído y escuchado partes de sus obras y ha participado en muchas discusiones y debates sobre si en realidad está dando la clase de dirección que necesitan las masas para efectuar cambios fundamentales y sobre si es correcto promover a tal líder.
El maestro parece no haber sabido de la existencia de Bob Avakian, pero sí tenía mucho conocimiento —desde el punto de vista nacionalista negro— del marxismo, de la historia de la Unión Soviética y China, así como de los movimientos radicales de los años 60. El resto de los estudiantes eran una mezcla de participantes en el gobierno estudiantil y otros que quieren ejercer posiciones de dirección de una u otra manera.
Las discusiones fueron fascinantes y me dieron mucho en qué pensar. La primera sesión fue una serie de preguntas y respuestas, con preguntas bien pensadas e importantes que demostraban que habían pensado mucho en cómo funcionaría una sociedad socialista según lo que Bob Avakian ha propuesto. Los estudiantes bregaron con algunas de las cosas que el maestro y yo propusimos, como: ¿qué significa dirigir con un método y enfoque científicos? ¿Qué significa hacer eso con un “núcleo sólido con mucha elasticidad”? ¿Cómo al hacer eso se va transformando la sociedad y avanzando hacia el comunismo, definido por “las cuatro todas”. El maestro me pidió que las escribiera en la pizarra. Estas son: representa la transición necesaria hacia la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que estas descansan, de todas las relaciones sociales que acompañan esas relaciones de producción, y la revolucionarización de todas las ideas que surgen de esas relaciones sociales.
Un estudiante quería saber qué significaría tener una sociedad socialista como la que prevé el presidente Avakian, gobernada con un punto de vista científico. Dijo: “Pero la gente que no ve la sociedad de esa manera, por ejemplo, los religiosos que creen en poderes divinos, para mí que se entraría en conflictos, por ejemplo con la iglesia”. Quería saber si el dirigir con un punto de vista científico llevaría a la supresión de la religión y de la gente que cree en dios. Otro estudiante preguntó: “Al escucharte suena como que crees que unas ideas son buenas y otras malas. ¿Quién decide lo que es una idea buena y una mala, y no lleva eso a imponerle ideas a la gente?”.
El maestro hizo muchas preguntas y planteó su propio punto de vista sobre el comunismo, la experiencia del socialismo, la dictadura del proletariado y por qué piensa que el socialismo no crea igualdad, particularmente para las nacionalidades oprimidas. Parece que le intrigó la nueva síntesis de Bob Avakian a partir de los logros y los errores de las experiencias socialistas. Al fin de la discusión decía cosas como que en una sociedad socialista “la clase dominante piensa que sus ideas son sacrosantas” y que los “socialistas siempre han planteado que es necesario tener un gobierno estricto para despojar a la gente de ideas capitalistas”. Preguntó: “Si estamos hablando de una sociedad que tendría mucha más elasticidad con respecto a proponer ideas que disienten con el gobierno y que lo critican: 1) ¿vamos a escuchar esas ideas y 2) cómo vamos a proteger tal sociedad?”.
El maestro había dicho que la revolución socialista no le conviene a las nacionalidades oprimidas y en particular a los negros. Por tanto decidí que sería importante hablar sobre por qué el socialismo sí le conviene a las nacionalidades oprimidas. Empezamos la segunda sesión escuchando la novena pregunta, que es sobre la opresión de los negros en Estados Unidos. No conozco la composición de toda la escuela, pero en esta clase la mayoría eran negros. Después de escuchar esa pregunta se dio una discusión muy amplia que me pareció emocionante.
Les pedí que dieran comentarios sobre lo que acababan de escuchar. Al principio no sabían qué decir. Les dije que quería saber qué pensaban porque estaba seguro de que nunca habían escuchado algo como eso. Una joven dijo: “Yo he escuchado cosas así antes”. Otra persona pregunto qué clase de sociedad prevé Bob Avakian, y yo dije que uno tiene una buena idea de la clase de sociedad escuchando cómo aborda este problema. Yo les conté que me conmovió la parte donde dice que nunca podrá haber y nunca debe haber una revolución que no ponga en juego los ardientes deseos de las masas negras de deshacerse de su opresión, como parte de la lucha para acabar con toda la opresión. Otro estudiante comentó con toda naturalidad: “No se puede acabar con eso”. La joven que habló antes dijo: “Ha habido progreso”. Luego otro preguntó: “¿Cómo dirige para efectuar cambios?”.
Se abrieron las contrapuertas. El maestro explicó: “Si uno sabe que padece de cáncer, lo puede ignorar o puede buscar un remedio. Esta sociedad es como un cáncer, nada cambiará si no se hace nada. El PCR y Bob Avakian tienen un remedio. Otros tienen otros remedios”. Cuando hablé de la revolución y de rehacer la sociedad, los estudiantes querían saber más sobre Bob Avakian y los que sabían algo de él empezaron a dar respuestas. La joven que dijo que Bob Avakian no había dicho nada nuevo, preguntó: “Yo nunca he oído del él y yo presto atención. Veo las noticias, veo CNN, ¿cómo es que nunca he oído de él si quiere hacer esos cambios?”. Yo dije de inmediato que queremos que se conozca por todas partes y que sus obras e ideas se difundan ampliamente. Les conté de los Comités Corre la Voz y les recomendé leer su autobiografía (From Ike to Mao and Beyond: My Journey From Mainstream America to Revolutionary Communist) para que sepan más de él, de cómo se hizo líder revolucionario y de la clase de persona que es.
La discusión continuó y los estudiantes se contestaban unos a otros e intentaban entender qué es una revolución. Yo hablé de la necesidad de un pueblo revolucionario de millones de personas y de una situación política en que la gente ha dejado de ser fiel al sistema y ve cómo luchar por una sociedad diferente. Una pregunta sincera surgió: “¿Cómo vamos a hacer eso?”. Yo hablé de acelerar y aguardar, tomado de la charla “Why We’re in the Situation We’re in Today and What to Do About It - A Thoroughly Rotten System and the Need for Revolution.” (Por qué estamos en esta situación… y qué hacer al respecto: Un sistema totalmente podrido y la necesidad de la revolución).
También dije que el partido es parte del movimiento para sacar al gobierno de Bush y de lo urgente que es hacerlo, frenar los horrores que está desatando por todo el mundo y la dirección en que lleva a la sociedad. Recalqué que este movimiento involucra a toda clase de gente, con muchas ideas sobre adónde debe llegar esto. También expliqué las posibilidades que el partido ve que podrían surgir de una situación política radicalmente diferente en la que millones de personas, de una manera consciente, bregan sobre cómo cambiar la sociedad y que el trabajo del partido en medio de eso podría (como dice el presidente, sin garantías y ni siquiera la probabilidad sino la posibilidad) empujar la situación en una dirección revolucionaria.
Un estudiante dijo: “Yo veo la necesidad de sacar a Bush”. Otro preguntó: “¿Por qué no esperar dos años más?” y otro le contestó “Porque el gobierno de Bush está efectuando cambios que no se podrán revocar, como la Ley Patriota”. Con respecto a mis comentarios de como se podría cambiar la situación política, una joven dijo: “Yo veo cómo eso podría cambiar la situación”.
¡Cuando se terminó la clase seguían haciendo preguntas y sentí un gran deseo de regresar otra vez! Unos estudiantes me dieron su correo electrónico para seguir la discusión.
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
El 9 de octubre, Corea del Norte anunció que realizó una prueba de armas nucleares. De ser cierto, podría tener la capacidad de producir una pequeña cantidad de armas nucleares en el futuro.
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Si al lector le preocupa que exista un enorme arsenal de armas nucleares de un gran poder destructivo en manos de un tirano resuelto a dominar el mundo, que podría usarlas en el futuro cercano, más vale que mire a Estados Unidos. En 2001, la revista Newsweek informó: “El arsenal nuclear de Estados Unidos incluye 5,400 ojivas nucleares armadas en misiles balísticos intercontinentales en tierra y mar; otras 1,750 bombas nucleares y misiles cruceros listos para lanzar desde aviones B-2 y B-52; adicionalmente tiene 1,670 armas nucleares clasificadas como ‘tácticas’. Y, por si acaso, más o menos 10,000 ojivas nucleares en bunkers por todo el país como ‘contrapeso’ a cualquier sorpresa”.
Estados Unidos es el único país que ha usado bombas atómicas. A fines de la II Guerra Mundial, lanzó dos bombas atómicas contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, que mataron a cientos de miles de personas, la mayoría civiles.
Hoy por hoy, es Estados Unidos el que, según artículos de Seymour Hersh, ha elaborado un plan de ataque contra Irán, que incluye armas nucleares.
Estados Unidos condena las armas nucleares—pero no las suyas
El retrato que la prensa de Estados Unidos está pintando es que el delincuente país de Corea del Norte y su cabecilla, Kim Jong Il, desafiaron a la “comunidad internacional” y llevaron a cabo una prueba nuclear. Un vistazo a los antecedentes revela la hipocresía de esto.
Durante la guerra de Corea (ver el recuadro “¿Qué es Corea del Norte?”) el general estadounidense Douglas MacArthur propuso lanzar docenas de bombas atómicas contra la China revolucionaria y crear “un cinturón de cobalto radioactivo” a lo largo de la frontera norte de Corea. (“Korea: forgotten nuclear threats”, Bruce Cummings, Le Monde Diplomatique)
Después de la guerra de Corea, Estados Unidos saturó a Corea del Sur de soldados, bases y armas nucleares. En 1985 tenía por lo menos 150 armas nucleares en Corea del Sur. (“U.S. nuclear weapon locations, 1995,” Robert S. Norris y William M. Arkin, Bulletin of the Atomic Scientists, noviembre/diciembre de 1995)
El gobierno de Estados Unidos sostiene que en 1991 retiró todas las armas nucleares tácticas del territorio coreano. Esto no se ha confirmado independientemente porque nunca permite las “inspecciones internacionales” que demanda de los demás países. Además, Estados Unidos conserva la capacidad de lanzar cohetes nucleares contra Corea del Norte desde bases fuera de Corea del Sur. En 2002, el “Resumen de Política Nuclear” del Pentágono describe que tenían blancos para ataques nucleares “preventivos” contra ciertos países, y entre ellos figura Corea del Norte. (Washington Post, 23 de marzo de 2002)
En 1994, Estados Unidos suscribió un acuerdo con Corea del Norte en que este debía suspender los reactores nucleares que pueden producir uranio apropiado para armas nucleares. Corea del Norte usaba esos reactores para producir electricidad, pues tiene pocas fuentes de energía. A cambio, Estados Unidos acordó suspender las sanciones y ofrecer asistencia para construir dos reactores nucleares con moderador de agua ordinaria para remplazar los reactores de plutonio. Estados Unidos también acordó abastecerle petróleo para obtener energía. Por su parte, Corea del Norte aceptó que la Agencia Internacional de Energía Atómica hiciera inspecciones y que supervisara la evacuación de sus elementos combustibles nucleares agotados.
Bruce Cummings, profesor de relaciones de Estados Unidos y Corea, explicó en el programa “Democracy Now” que Corea del Norte “congeló completamente el complejo de plutonio de Yongbyon” para cumplir el acuerdo y que sellaron las puertas, colocaron cámaras de circuito cerrado y tenían por lo menos dos inspectores de la ONU presentes las 24 horas del día, o sea todo el tiempo. Pero, agregó: “Estados Unidos no cumplió su parte del acuerdo de normalizar relaciones con Corea del Norte y abastecerlo de reactores nucleares con moderador de agua ordinaria para remplazar los reactores de plutonio, hasta que finalmente Corea del Norte concluyó que nosotros no estábamos cumpliendo el acuerdo y empezó el segundo programa de uranio enriquecido”.
En el 2002, el gobierno de Bush anunció que el programa de uranio era un incumplimiento del acuerdo y suspendió los envíos de petróleo. Arrinconado, Corea del Norte expulsó a los inspectores internacionales y reactivó los reactores nucleares.
A Corea del Norte también lo acusan de “incumplimiento de tratados internacionales” por haberse retirado del Tratado de la no Proliferación de las Armas Nucleares. Este tratado tiene diferentes reglas para los países que tienen armas nucleares y los que no las tienen. Los segundos prometen no adquirirlas. Los primeros prometieron en 1995 no atacar a los primeros, pero no es vinculante. Mejor dicho, los países que ya tienen armas nucleares pueden construir más y usarlas, mientras que los países que no las tienen no pueden producirlas supuestamente a cambio de que no los ataquen. Corea del Norte firmó este acuerdo y se suscribió a él hasta el 2003. Después George Bush metió a Corea del Norte en el “eje de la maldad” y anunció una política de ataques preventivos. En ese contexto, Corea del Norte se retiró del tratado, lo cual se permite en esas circunstancias.
En una palabra, Estados Unidos ha mantenido a Corea del Norte (y al planeta entero, pero a Corea del Norte en particular) por décadas bajo amenazas nucleares. Suscribió e incumplió un acuerdo de abastecerle petróleo a cambio de que abandonara sus planes nucleares. Ahora le apunta un dedo acusador y chilla: “¡amenaza nuclear!”.
Las acusaciones y amenazas de Estados Unidos están sentando las bases para operativos militares contra Corea del Norte y la región en general. El 17 de octubre Bush dijo: “Si nuestra inteligencia descubre que ellos [Corea del Norte] están trasladando un arma nuclear, nosotros lo impediríamos e intervendríamos contra el barco o el avión que estuviera trasladando el material a quienquiera que sea”. Bush agregó que “responsabilizaría” a la dirección de Corea del Norte y que esta enfrentaría “graves consecuencias”, lo cual es una amenaza de guerra.
Esto huele a la patraña de las armas de destrucción masivas. ¡Otra vez! Bush se está adjudicando el derecho de lanzar una guerra “preventiva” con alegaciones de que fuentes de “inteligencia” han detectado el traslado de material nuclear. Esas alegaciones vendrían de la boca de un mentiroso certificado.
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
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El hecho de que el aborto sea legal en California no quiere decir que se pueda practicar. Un artículo que salió hace poco en el periódico San Francisco Bay Guardian titulado “The Other Abortion Battle” (La otra batalla del aborto), de Tali Woodward, demuestra lo difícil que es hacerse un aborto en el estado.
El Bay Guardian habló con Iris Flores, de 24 años, que es directora de recursos humanos de una compañía y vive en el valle Central. En enero, cuando se enteró de que estaba embarazada, se ilusionó mucho. Pero a los dos meses, descubrieron un problema del saco amniótico y le informaron que podía perder el feto en cualquier momento. Tenía que ir a la clínica cada semana a hacerse una serie de tests. Le dijeron que tendría que guardar cama, pero que de todos modos el feto podría tener graves problemas.
Iris decidió abortar… pero tropezó con muchas dificultades. Primero, el seguro médico no paga por un aborto porque su vida no estaba en peligro. Se puso en contacto con todas las clínicas de aborto en Fresno, cerca de donde vive, pero le dijeron que no podían ayudarla porque había tenido una cesárea y porque ya iba a entrar al segundo trimestre. El Guardian señala que 12 semanas (el comienzo del segundo trimestre) es el límite para muchas clínicas, a pesar de que el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el aborto en 1973, dice que es legal hasta las 24 semanas, después de lo cual los estados pueden imponer restricciones. (En California se prohíbe el aborto después de que el feto sea “viable”, o sea capaz de vivir fuera del útero sin intervención médica, pero no se da un límite de tiempo específico).
Esos problemas hubieran sido insuperables, pero Iris se puso en contacto con ACCESS, un grupo sin fines de lucro cuyos voluntarios ayudan a las mujeres de California a obtener servicios de aborto. ACCESS encontró una clínica en San Francisco (a cuatro horas de su casa) e Iris reunió los mil dólares para pagar el aborto. Pero le dijo al Guardian que se pregunta qué les pasa a las demás mujeres que no tienen las mismas ventajas que ella: un compañero que la apoya, trabajo, educación y la ayuda de ACCESS.
Todo esto está pasando en California, declarado el mejor estado del país en cuanto a los derechos reproductivos por la Liga de Acción Nacional pro Derecho al Aborto. (Le dio la clasificación de A+, mientras que el país en general recibió la clasificación de D-).
Como comentó Alma Avila Pilchman, la directora de la línea directa de ACCESS desde hace cuatro años: “¿Para qué sirve un derecho si no se puede practicar?”.
Menos acceso
La cantidad de clínicas y médicos que hacen abortos sigue disminuyendo por todo el país. El Instituto Alan Guttmacher, el principal centro nacional de información sobre el aborto, informa que más de la mitad de los hospitales que practicaban abortos en 1982 no lo hacían en el 2000. También documentó una disminución del 11% en la cantidad de clínicas y médicos que practican abortos en el país entre 1996 y el 2000. Hoy en el 41% de los condados de California no hay ni uno.
Las opciones son especialmente limitadas para las mujeres pobres. California es uno de los 17 estados que da fondos estatales para el aborto . (El Congreso prohibió dar fondos federales en 1977). En teoría, una mujer pobre que cumple los requisitos para recibir servicios de salud subvencionados por el estado puede recibir fondos “de emergencia” (del programa MediCal) para pagar un aborto. Pero pocas clínicas hacen abortos de segundo trimestre y aceptan pacientes que pagan con fondos estatales.
Muchas clínicas que ofrecían este servicio han dejado de hacerlo, en parte porque el estado no reembolsa todo el costo. Solo les da $188.08 por un aborto de primer trimestre y $265.88 de segundo trimestre.
Parker Dockray, directora ejecutiva de ACCESS, informó que en 1996 había 10 ó 12 clínicas en el norte y centro de California donde una mujer de bajos ingresos podía hacerse un aborto hasta la semana 23. Hoy solo quedan dos y una solo acepta un puñado de pacientes de MediCal. El Guardian informó que en el sur del estado, solo hay dos clínicas.
El derecho al aborto sigue bajo ataque por todo el estado. En las elecciones de noviembre se votará una medida que propone que las menores obtengan la aprobación de los padres para un aborto.
El ataque de Bush contra el aborto
El programa de los enemigos del aborto no tiene nada que ver con “proteger la vida”; busca controlar la vida de la mujer y reforzar las relaciones sociales patriarcales. La casi desaparición de los servicios de aborto es fruto de una campaña para preparar el terreno para anular el fallo Roe vs. Wade y prohibir el aborto completamente.
George Bush ha espoleado esta campaña.
La primera médida de Bush como presidente fue retirar los fondos de planificación familiar a cualquier organización mundial que dé información o servicios de aborto, incluso si lo hace con fondos privados.
Nombró a militantes del movimiento contra el aborto a puestos clave del gobierno. Por ejemplo, Alma Golden, promotora de la abstinencia como único método de prevención de embarazo, es subasesora de asuntos poblacionales y supervisa las clínicas de planificación familiar del gobierno federal. Cuando un grupo de Texas opuesto al aborto dijo que las clínicas de planificación familiar deben entregar el nombre de las adolescentes que tienen relaciones sexuales como si fueran víctimas de abuso sexual, Golden inició dos investigaciones de las clínicas para destruir la confidencialidad de las clientes.
Bush ha destinado millones de dólares a “centros de orientación sobre el embarazo”, que son en realidad centros del movimiento contra el aborto que atraen a las mujeres con la promesa de servicios de salud y luego las bombardean con mentiras anticientíficas de que un aborto es “matar un bebé”. Un manual de capacitación de estos centros dice que las adolescentes embarazadas son “asesinos en potencia” y que los centros están trabados en una lucha con Satanás.
Además, Bush ha nombrado a jueces derechistas a la Suprema Corte y los tribunales federales, que han impuesto más restricciones al aborto.
Ante las dificultades de obtener servicios de aborto incluso en estados como California, ¿cuál es la respuesta del Partido Demócrata? El senador Charles Schumer (Nueva York) dice que defender el aborto es un “juego” que los demócratas “no pueden permitirse el lujo de seguir jugando”. La senadora Hillary Clinton (Nueva York) ha dicho que el aborto es una “opción trágica”, lo que acepta las premisas los extremistas religiosos, a pesar de que, en realidad, el aborto no debe ser motivo de vergüenza. Para recuperar escaños en el Senado, el partido ha postulado a Bob Casey, que se opone con vehemencia al aborto, en Pensilvania.
Presentar el aborto como un “mal necesario” ha estigmatizado a los médicos que lo practican y a las mujeres que se lo hacen, y acepta la mentira de que el aborto es inmoral. Como dice el artículo “La moral del derecho al aborto… y la inmoralidad de los que lo atacan” (Revolución #38, 12 de marzo de 2006):
“Terminar un embarazo no deseado o sacar del cuerpo de una mujer un grupo de células que todavía no se han desarrollado para ser un ser humano viable no tiene nada de inmoral. Un feto no es un niño. Si una mujer no quiere continuar un embarazo (por la razón que sea), debe tener la libertad de terminarlo, sin peligro ni dificultades. Eso no es nada trágico. De hecho, la verdadera tragedia es que la vida de tantas mujeres se ha limitado, truncado o acabado porque les tocó tener hijos no deseados. Es una tragedia que se repite millones de veces al día, con la complicidad y el apoyo del gobierno estadounidense.
“La vida de una mujer que se ve obligada a continuar un embarazo no deseado está en peligro. Del peligro de un aborto clandestino a la falta de respeto por su propia vida, sufre y se disminuye como ser humano. Obligar a una mujer a tener un hijo que no quiere o que no puede cuidar es una de las tragedias milenarias que no tiene que existir hoy. Pero si no se permite que una mujer controle su propio cuerpo, su propia reproducción, si no se le permite decidir si ser madre y cuándo, no tiene más libertad que un esclavo. Es por la salud y el bienestar de la mujer, cuya vida es de más valor y se debe apreciar más que la existencia de un feto parcialmente formado. Y por el bien de la humanidad: ¿no queremos una sociedad donde se hayan eliminado todas las formas de esclavitud?”.
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
El 9 de noviembre, la Suprema Corte (con nuevos magistrados nombrados por Bush que se oponen al aborto) verá un caso sobre la prohibición del procedimiento médico más común para los abortos de segundo trimestre. Y el 8 de noviembre, habrá un plebiscito en Dakota del Sur que podría prohibir totalmente el aborto, incluso para salvar la vida de la mujer. Sus partidarios esperan que termine en la Suprema Corte y lleve a anular el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el aborto en 1973. Para entender por qué esta batalla es tan importante para la vida y la humanidad de la mujer, exhortamos a leer los siguientes artículos en revcom.us:
De “La Biblia y la matanza de niños: El derecho al aborto y el rumbo de la sociedad”, Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU
“Urge lanzarnos a la contraofensiva y plantear lo esencial del asunto. En más del 90% de los abortos estamos hablando de un grupito de células minúsculas (el feto) contra el destino de la mujer. Fisiológicamente y como cuestión social es el destino de la mujer contra un grupito de células, que en ese momento (en los primeros tres meses, especialmente) no han pasado por el proceso de diferenciación (los órganos internos y otras partes del cuerpo con funciones específicas todavía están sin desarrollar o a medio formar). No es un ser humano completamente desarrollado, ni mucho menos. Es solamente un grupito de células. Tenemos que dejar eso bien claro”.
De: “La moral del derecho al aborto... y la inmoralidad de los que lo atacan”:
“La moral que se debe apoyar y defender valora los derechos de la mujer a tener una vida social plena. Apoya las relaciones sociales e íntimas de respeto mutuo que permiten florecer a las dos partes juntas, y no donde la mujer es ‘sometida’ al esposo por orden de ‘dios’. Esta nueva moral valora a los niños como una alegría y como una responsabilidad de toda la sociedad, y no obliga a nadie a tener hijos contra su voluntad. A diferencia de los teócratas, NO le canta salmos a un grupo de células que podrían llegar a ser un niño y, simultáneamente, defiende la matanza de niños en la guerra contra Irak y condena a millones de niños más, aquí mismo, a una vida de privaciones”.
De: “Qué es un aborto y por qué la mujer debe tener ese derecho: La vida no se puede y no se debe preservar siempre”, A.S.K.:
“La placenta se forma por una combinación de tejidos del útero de la mujer y tejidos del embrión. Es una masa de tejido con muchas venitas, que conecta el embrión al sistema circulatorio de la mujer. Durante todo el embarazo el feto permanece conectado a la placenta por el cordón umbilical.
“La placenta demuestra que el feto es parte del cuerpo de la mujer durante todo el embarazo. El embrión no puede alimentarse, eliminar desperdicios ni respirar por su cuenta. Recibe oxígeno y alimentos (y a veces cosas perjudiciales) de la sangre de la mujer a través de la placenta y el cordón umbilical. De la misma forma elimina sus desperdicios: la sangre de la mujer se lleva el dióxido de carbono y la urea.
“Del mismo modo que una sola célula viva no puede sobrevivir independientemente de un cuerpo, el embrión no puede sobrevivir independientemente del cuerpo de una mujer porque en realidad es parte de ella”.
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Secundo artículo de una serie
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
El lunes 16 de octubre fue una coyuntura crítica en el juicio y la represión oficial de la abogada radical de derechos civiles Lynne Stewart. Un juez de distrito federal de Nueva York, John Koeltl, la sentenció a 28 meses de cárcel, a raíz de acusaciones de dar ayuda material a terroristas y cuatro delitos más. Stewart salió en libertad condicional después de pagar la fianza, y espera una apelación. A los otros dos acusados, Ahmed Abdel Sattar y Mohamed Yousry, los condenaron a 24 años y 20 meses de cárcel respectivamente.
Con esta sentencia, el gobierno de Bush sigue el ataque a Stewart y a otros abogados defensores, a cualquier persona que se opone a este gobierno y al pueblo en general.
La fiscalía quería que Stewart, de 67 años, recibiera la pena máxima de 30 años de cárcel, y ahora dice que va a apelar para cambiar la sentencia. El gobierno no consiguió todo lo que quería, pero logró condenarla a más de dos años de cárcel a raíz de una acusación de clara motivación política: “conspirar, dar ayuda material a terroristas y defraudar al gobierno”. El secretario de Justicia, John Ashcroft, entabló las acusaciones personalmente en abril de 2002, poco después del 11 de septiembre y de la aprobación de la muy represiva Ley Patriota.
El juicio duró siete meses y en febrero de 2005 la condenaron de delitos graves poco diferentes de la acusación original. Inmediatamente, se le prohibió el ejercicio de la abogacía. Stewart comentó poco después en el programa radial Democracy Now: “Esa fue la pérdida mayor: que me echaran de la profesión que amo y a la que he servido, y donde he servido a la gente que no tiene voz”.
La condena y la sentencia de Lynne Stewart son una parte importante de la ofensiva fascista del gobierno de Bush contra los derechos legales de los individuos, por ejemplo el derecho a la confidencialidad entre abogado y cliente. La desaparición uno por uno de derechos establecidos, con la justificación de la “guerra contra el terrorismo”, va acompañada del espionaje secreto masivo y legalizado, y la detención ilimitada y tortura de los presos políticos.
El castigo a Stewart tiene también el objetivo de servir de advertencia a todo abogado defensor que piense representar a acusados de terrorismo y otros delitos políticos. El abogado defensor Jed Stone opinó poco después: “Este veredicto es un ataque escalofriante contra todos los abogados defensores. El gobierno nos ha dicho: ‘No defiendan a los presuntos terroristas. Si lo hacen, pagarán un precio muy alto’. No importa la opinión que se tiene de la persona o de las acusaciones, merecen una defensa como todos los demás, quizás más. Pero el gobierno no quiere que tengan abogados”.
En la década pasada, Lynne Stewart fue abogada del clérigo islámico fundamentalista Omar Abdel Rahman, condenado de conspiración sediciosa y sentenciado a cadena perpetua en 1996 a raíz de un supuesto complot para atacar varios lugares conocidos de Nueva York, como las Torres Gemelas. El gobierno acusó a Lynne Stewart, Ahmed Abdel Sattar y Mohamed Yousry de facilitar la comunicación entre Rahman y el Grupo Islámico, su organización en Egipto, al entregar un comunicado de prensa a un periodista de la agencia Reuters en el cual Rahman expresó su oposición sobre un cese del fuego con el gobierno egipcio.
El gobierno dijo que ese comunicado violaba las “medidas administrativas especiales” establecidas contra Rahman. Esas medidas empezaron en la época de Clinton y permiten aislar y silenciar a cualquier preso que consideren una amenaza a la seguridad nacional. En el caso de Rahman, estaba en aislamiento e incomunicación casi completa. No podía recibir visitas, hacer llamadas o tener contacto con otros presos. Para poder hablarle, Stewart, la abogada nombrada por el tribunal para defenderlo, tuvo que firmar un acuerdo que limitaba la clase de comunicación que podía tener con él. El gobierno dice que Stewart, al igual que Yousry y Sattar, violaron ese acuerdo y de ese modo contribuyeron al “terrorismo” y la “violencia terrorista”.
Hasta el New York Times señaló que durante el juicio “el gobierno no demostró que las acciones de Stewart [y de los otros acusados] llevaron a la violencia. El Grupo Islámico no canceló el cese del fuego. A los acusados no los acusaron de cometer actos terroristas en Estados Unidos”. El juez le dijo al jurado que ni Osama bin Laden ni Al Qaeda figuraban en el caso, pero la fiscalía presentó videos de bin Laden y tomó otras medidas para pintar de “terrorista” a Stewart.
Es revelador también que la “evidencia” que la fiscalía presentó durante el juicio se basa en un extenso espionaje secreto a Sattar: casi 75,000 grabaciones de llamadas telefónicas y faxes, además de comunicaciones por computadora. Y luego, valiéndose de esas grabaciones, el gobierno filmó y grabó las conversaciones entre Stewart y Rahman. Dichas conversaciones ocurrieron en el año 2000, pero no la acusaron sino hasta dos años después, tras el 11 de septiembre y la aprobación de la Ley Patriota.
Las leyes de Estados Unidos por mucho tiempo han sostenido que las conversaciones entre un abogado y su cliente son confidenciales. La Ley Patriota cambió todo eso, porque le da al gobierno facultades discrecionales ilimitadas para espiar dichas conversaciones, sin supervisión judicial. Poco después de su condena, Lynne Stewart comentó que la confidencialidad “…es fundamental en nuestra defensa de las personas acusadas de un delito. Y también es fundamental para las personas políticas a quienes criminaliza el gobierno… [D]urante todos los años de la Constitución, hemos gozado de un privilegio que permite a los abogados y sus clientes discutir sus casos confidencialmente… Ahora, esto cambia todas las reglas”. (entrevista de Revolución #08, 17 de julio de 2005).
El gobierno había cateado las oficinas de Stewart y ella señaló: “[Eso] provoca inquietudes no solamente para la persona a quien grabaron. ¿Te conviene acudir a un abogado como yo,… que ha dedicado su carrera a defender a los demonizados, siendo muy posible que el gobierno lo joda, requise su despacho por 12 horas, se lleve la computadora y encuentre no solo todo lo del cliente que es el blanco del cateo sino también de todos los otros clientes? Alguien me comentó que esto no es apenas un ‘viento frío’,… sino que es subártico, esto ya es el congelamiento, particularmente del abogado. Y claro, es cosa sabida que este gobierno se especializa en poner restricciones a los abogados”.
Hay mucha oposición a la represión de Lynne Stewart, por ejemplo, las más de mil cartas que abogados defensores y otros le han mandado al juez. El 16 de octubre, frente al tribunal, cientos de simpatizantes corearon enérgicamente “¡Libertad para Lynne Stewart! ¡No al estado policial!”. La noche anterior, 700 personas se reunieron en la iglesia Riverside para apoyarla.
Lynne Stewart se ha dedicado por muchas décadas a la lucha contra la represión y la opresión, y hoy es uno de los extraordinarios “abogados del pueblo” de este país, siguiendo la tradición de William Kunstler y Clarence Darrow. Por eso el gobierno de Bush quiere silenciarla y, por eso también, tenemos que impulsar la lucha para que Lynne Stewart no pase ni un minuto en la cárcel.
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Revolución #67, 29 de octubre de 2006
Hace poco alquilé el DVD de Atomic Cafe, una película de 1982 de Kevin Rafferty, Jayne Loader y Pierce Rafferty, sobre la celebración extraña y casi jubilosa del gobierno de la guerra nuclear. Es un documental: tiene informes periodísticos, discursos de funcionarios del gobierno, información de manuales de entrenamiento militar, películas propagandísticas y música pegajosa de los años 50. Empieza con las primeras pruebas nucleares en 1945 y termina un poco antes de la crisis de los misiles en Cuba [de 1962].
Salió durante la guerra fría, cuando mis padres eran niños. Hoy, cuando hablo con gente de esa época, cuentan que tenían pesadillas de un ataque nuclear y que hacían simulacros de bombardeos en la escuela. Recuerdo que en la escuela me enseñaron que el bombardeo atómico de Japón fue “heroico y necesario para terminar la II Guerra Mundial”. Nunca nos hablaron de los horrores de los ataques contra Hiroshima y Nagasaki ni de lo que Estados Unidos estaba dispuesto a desencadenar para ganar la guerra fría.
Lo que mi generación sí ha oído es a George Bush hablar de la “guerra contra el terror” y la “batalla en defensa de la civilización”, y despotricar contra otros países por tener armas nucleares. Pero el único país de la historia que ha soltado un arma nuclear es Estados Unidos. Hoy el gobierno de Bush se atribuye el derecho de decidir cuáles países pueden producir, probar o utilizar armas nucleares. La lógica es: todo lo que haga Estados Unidos es justificado, incluso lanzar armas nucleares, mientras que los países del “eje del mal” no tienen ni el derecho de defenderse.
Esta película da una perspectiva histórica del papel de Estados Unidos como la mayor y más peligrosa potencia nuclear del mundo. Los documentales, los discursos y la propaganda oficial muestran la glorificación de las armas nucleares. Oímos a oficiales militares describir lo hermosa y emocionante que es una explosión nuclear. Estas declaraciones contrastan con imágenes del sufrimiento y la destrucción causados por el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki.
Hay muchos momentos que nos dejan boquiabiertos, como por ejemplo cuando el presidente Harry Truman habla de la decisión de atacar a Japón: “Agradecemos a Dios que nosotros tengamos esta arma, en vez de nuestros enemigos; y rogamos que Él pueda guiarnos para utilizarla a Su manera y con Sus propósitos”. O un programa con el senador James E. Van Sant [durante la guerra de Corea] que exhorta a lanzar ataques nucleares contra varias ciudades de Corea del Norte y la región de Manchuria, en China. Dice que Estados Unidos podría “destruir” y “contaminar” a “blancos” norcoreanos.
Vemos cómo llevaron a cabo 67 pruebas nucleares en las islas Marshall en el Pacífico, en particular en la isla de Bikini, entre 1946 y 1958 (American Journal of Health). Vemos a los isleños expuestos a grandes dosis de que han perdido el pelo y tienen la piel manchada. Un corresponsal explica que esos son los únicos problemas, a menos que contraigan enfermedades en el futuro. Hoy, unos 50 años más tarde, hay un alto índice de niños que nacen muertos, abortos espontáneos, y cáncer en las islas Marshall debido a la radiación. Atomic Cafe muestra a los soldados obligados a participar en las pruebas atómicas de los años 50 en Nevada. Tienen “chapas” de radiación que determinan si “recibieron una dosis letal”, como describe un reportero.
También vemos las películas propagandísticas del gobierno para fomentar patriotismo durante la guerra fría con escenas de un ataque nuclear contra Estados Unidos. Vemos a los estudiantes que se escondían debajo de sus pupitres en simulacros de ataque nuclear. Otras películas exhortan a todas las familias a construir refugios antiaéreos. Una muestra a un niño en bicicleta con traje de radiación que le cubre todo el cuerpo y gafas protectoras oscuras que parece un extraterrestre.
Son imágenes desgarradoras. Se ve que Estados Unidos es una potencia nuclear sanguinaria, lista a atacar a cualquiera que esté dispuesto a desafiarlo. Esto es muy pertinente para entender la situación mundial de hoy, cuando es la mayor potencia militar, con el mayor arsenal de armas de destrucción masiva, y sigue amenazando al mundo.
Atomic Cafe nos abre los ojos e inquieta. Hay que verla.