Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

La Nakba: Limpieza étnica y el nacimiento de Israel

 

12 de mayo de 2008. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Con motivo del 60º aniversario de Israel, publicamos de nuevo el siguiente artículo del Servicio Noticioso del 10 de diciembre de 2007, el aniversario del inicio de la Nakba.

Los palestinos llaman lo que les pasó en 1948 la “Nakba”, que en árabe quiere decir “catástrofe”. Lo perpetraron los dirigentes sionistas que querían establecer el estado de Israel en las tierras de los palestinos pero sin los palestinos.

Durante la Nakba, a la fuerza obligaron a casi un millón de palestinos (la mitad de la población en ese entonces) a dejar sus tierras, aldeas y hogares, a huir con lo que podían cargar. A muchos los violaron, torturaron y masacraron. Para asegurarse de que no habría nada a que volver, arrasaron casi por completo las aldeas, olivares y naranjales de los palestinos. Cuando la Nakba terminó, había ocurrido 31 matanzas documentadas y probablemente otras. Desterraron a 531 aldeas y 11 barrios urbanos.

Cambiaron los nombres de aldeas y caminos al hebreo. Destruyeron mezquitas e iglesias cristianas antiguas. Levantaron parques, pinares (árboles no nativos de la región) y colonias israelíes encima de muchas antiguas aldeas palestinas. Todo eso tuvo por objeto eliminar todo rastro físico de que las tierras que pertenecían a los palestinos y dar por concluido definitivamente la Nakba.

¿Cuántas veces se ha discutido acerca de la situación de los palestinos con defensores de la existencia del estado israelí y escuchado el argumento de que el problema se debía a la intolerancia palestina a los colonos judíos? ¿Cuántos individuos saben, o admiten, que desde el principio el sionismo se puso a expulsar de manera permanente a los palestinos de sus tierras? En muchos países occidentales, la negación de la Nakba es tan obligatoria como lo es la denuncia del rechazo del Holocausto. ¿Cómo pasó eso?

La limpieza étnica de Palestina, de Ilan Pappé, un historiador israelí y conferencista de la universidad de Haifa, explora los años de la Nakba (Barcelona: Crítica, 2008). La premisa es que la Nakba no era sino un acto de limpieza étnica, por derecho internacional considerado un crimen de lesa humanidad. Para sustentar esta teoría, el autor da varias definiciones de diferentes fuentes actuales, como “una zona de diversas etnias que se está convirtiendo en un espacio étnico puro”. Ilustra cómo la matanza y/o la expulsión forzada de los armenios en Turquía, de los tutsis en Ruanda y de los croatas y bosnios en la antigua Yugoslavia es similar a lo que los sionistas hicieron en gran escala contra los palestinos en 1948 y que aún hacen hoy. Pappé traza una conexión entre la limpieza étnica y el colonialismo tal como sucedió en América del Norte y del Sur y en África y Australia.

Su investigación se basa en tres fuentes primarias: material recién desclasificado (años 1990) de los archivos del ejército israelí, el diario de David Ben-Gurion que incluye balances de muchas de sus reuniones, una nueva lectura del viejo material de hemeroteca por el prisma del paradigma de la limpieza étnica y el extenso análisis de los archivos de la historia oral de Palestina…

Las primeras colonias sionistas se fundaron en 1878, cuando Palestina, al igual que una buena parte del Medio Oriente, era una parte del Imperio Otomano. En 1917 al terminar la I Guerra Mundial y vislumbrase la derrota de los otomanos, el ejército inglés invadió a Palestina y la ocupó. En ese mismo año, el noble inglés Balfour lanzó la Declaración de Balfour, que prometió un “hogar nacional” para los judíos en territorio palestino aunque según la mayoría de las fuentes, los judíos constituían a lo máximo sólo el 8 % de la población y aún menos según algunas estimaciones. La Liga de Naciones avaló la ocupación inglesa dándole un mandato para gobernar a Palestina. En 1938 estallaron fuertes combates entre los judíos y los palestinos. Las bombas de la organización militar sionista Irgun dejaron 119 palestinos muertos; las bombas palestinas dejaron ocho judíos muertos. En 1947 Gran Bretaña le dijo a la recién establecida Organización de las Naciones Unidas que se retiraría de Palestina. En noviembre del mismo, la ONU formalizó el plan de dividir a Palestina en dos estados. En diciembre de 1947 los sionistas emprendieron las expulsiones en masa de los palestinos. Cuando los ingleses se retiraron en mayo de 1948, los sionistas declararon la independencia. La Nakba continuó hasta los primeros meses de 1949.

El libro de Pappé revela cuán meticulosamente el movimiento sionista planeó y ejecutó la toma de tierras palestinas y el destierro (por la fuerza y el terror) de su población, y luego la negó y mintió al respecto. Sitúa en su contexto histórico los planes israelíes contra la minoría palestina en Israel así como en Cisjordania y Gaza, pone las cosas en claro acerca de las verdades que conceptualizan la situación de los palestinos hoy. Pappé menciona de paso el papel de Theodor Herzl, el fundador del movimiento sionista a fines del siglo 19, a fin de ilustrar cuán profundamente arraigado estaba el concepto de la “transferencia” de la población originaria y que la manera en que la mayoría de los israelíes ve hoy el “problema demográfico” es una continuación de la propuesta excluyente original de los sionistas. Un mapa de 1919 ilustra claramente las intenciones sionistas de apoderarse de toda Palestina. Los ideólogos de Herzl declararon que “fuereños” vivían en su tierra bíblica y por fuereño quería decir todo el que no era judío, aunque la mayoría de los judíos de Palestina se había ido después de los tiempos romanos. Además, una reciente encuesta demostró que el 68% de los judíos israelíes quiere que los palestinos que son ciudadanos de Israel sean “transferidos”.

Muchas denuncias del libro se refieren a David Ben-Gurion, uno de los cerebros y principales impulsores del proyecto sionista y la limpieza étnica que lo impuso. A partir de mediados de los años 1920, Ben-Gurion era el ministro de Defensa extraoficial (o ministro de Guerra) del aún no oficialmente establecido estado y más tarde primer ministro fundador. Trabajó en el mundo y en la región para organizar a otros sionistas para que apoyaran sus métodos y metas. La limpieza étnica se discutió por primera vez en su casa con un grupo de elementos de seguridad y expertos en “asuntos árabes” (judíos que crecieron en la región y que hablaban árabe) quienes asesoraran a futuros gobiernos de Israel (Pappé lo llama la Consultoría). Sus ideas para el establecimiento de un estado sionista eran ambiciosas y estratégicas. Consideraba que solo se podía lograr por medio de la fuerza, pero que los sionistas tenían que esperar el momento histórico oportuno para poder abordar “en términos militares” (como Ben-Gurion dijo) la realidad demográfica en el terreno: la presencia de una población originaria no judía mayoritaria. Cuando en 1937 los ingleses le ofrecieron un futuro estado a la comunidad judía (en un porcentaje mucho más pequeño de tierra que la ONU le dio en 1948), lo aceptó como un buen comienzo porque formalizó la idea. Tenía planes mucho más ambiciosos. En 1942 Ben-Gurion proclamó públicamente el plan sionista de tomarse toda Palestina, pero más tarde se dio cuenta de que el plan no era realista y que el 80 % sería suficiente para un estado israelí viable.

El libro menciona un importante proyecto estratégico guiado por Ben-Gurion: el “proyecto de aldeas” de mapear todo el territorio palestino. Con fotografía aérea, se registraron los detalles de cada aldea palestino: las rutas de acceso, la calidad de la tierra, las fuentes de agua, las principales fuentes de ingresos, la composición socio-política, las afiliaciones religiosas, los nombres de los muhktars (jefes tradicionales de las aldeas), la relación con otras aldeas, la edad de cada hombre y un índice de la “hostilidad” hacia el proyecto sionista basado en aquellos que participaron en la revuelta de 1938 contra la política británica de permitir el aumento de la migración de los judíos a Palestina (entre ellos quienes habrían matado a judíos).

Aquellos que trabajaron en el mapeo de las aldeas comprendieron que este banco de datos no era solamente una actividad académica de geografía. Un individuo quien participó en una de estas operaciones para recabar datos en 1940 recordó muchos años después: “Teníamos que estudiar la estructura básica de la aldea árabe. O sea, la estructura y la mejor forma de atacarla... cómo acercarse a la aldea desde arriba o acercársele desde abajo. Teníamos que capacitar a nuestros ‘arabistas’ (los orientalistas quienes operaban una red de colaboradores) para trabajar con informantes”.

El libro describe otra inquietud de Ben-Gurion y la Consultoría: el “equilibrio demográfico” entre judíos y árabes en Palestina. Cuandoquiera que una mayoría de palestinos vivía en una zona, se le consideró un desastre. Se adoptó un plan público para fomentar la mayor inmigración judía. Pero los judíos que iban a Palestina desde los años 1920 prefirieron vivir en las zonas urbanas donde vivían judíos y palestinos en igual cantidad, mientras que en el campo vivía y trabajaba una abrumadora mayoría de palestinos. Los sionistas entendieron que la inmigración no contrarrestaría a la mayoría palestina y que otros medios serían necesarios. En 1937 Ben-Gurion le dijo a su cábala que la “‘realidad’ de una mayoría palestina obligaría a los colonos judíos a usar la fuerza para concretar el ‘sueño’: una Palestina completamente judía”. “Tenemos que ver claramente la severidad y la particularidad de esta nueva realidad. Tal configuración demográfica cuestiona nuestra capacidad de mantener la soberanía judía”. “O se puede arrestarlos en masa o expulsarlos. Más vale expulsarlos”.

Cuando los ingleses decidieron salir en 1947, el problema de Palestina pasó a la ONU, que, como los británicos, aceptó los reclamos sionistas sobre el territorio palestino y que la partición de Palestina era la mejor manera de resolver el problema. Aun cuando se aceptara la lógica sionista, una partición según la población relativa habría dejado menos del 10 por ciento del territorio para un Estado judío. Pero después de largas negociaciones, la Resolución de Partición 181 de noviembre de 1947 de la ONU les dio el 56 por ciento de Palestina a los sionistas. Jerusalén, a causa de su importancia religiosa al judaísmo, al cristianismo y al islam, se conservó como ciudad internacional, pero una buena parte de las tierras más fértiles quedaron en la parte sionista. Aunque decepcionado de nuevo, Ben-Gurion apreció el reconocimiento internacional al Estado judío e ignoró la sección que estipuló cuánto y cuál territorio. Declaró que las fronteras de Israel “se determinarán por la fuerza y no por la resolución de partición”. Ben-Gurion eludió con habilidad la mínima oposición mundial que había a sus planes. Aunque los sionistas decían públicamente que apoyaban la Resolución, en el país empezaron a ejecutar sus propios planes. El fenómeno de ignorar las negociaciones “antes de que se secara la tinta” llegó a ser una característica de las negociaciones posteriores y actuales de Israel.

Pappé cuenta que los dirigentes árabes se opusieron a la partición de Palestina y boicotearon las negociaciones de la ONU. Se negaron a participar porque la división de sus tierras con una comunidad de colonos (entonces un tercio de la población, que tenía sólo el 6 por ciento de la tierra y que desde hace mucho había proclamado que quería desarabizar a Palestina) era ilegal e injusta. La Resolución 181 generó gran ansiedad en el seno de los palestinos, pues veían venir el choque con los sionistas. Se inició la matanza en diciembre de 1947, antes de que los ingleses dejaran Palestina.

Pappé describe la combinación de planificación meticulosa e iniciativas “no autorizadas” de los grupos militares terroristas, como el Irgun, la pandilla Stern y las Palmach (unidades de comandos especiales pioneros en la construcción de las colonias judías). Con un grupo de militares y civiles, con algunas figuras conocidas como Moshe Dayan (un jefe militar quien era comandante del ejército durante la crisis del Suez de 1956 y ministro de Defensa durante la guerra de seis días de 1967) y Yitshak Rabin (un general y dos veces primer ministro, asesinado en 1995), Ben-Gurion estableció y dirigió los planes para preparar a las fuerzas militares de la comunidad judía para una ofensiva contra los palestinos. El Plan C (una versión revisada del Plan A y B) detalló las acciones a tomarse: matar a los líderes políticos palestinos y a aquellos quienes los apoyaban económicamente, matar a los palestinos que actuaban contra los judíos matando a funcionarios y oficiales, atacar a aldeas que parecían más combativas y podrían resistir los futuros ataques del ejército israelí, y dañar las fuentes de sustento de los palestinos. Luego, se trazó el Plan Dalet (o Plan D), el plano para la expulsión sistemática y total de los palestinos de su patria. El Plan D describió así las operaciones: “Destruir aldeas (prendiéndoles fuego, volándolas con explosivos y sembrando minas en los escombros) y sobre todo esos centros de población que son difíciles de controlar de manera constante; o lanzando operaciones combinadas según los siguientes lineamientos: cercar a las aldeas y llevar a cabo allanamientos. En caso de resistencia, hay que eliminar a las fuerzas armadas y expulsar a la fuerza a la población del territorio del estado”.

En el curso de llevar a cabo el Plan D, lo que le inquietaba a los dirigentes sionistas no era tanto la resistencia de los palestinos u otros árabes quienes pudieran acudir en su defensa, porque los Estados árabes oponían una resistencia a medias y sus soldados tenían pésimo entrenamiento y armamento. Públicamente los dirigentes sionistas deliraban acerca de la posibilidad de un “segundo Holocausto”, esta vez proveniente de los árabes, pero en secreto bien sabían que a la retórica de guerra de los estados árabes no la complementaban preparativos serios en el terreno. En muchos casos, los soldados árabes ignoraron a los vacilantes oficiales de los ejércitos de los estados árabes y tomaron la iniciativa y combatieron con valor en defensa de los palestinos. Los dirigentes sionistas temían principalmente al ejército inglés. Pero mientras que aún estaba en Palestina, el ejército inglés raras veces intervenía contra las matanzas, aun cuando la población árabe de la región le suplicaba.

Las expulsiones empezaron en diciembre de 1947, en aldeas y pueblos más grandes. La siguiente descripción condensada proviene del libro de Pappé sobre lo que pasó en Haifa a la vista de los ingleses. El día después de la resolución de la ONU, el Hagana (el grupo militar principal que llegaría a ser el ejército israelí) y el Irgun (una escisión inicial del Hagana, encabezado por el futuro primer ministro Menachem Begin, que más tarde también llegó a ser parte del ejército) lanzaron una campaña de terror contra los 75.000 palestinos de Haifa. Los colonos judíos quienes se habían establecido ahí en los años 1920 y vivían en las colinas alrededor de la ciudad participaron en los ataques con las unidades militares sionistas.

Usaron varias tácticas. Una andanada de bombardeos y fuego de francotiradores cayó sobre los palestinos; se vertió una mezcla de petróleo y combustible en los caminos y se le prendió fuego; se rodaron barriles llenos de explosivos hacia las zonas palestinas. Cuando los palestinos apanicados salieron a apagar los incendios, se les roció con fuego de metralleta. Algunos judíos que se hacían pasar como palestinos llevaron carros llenos de explosivos a los talleres de reparación de los palestinos y los detonaron. En una refinería en Haifa, judíos y árabes habían trabajado hombro a hombro y tenían una larga historia de solidaridad en su lucha por mejores condiciones laborales contra sus patrones ingleses. El Irgun, que se especializaba en echar bombas contra muchedumbres árabes, lo hizo en esta refinería. Los obreros palestinos reaccionaron matando a 39 obreros judíos, una de las peores y una de las últimas escaramuzas de represalia en ese período. Luego, las unidades del Hagana fueron a uno de los barrios árabes de Haifa, Wadi Rushmiyya, expulsaron a los habitantes y volaron las casas con explosivos. El ejército inglés miró hacia otro lado mientras que se cometían estas atrocidades. Dos semanas después, las Palmach fueron al barrio Hawassa de Haifa, donde alrededor de 5.000 de los más pobres árabes vivían en pésimas condiciones. Volaron con explosivos las chozas y la escuela, lo que obligó a la gente a huir. Pappé considera este incidente como el comienzo oficial de la operación de limpieza étnica en la Palestina urbana….

Bajo el pretexto de las iniciativas del mundo árabe de rescatar a los palestinos, Ben-Gurion azuzó los temores en la comunidad judía y los cultivó con tanto esmero que superaron cualquier oposición que estas tácticas engendrarían. La “seguridad” del estado judío (entonces como hoy) llegó a ser el avasallante temor que permitió que muchos israelíes y gente de fuera del país pretendieran no ver qué hacían los dirigentes sionistas y en qué constituía su plan.

Antes de marzo de 1948, los dirigentes sionistas aún presentaban sus actividades como represalias contra acciones hostiles árabes. Pero dos meses antes de la retirada de los ingleses, declararon abiertamente que se apoderarían del territorio y que expulsarían a la población originaria por la fuerza. Cuando los ingleses se fueron en mayo, los sionistas declararon su estado. Estados Unidos y la Unión Soviética lo reconocieron oficialmente. Avanzaron a todo vapor las crueles expulsiones y la palabra “venganza” ya no se refería a lo que hacían las fuerzas militares israelíes. Ben-Gurion dijo: “Cada ataque tiene que llevar a la ocupación, la destrucción y la expulsión”. Ya no era necesario distinguir entre el “inocente” y el “culpable”. Los ataques preventivos y los daños colaterales llegaron a ser aceptables y necesarios.

Deir Yassin

En una colina al oeste de Jerusalén estaba la aldea de Deir Yassin. La matanza ahí es conocida por todo el mundo pero cabe mencionarla como reflejo de la naturaleza sistemática del Plan D aplicado a cientos de aldeas por toda Palestina. Pappé describe que el 9 de abril de 1948 soldados judíos irrumpieron en la aldea y rociaron las casas con fuego de metralleta y masacraron a mucha gente. “A los aldeanos que quedaban los juntaron en un lugar y los masacraron a sangre fría, maltrataron los cuerpos, y a varias mujeres las violaron y luego las mataron”.

“Fahim Zaydan, quien entonces tenía doce años, recuerda cómo asesinaron a su familia: ‘Nos sacaron uno por uno; balearon a un anciano y cuando una de sus hijas lloró, a ella también la balearon. Después, llamaron a mi hermano Muhammad y lo balearon ante nosotros, y cuando mi madre gritó y se inclinó sobre él, con mi pequeña hermana Hudra que aún amamantaba en los brazos, también la balearon’.

“A Zaydan también lo balearon, mientras estaba parado en un grupo de niños que los soldados judíos habían alineado contra una pared, a los cuales habían rociado con balas ‘por diversión’, antes de irse. Tuve suerte de sobrevivir”.

Cuando entraron a las aldeas, las destruyeron y juntaron a los aldeanos. Tomaron decisiones acerca de a quién dejar vivir y a quién matar. Agentes de inteligencia en el terreno ayudaron a los oficiales militares en esta tarea. Los agentes, con la ayuda de colaboradores de la localidad (espías encapuchados), identificaban a diferentes individuos para el jefe de los agentes.

Israel y los palestinos hoy

Como resultado de la Nakba, ahora hay casi 4.5 millones de palestinos dispersos por todo el mundo, además de 1.4 millones bajo ocupación militar israelí en Cisjordania y 1.3 millones en Gaza, un territorio desértico anteriormente poco poblado donde hoy viven refugiados hacinados en campamentos y aldeas. Aproximadamente 1.5 millones de palestinos siguen viviendo en Israel como ciudadanos de segunda. La población judía de Israel es de unos 5.5 millones. El estado sionista hoy ocupa aproximadamente el 78 % de la Palestina histórica, sin contar el creciente numero de colonias israelíes en Cisjordania. Esto no tiene ningún paralelo en el mundo: un estado que se ha construido deliberadamente, desde el principio, para un pueblo, una cultura, sobre bases religiosas y sin fronteras permanentes formales.

El argumento de Pappé de que la Nakba era un acto de limpieza étnica es convincente. El plan sionista de castigo consciente transformó la geografía humana y física de Palestina a fin de borrar la historia y cultura de Palestina y así negar cualquier reclamo futuro que los palestinos pudieran hacer en defensa de sus tierras. En los años desde la Nakba, la máquina de muerte que es el ejército israelí ha continuado su trabajo sucio. Pappé enumera lo siguiente: en Kfar Qassim en octubre de 1956 las tropas israelíes masacraron a 49 aldeanos que volvían de sus campos. Qibya en los años 1950; Samoa en los años 1960; las aldeas de Galilea en 1976, las masacres en los campamentos de refugiados Sabra y Chatila en el Líbano en 1982, Kfar Qana en 1999, Wadi Ara en 2000 y el campamento de refugiados de Jenín en 2002. No ha parado la matanza de palestinos por Israel.

Pappé concluye el libro con la esperanza de que los israelíes se despierten de su torcida aspiración a retribuciones, abandonen el racismo y el fanatismo religioso y que tomen conciencia de la verdad que cuenta el libro. Piensa que no aceptar el derecho de los palestinos a regresar es lo mismo que seguir defendiendo el enclave de apartheid “blanco” y la Fortaleza Israel. Dice que los palestinos y los judíos coexistieron en paz antes del Nakba y aun hoy muchos tienen fuertes lazos sociales. Eso muestra que los dos pueblos pueden vivir en armonía. Llama a transformar a Israel en un estado laico y democrático.

El libro de Pappé no trata el papel central que Israel ha estado jugando como bastión de los intereses imperiales norteamericanos en el Medio Oriente. Sin el apoyo militar y político del gobierno estadounidense y sin el apoyo económico sin precedente que es tan medular para la sociedad israelí y su estilo de vida ($3 mil millones al año de ayuda del gobierno estadounidense, y el dinero de particulares que alienta el gobierno estadounidense), Israel no sería lo que es hoy, si por caso existiera. No obstante, por su precisión histórica y como recordatorio vívido de la tragedia de la Nakba, vale la pena leer el libro.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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60 años de Israel: De mal en peor

12 de mayo de 2008. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. (Traducción de Revolución.) Mientras que Israel observa el 60º aniversario de su fundación, el sentimiento entre muchos israelíes es más agrio que festivo.

Hay un gran malestar, o algunas personas dicen, una crisis, en Israel, aunque no se trata de un posible hundimiento. El patriotismo de una sociedad privilegiada, el egoísmo amoral de sus ciudadanos y el fervor religioso místico y sanguinario se contienden y se combinan en una maraña hirviente, cínica y a menudo infeliz.

En el número de mayo de la revista estadounidense The Atlantic, en un artículo sobre un sentimiento sombrío en Israel que se ventilaba ampliamente allí, Jeffrey Goldbert intenta explicar por qué los israelíes deben estar regocijándose, aun si no lo estén.

“Su país es, casi sin duda, un éxito asombroso. Tiene una economía grande, sofisticada y creciente (tuvo un producto interno bruto el año pasado de $150 mil millones); las mejores universidades y centros médicos del Medio Oriente; y una ciudad importante, Tel Aviv, que es un centro de arte, moda, cocina y alta cultura que abarca una bella playa mediterránea. Israel se ha mostrado, con excepciones notables, versado en la autodefensa, y capaz (si bien con imperfecciones) de proteger los derechos civiles en tiempos de guerra. Se hizo un centro mundial de sabiduría y autoexpresión judías; su fuerza ha hecho más resueltos a los judíos alrededor del mundo; y, de más importancia, ha absorbido y otorgado ciudadanía a millones de judíos previamente empobrecidos y desposeídos. Puede ser que el sionismo sea el movimiento de liberación nacional más exitoso del siglo 20”.

Esta tentativa de hacer una descripción encomiosa omite dos cuestiones básicas: ¿cómo los sionistas inventaron a Israel y cómo llegó a ser un “éxito asombroso”?

Primero, veamos la última frase. El sionismo jamás era un movimiento de liberación nacional. Desde hacía casi dos mil años que los judíos del mundo no han sido un pueblo unido. Ni siquiera tenían una lengua cotidiana en común. El hebreo era para judíos lo que el latín era para los católicos y el árabe para los musulmanes no árabes. Era una lengua de las escrituras y la religión. La imposición de esta lengua muerta significó el triunfo de una cultura “europea” concientemente racista y colonialista sobre las culturas muchas más vivas y diversas de los judíos de habla yídish, árabe y ladino que fueron a Israel. (El yídish, o “el judío”, y el ladino son idiomas afines al alemán y al español, respectivamente).

Para crear a Israel, los sionistas expulsaron a la mayoría de los habitantes originarios. Para mantener a Israel como un estado judío, hoy el ejército israelí tiene a millones de integrantes del pueblo originario y sus descendientes presos en la cárcel al aire libre de la Gaza, y, en Cisjordania, acorralados por colonias judías y colonos rabiosamente racistas y violentos; cercados por carreteras de importancia estratégica militar exclusivamente para los judíos; con 562 puntos de inspección humillantes que dividen a comunidades palestinas; columnas de tanques y equipos merodeadores de comandos que entran cuando quieren; y 254 kilómetros de un muro de apartheid.

¿Dónde está la liberación en esto?

El componente “nacional” en todo eso es el punto de vista de “mi nación” primero (sea construida real o artificialmente). Este es un punto de vista que toda revolución que ha tenido que pasar por la liberación nacional como parte de la revolución mundial tiene que superar.

En cuanto a cómo el movimiento sionista ha logrado hacer a Israel lo que es hoy, el pueblo israelí ha tenido poco que ver con ello. Si nadie se hubiera metido, tal vez Israel sería hoy un país agrícola mucho más pequeño y pobre, si siquiera existiera.

La mano que hizo rico y poderoso a Israel pertenece al Tío Sam, Estados Unidos.

“En las últimas décadas, especialmente desde la guerra de seis días de 1967, el eje de la política mesooriental de Estados Unidos ha sido su relación con Israel.... Desde la guerra de octubre de 1973, Washington ha dado a Israel un nivel de apoyo que eclipsa lo que da a cualquier otro estado. Ha sido el recipiente de asistencia anual directa económica y militar más grande desde 1976 y es el recipiente más grande en total desde la Segunda Guerra Mundial, de un total de mucho más de $140 mil millones (en dólares de 2004). Israel recibe cerca de $3 mil millones en asistencia directa cada año, aproximadamente un quinto del presupuesto [estadounidense] de ayuda exterior, y equivale a unos $500 por año para cada israelí. Esta generosidad es especialmente llamativa puesto que Israel ya es un estado industrial rico con un ingreso por persona más o menos igual a Corea del Sur o España....

“Se requiere que la mayoría de los recipientes de ayuda dada para propósitos militares gaste toda la ayuda en Estados Unidos, pero a Israel le permiten usar aproximadamente 25% de su ayuda para subvencionar su propia industria de defensa. Es el único recipiente que no tiene que explicar cómo gasta la ayuda.... Además, Estados Unidos ha suministrado a Israel casi $3 mil millones para desarrollar sistemas de armas, y le ha dado acceso a armamento muy sofisticado como los helicópteros Halcón Negro y los cazas F-16. Por último, Estados Unidos le da a Israel acceso a inteligencia que niega a sus aliados de la OTAN y se ha hecho de la vista gorda ante la adquisición por Israel de armas nucleares.

“Washington también le da a Israel constante apoyo diplomático. Desde 1982, Estados Unidos ha vetado 32 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que criticaban a Israel, más que el total de vetos de los demás miembros del consejo. Obstruye los esfuerzos de los estados árabes de poner el asunto del arsenal nuclear de Israel ante la Agencia Internacional de Energía Atómica. Estados Unidos acude en ayuda a Israel en tiempos de guerra y toma partido con él en las negociaciones de paz.... Por último, la ambición de la administración de Bush de transformar al Medio Oriente tiene la meta al menos en parte de mejorar la situación estratégica de Israel”. (John Mearsheimer y Stephen Walt, “La camarilla de cabilderos de Israel”, London Review of Books, marzo de 2006, en www.lrb.co.uk. A los autores académicos, que dicen que apoyan los intereses de Israel como de Estados Unidos, los han perseguido por denunciar con tanta contundencia la relación entre ambos países.)

Si bien los israelíes han logrado una vida económica cómoda, como concuerdan el artículo de The Atlantic y otros reportajes, “el estado de ánimo en Israel es peor que la situación”.

No se trata solamente de que hayan acusado al primer ministro israelí Ehud Olmert de haber aceptado sobornos de un hombre de negocios estadounidense, la cuarta denuncia de tal clase de la que lo han acusado. Los políticos israelíes de peso han sido corruptos desde hace mucho tiempo, por ejemplo los ilustres predecesores de Olmert, Ariel Sharon y Benjamin Netanyahu. El año pasado obligaron a dejar su puesto al presidente israelí por cargos penales, en ese caso por violar a mujeres subalternas. El caso reveló el grado en que la violación y el abuso sexual, por ejemplo de soldados femeninos por sus superiores del ejército israelí, han llegado a ser parte del tejido social.

Por todas partes en Israel se reconoce que el proyecto sionista de atraer a judíos de todo el mundo ha fracasado. Casi ha cesado la migración a Israel y el número de jóvenes que se van del país es una preocupación seria. El barniz “idealista” del sionismo laico y socialdemócrata (seudo-“socialista”) de los primeros años ahora parece tan lejos que los ahora muertos kibbutzim (cooperativas) donde los judíos supuestamente podían vivir en armonía entre sí en las casas robadas a un pueblo conquistado. A una gran cantidad de israelíes les cuesta trabajo conciliar lo que piensan de sí mismos (humanistas ilustrados, etc.) y lo que realmente son (ciudadanos privilegiados de una empresa criminal).

Otras corrientes en Israel buscan resolver esta contradicción de manera más abierta. Muchas personas, como el hombre una vez considerado el paradigma de los intelectuales progresistas israelíes, el historiador Benny Morris, cuyas investigaciones contribuyeron a destapar los mecanismos del “traslado” violento de los palestinos que acompañó el nacimiento de Israel, ahora piden explícita y fuertemente el “traslado” a otro lugar por la fuerza a la minoría árabe que queda en Israel… en el caso de Morris, a “algo como una jaula” (The New Yorker, 5 de mayo de 2008). Los palestinos con ciudadanía israelí representan el 20% de la población pero han perdido casi todas sus tierras. Últimamente los rabinos, que más y más moldean la vida pública, por ejemplo con demandas de autobuses separados para hombres y mujeres, están dictando edictos religiosos que prohíben que los judíos renten casas a los árabes. Ahora, una mayoría de los israelíes propone el “traslado” de todos los árabes que quedan a otro lugar, un punto de vista considerado extremo hace una década (International Herald Tribune, 28 de abril de 2008).

También hay un creciente sentimiento genocida entre aquellos israelíes que más reconocen lo que se requeriría para salvar al sionismo. Esto incluye a las amplias masas “religiosas nacionales” y al movimiento de colonos (aquellos que quieren “establecerse” en Cisjordania y expulsar de allí a los palestinos). Como equivalente de los Guardianes de la Revolución de la República Islámica de Irán y la milicia religiosa fanática Basijj, ya constituyen un cuarto del cuerpo de oficiales israelíes, un gran cambio desde los días en que se consideraba que el ejército era un baluarte del laicismo. La reciente amenaza de un alto funcionario del gobierno de “un holocausto más grande” (BBC, 29 de febrero de 2008) contra los palestinos es un descarado indicador de este sentimiento, especialmente teniendo en cuenta que la palabra “holocausto” (shoah) en hebreo lleva un significado profundamente religioso: una ofrenda del pueblo elegido a su dios.

El gran debate en la política y en la vida pública del Israel de hoy es “el problema demográfico”. Como pocos judíos están llegando a Israel desde afuera, se teme que en algún momento, si se permiten que los árabes se queden en Israel, el sionismo ya no pueda alegar que gobierna por medio de un gobierno de la mayoría, aun dentro de sus fronteras actuales. El mismo argumento se hace a menudo acerca de todas las tierras entre el río Jordán y el Mediterráneo, donde los palestinos ya son la gran mayoría.

El primer ministro Olmert habla con mucha franqueza sobre ello: solamente una “solución de dos estados”, de colocar a los palestinos en un lugar que no sea Israel y de mantenerlos allí, puede salvar la “democracia israelí”. Esta es la solución sudafricana, un estado de apartheid reservado para los judíos que domina a unas “patrias” palestinas troceadas e impotentes. No es una solución en absoluto para los palestinos, como se puede ver más claramente que nunca ahora en la gran prisión que es la Gaza, después de que Israel retiró a sus colonos y ejército sin ceder ni un centímetro de su dominación.

La regla fundamental de la democracia israelí es que Israel tiene que ser judío. Como cualquier regla básica sobre el carácter de una sociedad, este es un asunto resuelto por la fuerza, no por los votos. Este es el marco que ha definido lo que se considera aceptable en la sociedad israelí. Hace unas décadas, al historiador Morris le negaban trabajo en Israel hasta que, cuando le hicieron la pregunta públicamente, dijo que a pesar de sus investigaciones críticas apoyaba la existencia de Israel. Ahora, como resultado de la autocensura como de la censura, aun esa libertad de expresar ideas críticas y ese estrecho círculo de tolerancia se están achicando ante lo que se ve como un porvenir incierto.

Muchos observadores han señalado que ya no se ve el triunfalismo que caracterizó el 50º aniversario israelí hace una década. Los medios debaten los factores pertinentes: la incapacidad continua del ejército israelí de hacer que los palestinos de Cisjordania y la Gaza hagan lo que se les diga, la invasión israelí fallida del Líbano en 2006, la expectativa de que tal vez Israel ya no pueda librar guerras contra otros países mesoorientales a un reducido costo en vidas israelíes, y el deterioro de los derechos israelíes a una superioridad moral, aun entre su propia población.

Por remota que parezca en las circunstancias de hoy, ¿cuál solución salvo un estado único, laico y plurinacional, es decir, el fin de Israel, podría representar los intereses de la gran mayoría de la población ahí? Se puede decir algo con certeza: la situación actual no es sostenible.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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La nueva concepción de la revolución y el comunismo:

¿QUÉ ES LA NUEVA SÍNTESIS DE BOB AVAKIAN?

Parte II: Una filosofía para conocer, y cambiar, el mundo

 

A continuación presentamos la segunda parte del texto de un discurso pronunciado en varios lugares del país esta primavera. Se han hecho leves cambios en preparación para su publicación. Revolución publicará la charla en cinco entregas. En adelante, se colocará la charla íntegra en revcom.us.

Ahora bien, una filosofía es una manera más o menos elaborada de conocer el mundo que guía, o influye, la manera en que una persona ve su posición en el mundo y lo que piensa que se puede o se debe hacer al respecto. Si piensa que la gente es egoísta por su herencia genética, esa es una filosofía. Es una manera de entender toda la naturaleza y la sociedad, y va a guiar lo que uno piensa que se puede y se debe hacer.

Si una persona dice que no tiene una filosofía, que solo se basa en lo que funciona… bueno, lo siento pero esa también es una filosofía, es la filosofía hecha en Estados Unidos conocida como el pragmatismo. Una persona que se basa en esa filosofía, no piensa mucho en las causas subyacentes, la dinámica global que le da forma al mundo, sino que acepta el mundo tal como es y se limita a hacerle pequeños ajustes superficiales.

Y si dice que todas las filosofías no son más que “constructos sociales” de igual validez —o invalidez— para llegar a la verdad; y si hasta pone en duda la existencia de la verdad; bueno, eso también es una filosofía —el relativismo—, que está muy de moda hoy y que —desafortunadamente, aunque de manera previsible— va de la mano con una falta de convicción y firmeza en cuanto a oponerse, y luchar contra, los crímenes muy reales de los que están en el poder.

En otras palabras, la filosofía importa con respecto a lo que uno HACE.

Bueno, el comunismo también encierra una filosofía. Y en el corazón de la nueva síntesis está la labor de Bob Avakian para interrogar críticamente, o analizar, sus cimientos filosóficos… y para poner esos cimientos sobre una base más plenamente científica.

Para entender por qué es así, vamos a tener que abordar brevemente unos cuantos conceptos muy complejos. Al principio algunos de estos conceptos serán complejos y tal vez nuevos —pero tengan paciencia— todo esto tiene implicaciones sumamente importantes para el “mundo real”, y espero que eso se haga evidente.

El avance de Marx

Carlos Marx y Federico Engels fueron estudiantes del método dialéctico que desarrolló el filósofo alemán Hegel, quien había comprendido que todo en el mundo está en constante cambio y desarrollo. Ese desarrollo lo impulsan las fuerzas contrarias que a la vez coexisten y luchan dentro de todo fenómeno y proceso. Aun cuando una cosa parezca relativamente estable... en su interior hay lucha, cambio y desarrollo, y esto le da su carácter. Hegel propuso que a través de esa lucha de opuestos, un aspecto de la cosa llega a ser dominante, lo cual resulta en un salto a algo fundamentalmente nuevo.

Veamos un ejemplo, que dicho sea de paso fue desconocido para Hegel: el Sol parece una bola sólida al rojo vivo; pero en realidad es una masa de ininterrumpidas explosiones termonucleares, que transforman el hidrógeno en el núcleo del Sol en helio, lo cual genera calor y luz. Nuestro Sol pasará por etapas de desarrollo, cambiará de composición y tamaño y de la cantidad de calor y luz que genera, hasta que por fin muera y se convierta en alimento para nuevas estrellas. Es un caso de la unidad, lucha y transformación mutua de contrarios, que abre paso a algo nuevo.

Pero para Hegel, la fuente de todo desarrollo fue una esfera preexistente de ideas, que luego se desenvolvían en el mundo material. En ese sentido, en la esfera de la filosofía Hegel era un idealista. Ahora bien, en esta esfera, el idealismo quiere decir algo diferente a lo que quiere decir en el mundo cotidiano, donde el idealismo por lo general quiere decir que alguien se preocupa por algo más que sí mismo. Pero en la filosofía, el idealismo se refiere a la noción de que las ideas surgen antes del mundo material, o existen en una esfera superior independiente de ese mundo.

Por ejemplo, la religión. “En el principio ya existía el Verbo” o “todo es controlado y creado por un dios que existe en un reino diferente que no es material” o “todo mi sufrimiento es en realidad parte del propósito que Dios me ha dado”… todas estas son formas de idealismo filosófico. Otro ejemplo es el libro El secreto, que promueve Oprah Winfrey, que dice que uno mismo crea su propio mundo con lo que piense. Repito, eso es idealismo, porque en realidad el pensamiento se desarrolla con relación a la sociedad específica en la que uno nace y el puesto que uno ocupa en ella, y en el contexto de las “opciones” que te da.

En oposición al idealismo está el materialismo. Aquí también, esta palabra se usa de diferentes maneras en la vida cotidiana y en la filosofía. Hoy por lo general cuando se habla del materialismo se está refiriendo al consumismo... el amor a las joyas y cadenas de oro. Pero en la filosofía, el materialismo se refiere a la concepción del mundo que busca las causas de los fenómenos, incluidos nuestros pensamientos, en la dinámica concreta del mundo material. La conciencia es la propiedad de una forma particular de materia que piensa; o sea, los seres humanos.

En la época de Marx, el materialismo era principalmente mecanicista; eso quiere decir que los materialistas de ese entonces comprendían que se podían conocer las leyes del mundo físico, pero tendían a ver a esas leyes como si fueran un tanto estáticas y mecánicas, un universo como un reloj. Lograron entender que los planetas giraban en torno al Sol, las leyes de gravedad que explican ese fenómeno y cómo podía continuar; pero no comprendían cómo el Sol había surgido, cómo se había desarrollado, ni que morirá. Por tanto, sus ideas tenían límites y eso se reflejaba en su filosofía. No podían comprender bien cómo los cambios cualitativos —los saltos de una cosa a otra completamente nueva— podrían surgir de causas materiales.

Marx y Engels hicieron suyo el gran conocimiento de Hegel sobre la dialéctica —que todo cambia debido a la lucha de fuerzas opuestas—, y lo despojaron de su idealismo; y tomaron la concepción materialista de que la realidad existe independientemente y antes de todo pensamiento y a esta la despojaron de su carácter mecanicista. La síntesis de las dos es el materialismo dialéctico: la concepción de que todo en el mundo está cambiando y se está desarrollando constantemente debido a las fuerzas contradictorias internas, y que el pensamiento humano mismo surge de ese proceso y lo refleja.

Poner el estudio de la sociedad sobre una base científica

Aplicaron el materialismo dialéctico para poner el estudio de la sociedad humana sobre una base científica, y así desarrollaron el materialismo histórico. Analizaron, primero que todo, que los seres humanos tienen que producir las necesidades de la vida, y que para llevar a cabo esa producción tienen que entrar en relaciones entre sí mismos, o sea, relaciones de producción.

A su vez, esas relaciones de producción corresponden en líneas generales a cierto nivel de desarrollo de las fuerzas de producción, o sea, la tecnología, recursos y conocimientos que tiene la gente en una sociedad dada y en un momento dado. Con la esclavitud, la producción se lleva a cabo por medio de relaciones en las que una clase literalmente es dueña de otra. Esas relaciones de producción del sistema de esclavitud corresponden, generalmente, a la agricultura en gran escala y herramientas muy primitivas.

En el capitalismo, la producción se lleva a cabo por medio de relaciones sociales en que una clase, los capitalistas, es dueña de las fábricas, las bodegas, etc., y la otra clase principal, los obreros o proletarios, no es dueña de nada salvo su capacidad de trabajar, y tiene que venderla para subsistir. Los trabajadores no son la propiedad de los capitalistas , lo que pasa es que los capitalistas les pagan un salario cuando pueden sacarles ganancias y los despiden cuando no lo pueden hacer, como podemos ver hoy. Esas relaciones de producción corresponden a los medios de producción a gran escala que requieren una colectividad de personas para funcionar; en una fábrica, los trabajadores tienen que trabajar juntos para producir acero o tractores o lo que sea.

Tanto el capitalismo como la esclavitud son sistemas de explotación, pero las relaciones de producción son diferentes. Así que diferentes tipos de sociedades tienen diferentes relaciones de producción. Además, diferentes relaciones de producción generan diferentes tipos de gobierno, diferentes concepciones de la naturaleza humana, diferentes formas de familias, diferentes tipos de arte, diferentes concepciones de derechos y deberes, y diferentes morales.

Por ejemplo, la Biblia —incluido el Nuevo Testamento— fue escrita en una época en la que una parte importante de la producción se llevaba a cabo a través de relaciones de esclavitud. Por eso en ninguna parte de la Biblia se considera que la esclavitud es un crimen horrible contra la humanidad, con excepción de la esclavitud de los israelitas por los no judíos en el Antiguo Testamento. Y los esclavistas del viejo Sur aprovecharon eso para justificar la esclavitud.

Hoy, cuando la esclavitud ya no corresponde a los intereses de la clase dominante, el consenso político y cultural la considera horrible. Pero en cuanto a la explotación de los trabajadores por los capitalistas, y el despido de esos trabajadores cuando ya no es rentable explotarlos, se dice: “así es la vida, así es la naturaleza humana”, tal como se decía durante los tiempos de la esclavitud. Tal como hicieron los abolicionistas antes de la guerra de Secesión de Estados Unidos, pero sobre una base mucho más científica, tenemos que plantear que esas cosas NO se deben a la naturaleza humana, ni ahora ni durante la esclavitud, sino que simplemente son el resultado de las relaciones capitalistas, y tenemos que plantear nuestra moral diferente y opuesta, basada en relaciones de producción y sociales completamente distintas.

Abordemos el caso con el que empecé esta charla desde un enfoque científico e histórico materialista. ¿Qué llevó a que maltrataran a Biko Edwards y a los demás estudiantes? ¿Se trató de una “conducta indisciplinada” sin motivo? Pues hay que examinar el contexto social y la historia más amplia que desembocó en ese incidente. Hay que preguntar: ¿Cómo arrojan luz sobre esto las relaciones de producción subyacentes de la sociedad, y las maneras cambiantes, a lo largo de la historia, en que los negros se han visto obligados a encontrar su relación con ellas? Hay que analizar de una manera científica lo que ha impulsado la transformación de los afroamericanos, desde un comienzo como esclavos traídos aquí encadenados para construir la enorme riqueza de este país, y después de la guerra de Secesión como aparceros atados a las plantaciones, y luego empujados y atraídos a las ciudades principalmente como trabajadores industriales en los trabajos más explotadores y opresivos... y ahora en una situación en la que la mayoría de los afroamericanos o son esclavos asalariados o los tratan como un pueblo sobrante, y en el caso de los jóvenes negros como Biko Edwards, como delincuentes. (De nuevo quiero citar al New York Times: uno de cada nueve jóvenes negros está preso, la mayor tasa de encarcelamiento del mundo1)).

Hay que analizar las instituciones y las ideas que surgieron, se establecieron y se promovieron en cada una de estas épocas, y cómo la supremacía blanca cambiaba, pero seguía siendo muy poderosa en todas las instituciones sociales. Hay que examinar todo eso con relación a todos los demás fenómenos sociales importantes. Entonces sí, basándose en todo eso, se puede empezar a analizar científicamente de dónde vino y de dónde viene toda esa opresión, y lo que hay que hacer para acabar con ella. Ese es un ejemplo del enfoque histórico materialista.

Superar las limitaciones

Es difícil exagerar la importancia de ese descubrimiento y, en general, de los aportes de Marx al pensamiento humano y a la emancipación humana. Junto con Engels, puso los cimientos teóricos y alumbró el camino.

Pero, como es lógico, había limitaciones en cuanto a la manera en que Marx y Engels abordaron esto, y esos problemas se agravaron debido a las serias debilidades metodológicas de Stalin, quien dirigió a la Unión Soviética y al movimiento comunista internacional durante casi 30 años después de la muerte de Lenin. Lo que es peor, esos errores se cometieron precisamente cuando se necesitaba con urgencia un avance en el conocimiento. Mao, el líder de la revolución china, luchó contra algunos de esos problemas, pero luchaba contra un marco heredado y tampoco estaba libre de sus influencias. Esas debilidades tuvieron consecuencias.

Bob Avakian ha identificado y criticado a fondo debilidades en cuatro dimensiones distintas de la filosofía comunista. Estas son: 1) una mayor ruptura con formas de pensar idealistas, y hasta cuasi-religiosas, que se metieron en los cimientos del marxismo y con las que todavía no se había roto; 2) una comprensión mayor y cualitativamente más profunda de las formas en que la materia y la conciencia se influyen mutuamente y se transforman la una en la otra; 3) una crítica de una serie de problemas asociados con el pragmatismo y otras tendencias filosóficas afines; y, 4) una epistemología, o manera de llegar a la verdad, radicalmente diferente. Al hacer esto, Avakian ha puesto el marxismo sobre cimientos más plenamente científicos.

Avakian ha excavado, criticado y roto con ciertas tendencias tipo religiosas secundarias pero de todos modos importantes que existieron previamente en el movimiento comunista y en la teoría comunista, que sostienen que la realización del comunismo es una “inevitabilidad histórica”, y el concepto afín de que el comunismo es casi como el cielo, o una especie de “reino de gran armonía” sin contradicciones o lucha entre las personas.

Pero el comunismo no es inevitable. No hay una Historia “parecida a un dios”, con mayúscula, que está impulsando todo hacia el comunismo. Y si bien el comunismo acabará con los conflictos antagónicos y violentos entre los seres humanos, lo que lo caracterizará serán las contradicciones, los debates y las luchas, que se llevarán a cabo sin conflictos violentos y de hecho serán muy buenos, dado que contribuirán continuamente a entender mejor y seguir transformando la realidad de acuerdo con los intereses de la humanidad en general.

El concepto de que el triunfo del comunismo es “inevitable” y que lo impulsa la “Historia” (con mayúscula), y la tendencia de ver el comunismo como una especie de utopía, sin contradicciones y lucha, fueron muy marcados en el caso de Stalin, pero también han existido en cierta medida en el marxismo en general. En algunos aspectos importantes y en gran medida, Mao rompió con esos puntos de vista y métodos; pero lo importante es que todavía existían, incluso en el caso de Mao, un aspecto de “inevitabilismo” y otras tendencias afines, y Avakian ha continuado la ruptura con esas maneras de pensar, que dan a entender que existe cierto elemento de religiosidad en el marxismo, si bien nunca ha sido lo principal ni ha definido la teoría marxista. En esta conexión (y en un sentido general), Avakian no solo ha defendido a Mao y sintetizado sus contribuciones a la revolución y a la teoría comunista, sino que ha continuado la ruptura que Mao representó con relación a Stalin, y sobre esa base ahora Avakian ha hecho unas rupturas con ciertos aspectos del pensamiento de Mao también.

Eso NO quiere decir que la historia es solamente un revoltijo. De hecho, como dijo Marx, sí HAY una conexión en la historia, por el hecho de que las fuerzas de producción (repito, la tierra, la tecnología, los recursos y la gente y su conocimiento) se transmiten de una generación a la siguiente y están en constante desarrollo; y que cuando las relaciones que contraen los seres humanos para llevar a cabo la producción se vuelven una traba que impide el mayor desarrollo de esas fuerzas, se dan cambios grandes. Las relaciones de esclavitud del Sur que coexistieron y alimentaron durante décadas al capitalismo en el Norte se volvieron una traba para el desarrollo de ese capitalismo, y eso resultó en la guerra de Secesión.

Como dije, cambios grandes.

Hoy, la contradicción fundamental de esta sociedad es la existente entre la producción socializada (el hecho de que en estos días la gente tiene que trabajar colectivamente para producir las cosas) y el hecho de que los medios para producir esa riqueza y el producto de esos medios siguen siendo la propiedad de individuos, que los controlan y se apropian de ellos. Por un lado, esta contradicción se manifiesta en todas las diferentes formas de la lucha de clases y, por el otro lado, en el hecho de que el desarrollo solo puede proceder mediante el choque frontal, de expandir o morirse, entre diferentes bloques de capitales. Esta contradicción se presentará y seguirá presentándose una y otra vez, de diferentes maneras, para su resolución.

Ahora bien, no hay “garantía” de que esto se resuelva de una manera positiva ni de que avancemos al estilo de vida comunista que ahora es posible. Depende de nosotros y de si cumplimos el trabajo duro para desarrollar tanto nuestra concepción científica de la sociedad y la naturaleza, así como nuestra capacidad de arrancarle la libertad a los retos ante nosotros.

Como una creencia religiosa, la “garantía de que es inevitable” podría consolar y sustentar a uno, pero no es cierta y va en contra de ver la realidad tal y como es. De hecho es una traba a cómo pensar en los diferentes senderos posibles que podrían tomar el desarrollo humano, que están sujetos a verdaderas limitaciones y que en ese sentido se “determinan”, pero no corren en una dirección predeterminada.

Y el comunismo no será un paraíso, ni un reino de gran armonía; como todo lo demás, cambiará y se desarrollará a través de la resolución de las contradicciones por medio de la lucha, con la (enorme) diferencia de que esa lucha ya no se llevará a cabo violentamente, por medio de grupos sociales antagónicos, y la gente misma habrá superado el pensamiento estrecho y a veces despiadado condicionado por el capitalismo, así como el patriarcado y la opresión nacional, que ahora vemos como la naturaleza humana.

El potencial del papel, y del poder, de la conciencia

Segundo, y relacionado a eso, Avakian ha profundizado aún más la concepción del papel y poder de la conciencia. Digámoslo de esta manera: en la medida que uno comprenda de manera científica y a fondo el carácter contradictorio, complejo y de múltiples niveles, de la sociedad, con todas sus diferentes limitaciones y los múltiples senderos posibles... en esa medida aumenta enormemente la libertad que uno tiene para operar sobre esa situación y afectarla.

Antes, no solo se reconocía sino que se ponía demasiado énfasis en la importancia de la base económica (o sea, las relaciones de producción). Esa era una tendencia hacia el reduccionismo—a reducir los fenómenos complejos a una causa única y primordial, a aplanar los procesos que tienen diferentes niveles respecto a aquellos de una manera que no corresponde a la realidad y de hecho la distorsiona. Es cierto, las instituciones políticas, las ideas, la moral de la sociedad —o sea, la superestructura de la sociedad— surgen, en última instancia, de las relaciones económicas; eso es algo fundamental que comprendió Marx.

Pero esas instituciones e ideas de la superestructura tienen una vida propia relativa; además operan, y se afectan las unas a las otras, en muchos niveles diferentes que se interpenetran. No se les puede reducir de plano a brotes directamente surgidos de las relaciones de producción o las relaciones de clases. Veamos un ejemplo. El racismo blanco —la idea de que hay diferentes “razas” de seres humanos y de que los negros son una raza inferior— es un rumor falso y seudocientífico, o mentira hueca, que surgió a principios del siglo 19. Surgió de las relaciones de esclavitud y en particular de la clase de los dueños de esclavos, que lo reafirmaron. Pero tenía una influencia mucho más generalizada y llegó a ser parte integral de lo que significa ser estadounidense y de lo que significa la democracia, que es un punto que Avakian profundiza enormemente en su charla sobre la democracia jeffersoniana2. Y esa idea ha cobrado vida propia y ha afectado el pensamiento de todos y se tendrá que combatirla por derecho propio en la sociedad socialista a la vez que se arranquen sus raíces materiales.

Si bien Lenin, y especialmente Mao, hicieron aportes muy importantes a una manera más correcta y dialéctica de entender cómo “funciona” esa relación entre la base y la superestructura, ninguno comprendió con suficiente profundidad o en todos los niveles el ámbito y la fluidez de esa independencia relativa.

Romper con las tendencias pragmáticas

Tercero, ha habido otras tendencias filosóficas negativas y problemas de método, muchos de los cuales están relacionados al pragmatismo—una filosofía, como dije, que se opone a la investigación de la realidad subyacente más profunda en nombre de “lo que funciona” y que también sostiene que las ideas son verdaderas en la medida en que sean útiles. Esto último esquive la pregunta: “¿útil para qué?” y, de mayor importancia, en realidad niega el verdadero criterio de la verdad: si una idea corresponde a la realidad. La idea de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva era útil para Bush, pero eso no quiso decir que era cierto.

Estas tendencias filosóficas erróneas, especialmente las de Stalin, contagiaron y hasta impregnaron al movimiento comunista. Ahora les pediré que me permitan explicar esto, porque como dije, estas tuvieron consecuencias serias. Incluyeron el instrumentalismo, que se refiere a la aplicación de la teoría como un instrumento para justificar ciertas metas a corto plazo en lugar de un medio para indagar la verdad; el empirismo, que valora la verdad a partir de la experiencia directa y lo que se puede observar inmediatamente, en un marco estrecho; el a priorismo, que quiere decir imponerle categorías al mundo, en lugar de derivar esos conceptos del mundo tal y como es, por medio de una interacción compleja entre la práctica y la teoría; y el positivismo, un método que tiende a limitar y restringir la ciencia a describir y codificar las observaciones, y se enfoca en los criterios de la medición cuantitativa y el pronóstico.

Enfoquémonos un momento en el positivismo. Este punto de vista niega o dice que no tiene importancia el análisis de niveles más profundos de la dinámica y la dirección. Debido a eso, tiende a separar los fenómenos del contexto mayor y de diferentes niveles, y también tiende a reducir las cosas y los procesos a una sola y sencilla causa. Por ende, tiende a negar, o rechazar, las maneras en que la teoría puede y tiene que “adelantársele” a la práctica, o sea, las maneras en que un análisis a fondo de la experiencia (ampliamente concebida) puede dar una concepción más profunda de la dinámica y las tendencias subyacentes inherentes, o en potencia, en esa realidad, y abrir nuevos caminos a la transformación de esa realidad. Si la teoría no se “adelanta”, no se podría concebir nada cualitativamente diferente a lo que ya se conoce; sin eso, ¿cómo pudieron haber escrito Marx y Engels el Manifiesto Comunista?

Quiero hablar de un ejemplo un tanto de mala fama, para darles una idea de las consecuencias de enfoques metodológicos erróneos. Esto tiene que ver con un genetista de nombre Trofim Lysenko en la Unión Soviética en los años 30. Lysenko insistió en que se podía heredar las características adquiridas; por ejemplo, si eres bien delgadito, pero si desarrollas músculos levantando pesas y tomando esteroides, los hijos heredarán ese físico. Pues, ese es un punto de vista erróneo. Pero como Lysenko tenía un programa global de cómo hacer crecer rápidamente una gran cantidad de trigo en un país que sufría hambruna, y porque tuvo cierto éxito a corto plazo con injertos de plantas, se declaró que eso era cierto.

Analicemos eso. Hay pragmatismo: juzgar la verdad de una idea a partir de si “funciona” para una u otra meta a corto plazo. Hay empirismo: juzgar la verdad solamente a partir de una serie limitada de experiencias empíricas. Al contrario, hay que poner lo que uno está haciendo y aprendiendo en el contexto de lo que sabemos en todo momento que es cierto, la imagen o el modelo más completo y más acertado de la realidad objetiva. Además hay que relacionar eso con las demás pruebas pertinentes disponibles de otras fuentes. ¿Cómo cuadraban las teorías de Lysenko con lo que sabíamos que era cierto, como la teoría de Darwin y algunos de los esfuerzos para comprobarla? Si había contradicciones entre los resultados obtenidos por Lysenko y lo que hubiera pronosticado la teoría de Darwin, ¿cómo entender esas contradicciones?

Pero no procedieron de esa manera. Y los resultados fueron desastrosos —para los genetistas a quienes les negaron el derecho a trabajar y reprimieron más fuertemente en algunos casos porque no estaban de acuerdo y para las ciencias en la Unión Soviética en general, como por la manera en que enseñaron a abordar y evaluar las ideas en todas las esferas.

Veamos un ejemplo del a priorismo, así como del positivismo. Stalin suponía de manera a priorista que una vez mecanizada la agricultura y una vez, por lo general, establecida la propiedad socializada de la producción en los años 1930, dejarían de existir las clases antagónicas en la sociedad soviética. Pero la lucha continuaba. Como el “modelo” a priorista de Stalin de una sociedad socialista sin antagonismos de clase no podía explicar eso, sacó la conclusión de que toda la oposición tenía que ser el trabajo de agentes del imperialismo. Los resultados fueron dolorosos, desde numerosos ángulos.

Ahora bien, posteriormente, Mao criticó y se opuso a esto, siendo una de sus grandes contribuciones que la lucha de clases persiste bajo el socialismo, y como parte de eso, hizo muchas críticas de las tendencias filosóficas de Stalin de restarles importancia a las contradicciones o no reconocerlas. Pero esas tendencias de positivismo, instrumentalismo, etc., causaron muchísimo daño, y antes de Avakian no se les había identificado plenamente como tal ni se había roto con ellas de una manera sistemática.

El avance radical de Avakian en la epistemología

Por último, y de mucha importancia, Bob Avakian ha criticado y roto con viejos puntos de vista epistemológicos del movimiento comunista. La epistemología tiene que ver con la teoría del conocimiento, de cómo llegamos a conocer la verdad. Entre esos puntos de vista epistemológicos erróneos está la idea de que “la verdad tiene carácter de clase”. En realidad, la verdad es la verdad y los disparates son disparates, sin importar quién se lo diga. Ahora bien, el materialismo y la dialéctica como método general deberían permitir establecer mejor la verdad, en la medida que se apliquen de manera consecuente a la realidad, pero cualquiera que sea la idea que uno descubra, el criterio para juzgar si es cierta tiene que basarse en si corresponde, de una manera fundamental, a la realidad, y no la manera de descubrirla.

De hecho, resulta que quienes no usan ese método —que en realidad lo detestan— pueden descubrir importantes verdades. NO existen realidades separadas para diferentes clases y no hay “verdades” distintas para diferentes clases; no es “una onda proletaria... tú no la entenderías”. Solo existe una realidad. El proletariado como clase no tiene ningún interés en ocultar el carácter fundamental de la sociedad humana, el materialismo dialéctico e histórico corresponde a sus intereses fundamentales; pero si se reduce ese punto sumamente amplio a “la verdad tiene carácter de clase”, podría llevar a decir que no se puede aprender nada de los pensadores burgueses o de pensadores que no son ni burgueses ni parte del marco marxista, e incluso a pensar que aquellos de origen proletario tienen un conocimiento especial de la verdad.

Aquí también tenemos que aprender de la experiencia negativa de Lysenko. Echó raíces la idea de que como Lysenko procedía de las masas trabajadoras y como apoyaba al gobierno soviético... y como aquellos que se le oponían en general procedían de lo que habían sido las clases privilegiadas de la vieja sociedad, y no apoyaban al gobierno soviético... eso era una prueba más de lo correctas que eran las teorías de Lysenko. Pero el origen de clase no tiene nada que ver —o no debe tener nada que ver— con la valoración de lo correcta o incorrecta de una idea.

Tampoco es cierto que lo que determina la veracidad de las ideas es su “utilidad” en un sentido inmediato. Ese enfoque pragmático ha llevado, para ser francos, a “distorsionar” o torcer la verdad; en el caso de Lysenko, repito, declararon que su teoría era cierta porque parecía útil en un sentido inmediato.

Ahora bien, no se trata de “buscar la verdad” de una manera divorciada de la lucha para cambiar el mundo. Tampoco se trata de que “la verdad te liberará”. No lo hará, sin lucha. Pero si no se entiende al mundo de una manera más o menos correcta —si no se sabe lo que es la verdad— tampoco se liberará. Se harán cosas que no corresponden a la dinámica y las contradicciones concretas de la realidad y no se podrá transformar esa realidad, al menos no en una dirección que lo va a acercar a uno a la revolución y al comunismo.

Ese proceso supone tremenda riqueza. No se puede ni descartar ni tampoco adoptar completamente las ideas de quienes no son marxistas o son anticomunistas; hay que pasarlas por el tamiz y sintetizarlas críticamente y a menudo reconfigurarlas. Pero si uno se aparta de eso —lo que llegó a ser la “tradición” del movimiento comunista—, ¿cómo va a conocer este mundo en que vivimos, que está cambiando constantemente y generando cosas nuevas e inéditas? De hecho, se necesita el choque de ideas, se necesita el debate, contienda y efervescencia, hay que seguir senderos que no parecen “contribuir” y que podrían acabar en callejones sin salida... pero que, por otro lado, podrían ofrecer nuevas perspectivas hacia la realidad. La idea de que “la verdad tiene carácter de clase” en realidad socava y tergiversa ese proceso vital necesario.

Seamos francos. Hay verdades que, a corto plazo y en un sentido lineal, van en contra de la lucha por el comunismo, pero que, en un contexto más amplio y con el método y enfoque que Avakian está forjando, en realidad contribuyen a esa lucha. Eso abarca las “verdades dolorosas” —las verdades sobre los aspectos negativos de la experiencia del movimiento comunista internacional y de las sociedades socialistas que han dirigido los comunistas—, pero también, en general, las verdades que se descubren que, en ciertos aspectos, demuestran que la realidad es diferente a lo que pensaban los comunistas, o la gente en general.

Con respecto a la importancia de las “verdades dolorosas”, vale la pena volver a Lysenko por última vez. Tradicionalmente, los anticomunistas dicen que lo de Lysenko es un ejemplo que prueba que el comunismo inevitablemente tergiversa la verdad... y reprime a los intelectuales. Algunos comunistas se distancian del incidente Lysenko de una manera simplista, otros simplemente lo ignoran, pero por lo general no quieren “abordarlo”—desde el punto de vista de cómo los comunistas aplican correctamente el marxismo para dirigir en todas las esferas de la nueva sociedad. Avakian, al contrario, dice que hay que reconocer plenamente esta experiencia, por lo cual la ha abordado en varias obras y sacado lecciones más profundas: qué fueron los errores de método y cosmovisión que resultaron en eso... qué fue la situación que generó las presiones hacia eso... y qué tienen que hacer los comunistas para romper con ese punto de vista y, a un nivel más profundo, esa práctica, para que de veras puedan llevar al mundo a un lugar mejor.

Porque, repito, el problema no es solo “dar con la verdad”, sino de hacerlo desde un punto de vista y método plenamente científico, dialéctico materialista, y comprender correctamente la conexión entre eso y la lucha por la revolución y a la larga por el comunismo, y comprender toda la riqueza que eso implica. Reconocer la importancia de la verdad e insistir en buscarla de esa manera, libre de las consideraciones estrechas, pragmáticas e instrumentalistas de lo que parece más conveniente en un momento dado, o lo que parece concordar más con los objetivos particulares e inmediatos de los comunistas... buscar la verdad aplicando el punto de vista y método científico del materialismo dialéctico de la manera más amplia, global y consecuente con fin de abordar la realidad tal y como es y, a partir de eso, transformarla de una manera revolucionaria hacia la meta del comunismo: eso es radicalmente nuevo y representa una parte clave de la riqueza de la nueva síntesis que está forjando Bob Avakian. Ese es el significado global de lo que está concentrado en su declaración de que “todas las verdades son buenas para el proletariado… todo lo que sea verdad puede ayudarnos a llegar al comunismo”.

Se puede comparar esa declaración con “todo lo que concuerda con los intereses del proletariado y nos ayudará a llegar al comunismo es verdad”. Este punto de vista —con su contenido y enfoque pragmático e instrumentalista— ha prevalecido, de una manera desproporcionada, en la historia del movimiento comunista internacional—y, de hecho, representa lo contrario de lo que concentra la declaración de Avakian. Y esta es una parte clave de la ruptura radical que encarna su método y enfoque y de la riqueza de la epistemología que ha estado forjando y bregando para que los comunistas la hagan suya.

Repito, en la última media hora apenas he podido abordar este fundamento crucial filosófico y metodológico de la nueva síntesis. Para entender eso más a fondo, recomiendo que lean los libros Observations on Art and Culture, Science and Philosophy y Marxism and the Call of the Future Conversations on Ethics, History, and Politics3. Pero ahora quiero pasar a las implicaciones políticas de todo esto. 

1. Adam Liptak, “US Imprisons One in 100 Adults Report Finds”, New York Times, 29 de febrero de 2008. [back]

2. El audio de la charla, “Communism and Jeffersonian Democracy” (El comunismo y la democracia jeffersoniana) está en línea (en inglés) en bobavakian.net y revcom.us [back]

3. Bob Avakian, Observations on Art and Culture, Science and Philosophy (Chicago: Insight Press, 2005) y Bob Avakian y Bill Martin, Marxism and the Call of the Future: Conversations on Ethics, History, and Politics (Chicago: Open Court Publishing/Carus Publishing, 2005). [back]

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Respuesta al “discurso sobre la raza” de Obama

parte 3: Los años 60, el sistema y la verdadera solución

 

El surgimiento de Barack Obama como el más probable candidato presidencial del Partido Demócrata es un acontecimiento sin paralelo, y está atrayendo a mucha gente —a diferentes niveles— que lo consideran como un vehículo hacia un cambio positivo. Pero la campaña de Obama, como él mismo lo reconoce, tiene ambos pies firmemente plantados en la promoción y preservación de este sistema. Por tanto, nuestro argumento ha sido que no es capaz de efectuar ningún cambio importante que mejore la situación. Para los que sí quieren semejantes cambios, el hecho de que apoyen y acepten la lógica de su candidatura es dañino.

Para llegar al fondo de lo que significa el fenómeno de Obama, estamos analizando su discurso “Sobre la raza” del 18 de marzo. Fue un discurso sumamente significativo, delimitador, en el que habla sobre uno de los problemas fundamentales de la sociedad estadounidense: la historia y la realidad actual del pueblo negro. En esta tercera y última parte de nuestra respuesta a ese discurso, examinaremos el tema central del discurso sobre “superar” las “divisiones” de los años 1960. Pero antes, repasemos brevemente el tema subyacente del discurso: la invocación de la Constitución estadounidense y la promesa de una “unión más perfecta” para “nosotros el pueblo” como el camino a la igualdad.

La Constitución de Estados Unidos — Un marco flexible para la explotación y la desigualdad

Obama enmarcó su discurso “Sobre la raza”, literal y figurativamente, con la bandera yanqui y su Constitución. Dio el discurso en Filadelfia, al otro lado de la calle donde se redactó la Constitución. Empezó el discurso con las famosas palabras, “Nosotros el pueblo...”, e invoca repetidas veces a la Constitución de Estados Unidos como “una Constitución que tenía como principio central el ideal de igualdad de ciudadanía bajo la ley, una Constitución que prometió al pueblo la libertad y la justicia, y una unión que se podía y se debía perfeccionar con el tiempo”.

En la primera parte de nuestra respuesta, nos enfocamos en la alegación de Obama de que “Por supuesto, la respuesta al problema de la esclavitud se encuentra dentro de la Constitución, una Constitución que tenía en su esencia la idea de la igualdad de los ciudadanos bajo la ley, una Constitución que prometió al pueblo la libertad y la justicia, y una unión que se podía y se debía perfeccionar con el tiempo”. Como nos adentramos en la primera parte de nuestra respuesta, la verdad es que la Constitución defendió e institucionalizó la esclavitud. Representó un acuerdo entre los explotadores capitalistas del trabajo asalariado del Norte y la clase de esclavistas en el Sur; un acuerdo que fue roto décadas después cuando el conflicto entre los dos sistemas resultó en una guerra de secesión (o civil). Solo después de esa guerra se redactó la Constitución para que diga que la esclavitud estaba prohibida y que, supuestamente, los negros tenían “igualdad”.

En la segunda parte de nuestra respuesta nos enfocamos en un período fundamental de la historia de Estados Unidos que Obama casi por completo ignora en su discurso “Sobre la raza”, el período en que los negros emancipados pasaron a ser aparceros, en el que predominaba el sistema judicial Jim Crow (el sistema de segregación por ley, bajo el cual los negros tenían las peores escuelas y la peor vivienda y que les estigmatizaba), y los linchamientos. Aún con las enmiendas a la Constitución, un fallo clave de la Suprema Corte (Plessy v. Ferguson, 1896) consagró la ley de “separado pero (supuestamente) igual” y le puso el sello de aprobación de la Constitución.

En una palabra, desde el nacimiento de este país, hasta después de la Segunda Guerra Mundial, la Constitución de Estados Unidos —a la cual Obama adhiere su proyecto entero— sirve como un marco flexible para que los explotadores dominen a la mayoría de la población. Y en el meollo de eso está la capacidad de hacer cumplir las desigualdades y la opresión general del pueblo negro.

Obama y los años 1960

La gente fue atraída e impulsada a la protesta y la rebelión, todo lo cual la ponía en contacto con la política revolucionaria, en el mundo y en el país. En ese contexto, se forjó una unidad sin precedentes en el seno del pueblo. Por más que eso parezca incomprensible para quienes no participaron en todo eso (o quienes posiblemente se han olvidado lo que sabían entonces), y en desacuerdo con lo que Obama ha calificado como un legado “divisivo”, la realidad  fue que cuanto más radical y revolucionaria se volvía la lucha, tanto más se apuntaba contra el sistema, y tanto mayor se hacía la “brecha” en la sociedad entre la clase dominante y
el pueblo, tanto mayor fue la unidad que se forjó.

En su discurso, Obama tergiversa de manera radical el papel de la Constitución y su defensa de la esclavitud. Se “salta” toda una época de la historia de Estados Unidos en la que la Constitución defendió la descarada segregación en nombre de “separado pero igual”, y “regresa” a la situación de los afroamericanos en este país en los años 1960.

En el contexto de los ataques de la prensa grande contra su relación con su (ahora completamente repudiado) ex pastor, Jeremiah Wright, Obama lo usó como un medio para defender a este sistema como una fuente de “esperanza”. Dijo: “El profundo error del sermón del reverendo Wright no es que haya hablado del racismo en nuestra sociedad, sino que habló como si nuestra sociedad fuera estática; como si no se hubiera progresado; como si este país —una sociedad que ha hecho posible que uno de sus propios miembros se postule por la posición más alta del país y construir una coalición de blancos y negros, latinos y asiáticos, ricos y pobres, jóvenes y viejos— sigue irrevocablemente atado a un pasado trágico. Pero lo que nosotros sabemos —lo que hemos visto— es que Estados Unidos puede cambiar. Ese es el verdadero genio de este país. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza —la audacia de esperar— para lo que podemos y tenemos que lograr mañana”.

Y el “remate”, por así decirlo, de Obama es que ahora todos deben agruparse en torno al sistema, superar el legado de los 1960. Mejor dicho, para citar del discurso: un legado “divisivo en un momento en que necesitamos unidad; racialmente cargado cuando necesitamos unirnos para resolver una serie de problemas monumentales...”.

Al igual que su caracterización de épocas anteriores de la historia de Estados Unidos, la versión que Obama ofrece de la década de los 1960 es profundamente tergiversada. Es cierto, Estados Unidos cambió en los años 1960. Pero al respecto argumentaremos lo siguiente:

1. La posibilidad de esos cambios se dieron en el contexto de cambios económicos en la sociedad estadounidense y bajo las presiones ante el imperialismo yanqui en el mundo.

2. Las concesiones que se hicieron se debieron principalmente a las heroicas luchas de las masas populares que en lo principal fueron atacadas ferozmente por el sistema.

3. Aun cuando los gobernantes de este país hicieron concesiones en ese período a la lucha contra la opresión del pueblo negro, lo hicieron de tal manera que se estaban posicionando para sofocar la lucha contra la subyugación de los afroamericanos.

4. Hoy, como resultado del funcionamiento “natural” del capitalismo y las medidas que el gobierno toma conscientemente, en muchos respectos, la situación del pueblo negro es peor que durante la década de los años 1960.

Por último, en vez de ser un medio a través del cual se podría hacer avanzar la lucha contra la explotación y la opresión, el “verdadero genio” de la Constitución, así como del proceso electoral, y en particular el papel que está desempeñando hoy Obama, es encubrir, mientras facilita la explotación y, en ese contexto, la subyugación del pueblo negro y de otros.

Concesiones arrancadas por la lucha

Hasta después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos experimentó cambios monumentales y sin precedente. Hubo una enorme industrialización, y como resultado, entre 1910 y 1940, de 5 a 6 millones de negros huyeron de la pobreza y feroz represión del Sur para ir a trabajar en las fábricas y las ciudades del Norte y del Oeste.

La migración de los negros al Norte creó nuevas condiciones para la lucha del pueblo negro, y fortaleció los sentimientos por la rebelión. Después de la Segunda Guerra Mundial, un millón de soldados negros regresaron de unidades segregadas del ejército, habiendo tenido diferentes experiencias, con nuevas esperanzas y nuevas demandas. En las fábricas, las calles, las escuelas, en la cultura, los deportes y otras esferas de la sociedad, estallaron diferentes formas de lucha.

Al mismo tiempo, la situación del pueblo negro era una vergüenza para el imperialismo yanqui a nivel mundial, así como un obstáculo para que le arrebatara esferas de explotación a las antiguas potencias coloniales en Asia, África y Latinoamérica. Al hacer eso, Estados Unidos se estaba presentando como el “paladín de la democracia” a medida que contendía con potencias colonialistas antiguas como Inglaterra y Francia.

En esas condiciones, los gobernantes de este país hicieron unas concesiones a la lucha del pueblo negro en contra de la discriminación y la segregación. A través de una serie de fallos judiciales y medidas políticas centrados en el caso de 1954 Brown v. Board of Education (cuando la Suprema Corte revocó el fallo de “separados pero igual” que rigió por más de 50 años), se prohibió oficialmente la segregación.

La lucha del pueblo negro había estado cobrando fuerza en los años 1930 (como el movimiento de apareceros en el Sur y la lucha para liberar a los Scottsboro Boys), y se hizo aún más intensa después de la Segunda Guerra Mundial. Si bien la revocación de la segregación legal apenas raspó la superficie de la sociedad, si abrieron grietas por las que estallaron enormes luchas. Ante chusmas y gobernadores racistas que se pusieron en su camino, estudiantes negros libraron valientes luchas para integrar las escuelas. En el Sur lucharon contra impuestos municipales por cabeza, “pruebas de alfabetización”, amenazas de muerte y asesinatos para inscribirse en el padrón electoral. Los “freedom riders” —grupos de valientes activistas negros y blancos— integraron el transporte público, negándose a rendirse a pesar de feroces palizas perpetradas por la policía y hampones del KKK, palizas que en muchos casos fueron orquestadas por el FBI. Tanto en el Norte como en el Sur hubo marchas para demandar que la gente negra tuviera el derecho a vivir en las comunidades segregadas, y esas marchas también fueron ferozmente atacadas.

A medida que el movimiento por los derechos civiles crecía, también se hizo obvio que el sistema no estaba dispuesto a conceder la clase de cambios que verdaderamente hubieran transformado la situación del pueblo negro. Ante eso, la gente empezó a ver que la discriminación y la opresión del pueblo negro eran sistémicos. En cierta medida, inspirados e influenciados por la China socialista y Mao, así como por las luchas revolucionarias de Asia, África y Latinoamérica, sectores del movimiento, especialmente los estudiantes y la juventud, asumieron una política más radical y revolucionaria. A mediados y fines de la década de los 1960, surgió la lucha de liberación negra.

La lucha de liberación negra fue recibida por una feroz represión. Malcolm X fue asesinado bajo circunstancias que tenían las huellas de operaciones dirigidas por el gobierno. Cientos de militantes del Partido Pantera Negra fueron arrestados, incluyendo sus líderes, Huey Newton, Bobby Seale y Eldridge Cleaver. Muchos de sus militantes y líderes, como Fred Hampton, fueron asesinados por la policía o agentes del gobierno.

Fue a través de enormes sacrificios y luchas que en ese período se lograron importantes concesiones a la lucha por la igualdad. A mediados y fines de la década de los 1960 hubo rebeliones en las principales ciudades de Estados Unidos. En Detroit, donde en 1967 estalló la rebelión más grande, sostenida y decidida, el presidente Lyndon B. Jonson mandó a la Guardia Nacional y al ejército. Y 43 personas dieron la vida en ese levantamiento.

Ante ese ambiente, les dieron a los negros trabajos, trabajos en fábricas con sindicatos e aun trabajos en ramas del gobierno; los programas de asistencia gubernamental ofrecieron un alivio a la pobreza, y programas como Headstart ofrecieron desayunos para los niños y un lugar a donde ir después de la escuela. Financiaron programas para organizar en la comunidad, y una importante cantidad de alumnos negros pudieron matricularse en colegios y universidades. También les abrieron las puertas a negros a posiciones de la clase media, de las que anteriormente les habían privado, y también se empezó a ver caras negras en altos puestos del gobierno.

Los programas de acción afirmativa fueron importantes. Por ejemplo, estos derribaron algunas barreras sociales que habían impedido que salvo un puñado de afroamericanos se matricularan en facultades de derecho y de medicina. Y ante ese levantamiento social, en que millones de personas de todas las nacionalidades sentían fuertemente que la supremacía blanca era sistémica, estos programas representaron —por un tiempo—un cierto reconocimiento oficial de que la desigualdad era un problema social, y no simplemente un asunto de declarar igualdad para individuos fuera del contexto de la historia de opresión del pueblo negro. Por ejemplo, en 1965, el mismo presidente Johnson que mandó a soldados a matar en Detroit dijo: “No se puede llevar a una persona, que por años ha estado agobiada por cadenas, y ponerla en libertad, llevarla a la línea de arranque y decirle ‘ahora estás libre para competir con los demás’, y creer justamente que has sido completamente justo”.

Estas concesiones no fueron el producto del “camino de una unión más perfecta”, trazado por la Constitución, como dice Obama, sino que se arrancaron al sistema durante ese período.

En ese período de la historia estadounidense, la gente era impulsada a la vida política. Ya sea en los ghettos o los suburbios de las ciudades, o en las peluquerías o universidades, la gente veía por la tele que en Birmingham, Alabama, a los activistas pro derechos civiles les echaban encima perros y mangueras de alta presión, que se daban órdenes de “disparar para matar” contra los que se rebelaban en las ciudades, y que se arrojaba napalm sobre el pueblo vietnamita. La gente fue atraída e impulsada a la protesta y la rebelión, todo lo cual la ponía en contacto con la política revolucionaria, en el mundo y en el país.

En ese contexto, se forjó una unidad sin precedentes en el seno del pueblo. Por más que eso parezca incomprensible para quienes no participaron en todo eso (o quienes posiblemente se han olvidado lo que sabían entonces), y en desacuerdo con lo que Obama ha calificado como un legado “divisivo”, la realidad  fue que cuanto más radical y revolucionaria se volvía la lucha, tanto más se apuntaba contra el sistema, y tanto mayor se hacía la “brecha” en la sociedad entre la clase dominante y el pueblo, tanto mayor fue la unidad que se forjó. Por ejemplo, el Partido Pantera Negra era admirado y apoyado por millones de blancos, ya sean de la secundaria o personas destacadas en la literatura y la cultura, y muchas personas, de todas las nacionalidades, acudieron en su defensa cuando el gobierno los puso en la mira de sus ataques, personajes como Leonard Bernstein y Marlon Brando.

Concesiones, maniobras y traición

En los años 1960, pareció que el pueblo negro iba a poder tener igualdad bajo este sistema, pero no sucedió y no pudo haber sucedido. No pudo haber sucedido porque la superexplotación del pueblo negro fue (y es) crucial para el funcionamiento del capitalismo estadounidense y el lugar que ocupa en el mundo; así como porque el aglutinador social de la supremacía blanca es indispensable para la estabilidad de Estados Unidos, en el sentido de que imbuye a los blancos que no son parte de la clase dominante con la idea de un derecho y de una superioridad y para que identifiquen sus intereses con los del sistema.

Las  concesiones que se hicieron ante la feroz lucha ni siquiera se acercaron a la igualdad plena para el pueblo negro. Y las concesiones hechas se hicieron de modo que sentara los cimientos para revocarlas después en parte. Además, el funcionamiento “normal” del capitalismo —como la desindustrialización de las ciudades (como el traslado de oficios a maquiladoras en otras partes del mundo)— también operaron en contra de los avances que habían logrado los afroamericanos.

Una de las cosas que surgió como resultado de la década de los 1960 fue una mayor polarización entre los afroamericanos. Hoy, el hecho de que hay una clase media negra de consideración, y de que hasta están en la clase dominante —en la Suprema Corte, en las fuerzas armadas, el gabinete— contribuye a ocultar la naturaleza de este sistema. El propio Obama es clave para eso, al invocar que “puedo postularme para la posición más alta de este país”.

Y, el hecho de que se le ha dado cierto espacio para los negros en la clase media tiende ha hacerlos más conservadores. Pero la posición de la clase media negra siempre fue tenue; los cambios económicos que se han dado en las últimas décadas han tenido un fuerte impacto en muchos sectores económicos en los cuales se les permitió trabajar (por ejemplo, los trabajos de servicio social en los gobiernos local, estatal o federal). Los afroamericanos también están entre los más afectados por la crisis del crédito actual. Parece que cada semana la prensa pone en la picota a otro atleta o actor negro y las autoridades le levantan cargos por actividades que, si no son de plano fabricaciones, sí son parte de la vida cotidiana de los blancos ricos. Los programas de acción afirmativa y la justificación de los mismos están bajo un feroz ataque. De remate, los recientes fallos han atacado fuertemente el fallo histórico que prohibía segregación en las escuelas (ver “Suprema Corte refuerza graves desigualdades”, Revolución, 15 de julio de 2007, en línea en revcom.us).

La mayoría de los negros ha permanecida atada a los niveles más bajos de la economía: los últimos contratados y los primeros despedidos, con los oficios que menos pagan y que son los más peligrosos.

Aun las concesiones como la asistencia pública (welfare) y los programas Head Start servían para mantener a los negros en barrios segregados o, en las más de los casos, capacitarlos para hacer trabajos de salario mínimo. Y hasta hoy a las masas negras les dan vivienda y escuelas segregadas; las ridiculizan y satanizan sistemáticamente por la cultura blanca supremacista; a la merced de la brutalidad y asesinatos policiales para mantenerlos “en su lugar”. El enorme crecimiento de la población carcelaria, que empezó con la “guerra contra la droga”, a principios de los años 1970, conscientemente diseñada por el presidente Nixon como una guerra contra el pueblo negro, ha continuado bajo todos sus sucesores, Carter y Clinton incluidos, y Obama tampoco se opone a esta guerra.

Para grandes sectores de los negros, las condiciones van de lo desesperado a lo extremo. Desde principios de los años 1950, empezaron a cerrar las fábricas en las ciudades para irse a Asia y Latinoamérica en busca de nueva sangre para explotar en condiciones aún más salvajes y represivas. También está el hecho de que han traído a inmigrantes para trabajar en los mataderos y en la construcción por salarios más bajos y en peores condiciones (y a través de ese proceso, del funcionamiento del sistema y campañas conscientes para fomentar antagonismo entre los negros y latinos, han enfrentado los unos a los otros, a pesar de que las masas negras y latinas tienen un enemigo común).

Entre 1980, cuando estaban despareciendo sistemáticamente los trabajos y los servicios sociales de las ciudades, y 1997, el sistema criminalizó a millones de negros. En condiciones en que el narcotráfico fue la única opción para sobrevivir, la cantidad de personas encarceladas por delitos de droga creció 11 veces, y eso se concentró en lo extremo entre los negros, que tienen una probabilidad 8 veces mayor de ir a la cárcel que los blancos. Es más probable que un varón negro y habitante del estado de California vaya a la prisión estatal que a una universidad estatal (“Why Are So Many Americans in Prison? Race and the Transformation of Criminal Justice”, Boston Review, julio/agosto de 2007).

Lo que esto demuestra es que el capitalismo no puede acabar con la desigualdad o el sometimiento del pueblo negro ni ningún otro pueblo oprimido. Pero la revolución y el comunismo sí lo pueden hacer y lo harán. La revolución comunista apunta a acabar con todas las formas de opresión y explotación y a arrancar de raíz todas las ideas y relaciones entre las personas que refuerzan la explotación y la opresión por medio de un proceso. En lugar de cebarse de la desigualdad, como lo hace el capitalismo, una parte vital del socialismo, como transición al comunismo, será desencadenar la lucha contra todas las relaciones opresivas.

¿Qué clase de unidad necesitamos?

En su discurso “Sobre la raza”, Obama proclamó —al atacar el legado “divisivo” de los años 1960— que: “he afirmado una convicción —una convicción que viene de mi fe en Dios y mi fe en los estadounidenses— de que si trabajamos juntos podemos superar algunas de nuestras viejas heridas raciales, y que de hecho no nos queda otra alternativa si vamos a seguir por el sendero de una unión más perfecta”.

En primer lugar, hay que decir que fe en “Dios” y fe en el pueblo son dos cosas distintas. No hay un dios, y el “dios” de la Biblia es un dios que, aun a través de su supuesto “hijo”, da por sentada la esclavitud, de Génesis a Revelaciones.

Además, no hay intereses comunes de los “estadounidenses”. Para el papel y la misión de Obama el elemento central es confundir —combinar cosas diferentes como si fueran una y la misma— dos tipos de contradicciones fundamentalmente diferentes: contradicciones en el seno del pueblo (por ejemplo, entre la gente blanca común, por un lado y los negros y latinos por el otro lado; o entre negros y latinos); con contradicciones entre el pueblo y el sistema. Con sus proclamaciones a “superar algunas de nuestras viejas heridas raciales”, Obama trata de granjearse los deseos de mucha gente de todas las razas que quieren superar el racismo y las divisiones entre las personas. Pero al hacerlo, distorsiona esos deseos de modo que  canalice a la gente a apoyar al sistema que es la causa del racismo y de la opresión del pueblo negro, de los latinos y otros que son oprimidos como pueblos en este país; y a ignorar las verdaderas cicatrices y llagas abiertas y supurantes del racismo hoy en día, y que solo empeorarán hasta que las desafiemos y arranquemos de raíz.

El mensaje de Obama se está dando y a él lo están promoviendo, en un momento en que el sistema está bajo enormes tensiones y presiones. El propio Obama sitúa a su misión en el contexto de la necesidad de unidad (siendo el punto central, pero implícito, de que sea una unidad con la clase dominante), “en un momento en que tenemos que unirnos para resolver una serie de problemas monumentales: dos guerras, la amenaza terrorista, una economía en declive” y otros retos a este sistema (que él combina con una lista de retos a la capacidad de la población de sobrevivir).

Este sí es un momento de grandes retos para este sistema y su clase dominante. Pero la unidad que el pueblo necesita, para efectuar un cambio fundamental a través de la revolución, y aun antes de eso, para luchar contra el rumbo por el que va la sociedad, no es la unidad con la clase de opresores y explotadores mundiales que gobiernan esta sociedad.

En esta serie, hemos mostrado que la subyugación del pueblo negro es una parte integral del funcionamiento económico, político e ideológico de este sistema. Históricamente, al pueblo negro lo han explotado despiadadamente, en el campo y en las maquiladoras de Estados Unidos, y una cultura racista ha justificado esa subyugación. El “genio” de “nosotros el pueblo” es el espejismo de una sociedad que puede servir a los intereses de “todos”, erigido sobre la apariencia de incluir a los blancos en el sistema, en contraste con la exclusión de los negros, los latinos y los amerindios. En una palabra, la subyugación del pueblo negro es un producto del sistema capitalista, le sirve a este sistema capitalista y este sistema no podría seguir sin esa subyugación.

Por eso es que la Constitución de Estados Unidos, en la que Obama se ampara, es y siempre ha sido, un marco para la explotación, y para imponer profundas desigualdades. Aunque la constitución ofrezca una igualdad formal, superficial (una promesa raramente cumplida), nunca podría ser un instrumento para eliminar la explotación y las verdaderas desigualdades que genera.

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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TODOS somos Sean Bell

Todos somos Sean Bell… con amigos la noche antes de tu boda, de repente atacado por hombres armados que te disparan 50 veces mientras estás sentado en tu coche, desarmado, con desesperación intentas salir de este infierno de muerte... todavía esposado a la camilla cuando tus padres llegaron para identificar tu cuerpo sin vida seis horas después de que te mataron... tus asesinos uniformados absueltos porque dicen que “creían” que tenías un arma... todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema que trata a cada joven varón negro como un criminal en potencia, como blanco legítimo para matar...

Todos somos Sean Bell… nosotros a quienes acosan y hostigan por caminar por la calle con una mochila o sin razón (¡50.000 veces cada mes en Nueva York este año hasta ahora!)... nosotros que tenemos que ponernos en la posición debida o bocabajo en el suelo, y ver que nuestros ojos miren hacia abajo, que decimos “sí, señor”... y a veces aún con eso nos matan por tener un celular o dulce en la mano, girar la cabeza o solamente estar en un coche a las 4 de la mañana en una calle de Queens...todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema donde nos hostigan, encarcelan y asesinan por ser “del color equivocado”, o hablar “la lengua equivocada” o venir del “país equivocado”...

De ninguna manera se reservan la deshumanización y la criminalización para los rebeldes. El  2 de mayo, dos policías de civil con revólveres desenfundados sacaron al agente negro de más alto rango del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), el jefe Douglas Zeigler, de su vehículo deportivo utilitario oficial y se negaron a creer que él era quien les dijo que era, aun cuando él les mostró su identificación. Y la Unión de Libertades Civiles neoyorquina entabló una demanda este mes contra el NYPD de parte de Leo Blair, a quien la policía paró, esculcó y arrestó en el Bronx. Los policías le dijeron que estaban “sorprendidos” de que no fuera de los “multifamiliares”. Blair tiene una maestría de la Universidad de Columbia y es un periodista para el periódico New York Post.

Todos somos Sean Bell… donde los jóvenes varones negros y latinos de Nueva York están renuentes de salir a las protestas porque casi todos tienen antecedentes penales por puras tonterías, en este “país libre”, en este el “mejor país del mundo”... donde uno de cada nueve jóvenes varones negros está preso... donde el ICE, la Migra, lleva a cabo redadas y detenciones estilo-Gestapo a gente cuyo “crimen” es haber tenido que venir acá en una desesperada búsqueda de trabajo... donde la tortura ahora es legal... sí, todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema donde la fina y educada cháchara acerca de la libertad oculta una realidad brutal de represión...

Todos somos Sean Bell… nosotros que hemos heredado el legado del barco negrero y el árbol de linchamientos, hoy traducido en la sombra constante de los 50 disparos a algunos amigos en un coche, los 41 disparos en una entrada; del destapador de inodoros en el baño de la comisaría de policía, la estrangulación por tirar una pelota en la calle, el joven de 13 años muerto por jugar con una pistola de juguete... Todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema donde cuanto más nos dicen que las cosas han cambiado, más se han quedado igualito, o empeorado...

Todos somos Sean Bell… asistimos a escuelas secundarias donde nos entumecen la mente y nos tratan como prisioneros y donde los reclutadores militares rondan por los pasillos, en plan de alistarnos a matar a gente de otros países... a otra gente oprimida por el mismo maldito sistema que nos oprime a nosotros...

Todos somos Sean Bell… nos dicen que tenemos que “elegir” entre la vida de la calle, o buscar trabajo en un mundo de chambas sin futuro o ninguna chamba de ninguna clase... enviados a la iglesia, donde aprendemos a culparnos a nosotros mismos por la situación en que nos han metido a millones de nosotros... traídos acá por el sistema donde “opciones” y “responsabilidad personal” quieren decir aprender a doblegarnos y a vivir con cualquier infierno que el sistema elija para nosotros...

Todos somos Sean Bell… donde aquellos que ven las injusticias e intentan cambiarlas, como los maestros, doctores, artistas, abogados o gente cotidiana que no quieren hacerse de la vista gorda ante la injusticia, nos encontramos impedidos en todo lo que pretendamos... donde nosotros quienes queremos dar no podemos dar y quienes queremos vivir no podemos vivir, vivir como seres humanos... vivimos en un sistema donde solamente podemos desear que supiéramos cómo se sentiría ser libres...

Todos somos Sean Bell… todos necesitamos salir de este sistema y sus maneras de ser…todos necesitamos, intensamente, unirnos con la REVOLUCIÓN...

*****

¿Es esta una sociedad y un sistema aptos para los seres humanos? NADIE debería querer vivir en una sociedad donde este veredicto sea aceptable. No se puede permitir que esto pase sin una resistencia mucho más poderosa, de todas partes de la sociedad y de gente de muchos sectores sociales.

Algunos dicen ahora que debemos “esperar a ver” si el Departamento de Justicia va a acusar a los policías de violación de derechos civiles. Mucha gente ya “esperó” más de un año para el juicio, pues creía que esta vez, con 50 disparos; cuando el joven muerto iba a casarse y no había pistola; quizás esta vez habría una pizca de justicia del juez. Pero “esperar a ver” no hizo, y no va hacer justicia. Y esperar al Departamento de Justicia federal solamente nos apartará de lo que se necesita para decir basta para que esto PARE, ya. Este es el Departamento de Justicia que redacta dictámenes que justifican la tortura cometida en nuestro nombre. Este es el mismo departamento que declaró que todo estaba “normal” cuando revisaron el caso de los 6 de Jena, los jóvenes detenidos por protestar contra un dogal colgado frente a su escuela. Este es el mismo departamento que colaboró con los soplones del KKK para suprimir al movimiento de derechos civiles y asesinar a activistas de derechos civiles en el Sur en los años 1960. Este Departamento de Justicia está entrelazado de pe a pa con la opresión y explotación que están al centro de este sistema y es parte de imponerlas.

Otros se preguntan si la protesta valdrá la pena después de ver tantos jóvenes nuestros asesinados, una y otra vez, año tras año. Pero los policías que asesinaron a Sean Bell fueron acusados y procesados en primer lugar, entre otras cosas, porque la ira de miles recorrió las calles en los días y semanas después del asesinato de Sean, y no porque un sistema criminal de repente empezó a entrar en razón.

Hay que parar todo eso, hay que decir basta aquí mismo, ahora mismo. Nadie puede considerar como aceptable el veredicto en el caso de Sean Bell, y no se puede permitir que quede impune, sin una resistencia masiva poderosa. Ya cientos han sido detenidos en actos de desobediencia civil, resueltos a que lo “normal” no continúe. Y cientos de jóvenes negros una y otra vez se han tomado las calles de Queens en protestas combativas. Se necesita mucho más de eso, y mucha más gente de todas las edades, sectores, raíces y nacionalidades deben unirse con la juventud. Importa lo que hacemos ante esta atrocidad. La resistencia poderosa puede cambiar la ecuación en una sociedad donde demasiada gente acepta lo inaceptable. Puede dar valor a aquellos que este veredicto coloca bajo una constante sentencia de muerte, y puede hacer que mucha gente más se una a esta lucha.

Ya es hora de decir basta. Esto tiene que parar. ¡TODOS SOMOS SEAN BELL! ¡TODO EL MALDITO SISTEMA ES CULPABLE!  

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Jueves, 22 de Mayo:

TODO EL DÍA, EN LAS ESCUELAS DE TODAS PARTES, EN LAS CALLES A LAS CALLES

 

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Controversia por negativa de la Escuela de Derecho de Berkeley de despedir al “facilitador” de Bush

¡El profesor John Yoo tiene sangre en las manos!

Reggie Dylan

La publicación el 1º de abril del tristemente célebre “memorando de tortura” redactado en marzo de 2003 por John Yoo, ex abogado general del Departamento de Justicia,  ha llevado al Gremio Nacional de Abogados (NLG), al Centro pro Derechos Constitucionales, así como a muchos individuos y organizaciones como El Mundo No Puede Esperar, a demandar que lo despidan de su cátedra en la prestigiosa Escuela de Derecho Boalt Hall de la Universidad de California-Berkeley. La demanda de despedirlo (y de inhabilitarlo para el ejercicio de la abogacía y que lo procesen por crímenes de guerra) ha prendido una controversia y oposición de unos expertos y académicos en derecho que lo consideran un intento de despedirlo por sus reaccionarias opiniones políticas y, por tanto, un ataque a la “libertad académica”.

Pero la demanda de despedirlo no se debe a sus conocimientos académicos. John Yoo ha cometido crímenes de guerra. Es el principal arquitecto de la política de tortura, abierta, legal de Estados Unidos.

El memorándum de “tortura” que escribió Yoo en marzo de 2003 aconsejó al Pentágono que las leyes y tratados que prohíben la tortura y otras formas de abuso no aplican a los interrogadores estadounidenses debido a los supuestos poderes del presidente en tiempo de guerra. También aseguró al gobierno de Bush que la Oficina del Consejero Jurídico (OLC) del Departamento de Justicia no lo acusaría bajo leyes criminales estadounidenses, entre ellas estatutos federales contra la tortura, el asalto, la mutilación y el acecho, en la detención e interrogación de combatientes enemigos “ilícitos”.

Según Human Rights Watch, más de cien personas han muerto en detención estadounidense durante la supuesta guerra contra el terror. Encontró 11 casos en que la muerte resultó de la tortura, y otros conectados con la tortura. El documental premiado Taxi al lado oscuro descubre lo extendidas que son estas prácticas escalofriantes de Estados Unidos que se han calificado de “tortura a una escala industrial”. Se desenvuelve a través de la historia de un taxista inocente a quien lo interrogaron y mataron interrogadores estadounidenses en el reclusorio Bagram en Afganistán1 . Muchas otras películas y libros están sacando a la luz estos crímenes de guerra.

John Yoo jugó un papel activo, deliberado y dirigente en posibilitar todo eso. Como ayudante adjunto al fiscal del procurador general del Departamento d Justicia, escribió memorandos clave y dictó opiniones clave que asesoraban a altos oficiales del gobierno sobre la interpretación de la OLC de lo que era y no era legal.

El “Consejo de guerra” jurídico de Bush

Yoo no es el único —específicamente no el único abogado—culpable de crímenes de guerra en el gobierno de Bush. Las decisiones más importantes de política jurídica en la “guerra contra el terror” las hizo el autonombrado y selecto “Consejo de guerra”: el abogado de la Casa Blanca Alberto Gonzales; Yoo; David Addington, abogado general de Cheney; y Jim Haynes, abogado general de Rumsfeld. Para este grupo de abogados  de la cúpula, unas leyes estadounidenses e internacionales que entraron en vigor por Vietnam y Watergate eran el obstáculo que más ataban las manos del gobierno de Bush tras el 11-S. Por ende se empeñaron a crear las teorías e “interpretaciones” jurídicas para burlarlas.

John Yoo y los otros abogados asesoraron al gobierno de Bush que podía pasar por alto las leyes estadounidenses tanto como internacionales. Por ejemplo, el 1º de agosto de 2002, una opinión que escribió Yoo declaró que las técnicas usadas para interrogar a miembros de al Qaeda no violaron la Convención de la ONU Contra la Tortura, que Estados Unidos ratificó en 1994. Otra opinión que escribió Yoo conjuntamente con otro y que se publicó el mismo día contenía su tristemente famosa “reinterpretación” de lo que constituye la tortura. Según Yoo, ahora solo se podría definir la tortura estrechamente como “la intensidad del dolor que equivale al dolor provocado por una grave herida física, como la insuficiencia o la incapacidad de funcionar de un órgano vital, o incluso la muerte”. En un diálogo público con un profesor de Notre Dame, Douglass Cassel, en 2006, Yoo dijo que no hay ninguna ley que prohíba al presidente autorizar que le machaquen los testículos a un niño frente al padre para sacarle información.

El memorándum de Yoo era típico del método que han usado los asesores jurídicos de Bush: reinterpretar leyes para eliminar su efecto o hacerlas servir a las necesidades de su gobierno, sin anularlas. En este caso, no aprobaron la tortura, simplemente la “redefinieron”. Esto permitió que Bush y otros torturaran a combatientes enemigos y que a la vez declararan que “No torturamos”.

He aquí un ejemplo del papel dirigente del “Consejo de guerra”: una opinión que escribió Yoo conjuntamente con otro que se publicó el 9 de enero de 2002 concluyó que la Convención de Ginebra no se aplica a los detenidos de al Qaeda o el Taliban. Dos semanas más tarde, Alberto Gonzales firmó un memorándum a Bush que calificó la “guerra contra el terror” de un “nuevo tipo de guerra” y un “nuevo paradigma”, por el cual las “estrictas limitaciones sobre la interrogación de prisioneros enemigos” que impone Ginebra son “obsoletas”, hasta “curiosas”. Estos abogados captaban que sin Ginebra, habría mucho menos peligro de acusaciones criminales bajo la Ley Estadounidense de Crímenes de Guerra.

Ya protegido por estos argumentos jurídicos, Bush anunció el 7 de febrero de 2002 que ninguno de los detenidos en Guantánamo, sin importar si se les sospechara o no de ser del Taliban o al Qaeda, podría contar con las protecciones de la Convención de Ginebra, ni siquiera la parte conocida como el Artículo Común 32 . De nuevo con su modus operandi típico de doble faz, los asesores y funcionarios jurídicos de peso seguían diciendo que defendían de lleno la Convención de Ginebra Contra la tortura. De plano concluyeron que las protecciones de la Convención no se aplicaban a los combatientes enemigos “ilícitos” que actúan fuera del ámbito de un estado.

En testimonio ante un subcomité del Comité de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes el 6 de mayo, la profesora de derecho y presidenta del Gremio Nacional de Abogados Marjorie Cohen demostró claramente lo que sabían plenamente los asesores jurídicos de Bush: que la tortura se prohíbe en toda circunstancia y cualquier violación constituye un crimen de guerra. Explicó que la tortura, al igual que el genocidio, la esclavitud y las guerras de agresión, está sujeta al principio jurídico internacional de jus cogens, frase latina que significa “derecho más alto” o “derecho imperioso”: “Significa que ningún país puede aprobar nunca una ley que permita la tortura. No puede haber inmunidad de responsabilidad criminal por violar una prohibición de jus cogens”. Citó la Convención de la ONU Contra la Tortura: “En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como estado de guerra o amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia pública como justificación de la tortura”.

Sin embargo es precisamente lo que asesoraron Yoo y los otros miembros del Consejo de guerra que sí se podría hacer, y lo que hizo a su vez el gobierno de Bush. En referencia al memorándum de Yoo de marzo de 2003 y el previo del agosto de 2002, la profesora Cohen dijo que Yoo y otros abogaods de la OLC “escribieron memoranda a petición de autoridades de alto rango para protegerlos de acusaciones en el futuro por someter a la tortura a los detenidos”. Estos memoranda abrieron el camino para Abu Ghraib y otros crímenes, y proveeron la justificación jurídica para la tortura que ya había sucedido.

De hecho sí existe una prueba irrefutable de culpabilidad: un “Memorándum de Acción” del 2 de diciembre de 2002 titulado “Técnicas contra la resistencia”, redactado por Jim Haynes del Consejo de Guerra para la aprobación de Rumsfeld. El autor y profesor de derecho Philippe Sands, en una entrevista en Democracy Now! (Democracia ahora), el 8 de mayo, señaló que Haynes se basó en el memorándum de Yoo de agosto de 2002 para escribir ese memorando, al cual adjuntó 18 nuevas técnicas específicas que violan el Artículo común 3 de Ginebra, como el submarino. Se aprobaron en el acto todas, menos tres, y no se descartó ninguna, ni siquiera el submarino. Rumsfeld escribió a mano en el margen de este memorándum: “Estoy a favor de 8 a 10 horas al día. ¿Por qué no hay que mantenerlos parados solo 4 horas?”. En realidad, obligar a presos a estar parados durante mucho tiempo es una técnica de tortura de la CIA.

Las bitácoras que recién salieron a la luz revelan que 10 días antes de que se aprobaran estos métodos, ya empezaron a someter a un prisionero en Guantánamo a lo que serían 57 días de estos nuevos procedimientos “mejorados”.de interrogación. Y muchos de ellos ya los habían usado sístematicamente con el “detenido 063”, alias Mohammad al-Qahtani, acusado de ser el “pirata áereo número 20”. En un comunicado de prensa del 13 de mayo, el Centro pro Derechos Constitucionales (CCR), como representante de al-Qahtani, señaló que entre las técnicas de tortura “aprobadas” figuraban golpizas, privación severa del sueño combinada con interrogatorios de 20 horas durante meses seguidos; amenazas contra él y su familia; revisión corporal y desnudarse para la misma; humillación sexual; ataques con perros; posiciones sumamente dolorosas durante horas; sometimiento a bajas temperaturas y música a todo volumen durante largos períodos de tiempo; y más. Esto indica que el memorándum del 2 de diciembre de 2002 daba un aval jurídico por violaciones ya cometidas de la Ley de Crímenes de Guerra.

Muchas de estas técnicas de tortura son idénticas a las que usaron en Ahu Ghraib que al descubrirse horrorizaron al mundo, pero —según juraban las autoridades estadounidenses— eran actos no autorizados de soldados rasos aislados.

Un criminal de guerra, no un académico controvertido

La demanda de despedir a John Yoo, inhabilitarlo para el ejercicio de la abogacía y procesarlo por crímenes de guerra (en compañía de otros abogados y autoridades del gobierno de Bush) ha prendido una fuerte controversia entre unos académicos en derecho, que desafortunamente desde un punto de vista muy estrecho consideran el caso un ataque a la titularidad y la “libertad académica”, es decir, castigar a un catedrático por sus ideas, por repugnantes que sean. Unos han comparado el caso con el despido injusto en julio de 2007 del profesor Ward Churchill de su cátedra con titularidad en la Universidad de Colorado.

Pero no existe fundamento alguno para comparar la demanda para despedir y procesar a Yoo con la cacería de brujas derechista que atacó a Churchill solamente por los comentarios controvertidos que escribió tras el 11-S y los usó para despedirlo3 . El despido de Churchill es parte de una embestida contra la libertad académica y el pensamiento crítico encabezada por fuerzas reaccionarias, como David Horowitz, estrechamente vinculadas con la cúpula de poder. Como escribió el presidente del CCR Michael Ratner en el libro próximo a salir, The Trial of Donald Rumsfeld (El juicio de Donald Rumsfeld), los memoranda que escribió Yoo no eran simplemente actividades académicas. “Los escribieron abogados de alto rango en un contexto en el cual las opiniones representaban la ley gobernante y las emplearía el presidente para formular la política sobre los detenidos. No era simplemente interpretar mal el derecho sino instigar y segundar al cliente en la violación de la ley justificando la comisión de un delito con una retórica jurídica falsa”.

No sería correcto pedir el despido de Yoo si fuera simplemente un académico derechista que había escrito y expresado opiniones muy reaccionarias y repugnantes (en el curso de trabajo académico y en otras esferas), aunque aprobara la tortura. Habría que discutir con una persona de esa posición en el debate, pero hay que oponerse al despido de un profesor por sus opiniones. Sin embargo, Yoo no es simplemente un académico con ideas controvertidas. Como miembro importante del equipo de abogados del gobierno de Bush, estaba activamente involucrado en la legalización de la tortura y otros horrores.

Otro argumento que ha recibido apoyo se encuentra en la declaración del decano de Boalt Hall, Christopher Edley, Jr., en la cual se opone al llamado a despedir a Yoo. Edley, que ha tenido dos puestos en la Casa Blanca en el pasado, afirma que existe “una línea divisora compleja e indescriptible entre la formulación de la política y la aprobación de la ley”. Argumentó que cómo se comportó Yoo al dar asesoraría jurídica no es moralmente equivalente a las acciones de Rumsfeld o de los interrogadores de Guantánamo. Dice: “Sí importa que Yoo haya sido un jurisconsulto, pero el presidente Bush y los encargados de la securidad nacional que él nombró eran los que decidieron”.

Pero sí hay precedente para procesar a abogados que han jugado este tipo de papel de asesor para poner los cimientos jurídicos por posteriores delitos. Como parte de los juicios de Nuremberg que procesaron a líderes, oficiales y funcionarios nazis tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos enjuició a 16 abogados del Departamento de Justicia de Alemania por crímenes de guerra y de lesa humanidad y por militar en organizaciones criminales. No los exoneró el hecho de que no manejaban por su cuenta las cámaras de gas sino que solo crearon el marco jurídico que protegían a aquellos que sí las manejaban. (El caso, E.U. v. Josef Altstotter y otros, mejor conocido como el “Juicio de los ministros”, se hizo famoso por la película de 1961 El juicio de Nuremberg, un relato novelado del juicio.)

Philippe Sands, en su nuevo libro Torture Team: Rumsfeld’s Memo and the Betrayal of American Values (Equipo de tortura: El memorándum de Rumsfeld y la traición a los valores estadounidenses), escribe: “La acusación [en el “Juicio de los ministros”]... era que aquellos que encabezaban el sistema jurídico alemán habían ‘suprimido la ley de manera consciente y deliberada’ y contribuido a crímenes, como la tortura, que ‘se cometieron con el aval del proceso jurídico’”. El fiscal argumentó que “No por la toga puede más escaparse de su responsabilidad el hombre del sistema jurídico que el general por el uniforme”.

Sin embargo, en este país tanto el “general uniformado” como “el hombre togado” continúan escapándose de la responsabilidad de sus crímenes pasados, presentes y planeados para el futuro. El hecho de que aún no se les imputa la responsabilidad no tiene que ver con su culpabilidad. El gobierno de Bush, con su “guerra contra el terror”, ha puesto a Estados Unidos en el camino de extender el imperio y ha establecido un marco con el cual se ha comprometido la clase dominante en conjunto. Dentro de eso, hay riñas intestinas sobre cómo mejor lograr los fines del imperio, y el tema de la tortura figura en ellas.

Urge transformar esta fea realidad actual y, como parte de eso, hay que apoyar y unirse a la campaña para despedir a Yoo y responsabilizar a los criminales de guerra. No hacerlo —o peor, defender o proteger a criminales y facilitadores como Yoo hoy día, ante sus horribles crímenes— es hacerse cómplice. La falta de indignación en toda la sociedad contra la tortura a estas alturas no augura nada bueno; indica lo legítimo y lo normal que ha llegado a ser, como parte de los preparativos generales para normas facistas. Ya es muy tarde. Ya es hora de los héroes, ya es hora de que millones del pueblo vean la realidad como es, para que se pueda cambiar radicalmente.

 

Fuentes:

Chronicle of Higher Education blog, “Should John Yoo Be Fired?”, 17 de abril de 2008

Cohn, Marjorie, testimonio ante el Subcomité sobre la Constitución, Comité de la Cámara sobre asuntos jurídicos de derechos civiles y libertades civiles, 6 de mayo de 2008

Cohn, Marjorie, “Centro pro Derechos Constitucionales Rights apoya demanda del NLG para el despido y juicio a John Yoo,” Centro de Noticisas Common Dreams, 17 de abril de 2008

Horton, Scott, “Which came first: memos or torture?Los Angeles Times, 21 de abril de 2008

Jaschik, Scott, “Torture or Tenure,” InsideHigherEd.com

Leiter, Brian, “‘American Freedom Campaign’ Organizing E-Mail-Campaign to Fire John Yoo,” leiterreports.typepad.com/blog/2008/04/american-freedo.html

Rosen, Jeffrey, “Conscience of a Conservative,”The New York Times, 9 de septiembre de 2007

Sands, Philippe, Torture Team: Rumsfeld’s Memo and the Betrayal of American Values, (New York: Palgrave MacMillan, 2008)

Sands, Philippe, “The Green Light,” Vanity Fair, mayo de 2008

Sands, Philippe, entrevista por Scott Horton, The New Republic, 22 de abril de 2008

Van Bergen, Jennifer, “John Yoo: The President’s Executioner,” http://jvbline.org/line/component/option,com_frontpage/Itemid,1/

 

Notas

1. El término “lado oscuro” se refiere a un comentario que hizo Dick Cheney luego del 11 de septiembre de 2001 (11-S): “También tenemos que obrar por... el lado oscuro... será esencial valernos de todo medio a nuestra disposición, básicamente, para lograr nuestro objetivo”. [back]

2. Artículo 3 requiere que al prisionero detenido durante un conflicto armado lo “traten humanamente” y prohíbe “violencia contra la vida y la persona, en particular asesinato de todo tipo, mutilación, tratamiento cruel y tortura” y “vejaciones contra la dignidad personal, en particular tratamiento humillante y degradante”. [back]

3. Muchos de los que siguieron y estudiaron de cerca el caso de Churchill encontraron que la investigación de su obra académica —el pretexto de despedirlo— era una farsa total. Para más información,  ver los artículos en Revolución #92 y #98, en revcom.us. [back]

Envíenos sus comentarios.

Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Entrevista a comunista revolucionaria de Irán:

Una historia de valor, visión y resolución de luchar por un mundo diferente, Parte 2

 

Introducción: A comienzos del año, Michael Slate entrevistó a S., una mujer iraní que había viajado a Los Ángeles para participar en el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Su experiencia revolucionaria empezó cuando era una estudiante en Los Ángeles. Entonces el cha estaba en el poder en Irán; cuando fue depuesto por la revolución iraní, ella se unió a millares de estudiantes de Irán que retornaban para proseguir las metas de la revolución, la que después de mucha turbulencia desembocó en la reaccionaria República Islámica de Irán.
      Después de años de lucha revolucionaria, prisión y por fin encontrar de nuevo una organización comunista revolucionaria, la historia de S. es una historia de valor, visión y resolución de luchar por un mundo mejor. La entrevista ha sido revisada para su publicación. La parte 1 salió en Revolución 129, 18 de mayo de 2008, y se halla en revcom.us A continuación presentamos la Parte 2.

MS: ¿Cuánto tiempo estuviste en prisión?

S: Tres años.

MS: Tu esposo fue ejecutado ocho meses después, y tú estuviste en la cárcel. ¿Volvieron a buscarte para ver si tú capitulabas? ¿Trataron de convencerte a que recitaras oraciones o plegarias?

S: Muchas mujeres resistieron a decir las plegarias. Después de su negativa, las llevaban a celdas aisladas. Me acuerdo que era la celda número 6, separada del resto de la prisión. Era una especie de cuarentena. Nos trataban como seres infrahumanos, casi como a perros. Aun cuando nos queríamos lavar las manos, porque hay un concepto en el Islam que consiste en que cuando tú eres ateo, se te considera sucio.

MS: Te dejaron libre en tres anos. ¿Adónde fuiste después?

S: Mis suegros, que habían cuidado a mis hijos, estaban esperando en la puerta de la cárcel. Debido a una concepción cultural y a la atmósfera prevaleciente en esos días, yo fui en realidad liberada de una prisión del régimen islámico para ir a otra prisión, la de mis suegros.

MS: Explica por favor, qué es lo quieres decir. ¿El país había cambiado durante el tiempo que estuviste en prisión? ¿Cómo?

S: Después de la represión del régimen de Jomeini, se había implantado tal atmósfera de miedo y se había generado tal grado de desprecio contra las fuerzas revolucionarias que no fuimos bienvenidos en la sociedad, ni por el pueblo, pues había tanto miedo que este temía a cualquier grupo que tuviera que ver con revolucionarios o ideas revolucionarias. La gente les tenía mucho desprecio.

Yo viví en una atmósfera de mucho desprecio y represión en la misma casa de mis suegros. Trataba de crear un ambiente vivo en el hogar para mis hijos, cantando canciones revolucionarias y mostrándoles la alegría de tal lucha. Pero, desgraciadamente, por la cultura patriarcal de la sociedad de entonces, viví represión en casa. Pude hacer muy poco para cambiar esa pequeña sociedad en que vivía.

MS: Mencionaste una atmósfera patriarcal. ¿Cómo era exactamente eso? ¿Qué significaba para una mujer como tú vivir en una sociedad patriarcal?

S: Mira, debido a que yo era una viuda, estaba condenada a vestirme de negro por 10 años. Estaba condenada a no expresar mis propias ideas u opiniones y estaba condenada a no tener amigos, o nadie con quien compartir mis ideas, nadie que pudiera simpatizar conmigo. Estaba condenada a permanecer en casa y dedicarme a ser ama de casa.

Ni siquiera tenía el derecho de cuidar a mis hijos. No podía tener una relación con ellos que no sea a través de los familiares de mi difunto esposo. Durante los diez años que viví en esas circunstancias, lo que decidí hacer fue leer libros de psicología para poder ayudarme a entender mi situación mental a ese punto a fin de recuperar mi autonomía, mi autoestima, mi confianza en mí misma. Yo traté de recuperar mi energía, recrear mi carácter. Después de diez anos de trabajo en alcanzar estas metas, me alejé de esa casa.

MS: ¿Adónde te fuiste?

S: Mi padre tenía una propiedad que no era realmente habitable. Me instalé en el sótano de todas maneras. Un amigo de la familia me ayudó a encontrar un trabajo que pagaba muy poco.

MS: ¿Cuánto tiempo viviste así?

S: Me encontré con un antiguo camarada que ya no era políticamente activo, y que me ayudó a tomar clases en psicología y me conectó con grupos de apoyo. Me hice amiga de una mujer de un grupo que entendió muy bien mi problema. Me ayudó a conseguir un trabajo que no requería conocer mi pasado. De haber sido así, nunca hubiera podido conseguir un trabajo. De esta manera pude salir del sótano.

MS: ¿Cuánto tiempo permaneciste en Irán? ¿Cuánto tiempo trabajaste en tu nuevo trabajo?

S: Casi un año. Había una restricción para dejar el país por 10 a 11 años después de mi liberación de la cárcel. No tenía pasaporte y simplemente no podía dejar el país. Aun así gestioné un pasaporte y me concedieron un pasaporte para ser usado una vez solamente. Debía de devolverlo después de usarlo esa única vez. Yo usé ese pasaporte para salir del país 12 años después de mi liberación.

El único elemento que me ayudó a conseguir el pasaporte fue el hecho de yo tenía un trabajo y dos niños que vivían en Irán. Me dieron una visa por un mes solamente.

Cuando llegué a Alemania, no había encontrado todavía la organización ideal para mí, una organización en la cual mis ideas marxista-leninista-maoístas tuvieran acogida. Dondequiera que fuera, me embarcaba en debates y discusiones tratando de comunicar mis ideas, lo que aprend´ı de la confederación en Estados Unidos, o acerca de la revolución en Irán, siempre andaba en eso, aunque sin hallar a un grupo con que tenía simpatías.

Lo único que me daba esperanza era mi convicción, siempre estaba segura, acerca de mi ideología era la única que llevaría a la emancipación. Cinco anos más tarde he encontrado el grupo preciso otra vez, el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta), con el cual de nuevo he participado y desarrollado una actividad política.

MS: Dejaste Irán en 1995. Dime cuál es la situación de Irán ahora. ¿Cómo se manifiesta la opresión?

S: En primer lugar, deja que te diga que una característica que comparten todas las mujeres de Irán, sean ellas religiosas, o políticas, es decir todas las mujeres iraníes: todas tienen un resentimiento contra la opresión y todos los factores que tienden a oprimirlas. Es profundo, inclusive en las mujeres religiosas, con simpatías religiosas. El problema principal en su contra son las leyes de la sociedad contra la mujer, que el gobierno impone. En segundo lugar, para muchas mujeres no parece existir una alternativa a la situación presente, un salida a lo que viven.

MS: ¿A qué leyes te refieres?

S: Por ejemplo, a la ley que impide que las mujeres tengan la custodia de sus hijos. La ley que no permite a una mujer ir de vacaciones ni salir del país sin la autorización del esposo. Es un patriarcado encarnado en el sistema.

MS: ¿Qué tal las “matanzas por honor”? ¿Son comunes en Irán?

S: No se ve mucho de esto en las ciudades modernas, pero es muy común en las pequeñas aldeas, y se les da acogida en los medios de comunicación. Utilizan metáfora o eufemismo. Dicen que es matanza por honor o que la mujer cometió suicidio.

MS: ¿Las matanzas de honor incluyen situaciones como castigo a mujeres que han tenido aventuras o tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio? ¿Qué ocurre a las mujeres en esas circunstancias? ¿Son ejecutadas?

S: El perpetrador se arroga el derecho de cometer esos crímenes si es padre o un hermano, y pueden hacerlo impunemente aunque procedan solamente bajo sospechas de su hermana, esposa o madre. Basta una sospecha. Basta que actúen bajo sospecha sin fundamento, pero con sospecha, todo procede, y que escapen al proceso judicial. Lo hacen, punto. No existe proceso jurídico establecido.

MS: ¿El estado ampara esto?

S: Indirectamente, sí. El estado alienta este tipo de conducta amparado en el Islam que pregona o en leyes que autorizan esos crímenes.

MS: ¿Esto es lo que se llama la ley sharia?

S: La ley sharia dicta cómo las iraníes tienen que respetar al liderazgo de Islam en Irán, o las leyes que aprueba, es decir las leyes santas de dios, que permite esos castigos a los que se apartan de la ley y de las órdenes del esposo. La gran mayoría de las mujeres no la acatan o no creen en el espíritu de estas leyes y luchan contra ellas a nivel personal, en la familia, en la vida privada, en la sociedad. Sin embargo, hay una pequeña minoría de mujeres que se someten a esta ley, mujeres que tienen las mismas ideas fundamentalistas que el gobierno. Estas, como usan el hijab de cuerpo entero y acatan la sharia, no corren el peligro de castigos.

MS: Tú describes el régimen como uno que odia a las mujeres. ¿Qué quieres decir con eso?

S: Lo que quiero decir es que las leyes que aprueba y aplican dan la ventaja a los hombres, y las mujeres tienen que someterse a todas las restricciones impuestas por los hombres. Ellas tienen que ser sumisas y obedientes tanto en la vida privada como en la publica. Estas leyes las hacen subordinarse y acatar a lo que les dicen los hombres.

MS: ¿Hay todavía muchas mujeres detenidas y encarceladas?

S: Sí, nuevos arrestos ocurren a diario por cualquier clase de acusación. Las detienen por 24, 48 horas. Generalmente son violadas o maltratadas, con latigazos por ejemplo. Algunas son arrestadas por más tiempo, con completa ignorancia de sus familiares.

MS: Decías que las mujeres resisten esta dominación, en pequeña medida en el hogar y, a veces más enérgicamente. ¿En qué consiste esta resistencia?

S: El grupo más activo de resistencia está conformado por estudiantes universitarios, hombres y mujeres, que van al centro de las ciudades y organizan protestas al lado de los hombres. Organizan actos pacíficos, y protestas que a veces terminan en confrontaciones. Los estudiantes son arrestados y sentenciados sin cargos específicos y muchas veces sin conocimiento de sus familiares de cuándo los podrán en libertad o por qué están presos.

Un ejemplo reciente de una manifestación de resistencia ocurrió hace una semana, antes del inicio del nuevo ano persa. Es tradicional que en el centro los estudiantes reparten regalos simbólicos de la vida, tales como plantas, peces o semillas. Exhiben esos regalos en mesas al aire libre. Colocan pescaditos en frascos, por ejemplo. Al tiempo de regalar unos pescaditos negros a los transeúntes, pasan también un poema revolucionario, que contiene la historia llamada “El pequeño pez negro”, escrito por el poeta revolucionario Samad Bihrangi. El pescado inicia una larga y penosa jornada desde el pequeño río donde vive hasta llegar al mar para unirse a los otros pescaditos. Durante su jornada el pescadito nunca se raja. Es símbolo de un estudiante revolucionario que jamás para y siempre resiste, siempre lucha.

MS: Has estado envuelta en esta campana contra la opresión de las mujeres, luchando contra el régimen de Irán y el imperialismo norteamericano. ¿Me podrías decir algo de esta campaña?

S: Durante esos años después de la revolución, las mujeres se han dado cuenta que ningún cambio va a ocurrir sin su participación directa, sin su intervención, cooperación e iniciativa al lado del cambio que se promete o del que ven en desarrollo. Nosotros sabemos que inclusive el socialismo no ocurrirá sin el papel muy importante de la mujer en el proceso de gestar ese cambio. Nosotros creemos que el socialismo y el movimiento femenino son complementarios.

MS: En Estados Unidos, se dice que hay solamente dos opciones: ser parte de la revolución fundamentalista islámica o de la lucha por la democracia del imperialismo norteamericano. ¿Cuál es tu reacción a esto? ¿Qué piensa el pueblo iraní al respecto? ¿Se les puede iluminar de otra manera? ¿Cómo están respondiendo?

S: Nosotros tratamos de mostrar el verdadero rostro de esos regímenes obsoletas, y tratamos de pintar una imagen de un tercer polo, una posible alternativa para el pueblo, que no toma partido con ninguno de estos regímenes obsoletos y determina su propia posición, un tercero que está en contra de la guerra, que es antibélico, y por pequeño que sea tenemos de promover esta alternativa en la población y desarrollarla para que atraiga a más gente. Tenemos que mostrar que es la única salida, tenemos que promover nuestras ideas antibélicas antes de que una guerra contra Irán estalle. Queremos mostrar esta alternativa al pueblo de Irán, y a las mujeres en general. Pero los grupos estorban, porque tratan atraer a la gente la idea de reformar el régimen islámico. Es nuestra responsabilidad mostrar el verdadero rostro de ambos regímenes y a donde llevan los grupos reformistas y sus ideologías y mostrar que, tal como ocurrió en la revolución de Irán, tales caminos también se desviarán.

Solo quiero añadir que en último mes que he estado en Estados Unidos, he asistido a muchas universidades, escuelas secundarias y me ha agradado sobremanera lo que he visto. He sido testigo de la pasión de los estudiantes por informarse acerca de la revolución, por compartir la voluntad de cambio para crear un nuevo mundo, y esto me ha sido muy estimulante y energizante para proseguir la tarea... me ha dado muchas fuerzas y he aprendido mucho y ahora que regrese a Alemania, me siento más fuerte de cuando vine y mi esperanza por un nuevo mundo se ha acrecentado.

MS: Dinos algunas de tus experiencias durante tu estadía acá, de tus experiencias en las visitas a los colegios.

S: Una pregunta que me hicieron los jóvenes de Watts en esas visitas trataba Irán y la revolución. Estaban interesados en conocer la situación de las jóvenes y mujeres en Irán.

MS: [leyendo] ¿Cómo esta constituida una familia típica? ¿Cuáles son las obligaciones de los miembros de la familia? ¿A qué tipo de educación tienen acceso las niñas?

¿La gente te ha preguntado qué significa ser una mujer revolucionaria en Irán?

S: Tres estudiantes de secundaria de Watts, que se tomaron una foto conmigo, están muy interesados en la tala del árbol. Estaban muy apasionados por esto. Me preguntaron cómo devenir uno en revolucionario, cómo se hace para formar una organización revolucionaria con que trabajar y todas las cosas que los revolucionarios hacen.

MS: Cuando les contaste tu historia a los estudiantes, ¿cuál fue su reacción? Tú tienes una historia muy poderosa, y estoy segura que ellos no la han escuchado antes.

S: Ellos simpatizaron mucho conmigo y pusieron mucha fe en lo que les contaba. Particularmente los estudiantes afroamericanos, que tienen su propia lucha aquí y que lo que han visto sufrido en esta sociedad. Simpatizaron conmigo mucho, querían saber más, y siempre mostraron mucha simpatía e interés.

MS: Dame un ejemplo de la experiencia que recuerdas más.

S: La marcha del 8 de marzo. Fue extraordinario ver la diversidad de los participantes, tantos amerindios, tantos afroamericanos y tantos individuos distintos presentes que mostraban apoyo y tomaron la iniciativa de estar presentes. Aunque no fue masiva, la participación fue de gran calidad; de verdad disfruté el día. De lo que vi y concluí, esta marcha me persuadió que para alcanzar nuestros objetivos tenemos que estar unidos. Hombro a hombro.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Cartas de presos

Acabo de leer ¡Abajo todos los dioses!

Acabo de leer el libro de Bob Avakian “¡Abajo todos los dioses!” ¡Decir que es un análisis provocativo de la religión es casi quedarse corto! Su análisis suena tan cierto que no puede ser sino una crítica definitiva a los que creen en la religión y la clase dominante que la promociona como un grupo de camellos.

El presidente Avakian correctamente da a entender que el relativismo (subjetivismo), tan favorecido por los religiosos, es peligroso. Un individuo o una clase es capaz de la autodeterminación solo en la medida que está dispuesto y es capaz de reconocer la realidad concreta. Es un hecho: no existe ningún dios. Ya que sabemos eso, ya que sabemos que no hay ningún “Ser Supremo”, tenemos que llevar esto del conocimiento racional a la esfera de la práctica.

Las religiones florecen en la prisión porque la gente no está dispuesta a aceptar la desgracia en que ha caído. Está mimada por varios grupos religiosos, además de grupos seudo-psicológicos de Doce Pasos; “No puedes ayudarte a ti mismo”, les dicen, “es parte de tu naturaleza”. Esto es obviamente incorrecto, pues no existe el pecado; no importa con cuál máscara trates de esconderlo.

Esto es lo que Bob Avakian entiende, y esto es lo que está diciendo Bob Avakian. Los seres humanos tienen que desarrollar sus características positivas y luchar contra las negativas, porque ningún tipo de rezo a ningún amigo imaginario va a hacerlo para ellos. Tenemos que forjar del presente un futuro mejor si queremos vivir en un mundo en que las relaciones no se basan en la explotación mutua.

Gracias por enviarme este nuevo libro. Voy a donarlo a la biblioteca de la prisión y recomendar a la gente que conozco a leerlo.

En solidaridad,
XX
Dakota del Sur
P.D. ¿Me pueden enviar, por favor, una copia del artículo “Dios: El fascista original” de A. Brooks?

*****

Sin Revolución, esta tumba de concreto sería por cierto
un lugar sin esperanzas

Estimados camaradas:

¡Saludos desde el gulag! He recibido los periódicos atrasados que mandaron (#117 a #123) y quiero abordar unos de esos temas más abajo. Como pueden ver con el talón amarillo de publicación negada, la prisión confiscó el #122 porque “tiene una foto de una niña desnuda” en la página 10. Sospecho que era la foto de una niña vietnamita que corría del ataque estadounidense con napalm a su aldea (que apareció en la página 4 del #105); no sé qué ni a quién piensan proteger con su censura, pero ¿qué vamos a hacer? La foto sí me afectó, pero no de la manera que temen ellos...

Antes de que se me olvide: por favor, camaradas, renueven mi suscripción al periódico Revolución. Mi primo, mi última conexión con el mundo de afuera, está muriendo rápidamente de cáncer (no le pueden operar debido a donde está el cáncer y su condición avanzada) y como estoy en una celda supersegregada las 24 horas/7 días a la semana, ustedes son mi única conexión con el mundo de afuera. Huelga decir que no estoy en condiciones económicas para comprar sus comunicaciones críticamente necesarias; tengo de depender totalmente de la generosidad caritativa de mis amables amigos y camaradas comunistas. ¡Sin ustedes, esta tumba de concreto sería por cierto un lugar sin esperanzas!

Habiendo leído sus publicaciones durante el último año y más, descubro que en verdad estoy viendo el mundo más y más desde la perspectiva comunista… Hace poco saqué un libro de la biblioteca de la prisión: The Establishment vs. The People [El establecimiento vs. el pueblo], de Richard Viguerie. El título pareció interesante y siempre estoy abierto a aprender y conocer perspectivas diferentes. El Sr. Viguerie se presenta como un populista que tiene coraje porque el Gran Gobierno ha subvertido la voluntad del pueblo. Defiende la dizque Mayoría Moral. De hecho es un fascista cristiano derechista (¿no es superfluo llamarle las dos cosas?) que quiere convertir al país en una teocracia ignorante (donde él se sentirá más cómodo). El caso y mi propósito al mencionarlo es esto: hace dos años no hubiera podido ver detrás de sus pendejadas y mentiras; él hubiera podido llenar mi cabeza con sus verdades a medias y tergiversaciones y mentiras descaradas, y yo no habría podido distinguir entre esas y un helado de fresas. Tal vez me hubiera podido embaucar para ver el mundo tal como lo ve él. Por eso escribí arriba: “sus comunicaciones críticamente necesarias”. Desgraciadamente, el homo sapiens no ha evolucionado a tal grado que su pendejámetro funcione perfectamente; si fuera de otro modo, ya estaríamos viviendo en un mundo comunista. Por eso su periódico es tan crucial: es como un órgano de diálisis que ayuda a las masas a eliminar la impureza con que nos inundan a diario; es el instrumento que lucha valientemente contra la predicción oscura para el futuro que George Orwell pintó en 1984. Una predicción que cada día se concreta más.

Otro caso son los artículos excepcionales “Les están engatusando para que apoyen al imperio” y “¿... o una nueva cara para el mismo sistema?”. Un tema constante de los programas radiales progresistas es que las actuales máquinas de votar son poco fiables, que hay pruebas casi polémicas de que hubo fraude electoral en varios estados y la “necesidad crítica” de una legislación integral para reformar la financiación de las campañas. Es muy fácil que una persona se enmarañe en esos argumentos verbales de prestidigitación si no ha prendido el pendejámetro. El argumento es, por supuesto, que el sistema funcionará si eliminamos los pequeños problemas con nuestro voto. Esa es la GRAN MENTIRA que nos han condicionado a creer. El trabajo del prestidigitador ideológico es dirigir la atención de todos en una dirección, mientras que en otra dirección, fuera de nuestra visión y conciencia, se opera el mecanismo real de la ilusión. Los artículos mencionados arriba van al meollo del asunto: ¡el sistema capitalista-imperialista, encarnado por el Tío Sam, ha metido su mano por el trasero de todos los candidatos y los está usando como títeres! ¿Quieren que sea un negro? Aquí tenemos a un negro. ¿Quieren que sea una mujer? Aquí tenemos a una mujer. Así es, señoras y señores, vengan todos; lo que quieran, lo tenemos. (Pero que no dirijan la atención hacia el sistema y el hecho de que, como el cáncer de mi primo, es inoperable).

En cuanto a la cuestión de “apoyar a nuestras tropas”, el periódico Revolución es, hasta que yo sepa, la única publicación del país que ha tenido la clara perspicacia y la valentía de decir sin pelos en la lengua que No Debemos Apoyar a Nuestras Tropas, y da razones claras e irrefutables por qué así es el caso...

Por último, si no es ocupar demasiado su tiempo precioso, quiero hablar de la anarquía: para mí el concepto de la anarquía —una sociedad de personas que se asocian libremente, sin la coacción del gobierno— es el ideal. Sigo pensando así y siempre lo pensaré. No fue por un capricho del momento que tengo un tatuaje en el esternón que dice en letras acentuadas “Enemigo del Estado”, y ese ideal será para mí tan permanente como el tatuaje. ¿Cómo es posible, entonces, que les declaré en una carta el 26 de octubre del año pasado (¡mi cumpleaños comunista!) que soy un [comunista] de por vida? Los anarquistas odian a los comunistas, ¿no es cierto? Después de todo (así razonan) los comunistas quieren controlar todo aspecto de la vida; les repugna la emancipación. Tengo una colección bastante extensa de libros, unos escritos por profesores de universidad y politólogos, y cada uno pinta el comunismo como una dictadura totalitaria, el sometimiento completo del pueblo al estado; ¿será que todos están mintiendo?

Les conviene a los capitalistas-imperialistas juntar en la misma canasta a todos los viles sistemas fallidos y o en vías de fallarse, los cuales se han pintado y siguen pintándose indebidamente de comunistas. El presidente Avakian abordó ese tema en El falso comunismo ha muerto... y no se puede subestimar la importancia del asunto. Por desgracia, la gente tiene una memoria corta y es fácil llevarla por un mal camino; ¡muchas veces su pendejámetro no funciona bien!...

El artículo “Algunos puntos acerca de la cuestión de la dirección revolucionaria y los individuos que la desempeñan” (#120, página 6) aborda esas perspectivas encontradas con justicia y exactitud. Llegar de donde estamos ahora a nuestro destino ideal, pero sin una orientación inteligente, es como atravesar un campo minado o un territorio desconocido, a solas: es insensato y casi seguramente terminará en un desastre. Una persona o un grupo serio debe obligarse a seleccionar el guía, el pionero, más inteligente y confiable posible y tener confianza en su orientación y dirección. Para mí, no hay pizca de duda de que el presidente Avakian y la vanguardia del Partido Comunista Revolucionario sean los que tienen la inteligencia y la pericia necesarias para dirigirnos adonde queremos ir, un mundo de verdadera emancipación del individuo, un mundo comunista.

Con mucho respeto y saludos calurosos,

YY

P.D. Me enteré que los tres asesinos de Sean Bell salieron libres de todas las acusaciones. ¿Una sorpresa? ¿Otro golpe asestado para la justicia y la democracia? ¡...Nel pastel!

*****

Quisiéramos conocer mejor al PCR

Ya llevo tiempo leyendo el periódico Revolución con un grupo aquí en una prisión de Texas y a todos nos gusta. Ahora queremos conocer mejor al Partido Comunista Revolucionario, sus ideologías, sus principios, su visión y sus logros. Todos somos indigentes y ustedes saben cómo son las prisiones de Texas. No pagan a los presos por su trabajo. ¡Es esclavitud! Bueno, me estoy desviando del tema. Aparte de eso, les agradeceríamos mucho si nos pudieran mandar literatura sobre el marxismo, el maoísmo, el leninismo, algo sobre Ernesto “Che” Guevara y cualquier otro libro o folleto que nos explicará más cómo el Partido Comunista [Revolucionario], EU, puede emancipar a la humanidad y parar el imperialismo. Casi me olvidé: todos hemos visto el anuncio del nuevo libro de Bob Avakian, ¡Abajo todos los dioses! Sé que cuesta dinero, pero de ser posible, mándenlo también (imagen de una sonrisa:?). ¿Estamos pidiendo demasiado? Espero que no. Muchísimas gracias.

Un preso latino de Texas

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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El desastre del ciclón de Myanmar… y la tragedia humana del capitalismo global,

Li Onesto

El 2 de mayo de 2008, el ciclón Nargis azotó al país de Myanmar dejando un desastre humano catastrófico. El saldo estimado de 100.000 muertos sigue en aumento y la tormenta se llevó a pueblos y aldeas enteros. En un pueblo de la costa hubo 10 mil muertos.

Azotó durísimo a la delta densamente poblada del río Irauadí de 6 millones de personas, con muchas comunidades de pescadores. Se anegó completamente Yangon, la antigua capital, al borde de la delta, con una población de 6.5 millones. Demolió las chozas de los tugurios pobres de la ciudad. El ciclón, con vientos de 190 kph y olas de casi 4 metros que llegaron hasta 11 k tierra adentro, afectó a 24 millones de personas de los 5 estados golpeados por el desastre, casi la mitad de la población de 57 millones del país.

Además, en las zonas no tan afectadas escasean los alimentos y el agua. Quedaron arruinados los cultivos, ganado y otros animales, y peces, más los sistemas de riego, molinos de arroz y silos de almacenamiento. Las zonas afectadas constituyen la mitad de las tierras de riego, donde se siembra el 65% del arroz del país. Los millones que sobrevivieron ahora padecen hambre, enfermedades y falta de techo.

*****

Ante todo el mundo se está desenvolviendo la horrible situación de la población de Myanmar. Ante tal tragedia humana tan enorme, se espera que se haga todo lo posible para dar ayuda y aliviar el gran sufrimiento.

Hay enormes riquezas, recursos y tecnología en el mundo que podrían usarse para responder a este desastre. Hay muchas personas con los conocimientos y la compasión que se podrían movilizar para ayudar. Es obvio que eso no está ocurriendo.

Los grandes medios occidentales dicen que esto se debe a que Estados Unidos y otros países están tratando de ayudar pero que el régimen despótico de Myanmar se niega a cooperar y por tanto tiene la culpa por el gran saldo de muertos y sufrimiento.

Este artículo desmenuzará este argumento, analizará las causas del mismo, y lo comparará con la realidad.

No podemos entender la situación actual de Myanmar sin examinar dos contradicciones que se interpenetran. La primera son las relaciones entre el sistema imperialista mundial y Myanmar como país pobre dominado y oprimido por el capitalismo global. La otra es la importancia geoestratégica que tiene Myanmar para el imperialismo y la rivalidad entre los países capitalistas de la región. Estos factores de peso han afectado profundamente el alcance y el carácter de la destrucción causada por el ciclón, y el trabajo de rescate y socorro.

DESASTRES NATURALES Y CONDICIONES CREADAS POR EL HOMBRE

El argumento oficial dice: Ante los desastres naturales como el ciclón Nargis, la ayuda humanitaria lo es todo. Condeleezza Rice dice: “Lo que cabe es que el gobierno birmano permita que la comunidad internacional ayude a la población. Es un asunto sencillo. No se trata de la política”.

La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es democracia, sino capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.”

Bob Avakian

La realidad: Existen terribles desastres naturales sobre los cuales los seres humanos tienen poco control, pero la organización de la sociedad humana afecta profundamente lo que ocurre en respuesta a tal catástrofe. Por tanto, en respuesta a Condeleezza Rice: NO es un “asunto sencillo” de labores de socorro. De cabo a rabo, TIENE mucho que ver con la política, las relaciones económicas y las relaciones del poder.

La ayuda y socorro en el caso de un desastre, en un país particular y entre países distintos, no se da en un vacío.

Vivimos en un planeta en el que la vida humana es vulnerable a tornados, tsunamis, ciclones y terremotos. Existen conocimientos científicos para predecir y prepararse en cierta medida para tales sucesos de la naturaleza. Pero el que este proceso funcione y cómo funcione y lo que ocurra después de tales desastres lleva las profundas huellas del funcionamiento del sistema capitalista mundial y pasa por medio del mismo.

Veamos lo que ocurrió y no ocurrió antes, durante y después del huracán Katrina que azotó a Nueva Orleáns. Todo mundo atestiguó cómo las relaciones del poder de la sociedad, la pobreza y la opresión de los negros determinaron quiénes lograron salir y quiénes no, quiénes murieron y quiénes sobrevivieron, y cómo todas las desigualdades que ya existían afectaron lo que ocurrió a medida que subían las aguas anegadas.

Los desastres naturales no “discriminan”: los tornados, huracanes y terremotos azotan a regiones en todo el mundo. Pero diferentes pueblos y diferentes países no padecen los mismos afectos.

Vivimos en un mundo enormemente desequilibrado en el que un puñado de países imperialistas ricos domina al resto del planeta. Estados Unidos está en la cima de un sistema capitalista global impulsado y modelado por la maximización de las ganancias. La mayoría de la población del mundo vive en países pobres del tercer mundo oprimidos y dominados por el imperialismo y por las estructuras socio-económicas que reflejan y refuerzan los intereses de las elites internas subordinadas al imperialismo. El imperialismo ha truncado y distorsionado el desarrollo de estos países. Todo eso afecta profundamente la sociedad y la capacidad del gobierno y la población de responder cuando ocurra un desastre.

Myanmar ya tenía altos precios de alimentos y productos básicos, sobre todo los energéticos. El 10% de la población no recibía suficientes alimentos para subsistir. En muchas zonas rurales, el 70% de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza absoluta. Las ciudades estaban rodeadas de cinturones de miseria.

Lo que vemos ahora es un ejemplo vívido de cómo la pobreza y el desarrollo distorsionado surgidos de la dominación y opresión de las potencias extranjeras puede convertir un desastre natural en una tragedia humana catastrófica. Debarati Guha-Sapir, directora del Centro de Investigación sobre la Epidemiología de las Enfermedades, dijo: “Las aldeas padecen niveles tan altos de desesperación, como la calidad de la vivienda, la condición nutricional, los caminos, los puentes y las represas, que las pérdidas se determinan más por su situación que por la fuerza del ciclón”.

Además, las relaciones políticas internacionales con Myanmar, en que las potencias imperiales occidentales en general muestran hostilidad hacia el régimen militar de Myanmar, tienen que ver con los pleitos sobre la entrega de la ayuda a Myanmar. Los intereses económicos y la relación política de China con Myanmar han afectado las labores internacionales de socorro. Las relaciones económicas y políticas de Myanmar con los otros países sudasiáticos también han afectado la ayuda que se haya ofrecido.

¿“AISLADO” DEL MUNDO?

El argumento oficial dice: Una bola de dictadores gobierna a Myanmar que elige aislarse del resto del mundo.

La realidad: La sociedad de Myanmar es represiva y relativamente cerrada al mundo exterior. El reaccionario régimen militar quiere conservar el poder y controlar la sociedad con una combinación de fuerza sanguinaria y poco contacto con el resto del mundo. Pero Estados Unidos no critica a Myanmar por eso.

Lo que Estados Unidos quiere decir cuando dice que Myanmar se ha “aislado” es que no ha abierto de par en par sus puertas al imperialismo estadounidense. El régimen militar no ha estado completamente maleable, dócil y servil a Estados Unidos. Ahora se ha negado a aceptar ayuda de Estados Unidos con muchas condiciones y potenciales “requisitos obligatorios”, tal como las presiones de Bush para que Myanmar deje entrar a los funcionarios, rescatistas y personal militar  de Estados Unidos.

No es de sorprenderse que Myanmar dudara en aceptar la ayuda estadounidense puesto que se especula y se discute abiertamente acerca del uso de aviones militares, soldados y buques de guerra estadounidenses para entregarla. La revista Time llevaba el titular: “¿Es hora de invadir a Birmania?” Para entregar la ayuda, Francia recomienda activar una doctrina de la ONU sobre la “responsabilidad de proteger”… sin el permiso de Myanmar.

Estados Unidos ha impuesto sanciones contra Myanmar desde 1997 y las prorrogó en julio de 2003, con una prohibición de nuevas inversiones e importaciones de ese país. Dice que lo hace debido a abusos de los derechos humanos pero en los hechos, el “aislamiento” estadounidense de este país apunta a socavar y desestabilizar al gobierno y generar condiciones para poner en el poder a un régimen más servil a Estados Unidos.

La realidad: Myanmar no está “aislado” y separado del resto del mundo. En la historia y hoy día, su desarrollo lo ha condicionado su integración al sistema global del imperialismo y su subordinación al mismo.

Birmania (que cambió de nombre a Myanmar en 1989) era una colonia del imperialismo inglés por más de 60 años. La producción comercial del petróleo de Myanmar se inició en 1871 cuando los colonizadores ingleses establecieron la Compañía Petrolera Rangún.

Desde declarar su independencia formal en 1948, diferentes potencias imperialistas han explotado a la población y saqueado los recursos del país. Rebasa el ámbito de este artículo repasar esa historia, pero un ejemplo de la manera en que el imperialismo controla y desarrolla los recursos energéticos del país da un vistazo a su relación con el sistema capitalista mundial.

Myanmar ocupa el décimo lugar en reservas de gas en el mundo. Ha estado produciendo gas natural desde los años 1970. Hoy, las exportaciones de gas son la fuente más importante de ingresos del país.

En los años 1990, Myanmar dio concesiones a empresas extranjeras de Francia e Inglaterra. Luego, Texaco y Unocal (ahora fusionada con ChevronTexaco) también obtuvieron derechos al gas de Myanmar.

En 2005, China, Tailandia, Corea del Sur y otros países de la región invirtieron en la industria petrolera y de gas de Myanmar.

¿Qué implicaciones ha traído todo eso para las masas populares de Myanmar?

En 1996, se entabló una demanda de derechos humanos contra la Corporación Unocal con sede en Estados Unidos. Un grupo de aldeanos de Myanmar la acusó de ser responsable de trabajos forzados bajo soldados del gobierno, violaciones, asesinatos y reubicaciones forzosas durante la construcción de un gasoducto de 1.2 mil millones de dólares hacia Tailandia, iniciada en 1990.

La demanda, en que Unocal pagó una indemnización, puso al descubierto la clase de horrendos crímenes que estaban cometiendo un consorcio de Unocal y otras empresas extranjeras, quienes contaban con el apoyo y protección del régimen militar.

Una señora testificó que los soldados llegaron a su casa, balearon a su esposo y mataron a su bebé. Otros aldeanos relataron que ejecutaron a sus vecinos porque se negaron a dejar las tierras que Unocal quería. Dos niñas dijeron que los soldados las violaron con amenazas de cuchillo (The Nation, 30 de junio de 2003). Human Rights Watch entrevistó a cientos de aldeanos expulsados de sus hogares y tierras y obligados a trabajar a punta de fusil y golpeados por guardias.

La ONU emitió advertencias de graves abusos de derechos humanos en 1995. Después de salir a la luz estos hechos tan incómodos, Texaco abandonó al país en 1997, pero Unocal conservó una participación de 28% en el gasoducto.

El Departamento del Estado estadounidense reconoció que aún existían trabajos forzados. No obstante, el gobierno estadounidense defendió abiertamente a Unocal en la demanda. Luego, el procurador general John Ashcroft registró una impugnación que recusó el intento de los aldeanos de demandar a Unocal, diciendo que habría que desechar la demanda (y demandas similares) porque interfieren con la política exterior estadounidense y socavan su “guerra contra el terrorismo”.

Hoy, sobre la sangre y los huesos del pueblo de Myanmar, el gasoducto de Unocal transporta unos 700 millones de pies cúbicos de gas al día.

Esta situación da un vistazo a la relación de Myanmar con el imperialismo mundial: cómo la integración de Myanmar y subordinación al sistema global del imperialismo ha condicionado su desarrollo.

Aparte del interés del imperialismo en lucrar con los recursos y población de Myanmar, está la importancia geoestratégica de esto en el mundo. Eso es un importante factor en la manera en que Estados Unidos y las diversas fuerzas internacionales ven su relación con Myanmar y cómo han respondido al actual desastre.

LOS INTERESES GEOESTRATÉGICOS ESTADOUNIDENSES EN MYANMAR

El argumento oficial dice: El gobierno de Myanmar es “inepto”, primero no avisó a la ciudadanía sobre el ciclón y ahora estorba la ayuda humanitaria.

La realidad: Es una hipocresía total y descarada que Estados Unidos critique a cualquier gobierno por no ayudar a la ciudadanía durante un desastre natural. Estados Unidos tiene más dinero y recursos que los demás países, y definitivamente mucho. mucho más de lo que tiene un país pobre como Myanmar. Pero cuando el huracán Katrina azotó a Nueva Orleáns, el régimen de Bush fue responsable de horrorosos crímenes humanitarios. No evacuó a la población hacia lugares seguros, abandonó a la muerte a miles de personas en las zonas anegadas y luego sometió a decenas de miles, en su abrumadora mayoría afroamericanos, al trato más infrahumano y degradante.

Las deficiencias y fracasos del gobierno de Myanmar en su respuesta al desastre del ciclón tienen mucho que ver con dos hechos delimitantes: su naturaleza reaccionaria y la mayor dinámica geoestratégica.

El régimen militar es una fuerza corrupta y opresora que ha estado en el poder desde 1962. No ha dudado en usar los métodos más brutales para aplastar toda resistencia popular.

Los militares dominan y administran importantes sectores de la economía nacional. Se permite que solamente el personal militar tenga acciones en las corporaciones militares paraestatales que constituyen una parte importante de la economía. Los militares ocupan altos puestos en casi todas las dependencias del gobierno. Supervisan una sociedad y economía de grandes disparidades y una vil explotación capitalista y semifeudal.

En los últimos 15 años, la economía se ha integrado más a la economía capitalista mundial, sobre todo mediante el desarrollo de las industrias del petróleo y gas del país. Los militares han participado en varias empresas conjuntas con empresas extranjeras de energéticos y, en el caso de Unocal (ver la primera parte), les han suministrado trabajadores contratados a la fuerza.

La realidad: La crítica estadounidense al gobierno de Myanmar no tiene nada que ver con una preocupación por las víctimas del ciclón. Tiene que ver con los fríos cálculos sobre cómo usar el desastre en beneficio de los intereses estadounidenses: meterse más en el país, debilitar al régimen militar y generar condiciones más favorables para un cambio general de régimen. Estados Unidos quiere poner en el poder a un gobierno que obedece más a los intereses políticos y económicos suyos, como la relación de la contienda estadounidense con otras potencias capitalistas. Para entender esto, primero tenemos que analizar los intereses geoestratégicos que persigue Estados Unidos en Myanmar.

Tres grandes regiones de Asia se confluyen en la parte del planeta donde Myanmar se encuentra: China al norte, el sur de Asia al sur e India al oeste. En un mapa se puede ver por qué Myanmar es tan importante para establecer los lazos terrestres entre el centro de Asia al oeste, Japón al este y Rusia al norte.

Cerca de la costa de Myanmar está el estrecho de Malaca. Ubicado entre Malasia e Indonesia, es una de las vías marítimas más estratégicas del mundo. Conecta los mares Índico y Pacífico y es la vía marítima más corta entre el golfo Pérsico y China. Los buque-tanques con más de 12 millones de barriles de petróleo pasan por este estrecho todos los días. Más del 80% de las exportaciones de petróleo de China pasan por esta vía.

Desde el 11-S, Estados Unidos ha estado fortaleciendo su influencia militar en la región, diciendo que es parte de la “guerra contra el terror”. Se ha puesto a extender y profundizar su dominación del mundo y el actual eje de su plan es dominar y controlar al Medio Oriente. A su vez, está una serie de contradicciones mundiales en que el control del sudeste de Asia es sumamente importante.

Estados Unidos ha hecho críticas virulentas contra el gobierno militar de Myanmar, pero no por la naturaleza reaccionaria del régimen. La verdadera raíz de su hostilidad hacia Myanmar es porque su gobierno no es la clase de estado neocolonial dócil que Estados Unidos quiere y necesita en la región.

Se sabe que Estados Unidos quiere un “cambio de régimen” en Myanmar. Utiliza la “carta de los derechos humanos”, respaldando a movimientos antigubernamentales proestadounidenses y procura satanizar y estrangular al régimen con sanciones y otras medidas. A su vez, el régimen militar ha respondido fortaleciendo sus lazos con China y otros países de la región. En parte, Estados Unidos quiere más influencia y control en el sudeste de Asia (y en Myanmar) porque quiere contrarrestar la creciente fuerza regional de China.

La China capitalista ha invertido mucho en los países del sudeste de Asia y busca sacar ganancias de la madera, los minerales y el gas natural de Myanmar. Myanmar también es una ruta terrestre para los productos chinos hacia el mar Índico. Ha crecido el comercio entre los dos países. Desde 1989 China le ha dado al régimen unos 1.5 mil millones de dólares en armamento.

En el caso de Estados Unidos, Myanmar es un importante eje en cuanto a sus intereses geoestratégicos y económicos. Ahora Estados Unidos está buscando formas de traficar con la devastadora tragedia de Myanmar a fin de acelerar sus maniobras para un “cambio de régimen” ahí. Bush dijo: “Estamos preparados para trasladar fuerzas navales estadounidenses a fin de ayudar a encontrar a aquellos que han muerto, a encontrar a los desaparecidos, a estabilizar la situación. Pero para hacer eso, la junta militar debe permitir que nuestros equipos de valoración de desastres entren al país”.

El economista y autor F. William Engdahl ha escrito sobre los planes estadounidenses para llevar a cabo un “cambio de régimen” en Myanmar y el papel específico de la National Endowment for Democracy (NED, o la Fundación nacional para la democracia), una entidad financiada por el gobierno estadounidense cuyo propósito es apoyar las metas de su política exterior. Dice:

“El Departamento del Estado estadounidense ha reclutado y formado a importantes dirigentes de oposición de diversos grupos antigubernamentales en Myanmar. Desde 2003, Estados Unidos le ha dado más de 2.5 millones de dólares al año a la NED para actividades que promueven un cambio de régimen en Myanmar. La NED da fondos a importantes medios de la oposición, como el New Era Journal, Irrawady y la emisora Voz Democrática de Birmania…”.

Todo eso ocurre tras bambalinas y ahora es un factor claro en los ofrecimientos estadounidenses de ayudar a Myanmar tras el ciclón Nargis. Tal “ayuda humanitaria” trae condicionamientos políticos y una agenda imperialista global. La administración de Bush dice que una condición para recibir la ayuda es permitir que funcionarios de su gobierno, rescatistas y personal militar entren a Myanmar y manejen directamente las operaciones de socorro y rescate, en lugar de dejar que las autoridades de Myanmar administren y entreguen la ayuda.

En 1997, Estados Unidos impuso sanciones contra Myanmar, que prohibieron nuevas inversiones en el país. En 2003, Estados Unidos prohibió la importación de productos de Myanmar y restringió las transacciones financieras con ciertos funcionarios del gobierno. En 2007, Bush impuso nuevas sanciones financieras contra Myanmar y congeló las acciones y cuentas de otos integrantes del gobierno militar. Una semana antes del ciclón, Estados Unidos reforzó las prohibiciones de comercio e inversiones y congeló cuentas y acciones. El 17 de mayo, dos semanas después del ciclón, Bush ordenó que siguieran en vigor las sanciones. Eso agravó más la situación económica de la población. Mientras tanto, ChevronTexaco sigue operando su gasoducto en Myanmar, que es el proyecto de inversión extranjera más grande en el país y la mayor fuente de ingresos para el régimen militar.

*****

Cuando un terrible desastre natural azota a un país como Myanmar, eso afecta a millones de personas; muchas vidas penden de un hilo. Hay que juntar los conocimientos y recursos de la humanidad. Hay que movilizarse para salvar vidas, dar servicios médicos y entregar alimentos. Pero en el mundo en que vivimos hoy, dominado por el sistema global del capitalismo, mandan los apremiantes intereses de las ganancias y no las necesidades del pueblo.

Hoy, en tales catástrofes humanas, quedan mucho más al desnudo las anticuadas relaciones sociales, políticas y económicas del imperialismo. El mundo necesita la revolución, y las cosas se podrían hacer de otra forma. En una nueva sociedad socialista, el poder estaría en las manos del pueblo. Los recursos y conocimientos de la sociedad y, sobre todo, la compasión, la creatividad y la conciencia política de las masas, podrían movilizarse y se movilizarían para construir una nueva sociedad emancipadora que podrá identificar y resolver toda clase de problemas, como desarrollar las formas de responder a desastres naturales.

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Revolución #130, 25 de mayo de 2008

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Martes 27 de mayo, 7 pm

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Esta semana, martes 21 de mayo
Conflictos en la clase dominante… los intereses del pueblo… y las elecciones. ¿Es la campaña de Obama una oportunidad para el cambio positivo, o una manera de paralizar a la ciudadanía y legitimar al sistema? Con la participación de Alan Goodman, colaborador del periódico Revolución.

La semana entrante, martes 28 de mayo
Revolución: estereotipos, directores de escena y el proceso vivo. La revolución se desprende de la interacción compleja de las contradicciones, en un país específico y en el mundo, y la interpenetración entre esos niveles o dimensiones. ¿Cómo entender eso en los hechos y no con recetas o estereotipos?


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Presentación y discusión de “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad” de Bob Avakian: “Necesitamos una revolución. Cualquier otra cosa, en el último análisis, es una pendejada”. ¿Qué es la labor revolucionaria significativa hoy sin una situación revolucionaria? ¿Es propagar la revolución y el comunismo una parte de esa labor revolucionaria significativa?

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“Hacer la revolución y emancipar a la humanidad” de Bob Avakian: “Luchar contra el sistema, y transformar al pueblo, para la revolución”

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“Hacer la revolución y emancipar a la humanidad” de Bob Avakian. Discusión: Acelerar mientras que se aguarda, no subordinarse a la necesidad. Como no estamos en una situación revolucionaria, ¿qué hacer? ¿Esperar que se empeoren tanto las cosas y que la gente se desespere tanto? ¿O “acelerar mientras que se guarda”, trabajar concretamente para acelerar las cosas y preparar las bases para cuando sea posible levantarnos? Bob Avakian dice: “Todo lo que hacemos tiene que ver con la revolución”. ¿Se puede aplicar eso concretamente hoy?

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¡Serie de discusiones de Away With All Gods!

Libros Revolución patrocina una serie de discusiones semanales centradas en el nuevo libro Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World (¡Abajo todos los dioses! Desencadenar la mente y cambiar radicalmente el mundo). Para quienes han estado leyendo este importante nuevo libro de Bob Avakian, esta será una oportunidad para abordar más profundamente los debates actuales sobre los dioses, el ateísmo y la moral, la necesidad de romper de lleno con todas formas de superstición y asumir un enfoque verdaderamente científico para conocer y transformar la realidad.

Martes 27 de mayo, 6:30 pm
Parte 3 RELIGIÓN—UNA CADENA MUY, PERO MUY PESADA

Lunes 2 de junio, 6:30 pm
PARTE 4 DIOS NO EXISTE—NECESITAMOS LIBERACIÓN SIN DIOSES

Sábado 31 de mayo, 6:30

Discusión del artículo “La crisis de los préstamos subprime y el crédito: El derrumbe financiero y la locura del imperialismo”, de Raymond Lotta, Revolución 127, en revcom.us.


Seattle

1833 Nagle Place
206-325-7415
seattlerevolutionbooks.blogspot.com

¡Se anuncia nuevo local de Libros Revolución de Seattle!

Colabora con nosotros en los planes para la renovación y expansión de nuestro nuevo local. Comunícate con nosotros para participar.

Sábado 24 de mayo, 7 pm

Grupo de Libros de la librería discute Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World (¡Abajo todos los dioses! Desencadenar la mente y cambiar radicalmente el mundo), de Bob Avakian. Esta semana: Religión—una cadena muy, pero muy pesada: ¿Cómo y por qué las tres principales religiones monoteístas del mundo son patriarcales? En Estados Unidos, ¿por qué el “cinturón de la Biblia” es el “cinturón de linchamientos”? ¿Tiene razón Avakian cuando dice que “todo eso de ‘que Dios nos bendiga’ es una mentalidad del esclavo” pero otra gente dice que la religión es una parte básica de la existencia del negro?

Domingo 25 de mayo, 3 pm

Lectura y discusión del número de esta semana del periódico Revolución

Domingo 1º de junio, 3 pm

Lectura y discusión del número de esta semana del periódico Revolución

Sábado 7 de junio, 7 pm

Grupo de Libros de la librería discute Away With All Gods!, de Bob Avakian. Esta semana: Dios no existe—necesitamos liberación sin dios: ¿Necesita el mundo un cristianismo progresista con más compasión? ¿Tienen los mitos religiosos un papel positivo en la sociedad, sin que sean verdad? ¿Tiene que decir la ciencia algo sobre los dioses y la religión? ¿Cómo afecta los sermones sobre la noción del pecado a las masas populares? ¿Es el problema la naturaleza humana o el sistema? ¿Cómo sería ser libre y qué significaría?

Domingo 8 de junio, 3 pm

Lectura y discusión del número de esta semana del periódico Revolución


Cleveland

2804 Mayfield Rd (esquina con Coventry)
Cleveland Heights  
216-932-2543
revbookscle@hotmail.com
Wednesday-Saturday, 3-8 pm 

Cada miércoles, 7 pm

Discusiones de “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”—Parte 2: Todo lo que hacemos tiene que ver con la revolución, de Bob Avakian: “El qué hacerismo enriquecido”; “El papel revolucionario fundamental del periódico comunista”; “Combatir ‘la tendencia espontánea a cobijarse bajo el ala de la burguesía’”; “Propagar audazmente la revolución y el comunismo”; y más…

A partir del domingo 15 de junio

Libros Revolución patrocinará cinco sesiones centradas en el nuevo libro, Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World (¡Abajo todos los dioses! Desencadenar la mente y cambiar radicalmente el mundo), de Bob Avakian. Para quienes han estado leyendo este importante nuevo libro de Bob Avakian, esta será una oportunidad para abordar más profundamente los debates actuales sobre los dioses, el ateísmo y la moral, la necesidad de romper de lleno con todas formas de superstición y asumir un enfoque verdaderamente científico para conocer y transformar la realidad. La primera sesión discutirá la primera parte del libro: Posibles temas a considerar: ¿por qué este título? ¿por qué el contenido centra en lo que está en la Biblia? Respuesta a la sección “Jesús tal como fue”. ¿por qué vincular con insistencia los nuevo y viejo testamentos? ¿cómo ves la relación entre la religión y las relaciones sociales dominantes?


 Detroit

406 W.Willis
(entre Cass y 2nd, al sur de la Forest)
313-204-2906
rbodetroit@yahoo.com
myspace.com/rbodetroit

Miércoles 28 de mayo, 6:30 pm

Discusión de Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World (¡Abajo todos los dioses! Desencadenar la mente y cambiar radicalmente el mundo), de Bob Avakian. Parte II: El cristianismo, el judaísmo y el Islam—arraigados en el pasado, bloquean el camino al futuro (segunda parte desde “El fundamentalismo religioso, el imperialismo y la ‘guerra contra el terror’”), Taquería Arandas, 1807 Livernois Ave (al sur de la Vernor), Detroit, 313-297-7533

Cine próximamente en la librería; se anunciarán fechas y horarios

“Galápagos” (exploración del fascinante mundo que inspiró la teoría de la evolución de Darwin). “Jesús Camp” (cautivante documental con nominación al Oscar retrata vívidamente una subcultura evangelista que prepara a jóvenes cristianos devotos para difundir los mensajes políticos y religiosos de la comunidad fundamentalista). “Marjoe” (documental premiado con el Oscar explora la vida de la ex niña evangelista y curandera).


Atlanta

4 Corners Market of the Earth
Little 5 Points, 1087 Euclid Avenue
404-577-4656 & 770-861-3339
rbo-atlanta.blogspot.com
Abierto miércoles y viernes 4 pm - 7 pm
sábado 2 pm - 7 pm

 

Cada domingo, 4-6 PM

Discusión de “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad” de Bob Avakian. Accede a nuestro diario digital o llama para información acerca del lugar. 

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