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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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Fue imposible evitarlo la noche de las elecciones: la ciudadanía se tomaba las calles para celebrar la elección de un presidente, con mucha emoción, y lágrimas.
En los siguientes días, se hablaba de la esperanza con amigos y extraños por igual. La esperanza de que se aproximen tiempos de cambio después de los horrores de los años de Bush. La esperanza de que se deje atrás el racismo. La esperanza de una nueva era de servir al bien común.
De verdad es algo precioso la esperanza que se fundamenta en las verdaderas posibilidades del cambio fundamental en este mundo. Dedicarse la vida a algo más elevado que la ética de “yo quiero lo mío” es tan vital que el futuro de la humanidad de verdad depende de ello. Además, superar concretamente las divisiones sociales basadas en la desigualdad y la opresión tiene que estar al centro de un auténtico movimiento por el cambio social.
Bien, en los albores del día siguiente, hay que preguntarse y debatir francamente acerca de algunas cuestiones básicas y muy serias.
¿Esperanza para qué?
¿Servir a qué?
¿Unidad en torno a cuáles metas y cuáles valores?
¿Y una victoria para quién?
“Soy suficientemente novato en el escenario político nacional como para servir de pantalla en blanco en que proyectan sus propios puntos de vista las personas de una enorme variedad de tendencias políticas” — Barack Obama, The Audacity of Hope
La mayoría de aquellos que celebraron en las calles se oponen a la racha de guerras que Bush ha lanzado y las amenazas de más guerras. Pero en su campaña, Obama prometió enviar más soldados a Afganistán. Tanteó la idea de ataques contra Pakistán, amenazó a Irán y juró respaldar hasta las cachas a Israel, el que hasta hoy día sigue atormentando al pueblo palestino. Se ganó una reputación oponiéndose al lanzamiento de la guerra de Irak, pero sobre este tema ya se dio marcha atrás en la campaña, diciendo que “escucharé a los generales” y determinando cuándo Irak tuviera “estabilidad” y sus soldados “suficiente entrenamiento”.
La mayoría de aquellos que celebraron en las calles odian el fascismo de los años de Bush: el espionaje, el destripamiento de los derechos fundamentales bajo la ley y la tortura. Pero como senador, Obama votó a favor de la prorroga del Ley Patriota (la que abolió o recortó fuertemente importantes derechos legales) y a favor de la inmunidad para las empresas de telecomunicaciones que a instancias de la Casa Blanca espiaron ilegalmente a la ciudadanía.
La mayoría de aquellos que celebraron en las calles anhelan que se ponga fin al racismo y a la opresión del pueblo negro y otras nacionalidades oprimidas. Pero en la campaña Obama no hablaba de ponerle fin a la discriminación y la opresión que continúan con una tasa de desempleo de los negros que es más del doble de aquella de los blancos, la discriminación en la vivienda, los servicios médicos y el sistema de justicia, y la tasa de encarcelamiento de los negros y otras minorías que es el escándalo de marca mundial. No, al contrario, hablaba en contra su anterior pastor, Jeremiah Wright, porque este “sostenía que el racismo de los blancos es endémico”. En ese discurso, Obama también dijo que tal forma de pensar genera “divisiones” y aleja a la ciudadanía de los problemas de las “dos guerras, una amenaza terrorista, una economía en declive, una crisis crónica de servicios médicos y el cambio climático potencialmente devastador”. Así, en pocas palabras, tapó la manera en que la discriminación sistemática está tan arraigada en todos los problemas de Estados Unidos y negó la dura y continua opresión de los negros como un pueblo y los profundos problemas estructurales de la sociedad estadounidense que la mantienen.
Muchos de aquellos que estuvieron en las calles también piensan que Obama comparte sus propios valores de ponerle fin a la opresión de las mujeres y de las personas gay. ¿Se han percatado que Obama suele caracterizar al aborto como algo malo, aunque no se opone al derecho al aborto, o de las rarísimas ocasiones en que siquiera mencionaba la defensa de este derecho? ¿O en un momento en que había una andanada de referendos electorales contra el derecho al matrimonio de los gays, Obama decía que, si bien no apoya esos referendos, sí se opone al propio matrimonio entre los gays, debido a sus propias creencias religiosas?
Obama ha dicho que está trayendo el cambio. Él te ha convocado, hace poco en su discurso de victoria la noche de las elecciones, a que lo apoyes y además, a que tengas paciencia con su gobierno. He aquí lo esencial: a juzgar por las propias declaraciones de Obama y no por lo que tú piensas que él piensa para sus adentros, ¿es el cambio que él está prometiendo y con el que está tratando de engancharte el cambio que necesitamos?
¿O te están enganchando para algo que terminará oponiéndose a tus mejores aspiraciones y a una moral basada en el bien común de la humanidad?
“Si alguien está presente que aún duda que Estados Unidos sea un lugar en que todas las cosas son posibles; quien aún se pregunta si en nuestros tiempos aún está vivo el sueño de nuestros fundadores; quien aún cuestiona el poder de nuestra democracia, esta noche da la respuesta” — Barack Obama, en su discurso de victoria
Bien, es cierto que muchas cosas son posibles en Estados Unidos. Es posible en Estados Unidos el genocidio de los colonos europeos contra los pueblos indígenas que ya vivían en América del Norte, unos colonos que luego se declararon los constructores de una “luminosa ciudad en la colina” y “la mejor y última esperanza de la humanidad”. Es posible en Estados Unidos el rapto de más de diez millones de africanos y la esclavización de estos y sus descendientes por 250 años, su explotación para generar las grandes riquezas de este país, y luego el sometimiento de sus descendientes a nuevas formas de opresión y superexplotación, y las bravatas simultáneas de que “el sueño de nuestros fundadores” se basa en el principio de que “todos los hombres son creados iguales”. Es posible en Estados Unidos librar y patrocinar las guerras y golpes de estado militares de los últimos 150 años que han dejado un saldo humano sin par en ninguno de los monstruosos e infames imperios del pasado y luego declarar, tal como dijo Obama en su discurso, que este mismo país es el más grande garante de la “paz y la seguridad” del mundo, y al mismo tiempo afirmar primero que “derrotaremos” a cualquiera que se oponga a lo que él llamaba la “nueva alborada del liderazgo norteamericano”. Es posible en Estados Unidos subordinar a economías de países enteros a las exigencias y los dictados del capital estadounidense; y luego es posible superexplotar a los pobres de esos países que por desesperación se ven obligados a buscar trabajo en Estados Unidos, y a su vez satanizarlos y decir que son la causa de las penurias de los demás. Es posible torturar a nombre de la “seguridad”, y a la vez declarar al mundo que no se hace.
Pero, es obvio que otras cosas NO son tan posibles en Estados Unidos. NO ha sido posible en Estados Unidos eliminar concretamente las estructuras de la supremacía blanca y la opresión de pueblos enteros. NO ha sido posible en Estados Unidos dejar de mandar soldados, espías de la CIA y comandos por todo el mundo, ni ha sido posible evitar, entre otras cosas, la matanza de 40 civiles en una fiesta de bodas en Afganistán el día antes de las elecciones que pusieron en el poder a un tipo que ha prometido mandar más soldados para invadir a ese país torturado y agobiado. NO ha sido posible en Estados Unidos superar concretamente la subyugación de las mujeres en toda esfera social, ni acabar con la satanización y la sistemática discriminación contra las personas gay. NO ha sido posible en Estados Unidos parar el desbocado saqueo y expoliación del mismo planeta en que vivimos. NO ha sido posible en Estados Unidos superar la asfixiante enajenación de la vida cotidiana para la mayoría de la población, ni la desesperanza de ver que se frustren tus mejores esfuerzos en el caso de las muchas personas que quieren dedicarse a mejorar la situación.
Lo que ha resultado posible, y lo que NO ha resultado posible, no tiene nada que ver con la “naturaleza humana” y tiene mucho que ver con el sistema que se ha establecido para afianzar los “sueños de nuestros fundadores”. El nombre de ese sistema es imperialismo, que es una etapa del capitalismo en que la mayoría de los seres humanos están relegados a una vida dura y corta de explotación, humillación y degradación casi indescriptibles… en que países enteros están subyugados a fin de profundizar y ampliar esa explotación… y en que el mundo entero está repartido entre un puñado de grandes potencias imperialistas (y hoy Estados Unidos está a la cabeza de todo eso).
Ese es el sistema que hoy determina lo que es posible, y lo que no. Ese es el sistema que hoy Barack Obama se está preparando a encabezar. Ese es el sistema al servicio del cual él te está convocando.
El imperialismo tiene una ideología, es decir, una forma sistemática, si bien no reconocida, en que enseña a la ciudadanía a ver todos los acontecimientos en el mundo. Cuando en el discurso de victoria Barack Obama canta alabanzas a la grandeza de Estados Unidos, está inculcándonos con su manera de ver el mundo. Cuando va al extremo de desear lo mejor para su contrincante así como alabar con elocuencia a este criminal de guerra impenitente, quien una y otra vez arrojó bombas sobre civiles en Vietnam, como un “dirigente valiente y desinteresado”, está inculcándonos de una manera muy nauseabunda y, francamente, horrorosa. Cuando Barack Obama nos convoca a “evocar un nuevo espíritu de patriotismo” y a superar las divisiones, sigue en lo mismo.
Es importante poner al descubierto de qué se trata todo esto en los hechos: de chovinismo estadounidense. Este acepta como un hecho la existencia del imperialismo. Muchos de aquellos que celebraron la noche de las elecciones en efecto esperan que Obama conduzca a un imperialismo “mejor”. Pero tal cosa no existe, ni existe ningún Estados Unidos imperialista “mejor” ni ningún imperialismo “bueno” de ninguna clase. Lo que necesitamos es barrer el imperialismo y todas las relaciones de opresión y explotación.
Dejan de corear “Estados Unidos, Estados Unidos”, y empiezan a pensar en lo que la humanidad vive y lo que hay que hacer con urgencia. Dejan de agitar esas banderas, y empiezan a resistir los crímenes de ese sistema, tales como los crímenes muy reales del régimen de Bush que Obama no sólo no va a llevar a juicio sino que, sí, está decidido, en gran parte, a continuar. DEJAN DE PENSAR COMO ESTADOUNIDENSES, y empiezan a pensar en lo que necesita la humanidad y a actuar sobre esa base.
¿Significa esto, pues, que no hay esperanza? ¿Que, de hecho, uno no puede hacer nada al respecto? ¿Que estamos recomendando el cinismo o la desesperanza?
En absoluto. En lugar de falsas esperanzas, ofrecemos esperanzas con una base real. Ofrecemos esperanzas basadas en la visión de una sociedad diferente, que reconoce que hoy la humanidad podría llevar a cabo grandes hazañas —en principio la eliminación del hambre, las enfermedades y la falta de vivienda—, pero que hay algo que la detiene: las relaciones económicas de explotación en que está trabada, y la maquinaria de opresión que avala esas relaciones. En una palabra, ofrecemos la esperanza de la revolución.
Ofrecemos las esperanzas que se manifestaron en los logros de las revoluciones rusa y china, antes de la revocación de esas revoluciones. Esas revoluciones dieron saltos respecto a las mismas cosas que NO son posibles en este sistema: eliminar la explotación y hacer una ruptura con las relaciones imperialistas que están asfixiando el mundo; arrancar de raíz la subyugación de las mujeres, y de los países y las nacionalidades oprimidos; abrir para los oprimidos las esferas de la administración de la sociedad y del trabajo con las ideas, de las que hoy están excluidos debido al funcionamiento cotidiano, y las medidas conscientes, del capitalismo; y dar servicios médicos, educación y muchas otras necesidades básicas a toda la sociedad de formas que reducían, y no ampliaban, las disparidades.
Ofrecemos esperanzas basadas en el trabajo científico de Bob Avakian, el líder de nuestro partido, quien ha defendido los logros y las lecciones fundamentales de esas revoluciones, a la vez que ha criticado y hecho rupturas con importantes errores y deficiencias de esa primera ola de revoluciones. Sobre esa base, ha revivido el VERDADERO sueño de emancipar a toda la humanidad de la explotación y la opresión, y ha señalado el camino hacia delante para lograrlo.
En lugar de “servir” de una manera que solo puede acabar reforzando las mismas cosas a que te opones, ofrecemos algo que corresponde a tus aspiraciones más elevadas: hacer la revolución.
Pues, HAY trabajo que hacer, un trabajo que clama con urgencia que se haga. Está el trabajo de luchar por tus mejores ideales y esperanzas del cambio. Está el trabajo de analizar concretamente cómo funciona el mundo, el lugar y el papel de Estados Unidos en ese mundo, y qué es la revolución y cómo se podría lograr. Está el trabajo de luchar contra el sistema, y transformar al pueblo, para la revolución.
Rompamos, por fin, con las asesinas ilusiones y pongamos manos a aquella obra: a ponerle fin al imperialismo, y a todas las relaciones de explotación y opresión, y NO a reforzarlas con una envoltura diferente. Que gestemos de veras un nuevo día.
Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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Gran éxito de presentaciones sobre “Hacer la revolución en Estados Unidos”
Gran éxito de presentaciones sobre “Hacer la revolución en Estados Unidos”
El 26 de octubre en Nueva York y San Francisco, se celebraron dos importantes presentaciones sobre “Hacer la revolución en Estados Unidos”. En total, asistieron más de 600 personas, quienes consideraron profundamente la posibilidad de hacer una revolución en Estados Unidos y la estrategia correcta para hacerla. Se palpaban la intensidad y el entusiasmo durante el discurso que duró una hora. Al final decenas de personas aún agitaban la mano en el aire para pedir la palabra y plantear sus preguntas, y la recepción informal posterior tuvo un ambiente de ánimo, intensidad y reto y se extendió después a los vecinos restaurantes y en algunas conversaciones hasta entrada la noche. Sobre todo, acudió un público diverso que respondió con gran interés y se manifestó fuertemente el potencial de un movimiento revolucionario.
De hecho, no cabe duda de que las presentaciones ilustraron de nuevo que existe una base en la sociedad que quiere entrarle a la revolución y a los temas respectivos y que responderá con ganas e interés a una presentación directa y completa de la línea revolucionaria del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos; ahora el reto para todos los revolucionarios es continuar este avance a partir de estos actos y llevarlo más lejos.
Ahora, la apremiante tarea es volver de inmediato a hablar con todos los que asistieron e incorporarlos al movimiento revolucionario. Los oradores explicaron bien que “todo lo que hacemos es parte de hacer la revolución”, y del público algunos comentaron que el discurso “lo conjuntó todo”; es importante mantener este espíritu y orientación durante el proceso de cosechar los avances con la gente. Es importante volver a hablar con la gente con la misma confianza, optimismo e intensidad de la presentación y no dejarse andar a la deriva o no tomar la iniciativa, y a la vez reconocer que el pueblo hará contribuciones de formas diferentes y variadas.
El siguiente número del periódico tendrá un artículo sobre las grandes transformaciones del periódico que se llevarán a cabo en el período entrante, de adaptar el periódico para que juegue más plenamente su papel pluridimensional de “eje y centro” del movimiento revolucionario. Pero primero es necesario hacer el trabajo urgente e inmediato de volver AHORA a hablar con las personas que asistieron a la presentación.
En particular, el movimiento revolucionario tiene que estar presente en toda su extensión en la semana que viene en torno a la jornada electoral. Estas elecciones han atraído a millones de personas a la vida política, y es probable que, el que resulte de las elecciones, la gente salga a las calles el martes por la noche, para celebrar el triunfo de Obama, o protestar en el caso de que McCain ganara, por lo que muy probablemente serían unas elecciones robadas. No repetiremos todo lo dicho en el artículo “El día después de las elecciones... y el cambio que de veras necesitamos... ¿y ahora qué harás TÚ?" o la carta de un lector que sacamos en línea la semana pasada, “Las elecciones, y estar preparados para lo que sea”. En una palabra, los revolucionarios tienen mucho que decirle al pueblo, y estaremos poniendo casi todos los días más análisis y agitación en línea en revcom.us.
Pero lo que señala este artículo es que de inmediato se necesita volver con este periódico y otros materiales a hablar con las personas que asistieron a la presentación e integrarlas en el trabajo de difundir todo esto como parte de formar un movimiento revolucionario. En concreto, esto significa que tenemos que ver que “las personas se apunten” para participar en los planes del partido para formar el movimiento de la revolución. En parte, esto significa atraer a las personas a los centros vibrantes del movimiento revolucionario, como las librerías. Además, tenemos que llevar la revolución (el movimiento revolucionario) al pueblo… a los barrios y los ghettos, las escuelas y los recintos universitarios, y otros lugares importantes donde se encuentran las masas y en particular donde se reúnen, y hacerlo sobre una base constante, mientras que “hacemos llegar su influencia” constantemente a otras concentraciones de masas y a las luchas en que participan.
Esto tiene dos aspectos: primero, ver que nuevas personas sean parte de ir a las comunidades y escuelas, en movilizaciones o actividades de difusión vibrantes que expresan el espíritu de desafío y brío del movimiento revolucionario, es decir, un espíritu revolucionario que manifiesta una firme confianza estratégica; segundo, colaborar con ellas para llegar a otras redes y escenas sociales de las que son parte y facilitar que les lleven la revolución. Ellas también tienen que formar parte de esta actividad. Por ejemplo, antes de las presentaciones los maestros y profesores tuvieron un papel importante dejando que los revolucionarios hablaran ante sus clases, lo que atrajo a una importante cantidad de estudiantes. Así que tenemos que aprender de eso y buscar formas creativas de incorporar a todos al trabajo de hacer la revolución, al nivel o de la forma que puedan. Tenemos que seguir en contacto de manera continua con todas estas personas, aprender de todo lo que se presente cuando difunden los materiales del partido, por ejemplo, cómo responder mejor a las preguntas y los debates que encuentren. El periódico, la Constitución del partido, el DVD de la charla de Bob Avakian Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es y sus otras obras de Bob Avakian son un gran recurso de la revolución. Una tarea que NO debemos dejar para la otra semana es ganarnos a cuantas personas como sea posible a aportar una cuota económica mensual al periódico.
Otra dimensión importante de la “cosecha” tiene que ver con las personas que han estado colaborando con el partido y quienes, a raíz de estas presentaciones, están considerando un nivel más profundo de compromiso. En esto es importante facilitarles las formas de bregar más profundamente sobre la línea y la estrategia del partido que se plantearon en la presentación y durante el reciente período, a partir de la publicación el Primero de Mayo de Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos hasta el lanzamiento de la Constitución del partido, el nuevo manifiesto El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, el número especial del periódico “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos” y El comunismo y la democracia jeffersoniana (en inglés).
Una semana entera de actividad política revolucionaria intensa
Ahora mismo, tiene una enorme importancia difundir el martes por la noche el número del periódico con el citado editorial sobre las elecciones y el citado número especial del periódico sobre la opresión del pueblo negro. Además, será una ocasión importante, ¡y muy oportuna!, para difundir el folleto El comunismo y la democracia jeffersoniana, de Bob Avakian (en inglés). Para repetir, algunas personas que asistieron a la presentación del 26 de octubre querrán salir con el partido; además, algunas personas que asistieron sabrán de diversas fiestas y otras actividades de la noche de las elecciones y querrán “llevarse al partido con sí mismas”. Pero todos deben llevarse estos materiales básicos.
El jueves por la mañana en este portal, el partido lanzará una declaración sobre las elecciones. El jueves por la noche se celebrarán reuniones en las librerías y otros locales las cuales se propagarán ampliamente y en las cuales habrá discusión sobre esta declaración. Los Clubes Revolución deben considerar en serio la posibilidad de organizar reuniones en comunidades o escuelas específicas, en particular donde llevaron a cabo importantes actividades en preparación para las recientes presentaciones.
Hay que hacer planes para maximizar el impacto de esta declaración, de la mano con otros importantes materiales del partido. Por ejemplo, se podría combinar la saturación de unas comunidades o escuelas específicas; entrevistas en importantes medios de comunicación (además, para llevar a las emisoras radiales, procuraremos poner en línea una versión grabada de la declaración lo antes posible); así como su muy amplia difusión. Todos los planes tienen que tener como meta lo de maximizar de diversas formas la actividad de la red revolucionaria general en torno a esta declaración; por ejemplo, tendrá importancia estratégica que ciertos ejes potenciales de la revolución como centros comunitarios, iglesias, pequeñas tiendas, etc., se lleven esta declaración y empiecen a tener presencia como lugares en que el pueblo puede conocer las ideas y el pensamiento revolucionarios del partido; o si maestros, clérigos o figuras de los medios de comunicación auspician a oradores del partido u otros que simpatizan con el partido que hablan sobre las elecciones. De nuevo: se tiene que llevar a cabo una amplia gama de formas de actividad, de tantos niveles y capas como la misma sociedad, que facilite muchas diferentes opciones y posibilidades para aquellos que quieren contribuir a hacer la revolución. Y, desde luego, al centro se necesitan estas actividades de difusión bien pensadas con organización y brío. Todo esto tiene que florecer el fin de semana del 8 al 9 de noviembre.
En las actividades del fin de semana, aparte de la declaración sobre las elecciones, se tiene que difundir muy ampliamente el número especial del periódico sobre la opresión del pueblo negro, de la mano con el folleto El comunismo y la democracia jeffersoniana (en inglés) y el DVD de la charla de Bob Avakian Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es. (Un aspecto importante de estas actividades será exhibir partes del DVD en reproductores portátiles.)
En estas actividades de distribuir el periódico, la declaración del partido y otra literatura, y en un sentido global, tenemos que tener la orientación de “necesitamos una revolución” y “estamos formando un movimiento para una revolución”, y debatir muchísimas cuestiones, como lo que pasa en la actualidad así como las contradicciones de hacer la revolución y formar un movimiento revolucionario, desde esa perspectiva y sobre esa base (de que “necesitamos una revolución” y “estamos formando un movimiento para una revolución”).
De nuevo, mantente sintonizado: se están dando grandes cambios en el mundo así como en el movimiento revolucionario. Para repetir: el número del periódico de la semana entrante analizará más profundamente una concepción global más amplia del papel de este periódico como eje y centro de un movimiento revolucionario emergente.
Mientras tanto, ¡conéctense con las nuevas personas que asistieron, y salgamos a cambiar el mundo!
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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He aquí, en la persona de Colin Powell, a un criminal de guerra a ultranza. Cometió monumentales crímenes de guerra y de lesa humanidad cuando era el máximo oficial militar estadounidense en la primera guerra contra Irak en 1991, que dejó decenas de miles de iraquíes muertos y la destrucción de una buena parte de la infraestructura civil de Irak, lo que a su vez provocó mucho más muertes.
Para colmo, Powell insistió que Estados Unidos tuvo justificación en sus ataques a blancos civiles: por ejemplo, recordarán, el refugio antiaéreo de Bagdad que bombardearon durante la guerra de 1991, que dejó cientos de civiles y niños muertos, mientras Powell decía que era un blanco legítimo y que era un “búnker militar”, en flagrante oposición al hecho innegable de que lo habitaban los civiles a los cuales Estados Unidos masacró en este ataque despiadado. Y quién puede olvidar el infame papel de Powell, como integrante del régimen de Bush, en torno a la segunda guerra contra Irak, que empezó en 2003, con su representación de mentiroso descarado respecto a las armas de destrucción masiva inexistentes de Irak y sus vínculos a Al Qaeda, de justificar la invasión y la ocupación de ese país, que ha provocado enorme destrucción, trastornado completamente la vida allá, provocado el desplazamiento de millones de iraquíes y costado la vida de cientos de miles de iraquíes (y de más de cuatro mil soldados estadounidenses). Powell tiene otro papel menos conocido y no menos horrendo: de desestimar y encubrir el horror de la masacre de Mi Lai durante la guerra de Vietnam, en que los soldados yanquis masacraron a cientos de no combatientes en la aldea de Mi Lai en Vietnam del Sur, entre ellos muchísimos ancianos y niños, como parte de la devastación general y muerte que Estados Unidos desató contra ese país, lo que constituyó un crimen de guerra y de lesa humanidad que causó la muerte de millones de personas.
El constante “cortejo” de Obama a este criminal de guerra de nivel mundial, Colin Powell, y el “beneficio” que percibió cuando Powell finalmente lo endosó, es otro indicio más de lo que Obama representa de hecho, al igual que las reiteradas profesiones de Obama de “respetar” muchísimo a McCain por el “servicio que cumplió por el país”, es decir, el papel de McCain como otro criminal de guerra más en la guerra de Vietnam, en que, como piloto de un bombardero, participó en la destrucción en masa de Vietnam y el asesinato múltiple de su población de parte de Estados Unidos.
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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Muchas personas que están apoyando a Obama en efecto esperan que este lleve a un imperialismo “mejor”. Pero eso no existe… no existe ningún Estados Unidos imperialista “mejor” ni ningún imperialismo “mejor” de ninguna clase. Lo que necesitamos es barrer el imperialismo y todas las relaciones de opresión y explotación.
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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Carta de un lector:
22/X/2008
Estimado Revolución:
El artículo de la portada del último número, “El día después de las elecciones… y el cambio que de veras necesitamos… ¿Y ahora qué harás tú?”, es muy bueno, pues presenta un reto: ¿Qué HARÁ el pueblo ante la continuación y la escalada de muchas cosas que le preocupan profundamente, en particular el que la población se haya dejado conducir a votar por Barack Obama. El artículo analiza las elecciones en el contexto general y de lo mucho que está en juego en estos tiempos y habla de qué es la verdadera solución. Además, habla de otros posibles desenlaces aparte de un triunfo de Obama y lo peligroso que es que los reaccionarios estén tachando a Obama de anticristo; la posibilidad del robo de las elecciones, etc. Tiene gran importancia ideológica debatir estos temas con el pueblo.
En segundo lugar, quisiera hablar de cuán orientados y preparados estén aquellos que leen el periódico Revolución de manera constante, para la variedad de posibles desenlaces de estas elecciones (no solo suponer que el desenlace más posible sea el único a que tomar en cuenta). En particular, es importante considerar lo que podría ocurrir si de una manera u otra (percibida o real) se le robaran las elecciones a Obama y qué podría generar tal desenlace, específicamente qué indignación podría generar, la que estaría muy justificada aunque en gran parte tuviera su origen en la convicción de que se hubiera ocurrido una traición de los ideales y reglas de la democracia burguesa. Desde luego podemos unirse con tal indignación, pero a su vez es necesario analizar POR QUÉ tales fenómenos siguen ocurriendo, por qué estos fascistas se muestran tan agresivos y POR QUÉ se necesita un programa diferente para solucionar los grandes problemas subyacentes que siguen imponiéndose de muchas formas agudas. Es muy posible que tal resultado electoral pudiera conducir a una crisis constitucional e incluso una posible crisis de legitimidad. Además, incidiría la opresión nacional en tal situación, de manera semejante pero más gruesa que la manera en que “se moldearon” los resultados de la votación en las últimas dos elecciones privando del derecho del voto a los negros. Vi a Chris Rock en la televisión, donde hablaba de la posibilidad de un “cambio de las reglas” para impedir que Obama ganara e insinuaba que eso podría provocar indignación en la base del Partido Demócrata, especial (pero no exclusivamente) en el seno de las masas negras, por ejemplo entre aquellos que no consideran que Obama sea LA respuesta fundamental a la opresión del pueblo negro.
Como comunistas tenemos que estar orientando y preparando al pueblo para responder a todo el ámbito de posibles desenlaces de las elecciones. Ahora mismo la amplia difusión del número especial “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”, el nuevo folleto de Bob Avakian, “El comunismo y la democracia jeffersoniana” (en inglés) y el número actual del periódico, y las demás formas en que se está construyendo un movimiento revolucionario afectarán muchísimo la manera en que el pueblo analizará estos asuntos y cómo responderá a lo que pasa de manera esperada o inesperada. Esa es la orientación fundamental y clave.
Sobre esa base, tenemos que estar atentos a varios fenómenos, entre ellos lo inesperado y lo que se podría generar en varios sectores del pueblo y tenemos que estar preparados y tener la capacidad de dirigirnos a mucha gente. La situación se ha polarizado mucho en torno a las elecciones. Parece que en las bases del Partido Demócrata se han combinado las expectativas elevadas con inquietudes acerca de qué cambios concretos podría traer un triunfo de Obama dada la enormidad de los problemas en que los imperialistas han metido el país, por ejemplo, la economía, la guerra de Irak, etc. Y estas mismas personas tienen bastante temor de que se robaran de diversas formas las elecciones. De parte del otro lado, las fuerzas fascistas derechistas están expresando mucha vileza y animosidad. Hace poco recibí una copia de un correo electrónico escrito por un primo que acusa a Obama de ser un marxista empeñado en derrocar al gobierno e instaurar el socialismo, etc. Me parece que es necesario que la orientación de esperar lo inesperado e incluso lo que no se puede anticipar sea parte de nuestros preparativos para responder a la situación.
En Chicago, la campaña de Obama ha reservado el parque Grant (la mayor parte del parque) para una celebración de victoria la noche de las elecciones y espera que asisten cientos de miles de personas. Pienso que debemos sacar en forma de volante el artículo “¿Y ahora qué harás tú?” para su amplia difusión de la mano con enormes cantidades del número especial de Revolución sobre “La opresión del pueblo negro…”. El 4 de noviembre, tenemos que ir con el periódico a importantes comunidades cerca de las casillas. SI se robaran o se percibiera que se robaran las elecciones, es probable que la celebración de victoria podría tener un carácter muy distinto y sería importante tener la orientación de responder a estros sucesos, estar entre las masas y en la escena y seguro no permanecernos ajenos a lo que las masas estarán viviendo. Tenemos que contribuir a dirigirlas, y no lo digo en el sentido táctico, sino en un sentido político e ideológico, pues los revolucionarios y las personas agrupadas alrededor de ellos podrían verse impulsados a luchar contra el robo de las elecciones pero tendrían que hacerlo con la orientación de hacer una revolución y manejar bien las contradicciones y tensiones difíciles. Una forma importante de responder de la manera más potente posible sería que, en la Internet en tiempo real la noche de las elecciones, el periódico Revolución tuviera su propia “central de las elecciones” y la capacidad de lanzar análisis y volantes.
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Después de las elecciones: Varias fuerzas están planeando actividades en las secuelas de las elecciones, posibles denuncias o presiones para afectar la plataforma de Obama así como dar análisis y dirección. Por ejemplo, el 7 de noviembre en Chicago, el Rdo. Jeremiah Wright dará un discurso en la Universidad Northwestern que se está anunciado en varias escuelas como una especie de “Informe sobre el estado de la nación negra”. Y el New York Times Review of Books trae un anuncio de una discusión de panel el 10 de noviembre en la ciudad de Nueva York “¿Qué pasa ahora? Una conversación sobre las elecciones de 2008”. Sería importante aprender en estas actividades cómo otras personas están interpretando los resultados de las elecciones y llevarles una explicación de una verdadera salida, una revolución. De nuevo, sería muy buena idea difundir el número del periódico “La opresión del pueblo negro…”, con volantes y otros materiales.
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Me parece genial una posible actividad para recolectar fondos para el periódico que alguien mencionó. Donde aún queden muchas playeras “Se busca” de Bush, Cheney, Rice y Rumsfeld, llévenlas a las cinéfilos cuando salgan de la película W, pues muchas personas que sale querrán denunciar al régimen de Bush por crímenes de guerra.
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La palabra “S”: el socialismo es una palabra muy sonada debido al paquete de rescate financiero o los ataques contra Obama por socialista de parte de McCain y Palin (quienes en general critican el aumento de impuestos en beneficio de los programas sociales). Esta situación es una gran oportunidad de hablar de lo que ES el socialismo y lo que NO. Se podría imaginar calcomanías en las paredes de los sanitarios en lugares públicos, expendedores de periódicos, paradas de autobús, postes del cableado telefónico… para que el público reflexione. Quizá algo parecido a lo siguiente:
¿QUÉ ES EL SOCIALISMO?
¿Es socialista el paquete de rescate financiero? NO
¿Es socialista Barack Obama? NO
¿Son socialistas Venezuela o la China de hoy? NO
¿QUÉ ES EL SOCIALISMO? Después de que el pueblo revolucionario de millones hiciera la revolución socialista, la clase capitalista imperialista quedaría privada de su propiedad y control sobre la sociedad. El socialismo es una clase radicalmente nueva y diferente de poder estatal. Es la transición al comunismo, que llevaría a la emancipación de TODA la humanidad.
Por primera vez en la historia, el socialismo hace que sea posible tomar el control de los recursos que la sociedad produce en común y utilizarlos con un plan racional a nivel de toda la sociedad para satisfacer las necesidades humanas y salvaguardar el planeta. Se basa en la actividad consciente de las decenas de millones de personas que estén iniciando la jornada de arrancar de raíz la explotación y la opresión en toda esfera, de la producción a las instituciones sociales e ideas en un proceso de muchos retos monumentales y una verdadera vitalidad y diversidad. Estos son cuestiones urgentes y pertinentes.
Busca en revcom.us (el periódico Revolución) un nuevo Manifiesto Comunista para nuestros tiempos.
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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Este es un mensaje a aquellos que apoyaron a Barack Obama porque están horrorizados y enfurecidos por el rumbo que esta sociedad ha tomado en los últimos ocho años. A aquellos que cifraron sus deseos profundamente sentidos del cambio en la expectativa de que Obama llevara la sociedad en una dirección diferente.
Revolución ha presentado el argumento de por qué tales expectativas son ilusorias y mal planteadas, por qué la dirección en que Barack Obama llevará la sociedad se opone diametralmente a la dirección en que tú quieres ir y por qué apoyar a Obama es perjudicial. Pero, no podemos sino decirles una vez más a aquellos que saben que el sistema está podrido: la lógica de apoyar a Obama se reduce a decir que si no podemos deshacerse de este sistema ahora, tenemos que fortalecer ese sistema destinando recursos a elegir y/o trabajando por elegir a alguien que ni siquiera aparenta que va a trabajar por traer un cambio real de la naturaleza de ese sistema.
Y si no crees que necesitemos una revolución, pues necesitas explicar cómo votar por Obama va a resolver las cosas que sí te importan. ¿Cómo, al interior de los confines y el marco de este sistema, es posible que Obama empiece a solucionar todos los horrores que vive la humanidad hoy, desde el calentamiento global a la crisis alimentaria y la despiadada discriminación en esta sociedad?
Pero no obstante todo eso, nos encontramos aquí. Al cierre de esta edición, no está decidido el resultado de estas elecciones y este es impredecible. No solo se trata de cómo cuenten los votos, sino de si siquiera los contarán. Pero, no obstante el resultado, cuando se levante la sesión, se planteará la siguiente pregunta para todos aquellos que tienen un genuino deseo de ver los cambios que necesitan con tanta urgencia los habitantes del mundo:
¿Y ahora qué harás tú?
¿Lucharás por los cambios de la sociedad y su rumbo —y del papel que juega Estados Unidos en el mundo— los que a ti mismo te importan profundamente? Y, si votaste por Obama, ¿lucharás por las cosas las que te hicieron cifrar tus expectativas de cambio en Obama?
Si Obama sale elegido, muchas personas tratarán de “esperar a ver” lo que pase.
Pero ¿por qué tiempo esperarás y cuánto tendrás que ver? ¿Qué te parecerá intolerable? ¿Cómo es esa raya que no cruzarás? ¿En qué momento te pondrás en pie y resistirás?
• Cuando Obama te dice que hay que escalar la guerra de Afganistán (y todo el terror, sufrimiento y matanza que eso implicará para la población de Afganistán) porque es “la buena guerra” y el frente clave de la “guerra contra el terror”, ¿lo aceptarás como borrego, o resistirás? ¿Tendrás suficiente sentido y criterio como para recordar que a cada paso del camino aquellos que dominan mentían, y que esta es una guerra ilimitada por imperio? Y cuando de manera aún más agresiva él “persigue a los terroristas en Pakistán” (léase: aumenta las redadas contra la población de Pakistán), ¿te pondrás en pie y resistirás? Si Obama atacara a Irán, tal como ha dejado en muy claro que está dispuesto a hacer, ¿qué harás? En una palabra, ¿cuánta matanza en defensa de imperio tolerarás de parte de Obama?
• Cuando Obama te dice que aquellos que están perdiendo sus hogares solamente tienen que hacer lo que puedan y confiar en sus dirigentes, ¿aceptarás eso, o resistirás?
• Cuando Obama inyecta dineros en las organizaciones basadas en la fe y les da el control sobre los servicios sociales que reciban fondos — de modo que empotre la religión aún más profundamente en todas las esferas de la sociedad, ¿aceptarás eso, o resistirás?
• Cuando Obama declara fuera de lugar oponerse a todas las formas crueles e injustas de opresión del pueblo negro, y propone “entender” la reaccionaria oposición racista de algunos blancos a la acción afirmativa, ¿dirás que esto es meramente algo que Obama tiene que decir para poder llevársela? Cuando Obama le echa la culpa al pueblo negro por una situación que es un producto de una larga historia y la realidad de hoy de su opresión como pueblo, de modo que justifique la criminalización de una generación de jóvenes negros, tal como hizo en su infame “discurso del Día de los Padres” de este año, ¿lo disculparás, o para colmo, lo aceptarás, o lo refutarás y te le opondrás resistencia? Y cuando otras personas dicen que Obama es prueba de que se ha superado el racismo —mientras que, a su vez, casi un millón de negros languidecen en las cárceles—, ¿te encogerás los hombros y lo aceptarás, o denunciarás esas retrógradas porquerías por lo que son?
• Cuando Obama dice que “todos aceptamos que el aborto es terrible” y cede una y otra vez ante los ataques al aborto y al control de la natalidad, a nombre de superar las diferencias, ¿qué posición tendrás? ¿Aceptar esto como la nueva realidad? ¿O decir “NI POR EL DIABLO”?
• Cuando Obama mantiene y para colmo intensifica la represión de los inmigrantes y justifica de manera despreocupada la separación de familias y la humillación, maltrato y satanización de estas personas, ¿qué harás?
Y consideren lo siguiente: McCain podría salir elegido, de la misma forma en que Bush “ganó” en las elecciones. ¿Qué indicaría eso? Meramente que es posible azuzar a un sector social en torno a los valores tradicionales de los “pequeños pueblos” norteamericanos de ignorancia, intolerancia, supremacía blanca y patriotismo — y que negarse a cuestionar todo esto, directamente, solamente envalentonará a estos elementos fascistas. Y puede que de nuevo demuestre que es posible manipular y robar las elecciones. Pero ¿y entonces qué? Sabías que el juego estaba trucado cuando le entraste al juego. Por tanto, no se vale encerrarte en el cinismo y la desesperanza meramente porque te hicieron trampa. En tal caso, ¿dejarás que gobiernen los fascistas abiertos sin oposición? ¿O te pondrás en pie y te unirás con otras personas para resistir la cruzada que él desatará, por ejemplo, yendo a la calle en resistencia política de masas si de alguna manera ellos efectivamente vuelven a robar las elecciones?
No obstante quien entre a la Casa Blanca después de estas elecciones, tomará el volante de un sistema entero y en particular de un sistema cuya trayectoria la ha definido el régimen de Bush con sus ambiciones mundiales — y la manera en que ha luchado por rehacer la sociedad entera de una forma fascista. Y no obstante quien entre a la Casa Blanca, lo hará en un momento en que hay enormes trastornos y dislocación a medida que la crisis financiera vaya desestabilizando la economía mundial — con la perspectiva de cosas mucho peores por venir. El futuro de millones de personas pende de un hilo.
No obstante el resultado de estas elecciones, habrá “cambios” profundos. Este tumulto podría llevar a un salto en la reorganización de la sociedad de una forma fascista. Pero a su vez, si crecieran un movimiento revolucionario y una cultura de resistencia, eso podría generar nuevas oportunidades y establecer términos nuevos… y se podría realinear dramáticamente la correlación de fuerzas en la sociedad.
El llamamiento de El Mundo No Puede Esperar sigue siendo cierto: EL FUTURO NO ESTÁ ESCRITO. EL FUTURO QUE NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS. Habrá tormentas. Puedes quedarte sentado y dejar que llueve sobre la población, en este país y en todo el mundo, o puedes hacer algo para arrebatarle un futuro completamente nuevo.
Muchas personas están apoyando a Obama porque consideran que él constituye lo único que queda entre sí mismos y la imposición de una agenda republicana cada vez más fascista. Pero los demócratas, y específicamente Obama, no van a ponerse en pie, criticar fuertemente y oponerse a lo que está pasando. En reiteradas ocasiones nos han dicho esto — y lo han demostrado mediante sus acciones. Aun cuando los mítines de McCain y Palin se ponían más feos y más amenazadores en las semanas antes de las elecciones, Obama siguió llamando a la “conciliación” y a “superar las diferencias”. Y que quede claro: desatar este movimiento populista derechista de pensamiento mezquino no es meramente una táctica de campaña. No solo es feo; es peligroso. Cuando propagan el fantasma de Obama como el Anticristo de la forma en que se ha hecho en esta campaña, es solamente una ominosa señal de que las fuerzas fascistas cristianas están en marcha — y están movilizando y solidificando su base en plan de luchar por que sus reaccionarios programas e ideas gobiernen la sociedad.
¿Por qué? Porque en estos tiempos tumultuosos, el mensaje y el papel de Obama es atraer a la población “al redil”. Obama se ha ganado mucho apoyo de la clase dominante —y que no quede duda alguna, él no estaría a la cabeza de las encuestas y no estaría recibiendo las mayores donaciones si no tuviera un enorme apoyo de la clase dominante— porque esta considera que él tiene el mejor programa para hacer que la población de Estados Unidos permanezca quieta y aguante a la espera del infierno que está a punto de tener que padecer. Y la clase dominante también cree que él es la mejor persona para convencer a los habitantes del mundo del sanguinario programa de agresión y asesinato que necesita para poder continuar a través del mundo. Es un “rostro nuevo”. Pero estos gobernantes también aceptan que los fascistas cristianos a los que ahora les cae la baba ante Sarah Palin tienen que formar parte del terreno y que no se debe criticarlos por lo que en realidad son. Por ende, cabe que en respuesta a todos los ataques de estas tenebrosas fuerzas del oscurantismo, teocracia que esclaviza a las mujeres, racismo y chovinismo de “Estados Unidos #1”, Obama ha predicado la acomodación y la claudicación. Y si él ganara la presidencia, eso no cambiaría. Eso se debe a que movilizar a las masas a luchar en oposición a la actual agenda de los gobernantes conlleva el potencial de desencadenar a las masas de una forma que podría llevar al mayor desenmarañamiento de una situación la que la clase dominante se está afanando con desesperación por mantener intacta. Y llamar a las masas a entrarle podría contribuir a que surja desde abajo un desafió radical a todo este tinglado.
Pero aunque Obama no quiere y no mandará gestar un movimiento de masas desde abajo que se oponga a toda la reacción y las injusticias, y de hecho, tal como muchos partidarios suyos pronto descubrirán muy a su pesar, él utilizará la maquinaria del estado contra cualquier movimiento semejante — ese movimiento es exactamente lo que se necesita que ocurra.
¿Serán estos unos tiempos de gran cambio? ¿Cómo podría ser de otra en vista de lo que está pasando en el mundo? Pero se plantea la siguiente pregunta: ¿qué clase de cambio y en beneficio de los intereses de quién? Los gobernantes de este país no van a quedarse de brazos cruzados y observar mientras que se venga a pedazos este sistema. Ante las poderosas fuerzas centrífugas que están rasgando el tejido de la sociedad — los gobernantes tratarán de superar a martillazos y garrotazos esta crisis. Y si lo logran, lo harán partiendo de una intensificación mucho mayor y atroz del sufrimiento y explotación del pueblo. Pero este resultado no es inevitable.
Estos tiempos muy gruesos también conllevan el potencial de cambios radicales y dramáticos y de una crisis aún más profunda que podrían presentar la posibilidad para un cambio revolucionario… y tenemos que estar preparándonos para tales momentos.
A aquellos que preguntan, “pero hasta que llegue la revolución, ¿qué podemos hacer nosotros?”, la respuesta es que ahora mismo es el mero momento para construir un movimiento revolucionario. Solamente es posible hacer las revoluciones cuando esté maduro el momento, pero en un sentido real, “se hacen” las revoluciones a lo largo del camino. Nuestro partido está en la sociedad y estará ahí, propagando la revolución y construyendo la resistencia. Nuestro partido está en el mundo y estará ahí, trabajando por gestar un pueblo revolucionario a lo largo de todos los vaivenes, curvas y giros de esta lucha de modo que la situación se desarrolle al grado en que cuando la revolución tenga un verdadero chance, la gente estará lista para aprehender el momento.
Y cuando te des cuenta de que te han embaucado… cuando ya estés harto o harta y te decidas a luchar por el cambio que necesita el mundo, y no por el cambio que nos dicen que tenemos que aceptar… cuando te decidas que ya es hora de ponerte en pie, activarte y resistir — únete con nuestro partido para trabajar por el cambio que importa de verdad.
“Para decirlo en una oración: las elecciones son controladas por la burguesía; no son de ningún modo el medio por el cual se toman las decisiones básicas; y se efectúan con el propósito primario de legitimar el sistema, la política y las acciones de la clase dominante —dándoles la fachada de un mandato popular— y de canalizar, confinar y controlar la actividad política de las masas populares”. Bob Avakian, Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr? |
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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En cuanto a la trampa electoral del “mal menor”, y el argumento: “Alguien va a ser presidente”
Imagínese una plantación esclavista, en que el amo sea tan astuto que deja que voten los esclavos, cada tantos años, sobre quién será Capataz, quién administrará, regulará e impondrá la explotación, la brutalidad y la humillación a las cuales los esclavos están sometidos. Imagínese que alguien sostenga que es importante dejarse llevar por las elecciones —pues, después de todo, “Alguien va a ser Capataz”— en lugar de canalizar la atención y las energías de la población a levantarse para zafarse de la plantación esclavista y ¡por fin ponerle fin al sistema entero de esclavitud!
O, imagínese una cárcel llena de miles y miles de personas que han estado metidas a la cárcel injustamente, en que de nuevo la administración carcelaria sea tan astuta como para permitir que voten cada tantos años sobre quién será Celador de los internos que han estado metidos ahí por causas injustas. Imagínese que alguien sostenga que es importante participar en estas elecciones —por que, después de todo, “Alguien será Celador”— en lugar de canalizar la atención y las energías de la población ¡a ponerle fin a este encarcelamiento injusto y a barrer el sistema entero que perpetúa constantemente todas esas injusticias!
De nuevo: PARA REFLEXIONAR.
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Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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Memos de tortura:
En las últimas semanas ha surgido nueva evidencia acerca de la magnitud de la participación íntima y profunda de funcionarios de alto rango de la Casa Blanca en las decisiones para autorizar e implementar tortura contra los prisioneros mantenidos por los norteamericanos en la llamada “guerra contra el terror”. En un artículo publicado en la primera plana del Washington Post el 15 de octubre, “Las tácticas de la CIA respaldados en memos secretos”, se revela que en 2004 y 2005 la Casa Blanca emitió dos memorandos en los que respaldaba explícitamente el uso de la técnica de ahogamiento simulado (submarino) y otras formas de tortura por la CIA.
El contenido actual de los memos, que permanecen clasificados, no fue revelado por la fuente del Post. Dicha fuente dijo al periódico que los memos son la primeras “expresiones tangibles de la aprobación de la administración para el uso de medidas duras por la CIA para extraer información de los líderes capturados de Al Qaeda”. A pesar de que existe gran cantidad de evidencia sobre el rol de los funcionarios del gobierno de alto rango en la autorización, planeamiento e implementación de tortura, el gobierno ha negado hasta ahora un rol directo de los funcionarios de los más altos escalones. “Hasta hace tan poco como el mes pasado”, informa el Post, “la administración no ha reconocido jamás públicamente que sus directivos conocían acerca de técnicas específicas, como ahogamiento simulado”.
Ahora bien, estos memos revelaban conocimiento directo y oficial de la aprobación de la Casa Blanca no solamente de la tortura en general, sino de técnicas específicas de tortura. Y en adición a los memos, otra evidencia ha surgido recientemente en relación al uso expandido de la tortura, pero proveniente de un coronel de la fuerza aérea que fue enviado para instruir a las tropas de las fuerzas especiales en técnicas de interrogación a detenidos. El 25 de setiembre, el coronel de la fuerza aérea Steve Kleinman prestó testimonio frente a un subcomité del Congreso acerca de la tortura que había atestiguado cuando estuvo en misión en Irak en 2003. Describió que las interrogaciones se llevaban a cabo en un antiguo depósito de municiones que describe como “subterráneo, frío y oscuro”. De acuerdo a su testimonio un detenido “fue obligado a arrodillarse frente a una fuente de luz, flanqueado por guardias provistos de barras de hierro, mientras los interrogadores le preguntaban a gritos. Cada respuesta era automáticamente seguida de una bofetada en la cara, una rutina que se repetía sin pausa por 30 minutos”. Un segundo detenido interrogado en la presencia de Kleinman estuvo sujeto a privación de sueño y a adoptar posiciones dolorosas de estrés. Un tercero tuvo todas sus prendas de vestir físicamente arrancadas de su cuerpo y fue obligado a permanecer de pie por doce horas o “hasta que se desvaneciera” (“Air Force Instructor Details Harsh Interrogations”, Washington Post, 26 septiembre 2008). Esto sucedió más o menos al mismo tiempo que las torturas de los prisioneros de Abu Ghraib, de infamante recordación en el mundo entero, que se conocieron debido a la filtración subrepticia de fotografías de los actos brutales y humillantes que sufrían los detenidos.
Las recientes revelaciones vinieron en adición a la denuncia en abril de que el uso por la CIA del sistema de ahogamiento simulado y otras formas de tortura contra detenidos inmediatamente después del 11 de septiembre de 2001 fue deliberada y meticulosamente planeado por altos funcionarios de la Casa Blanca en docenas de reuniones. Una fuente de la ABC News reveló que las torturas “fueron casi coreografiadas”. El equipo de planeamiento de las torturas incluía al vicepresidente Cheney, la asesora de Seguridad Nacional Condoleezza Rice, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el secretario de Estado Colin Powell, el jefe de la CIA George Tenet y el procurador general John Ashcroft. En abril de este año después que fueron reveladas estas reuniones, Bush le dijo a la ABC: “Sí, estoy informado que nuestro equipo de seguridad nacional se ha reunido para discutir este asunto y yo lo he aprobado”.
En los centros militares de detención de los Estados Unidos (como Guantánamo) y las prisiones secretas de la CIA alrededor del mundo durante los últimos siete años: los prisioneros son golpeados a veces hasta el punto de producirles la muerte. Se les obliga a permanecer de pie hasta que colapsen. Se les impide dormir. Se les mantiene en celdas que están iluminadas las 24 horas del día. Están sometidos a un fuerte ruido constante e intolerable. Se les amenaza con perros y serpientes. Se les mantiene desnudos y tiritando en celdas frígidas. Sus manos y sus pies están encadenados al piso o están colgados por sus muñecas desde las paredes de las celdas, lo que resulta en dislocaciones lentas y extremadamente dolorosas de los hombros. Están sexualmente humillados. A sus familias se les dice que los matarán y los violarán. A algunas de las personas se les somete a un método medieval de ahogamiento simulado, o el submarino. A algunas personas se les mantiene en completa oscuridad y silencio por semanas y meses. Algunos son llevados a la locura con estas torturas. Centenares de detenidos en Guantánamo han sido liberados después de padecer años de abuso y ahora viven con las pesadillas de estos horrores; otras continúan en esas condiciones o están sometidos a farsas de juicio a manos de torturadores en que se acepta lo que se puede extraerles bajo tortura como evidencia.
Esta es la manera en que miles de personas han sido tratadas por el gobierno de los Estados Unidos.
Los memos de la Casa Blanca revelados por el Post surgieron debido al temor de la CIA de que el programa gubernamental de torturas podría ser revelado y que los agentes de la CIA que participaron en la tortura podrían ser acusados de crímenes de guerra. La CIA llevaba más de un año realizando la tortura post 11 de setiembre antes del primer memo de 2003.
Los abogados del régimen de Bush habían redactado documentos secretos indicando que la tortura era legal. El abogado de la Casa Blanca Alberto Gonzales (que más tarde fue elevado a la posición de procurador general federal) escribió inmediatamente después del 11 de septiembre que la convención de Ginebra contra la tortura era “anticuada” y no era aplicable a la “guerra contra el terror” lanzada por el gobierno de los Estados Unidos.
Un equipo de abogados de la oficina del Consejería Jurídica del Departamento de Justicia emitió una serie de secretos e infamantes memos cuyo objeto era proporcionar un aval jurídico para la actividad de tortura de los detenidos bajo control norteamericano. Un memo, escrito por John Yoo, asistente del procurador general federal, y firmado por su jefe, Jay Bybee, declaró que lo que los interrogadores de la CIA hicieron con los prisioneros no se conformaba a la definición jurídica de tortura a no ser que fuera “equivalente en intensidad al dolor producido por una lesión corporal seria, tal como falla de órganos, deterioro de las funciones corporales o inclusive la muerte” (ver “Controversia por negativa de la Escuela de Derecho de Berkeley de despedir al “facilitador” de Bush: ¡El profesor John Yoo tiene sangre en las manos!”, en Revolución #130, 25 mayo 2008, en revcom.us.)
En un testimonio recién divulgado, John Bellinger, ex asesor jurídico en jefe del Consejo Nacional de Seguridad, reveló que en las reuniones de la Casa Blanca para discutir el tema de tortura, los abogados del Departamento de Justicia, John Yoo en particular, proporcionaron orientación y aprobación frecuente a la CIA acerca de sus métodos de interrogación.
A pesar de todo esto, la CIA estaba aparentemente preocupada de que no había suficiente documentación escrita que autorizara la tortura para salvarse el pescuezo, porque sabía que lo se estaba haciendo con los detenidos estaba en clara violación de la Convención de Ginebra y el derecho internacional así como contra las leyes anti tortura de los Estados Unidos. Un agente de inteligencia de alto mando le dijo al Post: “Esta situación venía a flote diariamente en las reuniones. Nosotros lo escuchábamos de nuestros jefes de campo. Ya estábamos de hecho preocupados de que nos iban a echar la culpa”. Un abogado de la CIA dijo: “La duda era si tuviéramos suficiente aval o protección desde arriba”. La CIA solicitó un segundo memo que autorizara la tortura proveniente de la Casa Blanca después de que los horrores de Abu Ghraib se conocieron 2004.
“No hay ningún misterio aquí”
“Lo que esas revelaciones recientes han ocasionado de hecho ha sido comenzar a difundir la documentación del crimen y dejar en claro que no había ningún misterio”, le dijo Lynne Kates, del Centro por los Derechos Constitucionales, a Revolución. “No hay ninguna duda de quién supo y cuándo lo supieron. Esas no son preguntas acerca de la tortura como un crimen de guerra cometido a los niveles más altos de la administración y a los niveles más altos del gobierno. De hecho la pregunta puede ser contestada con sus propias palabras y con sus propios memos. No solamente lo supieron desde el principio sino que lo planearon y lo autorizaron de una manera sistemática... Esto ha comenzado a crear el documento probatorio que de hecho habla de la necesidad de un proceso contra estas gentes por los crímenes que han cometido contra la humanidad”.
Aunque la revelación de los memos de la Casa Blanca salió en la primera plana del Washington Post, la mayoría de los medios de comunicación no prestaron la atención debida a la participación de los altos rangos del gobierno en la tortura; tampoco la tortura ha constituido un importante tema en la elección presidencial, y ningún político convencional está hablando de iniciar un proceso de destitución al régimen de Bush por crímenes de guerra. A medida que la evidencia de crímenes de guerra y el rol de la administración se incrementan, Nancy Pelosi, que dirige la Cámara de Representantes, contestó a una pregunta sobre el proceso de destitución de esta manera: “Yo he retirado de la mesa de discusiones este tema hace mucho tiempo. No se puede hablar de esto a no sea que se tengan pruebas en la mano” (“10 Questions for Nancy Pelosi”, la revista Time, 31 julio 2008). Pelosi misma fue informada de la política de tortura del gobierno en 2002 en su calidad de demócrata de peso del Comité de Inteligencia de la Cámara y no hizo nada para oponérsele.
Los abogados del régimen de Bush que facilitaron el aval jurídico para la tortura han hecho carrera con altos puestos en la vida académica y en las cortes. John Yoo es un profesor de derecho constitucional en la Universidad de California-Berkeley y Jay Bybee ha sido nombrado juez de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito con el apoyo bipartito del Congreso.
El hecho de que no ha habido una protesta masiva en la sociedad contra la autorización del equipo de Bush a la tortura indica a qué grado se ha legitimado el uso abierto de la tortura en la política, la dirección y el discurso de la política oficial de la sociedad norteamericana. Esto ha sido parte de un movimiento extremadamente peligroso de los gobernantes a fin de establecer nuevas normas de tipo fascista.
* * * * *
En los años 60, Bob Dylan escribió una canción acerca de la muerte de Emmett Till, un jovencito negro de 14 años de edad que fue brutalmente asesinado por racistas blancos en Money, Misisipí en 1955. Dylan evoca en su canción la muerte y el sistema de justicia que permitió que los asesinos fueran dejados en libertad. En el penúltimo verso Dylan habla de aquellos que muestran indiferencia frente a tan grande injusticia:
Si no puedes oponerte a estas cosas, a un crimen que es tan injusto,
Tendrás los ojos llenos de la suciedad de hombres muertos, y la mente de polvo.
Sin duda tendrás los brazos y las piernas en grilletes y cadenas, y ya no se circulará la sangre,
¡Por haber dejado que cayera esta raza humana en un abismo tan profundo, carajo!
Hoy día, si uno actúa como si no supiera de la tortura sistemática implementada por su gobierno, ha optado por NO SABER. Mucha gente ha aprendido a aceptar la vida bajo un estado en el cual la aplicación de dolor corporal y mental extremo sobre los seres humanos se ha vuelto la norma. Para aquellos que están protestando y rebelándose, existe un reto de movilizar a otros para reconocer la realidad, actuar con claridad moral y oponer una resistencia política a los horrendos crímenes de los gobernantes.
Permalink: http://www.insight-press.com/site/epage/55427_664.htm
Revolución en línea 6 de noviembre de 2008
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