Revolución #177, 27 de septiembre de 2009
IRAN: ¡Se justifica la rebelión contra los reaccionarios! ¡No a un ataque de Estados Unidos o Israel contra Irán!
De nuevo irrumpe la revuelta en Irán… protestas proyectadas frente a la ONU
Como lava que irrumpe por las grietas entre las placas de roca dura que constituyen la superficie de la tierra... la ira que hervía en el seno del pueblo iraní irrumpió de nuevo en las calles la semana pasada.
Al aprovechar la oportunidad ofrecida por las ceremonias Quds (mítines y marchas organizados por el régimen iraní supuestamente para apoyar la lucha palestina), decenas de miles de manifestantes se tomaron las calles en las ciudades de Teherán, Shiraz, Tabriz, Kermanshá y en otros lugares el 18 de septiembre. Al cierre de esta edición, es difícil conseguir detalles de las protestas pero lo que se sabe es que los manifestantes desafiaron a la policía, al Basij, una milicia reaccionaria que suele golpear a la gente con cadenas y que está vinculada con las fuerzas armadas del régimen, y a la amenaza de la prisión, donde el régimen ha estado torturando, violando y asesinando de manera sistemática a manifestantes encarcelados. Los portales del web informan que en Shiraz manifestantes pelearon con los milicianos Basij y liberaron a un grupo de manifestantes que los milicianos estaban arrestando.
Esta semana se ha programado un discurso ante las Naciones Unidos del presidente de Irán, Ahmadinejad — quien simboliza el régimen represivo y opresivo que domina a Irán. Iraníes de alrededor del mundo llegarán a Nueva York la semana del 21-25 de septiembre. Se les unirán otros para protestar cuando habla Ahmadinejad. Un punto central de las protestas será sacar a la luz y oponerse a los crímenes horrorosos del régimen que fueron el blanco de la ola inicial de protesta en que cientos de miles participaron, después de las elecciones iraníes del 12 de junio.
Todos los que odian la opresión y la injusticia deberían apoyar el “Llamado para un mitin de protesta contra la república islámica de irán en frente de la ONU” de un grupo de ex presos políticos y las familias de los presos políticos ejecutados por la República Islámica de Irán (RII) (vea el llamado en Revolución #175, 6 septiembre 2009 y en línea en revcom.us).
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La creencia de que Ahmadinejad robó las elecciones del junio prendió la actual ola de protestas en Irán. Millones de iraníes ansiaban con desesperación un cambio real y esperaban que la elección de uno de los candidatos de la oposición fuera un comienzo. En vez de eso, unas horas después del voto la República Islámica mintió descaradamente sobre las elecciones, declarando que había contado a mano millones de votos y que Ahmadinejad estaba ganando de manera aplastante.
La gente estaba indignada y de inmediato tomó las calles. Los gobernantes de Irán respondieron insultando a los que querían cambio, comparándolos a hinchas de fútbol desilusionadas y hasta a mugre. Trataron de censurar las noticias de la protesta y amenazaron a los manifestantes con el arresto e incluso con la muerte. Fracasaron. Literalmente millones se unieron a la sublevación, protestando en las calles, coreando desde los techos y de muchas otras formas. Los jóvenes y las mujeres —el futuro de Irán— estaban en las primeras filas de la batalla.
El levantamiento en Irán, y la intrepidez del pueblo, es inspirador y notable de muchas maneras. Por tres décadas, el pueblo iraní ha sufrido bajo una teocracia medieval. Ese régimen llegó al poder traficando con los levantamientos del pueblo iraní hace treinta años cuando fue derrocado el odiado títere de los yanquis, el Sha, un rey puesto en el poder por la CIA en un golpe de estado en 1953. El Sha fue aborrecido por haber convertido a Irán en un puesto de avanzada regional del imperialismo norteamericano y en un terreno de saqueo para el capital global y los ricos, mientras millones vivían una dura pobreza y la policía secreta adiestrada por Estados Unidos torturaba con salvajismo a los que se le oponían al Sha.
Pero los sueños de liberación del pueblo se agriaron cuando la revolución fue secuestrada por los teócratas islámicos dirigidos por el ayatolá Jomeini. No se dio ningún proceso fundamental de arrancar de raíz las relaciones en la sociedad iraní, sino que éstas fueron retocadas. El nuevo régimen reforzó las relaciones feudales. Siguió oprimiendo las nacionalidades como los kurdos. Impuso a las mujeres la ley islámica sharia, obligándolas a ponerse el velo y negándoles derechos básicos. El régimen islámico fundamentalista encarceló a decenas de miles de opositores, ejecutó a miles de comunistas y desde entonces ha reaccionado a cualquier forma de protesta con represión salvaje y violenta.
Las últimas movilizaciones en las zonas urbanas, especialmente de los jóvenes, estudiantes y mujeres —las más grandes desde la revolución de 1979— son la erupción de décadas de descontento y enajenación por el carácter asfixiante, medieval y sin salida de la dominación islámica — y una determinación de cambiar las cosas. Esto se refleja en los lemas de protesta: muerte a la dictadura, libertad de pensamiento, libertad o muerte, y el reclamo generalizado de un fin a la censura y supresión artística, intelectual y de prensa.
La respuesta del régimen ha sido brutal y mortífera. Ha atacado manifestaciones callejeras pacíficas con porras y gas lacrimógeno y las ha dispersado con cargas de motocicletas. Ha matado a sangre fría — como a Neda Agha-Soltan, una estudiante de 20 años. Ha arrestado a miles. Ha torturado o violado a muchos en prisión y asesinado a algunos.
Quizás nada concentra la depravación reaccionaria de la RII y su ideología mejor que la violación, tortura y asesinato sistemático de los/las presos/as durante todo su gobierno y de manera vengativa como respuesta a los levantamientos pos-electorales. (Vea Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, “Irán: Violación, tortura y ejecución de presas y presos como política del régimen”, 7 septiembre 2009 y en “The Lede”, un diario digital del New York Times, 28 agosto 2009).
Los milicianos del Basij arrestaron a Saeedeh Aghaee, de 17 años, porque ella coreaba lemas desde un techo. En la prisión, primero la torturaron, luego la violaron, “la quemaron en ácido desde las rodillas hasta arriba para destruir cualquier evidencia de la violación y de otros tipos de tortura”. Veinte días después su madre identificó el cuerpo en un depósito de cadáveres en el sur de Teherán, pero las autoridades se negaron a entregarle el cuerpo a no ser que la familia pagara un rescate enorme, lo que no tiene con qué pagar. El régimen también presionó a la familia para que declarara públicamente que la muerte fue el resultado de “insuficiencia renal”, aunque ella no tenía ningún historial de problemas de los riñones. Solamente mediante una investigación por parte de amigos y parientes fue posible poner al descubierto su asesinato. Hoy, existen muchos otros casos como el de Saeedeh.
La ola verde
La respuesta del régimen a la protesta ha profundizado la ira y la alienación sentidas por millones de iraníes además de agudizar las divisiones profundas dentro de los dirigentes de la RII sobre cómo mantener en el poder la República Islámica. Fuerzas reformistas dentro de la RII que se opusieron a Ahmadinejad en la elección, como Mir-Hossein Musavi, han denunciado los resultados de la elección (y hasta cierto punto han denunciado un poco de la brutalidad, tortura y violación contra los manifestantes) tienen diferencias fuertes con los “partidarios de la línea dura” de Ahmadinejad.
Pero los reformistas no están en contra de la República Islámica y todo que representa. Sus diferencias con los partidarios de la línea dura tienen que ver con cómo reforzar, revigorizar y defender la República Islámica. Han adoptado el color verde del Islam como su estandarte. Su agenda declarada y objetiva es re-legitimar la República Islámica y renegociar, no romper, los términos en que Irán y su economía petrolífera e influencia regional caben en el sistema global de capitalismo-imperialismo.
Como escribimos poco después de la elección:
“Las fuerzas que los reformistas electorales representan son peces gordos y no son amigos del pueblo. A pesar de tener discrepancias reales con las fuerzas que son el núcleo actual del régimen y de estar aisladas del núcleo del poder en estos momentos, esas fuerzas son en esencia tan reaccionarias como las de la ‘línea dura’ que representa Ahmadinejad. Los principales representantes de este movimiento no sólo son leales a las principales instituciones de la República Islámica de Irán. Muchos personajes importantes del movimiento desempeñaron un papel central en el surgimiento inicial del régimen islámico después de la revolución contra el Sha. Unos supervisaron directamente la represión extremadamente brutal a las fuerzas progresistas y revolucionarias en los años 1980, la cual incluyó el encarcelamiento masivo, la tortura, el exilio y la ejecución de miles de personas. El propio Musavi fue primer ministro durante ese período de 1981 a 1989” (“Revuelta en Irán”, de V. T., Revolución #169, 28 junio 2009).
Un comunicado del Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta), publicado la mañana del 20 de julio planteó: “Los sellos característicos de Musavi son el lema ‘Dios es grande’ y el color [islámico] verde. Muchos de ustedes piensan que estos símbolos son importantes para su unidad. Pero ante todo son los símbolos de la sociedad que Musavi promete construir: nada salvo la misma República Islámica con leves reformas para que sea más fuerte.
“¿De veras quieren esa clase de sociedad? ¿Eso vale tanto sacrificio? ¿Por qué no podemos hacer sacrificios a favor de metas más altas y más elevadas? ¿Por qué no luchar por una sociedad y un futuro fundamentalmente diferentes? Una sociedad sin opresión y explotación. Una sociedad en que todos compartan y cooperen. En que la igualdad de mujeres y hombres sea un principio fundamental y claro. En que se institucionalizarían las hermosas escenas de trabajar juntos, ayuda mutua y consideración que estamos presenciando en nuestras batallas comunes hoy. Una sociedad que no tiene aburrimiento y estancamiento, sino siempre energía y actividad”.
Irán necesita una VERDADERA revolución
Hoy, nos dicen que las únicas opciones para el pueblo en el mundo son el capitalismo-imperialismo al estilo yanqui y la “democracia” que le sirve por un lado, o el fundamentalismo islámico medieval. Pone la opresión que viven las mujeres en Irán como un ejemplo concentrado donde si quizá no hubiera nada más, el modelo de la democracia yanqui sea preferible a lo que existe hoy en Irán para las mujeres. Pero bajo las relaciones económicas y sociales perversas del sistema global de capitalismo, presidido y reforzado por Estados Unidos, millones de mujeres alrededor del mundo son traficadas en la esclavitud sexual y dentro de Estados Unidos mismo se ve a las mujeres como reproductoras de niños y objetos de la gratificación sexual mientras las tasas del abuso y violación de las mujeres son escalofriantes.
La Organización de Mujeres 8 de Marzo (Irán-Afganistán) dijo en una declaración para el Día Internacional de la Mujer (8 de Marzo) este año:
“Estamos frente a un sistema. Este sistema produce continuamente la misoginia y la esclavitud femenil, la pobreza, la homofobia, el apartheid racial y de género, el trabajo de niños, la mentalidad del esclavo a la religión, las guerras, los holocaustos y los genocidios….El camino al sistema capitalista imperialista mundial se ha pavimentado con la esclavitud de la mujer. El camino a su ruina depende profundamente de la rebelión consciente de las mujeres del mundo” (“Para un 8 de marzo internacionalista — Día Internacional de la Mujer — Mujeres revolucionarias claman: La revolución es la salida para la humanidad”, publicado en Revolución #157, 22 febrero 2009 y en línea en revcom.us).
La historia de Irán misma ilustra gráficamente cómo Estados Unidos ha traído la opresión y la miseria a Irán, primero por medio del Sha pero incluso al facilitar la llegada al poder de los fundamentalistas islámicos con todos los horrores que eso ha significado para las mujeres y la gran mayoría de la sociedad iraní (vea “El papel de Estados Unidos en Irán – entonces, y hoy” en este número y en revcom.us). Esto muestra cómo el imperialismo incorpora e integra las formas feudales y semifeudales de opresión en su red de opresión y explotación. Además muestra cómo el imperialismo y el fundamentalismo islámico se refuerzan y se alimentan mutuamente, aun cuando choquen agudamente en muchos frentes.
El país de Irán queda bajo el control del sistema capitalista imperialista mundial. Ahmadinejad y las fuerzas dominantes en el poder en la RII adoptan poses de enfrentarse a (algunas) potencias extranjeras a la vez que tratan de maniobrar dentro de las relaciones del sistema mundial imperialista. Y Estados Unidos hipócritamente adopta poses como el opositor ilustrado de la República Islámica obscurantista y tirana. La verdad es que ninguna de estas fuerzas representa ningún tipo de camino para la liberación del pueblo iraní.
Ni Estados Unidos ni ninguna facción dentro de la clase dominante iraní quiere sacar al pueblo de Irán del sistema de relaciones imperialistas en el mundo. Y es este sistema, con todas las relaciones que sostiene y refuerza, que es la raíz de la opresión del pueblo iraní.
La solución para la situación que vive el pueblo iraní no se halla en el ámbito del imperialismo yanqui o del régimen islámico. Está en una VERDADERA revolución que ROMPE las cadenas que atan a Irán al sistema global de capitalismo-imperialismo, y no en tratar de maniobrar para obtener condiciones mejores dentro de esas cadenas tal como los iraníes “de la línea dura” y los “reformistas”, de maneras diferentes, están tratando de hacer.
Esta VERDADERA revolución derrocaría la República Islámica de Irán y pondría en su lugar una sociedad liberadora que abriría el camino para arrancar de raíz todas las relaciones e ideas opresivas y explotadoras, entre ellas la opresión de las mujeres.
Como escribimos en “Revuelta en Irán”:
“Existe el potencial de que las fuerzas revolucionarias, incluso pequeñas al principio, saquen ventaja del levantamiento y fortalezcan la influencia y organización de una solución revolucionaria. Si tales fuerzas están entre el pueblo revuelto y si luchan para cambiar los términos de la revuelta y para desviarla fuera de los canales de la lucha solo por una “RII reformada”, pues una lucha social que al comienzo y espontáneamente se limita en esencia a los términos de la oposición entre dos polos que en lo fundamental y en última instancia son reaccionarios por igual (es decir, la democracia burguesa o el absolutismo fundamentalista) podría suscitar tanto la necesidad como la posibilidad de transformar la situación en una dinámica en la que crezca el polo de oposición radical, se zafe de esos confines y con una fuerza comunista revolucionaria que pueda entrar y contender en el proceso dinámico y cobrar fuerza en el curso de dicha situación”.
Como se ha demostrado en los últimos meses, el camino adelante para el pueblo de Irán está lleno de vueltas y giros, brotes imprevistos y calmas tensas… y las masas populares serán convocadas a hacer grandes sacrificios mientras resisten la represión brutal. Los conflictos en el régimen dominante en Irán han abierto espacio para que brote la lucha de las masas. Existe una oportunidad para poner en primer plano los intereses de las masas por medio de una lucha tortuosa y compleja. Existe el potencial para que algo bueno, de hecho, algo buenísimo, salga de todo esto.
El camino hacia eso es forjar un movimiento revolucionario verdadero en Irán. Esto es algo que todos que anhelen el cambio radical y fundamental, para la revolución, deben no solo esperar con fervor sino también apoyar políticamente.
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