Sólo un sistema salvajemente cruel ofrece a los jóvenes una cadena perpetua sin libertad condicional
Li Onesto | 3 de marzo de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
Shimeek Gridine, tenía 14 años, su amigo tenía sólo 12 años, cuando intentaron robar a un hombre en Jacksonville, Florida en 2009. Cuando Shimeek disparó una escopeta, el hombre fue impactado pero no seriamente herido. Shimeek fue procesado como un adulto y declarado culpable por intento de asesinato y robo. Se esperaba que él consiguiera indulgencia por ser joven y no tenía ningún registro de cualquier tipo de violencia. Pero el juez lo sentenció a 70 años sin libertad condicional. Ahora Shimeek no puede salir de prisión hasta que tenga 77, lo que está más allá de la esperanza de vida para un hombre negro de su edad. La abuela de Shimeek, Wonona Graham, dijo: "Ellos lo sentenciaron a muerte. Así es cómo yo lo veo"1.
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Quantel Lotts tenía 17 años cuando fue procesado, fue tratado como un adulto y le dieron la más severa sentencia posible: una cadena perpetua sin libertad condicional. No le importó a la corte que Lotts sólo tenía 14 años cuando él y su hermanastro jugaban a pelear con dardos y un arco y flecha de juguete y de ahí las cosas escalaron a una lucha real donde Lotts apuñaló a su hermanastro. Lotts dice que ahora es una persona diferente, pero nunca podrá presentar ese argumento a los oficiales de la prisión para una segunda oportunidad. Él permanecerá detrás de las rejas hasta que muera. "Ellos me encerraron con llave y me dejaron sin vida", dice Lotts. "Es como si mataran toda esperanza de futuro. No hay ninguna salida"2.
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En su cumpleaños 16, Robert Holbrook aceptó trabajar de centinela en un robo que pensó que iba a ser un simple trato de drogas pero otros se involucraron y acabaron matando a alguien. Él se declaró culpable de asesinato para evitar la pena de muerte. El juez lo declaró culpable de asesinato en primero grado por ayudar e incitar el crimen. Ahora él está cumpliendo una pena perpetua sin libertad condicional en Pensilvania3.
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"No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad; ".
Artículo 37 a) de la Convención de los Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, 2 de septiembre de 1990.
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Estados Unidos es el único país del mundo que sentencia a los jóvenes a morir en la prisión sin ninguna esperanza de libertad, y hoy en Estados Unidos aproximadamente 2.500 personas están cumpliendo una cadena perpetua sin libertad condicional por crímenes que cometieron cuando eran menores de edad4. Hay muchos más en la prisión que cometieron crímenes cuando tenían menos de 18 años de edad, que están cumpliendo lo que constituyen cadenas perpetuas de 60 o 70 años que garantizan que se morirán tras las rejas.
Esta situación completamente cruel e injusta existe aunque la Suprema Corte estadounidense ha rendido fallos para restringir las cadenas perpetuas obligatorias para los jóvenes, con una argumentación de que los niños, incluso aquellos declarados culpables del asesinato, son menos culpables que los adultos y en la mayoría de los casos merecen una oportunidad para intentar cambiar.
Tome un momento y piense en lo bárbaro que es este sistema que insiste en tomar a los niños y juzgarlos como adultos y encerrar con llave a muchos de ellos, tan jóvenes como de 14 años, o incluso más jóvenes, para el resto de su vida, diciéndoles que no tienen ninguna oportunidad de estar de nuevo con sus familias, ir a una escuela normal, o siquiera tener una vida fuera de la prisión.
En dos casos separados, en 2010 y 2012, la Suprema corte tomó decisiones muy importantes sobre las sentencias a los jóvenes, a partir del testimonio sobre las diferencias entre los jóvenes y los adultos.
En 2010, en el caso de Graham v Florida, la corte decidió que debido a sus diferencias cognoscitivas, conductuales y emocionales a los adultos, no se podría condenar a la sentencia más severa posible a los jóvenes menores de 18 años en el momento de cometer el delito que no cometieron un homicidio. La corte prohibió las sentencias de por vida sin libertad condicional para los jóvenes no declarados culpables de asesinato y dijo que debe ofrecerse los ofensores una "oportunidad seria para la libertad basada en la demostrada madurez y rehabilitación".
El caso ante la corte fue el de Terrance Graham, que había sido sentenciado de por vida por robo a mano armada. El magistrado Anthony M. Kennedy escribió en su opinión mayoritaria: "El estado le ha negado cualquier oportunidad para que demuestre más tarde que está apto para reincorporarse a la sociedad basado solamente en un crimen que no implicó un homicidio cometido mientras era un niño a los ojos de la ley".
En el 2012, en el caso de Miller v Alabama la corte falló que una sentencia de por vida obligatoria a los jóvenes sin libertad condicional es una violación de la VIII Enmienda (la cual prohíbe el castigo cruel e inusitado) al no tener en consideración su edad y otros factores pertinentes. La Suprema Corte dijo que las cortes deben "tener en cuenta la manera en que los niños son diferentes y cómo esas diferencias aconsejan no sentenciarlos irrevocablemente a una vida en la prisión". Esta decisión implicó que en 26 estados, la única sentencia para los jóvenes condenados por asesinato es inconstitucional.
La corte dejó incierto, sin embargo, el que el caso Miller pueda aplicarse a las 2.500 sentencias de por vida sin libertad provisional ya declaradas contra las personas condenadas por crímenes cometidos cuando eran jóvenes. Este fallo tampoco tomó en cuenta a los presos que, siendo menores de edad, fueron condenados a sentencias que representan sentencias de por vida.
¿Cómo es que pasó esto?
Un número récord de personas está condenado de por vida sin libertad condicional en los Estados Unidos por cosas que hicieron cuando eran menores de edad. Pero no siempre recibían un trato con tal crueldad bárbara rutinaria en las cortes de Estados Unidos.
En 1899 los Estados Unidos tomó una decisión deliberada para tomar en cuenta las diferencias de desarrollo entre los adolescentes y los adultos. Se establecieron unas cortes para los menores de edad: un sistema separado de justicia para los menores de edad que reconocía sus diferencias en lo que se refiere a la culpabilidad y la madurez. Por la mayor parte de la primera mitad del siglo 20, ésta fue la idea dominante de cómo tratar a los menores de edad en las cortes de Estados Unidos, con un énfasis en la rehabilitación. Pero eso cambió dramáticamente y empezó a desenmarañarse a partir de los años 19605.
El concepto y la práctica de las cortes que tomaban en cuenta las diferencias concretas entre los adultos y los jóvenes empezaron a ser minados progresivamente. Esto fue especialmente cierto durante los años 1980 durante "el combate a la droga", en la que los jóvenes negros y latinos fueron satanizados y criminalizados por las cortes, los políticos y los medios de comunicación. ¿Recuerda toda la cháchara sobre "los súper-depredadores"? ¿La divulgación de frases como "crimen de adulto, pena de adulto"?
Se bajó la edad de la transferencia judicial en muchos estados, mientras se permiten los procesos penales para los jóvenes de 14 años de edad y menores. El rango de ofensas transferibles se extendió, lo que implica una lista más larga de crímenes por los que podrían procesar a los jóvenes como adultos. Pero quizás el cambio más significativo estuvo en los estatutos de traslado automático. Bajo estos estatutos, tratan a muchos jóvenes automáticamente como adultos cuando son acusados de crímenes. Según algunas estimaciones, esto ha implicado que los casos de más de 250.000 jóvenes son transferidos al sistema penal para adultos cada año6.
En Nueva York, por ejemplo, una ley aprobada en 1962 ordena que los mayores de 16 años sean tratados como adultos, y 40.000 adolescentes al año son procesados como adultos en ese estado, en su mayoría por crímenes no violentos, como brincar el torniquete en el metro, posesión de marihuana y hurto en una tienda7.
Todo lo anterior ha sido parte del incremento dramático del encarcelamiento en masa en los Estados Unidos en las últimas décadas.
Como escribí en el artículo, "¿Qué clase de sistema sentencia a las personas a 'una muerte en vida'?" (Revolución #326, 6 de enero de 2014), el uso extendido de sentencias de por vida sin libertad condicional era muy raro en los Estados Unidos antes de los años 1970. Pero posteriormente se dio "la guerra contra la droga" y la explosión del encarcelamiento en masa. El número de prisioneros en Estados Unidos pasó de 338.029 en 1970 (en las prisiones federales y estatales y las cárceles locales) a 2.266.832 en 2010, y la mayoría de los prisioneros son personas negras y latinas. Así ocurrió un enorme incremento de las sentencias de por vida sin libertad condicional, tanto para los adultos como para los menores de edad.
Además de los menores de edad condenados de por vida sin libertad provisional, hay 49.000 prisioneros adultos con tal sentencia, y más de 3.000 de estos prisioneros están encarcelados por delitos no violentos de narcóticos y contra propiedad ajena. Estas sentencias representan castigos vengativos, y no la rehabilitación, con un desprecio absoluto por la humanidad de las personas. La sentencia de por vida sin libertad condicional para adultos y menores de edad es cruel e inhumana.
Han tratado a generaciones enteras de jóvenes negros y latinos como delincuentes, considerados automáticamente como sospechosos para ser detenidos y registrados por la policía sin haber hecho nada. Y cuando terminan en la corte, los jóvenes afroamericanos reciben una sentencia a penas de por vida sin libertad condicional en una proporción per cápita que es 10 veces mayor que en el caso de los menores de edad blancos8.
Éste es un sistema que culpa a los jóvenes negros y latinos de "tomar malas decisiones", mientras no puede ofrecerles ningún trabajo, vivienda digna, educación o ningún otro futuro más que volverse una máquina de matar para su ejército, siendo constantemente perseguido por la policía o terminando en la prisión.
Todo esto subraya lo que Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario ha dicho lo que está en juego en la lucha contra la encarcelación en masa en los Estados Unidos:
"Esta encarcelación en masa horrorosa con criterios selectivos raciales es una consecuencia del hecho de que no se hizo una revolución en los años 1960. El levantamiento revolucionario de esos años puso a la defensiva a la clase dominante, pero no le arrebató el poder. La clase dominante sobrevivió esas tormentas y, consciente del papel de los levantamientos del pueblo negro como punta de lanza y su potencial para prender más levantamientos, se ha esforzado para suprimir vilmente a ese potencial antes de que pueda manifestarse — la contrainsurgencia antes de que surja la insurgencia.
"Si se deja que continúe la trayectoria actual, se intensificará la realidad que viven millones de los oprimidos acorralados en los ghettos y barrios sin oportunidad ni esperanza. Salir de la cárcel y entrar de nuevo seguirá siendo un rito de paso para millones de jóvenes oprimidos, muchos de los cuales ya no ven en su futuro inmediato nada salvo la prisión o la muerte. Se trata de un lento genocidio que, dadas las agudas divisiones en la clase dominante y el apuntalamiento y azuzamiento de francas fuerzas fascistas, fácilmente podría convertirse en un genocidio rápido".
Este sistema no les ofrece ningún futuro a la juventud jóvenes, pero...
Además de los 2.500 prisioneros que cumplen sentencias de por vida sin libertad condicional por crímenes juveniles, hay otros 10.000 sentenciados de por vida condenados por crímenes por los se declararon culpables de cometer antes de que tuvieran 18 años de edad. Esto concuerda con la tendencia general en Estados Unidos donde los prisioneros están cumpliendo las sentencias más largas en la historia del país.
Sólo un sistema salvajemente cruel condena a la juventud a la prisión de por vida sin libertad condicional. Sólo un sistema totalmente ilegítimo envía a miles de personas jóvenes a la prisión durante décadas sin esperanza de siquiera cambiar en la vida y tener una segunda oportunidad, de salir y hacer una contribución a la sociedad. Éste es un sistema que etiqueta a la juventud negra y latina como "lo peor de lo peor" que se descarte y se trate como menos que humano sin tener ninguna consideración para su potencial humano. Éste es un sistema que no le ofrece ningún futuro a esta juventud. Pero la revolución sí tiene un lugar para estos jóvenes, el de luchar por el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, una revolución para emancipar a toda la humanidad.
Como Bob Avakian dice:
"No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso".—Lo BAsico 1:13
1. New York Times, "Juveniles Facing Lifelong Terms Despite Rulings", 20/01/2014 [regresa]
2. The Guardian, "U.S. Supreme Court to reconsider life imprisonment for juveniles", 19/03/2012 [regresa]
3. Stateline, "States Reconsider Juvenile Life Sentences", 27/07/2012 [regresa]
4. "Life Goes On: the Historic Rise in Life Sentences in America", The Sentencing Project, 2013 [regresa]
5. "Adolescent Development and the Regulation of Youth Crime", de Elizabeth S. Scott y Laurence Steinberg, 2008 [regresa]
6. Scott y Steinberg, 2008 [regresa]
7. Editorial del New York Times, "When Children Become Criminals", 19/01/2014 [regresa]
8. Campaña por Sentencias Justas para los Jóvenes [regresa]
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