Sobre la controversia en torno a Rusia:
Los intereses de los gobernantes de Estados Unidos NO son nuestros intereses
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Ha estallado una intensa lucha en la clase dominante estadounidense por las afirmaciones de que los organismos de inteligencia estadounidenses informaron a Trump en febrero o marzo de que, durante aproximadamente un año, los agentes rusos habían estado ofreciendo “recompensas” a los combatientes talibanes a cambio de matar a los soldados estadounidenses que actualmente ocupan a Afganistán. Y se denuncia que luego Trump no hizo nada para oponerse a que Rusia lo hiciera, o siquiera para investigar más a fondo.
Cerca de 20 soldados estadounidenses fueron asesinados en Afganistán en 2019, y se afirma que al menos uno murió a causa de estas “recompensas”. Para el consumo general, esta controversia se está envolviendo en emotivos saludos a “nuestros valientes hombres y mujeres uniformados, que luchan por defender la libertad”, con el fin de atraer a las masas de personas y meterlas en una lucha al interior de la clase dominante sobre la mejor manera de mantener su sangriento imperio mundial.
Primero, aclaremos dos cosas:
Número uno, Estados Unidos NO ha estado defendiendo la “libertad” ni nada que sea bueno para la humanidad. La guerra en Afganistán no es una “guerra buena” y los soldados estadounidenses ahí no son “espectadores inocentes”. En el transcurso de 18 años, más de 800.000 soldados estadounidenses fuertemente armados y blindados han sido la columna vertebral de la ocupación y la guerra por parte de Estados Unidos; Estados Unidos ha hecho llover 38.000 bombas sobre este empobrecido país, ha llevado a cabo 12.000 ataques con aviones teledirigidos, ha encarcelado y a menudo ha golpeado, torturado o incluso matado a por lo menos 15.000 afganos. La guerra de Estados Unidos ha matado a mucho más que 100.000 personas, y cinco millones de personas —casi una de cada siete— han sido expulsadas de sus hogares. Todo ello en busca de intereses estratégicos imperialistas. (Véase en “Estados Unidos deja Afganistán tras matar a más de cien mil personas en su ‘guerra buena’” documentación y un entendimiento más a fondo de por qué Estados Unidos casi destruyó a Afganistán.)
Número dos, estos aullidos de indignación son profundamente hipócritas. Estados Unidos canalizó miles de millones de dólares hacia Afganistán en la década de 1980 para forjar fuerzas yihadistas islámicas (incluido Osama bin Laden) precisamente para matar a muchos miles de soldados rusos que estaban ahí para dominar a Afganistán en la propia guerra sangrienta de Rusia por un imperio.
Como documentamos en Crimen Yanqui Caso #24: La guerra de sustitutos de Estados Unidos contra la Unión Soviética en Afganistán, 1979-1988:
En julio de 1979, Estados Unidos comenzó una campaña secreta para desestabilizar al nuevo gobierno pro-soviético de Afganistán y provocar a la Unión Soviética, en ese entonces su principal rival imperialista, a invadir a Afganistán. En diciembre de 1979, después de que los soviéticos invadieron con 100.000 soldados, Estados Unidos organizó y lideró una sangrienta guerra de sustitutos de una década contra ellos y su régimen cliente afgano con un solo objetivo: desangrar a la Unión Soviética y “matar rusos”.
Como parte de ello, Estados Unidos proporcionó más de 3.000 millones de dólares en armamento y ayuda a las fuerzas fundamentalistas islámicas, incluido Osama bin Laden, que combatían contra la Unión Soviética. Al menos 800.000 afganos y 15.000 soviéticos murieron en el subsiguiente baño de sangre, y se considera en general que la guerra desempeñó un papel importante en el colapso de la Unión Soviética en 1992. Esta fue una importante “victoria” estratégica imperialista para Estados Unidos, mientras que para el imperialismo ruso fue una importante derrota de la que Rusia todavía está tratando de “recuperarse”.
Las denuncias contra Trump son parte de una lucha muy aguda al interior de la clase dominante capitalista-imperialista estadounidense. Hay profundas diferencias sobre LA FORMA de mantener y expandir su imperio.
Como Bob Avakian ha dicho:
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino.
Lo BAsico 3:8
Al mismo tiempo, esta lucha podría afectar, en sentidos complejos, la lucha general en este momento para expulsar a este régimen fascista. A este respecto, también debemos tener en cuenta los siguientes dos párrafos, los que se han posteado de manera frecuente en revcoms.us:
Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos del sistema actual y al servicio de los intereses de la clase dominante del sistema actual, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.
Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.