La absurda y peligrosa fantasía de que Donald Trump no es belicista

Raymond Lotta

| revcom.us

 

17 de agosto de 2020. Es realmente asombroso cómo algunos progresistas y autodenominados radicales se engañan a sí mismos cuando se trata de la política exterior de Donald Trump. Ellos se creen y difunden el peligroso mito de que, a pesar de todos sus desvaríos e imprevisibilidad, Trump es un aislacionista “antibélico” que quiere reducir la huella militar global de Estados Unidos y no está dispuesto a empantanarse en guerras interminables. Descríbelo como quieras... pero belicista no es, dicen. Mal, mortalmente mal.

De hecho, la retórica belicosa de Donald Trump ha ido a la par con actos de provocación contra adversarios específicos que podrían haber conducido, y aún podrían conducir, a la guerra — Irán es un excelente ejemplo. El ejército estadounidense bajo Trump se ha guiado y está operando según una nueva Estrategia de Seguridad Nacional enunciada en 2018 que es nada menos que una visión siniestra para el conflicto entre Estados Unidos y China1. Desde el primer día de la pandemia mundial de COVID-19, Trump se fue lanza en ristre a avivar la histeria racista anti-China y a escalar la guerra económica con China. Y la demencial euforia de Trump por las armas nucleares tiene una contraparte más calculada en un importante aumento de la capacidad de Estados Unidos de librar una guerra nuclear.

“Estados Unidos ante todo” no es una agenda de atrincheramiento “antiglobalista”. En el núcleo de su política exterior, “Estados Unidos ante todo” es un proyecto imperial agresivo, unilateralista (“vamos por nuestro propio camino, a la mierda las restricciones de las alianzas y la diplomacia imperialistas tradicionales”). Es un proyecto impregnado de una ideología de superioridad civilizatoria cristiana blanca y fascista.

Hagamos una relación de las prácticas del belicista Trump.

Prueba # 1: Gasto militar, armas nucleares y drones de Estados Unidos

El dizque “antibélico” Trump ha presidido niveles masivos de gasto militar. Los desembolsos para el año fiscal 2020 estuvieron en niveles casi récord (ajustados por inflación), y el presupuesto militar que presentó Trump a principios de este año fue el más grande desde la Segunda Guerra Mundial (en dólares constantes)2.

El mayor aumento de una sola categoría solicitado involucra armas nucleares, incluyendo la ampliación de las instalaciones de producción de armas. Tómese nota: la Revisión de la Postura Nuclear de 2018 de la administración redujo el umbral para que Estados Unidos arroje una bomba nuclear sobre un “enemigo” (esto incluye las respuestas de Estados Unidos a ataques y amenazas no nucleares)3. Y en febrero de 2020, Estados Unidos dotó submarinos con sus primeras (y recién desarrolladas) armas nucleares de bajo rendimiento.

Aquí hay un examen sorpresa para los sabiondos de “Trump por la paz”. En cuanto a las guerras de drones de Barack Obama (uno de los monstruosos crímenes de guerra de esa administración), Donald Trump: a) las ha terminado; b) las ha continuado; c) las ha intensificado. La respuesta es c. El régimen de Trump y Pence no solo superó el volumen de ataques con drones bajo Obama en sus dos primeros años... hizo que las guerras con drones en países como Somalia, Yemen y Pakistán fueran más secretas que nunca4.

Prueba # 2: El fin del control de armas como lo han conocido las potencias imperialistas

Donald Trump sacó a Estados Unidos de tres tratados relacionados con armas nucleares. Sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán en 2018; en 2019 se salió del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio; y a fines de mayo de este año se retiró del Tratado de Cielos Abiertos, que permitía vuelos de observación sobre Rusia y Alaska5. Trump no quiere que Estados Unidos esté “maniatado” en la producción, emplazamiento y despliegue de armas nucleares, especialmente en el manejo de su rivalidad con China.

Prueba # 3: Irán en la mira asesina de Trump... un apoyo militar incondicional a Israel y Arabia Saudita

Fue Trump, no Irán, quien rompió el acuerdo que los dos países y otras potencias mundiales firmaron en 2015 que limitaba el programa nuclear de Irán. El acuerdo había levantado las sanciones económicas (medidas que impiden que un país compre y venda bienes en el mercado mundial, obtenga préstamos, etc.). Desde que rompió el acuerdo, Estados Unidos ha impuesto sanciones aún más severas que han paralizado la economía de Irán. Cuando la pandemia golpeó a principios de este año, Trump las redobló, impidiendo que llegaran suministros médicos a Irán. Esto ha exacerbado una ya devastadora crisis de salud pública en Irán. Un artículo de revcom.us describió correctamente esto como “terrorismo médico”6.

Desde la primavera de 2019, el régimen de Trump y Pence ha reforzado la presencia militar estadounidense en el Golfo Pérsico y ha intensificado las amenazas contra Irán. Esto dio un salto en enero de 2020 con el asesinato ilegal por parte de Estados Unidos del general iraní Soleimani en el Aeropuerto Internacional de Bagdad en Irak, llevando al Medio Oriente al borde del precipicio de un nuevo conflicto militar importante. Si esto no es belicista, ¿qué es?

Trump ha llevado a nuevas alturas el apoyo de Estados Unidos a Israel y su guerra contra el pueblo palestino. Ha aumentado la ayuda militar estadounidense, ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel y ha trabajado para proteger a las Fuerzas de Defensa de Israel del enjuiciamiento penal internacional por crímenes de guerra. Envió tropas estadounidenses y aumentó la venta de armas a Arabia Saudita como parte del enfrentamiento con Irán. Y no ha habido retroceso del apoyo del imperialismo estadounidense a la salvaje guerra aérea de Arabia Saudita en Yemen que comenzó en 2015. Estados Unidos continúa compartiéndoles inteligencia y armas sofisticadas, mientras los saudíes atacan escuelas y hospitales yemeníes.

Prueba # 4: El acelerado impulso a una guerra contra China.

En 2018, el Pentágono de Trump emitió un informe de Estrategia de Seguridad Nacional en el que declaraba que “la rivalidad de las grandes potencias”, no la “guerra contra el terrorismo”, es ahora la principal prioridad de seguridad de Estados Unidos. Rusia y China, especialmente China, fueron identificados como los principales rivales de la posición dominante de Estados Unidos en el mundo. El informe rompe con el pasado al enfatizar la usabilidad de las armas nucleares: “El temor a una escalada [nuclear] no disuadirá a Estados Unidos de defender nuestros intereses vitales”.

El “giro hacia Asia” comenzó con Obama. Pero ha ido a un nivel completamente nuevo con Trump. La evaluación ha sido ampliamente difundida: el creciente poderío económico de China (obtenido de manera ilícita e injusta) no solo está desafiando el dominio económico global de Estados Unidos, sino que también se traduce en una capacidad y alcance militares amenazadores. El mensaje final para nada es ambiguo: Nosotros, Estados Unidos, somos los principales dominadores y explotadores del mundo, y hay que parar a China*.

El imperialismo estadounidense enfrenta una nueva necesidad en el mundo. La intensificación de la rivalidad con China presenta nuevos desafíos para la posición hegemónica de Estados Unidos en el mundo. Este es el factor principal detrás de los esfuerzos de Estados Unidos para llegar a un acuerdo con los talibanes en Afganistán y reducir las fuerzas en otros lugares. Trump no está en una juerga de paz, ni de “traer las tropas a casa”. Su Pentágono está “reposicionando” fuerzas en todo el mundo, especialmente para enfrentar a China. Se está planeando un tipo de guerra diferente al pasado, la llamada “guerra de alta intensidad” en aire, mar, tierra, el espacio y el ciberespacio7. Y, de manera inquietante, hay preparativos en marcha, incluso del lado de China.

Trump ha alentado y aplaudido a India en sus enfrentamientos militares con China, y está presionando a países como Australia y Japón para que firmen alianzas con Estados Unidos contra China. Los buques de guerra estadounidenses y chinos se encuentran regularmente en el Mar de la China Oriental y el mar de la China Meridional. Se están multiplicando los focos de tensión para conflictos militares.

Así que, si Donald Trump no es un “belicista”, ¿entonces qué es?

 

* China no es hoy un país socialista. Ahora es un rival imperialista de Estados Unidos. Véase Raymond Lotta, “A cuatro meses del inicio de la crisis mundial de salud y economía por la Covid-19… Apuntes sobre la crueldad absoluta y la irracionalidad obscena del capitalismo-imperialismo” en revcom.us. [volver]


NOTAS

1. Véase el Resumen de la Estrategia de Seguridad Nacional 2018, en inglés: https://dod.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-Strategy-Summary.pdf [volver]

2. Véase Fred Kaplan, “Trump’s Gargantuan Military Is Full of It” (El gigantesco ejército de Trump está lleno de barbaridades), Slate, 12 de febrero de 2020, en inglés. [volver]

3. Véase https://www.armscontrol.org/issue-briefs/2018-02/new-us-nuclear-strategy-flawed-dangerous-heres-why, en inglés. [volver]

4. S.E. Cupp, “Under Donald Trump, drone strikes far exceed Obama’s numbers” (Con Donald Trump, los ataques con drones superan con creces las cifras de Obama), Chicago Sun-Times, 8 de mayo de 2019, en inglés. [volver]

5. Julian Borger, “Trump to pull US out of third arms control deal” (Trump sacará a Estados Unidos del tercer acuerdo de control de armas), The Guardian, 21 de mayo de 2020, en inglés. [volver]

6. “Medical Terrorism—American Style: U.S. Sanctions and Military Threats Escalate Iran’s COVID-19 Death Toll and Threaten the World” (“Terrorismo médico al estilo estadounidense: las sanciones y amenazas militares de Estados Unidos aumentan el número de muertos por COVID-19 en Irán y amenazan al mundo”), revcom.us, 6 de abril de 2020, en inglés. [volver]

7. Michael Klare, “The US Military Is Preparing for a New War” (El ejército estadounidense se está preparando para una nueva guerra”), The Nation, 1º de junio de 2019, en inglés. [volver]


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