Estos lunáticos van en serio… ¿Y usted?
Trump emplaza a las chusmas fascistas a ir a Washington, D.C. para detener la certificación de las elecciones el 6 de enero
| revcom.us
Si este fuera un año normal, ni siquiera sería noticia cuando el Senado y el Congreso se reúnan el 6 de enero para certificar formalmente el hecho bien establecido de que Joe Biden venció cómodamente a Donald Trump en las elecciones de 2020. En la mayoría de las elecciones, se lleva a cabo la certificación del Congreso del 6 de enero como una mera formalidad.
Pero estas no son unas elecciones normales.
SÍ, Biden ganó, de manera decisiva. Y SÍ, el Colegio Electoral —a pesar de la demagogia, amenazas y sobornos de Trump— certificó a Biden como ganador. Y SÍ, los tribunales desestimaron decisivamente las demandas totalmente infundadas de Trump. Pero Trump continúa en pie de guerra. Y esto, por desgracia, no es una broma. De una manera u otra, tendrá consecuencias.
Trump emplaza a las chusmas fascistas a volver a Washington, D.C.
Este año, el 6 de enero, Donald Trump, el presidente fascista de Estados Unidos, está avivando la rabia reaccionaria de su rabiosa base de chusmas tipo MAGA [Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza] y de luchadores callejeros supremacistas blancos con dementes teorías de conspiración de unas elecciones robadas. Trump está emplazando a cantidades récord de ellos a las calles de Washington, D.C. para un mitin que él promete que será —y aquí lo CITO— “alborozado”.
En el último mitin de #Overturn [echar por tierra las elecciones] celebrado en Washington, D.C., los fascistas tipo MAGA y los Muchachos Orgullosos agredieron salvajemente a los contramanifestantes y a los transeúntes. Pusieron en la mira a las iglesias negras, derribando abiertamente sus carteles de La Vida de los Negros Importa y prendiéndoles fuego en una escena que la Rda. Dra. Ianther M. Mills dijo que “me traía recuerdos de la quema de cruces” (un distintivo del terror del Ku Klux Klan). En este contexto, el emplazamiento hecho por Trump sólo se puede entender como una exhortación a lo mismo y a cosas peores.
Este año, a medida que se acerca el 6 de enero, Trump está arremetiendo en contra de los republicanos en el Senado y el Congreso, presionándolos para que anulen los votos de millones de personas al negarse a certificar las elecciones. En su forma habitual, Trump le atribuyó a sus oponentes lo que en realidad él está haciendo, diciendo que los demócratas habrían tratado una pérdida electoral como un “acto de guerra, y lucharán a muerte”. Luego regañó al líder de la mayoría del Senado McConnell por no hacer lo mismo. Ya, varios congresistas fascistas trastornados negadores de los hechos han prometido hacerlo1. Y mientras que hasta ahora la mayoría de los republicanos se han negado a seguir la insistencia de Trump en desbaratar la certificación del 6 de enero, Trump está azuzando el resentimiento en contra de ellos por su negativa en un momento en que turbas de sus partidarios ya están presentándose con armas de fuego fuera de las casas de los funcionarios electos que no se alinean con el golpe de estado Trump2.
Para decir lo que debería ser obvio: Aunque Trump no logre impedir la certificación de las elecciones del día 6, esto no tiene precedentes y es peligroso. Es FASCISTA. Al mínimo, Trump y su movimiento fascista emergerán más endurecidos en la batalla, agraviados y con sed de venganza. Esto no se debe normalizar ni ignorar.
No obstante, eso es precisamente lo que está pasando. Las personas decentes en Estados Unidos están en silencio. Son pasivas. Están haciendo caso omiso. A menos que esto empiece a cambiar, el futuro de la humanidad está en grave peligro.
Toda persona decente tiene que recoger el reto de enfrentar esta situación profundamente y contribuir a un esfuerzo colectivo para revertirla.
El intento fascista de Trump de anular las elecciones está haciendo daño, ahora y en el futuro
Demasiadas personas están evaluando este asalto fascista sin precedentes y polifacético contra las elecciones y los desmanes planeados en Washington, D.C. el día 6 sólo en términos de si podría “prosperar” o no a corto plazo. Señalan la inmensa derrota electoral de Trump y la forma en que los tribunales han desestimado sus demandas de fraude electoral para insistir en que sus amenazas con respecto al 6 de enero son aún más descabelladas y por lo tanto, descartables, tal vez incluso risibles.
Pero esto se parece a estar de pie detrás de un muro al que un ariete está golpeando repetidamente, riéndose engreído cuando cada golpe sólo deja una grieta o hace saltar unas pocas astillas por el aire... todo ello mientras se hace caso omiso de que el muro se está debilitando, los cimientos se están pudriendo y la chusma que está fuera se está volviendo más dura y más decidida.
Para empezar, nadie puede decir cuándo y si el muro podría caer. Aunque no es el desenlace más probable en este punto el que Trump logre echar por tierra las elecciones o de otra manera logre permanecer en el poder, nadie —ni Trump, ni Biden, ni los lectores de este artículo— puede estar completamente seguro en este momento. Pero aunque Trump no logra mantenerse en el cargo más allá del 20 de enero, este movimiento fascista está cobrando fuerza e iniciativa, con implicaciones profundamente peligrosas tanto a largo plazo como en lo inmediato.
Piense en lo que esta situación significa... para el presente y para el futuro
Piense en lo que significa que el terror fascista se haya normalizado a tal grado que una turba de más de cien fascistas, algunos de ellos con armas de fuego, tomaron por asalto el capitolio del estado de Oregón el 21 de diciembre y ni siquiera fue una noticia importante3. O que un sucedáneo de la campaña de Trump puede decir con indiferencia cosas como: “El 6 de enero es un gran día. Si usted recibe un cheque de estímulo, tal vez quiera salir y gastarlo para armas de fuego y municiones porque la cosa podría llegar a eso”. Un ex subdirector de contrainteligencia del FBI comparó la retórica amenazante de muchos allegados de Trump con el lenguaje que conduce a formar “células terroristas radicalizadas en Afganistán, Irak y Siria”.
Piense en lo que significa que las maniobras fascistas escandalosas que alguna vez se consideraban como “impensables” —como movilizar a los militares en contra de las protestas internas o declarar la ley marcial para anular unas elecciones— deben tratarse ahora y en el futuro como posibilidades reales. Un reciente ejemplo: Trump invitó a Michael Flynn a la Casa Blanca y, según la CNN y el New York Times, le preguntó a sus ayudantes sobre la propuesta de Flynn de que Trump volviera a celebrar las elecciones bajo condiciones de ley marcial. Según los informes, “los oficiales de alto rango han discutido lo que harían si el presidente declarara la ley marcial”.
Piense en lo que significa que la inmensa mayoría de los votantes por Trump —una población de muchos millones de personas— ¡en realidad creen en la MENTIRA impulsada por las teorías conspirativas de que las elecciones fueron robadas a Trump! Y que esta MENTIRA se centra en un supuesto fraude electoral concentrado en las zonas urbanas, densamente pobladas por negros. Estas personas no sólo están completamente inoculadas contra cualquier hecho o evidencia que contradiga esa mentira y cualquier otra MENTIRA fascista que Trump pueda decirles, sino que están convencidas hasta la médula de que Trump fue traicionado y victimado por las instituciones, leyes y normas del gobierno que obstruyeron su golpe de estado fascista. Todo esto ya está impulsando —y seguirá impulsando— una creciente determinación fascista de seguir agrediendo y haciendo añicos estas instituciones y normas y seguir llevando a cabo una violencia impulsada por la supremacía blanca, la misoginia y el odio por los inmigrantes.
Un golpe de estado derrotado, que cuenta con un núcleo de millones de personas decididas y endurecidas en la batalla, con decenas de millones de personas adicionales que creen que su oposición —es decir, Biden— está en el poder ilegítimamente, tiene el potencial de resurgir, especialmente cuando esa oposición se desmovilice sin tener en cuenta la amenaza.
Es inaceptable — es un problema real al que hay que enfrentar y en torno al cual hay que trabajar activamente y transformar— que los millones de personas decentes los que en una gran mayoría votaron correctamente contra Trump guarden silencio ante todo esto, dejando que la situación se supure y se agrave.
No puede haber ninguna “conciliación” con estos fascistas
Lo más conspicuo de los demócratas a lo largo de toda esta situación es su silencio casi total al respecto. De hecho, es mucho más fácil encontrar a los poquitos republicanos que condenarán a las turbas, a las amenazas de muerte y a los otros actos de violencia, y a los intentos de asestar un golpe de estado, que encontrar una denuncia aguda de parte de los demócratas o cualquier intento de su parte de organizar una resistencia seria al interior del Congreso o de llamar a las masas a las calles para que se pongan de pie contra este intento de golpe de estado fascista.
En cambio, están ocupados hablando de una “cicatrización nacional” y de puntos en común. Como dijo Biden en un reciente tuit: “Después de un año de dolor y pérdida, ya es hora de la unificación, el saneamiento y la reconstrucción”. Pero como Bob Avakian ha señalado:
no puede darse ninguna “conciliación” con estos fascistas — cuyas “quejas” se derivan del resentimiento fanático contra cualquier limitación a la supremacía blanca, la supremacía masculina, la xenofobia (el odio por los extranjeros), el chovinismo pro estadounidense rabioso y el saqueo irrestricto del medio ambiente, y que se expresan cada vez más en términos literalmente lunáticos. ¡No puede darse ninguna “conciliación” con esto, salvo de acuerdo a los términos de estos fascistas, con todas las terribles implicaciones y consecuencias de hacerlo!
Es necesario que los intereses de la gente —de Estados Unidos y de todo el mundo— sean afirmados y defendidos por un número creciente de personas decentes que rechazan y repudian sin reservas todo el programa fascista de Estados Unidos Ante Todo, supremacía blanca, supremacía masculina y odio por la gente de otros países. Para ello, se necesita salirse de los canales y términos políticos normales por los que luchan los demócratas — y actuar en oposición a los términos políticos establecidos por estos demócratas.
Existe una dirección, y trabajo que hacer, para transformar esta situación
Existen razones, arraigadas en la naturaleza del sistema del capitalismo-imperialismo bajo el que vivimos y los cambios y las crisis masivos que este sistema ha engendrado a escala mundial y en Estados Unidos — por las cuales este fascismo ha surgido y no va a desaparecer ni siquiera ante una derrota electoral. Existen razones, también arraigadas en este sistema y sus dinámicas, por las que los demócratas están decididos a buscar puntos en común y estabilidad para su sistema, en lugar de denunciar y hacer frente a estos fascistas y a la amenaza que representan para el futuro de la humanidad. Bob Avakian (BA) ha hecho un trabajo sin paralelo, gran parte del cual se puede encontrar en esta página de recursos, para examinar científicamente estas razones y sus implicaciones.
Entender esas razones —y sobre la base de ese entendimiento, qué hacer al respecto y cómo ponernos a cambiar la situación que enfrentamos— es esencial para las tormentas que se avecinan. No explorar ese trabajo que BA ha hecho es insistir en volar a ciegas dentro del huracán cuando lo que está en juego para la humanidad es demasiado grande como para poder hacerlo.
Es extremadamente importante que RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo) —una organización que aglutina a personas de perspectivas políticas muy diversas para trabajar en la movilización de millones de personas decentes en Estados Unidos en protestas no violentas de masas para detener a un Estados Unidos fascista— ha hecho un llamamiento para que la gente encuentre formas creativas de expresar su oposición a estos merodeos fascistas el 6 de enero. Instamos a nuestros lectores a que se unan a ese esfuerzo, así como a que aprendan de los importantes foros que Rechazar el Fascismo ha celebrado para entender esta situación y el camino hacia adelante.
Por último, le instamos a que usted hable con otras personas que conozca y a que nos escriba con lo que piensa y sus ideas sobre cómo transformamos esta situación para que ya no sea el caso de que la gente decente guarde silencio mientras el fascismo cobra impulso y amenaza al futuro de la humanidad.
Email: revolution.reports@yahoo.com
@therevcoms
1. Entre ellos figuran el representante de Alabama Mo Brooks, el senador electo Tommy Tuberville que dijo que está contemplando la idea, y la teórica de conspiraciones de QAnon y congresista electa de Georgia Marjorie Taylor Greene que dijo: “Yo apoyo y protejo a Trump”. [volver]
2. Vea “Fascistas tipo MAGA amenazan con matar, quemar, violar a funcionarios que se resisten a la campaña de echar por tierra (“overturn”) las elecciones”, en revcom.us. [volver]
3. Como informó la OregonPublicBroadcasting, los fascistas se abrieron paso a través de las puertas del Capitolio estatal en Salem, exigiendo una “reapertura” inmediata de la economía y solicitando el arresto de la gobernadora. Algunos llevaban armas de fuego y aerosoles contra osos, y en su mayoría no llevaban máscaras faciales. [volver]
SÍ QUE HABRÁ CAMBIO RADICAL: ¿SERÁ EMANCIPADOR, O ESCLAVIZANTE — REVOLUCIONARIO, O REACCIONARIO?
Bob Avakian
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Vea también:
Bob Avakian sobre: La necesidad de expulsar al régimen fascista de Trump y Pence y
la necesidad fundamental de la revolución —
Vídeos y artículos
Lea el texto de la película en español.
Vea la película completa, unos cortos y las preguntas y respuestas de la película en inglés.
Un compromiso a la gente del mundo: En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Vídeo en inglés; lea El Compromiso en español aquí