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Revolución #556 15 de agosto de 2018
Actualizado el 24 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
Una revolución real no quiere decir trabajar para hacer unos cambios en el presente sistema — quiere decir derrocar el presente sistema y hacer nacer un sistema radicalmente diferente y mucho mejor. No es posible reformar el presente sistema del capitalismo-imperialismo. Bajo el presente sistema, no existe ninguna manera de poner fin a la brutalidad y asesinato por la policía, las guerras y la destrucción de la gente y del medio ambiente, la explotación, opresión y denigración de millones y miles de millones de personas, incluida la mitad de la humanidad que son mujeres, en Estados Unidos y por todo el mundo — todo lo que está arraigado en las profundas contradicciones que son inherentes al funcionamiento, relaciones y estructuras esenciales del presente sistema. Únicamente una revolución real podría operar el cambio fundamental que hace falta.
Para hacer tal revolución, es necesario que tengamos seriedad y ciencia. Es necesario que tomemos en cuenta los puntos fuertes concretos del presente sistema pero aparte de lo anterior, sus debilidades estratégicas, basadas en sus profundas y determinantes contradicciones. Es necesario que construyamos tal revolución entre aquellos que con mayor urgencia necesitan un cambio radical, pero por otra parte, entre otras personas que se niegan a vivir en un mundo en el que el presente sistema vomita interminables horrores, y que continuamente lo anterior se “justifica” y hasta se embellece como “grandeza”.
Es preciso que estemos en una misión de correr la voz, de dejar que la gente conozca que tenemos la dirección, la ciencia, la estrategia y el programa, y la base para organizar gente para una revolución emancipadora y real. Tenemos a Bob Avakian (BA), el líder de tal revolución y el arquitecto de un nuevo marco para la revolución, la nueva síntesis del comunismo. Tenemos al Partido liderado por BA, el Partido Comunista Revolucionario, con dicha nueva síntesis como base científica para realizar los preparativos para una revolución. Tenemos los Clubs Revolución, donde la gente puede participar y actuar en poderosa representación de la revolución, de manera organizada, a la vez que vaya aprendiendo más sobre la revolución y dé pasos adelante hacia el camino de ingresar al Partido. Tenemos la página web del Partido, revcom.us, y su periódico Revolución, que desenmascaran claramente los crímenes del presente sistema, analizan con ciencia por qué no es posible reformarlo, y dan orientación y dirección para que la gente trabaje de manera unificada por la revolución. Tenemos la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA y adoptada por el Comité Central del Partido, que ofrece una abarcadora y concreta visión y “plano” para una sociedad radicalmente nueva y emancipadora. Es necesario que conozcan lo anterior y le entren en serio las personas en los barrios marginados de las ciudades y en las cárceles, las y los alumnos y estudiantes, académicos, artistas, abogados y otros profesionales, las y los jóvenes en los suburbios de las ciudades y las zonas rurales — pues, las personas en todas partes de la sociedad.
Aquellos que sufren lo peor de la vida infernal bajo el presente sistema, y aquellos que están hartos de los interminables ultrajes perpetrados por el presente sistema, tienen que conectarse con esta revolución. Es necesario que se organicen miles de personas en las filas de la revolución ahora, a la vez que se ejerza una influencia sobre millones de personas para que apoyen a esta revolución. Hemos presenciado ese potencial en las protestas que se han sostenido contra la brutalidad y asesinato policial, y otras formas en que grandes cantidades de personas se han plantado a las autoridades establecidas y a las “reglas del juego” políticas. Pero es necesario transformar lo anterior, por medio de lucha, en conciencia, determinación y organización revolucionarias. Es necesario que las fuerzas organizadas y la dirección de esta revolución lleguen a ser la “autoridad” a la que un creciente número de personas recurran y sigan — y no a los mentirosos políticos y medios de comunicación del presente sistema opresor — y no a aquellos que sirven de fachada de los opresores y predican la “conciliación” con el presente sistema — y no a aquellos que hacen que las personas se opongan las unas a las otras cuando lo que es necesario es que se unan por esta revolución. Si bien muchas personas harán cosas positivas al oponerse a los crímenes del presente sistema, es necesario que nosotros tengamos la orientación hacia todo —que evaluemos todos los programas políticos y todas las fuerzas organizadas en la sociedad, toda forma de cultura, valores y maneras de tratar a la gente— según la manera en que están relacionados con la revolución que necesitamos, para poner fin a toda opresión. Es necesario que nos unamos con la gente dondequiera que podamos y que llevemos lucha con la gente cuandoquiera que sea necesario hacerlo, a fin de hacer avanzar la revolución.
Mientras nosotros esperamos las necesarias condiciones para jugárselo el todo por el todo para hacer una revolución, es necesario que la aceleremos y llevemos a cabo enérgicamente los “3 A Preparar”: A preparar el terreno, a preparar al pueblo y a preparar a la vanguardia — a prepararse para el momento en que sea posible liderar a millones de personas para acometer la revolución, con todo, con una verdadera posibilidad de ganar. Tenemos que Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución — protestar contra las injusticias y atropellos del presente sistema y oponerles resistencia, y ganar gente a desafiar y repudiar el presente sistema putrefacto y sus maneras de pensar, y a hacer suyos el punto de vista y los valores, y la estrategia y el programa de la revolución, acumular fuerzas para esta revolución, y derrotar los esfuerzos de los poderes gobernantes de pulverizar la revolución y su dirección. Ante toda “sacudida” en la sociedad —toda crisis, todo ultraje nuevo, cuando muchas personas cuestionen y opongan resistencia a lo que por lo normal aceptan— es necesario que aprovechemos esto para impulsar la revolución y expandir sus fuerzas organizadas. Es necesario que nos opongamos y desbaratemos a las maniobras de los poderes gobernantes para aislar, “cercar”, brutalizar, encarcelar en masa y reprimir de manera sanguinaria a las personas que llevan la vida más dura bajo el presente sistema y que más necesitan esta revolución. Es necesario que nosotros los “cerquemos” a ellos — al ver que nazca ola tras ola de personas que se levanten en decidida oposición al presente sistema.
Todo lo anterior tiene por objeto algo muy definido — una situación revolucionaria: en la que el sistema y sus poderes gobernantes estén en una crisis seria y que grandes partes de la sociedad vean la violencia que utilizan para reforzar el presente sistema por lo que es: asesina e ilegítima. En la que se profundicen y agudicen muchísimo los conflictos entre las fuerzas gobernantes — y las masas populares no les respondan siguiendo detrás de un bando u otro de los gobernantes opresores, sino que les respondan sacando provecho de tal situación para acumular fuerzas para la revolución. En la que millones y millones de personas se nieguen a aceptar la antigua forma de gobierno — y estén dispuestos y decididos a jugárselo el todo por el todo para hacer caer el presente sistema y hacer nacer una sociedad y gobierno nuevos que se basen en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Dicho momento es el indicado para jugárselo el todo por el todo para triunfar. Es necesario que nosotros trabajemos enérgicamente y nos preparemos ahora para lo anterior.
“Sobre la posibilidad de la revolución” es una declaración muy importante del Partido, que está posteada en revcom.us. Establece las bases —la concepción y doctrina estratégicas— de la manera de combatir con una verdadera posibilidad de triunfar, una vez que se hayan gestado un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas y las condiciones necesarias para una revolución. El presente todavía no es el momento para emprender un combate de tal índole —intentar hacerlo así ahora únicamente conduciría a una derrota devastadora— pero ya está en marcha el trabajo para desarrollar más dicha concepción y doctrina estratégicas con el futuro en mente, y a continuación presentamos algunas de las principales cosas que las fuerzas revolucionarias tendrían que hacer cuando se hayan gestado las condiciones de jugárselo el todo por el todo para hacer una revolución.
Para todo lo anterior es necesario ganar a millones de personas hacia la revolución en el período que conduzca a la maduración de una situación revolucionaria. La oportunidad de derrotarlos, cuando llegue la hora —la oportunidad de deshacerse del presente sistema y hacer nacer algo mucho mejor— está íntegramente relacionada con lo que nosotros hacemos ahora. Es necesario que todo aquel que tenga sed de un mundo radicalmente diferente, sin explotación y opresión y sin todo el innecesario sufrimiento causado por el presente sistema, trabaje ya con una prendida determinación de hacer que lo anterior ocurra, de modo que nosotros sí tengamos una verdadera oportunidad de ganar.
"CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución” es un complemento del Mensaje del Comité Central del PCR, Estados Unidos, posteado el 16 de mayo de 2016 en www.revcom.us. Difunda por todas partes "CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución” junto con “Ya es hora de organizarse para una revolución REAL”. Ya es hora de correr la voz por toda la sociedad.
Descargue AQUÍ "CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución” (pdf de 36 x 24 pulgadas): ESPAÑOL | INGLÉS. Descargue AQUÍ “Ya es hora de organizarse para una revolución REAL” (pdf de doble carta): ESPAÑOL | INGLÉS. Se recomienda que se impriman ambos mensajes en papel bond y se cuelguen de maneras apropiadas por todas partes. He aquí una imagen aproximada de su presentación:
¡"CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución” ya está en forma de folleto!
Instructivo:
Ya se puede descargar el pdf del folleto que contiene: "CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”, “Ya es hora de organizarse para una revolución REAL” y “Puntos de Atención para la Revolución”. El folleto cuenta con 16 páginas, de tamaño media carta (5,5 x 8,5 pulgadas). También se puede imprimir en papel de 6 x 9 pulgadas. Hay dos formatos: 1) Un pdf de 16 páginas individuales y consecutivas. 2) Un pdf con pliegos para llevar a una imprenta: el primer pliego con las páginas 1 y 16, el segundo con las páginas 2 y 15, etc. Cuando se impriman así y se doblen, las páginas saldrán en orden consecutivo. La imprenta explicará qué formato necesita. Que las y los lectores hagan planes para imprimir este folleto de tamaño media carta, recaudar dinero y difundir decenas de miles de ejemplares por todas partes tan pronto como sea posible.
ESPAÑOL:
Pdf de tamaño media carta, páginas individuales
Pdf de tamaño media carta, pliegos para llevar a una imprenta
INGLÉS:
Pdf de tamaño media carta, páginas individuales
Pdf de tamaño media carta, pliegos para llevar a una imprenta
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
Actualizado el 23 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Una revolución real es mucho más que una protesta. Una revolución real requiere que participen millones de personas, de forma organizada, en una lucha decidida para desmantelar este aparato estatal y este sistema, y para reemplazarlo con un aparato estatal y sistema completamente diferentes, una forma completamente distinta de organizar la sociedad, con objetivos y formas de vida completamente distintos para el pueblo. La lucha contra el poder hoy tiene que contribuir a construir, desarrollar y organizar la lucha para ganárnoslo todo, para una revolución real. De no ser así, protestaremos contra los mismos abusos, ¡en generación tras generación del futuro!
Revolución #556 15 de agosto de 2018
13 de junio de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Las personas deben tomar en serio los compromisos que asumen —deben cumplir con tales compromisos—, y debemos establecer y luchar por que ésta sea la norma y lo que se hace en realidad. Pero llegar a participar en el movimiento para una revolución real tiene una dinámica específica que es distinta, por ejemplo, a la de unirse a un equipo deportivo o un grupo de música. No deberíamos exigir de inmediato una participación “de cero a cien” —o, en todo caso, tratar de imponer un salto, en lugar de ganar a que la gente lo haga como parte de un proceso revolucionario general. Lo que necesitamos construir es un movimiento de masas en constante desarrollo para la revolución —sí, una revolución real— con un vibrante “Ohio”*, por medio del cual un número exponencialmente creciente de personas pueden participar activamente y seguir avanzando (no todas, sino muchas de ellas) por medio de la interacción dialéctica de contribuir y aprender en dimensiones continuamente crecientes. Respecto a aquellos que sí lleguen al “lado avanzado” de este “Ohio” *, una vez más esto plantea la cuestión de que lleguen no solo a ser parte del Club Revolución sino de que también den un paso adicional para formar parte de la vanguardia comunista; pero también en este caso, es importante no tratar la cuestión de los compromisos (aunque sea de una manera algo “indirecta”) a partir de la posición negativa y defensiva que equivale a: “Hemos tenido a unas personas que hacen compromisos y luego no los cumplen, y luego nos desaparecen (se esfuman como fantasmas); así que vamos a asegurarnos de que usted no lo haga (¡no lo pueda hacer)!” Más bien, debemos partir del reconocimiento de que los compromisos, si bien encierran y requieren (repetidos) saltos sobre el camino, en esencia corresponden a cuáles aspiraciones han sido despertadas o han sido desarrolladas en las personas, y se basan en esas aspiraciones, y a lo que están llegando a comprender que se requiere en relación con eso. Por lo tanto, una vez más, si bien debemos tener una actitud seria con respecto a las personas que hacen y cumplen compromisos, esto debe estar a la altura de cómo son su comprensión y sus sentimientos en un momento determinado, y muy esencialmente debe darse en el contexto del movimiento revolucionario de masas más amplio del cual forman parte (o del que están llegando a formar parte) y de contribuir a ese movimiento, y, si bien no se debe practicar ningún seguidismo, este proceso debe partir de lo que se ha ganado a las personas mismas a reconocer (sí, las que se ha ganado por medio de lucha, incluso a veces lucha aguda) como una contribución necesaria y esencial a la revolución.
*El “Ohio” se refiere a la práctica de la banda de marcha de la Universidad del Estado de Ohio de marchar de tal manera que deletrea la palabra “OHIO” cuando se ve desde arriba; en este proceso, los miembros de la banda que comienzan la primera O, luego se mueven a través de las otras letras de la palabra hasta que estén en la última “O”. Lo que se señala es un proceso análogo a la construcción de cualquier tipo de movimiento progresista o revolucionario, en el que las personas “atraviesan” varios niveles de comprensión y compromiso, aunque ¡esto no es (“en el mundo real”) tan lineal y al mismo ritmo que la banda de marcha de la Universidad del Estado de Ohio!*
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
Para descargar la obra completa en español, haga clic aquí.
Nota de la redacción: A continuación presentamos un pasaje de la nueva obra de Bob Avakian, El Nuevo Comunismo. Aparte de los pasajes que ya se han posteado en revcom.us, de cuando en cuando publicaremos otros pasajes en revcom.us y en el periódico Revolución. Que estos pasajes sirvan para alentar e inspirar el mayor estudio de la obra en su conjunto, la que está disponible en su totalidad en español aquí, y está a la venta en forma de libro en inglés de Insight Press.
Este pasaje es de la sección titulada “Tercera parte. El enfoque estratégico de una revolución real”.
Adentrémonos más en el enfoque estratégico de la revolución. ¿Cuáles son las principales fuerzas para la revolución, y cuáles son los otros grupos en la sociedad de los que es necesario ganar grandes cantidades de gente, o bien a participar activamente, o a apoyarla, o al menos a asumir una posición de “neutralidad amistosa” hacia la revolución (o sea, al menos no oponérsele)? Obviamente, esto tiene relación con el punto que yo recalcaba antes, de no terminar en un cerco, rodeado y aplastado. ¿Cuáles son las contradicciones cruciales las que hay que enfrentar —donde hace falta transformar la necesidad en libertad e iniciativa para las fuerzas revolucionarias, de maneras significativas— para crear la base para ponerlo todo en juego con una verdadera oportunidad de ganar?
Primero, es importante reconocer que la revolución no se puede hacer y no se hará simplemente difundiendo la idea de la revolución por ahí, y quizás recibiendo algunas respuestas positivas. (Oye, ¡dale un Me gusta en Facebook!... ¡Tuitea un mensaje a favor de la revolución!) Sí, es muy importante propagar que se necesita la revolución, de forma viva y convincente; pero hay que enfatizar lo siguiente: que acumular fuerzas organizadas para la revolución es, y tiene que ser, un objetivo central en los preparativos para una revolución real; y el que se hagan avances reales o no en la acumulación de tales fuerzas organizadas es un indicador fundamental del progreso —o de la falta de progreso— en la construcción del movimiento para una revolución real. Aquí podemos tomar algo de Marx y adaptarlo para esta cuestión: ¡Acumulad, acumulad, acumulad! — ¡Acumulad más y más capital! —dijo Marx— es el Moisés y los profetas para la burguesía. Bueno, podemos decir que para la revolución proletaria, un mandamiento y guía crucial tiene que ser: ¡Acumulad, acumulad, acumulad! — ¡Acumulad fuerzas organizadas para esta revolución!
Y, no se trata de solo acumular por acá, lejos en algún rincón. Podríamos decirlo así: Acumular, impactar; acumular más, impactar más; acumular aún más... y así sucesivamente — a la vez que tomamos en cuenta el panorama más amplio de lo que sucede en el mundo en su conjunto, como se indica al comienzo de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad. ¿Qué quiero decir por acumular, impactar? Que cuando tenemos fuerzas organizadas, podemos tener un impacto mayor en las situaciones políticas y en el terreno político en general. Para mencionar un ejemplo importante pero de una escala relativamente pequeña, en comparación con la sociedad en general: imaginen que en los levantamientos en Ferguson o en Baltimore, hubiese habido una fuerza organizada de comunistas revolucionarios de solamente cien personas con la capacidad de entrar en escena, propagar ese programa y organizar gente en torno a ese programa en medio del levantamiento — piensen en cómo se podría cambiar todas las dinámicas en esa situación. En cambio, si solo tenemos a unas pocas personas allí, aunque hagan un muy buen trabajo, la capacidad para impactar esa situación va a ser mucho más limitada. Bien, aun así hay que intentar impactar la situación al máximo grado — y para hacerlo, una de las cosas que tenemos que hacer es llegar a ser muy buenos al hacer la agitación, que es algo que realmente tenemos que fortalecer y desarrollar. Pero imaginen si se pudiera tener un mayor impacto en situaciones como esta.
Veía la CNN cuando Don Lemon entrevistaba a una persona en la calle después de la masacre de unas personas negras en esa iglesia de Carolina del Sur. Bueno, alguien representó así a Don Lemon, y creo que realmente captura algo sobre el papel que él desempeña: “Soy Don Lemon — en realidad no soy un hombre negro, pero a veces interpreto uno en televisión”. Eso capta un aspecto importante del papel que él juega como títere de los de arriba. Pero, en todo caso, Don Lemon entrevistaba a una persona, jugando su típico papel de Tío Tom [vendido], y una mujer negra se acercó detrás de él y empezó a gritar; estaban en vivo así que les costaba cortarlo, les tomó un tiempo cortarlo. Ella gritaba: “Hable de la ira, Don. No hable del perdón, hable de la ira, hable de la ira, Don. Obama también es un Tío Tom, Don. Dígales que Obama también es un Tío Tom. Hable de la ira. ¿Está hablando de la ira, Don? Pues, Don, usted es un Tío Tom”. Bueno, es una sola mujer parada detrás de él. Imaginen si hubiera cien personas, que no dicen exactamente lo que esa mujer decía pero impactan aún más la situación con una agitación convincente basada en una comprensión comunista revolucionaria. Pues, eso lo cambia todo. Cambia todo el terreno — incluso con ese número de fuerzas organizadas, cambia todo el terreno. Y de ahí cada fuerza en la sociedad tiene que reaccionar de manera diferente.
Piensen también en lo siguiente: cada vez que las masas se levantan hoy día, se da una situación en la que —allí vienen otra vez— están esos “líderes comunitarios”, que son una versión actualizada de lo que la clase dominante y sus voceros solían llamar “Líderes negros responsables”. La clase dominante los moviliza: figuras religiosas de varios tipos (no todas, pero un número demasiado grande de ellas), supuestos líderes comunitarios y otros, entre ellos algunos que dicen estar del lado del pueblo — que salen en las situaciones cuando la gente está furiosa, está en la calle y le hacen frente a la policía, y luego estas fuerzas se forman, se toman de los brazos y se paran de cara a la gente. Imaginen que hubiera una fuerza de solamente unas 30 personas en esa situación que saliera a decir: “¡Malditos cabrones, están parados de cara al lado equivocado! Si ustedes supuestamente están con el pueblo, deberían formarse contra los cerdos policías. Ellos son los que maltratan al pueblo. ¡Dense vuelta y enfrenten a los cerdos policías!” Se cambiarían los términos — y los Don Lemon de verdad tendrían que “¡irse a comerciales!”. Se incide en el terreno con la presencia de fuerzas organizadas unidas bajo una línea revolucionaria. Hasta en una situación como esa, esto saldría al mundo, especialmente en la actual era del Internet. Se difunde por todos lados. Y luego la gente querrá saber: ¿Quiénes son esas fuerzas que hicieron eso? ¿Quiénes son esas fuerzas que estuvieron del lado del pueblo y se pararon entre la policía y la gente, de cara a la policía, y no permitieron que la policía atacara a la gente? ¿Quiénes son esas personas, que mientras hacían eso, decían: “Hacemos esto por la revolución, para eliminar la brutalidad y asesinato policial y demás mierda que la gente vive en Estados Unidos y en todo el mundo”? Fíjese, cuando hay fuerzas organizadas actuando así, eso impacta en serio la situación, y luego atraen a más fuerzas. No se trata de que todos se unan a la revolución de inmediato ni de que hay que incorporarlos de lleno en las filas de la revolución de inmediato, antes de que siquiera tengan la oportunidad de adquirir una comprensión básica de lo que se trata esta revolución. Tiene que haber trabajo y lucha. Pero así es posible poner en marcha una dinámica en la que las fuerzas de la revolución están creciendo, están desplegando las fuerzas organizadas para la revolución de una manera que impacte significativamente la sociedad y atraiga a la gente a la revolución, y que por medio de lucha están acumulando más fuerzas organizadas… y de ahí es posible hacer más para incidir en la situación, otra vez por medio de mucha lucha. Esta es la dinámica que tenemos que hacer avanzar pero, para repetir, sin bajar nuestra vista solo a esa dinámica, sino ver el mundo entero y cómo influenciamos el mundo entero hacia la meta de la revolución. Pero por eso tenemos que trabajar en serio para acumular fuerzas organizadas para la revolución y desplegar esas fuerzas para impactar el terreno, y acumular e impactar más, sin abordar eso de una manera limitada y lineal (como si todo nada más marchara hacia adelante, de un avance a otro, en una simple línea recta, saliendo directamente de lo que hacemos).
Esta es la base correcta de lo que señala “Sobre la estrategia para la revolución”, y para entender correctamente lo que señala “Sobre la estrategia para la revolución”, acerca de los “miles” y su relación con los “millones” de personas. No se trata simplemente de una noción vaga de “miles de personas” que le den alguna señal de aprobación a la idea de la revolución (o que inclusive tengan mucho entusiasmo al respecto). Si hablamos de dirigir a millones de personas, hace falta una fuerza organizada de miles de personas, un creciente número de miles de personas, que cuenten con la orientación, organización, entrenamiento y dirección para ser una verdadera fuerza y polo de atracción revolucionario — y no una amorfa nube de electrones que flotan por ahí sin ningún núcleo sólido real.
Introducción y orientación
Víctimas necias del engaño ajeno y propio
Primera parte. Método y enfoque, el comunismo como una ciencia
El materialismo versus el idealismo
Materialismo dialéctico
Con cuál modo de producción
Las contradicciones y dinámicas básicas del capitalismo
La nueva síntesis del comunismo
La base para una revolución
La epistemología y la moral, la verdad objetiva y necedades relativistas
El yo y un enfoque "consumista" de las ideas
¿De qué se tratará tu vida? — Elevar la vista de la gente
Segunda parte. El socialismo y el avance al comunismo:
Un mundo radicalmente diferente que podría haber, un camino hacia la verdadera emancipación
Las "4 Todas"
Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués
El socialismo como un sistema económico y un sistema político — y una transición al comunismo
El internacionalismo
Abundancia, revolución y el avance al comunismo — Un análisis materialista dialéctico
La importancia del "concepto del paracaídas" — En este mero momento, y aún más a raíz de una revolución real
La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte —
Núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido
Emancipadores de la humanidad
Tercera parte. El enfoque estratégico de una revolución real
Un solo enfoque estratégico general
Acelerar mientras se aguarda
Fuerzas para la revolución
La separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral, fuerzas impulsoras para una revolución
Liberación nacional y revolución proletaria
La importancia estratégica de la lucha por la emancipación de las mujeres
El Frente Unido bajo la Dirección del Proletariado
La juventud, los estudiantes y la intelectualidad
La lucha contra los modos de pensar pequeño burgueses, al mantener la orientación estratégica correcta
Los "dos máximos"
Los "5 Altos"
Las dos piedras angulares
De nuevo “Sobre la posibilidad de la revolución”
El internacionalismo — El derrotismo revolucionario
El internacionalismo y una dimensión internacional
El internacionalismo — Forjar otro camino
La popularización de la estrategia
Orientación fundamental
Cuarta parte. La dirección que necesitamos
El papel decisivo de la dirección
Un núcleo dirigente de intelectuales — y las contradicciones que esto supone
Una "pirámide" de otro tipo
La Revolución Cultural al interior del PCR
Es necesario que los comunistas sean comunistas
Una relación fundamentalmente antagónica — y las implicaciones cruciales de eso
El fortalecimiento del Partido — de manera cualitativa así como cuantitativa
Formas de organización revolucionaria, y el "Ohio"
Estadistas, y comandantes estratégicos
Métodos de dirección, la ciencia y el "arte" de dirigir
Trabajar desde "Sobre la posibilidad" hacia atrás —
Otra aplicación del "núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido"
Revolución #556 15 de agosto de 2018
Pasaje de CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una entrevista a Ardea Skybreak
18 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
En la primera parte de 2015, durante varios días, Revolución le hizo una amplia entrevista a Ardea Skybreak, una científica con formación profesional en ecología y biología evolutiva y una defensora de la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian. Skybreak es la autora de los libros, entre otras obras, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: Saber qué es real y por qué importa y De pasos primitivos y saltos futuros, Un ensayo sobre el surgimiento de los seres humanos, la fuente de la opresión de la mujer y el camino a la emancipación. Esta entrevista salió por primera vez en inglés y luego en español en revcom.us
El siguiente pasaje de la entrevista, “Un estadista comunista, en representación de la dirección comunista”, es un texto que “urge leer y repasar” para todos aquellos que se interesan en hacer una revolución y hacer nacer un mundo radicalmente diferente y mucho mejor.
Pregunta: Creo que eso es un punto muy importante, que se relaciona con algo que dijiste hace un minuto, de que en ese Diálogo1, a tu parecer impactaba la calidad de estadista de BA. Explícanoslo un poco más, por favor, ya que es un punto muy importante, y anteriormente dijiste que te dio la impresión, al presenciar ese Diálogo, al experimentarlo, de que éste es el líder de la revolución, éste es alguien capaz de dirigir la sociedad futura. A ver si quieres hablar un poco más al respecto.
AS: Efectivamente, entre otras razones me impactó el aspecto del estadista, también, porque creo que vivimos en un período complicado, que hay muchos retos en este período para hacer avances concretos en la lucha revolucionaria, manejar la lucha concreta — últimamente se da una expresión de “luchar contra el poder, y transformar el pueblo, para la revolución” tal como lo que no se ha visto desde hace un tiempo, en particular en torno a los asesinatos por policías. Mira, BA dirige el trabajo del Partido Comunista Revolucionario, y estoy segura de que no hay ninguna iniciativa del Partido Comunista Revolucionario que no lleve el sello de la dirección de BA y de la máxima dirección del partido, respecto a la manera en que se desenvuelve. Como se ve en la diversidad de temas que este partido trata, y como se refleja en la página web revcom.us, hay muchas contradicciones muy difíciles a las que hay que hacer frente. Y eso sólo da un pequeño vistazo de lo que abarca dicha dirección.
Creo que la mayoría de la gente no tiene ni la menor idea de lo que se trata la dirección revolucionaria. Mucha gente piensa que un líder de la revolución es una especie de líder “activista”, como el que dirige una manifestación, lo que yo califico de dirección táctica. Pero, la dirección revolucionaria general no simplemente dirige lo táctico. Claro que se necesita dirección táctica en varias dimensiones, pues no quisiera despreciarla. Hace mucha falta el tipo de persona que hable por altoparlante durante una manifestación, por ejemplo, y ayuda a los presentes a entender mejor para qué luchan, y los dirige, aun tácticamente, en las calles, por ejemplo durante una protesta. Al mismo tiempo, hay que reconocer un punto importante, de que el líder de una revolución, el líder de una nueva sociedad, tiene que ser un estadista en todas las esferas, y tiene que ser más bien un comandante estratégico de la revolución en conjunto. Recientemente se planteó una formulación de que un líder comunista —no sólo la dirección máxima, sino cada uno de los comunistas revolucionarios— tiene que considerarse y luchar para ser un líder estratégico de la revolución, “un comandante estratégico de la revolución, y no solamente un líder táctico, y no solamente un filósofo estratégico”. Eso es muy importante. En otras palabras, si uno va a dirigir una revolución, dirigir la conquista del poder estatal y ser líder de una nueva sociedad —lo que quiero decir por estadista—, tiene que reconocer plenamente y forcejear con la complejidad del proyecto y sus muchos niveles y capas diferentes, y las muchas contradicciones diferentes entre las personas. Habrá que bregar con el hecho de no tener una libertad total en un momento dado, pero de tratar de mover las cosas en cierta dirección. Uno trata de mantenerse fiel a sus principios y promoverlos abiertamente, pero al mismo tiempo las personas a las que uno dirige muchas veces no entienden, por lo menos no captan con nada de profundidad, lo que uno plantea al dirigirlas, o que tienden a distorsionar lo que uno plantea por no entenderlo bien o por la influencia de otros programas, otros puntos de vista y otros métodos.
Por lo que la dirección estratégica es una tarea sumamente compleja, y en parte por esa razón tantos científicos naturales tampoco tienen idea al abordar transformaciones sociales, como mencioné anteriormente, y ¡de repente se les olvida todo, al parecer, que habían aprendido jamás sobre métodos científicos básicos! También eso se debe a que muchas personas tienen una idea completamente equivocada de lo que efectivamente constituye dirección general en el campo social, especialmente en lo que concierne al cambio revolucionario. Una buena parte del tiempo creen, al parecer, que un líder político es simplemente una persona con un altoparlante en una manifestación. Pero eso es dirección táctica, no es dirección del tipo comandante estratégico general capaz de guiar una transformación radical general concreta de toda la sociedad por medio de hacer una revolución y construir una sociedad de tipo completamente nuevo sobre la base de una economía fundamentalmente diferente, con todo en el cual eso encierre. La dirección multifacética de ese tipo es una tarea mucho más compleja, y la mayoría de las personas hoy francamente tiene poca o ninguna idea de lo que abarca.
También hay una cuestión de públicos — se podría decir que hay muchos públicos diferentes. Uno no puede ser representante de todas las personas. En realidad uno está tratando de satisfacer los intereses objetivos del proletariado internacional, por lo que quiere decir que —no es cuestión de un proletario individual— existe una clase internacional de personas por todo el mundo que no son propietarios de los medios de producción, que no tienen ninguna posibilidad de manejar la sociedad bajo este sistema, que en realidad sólo pueden venderse a sí mismos, en pocas palabras, bajo este sistema capitalista imperialista. Conviene más a sus intereses —sépanlo o no los proletarios individuales— como una clase, le conviene más que a cualquier otra clase avanzar en el camino hacia el comunismo y superar todas esas diferencias de clase y relaciones de explotación y opresión. Pero ¿ésta será la única clase que participe en este proceso? No. La clase dominante capitalista imperialista es un segmento muy pequeño de la sociedad mundial, o de cualquier sociedad determinada, pero efectivamente existen todas esas otras fuerzas que tienen un pie plantado en un sistema al mismo tiempo que quizás el otro pie aspire a algo mejor. Esas capas “intermediarias” tienden a no tomar una posición muy firme, ¡tienden a dar la vuelta de una posición a otra en cualquier día dado! Encima de eso no se le da preparación científica a casi nadie, por lo que casi nadie intenta aplicar ningún tipo de método sistemático y riguroso para tratar con los problemas. Por lo que la gente sostiene toda una gama de ideas y emprende toda una gama de acciones. Bob Avakian ha hablado del reto de “ir al borde de ser descuartizado”, con respecto a llegar a la toma revolucionaria del poder estatal, así como a construir una nueva sociedad — habrá personas de tantos tipos distintos que vayan en diferentes direcciones, con ideas diferentes y opuestas, etc.
Por otra razón hace falta la ciencia. ¿Cómo vamos a saber qué es lo mejor para la sociedad? ¿Cómo vamos a saber qué es lo mejor para la mayoría de la humanidad? Los capitalistas imperialistas proceden a base de qué es mejor para su sistema. No se trata simplemente de la avaricia de corporaciones nada más. Va mucho más allá de eso. Tienen un sistema que mantener, un sistema basado en las ganancias, y podríamos hablar sobre la contradicción fundamental del capitalismo-imperialismo, quizás valga la pena tocarlo un poco. Pues lo importante es que ellos tratan de mantener a flote su sistema, pero no entienden — ni siquiera los que manejan esta sociedad muchas veces conocen las leyes subyacentes de su propio sistema. Pero si proponemos engendrar una sociedad de un tipo completamente nuevo, que satisfaga más plenamente los intereses y necesidades objetivos de la inmensa mayoría de la humanidad, tenemos mucho trabajo que hacer, tenemos que combatir muchas ideas equivocadas y anticientíficas y muchos prejuicios. Tenemos que lidiar con esa diversidad de puntos de vista y opiniones y todas las diferentes direcciones en las que las personas se inclinan, y al mismo tiempo no soltar las riendas del mismo proceso. He aquí el papel del comandante estratégico. Si tenemos confianza en nuestro enfoque científico, podemos decir con bastante certeza que es posible determinar qué beneficia a los intereses objetivos de la mayoría de la humanidad, y qué se requiere para avanzar por ese rumbo. Es como si uno montara a caballo. Sujeta las riendas en las manos, pues no va a permitir que el caballo corra por donde se le dé la gana — siendo el caballo en este caso el proceso, y no el pueblo, sino el proceso, me entiendes, el proceso revolucionario. Pero si el jinete le aprieta mucho las riendas al caballo, y le jala mucho la cabeza, el freno le corta la boca, y si no le afloja las riendas, pues ese caballo va a pararse en seco, o corcovear, sea como sea no va a ser parte de avanzar libremente y hacer avanzar el proceso.
Por lo que siempre se da una tensión —se necesita, como lo ha recalcado Bob Avakian, “mucha elasticidad, sobre la base del núcleo sólido” no simplemente porque las capas medias van a “corcovear” y causarnos problemas, como algunas personas sostienen erróneamente, de que van a estar resentidas, de modo que habrá que darles un hueso de vez en cuando, para que no se nos opongan. ¡No! Esa actitud sería asquerosa. La verdadera razón por la que hay que tener integrada y permitir cierta elasticidad genuina, sobre la base del núcleo sólido, es porque la sociedad la necesita, el proceso la necesita. El mismo proceso revolucionario necesita respirar, la sociedad revolucionaria necesita respirar, al contrario no servirá para nada. El proceso de llegar a la conquista revolucionaria del poder estatal, así como de ahí el proceso de construir una nueva sociedad, necesitan respirar. Si tratamos de controlarlo todo apretando mucho, con mucha rigidez —aunque por casualidad tengamos la razón en lo que hacemos en un momento dado— si apretamos mucho y aplicamos mucho control, pues el proceso lisa y llanamente servirá para desmoralizar y decepcionar a la gente, y no prepararemos a las personas con las herramientas científicas para que determinen y forjen el proceso por su cuenta, y terminaremos con una sociedad represiva, una sociedad rígida y un proceso rígido.
Bob Avakian capta eso muy bien, porque es un científico lo suficientemente bueno como para entender la tensión material que existe, objetivamente, entre lo que se llama el núcleo sólido, la certeza, los elementos de los cuales se puede estar seguro, con respecto a lo que está mal en la sociedad actual y lo que hace falta en una sociedad futura para beneficiar a la humanidad, al mismo tiempo que entiende la necesidad de guiar el proceso de manera que abarque e incorpore la diversidad más amplia posible de ideas y enfoques de diferentes capas populares en la sociedad.
No sé si lo explico con suficiente claridad, pero él sí lo ha expresado muy bien en muchos de sus escritos y discursos, y yo recomiendo que las personas se adentren en este aspecto general del núcleo sólido con mucha elasticidad sobre la base del núcleo sólido. Es muy importante captar esa última parte — sobre la base del núcleo sólido. No es posible dar con la elasticidad apropiada sin contar con el núcleo sólido. No queramos terminar como el que trata de poner orden en una jaula de grillos, en que todo y todos vaya cada quien por su lado. Sí hace falta un núcleo sólido. De hecho, entre más captemos bien, captemos científica y rigurosamente, ese núcleo sólido, esa teoría científica central, ese conocimiento y experiencia acumulados centrales y esa certeza central, más sería posible desencadenar y alentar efectivamente la elasticidad e iniciativa amplias en la población, tanto en el proceso revolucionario actual como en la sociedad socialista futura, también en relación con el tipo de disentimiento y efervescencia social amplia que sea capaz de contribuir activamente al avance de la sociedad en una dirección positiva.
Pregunta: Algo que se planteó en lo que decías es que existe una unidad, existe una conexión entre lo que dices sobre el enfoque del núcleo sólido con mucha elasticidad, en el proceso de hacer la revolución para llegar a una sociedad futura rumbo al comunismo, así como de ahí en esa misma sociedad futura — existe una conexión entre ese enfoque durante todo el proceso de hacer la revolución y llegar al comunismo y tu comentario de que ese Diálogo daba una idea de BA como líder de una sociedad futura. También el comentario que hiciste anteriormente, de ¿por qué BA iba a hacer ese Diálogo con Cornel West, si no aplicara y pusiera ese ejemplo de ese enfoque de núcleo sólido con mucha elasticidad? De ahí yo quería que exploráramos más el hecho de que BA, en ese Diálogo y en el conjunto de su obra, no se muerde la lengua, pone las cartas sobre la mesa respecto a su conocimiento de la ciencia y de la realidad, no intenta esquivar o suavizar los desacuerdos, ni con Cornel West, al mismo tiempo que reconoce muchísimo la unidad que tienen, y la unidad que hay que forjar ampliamente. Su enfoque es que una persona como Cornel West — tiene muchas observaciones buenas, puede contribuir mucho a todo ese proceso revolucionario, al mismo tiempo que ellos muy claramente expresan sus diferencias. Por lo que, ¿quieres decir más sobre la aplicación del núcleo sólido con mucha elasticidad por BA en su manera de relacionarse con Cornel West en este Diálogo?
AS: Bueno, creo que se ve la aplicación y el ejemplo del “núcleo sólido con mucha elasticidad sobre la base del núcleo sólido” en lo que BA hace, tanto con relación a Cornel West por un lado, y también, como yo decía antes, con relación al público —o los públicos, en plural, porque ese público representaba muchas diferentes capas sociales y diferentes puntos de vista— y lo que se ve es, se ve la certeza basada en experiencia y conocimiento. Miremos las ciencias naturales: si surgiera alguien que es el más avanzado en su campo de la ciencia, o en un desarrollo particular de las ciencias naturales, en un momento dado —alguien quien es muy avanzado y muy visionario y que efectivamente así desempeñe un papel dirigente— sería ridículo que saliera y fingiera no saber lo que sí sabe, o que no luchara con las personas, que no les ofreciera la evidencia que ha acumulado y analizado, durante décadas, concretamente en este caso. ¿Verdad? Así que al mismo tiempo que él trabaja con Cornel West, no se muerde la lengua porque, en primer lugar, él respeta a las personas tanto que no les rinde pleitesía, no les es condescendiente, no finge no saber lo que sí sabe. Las únicas personas a las que no respeta son los explotadores y opresores a la cima de la sociedad. Pero respeta a las personas, hasta a las personas que quizá tengan desacuerdos con él en sentidos importantes, tanto como para ser honesto y explorar las diferencias con principios e integridad en vez de ser condescendiente o rendirles pleitesía o fingir estar de acuerdo más de lo que sí está.
Él va a decir las cosas por su nombre. Va a decirle a la gente, también al público... sabe que ese público guarda muchos diferentes puntos de vista e ideas erróneas las que son perjudiciales, en su opinión. Como muchas de esas ideas religiosas que impiden que las personas conozcan la realidad tal como es en concreto, y que reconozcan cómo podría cambiarse. Su posición definitivamente no es neutral — sobre la religión, él no dice sin más ni más, miren, por ahí no voy, pero no importa pues todo está bien, ándenle, a creer lo que se les dé la gana. No lo dice, para nada. Al contrario, en serio él lucha con el público, va directo al grano — les dice, tienen que abandonar algo de esas cosas religiosas, porque en realidad hacen daño; nublan su conocimiento de la realidad tal como es; y por lo tanto, en los hechos hacen que cueste trabajo vislumbrar el camino adelante y averiguar cómo transformar la sociedad en una dirección positiva. Pues ¡que lo dejen! Él lo dice a un público de personas que son, en su mayoría, religiosas, especialmente entre las más oprimidas — las mismas personas que son más importantes para el proceso revolucionario y que más necesitan activarse para emprender ese proceso. Él tiene suficiente respeto y suficiente confianza estratégica en las personas, como para decir las cosas por su nombre.
Ahora bien, en la situación en que trabaja con Cornel, trabaja con un intelectual desarrollado que también tiene mucha experiencia en la vida, que por su cuenta ha estudiado muchas diferentes cosas y analizado muchas diferentes filosofías. BA respeta también ese proceso. Pero no obstante va a decir las cosas por su nombre, y va a poner la evidencia. ¿Qué es lo que la Biblia dice, de verdad? ¿Qué es el papel de la religión? ¡A discutir se ha dicho!
Algunas personas quizá digan, Pues yo no necesito escuchar todo eso, porque yo ya no creo en Dios. Pues sí, necesitas escuchar todo eso, y ¿sabes por qué? Porque una u otra religión influencia profundamente a miles de millones de personas en el planeta, y éstas perciben toda la realidad a través del prisma, del lente, de su religión particular. Eso es el marco, es el marco teórico, se podría decir, que aplican la mayoría de las personas en este planeta para conocer el mundo, y lo que tiene de malo, y lo que se podría o no se podría hacer al respecto. La religión es una cuestión muy grande, en Estados Unidos y por todo el mundo. Por lo que Bob Avakian, por un lado, en el Diálogo, lucha con Cornel, pero con un buen método, un buen método cálido, porque son dos personas que sí se respetan uno al otro, y sí se estiman uno al otro, pero que simplemente van a decir honestamente uno al otro y a los públicos, dónde tiene diferencias importantes. Por los principios y la integridad que tienen, son capaces de expresar y aclarar esas diferencias importantes, para que por su cuenta los públicos tengan mejores posibilidades de bregar con esas cuestiones, cuando regresen a casa y de manera continua.
Al mismo tiempo, creo que Bob Avakian pone el ejemplo de lo de la elasticidad: Mira, este proceso revolucionario es un proceso muy rico y complejo y diverso, que sí tiene que abarcar a una amplia variedad de personas. De hecho, uno de los puntos que Bob Avakian ha señalado repetidamente es que, a la hora de la revolución y la toma concreta del poder estatal, la mayoría de las personas participantes en la revolución ¡aún tendrán creencias religiosas! En un país como Estados Unidos, no hay duda de que eso sea cierto. La mayoría de las personas no habrán dejado su religión — aunque hayan decidido sumarse y ser parte de la lucha para la revolución y para el socialismo en diferentes formas, la mayoría aún no habrán roto completamente con todo eso. Y eso es solamente un ejemplo de tener un conocimiento científico materialista de la realidad, de conocer qué tan compleja que lo es, qué tan complejo que lo es el proceso. Pero no nos pondremos a engañar a las personas que están en desacuerdo con nosotros escondiendo nuestras posiciones de modo que nos acompañen en el proceso revolucionario. No, eso no lo debemos hacer. Más bien, como comunistas revolucionarios, seremos honestos sobre dichos desacuerdos. Pero si queremos de corazón transformar la sociedad en aras de beneficiar a la humanidad, también reconoceremos que el proceso al que sostenemos que es necesario, y al cual ayudamos a darle dirección estratégica, tiene que ser capaz de abarcar una gran diversidad de personas, y no todos van a ser del mismo parecer que nosotros sobre varias cuestiones diferentes e importantes. Además, eso será cierto por todo el camino, lo que incluye el surgimiento de mayor lucha de las personas contra el enemigo común, la toma del poder y la construcción de nuevas instituciones y organismos de una nueva sociedad.
En vista de que él capta todo eso, Bob Avakian también puede abrazar y tenerle mucha calidez a alguien como Cornel West (y creo que éste le corresponde a BA en esos sentimientos), y a la vez plantear con mucha claridad la importancia de discutir las diferencias y explicar por qué se necesita adoptar un método y un enfoque sistemáticamente científicos si queremos de verdad cambiar la sociedad hacia lo mejor. Por lo que sí, él le dice a la gente sin pelos en la lengua por qué debe dejar la religión —todas las religiones— pues éstas son obstáculos que impiden avanzar. Es un hecho que fueron los seres humanos los que inventaron hace mucho todas las religiones en el mundo, para explicar lo que aún no entendían y satisfacer necesidades que ahora se podrían trascender. Por todo el mundo la gente inventaba diferentes conjuntos de creencias sobrenaturales con tal de llenar las lagunas en su conocimiento de las cosas, tanto en el mundo natural como en el social, y como un mecanismo para lidiar con cosas como la muerte y la pérdida. Al faltarles el conocimiento científico como para entender que toda vida evoluciona, y que hay evidencia clara de que los mismos seres humanos simplemente evolucionaron de una larga serie de especies preexistentes, pues ¡probablemente querrán meter un poder sobrenatural superior de algún tipo para explicar nuestros orígenes! [se ríe] Toda religión en el mundo comparte ciertas características semejantes. Al mismo tiempo, cada una tiene sus diferentes mitos de la creación, y semejantes particularidades. También tienen sus diferentes libros sagrados, profetas, etc. Bob Avakian dice, Ándale, abramos la Biblia e investiguemos lo que ésta dice. Un revolucionario dogmático hubiera dicho, Bueno, yo no creo en dios, y creo que la religión perjudica, así que ni siquiera voy a hacerle caso. En lugar de eso, BA dice, la religión es un problema muy importante en el mundo, es una cuestión muy importante, miles de millones de personas creen en algún dios o una religión de algún tipo, por eso tenemos que tratarla. E hizo tarea; hizo el trabajo. Leyó la Biblia, en su totalidad. Conoce la Biblia. A diferencia de muchas personas, él puede decir lo que ésta contiene. También puede decir lo que sostienen esas fuerzas religiosas. Puede hablar de algo de la historia de cómo los seres humanos inventaron muchas de esas religiones. También puede hablar sobre por qué algunas personas se motivaban para tener una conciencia moral a base de cosas que aprendieron en la iglesia, mezquita, templo o lo que sea. Al mismo tiempo, él puede demostrar, científicamente, el daño que se produce al aferrarse a la religión. Y que no es necesario hacer eso. Uno puede dejar todo eso a un lado. Puede simplemente abandonarlo. Uno puede dejar atrás esas antiguas formas de pensar, y puede adoptar una filosofía y un método científico acerca de transformar el mundo en beneficio de toda la humanidad, que están llenos de vida, llenos de alegría, llenos de espíritu, llenos de arte y cultura, que no tienen nada de muerto o frío, pero que no vienen en compañía de todos esos adornos religiosos y sobrenaturales y todo lo antiguo que los acompaña.
1. El “Diálogo” se refiere a un evento celebrado en noviembre de 2014 en la histórica iglesia Riverside en la Ciudad de Nueva York, al cual asistieron 1.900 personas: REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión — Un Diálogo entre Cornel West y Bob Avakian. [regresa]
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
A un año de Charlottesville y del asesinato de Heather Heyer:
| Periódico Revolución | revcom.us
En referencia a la epidemia de supremacía blanca y los planes de los nazis para manifestarse el 12 de agosto para celebrar sus brutales manifestaciones armadas del agosto del año pasado en Charlottesville, Virginia, la semana pasada revcom.us escribió:
A esta mierda ¡hay que PONERLE ALTO! ¡¡¡ALTO!!! Esto significa oponerles resistencia a estos nazis asquerosos el fin de semana que viene. Hay mucho en juego para que las personas hagan presencia a oponérseles a estos babosos racistas, aquí mismo y ahora mismo, y que les niegue un triunfo político. Y esto significa durante estos próximos meses montar un movimiento para sacar políticamente a Trump y Pence, los meros cabecillas fascistas de esta campana apestosa, y todos los y las secuaces de su régimen de mierda, por medio de masivas protestas no violentas que inunden las calles con miles y después millones de personas.
Pero más allá de eso, y como algo central a todo eso, este SISTEMA que creció por medio de 246 años (¡246!) de esclavitud y después, con otro siglo del trabajo sobreexplotado del pueblo negro en los campos y luego en las fábricas, un sistema que se apoderó de las tierras de México para la esclavitud y después oprimió y explotó a los mexicanos y los chicanos, un sistema que en primer lugar les arrebató el territorio de Estados Unidos a sus habitantes indígenas, diezmando a un 90 por ciento de ellos en guerras y epidemias — ¡HAY QUE DERROCAR este sistema!
Les ha dado asco y ha enojado a millones de personas en Estados Unidos no solo el hecho de que los nazis y KKKistas armados lleven agresivamente su mierda supremacista blanca a la calle, sino también que el fascista Trump haya alentado y envalentonado abiertamente a estos (sus) soldados de asalto, diciendo después de Charlottesville que son “buena gente” y atacando a aquellos que se han manifestado valientemente contra esta escoria humana.
Al cierre de edición domingo por la noche, aquí presentamos una breve recapitulación y resumen, con más por venir pronto, así que manténganse atentos a revcom.us.
Miles de personas ahogaron y abrumaron al puñado de supremacistas blancos neonazis que intentó celebrar el primer aniversario de su ataque asesino en Charlottesville, Virginia del año pasado.
Unas dos docenas de estos fascistas se presentaron, escoltados y escudados por cientos de policías mientras marcharon desde el metro por las calles de Washington, D.C. hasta el Parque Lafayette, enfrente de la Casa Blanca. Estos golpeadores recibieron una gran luz verde de su líder, el fascista-en-jefe Donald Trump, cuyos twuits hicieron señas que casi explícitamente dieron respaldo a estas “celebraciones” que tuvieron lugar, apropiadamente, a la sombra de la Casa Blanca.
Mientras tanto, varios miles de contramanifestantes se reunieron en la plaza Freedom Square a unas cuadras de distancia, y luego llenaron las calles a lo largo de varias cuadras marchando hacia el Parque Lafayette donde excedieron mucho en número a los supremacistas nazis, a quienes la policía rodeaba y protegía. Los contramanifestantes antifascistas corearon, entre otras consignas, “¡Nazis, váyanse a casa!”, “¡Qué vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Vergüenza!” y “¡Black Lives Matter!” (Las vidas negras importan).
“¡¡No puedes negar esta energía aquí mismo!! ¡¡Es muuuuy vivo!!” tuiteó @RefuseFascism. “¡Muchos grupos, ideologías y sectores sociales diferentes, todos unidos en la misión de derrotar políticamente a los supremacistas blancos en las calles Y en la Casa Blanca!”
Dentro de esto, el Club Revolución representó poderosamente la revolución, y los contingentes y pancartas de Rechazar el Fascismo se destacaron durante todo el día. El Club Revolución salió brevemente en la cobertura de CNN, MSNBC y otros medios de comunicación, una entrevista en video de Politico a Samantha Goldman de Rechazar el Fascismo siendo vista más de 15.000 veces, y las pancartas de Revolución / revcom.us y Rechazar el Fascismo estaban visibles en la cobertura a lo largo del día. (Fotos y video en esta página. Manténganse atentos para más informes).
En Charlottesville, en el primer aniversario, la ciudad declaró el estado de emergencia, movilizó al menos a un millar de policías e intentó cerrar toda la ciudad. Pero a pesar de esto, y de que los fascistas no iban a aparecer, cientos de manifestantes anti-KKK / anti-nazi, entre ellos estudiantes de la Universidad de Virginia, marcharon el sábado por el centro de Charlottesville.
El año pasado en Charlottesville cuando los fascistas se congregaron, la policía se mantuvo al margen observándolo mientras los fascistas atacaban a los contramanifestantes. Durante el año pasado se ha vuelto aún más claro la simpatía y apoyo que los cerdos policías tienen para Trump, los nazis y los KKKistas. Y recientemente en Portland y Berkeley, los policías se mantuvieron al margen mientras los fascistas celebraron su mitin, marcharon y atacaron a los contramanifestantes antifascistas.
Una pancarta en Charlottesville este año dio en el blanco: “El año pasado vinieron con antorchas. Este año vienen con placas”. Los manifestantes se detuvieron por un momento de silencio en el lugar donde el año pasado un racista blanco asesinó a Heather Heyer embistiendo contra la multitud con su coche. La madre de Heather, Susan Bro, estaba presente este año y le dijo a la multitud, “Enfóquense en los problemas, eso es precisamente lo que diría Heather... No todo tiene que ver con Heather... nunca fue así”.
El Washington Post informó que, “El fascismo y el racismo: Fue esencialmente el único tema de que habló la gente el sábado. En las calles del centro de la ciudad la gente conversaba sobre qué son esas fuerzas en Estados Unidos, y qué son en Charlottesville”.
Luego, el domingo, cientos de personas volvieron a marchar y celebrar un mitin a pesar de que los supremacistas blancos tenían programado un mitin en Washington, D.C., no en Charlottesville. Querían dejar en claro que habrá oposición a los fascistas en Charlottesville. Los manifestantes corearon: “Viejo Jim Crow, nuevo Jim Crow, este sistema racista tiene que irse” y “la policía y el Klan van de la mano”.
Si bien muchos se centrarían en el mísero número de golpeadores supremacistas blancos nazis que salió este fin de semana, es importante reconocer el grado en que sectores de ellos —y su retórica— han llegado a ser un elemento “convencional” de la sociedad y a ser normalizados durante el último año en el contexto de este régimen fascista y sus órganos de propaganda como Fox News. Cabe destacar que la mayoría de los medios de comunicación convencionales presentaron en alguna forma el mensaje del domingo del organizador supremacista blanco del mitin, Jason Kessler, en el que hizo eco de Laura Ingraham de Fox News quien había despotricado de que “el Estados Unidos que conocemos y amamos ya no existe” y “se le han endosado cambios demográficos masivos al pueblo estadounidense, y estos son cambios por los cuales ninguno de nosotros votó, y que la mayoría de nosotros no desea”.
Trump sintió la libertad este fin de semana de tuitear que se deben condenar “todas” las formas de racismo, así negándose firmemente a denunciar a los neonazis que tenían programadas sus marchas para celebrar el primer aniversario de Charlottesville. Esto, al mismo tiempo que Trump no tiene ningún problema llamar “tontos” a los negros y reprender a los jugadores negros de la NFL por protestar por la encarcelación en masa y la brutalidad policial durante el himno nacional antes de los partidos. Esto, al mismo tiempo que él y su régimen continúan con la extrema satanización de los inmigrantes y persiguen políticas que los tratan como infrahumanos. Como hemos venido informando, esto ocurre mientras van en auge los incidentes en que blancos racistas —influenciados por el ambiente actual— llaman a los cerdos policías para hostigar a personas negras que simplemente están haciendo cosas cotidianas — en Starbucks, residencias universitarias, piscinas, y paradas de autobús. Esto, cuando cualquier encuentro que una persona negra tenga con un cerdo puede terminar en ser asesinada, el policía exonerado. Los eventos de este fin de semana siguieron a las marchas nazis en Portland y Berkeley de la semana pasada, totalmente respaldadas por las fuerzas policiales locales y estatales que luego atacaron a los contramanifestantes antinazi.
Es muy buena cosa que las personas —miles de personas— salieran en justa y desafiante protesta contra estos nazis este fin de semana, y mientras nos unimos en oposición a estos nazis y KKKistas este fin de semana, uniéndonos ampliamente con personas de muchos puntos de vista distintos, tenemos que avanzar esta lucha aún más: para que haga suyo el llamamiento y reto de Rechazar el Fascismo para expulsar del poder a este régimen fascista a través de una sostenida movilización no violenta de masas. El régimen fascista de Trump y Pence y los golpeadores nazis supremacistas blancos van de la mano: es una combinación característica del fascismo, y toda normalización del régimen contribuye a la normalización de la supremacía blanca.
Y a medida que hagamos esto, junto con otros con sus perspectivas distintas, hay una realidad esencial sobre la base de la cual debemos seguir actuando:
Ya no es necesario vivir bajo este sistema — la fecha de caducidad para esta inmundicia ya se venció desde hace mucho. El HECHO científico es que sí podemos PONER FIN a esta opresión salvaje, además de la opresión y la degradación de las mujeres y de la gente LGBTQ; sí podemos PONER FIN a la satanización y persecución despiadada de los inmigrantes; sí podemos PONER FIN a las guerras y ocupaciones que aquellos constantemente cometen, apoyan y planean; y sí podemos PONER FIN al saqueo suicida del medio ambiente por estos capitalistas. No podemos hacerlo por medio de reformas —eso es una ilusión sin esperanza— pero sí podemos hacerlo por medio de la REVOLUCIÓN. Así que no podemos reformar esto… pero SÍ PODEMOS derrocarlo. SÍ PODEMOS hacer una revolución real, lo que no significa unos cambios menores dentro de este sistema sino el verdadero derrocamiento —sí, el derrocamiento— de este sistema, derrotando realmente a sus fuerzas armadas de opresión y represión, cuando se hayan creado las condiciones necesarias (una situación revolucionaria y un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas) (como lo plantea CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución). SÍ PODEMOS desmantelar las instituciones de este sistema y construir una sociedad completamente nueva con una base económica y política radicalmente diferente, como se encarna en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian (BA). Existe la base, en el nuevo comunismo y en la dirección de BA, para hacer todo eso realidad. Y estamos trabajando para esto, como el movimiento de masas para una revolución real, y además organizándonos en él, conectándonos con amplios sectores de la gente y creciendo mientras lo hacemos.
La cita de arriba viene de este artículo.
En la Plaza Freedom. Foto: twitter/@NYCRevClub
En la Plaza Freedom. Foto: twitter/@TheArtist_MBS
En el Parque Lafayette. Foto: twitter/@revclubchi
En el Parque Lafayette. Foto: twitter/@revclubchi
Club Revolución organizando para la revolución.
“Cuanto te pones esta camiseta, ENTRAS EN LA REVOLUCIÓN”. Foto: twitter
Rechazar el Fascismo / RefuseFascism.org en la marcha.
Rechazar el Fascismo / RefuseFascism.org organizando a la gente. Foto: twitter/@revclubchi
Foto: AP
Foto: AP
Foto: twitter/@jordangreentcb
Revolución #556 15 de agosto de 2018
Los sauditas dicen que el autobús lleno de niños es un “blanco legítimo” — Estados Unidos miente al negar su responsabilidad
| Periódico Revolución | revcom.us
Actualización, 19 de agosto: ¡Usaron una bomba estadounidense!
¡Usaron una bomba hecha en Estados Unidos la que mató a 40 niños y a otros 11 yemeníes el 9 de agosto! La semana pasada, expertos en municiones y periodistas yemeníes encontraron fragmentos de la bomba, una bomba MK82 guiada por láser de 225 kilos fabricada por Lockheed Martin. La bomba había sido vendida a Arabia Saudita por conducto del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El periodista yemení Ahmad Algohbary muestra una parte de la bomba fabricada por Estados Unidos que mató a 40 niños la semana pasada. (Foto: @AhmadAlgohbary/Twitter)
Los sauditas dicen que el autobús lleno de niños era un “blanco legítimo” — Estados Unidos miente al negar responsabilidad
La mañana del jueves 9 de agosto, un autobús lleno de niños regresaba de una excursión en Sada en el norte de Yemen. De repente, sin advertencia alguna, un avión de combate de Arabia Saudita lanzó un misil que obliteró el autobús. Partes de cuerpos quedaron desparramados por la calle llena de gente: ¡40 de los niños en el autobús masacrados y otros 56 heridos! El ataque también mató a otras 11 personas e hirió a 23 más.
¡Estados Unidos y Arabia Saudita tienen las manos manchadas de la sangre de estos niños yemenís, y de decenas de miles de otros niños yemeníes muertos por las bombas y por el hambre y las enfermedades engendrados por esta guerra!
Esta masacre no es una rara excepción, un error: ¡así es la guerra de Arabia Saudita con el aval de Estados Unidos! Atacan civiles a propósito; bombardean bodas, fábricas, mezquitas y escuelas, matando al menos 10.000 yemenitas, posiblemente el doble o cuádruplo de esa cifra. Y usan a propósito el hambre y las enfermedades como armas de guerra —bombardeando hospitales, clínicas, mercados… hasta granjas y pescadores— e impiden o bloquean envíos de alimentos, combustible y medicina.
Arabia Saudita libra esta guerra con aviones estadounidenses, bombas estadounidenses, inteligencia estadounidense, logística estadounidense, y apoyo político estadounidense. Y soldados estadounidenses también han participado directamente en la guerra en Yemen. Es una matanza de alta tecnología desde el aire, ¡y sería ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE que Arabia Saudita libre esta guerra sin el respaldo y participación directa de Estados Unidos!
“Los misiles que nos matan, hechos en USA”, le dijo un yemení a PBS. “Los aviones que nos matan, hechos en USA. Los tanques, Abrams, hechos en USA. Usted me pregunta: ‘¿Dónde está Estados Unidos [en esta guerra]?’ Es Estados Unidos de cabo a rabo”.
El resultado: 8,4 millones de yemeníes al borde de la inanición, 20 de sus 28 millones de habitantes requieren asistencia humanitaria, y el año pasado Yemen sufrió la peor epidemia de cólera en la historia. Ahora, Arabia Saudita, respaldada por Estados Unidos, ha intensificado la guerra, incluida una ofensiva contra el puerto por donde entra buena parte de la ayuda que recibe Yemen, cual ofensiva amenaza a la población de ese país con horrores aún peores: 10 millones más de yemeníes podrían sufrir de hambruna y enfrentarse con la muerte; millones más podrían correr el riesgo de contagiar cólera.
Esta es una guerra que afecta más duro a los niños: cada día que persiste mueren 130 niños de hambre o enfermedades curables. En dos años (2016-2017) en Yemen, 113.000 niños murieron de hambre o enfermedades prevenibles. UNICEF ha dicho que es una “cruel guerra contra niños”1.
Inmediatamente, Arabia Saudita se puso a vomitar mentiras — de que el misil se dirigió a un blanco legítimo, un lanza-cohetes. El ataque dio en un mercado lleno de gente sin ninguna instalación militar cerca. Los sauditas alegan que se están usando a los niños como “escudos humanos” en esta guerra. ¿O sea que ahora los aproximadamente 12 millones de niños menores de 15 años serán blancos?
Los funcionarios militares de Estados Unidos dicen que no tienen idea de si fuerzas armadas yanquis ayudaron a reabastecer de combustible a los aviones sauditas o si les suministraron las bombas usadas en este brutal crimen de guerra. El Pentágono afirma que no mantiene un registro de tales detalles. Es como si los nazis dijeran: “Nosotros solo metimos a los judiós en los vagones, no tenemos idea de adónde terminan”.
Mientras tanto, el Departamento de Estado yanqui se niega a condenar, ni siquiera criticar, la masacre saudí — un indicio claro de respaldo estadounidense oficial.
Reflexionen sobre esos 96 niños al otro lado del mundo: 96 niños muertos, mutilados, sangrando, heridos. ¿Qué tipo de sistema masacra e impone hambruna y enfermedades a niños deliberadamente? El capitalismo-imperialismo de Estados Unidos, ese es el tipo de sistema.
Por más de tres años, primero bajo Obama y ahora con una escalación bajo Trump y Pence, Estados Unidos ha respaldado la guerra de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos para aplastar al movimiento hutí (que representa a fuerzas reaccionarias y anticuadas en Yemen). Lo han hecho para fortalecer Arabia Saudita y reforzar su control sobre Yemen (en la punta estratégica de la Península Arábiga), bloquear la influencia iraní, y mantener el yugo yanqui sobre todo el Medio Oriente.
Dominar esta región, que conecta Asia, África y Europa y tiene vastas reservas de petróleo, es crucial para la dominación global de Estados Unidos. Henry Kissinger, criminal de guerra y antiguo oficial de Nixon, escribió que la prosperidad del Occidente tras la Segunda Guerra Mundial se ha basado en el petróleo barato del Medio Oriente. Arabia Saudita, el grifo petrolero principal del mundo y una de las tiranías medievales más opresivas del mundo, es una pieza clave en esta dominación.
Sin dominar el mundo, y el Medio Oriente en particular, Estados Unidos no sería el imperio que es hoy. La riqueza y los recursos acumulados por el Estados Unidos capitalista-imperialista fueron sacados de la esclavitud y el robo de tierras en América del Norte, y luego de la implacable dominación económica, política y militar de las masas populares en todo el mundo. Esto es lo que hace posible que los gobernantes les entreguen parte del botín —el nivel de vida— a gente en Estados Unidos. Para mantener todo esto, los gobernantes imperialistas de Estados Unidos —demócratas y republicanos— se ven obligados a respaldar o cometer crímenes masivos y bárbaros como la matanza de niños inocentes en Yemen. NECESITAN cometer estas atrocidades para mantener en funcionamiento todo su sistema.
Nadie con una pisca de humanidad puede guardar silencio ante estos crímenes intolerables, ni mucho menos dar pretextos o celebrarlos. En vez, la gente de consciencia debería desear que los gobernantes de Estados Unidos fracasen en esta barbaridad. Y muchísima gente más deben esforzarse enérgicamente hoy para impulsar un movimiento para una revolución real, para que llegue el día cuando sea posible derrocar este imperio que ha sido y sigue siendo responsable de muchos millones de muertes y tanto sufrimiento.
¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad!
1. Ver, “De las fauces de Estados Unidos chorrea la sangre de los ninos de Yemen: La guerra de la cual no estas enterado” en revcom.us. [regresa]
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino.
Bob Avakian, Lo BAsico 3:8
Los restos del autobús que estaba lleno de niños al ser destruido por un misil saudita. Foto: AP
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
A cuatro años del asesinato policial de Mike Brown
| Periódico Revolución | revcom.us
¿Es verdad que elegir a fiscales de distrito negros podría poner fin al asesinato y terror policial? Así argumentan los medios de comunicación del sistema.
El martes 7 de agosto, en las elecciones primarias para decidir quien representaría al Partido Demócrata, sin oposición, en las elecciones generales, Wesley Bell, un joven concejal municipal negro, derrotó al fiscal del Condado de San Luis, Misuri, Bob McCulloch, que tenía muchos años en ese puesto. McCulloch es blanco y se había negado a entablar cargos contra Darren Wilson, el puerco policía que asesinó a Michael Brown en Ferguson. Bell había participado en protestas por el asesinato de Brown.
Ahora, en el cuarto aniversario del asesinato de Michael Brown, la prensa está tratando la victoria de Bell como una hazaña pionera. Su mensaje: Las protestas de masas podrían importar en sentido simbólico o para que la gente “se desahogue”, pero los cambios electorales como este son lo que realmente vale, lo que realmente puede lograr algo para detener el asesinato y terror policial. Unos titulares dicen que la victoria de Bell es una victoria para Black Lives Matter (La vida de los negros Importa).
¿Pero qué es la realidad? ¿Qué papel han jugado en realidad los fiscales de distrito en el “sistema de justicia” estadounidense?
El 9 de agosto de 2014, Michael Brown, un negro de 18 años, fue acribillado por 6 balas policiales, ¡aunque no estaba armado y tenía las manos arriba! Luego dejaron su cuerpo tirado en la calle por horas, como si ese joven querido, con todo su futuro por delante, fuera basura humana nomás.
La policía y la fiscalía inmediatamente intentaron justificar el asesinato de Michael, mientras que cínicamente afirmaron que estaban considerando la posibilidad de entablar cargos contra el puerco asesino. ¡Pero la gente no se dejó engañar! Se levantó, y por 10 días desafió los toques de queda, el gas lacrimógeno y unas masivas fuerzas policiales militarizadas. Entonces, en noviembre cuando el fiscal del estado se negó a acusar al asesino de Michael, se desataron más rebelión en Ferguson y decididas protestas por todo Estados Unidos en contra del asesinato y terror policial.
Durante todo ese tiempo, politiqueros de todo nivel, incluido el mismo presidente Barack Obama, trataron de conseguir que la gente volviera a los canales aceptables del sistema —uno siendo las elecciones— con falsas expresiones de preocupación, investigaciones, y promesas de cambio, ¡al mismo tiempo que protegieron a los puercos y justificaron sus asesinatos!
Tanto Obama como su Procurador General Eric Holder prometieron que el Departamento de Justicia iba a realizar una investigación a fondo del asesinato de Michael Brown. Luego prolongaron las cosas, sistemáticamente emitiendo declaraciones e informes para revertir el veredicto de la justa rebelión de que Michael Brown fue asesinado sin justificación. Descartaron el testimonio de testigos oculares de que Michael tenía las manos arriba, y se negaron a acusar al puerco asesino Darren Wilson.
¿Y qué del papel de los fiscales de distrito, no solo en Ferguson sino en otras partes? Después del salvaje asesinato policial de Freddie Gray en Baltimore, la fiscal de distrito Marilyn Mosby sí entabló cargos, pero durante el juicio se le olvidó cómo procesar a un acusado y TODOS los puercos involucrados en el asesinato de Freddie Gray salieron libres.
En Cleveland, después del asesinato policial de Tamir Rice, el niño de 12 años, el fiscal Timothy McGinty ordenó informes “de peritos”, cual acción recibió muchos elogios de parte de los politiqueros y la prensa e incluso fue exigida por algunos sectores del movimiento de protesta. ¿Y qué pasó? Una vez más, después de prolongar las cosas hasta que disminuyera la indignación popular, se negaron a acusar al asesino de Tamir.
¿Por qué sucede eso una y otra vez? Porque estos fiscales de distrito y otros funcionarios del orden público —desde el gobierno federal para abajo— son parte del estado, y su papel es defender e imponer las relaciones opresivas económicas y sociales de este sistema. Son las mismas personas que en las últimas décadas han estado en las primeras filas de los esfuerzos para alimentar a los jóvenes negros y latinos a las fauces de la encarcelación en masa. Estas son las personas que una y otra vez han justificado el asesinato y terror policial, ¡aunque fuera grabado en video!
La idea de que elegir a una persona nueva, o ponerle una cara diferente al mismo juego, es una gran victoria del pueblo no es sino permitir que el sistema hable a través de tu propia boca, despistar a la gente y prepararla para ser traicionada, cuando lo que hay que hacer es barrer el sistema entero por medio de una revolución.
A quienes piensen que la elección de un fiscal u otro funcionario negro es de alguna manera una victoria o el camino adelante, les recomendamos lo siguiente (en inglés):
Tras el brutal asesinato policial de Michael Brown, la gente de Ferguson, Misuri se levantó, y por 10 días desafió los toques de queda, el gas lacrimógeno y unas masivas fuerzas policiales militarizadas. Luego, en noviembre cuando el fiscal del estado se negó a acusar al asesino de Michael, se desataron más rebelión en Ferguson y decididas protestas por todo Estados Unidos en contra del asesinato y terror policial. (Foto: www.revcom.us)
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Un fin de semana. Dos días. 74 personas baleadas. 12 muertos. Las personas baleadas tienen de 11 años a 60 años de edad. Muchos son muy jóvenes. Algunos son adolescentes. Algunos son veinteañeros. Seres humanos preciosos... hasta el último de ellos.
Incluidos aquellos que por ahora están atrapados en la vil trampa de balear y matar a otras personas que son como ellos. Balear y matar a personas que SON IGUALITAS A ELLOS, por represalias, por venganza, por “respeto”.
Bob Avakian formuló la pregunta en Lo BAsico, el manual de la revolución: “…Pregúntese: ¿cómo es que de niños preciosos pasan a ser supuestos ‘monstruos irredimibles’ en unos pocos años? Se debe al sistema y a lo que éste le hace a la gente — y no a una ‘naturaleza humana que no cambia y no se puede cambiar’”. Analicémoslo.
Giuliani, el abogado de Trump, y ese régimen fascista en su conjunto, tachan de “animales” a estos jóvenes y piden que se envíe a los federales a: “HACER QUE CHICAGO VUELVA A ESTAR SEGURO”, pero ¿“SEGURO” para quién? Esa es simplemente una palabra en clave para cuando Trump dice: “HACER QUE ESTADOS UNIDOS VUELVA A TENER GRANDEZA SER BLANCO”. Estas son palabras en clave apenas disfrazadas que llaman a la limpieza étnica y al genocidio contra de negros, latinos, inmigrantes, musulmanes y personas LGBTQ.
Obama tachó de “maleantes” a estos jóvenes después de que se rebelaron tras el asesinato policial de Freddie Gray en Baltimore. Y les echó la culpa a los padres de estos jóvenes cuando sacaban malas notas en la escuela, diciendo que tenían que dejar de alimentarlos con pescado frito y sémola para el desayuno.
Hillary Clinton los tachó de “super-depredadores”.
Pero veamos lo que el SISTEMA que Trump, Obama y Clinton representan le hace a nuestros jóvenes.
Mire el futuro a que se enfrentan. En la adolescencia, si no antes, ya está requete-claro que este sistema capitalista-imperialista no les ofrece ningún futuro. Los trata de criminales. De gente “tonta”. De personas con problemas de “manejo de la ira”.
Después de la derrota del sistema esclavista en la Guerra Civil, este sistema obligó a los negros a volver a las plantaciones como aparceros en el sistema del Jim Crow de supremacía blanca con el Ku Klux Klan, sherifatos y linchamientos. Luego, después de la Segunda Guerra Mundial, la gente fue expulsada de la tierra y se fue hacia el Norte y salieron al Oeste para escapar del Jim Crow y buscar una vida mejor para mantener a sus familias: trabajaron en las plantas siderúrgicas, astilleros, empacadoras de carne y fábricas automotrices, en los trabajos peor pagados, más sucios y peligrosos, los últimos en ser contratados y los primeros en ser despedidos.
Pero en las últimas décadas trasladaron esos trabajos de las comunidades marginadas de las ciudades, primero hacia el Sur de Estados Unidos, luego a México en las maquiladoras a lo largo de la frontera, luego a Asia en busca de mano de obra barata y mayor rendimiento de las inversiones en este sistema. Así que las personas de hoy en día se encuentran en una situación diferente. Si logran conseguir algún trabajo, es algo que solo refuerza la noción de que no valen ni un comino. Un mezquino trabajo que es aún más degradante y no realza su humanidad. La manera general en que este sistema, con la supremacía blanca en su ADN, está estructurado les enseña que lo único que se merecen, como pone al descubierto Bob Avakian en su discurso ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, es una bota por el culo y una bala en el cerebro.
Por cierto, ningún ser humano aceptará porquerías así. Encontrará formas de desafiar estas porquerías. Las personas “se resistirán” a que les trate de esta manera deshumanizante. Cualquiera que se halle en una situación semejante tratará de encontrar una forma de lograr sobrevivir en este mundo de una manera que considere que le dé sentido y “dignidad” a su existencia. Por muy larga o corta que sea esa existencia.
Ya sea que a alguien le guste o no, estos jóvenes encuentran ese significado y “dignidad”, es decir, el significado que se obtiene al pertenecer a algo, de ser parte de algo más grande que uno mismo, de la vida de las pandillas.
Pero esa vida solo refleja la vida más grande de este SISTEMA y sus valores que produjeron y dieron forma a TODA esta mierda en primer lugar.
Entonces, cuando se dice “Alto a la violencia”, pregunto: ¿Cuál es la causa fundamental de la violencia? ¿Y cómo hacemos frente, desarraigamos y derrocamos a eso?
Nadie debería tener que vivir la vida que estos jóvenes tienen que aguantar. De aún más importancia, nadie tiene que aceptarla.
Pero eso puede lograrse ÚNICAMENTE por medio de la revolución para derrocar este sistema. Tenemos la estrategia y la dirección para eso. Tenemos a BA, Bob Avakian, el líder de la revolución y el arquitecto de un nuevo marco para la emancipación humana. Un nuevo comunismo
Cuando las personas le entran a esta revolución, cambian el mundo y se cambian a sí mismas. Yo no era tan distinto a algunos de estos jóvenes “en los buenos días del pasado”. Pero me topé con la revolución y mientras luchaba contra la opresión, la gente luchaba conmigo para cambiar mi perspectiva. Luego, cuando le entré a Bob Avakian y lo que él está desarrollando, cambié aún más.
Al comienzo de la cita anterior, BA dice: “La gente dice: ‘O sea, ¿me están diciendo que esos jóvenes que andan por allí vendiendo droga y matándose unos a otros y que están metidos en muchas otras cosas, pueden ser la columna vertebral de este poder estatal revolucionario del futuro?’ Sí — pero no lo podrán ser desde donde están ahora, ni tampoco lo podrán ser sin lucha. No siempre vendían droga y se mataban unos a otros y todas esas cosas — y no tienen que estar metidos en todo eso en el futuro…” (Lo BAsico 3:17).
Yo les digo a estos jóvenes: traigan su coraje, traigan su desafío, traigan su “resistencia” a la revolución. Si van a morir, pues háganlo para contribuir a derrocar este sistema. De modo que, al mínimo, la generación que crece con ustedes y después de ustedes tendrá la oportunidad de luchar por algo mejor: que la revolución derroque este sistema y construya un mundo completamente nuevo.
Es como lo que dice BA en Lo BAsico 3:16:
Un llamado a quienes el sistema ha desechado
Aquí hablo no solo a los presos sino a todos aquellos que viven su vida al filo de la desesperación, ya sea que hallen trabajo o no; a los que no tienen trabajo ni techo; a los que el sistema y sus capataces tratan ni más ni menos que basura humana.
Eleven la vista por encima de la humillación y la locura, la mugre y la desmoralización, por encima de la batalla individual por sobrevivir y “ser alguien” según la definición de los imperialistas — de los criminales más espantosos, más monstruosos de lo que jamás haya inventado la mitología o haya encerrado ninguna cárcel. Sean parte de los salvadores humanos de la humanidad: los sepultureros de este sistema y los portadores de la futura sociedad comunista.
No digo esto por hablar ni por querer dármelas de poeta: para conquistar todo esto hay grandes tareas que cumplir, grandes luchas que realizar y grandes sacrificios que hacer. Pero hay un mundo que salvar —y que ganar— y en ese proceso, aquellos que este sistema ha dicho que no valen nada, pueden importar muchísimo. Representan una gran fuerza de reserva que se debe convertir en una fuerza activa para la revolución proletaria.
La gente dice: “O sea, ¿me están diciendo que esos jóvenes que andan por allí vendiendo droga y matándose unos a otros y que están metidos en muchas otras cosas, pueden ser la columna vertebral de este poder estatal revolucionario del futuro?” Sí — pero no lo podrán ser desde donde están ahora, ni tampoco lo podrán ser sin lucha. No siempre vendían droga y se mataban unos a otros y todas esas cosas — y no tienen que estar metidos en todo eso en el futuro. Pregúntese: ¿cómo es que de niños preciosos pasan a ser supuestos “monstruos irredimibles” en unos pocos años? Se debe al sistema y a lo que éste le hace a la gente — y no a una “naturaleza humana que no cambia y no se puede cambiar”.
Bob Avakian, Lo BAsico 3:17
En el Club, uno puede participar y estar en poderosa representación de la revolución de una forma organizada a la vez que vaya aprendiendo más sobre la revolución... y podría avanzar hacia ingresar a la vanguardia de la revolución, el Partido Comunista Revolucionario.
Club Revolución-Los Ángeles
"No es possible REFORMAR el sistema — ¡Hay que DERROCARLO!"
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
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La noche del jueves 9 de agosto comenzó la temporada de la Liga Nacional de Fútbol Americano [NFL] con juegos de pretemporada en varias ciudades, donde un número significativo de jugadores dejó en claro que las protestas contra la brutalidad policial, el racismo y la encarcelación en masa NO han terminado. Mientras se tocaba el himno nacional:
El jugador de las Águilas de Filadelfia Malcolm Jenkins levantó un puño mientras su compañero de equipo Chris Long colocaba su mano sobre el hombro de Jenkins. De’Vante Bausby también levantó su puño. Jugadores de los Jaguares de Jacksonville Jalen Ramsey, Telvin Smith, Leonard Fournette, y T.J. Yeldon esperaron en el túnel. Tres miembros de los Halcones Marinos de Seattle, Quinton Jefferson, Branden Jackson y Duane Brown, hicieron lo mismo. Los jugadores de los Delfines de Miami Kenny Stills y Albert Wilson se hincaron una rodilla, y Robert Quinn levantó el puño. De los 49ers de San Francisco Marquise Goodwin levantó su puño antes del partido. Marshawn Lynch de los Raiders de Oakland se sentó en el banquillo. El jugador de los Cuervos de Baltimore Tim Williams se paró delante del banquillo de espaldas a la cancha.
Esto fue particularmente valiente e importante frente a las continuas amenazas de la NFL de castigar a los jugadores que protestan durante el himno nacional y los continuos viles ataques racistas de Trump contra estos atletas.
Colin Kaepernick, el primero en “hincarse la rodilla” valientemente en 2016 como miembro de los 49ers de San Francisco, tuiteó: “Mi hermano @kstills continuó esta noche su protesta por la opresión sistémica al hincarse una rodilla. Albert Wilson @ iThinkIsee12 se unió a él en protesta. ¡Quédense fuertes hermanos!✊”
Malcolm Jenkins y algunos de sus compañeros de equipo de la Águilas de Filadelfia (campeones actuales de la NFL) salieron a la cancha para calentamientos con camisetas que decían: “Más del 60% de la población carcelaria son personas de color” en el frente y “Casi 5.000 niños están en prisiones y cárceles para adultos. #SchoolsNotPrison” en la parte posterior. Jenkins tuiteó: “Antes de disfrutar de este partido, tomemos un rato para reflexionar que más del 60% de la población carcelaria es gente de color. La NFL se compone de un porcentaje de 70% de afroamericanos. Lo que se ve en la cancha no representa la realidad del Estados Unidos de todos los días. Somos las anomalías...”.
Más tarde Jenkins, hablando de las nuevas reglas de la NFL contra las protestas en la cancha, dijo a la prensa: “No tenemos este tipo de políticas para las otras causas que apoyamos, ya sea nuestro ‘Saludo al servicio militar’ o [promover] el conocimiento del cáncer de mama, ni nada más. Es solo cuando uno empieza a hablar de la gente negra, para ser franco. Es desalentador, pero seguiremos siendo creativos”.
Como lo hizo toda la temporada pasada, Trump inmediatamente comenzó el ataque. Ha llamado a los jugadores que protestan “hijos de puta” que se deberían expulsar de Estados Unidos. Ahora reiteró que a los jugadores que no se pongan de pie para el himno nacional les deberían suspender sin paga. También afirmó que los jugadores querían “demostrar su ‘indignación’ por algo que la mayoría de ellos no puede definir.” Esto es, por supuesto, una maldita mentira. Estos jugadores han estado muy elocuentes al dejar claro lo que están protestando; lo que han dicho y continúan expresando con gran profundidad deja al descubierto la mentira de Trump de que “no pueden definir” lo que están protestando. Pero más allá de eso, esto es parte del constante tema supremacista blanco de Trump de atacar la inteligencia de toda la gente negra. El mismo Trump que insinúa que los jugadores en protesta en la NFL (principalmente negros) no entienden lo que están haciendo ha atacado a Lebron James por ser “tonto” y dice que Maxine Waters, miembro negra de la Cámara de Representantes, tiene un “bajo cociente intelectual”.
Hasta este momento, la NFL dice que no castigará a los jugadores que protestaron el jueves. En mayo, los propietarios de la NFL anunciaron nuevas reglas para exigir que los jugadores se pongan de pie en la cancha durante el himno nacional y “que muestren respeto por la bandera y el himno nacional” o que permanezcan en el vestuario, o los multarían. Después de que la Asociación de Jugadores de la NFL presentó una queja para impugnar esto, la NFL y la Asociación de Jugadores anunciaron que la política estaba suspendida como parte de un “acuerdo de standstill”. Pero la NFL ha continuado reiterando, incluso después de las protestas del jueves, que durante el himno “se espera que todos los jugadores y personal no jugador en la cancha en ese momento se pongan de pie durante la presentación de la bandera y la ejecución del himno nacional”. En otras palabras: ¡El patriotismo obligatorio sigue estando en vigor!
Apenas unos días antes de los partidos de pretemporada, después de que el dueño de los Cowboys de Dallas, Jerry Jones, dijo que esperaba que todos en su equipo se pondrán de pie para el himno nacional y no se quedarán en el vestuario, el jugador de los 49ers Richard Sherman dijo: “El dueño de los Cowboys de Dallas, con la vieja mentalidad de la plantación. ¿Qué esperabas?”
Las protestas de los atletas también continúan fuera de la cancha. El sábado 4 de agosto, Randy Moss, ex receptor super estrella de la NFL, hizo una declaración poderosa cuando lo iniciaron en el Salón de la Fama del fútbol americano profesional. Llevaba una corbata en la que estaba imprimida una lista de hombres y mujeres negros asesinados por la policía en los últimos años, entre ellos Michael Brown, Sandra Bland, Freddie Gray, Alton Sterling, Tamir Rice (el niño de 12 años), y Travon Martin quien fue asesinado por un justiciero racista. Más tarde Moss dijo: “Todos sabemos lo que está pasando. Ven los nombres en mi corbata”.
Todos estos atletas están arriesgando mucho, su carrera, hasta su vida, para tomar una posición muy pública contra la brutalidad policial y la opresión del pueblo negro. Y los continuos ataques de Trump contra estos jugadores de la NFL no solo son una expresión de la indignación de los supremacistas blancos contra los negros “arrogantes” que están desafiando la supremacía blanca, sino que son un llamado al patriotismo obligatorio y el culto de la bandera, que es un componente esencial del programa fascista de “Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”.
Todos aquellos que se opongan a la injusticia, la supremacía blanca y la opresión del pueblo negro deben defender a estos jugadores y oponerse a todo esfuerzo por silenciarlos y castigarlos.
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Por tercera vez, cabrones supremacistas blancos han dañado una placa que conmemora el lugar donde sacaron del río Mississippi el cuerpo torturado de Emmett Till en agosto de 1955. Desde que instalaron este marcador conmemorativo por primera vez en 2007, lo han robado y luego fusilado, el incidente más reciente teniendo lugar el 26 de julio de 2018, un mes después de haber reemplazado a otra placa plagada de balas.
El atroz linchamiento y asesinato de Emmett Till, un chico de 14 años acusado falsamente por la sociedad blanca sureña, no fue nada nuevo en la Amérikka de la época de Jim Crow. Para conocer esa historia, ve aquí y aquí. Pero lo que sí era totalmente nuevo y sin precedentes fue la envergadura y la ferocidad de la respuesta a este ultraje. El derramamiento de ira en lugar de miedo moldeó la perspectiva de una generación, especialmente entre el pueblo negro, pero también entre muchas personas blancas. Reverberó por todo el mundo y sacó a la luz la hipocresía del llamado “líder del mundo libre”. Muestra cómo la ira reprimida durante mucho tiempo contra las injusticias puede estallar repentina y dramáticamente en lucha decidida de masas y cambiar la manera en que millones de personas en todo el mundo ven las cosas.
Esto sucedió porque un puñado de personas, comenzando con la madre de Emmett, Mamie Till-Mobley, junto con el tío de Emmett y otras personas de Money, Misisipí se pusieron de pie y se alzaron la voz desafiantemente ante el mundo. Ella insistió en un ataúd abierto para que el mundo hiciera frente a los espantosos restos de lo que había sido su hermoso hijo a manos de “buenos muchachos americanos”. En su libro de 2017, The Blood of Emmett Till [La sangre de Emmett Till], el autor Timothy B. Tyson capta esto al escribir que “el asesinato de Emmett nunca se hubiera convertido en un momento histórico decisivo sin que Mamie hubiera encontrado la fuerza para hacer de su duelo privado un asunto público”.
El papel increíblemente valiente y abierto de mente de la madre de Emmett fue la chispa que encendió los sentimientos que se habían ido formando entre las masas del pueblo negro durante algún tiempo. Aceleró y espoleó un sentido urgente de que las cosas DEBÍAN cambiar. Todo esto tomó forma en el movimiento por los derechos civiles durante y después de ese momento. Mamie señaló que “Cuando la gente vio lo que le sucedió a mi hijo, hombres se pusieron de pie que nunca se habían puesto de pie antes”, en este caso como resultado de las acciones heroicas de unas pocas personas sobre la base del trabajo organizador que ya se había hecho (incluso en Misisipí) y una furia hirviente entre millones, la que todavía existe hoy en día.
Estados Unidos y sus golpeadores racistas de hoy, una reencarnación fascista bajo Trump de las turbas de linchamiento del pasado, no pueden renunciar al odio de este recuerdo porque augura las posibilidades de que la ira explote nuevamente, y nuevamente. La supremacía blanca, con su hedor insoportable, tiene sus raíces manchadas de la sangre de Emmett Till. Esa sangre clama la justicia. El mismo sistema que permite que se dañe estas placas conmemorativas es el mismísimo que permitió el asesinato de a Emmett Till y tantos otros. Es un sistema que está marcado para ser derrocado por todos aquellos que tal vez nunca se hayan levantado antes, pero que pueden y deben hacerlo ahora.
Bob Avakian, “Emmet Till y Jim Crow: El pueblo negro vivía debajo de una pena de muerte”
Un corto de la charla filmada de Bob Avakian, “Revolución, por qué es necesaria, por qué es posible, qué es”. Vea la charla completa en revolutiontalk.net (haga clic en “Revolution Talk 2003”, entonces “Español”).
Haga clic aquí para leer una transcripción de este corto.
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
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Durante los casi 250 años de esclavitud en Estados Unidos y los 150 años de la segregación Jim Crow "vieja"1 y nueva que la siguió, una de las prácticas más atroces ha sido la imposición violenta de ignorancia perpetrada en contra del pueblo negro por los supremacistas blancos que manejan este sistema. Durante siglos en este país, seres humanos negros esclavizados que se atrevían a aprender a leer o a enseñar a otros a leer sufrían como de rutina que los torturaran, los vendieran separándolos de sus familias, los mutilaran, o hasta los asesinaran. Durante el siglo y medio que siguió, a los niños negros les negaban la educación de plano o los mandaban a escuelas segregadas que carecían de todo recurso; y cuando se atrevían a asistir a las escuelas de blancos, los atacaban con lujo de violencia las turbas de idiotas blancos racistas.
Hoy en día, siendo las escuelas aún más segregadas de lo que estaban en 1954 cuando supuestamente se prohibió la segregación, y siendo las disparidades y desigualdades aún mayores ahora que en ese entonces, la policía encerrando y maltratando a los estudiantes en las mismas escuelas, y siendo emperrada la secretaria de educación trumpista en recortar aún más los recursos y canalizar a niños afroamericanos a fábricas de lavado de cocos fascistas cristianas, esta práctica típicamente estadounidense está tan asquerosamente vivita y coleando como siempre.
Como parte de esta práctica, los supremacistas blancos en esa época y hoy en dia han declarado que los resultados de esa deseducación sistemática a punto de pistola “comprobaron” que los negros eran intelectualmente inferiores. Sin importar que las pruebas que usaron para supuestamente “comprobarlo” eran en sí cargadas de prejuicios culturales y fuertemente influenciadas por oportunidades educativas concretas (y en el caso de los exámenes SAT y otros exámenes del “desempeño”, impactados por la práctica de padres con mayores recursos, por lo general blancos o asiáticos, de contratar a tutores y cursos de preparación, etc.). Cada década, al parecer, si no más frecuentemente, sale algún otro racista “con muchas credenciales” con aun otro argumento falso que recibe montones de publicidad y obliga a científicos auténticos y otros que aplican la ciencia a desmentir esa vil mentira.
Todo eso es el contexto de la más reciente exhibición fea de eso por Donald Trump, esa apoteosis de ignorancia y arrogancia estadounidense al estilo “nunca-leo-un-libro-y-eso-me-da-orgullo”: sus ataques contra la estrella basquetbolista y figura pública LeBron James.
El 30 de julio, LeBron James abrió una escuela para jóvenes “en peligro” en su ciudad de origen, Akron, Ohio. Donó millones de dólares para hacerla una escuela pública de las mejores (no una escuela particular subvencionada). También dedicó dinero para regalar una bicicleta y un casco a cada niño que asiste esta escuela para que pueda explorar el mundo a su alrededor.
La aspiración detrás de lo que LeBron James ha hecho —el impulso de hacer algo concreto para por lo menos comenzar enriquecer el presente y salvar el futuro de estos niños— es algo que se debe apreciar y respetar. Es ultrajante que requiere que un multimillonario lo haga y el alcance de lo que él pueda hacer se limite a una sola ciudad mediana, pero la culpa la tiene este sistema caduco, no la tiene James.
En el momento que James abrió la escuela, Donald Trump decidió lanzar un ataque contra él por “bobo” – y a atacar también al presentador de CNN, Don Lemon, un negro. Trump es el mismo puerco imbécil que se ha aprovechado del “púlpito” de la presidencia para atacar a la congresista negra Maxine Waters (una crítica de Trump) por ser de “bajo CI (Coeficiente Intelectual)” y atacar a jugadores negros del futbol americano que se han atrevido a protestar durante el himno nacional. Trump, igual como los esclavistas que lo inspiran y los sabuesos aullantes a los cuales encabeza, odia el espectro de negros con educación. Lo considera amenazante.
Así que, no es de sorprenderse que Donald Trump atacara a LeBron James por su escuela y que lo calificara de “bobo”. Trump ha estado recortando gravemente los fondos ya de por sí escasos para la educación pública y especialmente para escuelas en zonas urbanas marginadas. Pero lo que distingue Trump de la serie de presidentes anteriores que han hecho lo mismo es su predilección fascista particular. Piénselo: Trump tacha de “bobo” a una persona que no solo tiene la aspiración sino la determinación para hacer cumplir un esfuerzo para educar, realmente, a alguna pequeña parte de los niños a los que este sistema ha destinado a fallar. Esto es lenguaje nazi para llamarlo “subhumano” — los que merecen ser acorralados, suprimidos a golpes, y, en última instancia, si así de deciden los poderes fácticos, encerrados en campos de concentración.
Como todo racista, Trump teme y odia la mera idea de educar a niños negros (no indoctrinarlos sino educarlos). Teme el potencial de los oprimidos una vez que se les desencadene el pensamiento crítico. ¿Creen que sea un accidente que en su arranque contra los jugadores de la NFL (mayormente negros) que protestaban hincándose durante el himno nacional, que también atacó los esfuerzos de limitar las conmociones cerebrales en el futbol americano, que dañan el cerebro? Qué cosa más perversa. Trump es la versión actualizada del esclavista que le corta la lengua a una esclava por aprender a leer, luego se burla de ella por no poder hablar; y cuando ella se las arregla para comunicarse de todos modos, pues la ataca de nuevo.
Cabe repetir: esto es potencialmente un programa de genocidio y ahora mismo es un programa de represión draconiana y privación altamente intensificada. Esto cuadra con traumatizar al adrede a niños de inmigrantes separándolos de sus padres y en algunos casos dejándolos huérfanos para siempre. No solamente hay que oponérsele a eso; hay que expulsar al régimen fascista ilegítimo en conjunto.
Pero, adentrémonos más. La aspiración de James de educar a los jóvenes de Akron debe plantear una pregunta mayor. ¿Por qué, 65 años después de esa solemne declaración de este sistema de su intención de abolir la segregación e igualar las oportunidades educativas, todavía están segregadas las escuelas en muchas partes y se están volviendo aún más segregadas; y por qué las disparidades en los resultados educativos para estudiantes de diferentes orígenes apenas mejoraron tantito, y ahora se empeoran de nuevo en muchos casos? ¿Por qué la gente tiene que depender de las buenas intenciones y la caridad de un millonario para ayudar a lo que es en realidad una parte pequeñísima de los que podrían contribuir y florecer tanto, si el sistema fuera diseñado para fomentar eso?
Otra pregunta más: si bien Trump ha llevado esto mucho más allá, ¿qué han hecho los demócratas durante todas estas décadas, que incluyen los tiempos en que tenían el poder? ¿Qué hizo Obama como presidente — excepto sermonear a estudiantes negros a “subirse el pantalón” y dejar de “echar la culpa”… a un sistema que es diseñado para hacer que fallen? ¿Qué hicieron los Clinton, aparte de satanizar a niños negros como “super-predadores” potenciales, acelerando la encarcelación en masa, terminando el “welfare así como lo conocimos”, y cometiendo tantos crímenes más? Y ¿por qué los demócratas prominentes hoy no están escandalizados por los ataques de Trump contra LeBron James y otros, por qué no están denunciando estos ataques por totalmente racistas e inaceptables y por qué no reclaman la destitución de este supremacista blanco tan descarado e irredento?
Estos demócratas han comprobado, tanto en el pasado como en el presente, que no tienen ninguna respuesta a esto, ninguna manera para poner fin a esta práctica repugnante que está en el mero núcleo de la supremacía blanca.
Este sistema del capitalismo-imperialismo se crió con la supremacía blanca y sigue enmarañado con ella. Ha tenido 400 años para solucionar esto y hoy, como hemos dicho, las escuelas están aún más segregadas que nunca. Los jóvenes negros y otros jóvenes de color siguen siendo canalizados a la “vía directa de la escuela a la prisión”, y el racismo virulento de Estados Unidos es exaltado desde el puesto más alto del país, casi sin oposición.
De hecho, SÍ que existe un plano para un sistema completamente nuevo en que la educación tendría un diseño específico para superar las desigualdades y cicatrices del pasado, entre otros propósitos, como parte de producir una sociedad de pensadores críticos y creativos, inculcados en el método científico. Una sociedad que deshaga y abola la opresión de los negros y de otras nacionalidades oprimidas, como parte de emancipar a toda la humanidad. Se puede hacer esto — por medio de una REVOLUCIÓN que derroque a este sistema.
ESTO —y no la catástrofe fascista representada por Trump, ni el desastre capitalista-imperialista “usual” que en el mejor de los casos relega a millones de personas al molino de carne— es el futuro que necesitamos urgentemente, un futuro que de hecho es muy posible (vea aquí para ver cómo se puede hacer semejante revolución). La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrito por Bob Avakian, establece, como conjunto y en muchas diferentes secciones específicas, por qué y cómo el nuevo estado revolucionario, para citar el preámbulo, “se basa en el principio de igualdad entre diferentes nacionalidades y culturas y uno de sus objetivos esenciales es eliminar por completo la opresión nacional y la desigualdad entre las nacionalidades, lo que fue una parte tan fundamental de los Estados Unidos de América imperialistas a lo largo de su historia. Es posible vencer y superar por fin las divisiones en la humanidad entre países y naciones y construir una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación únicamente sobre la base de estos principios y objetivos. Esta orientación también está encarnada en las diversas instituciones del estado y el funcionamiento del gobierno en la Nueva República Socialista en América del Norte”. Y, hablando de la educación, establece un plano para la educación en la nueva sociedad que es tan visionario e inspirador como lo es práctico.
Conéctese con la revolución. Éntrele a BA.
NO ES POSIBLE REFORMAR EL SISTEMA, ¡HAY QUE DERROCARLO!
¡UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE!
1. El hecho de que el “antiguo” Jim Crow sigue vivo se ha comprobado una y otra vez este verano con tantos casos en que blancos deciden poner a negros “en su lugar”, a veces asesinándolos, y ahora con el acribillamiento repetido por racistas del memorial en Misisipí para el víctima de linchamiento Emmett Till. Lea más aquí. [regresa]
La determinación decide quién saldrá del ghetto… vaya que este es un cliché gastado, en su peor aspecto, en todos los niveles. Esto es como ver un molinillo de carne que pulveriza a millones de personas y en vez de fijarse en que a la gran mayoría la vuelve pedazos, ver a los pocos que se escapan enteros y para rematar, usar esto para decir que ¡“el molinillo sí sirve”!
Bob Avakian, Lo BAsico 1:11
Little Rock, Arkansas, 1957. Una de los nueve estudiantes afroamericanos que se inscribieron en la secundaria Little Rock Central, los primeros para integrar la escuela, bajo ataque de una turba de idiotas blancos racistas.
Carolina del sur, 2015. Un policía agrede a una estudiante negra de secundaria, en el aula.
CONSTITUCIÓN Para La Nueva República Socialista en América del Norte
(Proyecto De Texto)
De la autoría de Bob Avakian, y adoptada por el Comité Central del PCR
De Artículo 1, Sección 2, F. La educación
1. La educación en la Nueva República Socialista en América del Norte se establecerá en concordancia con los principios y los objetivos expuestos en la presente Constitución y contribuirá a los mismos. Toda la educación será pública, financiada por medio de la erogación de fondos provenientes del gobierno central y otros niveles del gobierno, bajo la dirección general del Consejo Ejecutivo del gobierno central.
A expensas del gobierno, se dispondrá de educación no solamente para el alfabetismo y otras capacidades y destrezas básicas sino también para una base en las ciencias naturales y sociales como también en el arte y la cultura y otras esferas y en la capacidad para trabajar con las ideas en general, y la educación será obligatoria para todos los jóvenes (ciudadanos y residentes por igual) en la Nueva República Socialista en América del Norte en conformidad con la política y las pautas que habrán de adoptar los organismos gubernamentales adecuados para este propósito. A expensas del gobierno, también se dispondrá de educación superior que combine la especialización con la continuación del aprendizaje integral y general para aquellos que reúnen los criterios y los estándares para esta educación más avanzada tal como se establece en las políticas y las pautas elaboradas por los organismos de gobierno pertinentes en conformidad con los principios y los objetivos plasmados en la presente Constitución. Y sobre la base del desarrollo de la economía socialista y la sociedad en general y al unísono con dicho desarrollo, el estado tendrá la orientación de ofrecer tal educación superior a un número creciente de personas de la población adulta. Para estos fines, se desarrollarán museos relacionados a la historia, la historia natural y las ciencias, el arte y otros ámbitos, así como otras instituciones y programas, en concordancia con los principios y objetivos básicos expuestos aquí, y se pondrán a la disposición de amplios sectores del pueblo en general.
La educación, si bien valora y expresa las circunstancias y el ambiente que sean favorables y propicias para el aprendizaje y la actividad intelectual, evitará y combatirá un ambiente y mentalidad tipo “torre de marfil” y, por el contrario, promoverá intercambios entre los estudiantes y entre los sectores más amplios del pueblo sobre la base de los principios y las políticas del sistema educativo y en concordancia con los mismos. Al mismo tiempo, la educación a todos los niveles combinará la actividad intelectual con varias clases de trabajo físico de maneras y formas que correspondan y sean apropiadas para los estudiantes de diferentes edades y diferentes niveles de desarrollo a fin de alentar el desarrollo de nuevas generaciones de personas con experiencia, conocimientos y destrezas integrales y como parte de trabajar para transformar la relación entre el trabajo intelectual y el trabajo físico de modo que ya no constituya la base para los antagonismos sociales.
El estado en general se ocupará de superar, en la sociedad (y a la larga en el mundo) en su conjunto, el antagonismo relacionado a la división entre el trabajo físico y el trabajo intelectual, que está profundamente arraigado en el desarrollo de las sociedades caracterizadas por las relaciones explotadoras y opresivas y el que en sí representa una fuente potencial de tales relaciones, y se le prestará atención en todas las esferas de la sociedad. (páginas 32-33)
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Recibimos el siguiente informe de un(a) lector(a) sobre una reciente discusión en Libros Revolución en Berkeley:
Después de presentar la librería y Bob Avakian (BA) a los presentes, abrí la función planteando la contradicción entre la magnitud de los problemas que azotan a la humanidad y lo patético de las reformas que nos ofrecen como “soluciones”. Por ejemplo, confrontamos el asesinato sistemático y sistémico de negros, latinos, y otra gente de color, sin embargo, nos dicen que confiemos en ¡comisiones de revisión de policía, cámaras corporales, y la elección de más oficiales negros! Nos encontramos en el umbral de la destrucción ambiental catastrófica, sin embargo, nos dicen que lo “solucionemos” ¡reciclando nuestros productos personales, comiendo lo orgánico, y con el capitalismo verde! Las 42 personas más ricas en el mundo poseen más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, etc. Enfaticé que era importante adentrarnos en la cuestión de reforma y revolución, partiendo de lo que realmente se requiere para solucionar estos problemas monumentales.
Un par de estudiantes de China expresaron que los intrigó encontrar que hay un Partido Comunista Revolucionario en Estados Unidos. Estaban escépticos sobre la idea de la revolución, pero querían aprender más. Una estudiante de USC dijo que se preocupa mucho por el medio ambiente y empieza a reconocer los límites de las reformas. Se está desilusionando con las organizaciones ecológicas sin fines de lucro, pero aún tiene dudas sobre la revolución porque “no le gusta la violencia”. Una estudiante de UNC está cursando la administración de empresas, pero en realidad no cree en eso, se le abrieron los ojos al viajar por el mundo, y quiere aprender más sobre la revolución. Lo que resaltó fue la seriedad de los presentes al abordar estas cuestiones, que continuó durante la discusión entera, y su receptividad a la revolución.
Leímos a voz alta el ensayo de Bob Avakian en Lo BAsico, “Reforma o revolución: Cuestiones de orientación, Cuestiones de moral”. Les pregunté qué pensaban de la analogía que BA plantea de la peste, que si matones armados acapararan los antibióticos y sólo los repartieran a cambio de sacar ganancias, y sobre las dos alternativas en esa situación — ponerles paños mojados en la frente a los enfermos para calmarles el dolor, u organizar a la gente a asaltar la bodega para apoderarse de los antibióticos y repartirlos entre la gente.
Uno de los estudiantes chinos dijo que esto le hizo preguntarse si hubieran suficientes “antibióticos” para todos, aunque fueran liberados: ¿Es el problema el de que sólo reparten las cosas por ganancias, o es la falta de recursos? Una joven de Europa dijo que quiere apoderarse de los “antibióticos” pero se preocupaba de que los guardias armados lo conviertan en un baño de sangre, por lo que quizás haya alguna manera de convencerlos, o de transigir un acuerdo. Un par de personas opinaron que el obstáculo principal que impide que la gente se levante y se apodere de los “antibióticos” no son matones armados, sino la propaganda y el lavado de coco por los medios de comunicación. Otros estaban de acuerdo con la analogía y expresaron su acuerdo con la necesidad de una revolución, especialmente una mujer del Medio Oriente.
Hablé sobre la contradicción fundamental en el mundo: las redes globalizadas de producción y la inmensa riqueza producida socialmente por un lado, y la propiedad privada y apropiación privada de esa riqueza por otro lado. Esto es la causa de un sufrimiento totalmente innecesario, una parte de cual describí con una agitación vívida. Existe la base material para una abundancia comuna si se resolviera esa contradicción por medio de una revolución real. También les recomendé la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Con respecto a cómo se podría derrotar en concreto a los matones armados, les recomendé CÓMO PODEMOS GANAR.
Pregunté a los asistentes qué pensaban sobre por qué BA se enfocó en la cuestión de la moral en relación a la cuestión de reforma o revolución. La mujer de Medio Oriente habló muy impactantemente sobre la responsabilidad moral que tenemos con la revolución, que incluye el de “quién sabe si siga existiendo un Medio Oriente” si las cosas continúen así como van. Dijo que en su país, se le prohíbe a la gente acceso a información sobre la revolución como la que estábamos discutiendo, y que las personas que viven en Estados Unidos que tienen acceso a este conocimiento tienen una responsabilidad de actuar en consecuencia, en pro de los intereses del mundo entero.
Tras concluir la discusión formal, muchos estudiantes se quedaron, entusiasmados y con ganas de seguir hablando. Un par de ellos querían afiliarse con la Club Revolución en el acto. Otros querían mantener una conexión con Libros Revolución y aprender más. Un par de los estudiantes de China, que tenían muchas ganas de analizar lo que pasó con el comunismo en China, y de aprender más sobre el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian, se llevaron la entrevista con Raymond Lotta, “No sabes lo que crees que ‘sabes’ sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro”. La mujer del Medio Oriente comentó que le gustó la franqueza de la discusión y la manera de hablar derecho de los revolucionarios. Había estado en un país europeo donde, dice ella, las discusiones políticas tienden a ser corteses y superficiales, y encubren las verdades difíciles. También dijo que le gustó el hecho de que hablamos del mundo entero.
No hay nada menos realista que la idea de transformar este sistema mediante reformas en algo que se acercara a cuadrar con los intereses de la gran mayoría de la gente y a fin de cuentas de la humanidad en general.
Bob Avakian, Lo BAsico 3:2
No se puede cambiar el mundo sin conocer lo BAsico.
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Instantáneas de un día con el Club Revolución-Nueva York en Harlem
Lo que sigue es una serie de extractos escritos por varias personas que participaron en una salida dirigida por el Club Revolución-Nueva York para difundir la revolución y organizar a más gente en el movimiento para una revolución real.
Un miembro del Club Revolución nos orientó, recalcando que lo que vamos hacer es organizar a miles de personas hoy para que se unan a la revolución y aceleren y se preparen para cuando llegue el momento de dirigir a millones para acometer la revolución con todo. Ella nos mostró la nueva hoja para recopilar información que tiene como cabecera una cita de CÓMO PODEMOS GANAR — Como en concreto podemos hacer una revolución (CPG) sobre organizar a miles de personas, y luego dijo algo así: “Sí, yo quiero ser uno de esos miles de personas en todo el país”. Y ella subrayó el pasaje de CPG sobre lograr ser la autoridad que las masas respeten, en vez de los politiqueros mentirosos, y sacó lecciones de la experiencia reciente del Club Revolución-Chicago que, en medio de la lucha contra el asesinato policial de Harith “Snoop” Augustus, organizó e incorporó a la gente allí mismo en el acto. Luego señaló la gran pancarta que las masas podían firmar para mandar un mensaje de apoyo a los revolucionarios y a las masas que se están rebelando en Chicago.
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La agitación reveló contundentemente los horrores de este sistema y el hecho de que es irreformable, exhortando a la gente a que diera un paso adelante hoy mismo para ser parte de los miles de personas y prepararse para dirigir a millones para derrocar este sistema a la mayor brevedad posible. Proyectó la estrategia para una revolución real en CPG, dejó en claro que este es un movimiento nacional para la revolución, y habló sobre la gran fuerza que tenemos al contar con la dirección de Bob Avakian, el arquitecto del nuevo comunismo y la persona que ha resuelto los más grandes problemas de la revolución. Exhortó a la gente a conseguir su biografía oficial que estaba sobre la mesa. Esta también fue parte de lo nuevo, tuvimos una mesa mucho más grande y de aspecto más serio con mucha más material que en el pasado — dejando en claro visualmente que estábamos ahí para ORGANIZAR a la gente.
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Dos jóvenes negras decidieron participar en llevar copias de CPG a desconocidos. Me acerqué por si acaso se toparan con preguntas cuando le oí a una señora de Europa oriental decirles: “Bueno, es cierto, las cosas son malas pero el comunismo no es la respuesta”. Las jóvenes comenzaron a expresar su acuerdo. Yo interrumpí y les reté a que examinaran la fuente de esas ideas y a quién le sirve que haya una población que piensa que la única verdadera alternativa al sistema capitalista es una pesadilla: ¡los capitalistas mismos! Les dije que el nuevo comunismo es un avance que se desarrolló a través de un análisis crítico del proyecto comunista histórico y que una de las grandes lecciones es que la revolución comunista es realmente la manera en que se puede acabar con todos los horrores que la gente ve y vive. Me referí a la entrevista a Raymond Lotta: “No sabes lo que crees que ‘sabes’ sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro”.
Las jóvenes empezaron a bregar con el hecho de que el pensamiento de la gente está moldeado por los que gobiernan, incluso su propio pensamiento. Hablamos sobre qué es el capitalismo, y qué sería una forma diferente de organizar la sociedad, incluido con respecto a la policía que es una de sus grandes preocupaciones: “¡Los asesinatos policiales tienen que parar!” Estaban contemplando ir a la librería al día siguiente para adentrarse más a fondo en todo eso. Sería importante leer con ellas “No sabes lo que crees que ‘sabes’…” y CPG, y trabajar con ellas para ser médicos descalzos donde viven.
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Al firmar la gran pancarta las personas captan el sentido de que este es un movimiento nacional, que cuando escriben un mensaje, es parte de algo más grande. Una de las formas en que los nuevos ayudaron fue pedir a otros nuevos a firmar la pancarta. Sin duda alguna sirvió de entrada para los nuevos.
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Un señor latino inspirado por la agitación dijo: “Lo que ella está diciendo es que quiere que pare lo que le está pasando a la gente, ¿correcto? ¡Pienso que eso es bueno!” Hablamos sobre lo que es una revolución y lo valioso que es tener un plan para llevarla a cabo, pero la gente no lo sabe. Hablamos de que hay que plantar un polo en la sociedad para que la gente que odia lo que le está pasando a la gente pueda saber de la revolución. Él hombre tomó un marcador y escribió en la pancarta: “Alto a la brutalidad policia”. Ayudó a repartir el folleto CPG por más o menos una hora y se llevó unos cuatro folletos en español para sus compañeros de trabajo en la construcción.
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A la gente le gustó la calcomanía “Estados Unidos nunca ha tenido grandeza” y les dimos a entender que difundirla a través de las redes sociales, pegarla a la ropa, o pegarla donde sea, es parte de hacer el trabajo revolucionario con sentido porque el portal revcom.us es el sitio al cual la gente recurre para aprender sobre el movimiento revolucionario en general, sobre lo que está pasando en diferentes partes de Estados Unidos, cómo entender lo que está pasando en el mundo desde el punto de vista de la humanidad y no desde el punto de vista de la clase dominante.
Fotos de un día con el Club Revolución-Nueva York difundiendo la revolución y organizando a la gente en el movimiento para una revolución real.
Permalink: http://revcom.us/a/555/lo-basico-3-28-es.html
Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Es cierto que no podemos, solo por nuestra voluntad o aun nuestras acciones, transformar las condiciones objetivas de una manera cualitativa — en una situación revolucionaria. Eso no lo podemos hacer simplemente con nuestras acciones o nuestra respuesta a las condiciones objetivas a través de nuestra iniciativa consciente. Por otro lado…. nadie puede decir precisamente lo que la iniciativa consciente de los revolucionarios podría ser capaz de producir, al repercutir en la situación objetiva en un momento dado — en parte porque nadie puede predecir todas las otras cosas que todas las diferentes fuerzas del mundo van a hacer. En un momento dado nadie puede entender todo eso. Podemos identificar tendencias y patrones, pero también existe el papel del accidente así como de la causalidad. También está el hecho de que aunque los cambios en lo que es objetivo para nosotros no se darán completa, y quizás ni siquiera principalmente, debido a nuestro “trabajo” para afectar las condiciones objetivas (en un sentido directo, uno a uno), sin embargo nuestro “trabajo” para afectarlas puede generar ciertos cambios dentro de un marco dado de condiciones objetivas y además —en conjunción con una “mezcla” y como parte de ella, junto con muchos otros elementos, como las otras fuerzas que afectan la situación objetiva desde su propio punto de vista— esto podría, en ciertas circunstancias, ser parte de la combinación de factores que sí llevan a un cambio cualitativo. Y, repito, es importante recalcar que nadie puede saber exactamente cómo se desenvolverá todo eso.
La revolución no se hace por medio de “fórmulas”, ni actuando de acuerdo a nociones e ideas preconcebidas estereotípicas — es un proceso mucho más vivo, rico y complejo que eso. Pero una característica esencial del revisionismo (el falso comunismo que ha reemplazado a una orientación revolucionaria con una orientación gradualista y, en última instancia, reformista) es decidir y declarar que hasta que intervenga una deus ex machina —un FACTOR EXTERNO parecido a un dios—, no puede haber ningún cambio esencial en las condiciones objetivas, y que lo máximo que podemos hacer, en todo momento, es aceptar el marco dado y trabajar dentro de este, en vez de (como lo hemos formulado muy correctamente) esforzarnos constantemente contra los límites del marco objetivo y procurar transformar las condiciones objetivas al máximo grado posible en todo momento, mientras nos mantenemos siempre tensos ante la posibilidad de que diferentes factores se combinen y produzcan (o creen la posibilidad de producir) una ruptura o un salto cualitativo en la situación objetiva….
Así que, si uno simplemente aborda las cosas de una manera lineal, solo va a ver las posibilidades que están directamente en frente — es como si se tuviera puestas las anteojeras. Por otro lado, si uno aborda las cosas con un enfoque materialista dialéctico correcto, reconoce que pueden suceder muchas cosas no anticipadas, y siempre tiene que mantenerse tenso ante esas posibilidades mientras trabaja sistemáticamente por transformar la necesidad en libertad. Repito, ese es un punto básico de orientación.
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian
“No se puede cambiar el mundo sin conocer Lo BAsico”.
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian es un libro de citas y ensayos cortos que trata poderosamente las cuestiones de la revolución y la emancipación humana.
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Permalink: http://revcom.us/a/1237/ba2_s.htm
Revolución #556 15 de agosto de 2018
[Este artículo salió por primera vez en el OR No. 1231 (7 de marzo de 2004) y lo volvemos a publicar en vista de la importancia del tema.]Elecciones, resistencia y revolución
Obrero Revolucionario #1232, 25 de abril, 2004, posted at rwor.org
Nota del editor: A continuación publicamos un segmento de la sesión de preguntas y respuestas de una charla del año pasado de Bob Avakian, el presidente del PCR. Hemos editado el texto e insertado las notas.
Pregunta: En la charla usted habló de la intervención yanqui en Irak y la matanza de muchos iraquíes pobres. ¿Le parece probable que el gobierno de Bush se lance contra otro país, o sea, con fines electorales... a lo mejor contra un país del "eje del mal"?
Respuesta del presidente Avakian: Posiblemente. Por un lado son una bola de dementes, pero por otro lado no es tan sencillo, o sea, piensan en un plano estratégico y cuentan con gente más inteligente que Bush, supongo --que, claro, no sería gran cosa--, gente que hace un análisis estratégico y a largo plazo. A muchos les pareció: "Bueno, una vez que terminen con Irak, se lanzarán contra Irán y Corea del Norte". Pero en realidad tienen una estrategia más mesurada por ahora: se cuidan de no abarcar demasiado y quedar cortos.
Para ellos Corea del Norte es un problema muy espinoso porque, tenga armas nucleares o no, lo cierto es que tiene mucha artillería en la frontera con Corea del Sur, y si Estados Unidos ataca, lo más seguro es que desate un bombardeo enorme que mate a miles de soldados yanquis y centenares de miles de surcoreanos. Tienen que pensar muy bien cómo lidiar con esa contradicción y no precipitarse. De igual modo, atacar a Irán es un asunto serio y mucho más complejo y difícil que atacar a Irak, un país debilitado por guerra y diez (o más) años de sanciones económicas. Por todas esas razones, diría que existe la posibilidad de otra guerra relativamente pronto, pero hay que tener presente que están analizando la situación en un plano estratégico y con las miras más allá de las elecciones.
Una de las formas principales en que se están preparando para las elecciones de 2004 es, curiosamente, lo que están haciendo en el estado de California. No es que me guste Gray Davis ni mucho menos, ni me importa un pito que lo destituyan. Pero por otro lado tenemos que analizar todo esto más a fondo y tomar en cuenta el panorama general. Me parece muy probable que la campaña de destitución de Gray Davis sea parte de una estrategia de Bush y sus allegados para ponerse en una posición fuerte para ganar en el estado en las elecciones de 2004 y más allá. Bush ha recaudado, no sé, ¿200 millones de dólares ya para 2004? ¡Está cañón! Otra cosa muy gruesa es que para los allegados de Bush --bueno, en realidad Bush no es más que una figura decorativa de un grupo que lleva años en este proyecto--, para ese grupo es completamente ilegítimo que otro grupo esté en el gobierno. Así vieron a Clinton, por ejemplo (y claro, Clinton no es un paladín del pueblo ni mucho menos) pero les parecía ilegítimo aun cuando era presidente; para ellos es ilegítimo que cualquiera que no sea de su grupo esté en el núcleo del poder. Si atacan a otro país o no, y no lo descarto, en esta sociedad pasa algo muy grave que hay que analizar. No podemos ser simplistas si vamos a hacer lo que hay que hacer, sobre todo si vamos a hacer el tipo de revolución que necesitamos. Tenemos que analizar tendencias que vienen cobrando fuerza desde hace tiempo.
Es ilustrativo verlo como una pirámide. Arriba está la clase dominante representada por el Partido Demócrata por un lado y el Partido Republicano por el otro, que luchan entre sí. Eso es evidente, ¿no? Recordemos las elecciones presidenciales de 2000, las elecciones más aburridas en mucho tiempo, y de repente se pusieron interesantísimas y muy intensas, no por lo que dijeron o dejaron de decir en la campaña sino por lo que pasó (y no pasó) en el conteo. Se pusieron de relieve las feroces luchas intestinas de la clase dominante. Volviendo a la pirámide, arriba está la clase dominante y sus representantes políticos con (aunque esto sea un poco simplista) los demócratas a un lado y los republicanos al otro. Por décadas, el grupo de Bush y los que él representa han estado preparando toda una infraestructura, por decirlo así, para encaminar la sociedad hacia el fascismo cuando sea necesario.
Veamos lo que han hecho con el fundamentalismo religioso. El objetivo es preparar una base de millones y millones y millones de personas a quienes les asusta la idea de... ¡pensar! --¡en serio!-- personas que no pueden con la complejidad de la sociedad moderna y quieren respuestas sencillas y absolutas. El fundamentalismo religioso se basa en el absolutismo ciego, como las calcomanías que dicen: "Dios lo dijo, yo lo creo y se acabó". Desde luego, como señalamos en la charla, lo que "dios dijo" es lo que las autoridades religiosas reaccionarias humanas dicen que dijo, no simplemente lo que dice la Biblia (que a final de cuentas la escribieron seres humanos), sino lo que dice la gente de hoy. Por cierto, esas mismas "autoridades" prefieren ignorar las partes de la Biblia que no les convienen. No dicen que se debe ejecutar a los hijos que les pegan a sus padres o se rebelan o les faltan el respeto, ¡pues todo mundo se daría cuenta de que son una bola de dementes! Pero si interpretan al pie de la letra las Escrituras, pues deberían proponer eso.
Veamos otro ejemplo de cómo cultivan el fascismo ciego. Los agentes políticos conscientes, los representantes de la clase dominante, que vienen organizando y cultivando fuerzas fundamentalistas cristianas tenían un gran problema porque siempre les han inculcado que "los judíos mataron a Cristo", que son "los asesinos de Cristo". Como los judíos crucificaron a Cristo, naturalmente los fundamentalistas les tienen una rabia mortal. Pero los dirigentes fundamentalistas, no las bases que los siguen ciegamente, sino los altos dirigentes como Jerry Falwell y Pat Robertson, que tienen conexiones con la cúpula de la sociedad y el gobierno y son agentes estratégicos del sistema imperialista y de un sector de la clase dominante, tenían un problema porque para esta clase dominante (y para ese sector) Israel es sumamente importante y estratégico en su proyecto mundial.
Esta es una contradicción enorme para los fascistas cristianos: según ellos, los judíos son los "asesinos de Cristo" y, obviamente, Israel es un país judío, ¡pero tienen que llevar a las bases a apoyar ciegamente a Israel! ¡Chin! ¿Cómo lo resuelven? ¡Fácil! Diciendo que el Apocalipsis sostiene que la creación y existencia de Israel es un paso crucial para el santo advenimiento (el regreso de Jesucristo). O sea que la destrucción de Israel lo retrasaría y ayudaría a las fuerzas de Satanás (el antiCristo). Entonces, ¡hay que defender a Israel, cueste lo que cueste! ¡Lógico! Así engatusan a las bases.
Repito, llevan décadas cultivando ese movimiento de masas. De igual modo, vienen organizando lo que podríamos llamar organizaciones de cuadros: estructuras y agentes políticos y grupos como "Promise Keepers" (Comprometidos), un grupo fundamentalista religioso fascista que exhorta al hombre a subordinar a la esposa, y a la mujer a subordinarse al esposo (con cariño, claro). Proselitizan con ese punto de vista, ese programa, en toda la sociedad: en el trabajo, en las ligas de béisbol de los niños y todo lo demás. Llevan décadas trabajando en todo esto y ahora tienen un movimiento de masas fascista y cuadros organizados, una estructura de agentes políticos.
Todo esto es muy importante, pero más importante aun es la influencia que tienen en el mando militar. Por ejemplo, el libro Making the Corps,que describe el entrenamiento de los infantes de marina, pone de relieve que el alto mando de las fuerzas armadas se está "politizando" (con una política burguesa reaccionaria). Un principio básico de las fuerzas militares de este país ha sido que el ejército no es político, no es una fuerza politizada. No se mete en la política; obedece la cadena de mando y la Constitución sin meterse en la política y sin tener propiamente un punto de vista ideológico. Pero en las últimas décadas, los fundamentalistas cristianos de la derecha han ganado influencia en el alto mando militar; se ha vuelto muy ideológico y actualmente se identifica políticamente con el programa y movimiento fascista de la extrema derecha.*
Viendo este panorama y lo que están organizando y preparando, preguntemos: los demócratas, como sector de la clase dominante, ¿cómo van a contrarrestarlo?
O sea, veamos la pirámide con los republicanos aquí (a la derecha) y su base social de fanáticos religiosos y dementes fundamentalistas. ¿Recuerdan los problemas que tuvieron en las elecciones presidenciales de 2000 con las balotas de papel y todo el rollo? En un distrito electoral en el estado de Florida estaban contando las balotas cuando un grupo de empleados de congresistas republicanos golpeó a la puerta e hizo parar el conteo. Eso en sí fue muy grueso, pero simboliza algo mucho más grave: el hecho de que están dispuestos a movilizar una fuerza fascista si lo creen necesario y de que están dispuestos a implantar una sociedad religiosa fundamentalista fascista si lo consideran necesario.
Al otro lado de la pirámide (supuestamente a la izquierda), están los demócratas. ¿Quiénes son sus bases? No digo que realmente los representan, ¿pero a quiénes quieren atraer? A la gente progresista y los oprimidos. En realidad el papel de los demócratas es canalizarlos hacia la corriente tradicional de la política nacional y confinarlos al marco del proceso electoral burgués y... canalizarlos nuevamente si es que se alejan o salen de ese marco. Porque a las bases las elecciones les dan rabia, por las mismas razones que ya señalamos: el Partido Demócrata habla de gente común, de los pobres, de los que sufren discriminación, etc., pero siempre los traiciona. Hasta habla de los oprimidos, pero como en realidad no representa sus intereses fundamentales, los traiciona una y otra vez. Representa los intereses del sistema y la clase dominante, y sirve para engatusar a los oprimidos y los descontentos. A todos ellos les dice: "Vénganse, vénganse. No es tan malo como parece. No olviden que tienen el voto. Tranquilos. Todo saldrá bien". Para eso sirven los demócratas. Pero tienen mucho miedo de movilizar a las bases. Las exhortan a votar, pero les infunde pavor que se salgan a la calle a protestar o luchar contra los derechistas, que están cobrando fuerza.
Aquí vemos un peligro muy real que existe en este país actualmente: se ha embarcado hacia un tipo de gobierno burgués mucho más represivo e incluso fascista.
Pero debemos captar que esto es muy contradictorio. Hay que ver eso. Los derechistas están empujando la situación más y más hacia la derecha, y los demócratas apenas plantean unas cuantas objeciones débiles y se instalan en el "ala izquierda" del programa derechista.
Los demócratas se presentan como "el centro razonable", los que defienden la Constitución y el imperio de la ley mientras todo va deslizándose más y más hacia el fascismo. Pero, por otra parte, decenas de millones de personas detestan el rumbo de la sociedad. Lo vimos después de las elecciones de 2000 y con la guerra de Irak, y no es simplemente la guerra de Irak, aunque ha sido muy importante, claro.
A millones y millones y millones de personas les da asco lo que representa Bush y el camino en que se ha embarcado el grupo que está en el poder; y algo muy interesante es que dado su papel, los demócratas están prácticamente paralizados y no ofrecen una alternativa a esos millones de personas descontentas y furiosas.
En parte las protestas contra la guerra de Irak fueron tan masivas porque muchos captaron que no tenían alternativa. Los demócratas no les ofrecieron ninguna alternativa. Recordemos las elecciones de 2002, las elecciones para el Congreso; fue el momento ideal para el Partido Demócrata si es que de veras quería oponerse al grupo de Bush y sus preparativos bélicos. Muchísima gente hubiera votado por los demócratas y prácticamente les estaba rogando oponerse a la guerra. Pero por todas las razones que venimos señalando, los demócratas dijeron: "Bueno, no nos gusta el programa de Bush, pero si todo esto llega a una lucha frontal, ellos movilizarán sus bases de fanáticos y cuentan con el apoyo de importantes sectores de las fuerzas armadas. En cambio, a nosotros, ¿quiénes nos van a apoyar? ¡¿Hay quien nos apoye que no tengamos miedo de movilizar?!".
Los demócratas están paralizados en gran medida, y a eso en parte se debe la gigantesca movilización de masas contra la guerra de Irak, aun antes de que comenzara, porque muchos sentían que había que hacer algo. Esperaban que los líderes demócratas hicieran algo y, cuando no lo hicieron, se lanzaron a la calle.
Esto es importante en sí y también destaca el potencial positivo para la revolución. No estoy diciendo que estemos en el umbral de la revolución, pero pensando en el futuro y en el potencial, algo que lleva a una situación revolucionaria es que millones y millones de personas piensan que la situación es intolerable. Quieren que los líderes de la sociedad hagan algo, que los dirijan, pero estos no quieren hacerlo. ¿A quiénes recurren entonces? A los que están dispuestos y decididos a dirigirlos y a hacer algo de a de veras. Esta situación encierra grandes peligros, pero el otro lado de la contradicción es que encierra mucho potencial positivo para la lucha actual y para hacer la revolución conforme se vayan desenvolviendo la situación.
Fíjense cómo manipulan la farsa electoral. Un circo de candidatos demócratas recorre el país actualmente pero, curiosamente, según afirma la revista Time , Al Sharpton es básicamente un candidato ilegítimo porque no existe la menor posibilidad de que lo elijan presidente y tiene mucha cola que le pisa, el asunto de Tawana Brawley** y todo.
Pero, ¡qué raro!, dice Time , que en los debates entre los candidatos, Sharpton recibe la respuesta más favorable, con la excepción de Howard Dean, pues son los únicos que siquiera dan la apariencia de hablar de algo que le importa al pueblo, que le llega. Sean cuales sean las intenciones de Sharpton, el papel objetivo de gente como él (y aun más en el caso de Howard Dean) es atraer nuevamente a los descontentos, los que tienen mucha rabia y sienten que los demócratas los han traicionado, atraerlos nuevamente al proceso electoral: "Regresen porque se avecinan las elecciones primarias; voten por su candidato. Tenemos un lugar para usted". ¿Y qué pasa? Su candidato no gana la nominación, pero ya que están coqueteando con el proceso electoral, les dicen: "Pero, ¿quieren que otra vez gane Bush?". Bueno, su candidato no ganó y quedamos con el mamón Dick Gephardt como candidato demócrata,*** pero es mejor que Bush, ¿que no?
Como consecuencia, toda esa gente se paraliza políticamente porque la han canalizado nuevamente a una esfera en que no puede hacer nada que valga la pena. Van a jalar a esa enorme masa de gente, a decenas de millones de personas que sienten un profundo repudio por lo que pasa ahora. ¿Volverán al redil del sistema político o se lanzarán a los movimientos de resistencia?
No por eso quiero decir que debemos deslindar campos con los que
piensan votar en las elecciones presidenciales. Eso sería muy
tonto. Muchísimas personas votarán por los
demócratas y muchos lo harán sabiendo que no van a lograr
gran cosa. Nos corresponde ayudarlos a elevar la conciencia, unirnos
con la oposición y repudio al rumbo de la sociedad y
movilizarlos, porque se comprobará una y otra vez que los
demócratas no los llevarán a luchar contra todo eso. Esto
requiere cierta sabiduría, cierta madurez, cierta flexibilidad.
Tenemos que analizar esto en toda su complejidad, aplicar la
dialéctica y examinar las contradicciones, su movimiento y
desarrollo a fin de forjar un pujante movimiento que de veras lleve
hacia la revolución.
*****
En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, no tiene caso hablar de la "democracia" sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia. Es más, mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber "democracia para todos": dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿ qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a ellas, o lleva a abolirlas ?
_______________________________* Nota de Bob Avakian: Otro aspecto importante es que en las últimas décadas, la Suprema Corte también está más y más dominada por gente que se "identifica políticamente con el programa fascista de la extrema derecha".
** En noviembre de 1987 encontraron a Tawana Brawley, de 15 años, semiconsciente y en una bolsa de basura, en el estado de Nueva York. Desapareció cuatro días antes. Tenía agujeros en la blusa y los pantalones, y estaba cubierta de excremento de perro. Le cortaron pedazos del pelo y escribieron insultos raciales en el estómago. Ella dijo que la secuestró y violó una bola de blancos, entre ellos unos policías. Lo que le pasó causó mucha indignación, pero las autoridades le echaron la culpa a Tawana, a sus asesores y a sus partidarios. En vez de ayudarla, el sistema la castigó y atacó a los que la apoyaban. Más de 10 años después, un tribunal rechazó las afirmaciones de sus asesores, entre ellos Sharpton, en una demanda entablada por uno de los que Tawana acusó, un fiscal.
*** Nota de Bob Avakian: Dennis Kucinich es otro que "da la apariencia de hablar de algo que le importa al pueblo", aunque desde el comienzo fue claro que ni Kucinich ni Sharpton tenían ninguna posibilidad de ganar la nominación, y aunque a Dick Gephardt, mencionado aquí como el tipo de candidato que ganará la nominación, le fue muy mal y se retiró, el argumento básico es correcto. O sea, el candidato que escoge el Partido Demócrata será alguien que desde el comienzo fue "aceptable" para la corriente dominante de la política burguesa (con sus criterios cada vez más estrechos y derechistas) o que en todo caso irá definiéndose así antes de las elecciones generales. Este es un patrón que se repite una y otra vez, una técnica comprobada para atraer y después chingar y traicionar a millones de personas descontentas, a quienes les inculcan la noción de que para los que quieren un cambio, no hay otra alternativa que el Partido Demócrata.
Permalink: http://revcom.us/a/508/bob-avakian-un-pais-gobernado-por-supremacistas-blancos-es.html
Revolución #556 15 de agosto de 2018
16 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
15 de junio de 2019: A la luz de los comentarios racistas de Donald Trump el domingo 14 de julio sobre las congresistas demócratas Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Ilhan Omar y Ayanna Pressley, estamos reimprimiendo el siguiente artículo de Bob Avakian, originalmente escrito en 2017 pero que es al menos tan oportuno hoy... y ciertamente igual de urgente
Jemele Hill, una comentarista de la ESPN, tuiteó que Donald Trump es un supremacista blanco, con lo que la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, pidió que Hill fuera despedida. (Ella no ha sido despedida, pero tuvo que emitir una disculpa, diciendo que no debería haber implicado a la ESPN en sus comentarios). Y luego Ta-Nehisi Coates hace un amplio y convincente argumento, en el actual número de la revista Atlantic, de que la ideología que define a Trump es la supremacía blanca. Aquí hay que decir firmemente:
¿Qué significa, y qué se requiere que la gente haga, si un supremacista blanco abierto está en funciones en la Casa Blanca, si esta administración (régimen) en su conjunto se basa en la supremacía blanca, si son acertados no sólo los comentarios de Jemele Hill sino el argumento de Ta-Nehisi Coates en su artículo de Atlantic — algo que sí es cierto? ¿Es esto algo que la gente simplemente tiene que aceptar — que los supremacistas blancos abiertos ahora gobiernan a Estados Unidos? ¿Es algo que se puede, o se debe, esperar hasta algunas futuras elecciones (2018 ó 2020) a ver si “se resuelve”? ¡¿Y quién hará que esto “se resuelva” de una manera positiva, si su norma moral y política es que esto está bien, o es algo que la gente simplemente tiene que aceptar, que ahora los supremacistas blancos están gobernando abiertamente a Estados Unidos?!
Permalink: http://revcom.us/a/1255/avakian_clinton_conspiracion_derechista_s.htm
Revolución #556 15 de agosto de 2018
12 de noviembre de 2016 | Originalmente publicado el 17 de octubre de 2004 | Periódico Revolución | revcom.us
NOTA DE LA REDACCIÓN (actualizado el 8 de marzo de 2017): Dos artículos de Bob Avakian revelan muchísimo acerca de la actual coyuntura política: sus raíces, sus dinámicas y cómo responderle. Se publicó en 1998 “La verdad sobre la conspiración derechista... Y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta”, sobre el juicio político contra Bill Clinton. Se publicó en 2005 “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”, poco después de la reelección de George W. Bush.
Cabe señalar que Mike Pence, el vicepresidente de Trump, es la misma clase de fascista lunático si bien "legítimo", y mortalmente serio, que Pat Robertson, cuyo punto de vista y objetivos los analiza Bob Avakian en "La verdad sobre la conspiración derechista...". Por otro lado, de hecho Pence es aún más peligroso en vista de que lo han "legitimado" como el vicepresidente.
Recomendamos fuertemente que nuestros lectores los estudien, distribuyan y discutan. Cabe decir que no ha habido nada parecido a este análisis y su carácter penetrante y previsor (además, Bob Avakian, para hacer este análisis, se basa en una amplia gama de fuentes).
Originalmente, se publicó de manera anónima el artículo “La verdad sobre la conspiración derechista... Y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta”, por lo que se refiere al autor, Bob Avakian, en la tercera persona; además, cabe señalar que se publicó durante la presidencia de Bill Clinton, por lo que, a menos que se indique al contrario, cuando se refiere a “Clinton”, se trata de una referencia a Bill Clinton, y no a Hillary Clinton.
La conspiración derechista es una realidad. La derecha cristiana y sus aliados están llevando a cabo una campaña coordinada para joder y echar a Clinton. Pero lo esencial y más importante es que poderosas fuerzas de esta sociedad están tratando de imponer a la brava un programa político y social reaccionario y represivo. A pesar de que critican al “gran gobierno”, en realidad quieren meter al gobierno en nuestra vida diaria y darle a la policía carta blanca para pisotear presuntos derechos y protecciones constitucionales. La pantalla de todo esto es una cruzada de alto nivel a favor de los valores tradicionales y la rectitud moral de la religión de antaño.
Aunque Clinton ha sido el blanco de los derechistas más abiertos y clamorosos (especialmente la “derecha religiosa”), su gobierno ha implantado muchos aspectos de ese mismo programa y repetido sus explicaciones “morales-religiosas”. Cuando Clinton y los demócratas han tenido desacuerdos y conflictos con la derecha, han cedido ante sus presiones y le han permitido llevar la voz cantante.
Esto no se debe a las “realidades de la política electoral”, como tanto se oye, ni solo al hecho de que los politiqueros deben obedecer poderosos intereses financieros. Al nivel más fundamental, se debe a que los que están en posiciones de poder tienen que ponerse al servicio del sistema económico y social (del que ese poder político es un brazo). En la situación y el “ambiente global” actuales, los requisitos económicos y sociales del sistema capitalista dictan que los señores del capital sean libres de cumplir su primer mandamiento, “adorarás al dios ganancia sobre todas las cosas”, es decir, dominar y explotar, de una manera más desenfrenada y más “móvil” por todo el planeta. También dictan que, en la sociedad estadounidense, se recorten los principales programas sociales, se fortalezca el aparato estatal represivo y se cree una atmósfera social opresiva. Dictan lo que el grupo ¡Rehusar & Resistir! llama la política de la crueldad, o sea, una política de pobreza, castigo y patriarcado.
Todo el aparato político burgués está de acuerdo en eso, aunque a veces tienen desacuerdos y conflictos sobre los términos, el ritmo y las medidas específicas para imponerlo en un momento dado.
Se puede forjar una oposición muy fuerte a esa política... pero únicamente si no nos dejamos limitar por el marco político impuesto por el sistema, en que todos sus representantes piensan y actúan. Se puede si, en vez de atenernos a Clinton y los demócratas, nos apoyamos en la enorme cantidad de personas a quienes les conviene oponerse a todo ese programa, y quienes están empezando a darse cuenta de que tienen que hacerlo, aunque todavía no de una forma definida ni materializada.
Al estallar el “escándalo de Monica Lewinsky”, Hillary Clinton se lanzó a la contraofensiva, declarando a la prensa que detrás de los ataques a su esposo existía “una vasta conspiración de derecha” y que, de hecho, lo tenían en la mira desde el principio. Dicha teoría de una conspiración de derecha ha recibido muchas burlas, sobre todo, como era de esperarse, de los que ella acusó de conspiradores. A medida que se desenvolvían el “escándalo Lewinsky” y la “crisis de la presidencia”, resonaba un coro de sectores poderosos: que Clinton y compañía dejen de lanzar acusaciones; más vale que pida perdón. A la pregunta: ¿existe tal conspiración?, hay que responder: ¡No cabe la menor duda! Sin embargo, ese hecho no borra la necesidad de analizar a fondo las fuerzas políticas que están en contienda en la actual “crisis de la presidencia” ni los intereses fundamentales del pueblo en todo eso.
Para comenzar, vale la pena recordar los comentarios de Jesse Helms, “ilustre” senador de Carolina del Norte (patriarca de linchamientos racistas), poco después de la toma de posesión de Clinton. Helms dejó en claro que Clinton no merecía ser jefe supremo de las fuerzas armadas y le advirtió que era tan despreciado en las bases militares del estado que: “Si nos hace una visita, debe cuidarse. Más vale que traiga guardaespaldas”. Fue un comentario insólito; sin embargo, la prensa grande y la estructura de poder lo tomaron como algo perfectamente normal, lo cual es muy ilustrativo; ni siquiera criticaron a Helms (si un “ciudadano común y corriente” hace tal declaración, ahí mismo le caerían encima por amenazar al presidente) ni perdió poder ni “prestigio”; todo lo contrario.
Desde el principio, fuerzas poderosas allegadas al Partido Republicano han desatado una intensa y encarnizada oposición a su presidencia; están dispuestas a empañar “la dignidad de la presidencia” para atacarlo, a un grado sin precedentes en la historia contemporánea del país. (Ni siquiera en la crisis que tumbó a Richard Nixon se vio tanto desdén del mundo político oficial al presidente y tanto gusto en arrastrarlo por el lodo, con lo que enlodan la presidencia también). Desde el principio de su gobierno, la postura de dichas fuerzas es que Clinton no es apto para ser presidente y que su presidencia es “ilegítima”. Su intención siempre ha sido “darle duro” —desprestigiarlo ante la opinión pública y en el seno de la clase dominante— con el propósito de restarle influencia e iniciativa política y, de ser posible, correrlo.
Durante varios años, sobre todo este año, la investigación de Starr ha sido el arma principal de esas fuerzas, y ha precipitado la actual crisis y la posibilidad de destitución (o renuncia) de Clinton. Además de las relaciones obvias y documentadas entre varias fuerzas “conservadoras” (o “ultraconservadoras”) que abogan por la destitución de Clinton, se ha comprobado que Starr tiene vínculos estrechos con ellas; por ejemplo, con Jesse Helms (y su colega Lauch Faircloth); con los allegados a Linda Tripp y su agente Lucianne Goldberg; y también con los protagonistas de la demanda de Paula Jones. (El artículo de Andrew Sullivan publicado en la Revista del New York Times, abajo citado, describe los vínculos entre varios “conservadores” que han atacado a Clinton. Asimismo, “The Young Person’s Guide to Vast Right-Wing Conspiracy” —Guía para los jóvenes acerca de la vasta conspiración de derecha— que salió en Lumpen Times, una publicación anarquista de Chicago, aborda el tema).
Si bien el informe Starr tiene argumentos jurídicos contra Clinton, está claro que su propósito principal fue ponerlo en ridículo, política y personalmente. Los defensores de Clinton (y no solo ellos) han señalado que el propósito del informe —y su divulgación instantánea a través de los medios— con todo y pormenores “sensacionales y lascivos” fue desprestigiar (o manchar) a Clinton para que no pudiera seguir como presidente. (¿Cómo es que los enemigos de Clinton pudieron hacer eso? ¿Cómo pudieron llegar tan lejos? Eso va mucho más allá del simple hecho de que los republicanos son mayoría en el Congreso; volveremos al tema más adelante).
En cierto sentido, lanzar esos ataques bajos contra Clinton podría parecer raro, inclusive descabellado. Como señala el artículo de Andrew Sullivan en la Revista del New York Times: “Bill Clinton, muy probablemente el demócrata más conservador desde el presidente Harry Truman, se convierte para sus enemigos conservadores en la máxima expresión del liberalismo de los años 60. No les importa que haya resuelto el problema del déficit presupuestal, que haya aprobado la reforma al welfare y eliminado muchas libertades civiles en la guerra contra el terrorismo, que esté a favor de la pena de muerte, ni que aprobara una ley en defensa del matrimonio tradicional”. (“The Scolds”, Revista del New York Times del 11 de octubre de 1998. En cuanto a la postura del autor, dice sin pelos en la lengua: “Mi opinión sigue siendo que [Clinton] debe renunciar”; además, alaba a Ronald Reagan y contrasta su conservadurismo “bueno” con el conservadurismo “malo” de los enemigos de Clinton).
Además de esos “logros” citados por Sullivan, hay que añadir otros a la presidencia de Clinton: la escalada de la guerra contra los inmigrantes y la mayor militarización de la frontera con México; el desmantelamiento en marcha de la vivienda pública; una política “contra el crimen” muy agresiva, que implica brutalidad y asesinato policiales y la criminalización de una generación de chavos negros (y cada vez más chavas), así como latinos y otras nacionalidades en los barrios pobres. Sullivan explica que Clinton “es un presidente cuya política económica complace a los corredores de bolsa; bombardea a Sudán y Afganistán sin advertencia alguna [y, cabe señalar, combina ‘sanciones comerciales’ con ataques militares a Irak (y la amenaza de más agresión), con la consecuencia de miles y miles de muertes, sobre todo de niños, cada año], y declara que la época de la burocracia y el gran gobierno se acabó”. Sin embargo, como dice Sullivan: para sus enemigos “conservadores”, Clinton es “simplemente una pantalla del radicalismo liberal”. Hay que preguntar: ¿por qué? ¿Cuál es la neta? ¿Qué busca la derecha?
Para adentrarnos en esto, volvamos al ataque de Jesse Helms contra Clinton al principio de su presidencia. Eso sucedió cuando Clinton anunció su propuesta de permitir gays abiertamente en las fuerzas armadas por primera vez (aunque Clinton se echó para atrás a toda carrera y adoptó la actual norma de “no preguntar/no decir”). Además, Clinton nombró a muchos negros, “minorías” y mujeres a puestos del gobierno; la poetisa negra Maya Angelou fue invitada de honor a la toma de posesión; nombró a un gay de embajador y a una cantidad nunca vista de gays a puestos en la Casa Blanca; a diferencia de los dos presidentes anteriores, se opuso a las iniciativas para prohibir el aborto, aunque cedió política y moralmente ante los que quieren que el aborto sea considerado un pecado y un delito (más adelante volveremos al tema). Del mismo modo, aunque en la campaña electoral de 1992 apoyó el genocidio contra el pueblo de Irak por la administración de Bush, no repudió su propia oposición a la guerra de Vietnam y se ha identificado con expresiones culturales que se consideran parte del legado de los años 60 (lo que se vio en la ceremonia de toma de posesión y, con mucho simbolismo, cuando tocó el saxofón en el programa de televisión de Arsenio Hall durante la campaña).
Por eso, Clinton es un símbolo y un blanco de los políticos que declaran que la “moral tradicional” del patriarcado y el patriotismo ciego —encarnada en el cristianismo fundamentalista— es la piedra angular que mantendrá la estabilidad y cohesión de la sociedad capitalista y la dominación del imperio yanqui. Para ellos, América hoy —no solo el gobierno sino la sociedad en general— está en declive cultural y moral. Es más, corre el peligro de desintegración y destrucción. Robert Bork resume todo eso en el título de su nuevo libro: Desliz hacia Gomorra.
Andrew Sullivan dice que el punto de vista de Bork —cuyo nombramiento a la Suprema Corte suscitó un debate tan fuerte en el Congreso que terminaron por rechazarlo— ha evolucionado: de ser “profeta de la moderación jurídica” ha llegado a tal punto que “La única esperanza que Bork ofrece es que surja un conservadurismo religioso vigoroso, optimista y experimentado políticamente”. Bork, y otros de la misma laya, son como profetas del Antiguo Testamento que advierten a la nación favorecida de dios que está encendiendo su ira y se acerca un tremendo cataclismo por sus pecados. Sostienen que se necesita un “renacimiento moral” —guiado por una interpretación textual y absolutista de la Biblia, y una política regida por tales “verdades”— para contrarrestar el declive, salvar a América del infierno y proteger su posición de potencia superior del mundo.
Esa gente va muy en serio y es muy poderosa. Durante la actual “crisis de la presidencia”, han llevado la batuta entre los conservadores y el Partido Republicano, que es el partido oficial de dicha tendencia. Como explica Andrew Sullivan: “Los conservadores que todavía abogan por reducir la burocracia y los impuestos [conservadores fiscales] han tenido que unirse al coro de reavivar la moral para ganar a sus colegas [conservadores morales]”. Aunque la tendencia del momento es decir que a lo mejor eso ha cambiado —que tras los comicios, el “conservadurismo fiscal” ha triunfado sobre el conservadurismo social y la “moralidad”— un análisis cabal, más allá de las interpretaciones pragmáticas de los sucesos, demuestra que los defensores del “renacimiento moral” han avanzado mucho durante los últimos 20 años; que en gran medida lograron moldear la “crisis presidencial”; y que siguen siendo una fuerza formidable, bien conectada y con una sólida base financiera.
¿A qué se debe la mayor influencia e iniciativa de esas fuerzas —y el conservadurismo en general— en las estructuras e instituciones de la política oficial? Bob Avakian, el presidente de nuestro partido, abordó el tema recientemente en un ensayo sobre la moral:1
“No extraña entonces que ante cambios que tienden a minar o trastornar el sistema (por no decir nada de desafíos directos), la clase dominante se aferre más a la autoridad de la ‘moral tradicional’, a la vez que afila y esgrime con más agresividad su espada represiva. Por eso es que no solo William Bennett y otros ‘conservadores’ libran una cruzada sagrada a favor de ‘la familia’ y los ‘valores familiares’: a ellos se unen en coro los demócratas y ‘liberales’ de la clase dominante.
“Sin embargo, la verdad es que en esta cruzada y en general, hoy por hoy, los ‘conservadores’, y no los ‘liberales’, tienen la iniciativa. ¿Por qué? Hay varias razones fundamentales: importantes cambios geopolíticos, en particular la desintegración del bloque soviético y la Unión Soviética; cambios en la economía mundial (como la mayor internacionalización de la producción y de la especulación y otras actividades parasíticas del capital) ligados a cambios en la economía estadounidense, como reajustes en la composición de la fuerza de trabajo, con menos trabajos manuales; y una enorme deuda asociada con los gastos militares sin precedente de la década pasada (el costo de ‘ganar la guerra fría’).
“Hay que ver la decadencia del liberalismo en ese amplio contexto. Por un lado, cambios económicos y sociales (como la contracción de la industria y el descenso de los sindicatos, el crecimiento de los suburbios y la fracturación de las viejas coaliciones políticas urbanas) han debilitado los tradicionales pilares sociales del pacto liberal conocido como el Nuevo Trato (New Deal). Por otro lado, intensas presiones económicas mundiales e inminentes crisis presupuestarias están causando una drástica restructuración de los gastos gubernamentales y los programas sociales, tras años de restructuración en el sector privado. Esta es una época de un capitalismo de menos concesiones, más golpes y más movilidad. Necesita abaratar la producción, rebajar los salarios y beneficios, y crear una fuerza de trabajo más flexible y ‘desechable’. Necesita recortar los programas sociales del Nuevo Trato y de la Gran Sociedad, que hoy, dicen, son una carga ‘improductiva’. (¿No fue el demócrata Clinton quien sacó la frase: ‘Eliminar el welfare tal como ha sido’?) Esos y otros factores relacionados han minado el terreno del Nuevo Trato y los programas de concesiones (la ‘guerra contra la pobreza’, etc.), que han sido la base de las administraciones demócratas de la sociedad capitalista en Estados Unidos.
“A la vez, muchos de esos mismos factores, junto con la lucha que ha librado el movimiento de la mujer, han llevado a una situación en la que gran cantidad de mujeres no solo tienen la necesidad sino la posibilidad de trabajar fuera de la casa. A todo eso le ha acompañado una gran cantidad de trastorno y conmoción; y una de sus más importantes consecuencias es una erosión significativa, desde muchos ángulos y entre diversos sectores de la población, de la base de la familia tradicional patriarcal y los ‘valores familiares tradicionales’ con ella asociados. Sin embargo, todos esos cambios se están dando dentro de los límites del mismo sistema, sobre las bases de relaciones económicas capitalistas.
“Esa contradicción podría ser muy explosiva, y en muchos aspectos ya está estallando....
“Una expresión concentrada de eso es la polarización y dura lucha en torno al derecho al aborto. Es claro que la esencia del ‘movimiento’ contra el aborto —que desde el inicio ha sido manejado desde ‘arriba’ (y me refiero a individuos de la clase dominante y no a la inspiración de dios que le imputan)— ha sido reforzar el control patriarcal de la mujer y el papel de la mujer como incubadora” (de Predicando desde un púlpito de huesos, o necesitamos moral, pero no la moral tradicional).
Con la presidencia de Clinton se buscaba manejar dichas agudas y explosivas contradicciones ofreciendo cierto “espacio político” a la “diversidad” y al “multiculturalismo”, a la vez que se fortalecían las relaciones de supremacía blanca y el machismo, que son imprescindibles en la estructura del capitalismo-imperialismo estadounidense. Por eso, Clinton ha planteado una versión menos absolutista de los “valores tradicionales” y la “tradición judeocristiana” que ha servido para justificar y reforzar las relaciones de explotación y opresión en que se cimienta el sistema.
Sin embargo, para sus contrincantes conservadores, sobre todo los fundamentalistas, tal programa no conviene. Opinan que minará los cimientos tradicionales del sistema, tanto de la base económica como de la superestructura política, cultural e ideológica; que llevará al deterioro del “consenso” social y de la “cohesión” social que prestan legitimidad al sistema y son necesarios para mantenerlo. Efectivamente, a raíz de los movimientos de los 60, amplios sectores del pueblo se sienten comprometidos con la justicia e igualdad social y no aceptan que Estados Unidos tenga el presunto deber moral ni el derecho de cabalgar sobre los demás e imponer un orden mundial. Por otra parte, la “recuperación” de la economía durante la administración Clinton —y la producción altamente “globalizada” y “flexible” que la caracteriza— ha coadyuvado al “deterioro de la familia tradicional”. Asimismo, ha fomentado una cosmovisión de “gozar la vida”, particularmente (pero no exclusivamente) de los profesionales acomodados, lo que conlleva el deterioro de ciertos “valores tradicionales”, tales como el patriotismo y la voluntad de sacrificarse por los “intereses nacionales” proclamados por la política oficial.
Lo que Marx escribió hace 150 años en el Manifiesto Comunista acerca de las relaciones de producción burguesas desenfrenadas viene muy al grano, sobre todo en lo que se refiere a ciertos sectores de la población estadounidense en el mundo del capitalismo “post-guerra fría”. El siguiente pasaje del Manifiesto es muy contundente: “Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía... ha desgarrado sin piedad [las relaciones feudales] para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel ‘pago al contado’. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio... En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”. Aquí se encierra una gran ironía: el “triunfo” y el “triunfalismo” del capitalismo hoy por hoy han producido ciertos efectos y sentimientos que tienden a socavar la voluntad de sacrificarse por “dios y la patria”, es decir, por los intereses y exigencias del imperio yanqui, dentro del país y a nivel internacional. Por eso, los “conservadores”, principalmente la derecha cristiana, buscan reavivar e imponer precisamente “el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués”; es decir, resucitar una situación en la cual impere una explotación mundial más brutal que nunca, pero “velada por ilusiones religiosas y políticas”.
Al respecto, cabe señalar un artículo sumamente interesante que invita a la reflexión: “The Erosion of American National Interests” (Erosión de los intereses nacionales de Estados Unidos) de la revista Foreign Affairs (septiembre/octubre de 1997). El autor, Samuel P. Huntington, un “conservador”, critica a Clinton por fomentar el “multiculturalismo” y la “diversidad”. Advierte que las “tendencias hacia la desintegración” desatadas por el fin de la guerra fría (en particular la “pérdida” de la Unión Soviética como enemigo formidable y rival poderoso en la contienda por la dominación mundial), agravadas por el multiculturalismo y la situación de las etnias a nivel interno, podrían minar la unidad en torno a los “intereses nacionales”, así como la necesaria proyección del poderío imperial yanqui a otros países. Hasta plantea que: “De triunfar el multiculturalismo y de desintegrarse el consenso de la democracia liberal, Estados Unidos podría acabar en el basurero de la historia al lado de la Unión Soviética”. La presidencia de Clinton ha contribuido a tal eventualidad, según el autor, dado que “cabe muy poca duda de que es el primer presidente que fomenta diversidad, en lugar de la unidad del país”.
Andrew Sullivan señala que según Robert Bork y otros “conservadores” de la misma laya, para unificar la sociedad y prevenir su desintegración o destrucción se necesita “un renacimiento del fundamentalismo religioso o una gran depresión que haga reflexionar sobriamente”. (Al parecer, a Bork le agradan ambas posibilidades). Asimismo, dice que otro escritor “conservador” importante, David Frum, aboga por disminuir la influencia del gobierno, “no con la finalidad de expandir la libertad personal sino para minar la seguridad económica de la clase media a tal grado que no tenga más remedio que volver a la moralidad de los años 50”.
Es obvio que las posiciones políticas e ideológicas de esos sujetos son reaccionarias; hasta expresan ideas y posturas que podrían clasificarse como demencia, según criterios modernos de racionalidad. (Véase, por ejemplo, cualquier escrito de Pat Robertson). En su libro Answers to 200 of Life’s Most Probing Questions (Respuestas a 200 de los interrogantes más difíciles de la vida), Robertson afirma que Satanás tiene la culpa por la mayor parte del dolor del mundo y que la mayoría de las enfermedades son consecuencia del pecado. Sostiene que Carlos Marx fue un “sacerdote satánico” poseído por “demonios”. Asimismo, escribe: “Es posible que un príncipe demoníaco esté al mando de Nueva York, Detroit, St. Louis o cualquier ciudad”. Dice que “adivinos, espiritistas, brujas, hechiceros”, al igual que los “satanistas”, son “controlados por Satanás”; que las sesiones y tablas de espiritismo, así como la meditación transcendental (y decir los “nombres de dioses hindúes”) y hasta el juego de “Mazmorras y Dragones” son “potenciales fuentes de posesión demoníaca”. Robertson menciona que en un viaje a Seattle-Tacoma “caí en una terrible depresión” y “me di cuenta de que fue un ataque demoníaco”; cuenta que logró superar el ataque declarando: “Satanás, en nombre de Jesús, apártate de mí”. Aunque parezca contradictorio, Robertson dice: “Al examinar los libros sagrados de otras religiones, uno encuentra fantasías y extraños sucesos sobrenaturales que la gente razonable no puede aceptar. En cambio, la Biblia es fiel a la historia”. Para colmo, ataca el hecho científico bien comprobado de la evolución, que hasta el papa ha tenido que aceptar, aunque siempre trata de “conciliarla” con las “verdades de la Biblia”.
Sin embargo, Pat Robertson y otros personajes con la misma cosmovisión y programa no están marginados de la vida social y política del país, ni mucho menos: son participantes legítimos del proceso político y serios rivales en la contienda para dominar la estructura de poder y dirigir la sociedad. El propio Robertson se postuló a candidato presidencial del Partido Republicano en 1988.
¿Qué conclusiones se pueden sacar acerca de la influencia creciente de fuerzas como Robertson? Cuando menos habría que decir que indica que los meros meros del mundo financiero y del poder no tienen en este momento un consenso bien definido y de buena aceptación acerca de las formas y medios específicos de control que emplearán en este período, un período que nuestro partido ha caracterizado como “de transición con potencial para grandes trastornos”. Sin embargo, existe un consenso bastante amplio en el seno de la clase dominante de que el programa social y político de los reaccionarios fundamentalistas es un elemento importante de la “mezcla política” del momento. Además de las propias fuerzas fundamentalistas, hay otras agrupaciones poderosas que opinan que podría surgir una situación que dictaría poner en práctica el programa fundamentalista a una escala mucho mayor.
Además, cabe señalar que desde hace cierto tiempo se ha cultivado una situación en las fuerzas armadas en la cual la política de los reaccionarios fundamentalistas ocupa una posición importante, particularmente en el alto mando. En su libro Making the Corps (que, como indica el título, se enfoca en la Infantería de Marina, además de abordar otras ramas castrenses) el autor, Thomas E. Ricks, comenta: “Al parecer las fuerzas armadas están optando por un conservadurismo partidista”. A manera de ejemplo, cita a varios militares y las siguientes frases de una condena típica de “radicales culturales, individuos que odian nuestra cultura judeocristiana... [cuyo] proyecto se está plasmando paulatinamente en una nueva ideología conocida como ‘multiculturalismo’ o ‘ser políticamente correcto’; fundamentalmente, es la traducción del marxismo de la economía a la esfera social y cultural”. Ricks señala que ese comentario “suena como un discurso derechista típico de los 90”, tal como lo plantearía Robertson o Pat Buchanan, pero lo llamativo es que los autores son dos reservistas de la Infantería de Marina y William S. Lind, “un analista militar quien ha influido en el desarrollo de la doctrina castrense de la Infantería de Marina”; además, su “asombrosa conclusión” (palabras de Ricks) es que “es probable que la próxima guerra que combatamos sea aquí mismo en Estados Unidos”.
También hay que reconocer que el proyecto general represivo social y político de dichas fuerzas encierra un elemento abiertamente genocida en lo que se refiere a las masas de los ghettos, a pesar de sus esfuerzos por “limpiar su imagen”. Han “pedido disculpas” por acciones racistas cometidas a lo largo de muchos años y han declarado su oposición a la opresión racista del pasado; por ejemplo, Jerry Falwell dijo que su reacia oposición al movimiento de Derechos Civiles durante los años 50 y 60 estuvo mal. Pero plantean muy agresivamente un programa sumamente opresivo y, valga la redundancia, que tiene implicaciones genocidas. Eso se demuestra claramente, por ejemplo, cuando Pat Robertson aborda el tema de crimen y castigo, particularmente la cuestión de la pena de muerte, en su libro Answers to 200 of Life’s Most Probing Questions. En una parte del libro titulado (significativamente) “Cristianos y el gobierno”, Robertson propone que se descarte el sistema penal actual y que se siga “el modelo de la Biblia” de la época del antiguo Israel, donde “no había prisiones” y “castigaban públicamente a los delincuentes a latigazos”. Será instructivo citar unos párrafos del libro de Robertson:
“Hoy los delincuentes son recluidos en penales, donde se supone que se arrepientan o que pidan perdón por sus pecados [nótese: no simplemente por sus delitos sino por sus ‘pecados’]. En realidad, esos lugares fomentan la delincuencia: inclusive las mejores prisiones tienen una reincidencia del 85%.
“La sociedad paga por la angustia de las víctimas de la delincuencia y paga año tras año los costos de recluir al delincuente, un gasto anual equivalente a la colegiatura de las mejores universidades. La Biblia nos ofrece un modelo muy superior. Los que cometían delitos menores regresaban a la sociedad y restituían a la víctima; a los delincuentes recalcitrantes los eliminaban de una vez por todas con la pena de muerte. La sociedad no era víctima ni tenía que pagar dos veces, como hoy”.
Cabe subrayar que Robertson no limita la aplicación de la pena de muerte a los condenados por delitos graves como homicidio premeditado: dice que es “un castigo muy necesario para delitos violentos” y emplea la frase “delincuentes recalcitrantes”. Al abordar el tema de la pena de muerte, Robertson alaba el “modelo de la Biblia”:
“En el antiguo Israel se creía que la sangre derramada en un homicidio manchaba la tierra y para restituirla había que derramar la sangre del asesino.
“Había un solo remedio para los que consideraban recalcitrantes, los que cometían actos indebidos que perjudicaban la relación entre Dios e Israel o destruían la trama de la sociedad: la pena de muerte. Por medio de ella, se eliminaba la ofensa y se purificaba la tierra”.
Al principio del pasaje, Robertson menciona homicidio; de hecho, no menciona otro delito. Sin embargo, en el antiguo Israel —y Robertson obviamente lo sabe— muchos actos conllevaban la pena de muerte. El propio Robertson señala: “La misma ley de los diez mandamientos especificaba la pena de muerte para ciertas ofensas”; pero, muy a propósito, evita nombrar dichas ofensas precisamente porque abarcaban no solo el homicidio sino los presuntos delitos de homosexualidad, brujería y magia, venerar a ídolos o a dioses que no fueran el dios de Israel, adulterio y fornicación —que para la mujer significaba todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio— y rebeldía o inclusive falta de respeto de los hijos hacia sus padres. Como demuestran esos ejemplos (y muchos más que se podrían mencionar), en el antiguo Israel se imponía la pena de muerte por muchas cosas que, según las normas de la sociedad burguesa, ni siquiera se consideran delitos, y mucho menos que merecen la pena de muerte.
En su forma de plantear la cuestión —por lo que dice y lo que no dice— Robertson implica que la pena de muerte podría aplicarse no solo a los que cometen delitos como homicidio premeditado sino muchos otros delitos; es decir, a una categoría muy amplia y “flexible” que merece la muerte porque, según el criterio de teócratas reaccionarios como Robertson, “mancharon la tierra” con “actos indebidos” y provocaron la ira de dios contra su nación favorecida o “destruyen la trama de la sociedad”. Es preciso ubicar esos planteamientos en el contexto de la sociedad estadounidense hoy, donde la política oficial y la “dinámica normal” de las leyes de acumulación y competencia capitalista consignan grandes sectores del pueblo al “desempleo permanente”; para ellos la única alternativa real que el sistema ofrece podría ser la economía informal. Visto así, es innegable que la lógica del planteamiento de Robertson de aplicar “el modelo de la Biblia” al sistema penal implica una “solución final” para las masas de los ghettos, así como preparativos para una represión muy dura, hasta la ejecución, como castigo por una amplia gama de actividades que hoy son consideradas delitos menores o ni siquiera delitos.
Si bien se habla de la “delincuencia”, dada la realidad de que la mayoría de los presos son negros y latinos (y dada la supremacía blanca y todas las atrocidades que ha generado a lo largo de la historia de este país), ¿a poco vamos a creer que el exterminio masivo —a través de ejecuciones oficiales y/o de otras formas— se limitará a los sectores del pueblo negro y otras minorías que han cometido lo que hoy se consideran delitos graves? La declaración de un orador ante un “congreso del conservadurismo” en 1997 viene al caso: según Andrew Sullivan, repudió el aborto y el control de la natalidad, además de “lamentar el hecho de que la falta de procreación de los europeos blancos está llevando a la ‘muerte de la raza’“. Dicha supremacía blanca descarada —y la idea de que las mujeres europeas blancas son reproductoras de la “raza blanca”— encaja con la lógica de guerra racial de las fuerzas cristianas paramilitares y los rapados nazis. Y, empleando una frase de Richard Pryor, “la conclusión lógica de tal lógica” de guerra racial es el genocidio. Al reflexionar sobre todo eso, conviene recordar que entre los fascistas “legítimos” (y prominentes) del país figuran, además de los teócratas como Pat Robertson, los recalcitrantes supremacistas blancos del Sur, como Jesse Helms.
Además de examinar la postura de los teócratas fundamentalistas como Robertson acerca de la delincuencia y el sistema judicial, nuestro partido ha sometido a un análisis riguroso su política e ideología, y ha llegado a la conclusión de que son fascistas cristianos. Es decir, afirmamos (sin temor a exageraciones) que estamos ante un nazismo contemporáneo disfrazado con un manto religioso y ajustado a la sociedad estadounidense, dentro del marco de la actual situación mundial. En este momento, dichos fascistas cristianos tienen fuertes discrepancias con Clinton y con algunos aspectos de su programa.
Es importante captar lo terriblemente siniestras que son tales fuerzas y los horrores que quieren imponer a la sociedad y al mundo; sin embargo, sería muy lamentable ignorar o subestimar el hecho de que Clinton y los demócratas están de acuerdo con aspectos importantes de su programa y, lo que es más, lo han puesto en práctica, aunque en algunas instancias no toman la delantera sino que simplemente siguen o ceden ante la iniciativa de la derecha. Eso es muy evidente al examinar medidas que han impactado directamente al proletariado, sobre todo a las grandes concentraciones de los ghettos. Volvamos a los ensayos de Bob Avakian sobre la moral:
“...los cambios económicos y geopolíticos de Estados Unidos y el mundo han llevado a que millones de personas que están en el fondo de la sociedad en Estados Unidos, en particular los que viven en los ghettos y barrios pobres, queden excluidas más o menos permanentemente de un trabajo significativo, remunerativo, salvo en la ‘economía subterránea’ (que se basa en gran medida en el narcotráfico y ha pasado a ser un importante factor económico e importante empleador en todas las grandes zonas urbanas, así como en ciudades más pequeñas, pueblos e incluso zonas rurales).
“Aquí también, la clase dominante se ve ante la necesidad de contener y mantener el control fundamental de la situación, y de los de abajo, así como de levantar y fortificar barreras entre ellos y otros sectores sociales (‘la clase media’). Eso explica, por un lado, el constante incremento de fondos y fuerzas asignadas al crimen y castigo, o sea, la policía, las prisiones, las guerras contra las masas con el pretexto de la ‘guerra contra la droga’ y la ‘guerra contra el crimen’ y, por otro lado, el hecho de que esas ‘guerras’ nunca se ‘ganan’ sino que continúan interminablemente.
“Todo eso establece el marco y el ‘tono’ de la política de la clase dominante en Estados Unidos. Exige que la ‘punta de lanza’ de sus medidas sea un ataque agresivo contra los de abajo y eliminar concesiones (o sea, una guerra contra los pobres en vez de una supuesta guerra contra la pobreza), junto con una cruzada igualmente agresiva para promover e imponer los ‘valores antiguos’ del patriarcado, el patriotismo y el chovinismo blanco (racismo).
“Una tras otra, la prensa grande difunde y legitima toda clase de ‘teorías’ e ‘investigaciones’ que dizque demuestran que existen diferencias innatas e inmutables entre las razas, los géneros y otros grupos sociales, y que explican por qué unos se merecen posiciones de privilegio y otros no. Luego afirman que eso es ‘prueba científica’ de que los programas que se proponen nivelar esas desigualdades están condenados al fracaso y hay que eliminarlos. Pero la verdad es que lo único que prueban esas ‘teorías’ y esas ‘investigaciones’ es el innegable descrédito de un sistema y una clase dominante que están abandonando hasta la apariencia de poder superar enormes desigualdades, y más bien tienen que inventarse ‘profundas razones’ por las que no pueden superarlas. Y en todo eso, aunque los ‘liberales’ tienen un papel que desempeñar, los ‘conservadores’ tienen la iniciativa”.
El hecho es que la administración Clinton ha puesto en marcha muchos aspectos del programa de pobreza, castigo y patriarcado, como por ejemplo la eliminación de programas sociales ganados a través de lucha. Y cuando Clinton y los demócratas han discrepado con los “conservadores”, han ofrecido una defensa muy floja y se han echado para atrás en un dos por tres, como hicieron con la acción afirmativa. En cuanto al derecho al aborto, repetimos, sus posiciones ceden la iniciativa moral y política a la derecha (dicen que el aborto debe ser “legal pero poco usual”, lo cual implica que es un mal necesario). En realidad, la administración Clinton no ha hecho nada para cambiar la situación de que más y más mujeres—sobre todo pobres, jóvenes y de zonas rurales— prácticamente no tienen servicios de aborto (aunque el aborto todavía es legal).
Bueno, sí hay un renglón en que Clinton no se ha dejado ganar por la oposición “conservadora”: la represión y las medidas fascistas. Ninguno de los politiqueros más importantes de hoy —ni siquiera Rudolph Giuliani, el alcalde republicano de Nueva York, cuyas medidas draconianas y fascistas han provocado ira popular y condena de prestigiosas organizaciones de derechos humanos, así como aplausos de la estructura de poder y la prensa grande— ha rebasado a Clinton en eso. Ha fomentado la aplicación más generalizada de la pena de muerte; ha destripado las libertades civiles con el pretexto de “la guerra contra el terrorismo”; ha intensificado la guerra contra los inmigrantes y la militarización de la frontera con México; ha seguido (y ampliado) la política de criminalización de grandes sectores del pueblo, sobre todo de los chavos de los ghettos, lo cual implica gastar en prisiones en vez de escuelas, y que para más y más chavos esas son las instituciones formativas, son su “futuro” si siquiera tienen futuro.
En palabras de un jefe de policía: “En Washington, la voz de las fuerzas del orden es más fuerte que nunca”. ¿Qué implica eso “en la calle”, en los barrios donde vive la gente que es el blanco de dichas fuerzas del orden? Más hostigamiento, atropello, brutalidad y muerte a manos de la policía. El Proyecto Vidas Robadas (un proyecto de la Fundación Anthony Báez, el Gremio Nacional de Abogados y la Coalición 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación) ha desenterrado más de mil casos, desde 1990 no más, de víctimas de la policía, los guardias de prisión y la Patrulla Fronteriza. La mayoría de esas mil personas estaban desarmadas y fueron asesinadas a sangre fría o en circunstancias muy sospechosas; por lo general, no se ha acusado a los homicidas de delito alguno2. Esta situación es tan patente que Amnistía Internacional ha iniciado, por primera vez, una campaña general acerca de un país occidental: Estados Unidos donde, en sus palabras, existe “un patrón persistente y sistemático de violaciones de derechos humanos” por parte de las fuerzas policiales y el sistema judicial/penal”.
Además, Clinton ha planteado un nuevo criterio político para justificar el trato que se les da a grandes sectores del pueblo de ciudadanos de segunda clase (es decir, sin los derechos que supuestamente tienen los demás); se plasma en una frase que repite constantemente en sus discursos, ruedas de prensa, etc.: “siempre y cuando uno se apegue a la ley”.
Esa frase hace ver que la “diversidad” tan sonada de Clinton en realidad es cuento. Es decir, uno tiene el derecho a buscar un lugar en el luminoso mundo virtual, cruzando el “puente al siglo 21” (otra frase trillada de Clinton), siempre y cuando se apegue a la ley. De esa forma insidiosa y sutil Clinton establece un nuevo criterio que revoca el supuesto principio de “presunción de inocencia”; es decir, será necesario probar que uno es “inocente” para gozar de ciertos derechos elementales, como el proceso legal establecido. En la práctica, eso implica que “se presume culpable” a amplios sectores del pueblo — particularmente los jóvenes y las masas de los ghettos— que no gozan de derechos judiciales ni “garantías constitucionales”. Eso se ve claramente con las medidas “preventivas” que prohíben que los chavos se junten en una esquina porque las fuerzas del orden dicen que son “pandilleros”. A lo largo y ancho del país, la policía tiene “bases de datos” con las cuales justifica darles trato de criminales a chavos por el simple hecho de ser negros o latinos, o porque andan con “conocidos pandilleros”, inclusive porque se dice que “tienen el potencial de ser pandilleros”. (Se encuentra más información al respecto —por ejemplo, el hecho de que la policía de algunas ciudades admite que la mayoría de los chavos negros de cierta edad figuran en tal “base de datos”— en una serie de artículos del OR: “La juventud negra y la criminalización de una generación”, Nos. 971 a 974, 30 de agosto y 6, 13, y 20 de septiembre de 1998).
Otro ejemplo muy ilustrativo es que Clinton ha ido más allá de las “leyes de tres strikes” y ha establecido la regla de “un strike y fuera” para los residentes de vivienda pública: o sea, pueden expulsar a una familia de su casa si cualquier miembro o inclusive una visita es acusado —acusado, no condenado— de un delito “violento o de droga”. Esto es parte del plan general de desmantelar la vivienda pública; pero además, es parte del plan de clasificar a grandes sectores del pueblo (sobre todo proletarios, pues según la “dinámica normal” del capitalismo en este período de la historia ni siquiera es rentable explotarlos) como “delincuentes a menos que prueben lo contrario”... sin derecho al proceso legal establecido... cuyo destino es vivir en campos de concentración, es decir, prisiones donde sea rentable explotarlos y/o sea posible ejecutarlos. En vista de la historia y los rasgos fundamentales de la sociedad capitalista, que ha institucionalizado la supremacía blanca y no puede prescindir de ella, es de esperarse que la gente de color ocupe cada vez más dicha categoría de “delincuentes”.
Para justificar todo eso, Clinton ha sumado su voz a la cantaleta de los conservadores acerca de la “responsabilidad personal”, la cual es un arma ideológica con la cual se culpa al pueblo por la disparidad entre la realidad de la sociedad burguesa y las promesas y los principios que pregona; en particular culpa a las masas del ghetto por la situación de pobreza y opresión en que las tienen. Le echa la culpa de dicha situación —y de las acciones de la gente obligada a vivir así— a una supuesta “falla moral” de los oprimidos, y así niega y oculta la verdadera causa: la dinámica del sistema y la política de la estructura de poder. (¿A poco las masas de los ghettos y barrios sacaron la industria de las ciudades o impusieron la segregación de la vivienda? ¿A poco la gente de las zonas rurales es responsable de que el capital bancario y corporativo domine el sector agropecuario?) Hablar de “responsabilidad personal” es poner sal en la llaga; es el “sermón moral” que acompaña la política de castigo, las palabras mojigatas de los verdugos.
En palabras del escritor William Finnegan, quien se describe como “viejo amigo del sector público”: “Es difícil entusiasmarse por un gobierno cuya actividad principal parece ser hostigar y encarcelar a los ciudadanos. Los que esperaban que la administración de Clinton podía frenar o revertir tales tendencias se encuentran sumamente decepcionados”. (William Finnegan, Cold New World, Growing Up in a Harder Country; Un nuevo mundo frío, crecer en un país desalmado) Sin embargo, muchos de ellos están defendiendo a Clinton y los demócratas ante la creciente embestida de la derecha (en general, y específicamente en la actual “crisis de la presidencia”). Al llegar los comicios, eso se plasmó en la esfera electoral. En vísperas de las elecciones, Clinton se concentró en la movilización de votantes negros. Exhortó así a un grupo de clérigos negros: “A los que se sienten comprometidos conmigo les ruego fijarse muy bien en la importancia de estos comicios”. De hecho, destacados personajes del campo artístico y otras esferas han opinado que a los negros les interesa defender a Clinton y su presidencia.
Desde luego, Clinton no es el primer presidente que supuestamente “tiene un gran compromiso con el pueblo negro y sus problemas”. (Se dijo lo mismo de los presidentes John F. Kennedy y Franklin Roosevelt, e inclusive de Lyndon Johnson). Pero además, se afirma que Clinton tiene un conocimiento profundo de la cultura negra y se siente a gusto con los negros. Hasta se ha dicho que Clinton es “el primer presidente negro”, “más negro que cualquiera que podría triunfar en las urnas durante la próxima generación”, porque “Clinton comparte la experiencia negra: es del estado de Arkansas, lo crió su mamá sola, nació pobre, es de clase obrera, toca el saxofón y le encanta la comida de McDonald’s”, y precisamente por eso lo hostigan y “humillan” (de un artículo de Toni Morrison en la revista The New Yorker). Clinton es un político burgués muy astuto y cuando le conviene es perfectamente capaz de aparentar cierta afinidad con aspectos de la cultura negra; en otras ocasiones, ha desplegado un simbolismo abierta o solapadamente racista por conveniencia personal o motivos políticos de mayor alcance. Para mencionar algunos ejemplos: distanciarse de Jesse Jackson; su ataque gratuito a Sista Souljah durante la campaña electoral de 1992; el trato que ha dado a funcionarios del gobierno y candidatos que él mismo ha nombrado, como Lani Guinier y Joycelyn Elders; y, muy importante, su afán de sacarse la foto en las prisiones del Sur cuando resucitaron la espantosa costumbre de encadenar a las cuadrillas de presos cuando hacen trabajos forzados.
Pero aun si Clinton fuera negro —”culturalmente” o en realidad— eso no alteraría nada en lo fundamental: al examinar los hechos fríamente, es innegable que el programa de Clinton es una embestida salvaje y multifacética contra las masas negras y demás oprimidos, los jóvenes, las mujeres pobres y los del fondo de la sociedad. Como dice el refrán, guárdese del amigo y del traidor. Clinton ha sido un enemigo más peligroso —ha jugado un papel más eficaz para la clase dominante y sus ataques contra el pueblo— precisamente porque finge ser amigo. Mucha gente ha señalado, por ejemplo, que si un presidente republicano hubiera aprobado la “reforma al welfare”, habría provocado mayor resistencia. Pero la lucha se frenó porque, en cuanto a partidos que mueven las palancas del poder político, la única alternativa a Clinton y los demócratas es el Partido Republicano, que tiene merecida fama de ser enemigo agresivo y descarado del progreso del pueblo negro, de la mujer y de los oprimidos. La lógica de la política burguesa no permite salir de esa siniestra trampa... y una buena cantidad de feministas ha caído en ella también.
Según una declaración de la Mayoría Feminista, consideran a Clinton como “un aliado en la Casa Blanca” y “el primer presidente elegido por la mujer”, aunque ha tenido ciertas fallas en cuanto a “los derechos de la mujer”. Asimismo, es común oír que su oposición a que se prohíba el aborto es primordial. Desde luego, se trata de una cuestión de suma importancia: el derecho al aborto concentra la batalla contra la opresión patriarcal y las cadenas de la tradición, y es evidente que los fascistas cristianos y sus aliados lo reconocen, como demuestran los comentarios de William Kristol, un líder “conservador” (quien tiene una presencia habitual en los medios de comunicación y es director de The Weekly Standard, revista de Rupert Murdoch, monopolista de la prensa grande). Sullivan cita a Kristol: “Roe y el aborto son la prueba, pues si los republicanos no logran conquistar este reto moral y político, si no ganan el apoyo nacional a su proyecto de revocar Roe y avanzar hacia una América post-aborto, en verdad, ya no habrá futuro conservador”.
Sullivan también menciona los comentarios de un “conservador” que dio una ponencia con Kristol en un simposio en Washington, D.C., en 1997. Según Sullivan, dijo que tanto el aborto como el control de la natalidad sirven para “homosexualizar las relaciones heterosexuales”. Esa frase es muy reveladora; sintetiza varias cuestiones clave: la conexión entre la oposición al aborto y el repudio a la homosexualidad; por qué la oposición al aborto es tan fundamental en la cosmovisión y programa de los reaccionarios; y por qué la lógica de dichas fuerzas las lleva a oponerse al control de la natalidad y a la libertad reproductiva de la mujer. Además revela los fundamentos de todo eso: la familia patriarcal es más que nada una relación de propiedad —un elemento imprescindible de las relaciones de propiedad burguesas— en la cual la mujer es propiedad del esposo y su papel primordial es parir, sobre todo varones, para continuar su linaje y heredar su propiedad; por eso el propósito singular y esencial de las relaciones sexuales “en la cama matrimonial” es la procreación. (Cabe subrayar que el mismo ponente que afirmó que el aborto y el control de la natalidad sirven para “homosexualizar las relaciones heterosexuales” “lamentó el hecho de que la falta de procreación de los europeos blancos esté llevando a la ‘muerte de la raza’“).
¿Cuál ha sido el curso de la lucha sobre el aborto, particularmente durante la época de Clinton? Las fuerzas que quieren construir una “América post-aborto” han avanzado bastante; han empleado distintas tácticas, como el hostigamiento permanente de clínicas y proveedores de aborto, ataques incendiarios, agresión y asesinato; la consecuencia es que en la práctica se niega el aborto a muchas mujeres y se sabotea la preparación de nuevas generaciones de proveedores de aborto. Por otra parte, han logrado ganar en buena medida la iniciativa moral y política, y delimitar la lucha y debate. Francamente, han logrado confundir y desorientar a mucha gente, especialmente a muchas jóvenes. (Con su afirmación siniestra de que los abortos son un “holocausto”, inclusive han logrado —hasta cierto punto— que la etiqueta de nazis no se les ponga a ellos sino a los proveedores de aborto).
Como Bob Avakian señala en sus ensayos sobre la moral: “Una de las más indignantes ironías de la batalla en torno al aborto es el hecho de que los reaccionarios que se oponen al aborto conjuran el espectro del holocausto para caracterizar el aborto de fetos, cuando en realidad su agenda, para la mujer y en general para la sociedad, es muy paralela a la de los fascistas hitlerianos, que atacaron el aborto (y lo restringieron y penalizaron) por ir contra el papel esencial de la mujer: la ‘maternidad’“. Como consecuencia de tener un presidente (y un vicepresidente) “pro derecho a escoger” —mejor dicho, de caer en la trampa de depender de Clinton (y Gore) para defender el derecho al aborto— muchas fuerzas del movimiento de la mujer han tomado una postura pasiva y defensiva; en gran medida están paralizadas; no movilizan a las masas en defensa del derecho al aborto y en oposición a los ataques de las tropas de asalto anti-aborto; y no toman la ofensiva política y moral.
Urge oponerse enérgicamente al programa y acciones de los fascistas cristianos y sus aliados, tanto en el marco general como en esta coyuntura de la “crisis de la presidencia”. Desde luego, repudiamos la explotación sexual donjuanesca que le ha traído tan mala fama a Clinton, pero la neta: eso no es nada nuevo para politiqueros y presidentes, inclusive virtuales iconos burgueses (como Kennedy). Lo único nuevo en esto es que ahora poderosos enemigos de Clinton lo han usado —con bastante éxito— para crear un enorme escándalo y crisis política. Como se señaló en un artículo del OR del 27 de septiembre de 1998: “Decir que han enfangado los sacrosantos aposentos de la Casa Blanca con toqueteos sexuales es ridículo; toda la historia de la estructura de poder lo desmiente. Es más, los que hoy más condenan a Clinton por mentir bajo juramento son los mismos que apoyaron a Oliver North y toda la administración Reagan, que le mintieron al Congreso y atropellaron las leyes durante el escándalo Irán/contra”. (“Escándalo de Washington, lucha intestina de la clase dominante: El informe Starr”, por Ala Roja).
Al parecer, el éxito de tales fuerzas y haber podido crear y moldear la actual crisis no se debe simplemente a sus propios esfuerzos sino a otros factores. Uno es la molestia de ciertos sectores de la clase dominante (como los que hablan a través del New York Times) con Clinton porque creen que ha actuado con imprudencia; que no ha cumplido su responsabilidad hacia la clase dominante, sus estructuras y normas; y que ha perjudicado los intereses del sistema, del imperio, que el presidente debe defender. Otro factor es que parece que en estos momentos no hay “patricios” capaces de “superar las disputas sectarias y partidistas” de la clase dominante y servir de “centro de cohesión” para defender los intereses generales, como lamentó un artículo de USA Today: “Falta de estadistas reconocidos perjudica la nación” (15 de octubre de 1998). Si bien algunos personajes prominentes han intentado jugar el papel de “estadistas reconocidos” en esta crisis, ninguno ha tenido suficiente influencia para imponer una solución que todos estén dispuestos a aceptar. Al cierre de esta edición, la situación todavía no se define.
Después de los comicios —que supuestamente representaron una gran derrota para los republicanos pues no recibieron la “orden popular” de destituir a Clinton (y, a su vez, eso provocó “la caída” de Newt Gingrich)— parece probable que Clinton podrá terminar la presidencia, es decir, que se llegará a una solución que le permita seguir como primer mandatario. Pero, aun así, eso no borraría el hecho de que existen muy profundas contradicciones entre los que se disputan el poder, las cuales dieron lugar a una confrontación muy aguda y fuerte; ni cambiaría en nada el sentir de los que consideran que Clinton no es —ni jamás ha sido— apto para ser presidente. La supuesta victoria del “centro” y la “moderación” en los comicios tampoco borra el hecho de que la derecha — particularmente los fascistas cristianos y sus aliados— ha tomado la iniciativa y logrado bastante influencia para moldear la actual “crisis de la presidencia”, tanto como la política burguesa en general. (El simple hecho de que presenten a los hermanos Bush como representantes de “la moderación” es un indicio del pronunciado desplazamiento del “centro” de la política oficial hacia la derecha; es decir, es muy revelador que agrupen a Clinton con republicanos de esa laya como paladines de “la moderación”).
A raíz de la “crisis de la presidencia”, fuerzas abiertamente “ultraderechistas” han podido (durante un buen rato) llevar la batuta de una inquisición que busca, entre otras cosas establecer como norma política una reaccionaria moral fundamentalista; y poderosos políticos, como Trent Lott (el líder de la mayoría en el Senado), se han ofrecido como paladines de tal moral. Dicha inquisición ha utilizado —y ha tratado de legitimar— normas y precedentes, jurídicos y de otra índole, para justificar espionaje y entrometimiento en la vida privada con el fin de hostigar y entablar acusaciones, pisoteando las supuestas garantías constitucionales; y, como nosotros (y otra gente) hemos señalado: si eso se lo hacen al presidente del país, ¡ni hablar de la gente común y corriente!
Esa inquisición, y la política e ideología que encierra, es totalmente antagónica a los intereses del pueblo; por eso, es preciso repudiarla y librar una firme lucha contra ella. Pero incluso cuando lucha contra la destitución, Clinton acepta los planteamientos de sus opositores. Hace una declaración pública: “He pecado”, la cual no hace más que fortalecer la noción de usar principios del cristianismo fundamentalista para juzgar a líderes y programas políticos, y tomar decisiones políticas. Por otra parte, como nosotros (y otros) hemos señalado, es muy irónico que los enemigos de Clinton hayan aprovechado muchas leyes y precedentes contra libertades civiles que él mismo propuso y aprobó. Limitar la oposición a la inquisición al marco establecido, o aceptado, por Clinton —y canalizarla o limitarla a la esfera electoral, de votar por los demócratas (o contra los republicanos, que da lo mismo)— perjudicará la resistencia contra el programa represivo y reaccionario que Clinton y los demócratas, además de los fascistas cristianos y otros “conservadores”, han fomentado y puesto en práctica.
En cuanto a participar en el proceso electoral burgués, nuestro partido ha dicho claramente que ese proceso es un instrumento del estado capitalista, de la dictadura burguesa. Las cuestiones centrales (como cuáles candidatos serán los “principales contrincantes”, qué cubrirá el debate y la contienda, cuáles serán las “opciones políticas” legítimas y “realistas”, etc.) se deciden en el seno de la clase dominante. En los comicios, el pueblo tiene la oportunidad de escoger entre tales opciones, y el propósito primordial del proceso es dar la apariencia de que la “voluntad popular” autoriza las medidas reaccionarias que la clase dominante implanta a través de las estructuras del gobierno.
Al captar eso, podemos entender la verdadera dinámica de la política burguesa y desmentir la idea —que se divulga mucho al acercarse las elecciones y que se planteó fuertemente en los comicios de noviembre (hasta por gente que no debe caer en esa trampa)— de que si uno no vota, no tiene derecho a quejarse, ni siquiera a opinar, acerca de la política nacional. En realidad, eso quiere decir que si uno capta que el proceso electoral burgués es parte del aparato de opresión y que su propósito central es desviar y disipar al pueblo con el fin de aumentar la opresión, ¡pues no tiene derecho a oponerse! ¿Cuál es la lógica de eso y a quién le sirve?
Por otra parte, es preciso refutar la idea tan sonada de que lo que determina las decisiones políticas es el hecho de que a los políticos los motiva el afán de ser elegidos (o reelegidos) y que por lo tanto responden al “sentir de los votantes”. Eso pone todo patas arriba y culpa al pueblo por las medidas reaccionarias que el gobierno adopta.
En realidad, las decisiones políticas en un país como Estados Unidos las domina una clase, la clase capitalista, cuya posición económica le da el monopolio del poder político, de los medios de comunicación y de otras formas de divulgar ideas y cultura. Desde luego, los politiqueros del sistema burgués tienen grandes ambiciones personales y buscan satisfacerlas a través de las estructuras y procesos del sistema. Sin embargo, inclusive a ese nivel, triunfar en las urnas y tener una carrera exitosa como político burgués depende más que nada del apoyo financiero de los ricachones y de un buen trato en la prensa grande, controlada, repetimos, por los mismos ricachones.
Las decisiones políticas y medidas del gobierno son el producto de un proceso de contienda y colaboración entre los representantes de la clase dominante. Así se llega a un consenso general (y cuando sea necesario se altera a través del mismo proceso) sobre asuntos y sucesos clave en la sociedad y el mundo (lo que incluye guerras revolucionarias y otras luchas contra el sistema). De hecho, no poder llegar a tal consenso a través del proceso “normal” del sistema es un indicio de una crisis grave. Conforme a tal proceso y al consenso logrado, se orquestan campañas de propaganda muy complejas en los medios masivos de comunicación para moldear la opinión pública acerca de todas las cuestiones clave. (Eso se hace tanto en programas de televisión, películas, etc., como en los noticieros. Por ejemplo, nótese cómo hoy se repiten temas como la importancia de “combatir la delincuencia” y de “derrotar a los terroristas”; y cómo “los valores de la familia” resuenan no solo en programas de televisión sino también en las películas de Hollywood, esa “Sodoma de la decadencia liberal”).
Esta dinámica de dominio y lucha de clases, que se desprende de las fuerzas económicas y relaciones sociales del sistema, determina las medidas del gobierno. Explica por qué el gobierno adoptó el Nuevo Trato en el contexto de la Gran Depresión de los años 30. A través de esa dinámica, se decidió emprender “la guerra contra la pobreza” tras los levantamientos populares de los años 60. Y ahora ha llevado a abandonar el Nuevo Trato y “la guerra contra la pobreza”, como vimos arriba. Asimismo, explica por qué el gobierno hizo concesiones ante la lucha del pueblo negro en los 60 y por qué ahora se ha echado para atrás. También explica por qué entró a la guerra de Vietnam, y por qué se retiró de ella. A través de esa dinámica, cambiaron leyes (o interpretaron la Constitución) de forma que afectaron profundamente a la mujer, particularmente en cuanto al aborto; y ahora esa misma dinámica ha producido una situación en que el derecho al aborto está bajo ataque por poderosas fuerzas, dentro y fuera del gobierno, y en la cual los miembros del gobierno que supuestamente defienden tal derecho toman una postura muy defensiva y negativa (por ejemplo, la frase tan sonada: “legal pero poco usual”). En ninguno de esos ejemplos —ni un sinnúmero más que se podrían mencionar— el proceso electoral burgués ha sido lo determinante.
Mucho se ha dicho sobre el papel “determinante” de “las minorías, la mujer y los sindicatos” en las elecciones recientes. Puede ser que le hayan dado al Partido Demócrata unas cuantas curules más en el Congreso, pero no “determinaron” ni pueden determinar qué medidas tomará el gobierno, ni tampoco podrá descarrilar el programa de pobreza, castigo y patriarcado que une de manera fundamental a los demócratas y republicanos. Eso, repetimos, se debe a que los programas y las medidas políticas que todos los politiqueros tienen que acatar, si quieren seguir en su puesto, los determina la clase dominante y no el electorado. Para empezar, la clase dominante selecciona a los candidatos entre los cuales pueden “escoger” los votantes; además, sea cual sea el resultado de una elección, los de arriba decidirán entre sí qué medidas tomarán y aplicarán con respecto a los asuntos cardinales. Eso explica por qué los politiqueros siempre mienten y traicionan las promesas hechas en las campañas electorales. También explica por qué en la realidad no se cumple la idea de que si los oprimidos votan en masa a favor de uno de los partidos burgueses, ese partido debe “cumplirles”. Por ejemplo, cuántas veces han votado los negros por un demócrata que luego los traicionó; y, dentro del marco de la política electorera burguesa, qué pueden hacer para “castigar” a esos traidores: ¿¡votar por los republicanos!?3
Eso no quiere decir que las masas no pueden tener un impacto en el terreno político. Pueden tener un gran impacto, incluso cuando la sociedad sigue gobernada por la clase capitalista. Y pueden tener un impacto mucho más profundo si tumban al sistema capitalista y transforman radicalmente la sociedad de pe a pa. Pero para tener el mayor impacto, tendrán que rebasar los límites impuestos por el proceso electoral y librar luchas políticas que rompan esas barreras.
Esa realidad y esos principios se pueden ilustrar con dos ejemplos de elecciones presidenciales durante la guerra de Vietnam: la primera a principios de la guerra y la segunda cuando ya terminaba. En 1964, uno de los principales temas de la campaña de Lyndon Johnson era que había que reelegirlo porque, si no, el candidato republicano Barry Goldwater iba a escalar la guerra. Lyndon Johnson ganó con una “victoria arrolladora” y, acto seguido, ordenó una de las mayores escaladas de la guerra. Por su parte, el pueblo vietnamita, del norte y del sur, siguió librando su guerra revolucionaria de resistencia contra la agresión yanqui y, en Estados Unidos (y otros países), la oposición a la guerra cobró más fuerza. En 1972, después de más de una década de guerra de agresión contra Vietnam, se presentó una contienda electoral entre el “halcón” Richard Nixon y la “paloma” George McGovern. Se decía que para terminar la guerra habría que elegir al demócrata McGovern. Nixon ganó con una enorme mayoría, pero al poco tiempo Estados Unidos se vio obligado a reconocer la derrota en Vietnam. Obviamente, el factor decisivo no fueron las elecciones sino la heroica lucha del pueblo vietnamita y el poderoso movimiento contra la guerra en las entrañas de Estados Unidos, en el contexto de importantes acontecimientos en el país y el mundo, como poderosos movimientos, luchas y guerras revolucionarias. Queda demostrado, pues, que si los que se oponían a la agresión estadounidense en Vietnam se hubieran dejado guiar por las “alternativas” que les ofrecía el sistema electoral, su impacto no hubiera sido tan fuerte en Vietnam, Estados Unidos y el resto del mundo.
Sabemos que en las circunstancias actuales muchos —incluso muchos que repudian la política de pobreza, castigo y patriarcado— votan en las elecciones burguesas. Es importante recalcar que lo decisivo hoy para confrontar la ofensiva reaccionaria no es si uno vota o no, sino más bien si acepta o no los límites impuestos por los partidos políticos de la clase dominante.
Es imprescindible distanciarse de la situación inmediata y las interpretaciones que nos dan de ella para preguntar: ¿cómo llegamos a tal situación, donde las opciones que nos quieren imponer son o fascistas descarados en un polo, o en el otro polo alguien que hasta un periodista de la prensa grande describe como el demócrata más conservador desde el presidente Harry Truman, cuya administración ha sido un instrumento eficaz de una ofensiva reaccionaria multifacética contra las masas básicas y sectores más amplios del pueblo? ¿Adónde vamos a parar dentro de poco y cómo será el futuro si el pueblo, sobre todo los que captan la importancia de oponerse a esta ofensiva reaccionaria, se deja convencer de que debe limitar sus objetivos y actividad políticos a la mismísima lógica y dinámica que nos han llevado a esta situación? Y, lo que es más importante, ¿cómo salimos de ella? La única solución es movilizar al pueblo, unir a muchas capas sociales y distintos sectores, para forjar nuestra resuelta resistencia al proyecto reaccionario y transformar la contienda y lucha política, es decir, todo el “terreno político”; dicha resistencia no puede basarse en las mismas estructuras, instituciones y procesos políticos a través de los cuales imponen y “legitiman” la ofensiva reaccionaria ni limitarse a ellos.
Un aspecto importante de todo eso es enfrentar, directa e intransigentemente, a los teócratas fascistas cristianos y sus aliados... y ser un poderoso polo de atracción alternativo a su programa político y a su razonamiento ideológico-religioso. Estos personajes asumen una superioridad política y moral presentándose como defensores de la moral tradicional, opuestos al relativismo moral y a la degeneración individualista. Dicen que son partidarios de una interpretación textual y absolutista de la “verdad bíblica”, de sus mandamientos y leyes. Pero la verdad es que los principios morales e ideológicos que defienden chocan incluso con lo que es aceptable en la sociedad democrático burguesa; y son completamente antagónicos a los principios de la sociedad comunista, en donde se habrán eliminado y arrancado de raíz todas las relaciones de explotación y opresión. Por eso, sus cabecillas, que son agentes políticos conscientes, no demandan que se apliquen al pie de la letra las leyes y los mandamientos bíblicos; hacerlo socavaría sus propios objetivos políticos. Así que escogen de entre esos mandamientos y leyes cuáles hacer cumplir y cuáles “ignorar”, según las circunstancias.
Citaremos uno de muchos ejemplos. En el número del 26 de agosto de 1998 del periódico USA Today, un grupo de fundamentalistas cristianos sacó un desplegado de una plana para alabar a los bautistas sureños por su posición sobre el matrimonio: “¡Bautistas sureños... tienen la razón!”. “Tienen la razón” porque dicen que las esposas “deben someterse de buena gana a la dirección de sacrificio del esposo” (¡!) y porque reconocen que “la idea de la familia fue idea de Dios y no del hombre, y que el matrimonio es un convenio de por vida entre un hombre y una mujer... ¡Sobre todo, tienen la razón porque se basan en la verdad bíblica!”. Pero la “verdad bíblica”, lo que la Biblia dice textualmente, es que muchos de los grandes patriarcas del antiguo Israel tenían más de una esposa (y que se acostaban con las esclavas de la esposa para procrear hijos, especialmente varones); que los grandes monarcas de esa nación, como David y Salomón, tenían legiones de esposas y concubinas; que la “ley mosaica” permite que el esposo tenga más de una esposa y le da el derecho a divorciarse si ya no la quiere, pero le niega a la esposa ese derecho. Así que queda claro que los fundamentalistas cristianos no han aplicado al pie de la letra lo que dice la Biblia. Han “interpretado” esas “verdades bíblicas” a su gusto para promover los lazos monógamos de la familia patriarcal que corresponden a la sociedad capitalista de hoy, y no a las relaciones sociales de los tiempos de la Biblia.
De igual manera, hoy Pat Robertson o los cabecillas de la Coalición Cristiana no proclaman (como dicta la Biblia) que hay que ejecutar a los homosexuales, adúlteros, fornicadores, hijos rebeldes, adivinos, brujas, etc., etc. No proclaman que si un hombre acusa a la esposa de no ser virgen, los padres de ella tienen que dar a los líderes del pueblo pruebas de su virginidad (o sea, la sábana manchada de sangre), ni que a falta de pruebas los hombres del pueblo tendrán que matarla a pedradas. No dicen que si un hombre viola a una mujer soltera el violador deberá pagar una multa a su padre y casarse con ella. No dicen que hay que matar a quien adora a otro dios salvo el dios de Israel (o que conspira para adorar “dioses falsos”). No declaran abiertamente que la Biblia autoriza al pueblo escogido a aniquilar pueblos enteros, violar mujeres, llevarse vírgenes como trofeos de guerra y romper el cráneo de recién nacidos (aunque tipos como Pat Robertson y Jerry Falwell siempre han apoyado los crímenes de las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus aliados). Sin embargo, todo eso es parte de la “ley y los mandamientos mosaicos”; además (como dicen Deuteronomio y otras partes del Antiguo Testamento), son leyes y mandamientos que se deben cumplir al pie de la letra, y es impermisible desviarse en lo más mínimo de ellos.
Para reiterar, los cabecillas de los fascistas cristianos no aplican esas y muchas otras leyes y mandamientos bíblicos porque, en las circunstancias actuales, no les convendría políticamente: la gran mayoría de la población, aun en la sociedad burguesa, las consideraría barbaridades y eso socavaría sus metas políticas. (Sin embargo, si llegara el momento en que les pareciera conveniente, políticamente, recomendar esas barbaridades, lo harían sin vacilación. No olvidemos que hace unos años William Bennett recomendó decapitar a los narcotraficantes)4. Lo que hacen es presentarse como autoridades, “intérpretes” y “árbitros” de la “verdad bíblica”, que pueden y deben decidir, en nombre de toda la sociedad, cuáles “leyes y mandamientos de dios” o “principios morales absolutos” se pueden y deben aplicar en un momento dado, y cuáles ignorar. Por eso es correcto y necesario caracterizarlos como teócratas: quieren imponer una forma de gobierno que obedezca a la autoridad religiosa, en concreto a la autoridad cristiana encarnada por ellos, al servicio del sistema capitalista imperialista de Estados Unidos. Uno no tiene que ser ateo, como somos los comunistas revolucionarios, para reconocer la naturaleza atroz y reaccionaria de ese programa político, y lo necesario que es atacarlo enérgicamente.
Pero la oposición a esos teócratas fascistas cristianos no puede limitarse a decir que no tienen el derecho de imponer su interpretación de la “verdad bíblica” a otros o a la sociedad. Tampoco es realista o correcto sentar como principio que uno debe conservar en privado sus creencias “particulares” o “personales” y no sacarlas en público ni mucho menos a la arena política. Inevitablemente, las ideas políticas son producto de la ideología. Lo importante con respecto a los programas, medidas y acciones políticas (así como a todas las creencias e ideologías) es su contenido, los intereses que defienden y promueven, y el efecto que tienen en la sociedad. Hay que oponerse a la cosmovisión y política de los fascistas cristianos porque defienden y refuerzan una horrorosa opresión, explotación y saqueo: de la mujer, de pueblos y naciones enteros, y de las masas trabajadoras del mundo. Y hay que oponerse de igual manera a las políticas y medidas de Clinton y otros que compiten con los fascistas cristianos por las riendas de la estructura política del imperialismo estadounidense.
Así como desenmascaramos y atacamos esa ofensiva política reaccionaria y sus razonamientos ideológicos, es necesario promover principios políticos, valores y una cultura que representen una verdadera alternativa.
Por lo que se refiere a nuestro partido, nuestra meta es transformar radicalmente la sociedad y el mundo, eliminar todas las relaciones de opresión y explotación, y abolir todas las diferencias de clase y antagonismos y barreras nacionales, para llegar a la meta final de una comunidad de seres humanos en libre asociación por todo el mundo. La moral e ideología que defendemos y que procuramos aplicar están de acuerdo con ese objetivo; son la expresión de la unidad entre la lucha del momento y la meta final. Por tanto, nuestra cosmovisión y nuestros principios, así como nuestro programa político y las medidas que tomamos, están en completa oposición a los fascistas cristianos, y a todas las formas y manifestaciones del gobierno burgués y de la ideología burguesa. Pero también reconocemos, conforme a nuestra cosmovisión y principios, que existen tanto la necesidad como las bases para construir una amplia unidad y lucha contra la política de pobreza, castigo y patriarcado y, en un sentido general, contra todas las formas de sometimiento, explotación, opresión y saqueo a las masas populares aquí y en el resto del mundo.
Pensamos que, además de construir esa unidad política por medio de la lucha, también es necesario y posible forjar una amplia unidad con diversas fuerzas en torno a valores y expresiones culturales que promueven y celebran la igualdad entre hombres y mujeres, y entre los pueblos y las naciones; que se oponen a la opresión y a la violencia con que se impone esa opresión; que se oponen al dominio imperialista de las naciones y a la agresión militar para imponerlo; que nutren relaciones humanas a partir de una apreciación de la diversidad así como de la comunidad; que nutren valores y una cultura que refuerzan la cooperación y no la competencia voraz, que dan prioridad al ser humano y no las ganancias; y que promueven los intereses mundiales de la humanidad, no los antagonismos nacionales y el dominio de las grandes potencias.
Forjar unidad en torno a esos valores y esas expresiones culturales será, al igual que la unidad política forjada en la lucha, un proceso. Forjar esa unidad es un desafío para quienes se dan cuenta del horror que representan los reaccionarios fundamentalistas y de lo que eso implica para las masas populares; para quienes no aceptan que la única “alternativa” son otros que comparten las ideas esenciales; para quienes ven que es necesario confrontar con una alternativa positiva a la política de pobreza, castigo y patriarcado y todo su razonamiento ideológico. Es un desafío que debemos arrostrar con audacia y urgencia.
1. Estos escritos sobre la moral se publicaron en el libro Predicando desde un púlpito de huesos, o necesitamos moral, pero no la moral tradicional (Nueva York: Banner Press, 1999). [regresa]
2. El Proyecto Vidas Robadas ha documentado la muerte de más de 2.000 personas a manos de la policía en los años 1990. También informa que la tasa de asesinatos policiales ha aumentado marcadamente desde el 11 de septiembre de 2001. [regresa]
3. Sobre las elecciones y su papel en la sociedad capitalista, véase Bob Avakian, Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr? (Chicago: Banner Press, 1986). [regresa]
4. Durante la ocupación de Irak, la administración Bush (que tiene como firme partidario a William Bennett) ha calificado de "bárbara" la decapitación de varios rehenes por fuerzas islámicas. [regresa]
Permalink: http://revcom.us/a/009/avakian-fascistas-destruccion-weimar-s.htm
Revolución #556 15 de agosto de 2018
18 de julio de 2018 | Originalmente publicado el 24 de julio de 2005 | Periódico Revolución | revcom.us
NOTA DE LA REDACCIÓN (18 de julio de 2018): Estamos destacando este artículo para poner en un contexto más amplio unas cuestiones que en este momento son muy agudas y cuentan con cobertura esta semana en revcom.us. Este texto es de una serie de pasajes sobre diversos temas, tomados de conversaciones y discusiones, así como de discursos formales, de Bob Avakian, de los años de la presidencia de George W. Bush, en que la amenaza del fascismo dio un salto... un salto que el régimen de Trump y Pence ahora ha llevado más lejos. En preparación para su publicación, se ha hecho revisiones y agregado unas notas.
Los reaccionarios fundamentalistas religiosos de este país, que llamamos muy correctamente fascistas cristianos, proponen que la sociedad y el gobierno implanten normas y medidas que muchos dudan que se podrían implantar en un país como este. “¡No hablan en serio!”, dicen, cuando proponen aplicar al pie de la letra normas bíblicas tales como ejecutar a los homosexuales. Pero más vale que abran los ojos porque en realidad lo que proponen los fascistas cristianos va en serio. De hecho, algunos con mucho peso y conexiones a la cúpula del poder se proponen implantar como ley la “moral bíblica” (por ejemplo, ejecutar a los homosexuales).
Igual con el matrimonio. Algunos defensores del matrimonio gay han contestado así a los que sostienen que socava el matrimonio como institución: “Si tanto les preocupa el futuro del matrimonio, ¿por qué no prohíben el divorcio?”. ¡Pues, “no le eches la sal”!, como dice el refrán. Dudo mucho que a los defensores del matrimonio gay (o a la mayoría) en realidad les parezca bien que se prohíba el divorcio. Por eso, repito, más vale que reconozcan que la situación va en serio y que fuerzas de mucho peso de plano proponen implantar tales normas y leyes. De hecho, en Luisiana y otros estados han creado otra categoría de matrimonio. Hay dos categorías de matrimonio: aparte del matrimonio “normal”, tienen un “convenant marriage” (pacto sagrado) que, como su nombre religioso indica, se basa en normas bíblicas, no permite el divorcio por acuerdo mutuo y hace mucho más difícil divorciarse. Por ahora es voluntario, y se tiene la opción del matrimonio “normal”. Pero el “covenant marriage” (opcional, ¡por ahora!) es parte de la embestida de los fascistas cristianos para abolir el divorcio, prohibirlo por completo; y en una sociedad de supremacía masculina como esta, todo mundo sabe (o debe saber) que eso implicaría obligar a millones y millones de mujeres a quedarse en matrimonios opresivos e incluso a sufrir violencia sexual y golpes.
En su libro The Nazi Conscience, Claudia Koonz explica que los nazis tenían una especie de “división de trabajo”: en algunas ocasiones Hitler manejaba un discurso más moderado y hasta conciliatorio; en cambio, sus huestes se desmandaban contra judíos, comunistas, homosexuales y otros que consideraban una abominación y una mancha sobre la sociedad alemana. Todo esto allanó el camino para las redadas, ejecuciones y, literalmente, para el genocidio que ocurrió bajo el gobierno nazi. De igual modo, el equivalente de los nazis en este nuevo siglo, los fascistas cristianos y otros de esa tendencia general, tienen sus propias huestes, gente de la ralea de David Horowitz, Rush Limbaugh y Ann Coulter, que están que rabian contra los que dificultan su proyecto. Aparte de atacar a los que se oponen cabalmente al fascismo y al sistema capitalista imperialista, para usar una analogía, atacan con saña la República de Weimar (la república de Weimar fue la república democrático-burguesa fundada al final de la I Guerra Mundial y abolida con el ascenso al poder de Hitler y los nazis en la década de 1930). Tenemos que captar el propósito de esto y lo que implica.
Atacar al equivalente de la República de Weimar (al Partido Demócrata, los “liberales”, etc., y tildarlos de traidores) es parte de la estrategia de callar y suprimir, con la fuerza del estado si es necesario, a todo grupo o sector de la sociedad, e incluso de la clase dominante, que presente un obstáculo al proyecto que los fascistas cristianos, y fuerzas de esa tendencia general, proponen implantar en Estados Unidos (y, de hecho, en el mundo entero). Por un buen tiempo (desde la época de la guerra fría hasta la época de la “guerra contra el terrorismo”), esas fuerzas han atacado sistemáticamente a liberales, a políticos liberales de la clase dominante (además de comunistas, anarquistas y otros radicales) y los han tildado de traidores.
El nuevo libro de David Horowitz, Unholy Alliance: Radical Islam and the American Left, es otra diatriba contra los “liberales” y la izquierda que sostiene que están objetivamente en el mismo bando de los fundamentalistas islámicos en la “guerra contra el terrorismo”. Debemos tomar esto muy en serio, pues Horowitz tiene conexiones con funcionarios del gobierno y politiqueros republicanos de mucho peso, inclusive con la propia Casa Blanca. En este momento Rush Limbaugh tampoco apunta principalmente contra los radicales y los comunistas, como nuestro partido; no apunta contra los izquierdistas, sino contra liberales de la clase dominante porque, repito, destruir la “República de Weimar” (atacar a las fuerzas democrático-burguesas de la clase dominante, su decadencia, debilidad e incapacidad de defender la nación, etc.) allana el camino para el triunfo del fascismo. Este fenómeno viene desenvolviéndose por un buen tiempo en este país y es muy marcado. Hace poco Ann Coulter sacó un libro con el título explícito de Treason (Traición). Ella y los demás están fomentando opinión pública de ese tipo, aun cuando en muchos casos Bush todavía maneja un discurso de “incorporar a diversos sectores” y trabajar con diversas fuerzas de la clase dominante, con ciertas condiciones. Por ejemplo, en los debates con Kerry, Bush no dijo: “Eres un traidor que merece ser ejecutado”. Pero, eso sí, muchos de sus aliados y partidarios dicen cosas por el estilo con mucha convicción todo el tiempo. ¿Por qué Bush y otros de la cúpula del poder no los repudian y cuáles son sus implicaciones?
La solución no es defender y conservar la “República de Weimar” como tal (la democracia burguesa: la “estructura democrática” de la dictadura capitalista1). Esa no es una verdadera solución ni corresponde a los intereses fundamentales de las masas y de la gran mayoría de la humanidad. Pero no por eso ignoremos lo grueso que está que los fascistas coloquen la “República de Weimar” (los liberales de la clase dominante) en el campo del enemigo y hasta los tilden de traidores. ¿Para qué están preparando el terreno y qué augura? Nuestro objetivo, repito, no es defender la República de Weimar (andar detrás del sector “liberal” de la clase dominante imperialista), sino reconocer cabalmente lo serios que son tales ataques y lo que representan, y oponernos a ellos de un modo radicalmente diferente y con fines radicalmente diferentes. En mis escritos y charlas2 he abordado este fenómeno, o sea, que se está deshilachando lo que desde hace tiempo ha sido el “centro de cohesión” de la sociedad y el dominio de la burguesía en este país, y que algunas manifestaciones de esto ya son evidentes. He recalcado que no será de ninguna manera positivo a corto plazo ni si sigue su cauce espontáneo. Además, no es nuestro papel ni nos corresponde como comunistas simplemente observar cruzados de brazos y aplaudir el deshilachamiento del actual centro de cohesión y estructura del dominio capitalista. ¡No vayamos a pensar que por ese simple hecho surgirá algo positivo que nos “va a caer como llovido del cielo”! Por lo contrario, tenemos que asumir el reto monumental de la repolarización, es decir, una repolarización en aras de la revolución.
Es preciso reemplazar la “República de Weimar”. De hecho, la república burguesa (el gobierno del capitalismo e imperialismo a través de la estructura democrático-burguesa) es un sistema opresor, que se erige sobre una gran red y proceso de explotación y opresión que impone sufrimiento incalificable e innecesario a miles de millones de personas en el mundo entero y en la propia república. Es necesario reemplazarlo, pero no con otra versión más grotesca y sanguinaria del mismo sistema, sino con una sociedad radicalmente nueva y un tipo de estado radicalmente diferente, que abra el camino que lleve por fin a la abolición de toda forma de gobierno opresor y toda relación de dominación y explotación en el mundo entero.
1. En varios escritos, como el libro Democracia, ¿Es lo mejor que podemos lograr?, y en un discurso que dio hace poco, “Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo”, Bob Avakian explica que, a pesar de la palabrería de “democracia para todos”, las sociedades como Estados Unidos son de hecho dictaduras burguesas (aun cuando no se ejerza franca represión y terror) porque la clase capitalista (la burguesía) que dirige la sociedad se basa fundamentalmente en el monopolio de la fuerza armada (particularmente, la fuerza armada “legítima”) y su “derecho” a emplearla, es decir, a emplear los tribunales y dependencias del gobierno, además de la policía y las fuerzas armadas, para aplastar con la fuerza que considere necesaria toda oposición o resistencia que le plantea un serio desafío a su dominio. [regresa]
2. Lea el artículo “La pirámide del poder y la lucha por cambiar de base el mundo” (Obrero Revolucionario #1259, 21 de noviembre de 2004). Además lea los artículos anteriores de esta serie de Bob Avakian, entre ellos, “La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual (OR #1274) y “¿Podrán conservar la cohesión?... Una pirámide o dos escaleras” (Revolución #4). Los que se puede descargar en revcom.us. [regresa]
Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Si se confirma al candidato de Trump para la posición abierta en la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, éste será el quinto voto pro-fascista en el panel de nueve miembros, lo que claramente hará que el “máximo tribunal de Estados Unidos” sea una herramienta obediente de la transformación fascista de Estados Unidos. Los partidarios de Kavanaugh lo promuevan por (e incluso sus críticos en el Partido Demócrata reconocen) su supuesto “historial respetado” legal: se graduó de la élite Universidad de Yale y la Escuela de Derecho de la misma. Después de su nombramiento, la Escuela de Derecho de Yale emitió una declaración que elogió a Kavanaugh, la que incluyó una cita de la decana Heather Gerken: “Puedo atestiguar personalmente que, además de su servicio gubernamental y judicial, el juez Kavanaugh ha sido un viejo amigo de muchos de nosotros en la comunidad de la Escuela de Derecho de Yale. Desde que me uní a la facultad, lo he admirado por servir como maestro y mentor de nuestros estudiantes y por contratar a un grupo diverso, en todos los aspectos, de abogados ayudantes judiciales durante su tiempo en la corte”.
En una respuesta acertada y muy necesaria a este elogio pusilánime a un juez fascista, docenas de estudiantes, egresados y profesores de la Escuela de Derecho de Yale emitieron una carta abierta el 10 de julio dirigida a la decana Gerken y la dirigencia de la Escuela de Derecho, sacando a la luz los antecedentes y posiciones reaccionarios de Kavanaugh sobre varias cuestiones, y condenando el respaldo de los oficiales universitarios a él.
La carta abierta dijo que el comunicado de prensa de la Escuela sobre Kavanaugh “oscurece lo que está verdaderamente en juego con su nombramiento y plantea un interrogante inquietante: ¿No hay nada más importante para la Escuela de Derecho de Yale que su proximidad al poder y el prestigio?”
La carta sigue:
El nombramiento del juez Kavanaugh presenta una emergencia — por la vida democrática, por nuestra seguridad y libertad, por el futuro de nuestro país. Su nombramiento no es un ejercicio intelectual interesante para ser debatido por compañeros de clase y académicos en seminarios. El apoyo al juez Kavanaugh no es apolítico. Es una decisión política sobre el significado de la constitución y nuestra visión de la democracia, una decisión con consecuencias reales para personas reales. Sin duda el juez Kavanaugh es una amenaza para los más vulnerables. Es una amenaza para muchos de nosotros pese al privilegio que nos confiere nuestra educación, simplemente por quienes somos.
La carta examina la peligrosa posición de Kavanaugh contra el derecho al aborto:
Desde que Trump inició su campaña, ha prometido repetidamente que nombraría jueces que revocarán la [decisión de la Corte Suprema en] Roe contra Wade. Revocar esa decisión pondría en peligro las vidas de incontables personas que necesitan o podrían necesitar un aborto, incluyendo a muchas de las que firman esta carta. El nombramiento del juez Kavanaugh por parte de Trump es una forma confiable de cumplir su juramento. Hace apenas unos meses, el juez Kavanaugh dictó un fallo para negarle a una inmigrante menor detenida su derecho constitucional al aborto. El precedente de la Corte Suprema de hace décadas deja en claro que el gobierno no puede imponer una carga excesiva al acceso de una persona embarazada al aborto. Pero el juez Kavanaugh claramente no se sentía limitado por el precedente: ¿qué podría ser un obstáculo mayor que una jaula? La menor nunca había vacilado en su decisión de buscar un aborto y había recibido el permiso judicial de un juez estatal que decidió que ella era competente para tomar la decisión. Sin embargo, Kavanaugh sostuvo, de manera condescendiente y deshonesta, que ella debía esperar semanas hasta que estuviera en una “mejor condición” para tomar una decisión sobre su propia autonomía corporal — después de que sería posible que no pudiera hacerse un aborto legal. Además, Kavanaugh argumentó que exigir a las autoridades de inmigración que dejaran de bloquear su acceso a este derecho obligaría al gobierno a estar cómplice.
La carta sigue con una denuncia de la postura reaccionaria de Kavanaugh sobre el acceso a los anticonceptivos y otros asuntos de salud y los derechos de las personas LGBTQ:
El juez empleó un razonamiento espurio similar en un argumento de disentimiento en 2015 en el que argumentó que la orden gubernamental sobre los anticonceptivos bajo la PPACA [la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, o “Obamacare” / “Obamacuidados”] violó los derechos de las organizaciones religiosas, a pesar de que a esas organizaciones se les concedió permiso para optar por no brindar cobertura anticonceptiva. Las opiniones de Kavanaugh nos preocupan profundamente de que siempre priorice las creencias de terceros sobre los derechos de los oprimidos — no solo con respecto al aborto y la anticoncepción, sino también a otras formas de atención médica (incluida la atención médica para pacientes transgénero), la privacidad familiar y la libertad sexual. Los litigantes aprovechan esta misma lógica cuando argumentan que las instituciones tienen un derecho religioso a discriminar contra las personas LGBT — una cuestión que la Corte ciertamente considerará en los próximos años.
Entonces la carta analiza las posiciones de Kavanaugh sobre una serie de otras cuestiones importantes. Los estudiantes, egresados y profesores de Yale concluyen su carta abierta con:
Ya es hora para el valor moral — que para la Escuela de Derecho de Yale tiene tan poco costo. Quizás ustedes, como institución y como individuos, se beneficiarían menos del poder ascendente del juez Kavanaugh si retiraran su apoyo. Tal vez sería menos probable que el juez Kavanaugh contratara a los estudiantes favoritos de ustedes. Pero morirá gente si se le confirma a él. Esperamos que estén de acuerdo de que el sacrificio de ustedes valdría la pena. Por favor, utilicen su autoridad y su plataforma para sacar a la luz lo que está en juego en este momento y la amenaza que representa el juez Kavanaugh.
La carta abierta en su totalidad, incluidos los signatarios, está disponible en línea en inglés aquí.
Lea también:
Permalink: http://revcom.us/a/556/a-un-ano-de-charlottesville-no-nos-encontramos-donde-deberiamos-estar-es.html
Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Coco Das | Reimpreso de Daily Kos
El mitin de terror “Unir a la Derecha” de hace un año en Charlottesville debía haber sido el final del régimen de Trump y Pence. Nazis marchando por las calles coreando “Heil Trump”, escarnio genocida, violencia salvaje por las turbas supremacistas blancas, el asesinato de Heather Heyer... seguido por Trump culpando arrogantemente a ambos lados y describiendo a los fascistas portadores de antorchas “gente muy buena”, debía haber sido suficiente para condenar esto régimen al basurero de la historia. Lo que sucedió en Charlottesville era repugnante e intolerable, y tenía todo que ver con los supremacistas blancos en la Casa Blanca. Charlottesville puso de manifiesto claramente el alineamiento y la relación en que se refuerzan mutuamente el régimen en el poder y las violentas fuerzas vigilantes callejeras, los dos defendiendo la supremacía blanca como parte de la ideología cohesionadora de este vil fascismo estadounidense.
Ya, un año después, SE ATREVEN a reunirse de nuevo, esta vez frente a la Casa Blanca después de que les negaron un permiso en Charlottesville. Imagínense la crueldad de la sensación de que tienen el derecho a exigir que regresen al lugar donde una pandilla de supremacistas blancos asesinó a una mujer y persiguieron y golpearon a un hombre negro y amenazaron y aterrorizaron a muchos más — alegando que los supremacistas blancos son las verdaderas víctimas, poniendo las cosas patas arriba de manera verdaderamente fascista. Lo llaman un mitin de derechos civiles para blancos, pero deberíamos llamarlo lo que realmente es: una audaz vuelta de la victoria y una oportunidad de honrar a su presidente que los ha respaldado y les ha entregado tanto.
El año pasado, a muchos de nosotros nos dio asco ver lo que pasó en Charlottesville y tomamos acción; marchamos, celebramos vigilias con velas, y contraprotestábamos cada vez que estos grupos convocarían otro mitin. Las personas que se opusieron a estas flagrantes manifestaciones de fuerza hicieron mucho para negar a estos supremacistas blancos la legitimidad que querían. Pero no logramos hacer lo necesario. No expulsamos al régimen que envalentonó la reafirmación del terror de la supremacía blanca. No detuvimos al régimen que está moldeando rápidamente la sociedad estadounidense para que sea segura para los fascistas y totalmente fatal para todos los que pretenden subyugar y eliminar.
¿Qué siguió a Charlottesville? Las políticas de “Tolerancia Cero” en contra de los inmigrantes que constituyen limpieza étnica. El silenciar a los jugadores de la NFL que se hincan una rodilla en señal de protesta. Casi 5000 muertes prevenibles en Puerto Rico a raíz del huracán María. Una epidemia de pedir que la policía acosar a personas negras por simplemente existir en sitios tan variados como cafeterías, calles públicas, y salas comunes de residencias universitarias. La prohibición musulmana confirmada por el Tribunal Supremo. Y más racistas crímenes de odio contra personas de color.
Un año después del horror en Charlottesville, esto NO es donde deberíamos estar. A los golpeadores fascistas no se les debe permitir volver a aparecer en multitud, en ninguna parte, y tampoco se le debe permitir que este régimen fascista —con su cruel programa de supremacía blanca cristiana masculina estadounidense— continúe funcionando. No deberían tener la libertad de crear el mundo que desean, un mundo insoportable para la mayoría de la humanidad. Tenemos que unirnos por el mundo que queremos con la misma pasión, y tenemos que ganar.
El primer aniversario de Charlottesville debía ser un día de luto, no un día de hacer todo esto otra vez. Este fin de semana en Washington, DC, tenemos que detener a estos golpeadores fascistas callejeros, y mientras lo hacemos, si realmente queremos impedir que la supremacía blanca se fortalezca, construyamos el movimiento para hacer lo que realmente se necesita hacer. Únanse al plan y estrategia de Rechazar el Fascismo / RefuseFascism.org. No dejen de inundar las calles hasta que hayamos expulsado a Trump y a todo su régimen. Vale la pena salir de los canales normales para hacer esto. Nuestra recompensa será un futuro NO gobernado por lunáticos genocidas.
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Coco Das es colaboradora de Rechazar el Fascismo, una organización que moviliza a la gente para expulsar al régimen de Trump y Pence a través de un movimiento de protesta sostenida y no violenta. Su lema es “En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar a un Estados Unidos fascista”.
Vea la película entera, en inglés, del discurso de Bob Avakian: “¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible”
Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Fuerzas en los niveles más altos del gobierno, mediante los tuits, discursos al estilo Ku Klux Klan y otras acciones de Trump, están respaldando y espoleando a viles y peligrosas turbas de linchamiento supremacistas blancas y neonazis al mismo tiempo que intensifica sus esfuerzos para hacer uso de leyes en contra de manifestantes anti-fascistas. En junio, los republicanos introdujeron un proyecto de ley en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes llamado el “Unmasking Antifa Act of 2018” / Proyecto de Ley de 2018 para Desenmascarar a los Antifa (antifascistas). Esta ley castigaría a cualquier persona que “hiera, oprima, amenace o intimide a cualquier persona” mientras esté “disfrazado, lo que incluye tener puesta una máscara” con multas y una pena de prisión de hasta 15 años.
“Antifa” se refiere a varios grupos antifascistas y antirracistas con diferentes puntos de vista, que actúan en diferentes formas para defenderse y enfrentarse a golpeadores fascistas y supremacistas blancos, en las calles y en las redes sociales. Muchos Antifas se identifican de alguna manera como anarquistas. En un artículo en el sitio web The Intercept, la escritora Natasha Lennard escribió que “los manifestantes antifascistas frecuentemente usan máscaras por temor al hostigamiento y represalias de parte de los supremacistas blancos” y que “si bien las leyes de desenmascaramiento no son nada rara y se han utilizado con frecuencia en el pasado para arrestar a manifestantes izquierdistas y anarquistas, el peso de la sentencia propuesta en el nuevo proyecto de ley aumenta considerablemente las consecuencias...”.
Como deja en claro el nombre “Proyecto de Ley para Desenmascarar a los Antifa”, este proyecto de ley ni siquiera finge ser “imparcial” cuando se trata, por un lado, de los racistas golpeadores nazis como los que se desbocaron en Charlottesville el año pasado y, por el otro, de las personas que salgan a las calles en protesta indignada por esos cabrones fascistas. Y si este proyecto de ley fascista se convirtiera en la ley, sin duda se usaría de manera más amplia contra las personas que protesten en contra del régimen fascista y las diversas injusticias y crímenes de este sistema, y se usaría más allá de los que consideran Antifa.
Poco después de la presentación de este proyecto de ley, la fiscalía federal retiró los cargos contra el último de los acusados “J20” [apodo derivado de January 20, o 20 de enero], unos 200 manifestantes que enfrentaron largas condenas de prisión tras los arrestos en masa del Día de Inauguración (el 20 de enero) de Trump en Washington, D.C. simplemente por ser parte de una manifestación durante la cual supuestamente algunas participantes destruyeron propiedad. El fabricado proceso judicial político contra los J20 no fue solo un acto despiadado de venganza contra las justas protestas del primer día del régimen de Trump y Pence, sino que representó una gran escalada de la represión fascista, con implicaciones de mal agüero. Como parte del caso, el gobierno exigió información detallada sobre los visitantes a un sitio web que se utilizó para organizar las protestas, y el proveedor del sitio web dijo que acatar la orden habría significado entregar información sobre aproximadamente 1,3 millones de visitantes.
La mayoría de los acusados J20 trabajaron juntos para defenderse de los ataques escandalosos del gobierno, y obtuvieron un amplio apoyo. La derrota de este fabricado proceso judicial político fue una victoria. Pero el gobierno de ninguna manera ha renunciado sus planes para perseguir a los manifestantes a través de las leyes y los tribunales. Además del proyecto de ley federal “Desenmascarar a los Antifa”, se ha visto un gran aumento en las leyes anti-protesta en los varios estados, dirigidas a cosas como manifestarse en grupos grandes, usar máscaras, y obstaculizar oleoductos y otra infraestructura, y leyes para proteger de responsabilidad a conductores que golpeen a una manifestante durante una protesta. Este año, el Gremio Nacional de Abogados (National Lawyers Guild) informó que se habían propuesto 58 de estos proyectos de ley en 31 estados.
No todos estos proyectos de ley se han adoptado como la ley, pero muchos sí. Por ejemplo, el gobernador de Oklahoma firmó una ley en mayo que aumentó drásticamente las multas y penas de cárcel para los manifestantes que “invadan” propiedades que contienen “instalaciones de infraestructura crítica”, incluidas las instalaciones de combustible fósil. La nueva ley está claramente dirigida a los manifestantes ambientalistas en este estado que es un centro de la industria de petróleo y gas. Los manifestantes individuales condenados bajo esta la ley podrían recibir una multa de hasta $ 100.000 y una condena de hasta 10 años de prisión, y las organizaciones que se encuentren culpables de “conspiración” podrían recibir una multa de hasta $ 1 millón.
Estas leyes draconianas tienen como objetivo aumentar enormemente el castigo potencial contra aquellos que salgan a protestar, y amenazan e intimidan a los que consideren protestar. Son parte de la intensificación de los pasos en Estados Unidos hacia la supresión y criminalización fascista de todo disentimiento y protesta serios. Por este camino avanzan rápidamente las cosas, lo que subraya la necesidad y la urgencia de que decenas de miles, y luego millones, de personas salgan para desafiar esta embestida fascista como parte de un movimiento político masivo para expulsar al régimen de Trump y Pence.
Lea más sobre las imputaciones de Rechazar el Fascismo, en inglés, aquí
CONSTITUCIÓN Para La Nueva República Socialista En América Del Norte
(Proyecto De Texto)
De la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del PCR
Permalink: http://revcom.us/a/556/snumqg-protestas-de-masas-repudian-la-visita-de-trump-al-reino-unido-es.html
Revolución #556 15 de agosto de 2018
Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
| Periódico Revolución | revcom.us
La manifestación contra la visita de Trump al Reino Unido, Trafalgar Square, 13 de julio. Foto: Sipa USA vía AP
17 de julio de 2018. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 12 de julio mientras Trump aterrizaba en Reino Unido, tras la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la que sacudió el consenso imperialista liberal-democrático de la pos Segunda Guerra Mundial haciendo valer agresivamente su programa de Estados Unidos Ante Todo, todas las fuerzas políticas en el Reino Unido tomaban una posición.
La posibilidad de una visita del fascista en jefe estadounidense había suscitado una feroz lucha interna en la clase dominante británica y el asco de millones cuando se anunció por primera vez, poco después de que Trump asumiera su cargo en 2017. Desde entonces, ante las anunciadas manifestaciones de masas, Trump pospuso tres veces las visitas planeadas a Reino Unido. Llegó a decir que no iría hasta que se “sintiera bienvenido”. Pero, ese día nunca llegó, y de todos modos terminó en Reino Unido.
La primera ministra británica Theresa May inicialmente había invitado a Trump a una visita de Estado, es decir una reunión con la Reina en el Palacio de Buckingham y un paseo en carruaje real por el centro de Londres. Eso se canceló ante la certeza de enormes manifestaciones, y la visita se redujo a una “visita oficial”. Pero inclusive eso tuvo que restringirse seriamente, y al final Trump evitó casi totalmente el centro de Londres, limitándose a volar en helicóptero hacia la fuertemente blindada residencia del embajador de Estados Unidos en medio de uno de los parques reales de Londres, el Regent’s Park, para pasar una sola noche. Inclusive allí unos mil manifestantes pasaron la noche frente a la entrada — había una generalizada determinación a que Trump no debía ir a ninguna parte sin enfrentar una oposición visible y ruidosa.
Al día siguiente, entre 150 mil y 200 mil manifestantes se tomaron las calles de Londres mientras Trump volaba desde la residencia campestre de la primera ministra hasta el Castillo de Windsor, hogar de la Reina muy fuera de Londres, donde también encontró miles de manifestantes. Otras muchas decenas de miles marcharon en Manchester, Edimburgo, y otras ciudades de Reino Unido.
Trump llegó en medio del gran tumulto político en la clase dominante británica tras el referendo de junio de 2017 que aprobó la salida del país de la Unión Europea (el “Brexit”). En la antesala del referendo, la posición nacionalista y antiinmigrante en el centro del Brexit había ganado importarte respaldo de los de arriba, en particular de reaccionarios que confiaban en la “relación especial” con Estados Unidos y tenían pocas ganas de quedarse en la Unión Europea dirigida por Alemania. Pero al choque del Brexit le siguió el choque del triunfo de Trump, y muchos partidarios tibios del “Brexit” se echaron para atrás ante la perspectiva de apoyarse mucho más fuertemente en un régimen estadounidense dirigido por un indiscutido fascista que implementa agresivamente el programa “Estados Unidos ante todo”. ¿¡Cómo cuadraría eso con su propio programa reaccionario de “Volver a poner el ‘Gran’ de Gran Bretaña”!?
La resultante lucha interna sobre cómo lidiar con el Brexit ha venido desgarrando a los dos principales partidos de Reino Unido, el Laborista y el gobernante Tory. Unos días antes de la llegada de Trump, dos importantes partidarios del Brexit, entre ellos el ministro de Relaciones Exteriores Boris Johnson, renunciaron al Gabinete, amenazando con hacer caer el gobierno por intentar amarrar un acuerdo con la Unión Europea. En un rompimiento sin precedentes de las reglas de la diplomacia, Trump, que tachó a la UE de “enemiga”, dio una entrevista al periódico Sun (vinculado a Fox News en Estados Unidos) en la que dijo que Reino Unido tendría que darle la espalda completamente a la UE si quisiera “un trato” con Estados Unidos. Luego dijo que le había asesorado a May sobre cómo hacer el Brexit, y agregó, con aire condescendiente, “ella no me escuchó”. Después, apenas horas antes de reunirse con May, declaró su respaldo a su “amigo” Johnson, el archienemigo de May, para reemplazarla como primer ministro. Exultante, la poderosa prensa tabloide ultraderechista proclamó que “¡Trump tiene razón!”, impulsando las ya poderosas olas nacionalistas y xenófobas que surgen por todo Reino Unido, pero también despertando una furiosa reacción de otros sectores.
Hubo también otra fuerza activa: los cientos de miles que repudiaron el mensaje de Trump y se opusieron a su visita, a lo largo y ancho del país, y que odian las venías del gobierno británico hacia Trump y su programa. Encarado en una conferencia de prensa sobre la gran magnitud de la manifestación, Trump declaró que gran parte de la gente en Reino Unido lo quería, y en particular que “Creo que están de acuerdo conmigo sobre la inmigración”. Dicho luego de las imágenes de niñitos arrancados de los brazos de sus padres migrantes y encogiéndose de miedo ante los guardias fronterizos de Estados Unidos, esto fue un cruel y frío llamamiento a que la gente expresara sus peores sentimientos. En fiero rechazo a esto, un coro popular en las manifestaciones de masas era: “¡Ey, Trump!, aquí estoy: ¿cuántos niños enjauló hoy?”.
Una amplia gama de fuerzas unió esfuerzos para protestar contra Trump: una distintiva Marcha de las Mujeres llevó a muchos miles a las calles. Un contingente LGBTQ se reunió junto con Transgéneros contra Trump, Trompetistas contra Trump y muchos otros. Mucha gente de Estados Unidos participó: algunos llevaban carteles que proclamaban su furia contra la ridícula advertencia de la embajada yanqui a los estadounidenses en Londres, de “tener precaución” durante la visita de Trump para evitar que los británicos les agredieran; contrario a eso fueron afectuosamente bienvenidos.
En las protestas hubo un ambiente de celebración de la diversidad, que muchos concebían como un claro rechazo a la política de Trump de división, supremacía blanca, misoginia y nacionalismo pro estadounidense. Pero fue también notoria la creciente conciencia en la gente del peligro muy real que representan Trump, y también las fuerzas fascistas de ideas afines en Reino Unido y toda Europa. Un reconocimiento del carácter fascista de Trump, y como decía un cartel, del “peligro claro e inminente” que representa para la existencia misma de la humanidad, que si bien muchos de la izquierda parlamentaria se le oponen, cuenta con un apoyo mucho más amplio que en anteriores protestas.
La realidad de este peligro fascista se manifestó de forma viva el sábado 14 de julio: grupos de empedernidos fascistas, organizados en la Liga de Defensa Inglesa, cuyos partidarios irrumpieron en mezquitas y corearon “musulmanes, largo de aquí, Inglaterra para los ingleses”, organizaron una marcha en respaldo a Trump y defendieron a uno de sus líderes encarcelados. Aunque antes de la elección de Trump era extraño ver más de 50 ó 100 fascistas en tales concentraciones, esta vez, aprovechando el mensaje de Trump, se presentaron unos 2.000 en el centro de Londres. Los recibió un número similar de manifestantes antifascistas.
Durante los tres días de manifestaciones, un equipo multinacional de partidarios del Nuevo Comunismo de Bob Avakian llevó carteles y pancartas con consignas tales como “En nombre de la humanidad, expulsar al régimen fascista de Trump y Pence” y “Derrocar, mediante la revolución, al sistema capitalista imperialista que engendra tales monstruos”. Se distribuyeron unas 3.500 copias de un volante que concluía con un llamado a conocer el análisis de Bob Avakian sobre el régimen de Trump y a entrarle al Nuevo Comunismo. Junto a ellos los partidarios del Partido Comunista de Irán (mlm) también portaban una pancarta de tres metros de largo que proclamaba “¡Abajo el imperialismo! ¡Abajo la República Islámica de Irán! ¡Viva la República Socialista de Irán!” Fue un importante recordatorio de la creciente amenaza del régimen de Trump de Pence de atacar a Irán. Se dieron escenas similares en una marcha previa de varios miles de personas contra la cumbre de la OTAN en Bruselas, la primera escala de Trump en Europa.
Arriba de la marcha y de otras protestas en Londres flotó una enorme figura inflable de Trump como bebé en pañales. Mientras muchos consideraban que esta figura podía minimizar el peligro muy real que representa el régimen de Trump, el alcalde de Londres Sadiq Khan, una importante figura del Partido Laborista y uno de los críticos más francos contra Trump, fue criticado por políticos y comentaristas por permitir este “insulto” contra un dignatario de visita —muchos de esos críticos no dijeron ni mu en condena a la actuación de Trump: su prohibición a los musulmanes, su política de separación de niños o el resto de su programa fascista.
Si bien mucha gente veía bien el mensaje del volante de que los “canales normales” de la democracia parlamentaria no iban a parar a Trump, de que lo que se necesitaba urgentemente eran protestas sostenidas de masas desde abajo, cuando el líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn subió a la tarima para dirigirse a la concentración de más de 100.000 manifestantes, recibió una ovación casi general. Esta es una aleccionadora señal de las poderosas tendencias, inclusive entre las mejores fuerzas que se oponen a Trump y lo que él representa, de buscar cobijarse de la creciente tormenta fascista bajo las alas protectoras de poderosas fuerzas dentro del actual sistema. Demostró una vez más la necesidad urgente de unir a los que tienen una comprensión más clara de cómo funciona el sistema capitalista, de que no se trata de luchar contra los fascistas desde la perspectiva de volver a la “República de Weimar” —el sistema de gobierno liberal-democrático “normal” del sistema capitalista imperialista— sino desde la perspectiva de crear una alternativa revolucionaria. (Véase Bob Avakian, “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”).
El 17 de marzo de 2017, el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar (SNUMQG) anunció su transformación en una herramienta más completa para la revolución basada en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian. Lea el editorial del SNUMQG aquí: “Editorial: Introducción a un SNUMQG transformado”.
Londres, 13 de julio. Foto: Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
La manifestación contra la visita de Trump al Reino Unido, Trafalgar Square, 13 de julio. Foto: Sipa USA vía AP
Londres, 13 de julio. Foto: Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
Londres, 13 de julio. Foto: Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
Nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
Un discurso de Bob Avakian
Otro artículo del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
“¡No necesitamos reformas,
sino la revolución!
Llega Trump —
¡Que no sigamos como si no pasara nada!”
Lea más
Londres, 13 de julio. Foto: Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
| Periódico Revolución | revcom.us
17 de julio de 2018. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. A continuación, un volante del Grupo Manifiesto Comunista Revolucionario que se repartió durante la visita de Trump al Reino Unido.
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Trump llega a reivindicar su programa “Estados Unidos ante todo”, a normalizar su posición como fascista en jefe del imperialismo estadounidense y a fortalecer a las fuerzas fascistas en Reino Unido y en toda Europa. La Corte Suprema más reaccionaria de la historia de Estados Unidos no va a detenerlo, ni tampoco lo hará el Congreso estadounidense. La oportunidad real la tiene nada menos que una sostenida resistencia de masas sin precedentes. El régimen de Trump y Pence no es solo un “problema estadounidense”: Trump es un Hitler estadounidense con armas nucleares, pues ¡piense en lo que eso significa para el mundo! Este régimen está promoviendo enérgicamente a fuerzas fascistas de Italia a Polonia, Hungría y más allá.
¿Cómo llegó la humanidad a este extremo? Hay un sistema que engendra estos monstruos: un sistema capitalista-imperialista cuyo funcionamiento ha llevado al desenmarañamiento de la gobernanza democrática liberal de la pos Segunda Guerra Mundial, y ahora al auge de los fascistas que luchan por tomar su lugar. Es un sistema al que se puede poner fin únicamente por medio de una revolución que derroque al capitalismo y lleve a la humanidad a un mundo libre de todas las divisiones sociales en el que los seres humanos cooperen y se organicen de manera sustentable con el resto de la naturaleza, es decir, el comunismo. ¿Suena no realista? Lo que no es realista es pensar que es posible reformar a este sistema para convertirlo que algo que se aproxime a servir a los intereses de la gran mayoría de la humanidad oprimida.
El régimen de Trump y Pence está transformando rápidamente a Estados Unidos hacia el fascismo. En nombre de “Estados Unidos ante todo”, guardias fronterizos armados les arrancan los hijos a los brazos de los inmigrantes; tratan a las mujeres cada vez más como a las incubadoras de El cuento de la criada; amenazan a los derechos de la población LGBTQ; Trump elogia a los golpeadores del Klu Klux Klan como “gente decente” y les da a los policías luz verde para sembrar el terror racista en los ghettos; amenaza con su terror nuclear para intimidar a los rivales de Estados Unidos y con apalear naciones hasta la sumisión; destrozan la muy inadecuada protección ambiental actual pese a que la Tierra avanza cada vez más rápidamente hacia un colapso planetario… Todo lo que es reaccionario y aborrecedor relacionado con lo que el capitalismo-imperialista estadounidense ha hecho durante generaciones se está redoblando, incluso poniendo en peligro el futuro de la propia humanidad.
La primera ministra Theresa May y los Tories respaldan a Estados Unidos en casi toda cuestión importante a nivel internacional. ¡Ya basta! Muchos esperan que el Partido Laborista le “haga frente” a Trump, pero hay que analizar esto más de cerca. Los laboristas se oponen a la “visita de Estado”, con el paseo del carruaje real por la alameda The Mall, ¡pero sostienen que dada la “relación especial”, tarde o temprano debe haber una “visita oficial”! ¿¡Pero qué es esta “relación especial” si no una relación en la que Reino Unido hace equipo con el imperialismo estadounidense en el saqueo a los oprimidos del planeta!? Los laboristas critican que Trump se opone a los valores británicos. ¿¡Pero cuáles son esos valores!? ¿Valores que han avalado las dos décadas de guerra imperialista que han arruinado al Medio Oriente? O los bombardeos del Reino Unido en Siria, contribuyendo a la devastación que ha expulsado al exilio a millones de sirios, ¡refugiados a los que luego les dan la espalda brutalmente la Fortaleza Reino Unido y Europa! Luchar contra Trump y su sangriento programa “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco”, xenofobia y misoginia por los canales normales bajo la bandera británica únicamente llevará a discutir sobre lo que es mejor para “nuestra” nación, “nuestro” imperialismo y en últimas para acomodarse y conciliar con el fascismo.
¡No! Aprendamos de la posición tomada por Rechazar el Fascismo en Estados Unidos: En nombre de la humanidad, expulsar a este régimen fascista. Entren a la página web refusefascism.org y únanse a un brote de resistencia este viernes 13 de julio lo que le dará ánimo a los que resisten en Estados Unidos y en el mundo.
Los comunistas revolucionarios reconocemos la enorme amenaza que representa el régimen de Trump y Pence y el daño incalculable que puede hacerle al planeta y sus habitantes, y apoyamos todo esfuerzo para expulsarlo lo antes posible, antes de que sea tarde. Pero, nos negamos a volver a un capitalismo “normal” democrático liberal, un horror para la mayoría de la gente del mundo. Nos hace falta una alternativa revolucionaria a un mundo divido en clases sociales, con la riqueza y el poder en un extremo y la mano de obra explotada y la pobreza en el otro, donde unas cuantas naciones viven a expensas de las otras, donde las mujeres están subordinadas a los hombres, y las demás divisiones y desigualdades sociales y raciales. Existe el análisis de cómo superar todo esto mediante una revolución real: el derrocamiento de los capitalistas y el Estado existente y su reemplazo por un poder revolucionario basado en una clase de proletarios con nada que perder más que sus cadenas. Un poder que actúe como base de apoyo para liberar al mundo de todas esas divisiones y capacite a la humanidad para forjar relaciones basadas en la cooperación consciente. El nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian es producto de su síntesis de la experiencia de la primera ola de revoluciones socialistas del siglo 20. Visite revcom.us y vea el análisis que hace Avakian acerca del régimen de Trump y cómo luchar en su contra en revcom.us. Compartan esto con todos los que conozca. Y comuníquese con la revolución en: rcmanifestogroup@gmail.com.
Otro artículo del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
Londres, 13 de julio. Foto: Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
Nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
Un discurso de Bob Avakian
RECHAZAR EL FASCISMO
¡Esta pesadilla tiene que terminar
Trump y Pence deben marcharse ya!
¡Participe en el movimiento para expulsar al régimen de Trump y Pence! ➧
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
| Periódico Revolución | revcom.us
Sin la esclavitud, Estados Unidos no existiría tal como lo conocemos hoy. Eso es una verdad simple y básica. — Bob Avakian, Lo BAsico 1:1
Esta verdad simple y básica se ha hecho sentir con una intensidad extrema este verano. Andan sueltos los aspirantes a puerco policía de corral, de tez blanca y cerebro minúsculo, los que se deleitan en llamar a los puercos de uniforme y placa contra los negros que simplemente andan haciendo lo suyo —siendo posible que termine cualquier encuentro sencillo entre un policía y una persona negra en el asesinato del afroamericano y la exoneración del puerco— o que incluso “hacen justicia” por su propia cuenta, como el blanco racista que mató a Markeis McGlockton por haberlo empujado, cuando Markeis ya se alejaba 1.
Mientras, al cierre de esta edición, los supremacistas blancos abiertos hicieron un mitin in Portland, Oregón, el sábado 4 de agosto, protegidos por los cerdos, y el domingo 5 se tomaron las calles de Berkeley (!), California. La semana que viene, estos klanistas nazis tienen planes de reunirse en el Distrito de Columbia (la capital de Estados Unidos) para un mitin en celebración de sus viles manifestaciones armadas en Charlottesville, Virginia, en el agosto del año pasado, donde atacaron a decenas de personas y mataron a Heather Heyer. (Lea “ALERTA: Los fascistas amenazan abiertamente con desmandarse en Washington, D.C. — ¡Esto no se debe permitir!”) Y para colmo, las separaciones forzadas totalmente racistas de hijos mexicanos y centroamericanos a sus padres en la frontera — algo que hace recordar tan claramente los días de la esclavitud, cuando los “fundadores” de este país y la gente de su calaña vendían los niños separándolos de sus padres para siempre. (Vea “El terror de las deportaciones — Millones de familias desgarradas”, del video en inglés de la película Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!
A esta mierda ¡hay que PONERLE ALTO! ¡¡¡ALTO!!! Esto significa oponerles resistencia a estos nazis asquerosos el fin de semana que viene. Hay mucho en juego para que las personas hagan presencia a oponérseles a estos babosos racistas, aquí mismo y ahora mismo, y que les niegue un triunfo político. Y esto significa durante estos próximos meses montar un movimiento para sacar políticamente a Trump y Pence, los meros cabecillas fascistas de esta campana apestosa, y todos los y las secuaces de su régimen de mierda, por medio de masivas protestas no violentas que inunden las calles con miles y después millones de personas. (Vea el llamamiento de Rechazar el Fascismo: “In the Name of Humanity, Come to DC to Say NO to White Supremacy and a Fascist America!” [¡En nombre de la humanidad, acudan a Washington, D.C. para decirle NO a la supremacía blanca y a un Estados Unidos fascista!])
Pero más allá de eso, y como algo central a todo eso, este SISTEMA que creció por medio de 246 años (¡246!) de esclavitud y después, con otro siglo del trabajo sobreexplotado del pueblo negro en los campos y luego en las fábricas, un sistema que se apoderó de las tierras de México para la esclavitud y después oprimió y explotó a los mexicanos y los chicanos, un sistema que en primer lugar les arrebató el territorio de Estados Unidos a sus habitantes indígenas, diezmando a un 90 por ciento de ellos en guerras y epidemias — ¡HAY QUE DERROCAR este sistema! Hoy día este sistema no siempre tiene manera de explotar lucrativamente a millones de negros — por lo tanto, los encarcela y los mata, y los mete en situaciones en las que se enfrentan entre sí. ¡HAY QUE DERROCAR este sistema! Este sistema implacablemente explota y oprime a los latinos y encierra a los indígenas en campos de concentración al aire libre que llaman reservas. ¡HAY QUE DERROCAR este sistema!
Ellos no tienen ninguna respuesta a esto. Obama no fue ninguna respuesta —simplemente le decía a la gente: “ustedes pueden superarse si hacen el esfuerzo, mírenme a mí” — y ¡ahora Trump anda emperrado en llevar esto al genocidio! ¡HAY… QUE… DERROCAR este sistema!
Ya no es necesario vivir bajo este sistema — la fecha de caducidad para esta inmundicia ya se venció desde hace mucho. El HECHO científico es que sí podemos PONER FIN a esta opresión salvaje, además de la opresión y la degradación de las mujeres y de la gente LGBTQ; sí podemos PONER FIN a la satanización y persecución despiadada de los inmigrantes; sí podemos PONER FIN a las guerras y ocupaciones que aquellos constantemente cometen, apoyan y planean; y sí podemos PONER FIN al saqueo suicida del medio ambiente por estos capitalistas. No podemos hacerlo por medio de reformas —eso es una ilusión sin esperanza— pero sí podemos hacerlo por medio de la REVOLUCIÓN. Así que no podemos reformar esto… pero SÍ PODEMOS derrocarlo. SÍ PODEMOS hacer una revolución real, lo que no significa unos cambios menores dentro de este sistema sino el verdadero derrocamiento —sí, el derrocamiento— de este sistema, derrotando realmente a sus fuerzas armadas de opresión y represión, cuando se hayan creado las condiciones necesarias (una situación revolucionaria y un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas) (como lo plantea CÓMO PODEMOS GANAR – Cómo en concreto podemos hacer una revolución). SÍ PODEMOS desmantelar las instituciones de este sistema y construir una sociedad completamente nueva con una base económica y política radicalmente diferente, como se encarna en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian (BA). Existe la base, en el nuevo comunismo y en la dirección de BA, para hacer todo eso realidad. Y estamos trabajando para esto, como el movimiento de masas para una revolución real, y además organizándonos en él, conectándonos con amplios sectores de la gente y creciendo mientras lo hacemos.
Ya se hace tarde. No se queden al margen. Acompáñennos para hacer frente a estos nazis y klanistas el fin de semana que viene, uniéndonos ampliamente con las personas de muchos diferentes puntos de vista que están asumiendo esta lucha. Luego, conéctense con la revolución, y conjuntemos cabezas para difundir esto en todas partes — y organicémonos para una revolución real.
1. Enlaces en inglés: “#BrooklynBecky: Llama a policía porque ve sospechosa a ‘mujer negra’ que espera un Uber bajo la lluvia ”;
“Madre dice que médicos se negaron a llevar a su hija en ambulancia porque supusieron que no lo podía pagar; hija muere días después” [regresa]
Permalink: http://revcom.us/a/555/comunismo-revolucionario-contra-el-socialismo-democratico-es.html
Revolución #556 15 de agosto de 2018
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Los socialistas democráticos —en su forma “más radical”— quieren “redistribuir la riqueza” dentro de Estados Unidos. Pero pónganse a pensar un minuto: ¿de dónde proviene esta gran riqueza? Todas las riquezas y los recursos que el Estados Unidos capitalista-imperialista ha acumulado provinieron y siguen proviniendo, en gran parte, de la esclavitud y el robo de tierras en su propio territorio, y de su dominación económica, política y militar implacable sobre las masas de la gente por todo el mundo. Las decenas de millones de hombres, mujeres y niños en el tercer mundo que se rompen el lomo en las maquiladoras y en los campos; la matanza que las fuerzas sauditas cometen en este momento en Yemen con apoyo estadounidense en nuestro nombre; las guerras en una docena de otros lugares; la cruel opresión agobiante a manos de títeres y lacayos de Estados Unidos la que impulsa a los inmigrantes a arriesgarse la vida cruzando el río Bravo (o el mar Mediterráneo) — todo esto, tanto histórica como actualmente, de maneras multifacéticas, alimenta el nivel de vida en Estados Unidos y también en otros países imperialistas (inclusive los países supuestamente “socialistas” de Escandinavia) que se sientan en la cima de la cadena alimenticia imperialista. Sin una revolución que derroque todo el sistema del capitalismo-imperialismo, lo único que se hará es redistribuir el botín y el saqueo en la cima de esta cadena alimenticia y dejar intactas las inmensas relaciones económicas y sociales de explotación y opresión que subyacen a esto, aplastando vidas y destruyendo espíritus. Al carajo con eso. Lo único que valdría la pena hacer es una revolución internacionalista, una que inmediatamente ponga fin a las relaciones económicas explotadoras y a la dominación militar estadounidense por todo el mundo, y considere el territorio nuevamente liberado como base de apoyo para la revolución mundial. Y únicamente una sociedad comprometida con ese principio y con ese punto de vista podría mantenerse en el camino hacia un mundo emancipado.
Los socialistas democráticos —cabe repetir, en su forma “más radical”— tienen la “visión” de tomarse la maquinaria del gobierno y “hacer que sirva” al pueblo. Pero, por callado que se mantenga, esto es una dictadura — una vez más, póngase a pensar un momento: ¿quién da las órdenes a la policía y a las fuerzas armadas? La clase en el poder (los capitalistas-imperialistas) tiene un monopolio sobre la maquinaria de opresión y el uso legítimo de la fuerza, y ha creado fuerzas armadas masivas que reflejan los valores y las relaciones reaccionarios pútridos de este sistema. Aunque de alguna manera fueran elegidos los socialistas democráticos, la clase capitalista hará uso de esa maquinaria obediente, sus fuerzas armadas, para matar a los que inclusive traten de reformar este sistema en serio, tal como lo hicieron al masacrar a un sinnúmero de personas en Chile que apoyaban a Allende en 1973, Sukarno en Indonesia en 1965 o Mossadegh en Irán en 1953, y la historia está repleta de semejantes ejemplos; o hará una burla del sacrificio de las masas absorbiendo a ustedes y su supuesta “revolución” en su sistema basado en la explotación, tal como lo han hecho en Sudáfrica.
Solamente una revolución real —en la que se rompa el control de la dictadura de los capitalistas-imperialistas y se derrote y desmantele su maquinaria de opresión— puede hacer nacer un sistema económico y político completamente nuevo y un nuevo conjunto de valores y formas de relacionarse los unos con los otros, y ponernos en el camino a la emancipación humana. Hay que arrebatarle a la clase capitalista los grandes medios de producción para establecer una economía diferente que satisfaga las necesidades de la gente, la que no se base en la explotación y no se rija por la acumulación de ganancias, y las fuerzas revolucionarias tienen que tomar el poder estatal para hacer posible esto. Únicamente ESTO —una revolución real— podría empezar a lidiar con la explotación salvaje, las enormes desigualdades y las formas arraigadas de opresión que están incrustadas en este sistema. Estos llamados socialistas democráticos no tienen ninguna estrategia para ganar a millones de personas a una revolución real, ni tampoco tienen una manera para dirigirlas cuando llegue la hora de enfrentar y realmente derrotar esa maquinaria de opresión y represión. Los comunistas revolucionarios sí tienen semejante estrategia, y se puede encontrar aquí. Estos llamados socialistas democráticos no tienen ninguna visión ni plano para un sistema económico y político radicalmente diferente —el socialismo auténtico— que esté en el camino hacia la emancipación de TODA la humanidad. Los comunistas revolucionarios sí la tienen, y se puede encontrar aquí.
La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es la democracia, sino el capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.
Bob Avakian, Lo BAsico 1:3
En primer lugar, es importante aclarar lo que, en términos básicos, queremos decir cuando decimos que la meta es la revolución, y en particular la revolución comunista. La revolución no es una especie de cambio de estilo, o un cambio de actitud, ni es meramente un cambio de ciertas relaciones en una sociedad que sigue igual en lo fundamental. La revolución significa nada menos que derrotar y desmantelar el estado opresor existente, el que le sirve al sistema capitalista imperialista —y en particular los organismos de represión y violencia organizada, incluyendo las fuerzas armadas, la policía, las cortes, las prisiones, las burocracias y el poder administrativo— y el reemplazo de dichos organismos reaccionarios, esas concentraciones de coacción y violencia reaccionaria, por organismos revolucionarios de poder político y otras instituciones y estructuras de gobierno revolucionarias cuya base se ha forjado por medio del proceso de construir el movimiento para la revolución y luego la toma del poder, cuando las condiciones para eso hayan surgido — lo que en un país como Estados Unidos requeriría un cambio cualitativo de la situación objetiva que desembocaría en una profunda crisis en la sociedad y el surgimiento de un pueblo revolucionario de millones y millones de personas, que cuente con la dirección de una vanguardia comunista revolucionaria y esté consciente de la necesidad del cambio revolucionario y esté resuelto a luchar por el mismo.
Como recalqué anteriormente en este discurso, la toma del poder y el cambio radical en las instituciones dominantes de la sociedad, cuando las condiciones para eso hayan surgido, hacen que sea posible un cambio más radical en toda la sociedad — en la economía y en las relaciones económicas, en las relaciones sociales y en la política, la ideología y la cultura imperantes en la sociedad. El objetivo final de esta revolución es el comunismo, lo que significa y requiere la abolición de todas las relaciones de explotación y opresión y de todos los conflictos antagónicos destructivos entre los seres humanos, en todo el mundo. A la luz de este análisis, la toma del poder, en un país específico, es crucial y decisiva y abre paso a más cambios radicales y a fortalecer y a avanzar más la lucha revolucionaria a través del mundo; pero al mismo tiempo, por crucial y decisiva que sea eso, es solamente el primer paso —o el primer gran salto— en una lucha general que tiene que continuar hacia el objetivo final de esta revolución: un mundo comunista radicalmente nuevo.
Bob Avakian, Lo BAsico 3:3
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Revolución #556 15 de agosto de 2018
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¿Lo pueden creer? ¡¡Ahora este jodido sistema dispara a niñas de 11 años con pistolas Taser!!
La noche del lunes 6 de agosto, un policía fuera de servicio que estaba trabajando como guardia de seguridad en un supermercado Kroger en Cincinnati, Ohio se acercó a una niña que él pensó que estaba robando. Tiene 11 años, está en el quinto grado, altura menos de 1.5 metro, peso 40 kilos, portando una mochila. Y sí, es negra.
Cuando el puerco se le acercó, ella no le hizo caso y se alejó. Por eso él la disparó con una pistola Taser — ¡por la espalda! ¡¡50.000 malditos voltajes contra una niña de 11 años!! Luego la policía acusó a ella de “robo” y de “obstrucción de justicia”.
Donesha Gowdy todavía tiene las marcas del Taser en la espalda. El 8 de agosto, en una conferencia de prensa, describió cómo cayó cuando le disparó el Taser. “Estaba estremecida”, dijo. Su mamá, Donna Gowdy, cree que es posible que el policía le disparara mientras ella estaba tirada en el suelo. Donesha todavía tiene dolor y no duerme bien. ¿Por qué se alejó del puerco? “Porque tenía miedo”. ¿Y qué es lo que Donesha había hecho? Poner en su mochila una soda, papas fritas y dulces ¿qué valen cuánto, un par de dólares? Este indignante ataque contra una niña de 11 años ha desatado indignación en Cincinnati. El jefe de los puercos dice que está muy preocupado y habla de investigaciones y cambios de política. La ciudad se ha visto obligado a retirar los cargos contra Donesha.
¡Tonterías! ¿Qué nos dice este feroz ataque con respecto a todo este sistema?
Primero, ¿cómo pueden disparar choques eléctricos a QUIENQUIERA de 11 años? Y esto no se trataba de un policía que era una “manzana podrida” — ¡la política oficial de los puercos les permite disparar Tasers contra cualquiera entre 7 y 70 años de edad! Y no, no importa nada que tanto el jefe de los puercos como el que disparó son negros.
Segundo, aún si ella no iba a pagar la comida —lo cual el puerco no sabía antes de atacarla con el Taser— ¿¡¿¡qué tipo de sistema conduce a una niña a robarse comida?!?!
¿Qué tipo de sistema? ¡Un sistema que no tiene derecho a existir, que no es posible reformar, y que hay que derrocar!
Un ejemplo que he citado anteriormente… es la cuestión del “derecho de comer”. O sea, por qué en realidad, en este sistema, no existe ningún “derecho de comer”. Bueno, la gente puede proclamar el “derecho de comer”, pero no existe tal derecho dentro del funcionamiento de este sistema. En realidad no se puede ejercer eso como un derecho, dada la dinámica del capitalismo y la manera en la cual crea desempleo, como últimamente se nos ha demostrado de manera muy dramática. Crea y mantiene empobrecimiento en masa. (En cierta medida, si bien en los países imperialistas existe un nivel importante de pobreza, en cierta medida el nivel de parasitismo ahí lo ha contrarrestado y disfrazado; el imperialismo “se ceba de” la extrema explotación de la gente del tercer mundo en particular, y una parte del “botín” de esta “se filtra” de formas importantes a las capas medias en especial. Pero viendo el mundo en su conjunto, el capitalismo crea y mantiene muchísima pobreza).
Muchísimas personas no pueden encontrar lo suficiente para comer ni pueden comer de una manera que les permite estar sanas — y en general no pueden mantener las condiciones que les permiten estar sanas. Así que hasta en el caso de algo tan básico como “el derecho de comer”, la gente no tiene ese derecho bajo el capitalismo. Si se declarara como un derecho y la gente empezara a ejercerlo yendo a los lugares donde se vende comida como mercancía y diciendo “tenemos un derecho más fundamental que su derecho de distribuir las cosas como mercancías y acumular capital —tenemos el derecho a comer”— y si la gente empezara a llevarse la comida, pues sabemos lo que ocurriría y lo que ha ocurrido cuando la gente lo ha hecho: “saqueadores, mátenlos en la calle”.
Bob Avakian, Lo BAsico 1:20