La primera semana del juicio de Derek Chauvin, el policía que mató a George Floyd
Testimonio grueso… Mucho en juego
| revcom.us
La primera semana de testimonios en el juicio de Derek Chauvin, por el brutal asesinato de George Floyd, ha sido emocionalmente desgarradora e indignante. Aunque la fiscalía ha presentado el caso desde el principio como si se tratara de unos pocos policías que “violaron su juramento” o “no siguieron el entrenamiento”, el caso que está en marcha está pintando una imagen devastadora del terror policial y sus consecuencias.
Esta ha sido una imagen de la realidad vivida, y cotidianamente viviente, de decenas de millones de negros y otras masas oprimidas, la realidad que impulsó a un sector mucho más amplio de la sociedad a salir desafiantemente a las calles durante el Hermoso Levantamiento del verano de 2020 con los ojos aún más abiertos al “racismo sistémico”, y concentrados en el juicio.
La humanidad de George Floyd, y de las masas, inclusive en los testimonios de los testigos, se manifiesta en marcado contraste con la inhumanidad y la crueldad absolutamente depravada e irredenta de Derek Chauvin, y de los policías en el lugar de los hechos. El jurado, y los millones de personas que están siguiendo el juicio, han visto un vídeo insoportablemente doloroso de los 9 minutos y 29 segundos durante los cuales la rodilla de Chauvin estuvo clavada en el cuello de George Floyd mientras éste yacía boca abajo, con las manos esposadas a la espalda, jadeando, suplicando por su vida, y luego cayendo en la inconsciencia y en la muerte, sin que se aflojara la tortura que le estaban infligiendo.
Escuchamos a nueve testigos en el lugar de los hechos, de una niña de 9 años de edad a un hombre de 61 años de edad, que describieron lo que sintieron al ver este horror desenvolverse ante sus propios ojos, y al intentar desesperadamente impedirlo, sólo para ser impedidos por lo que una niña llamó “un poder superior”: policías con armas, Mace y autoridad legal detrás de sí. (Véase “31 de marzo de 2021, El juicio se inicia con una descripción devastadora del asesinato a sangre fría”.) Estos testigos siguen traumatizados casi un año después.
Escuchamos a los paramédicos, que por fin pudieron quitar a Chauvin del cuerpo moribundo de Floyd, describir sus esfuerzos heroicos pero infructuosos para resucitarlo, para darle “a un ser humano... una segunda oportunidad de vida”.
Y escuchamos el desgarrador testimonio de Courteney Ross, que describe a su dulce y cariñoso novio, lleno de amor y lleno de vida a pesar de sus problemas de salud, incluida una adicción a los opioides.
Por medio de todo esto, el horror de este crimen y la brutalidad de los policías se quedan en agudo contraste con la humanidad de George Floyd y de estas personas.
Pero eso no es todo.
Oímos a los testigos que habían suplicado a Derek Chauvin y a sus compañeros puercos policías que se detuvieran. Entre ellos figuraban un luchador de artes marciales mixtas con experiencia en estrangulamientos (que tenía conocimientos de qué tipos de estrangulamientos ponían en peligro la vida); una bombera blanca técnica de urgencias médicas (con experiencia en el aspecto de las personas cuando se les está extinguiendo la vida); así como un hombre negro mayor, dos adolescentes y una chiquita, que suplicaron a Chauvin y a sus compañeros puercos policías que detuvieran su actividad.
En resumen, millones de personas de todo el mundo que estaban siguiendo este juicio, o partes de él, vieron la crueldad de los policías, una crueldad desalmada y dura que enfrentan los negros y otros oprimidos a cada hora de cada día.
Las personas escucharon algo más: las formas en que diferentes testigos invocaron sus sentimientos de que lo que le pasó a George Floyd podría haberle pasado a cualquier persona negra, tales como la adolescente negra que dijo que podría haber sido su padre o su tío, o la bombera blanca técnica de urgencias médicas que dijo que se quedó en el lugar de los hechos porque estaba preocupada de que después de que George Floyd fuera asesinado, los policías que quedaban comenzaran a atacar a otros hombres negros en la multitud que estaba protestando contra el asesinato de Floyd.
La gente chocó de frente con el hecho de que Derek Chauvin acabó con la vida de George Floyd por una nimiedad, por un billete falso de 20 dólares, que el dependiente de la tienda ni siquiera quiso denunciar inicialmente. Al igual que Michael Brown perdió la vida por una cajetilla de cigarrillos, Eric Garner por vender cigarrillos al detal en una esquina, Trayvon Martin por tener puesta una sudadera con capucha y por “tener pinta de sospechoso” a los ojos de un racista, Amadou Diallo por tener una billetera en la mano, el niño de 12 años de edad Tamir Rice por jugar con una pistola de juguete... y así sucesivamente.
Por último, este juicio también ha mostrado otra cosa inusual. Policías que le dan la espalda a sus compañeros policías y dan testimonio en su contra. Casi siempre, incluso en los asesinatos tan sucios como éste, los policías se agrupan y cubren a sus compañeros puercos policías. Tiene triste fama el “muro azul del silencio”, las formas en que los policías se cubren unos a otros cuando estén impugnados por brutalizar o matar a un civil, especialmente a una persona negra o una persona de color de una nacionalidad oprimida. No obstante, en este caso, varios veteranos de la policía han testificado en contra de Chauvin, y esta semana el jefe de policía de Mineápolis compareció a favor de la fiscalía.
Los millones de personas que vieron este testimonio, y todos DEBERÍAN ver este testimonio, vieron una gran parte de la realidad de Estados Unidos de una manera que nunca antes se ha mostrado en un tribunal de justicia de Estados Unidos. General e históricamente, debido al papel sistémico de la policía en esta sociedad supremacista blanca, los fiscales en estos casos “se olvidan cómo procesar” o incluso actúan como abogados defensores. Casi nunca cuentan toda la brutalidad de la policía, ni sacan a relucir la humanidad de sus víctimas, especialmente cuando son negras y latinas, y ciertamente no ponen a policías de alto rango a dar testimonio en contra de los policías bajo juicio, entre ellos, como ocurrió, al actual jefe de policía de Mineápolis, y recorriendo el tristemente infame “muro azul del silencio”.
Así que, ¿por qué está ocurriendo esto en este caso?
En primer lugar, y fundamentalmente, porque en el verano de 2020, a raíz del asesinato de George Floyd, en adición a los otros asesinatos cometidos por la policía y los supremacistas blancos por esos tiempos, la gente se levantó poderosamente y se manifestó en las calles día tras día en el Hermoso Levantamiento, en Estados Unidos y por todo el mundo.
Bob Avakian escribió en ese momento sobre los millones de personas que “se han inspirado en este levantamiento justo…. a los que a sacudidas se les ha quitado las anteojeras y se les ha provocado a pensar de nuevo en qué tipo de país lo es en el que vivimos”. Agregó:
Esto ha planteado las cuestiones más grandes sobre lo que se necesita para que las personas en todas partes vivan plenamente como seres humanos:
¡UN FIN AL RACISMO INSTITUCIONALIZADO
Y AL ASESINATO POR LA POLICÍA — Y NADA MENOS!
¡UN FIN A TODAS LAS FORMAS EN QUE LAS PERSONAS EN TODAS PARTES SON USADAS, MALTRATADAS Y BRUTALIZADAS — Y NADA MENOS!
Este sistema no tiene respuestas para esas preguntas y estas demandas. En este sentido, BA señaló: “Nos hace falta: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!” y, con las calles de repente colmadas de millones de personas, terminó la Declaración con “Miren a su alrededor — ¡lo que parecía imposible ayer está ocurriendo ahora mismo! La revolución, ¿por qué deberíamos conformarnos con algo menos?”.
En resumen, este levantamiento planteó profundas cuestiones en cuanto al carácter fundamental de este sistema. Si a Chauvin no lo condenan, existe una preocupación real, al menos en una parte de la clase dominante, de que esto podría erosionar aún más, e incluso cualitativamente, la lealtad y la creencia de millones de personas en la legitimidad de aquellos que gobiernan en Estados Unidos.
Mucho está en juego para los que manejan este sistema
En segundo lugar, y de manera relacionada, el depravado asesinato de George Floyd ocurrió en una ciudad y en un estado controlados por el Partido Demócrata. Los demócratas ven su base social, en parte, como personas que han sido históricamente oprimidas: negros, latinos, mujeres, personas LGBTQ, pobres y otros. Parte de su función ha sido contener a estas masas dentro de los términos y horizontes de este sistema, avivando su creencia de que es posible trabajar por el cambio en Estados Unidos y algún día llegar a una unión “más perfecta” en la que se hayan superado los horrores de la supremacía blanca y el patriarcado... aun cuando cada año que pasa trae más ataques a estas masas, y aun cuando ahora Estados Unidos ha producido una amenaza fascista total, decidida a empujar a estos grupos a un estado mucho más oprimido, mucho más subyugado.
Además, los ojos del mundo están puestos en este juicio. Estados Unidos se jacta de ser “la tierra de los libres”, con “la vida, la libertad y la consecución de la felicidad” como derechos fundacionales inalienables; el asesinato de George Floyd, observado por cientos de millones de personas en todo el mundo, seriamente puso en tela de juicio estas afirmaciones patentemente falsas. Un veredicto de “no culpable” revelaría que esas afirmaciones son un fraude total. China no lo hizo sin razón, cuando el secretario de Estado estadounidense Blinken atacó a China por violaciones de los derechos humanos, al replicar con comentarios sobre el asesinato de los negros a manos de la policía.
Por último, los ideales que profesan los capitalista-imperialistas liberales quedan en marcado contraste y son objetivo de impugnaciones de parte de los fascistas, tal como los caracterizan Trump y los republicanos-nazis, que andan por la sociedad para “promover su grotesca representación supremacista blanca de las masas del pueblo negro como ‘delincuentes’ y ‘animales sueltos’”,1 especialmente en respuesta a “las protestas y rebeliones justas”, como el hermoso levantamiento del verano de 2020.
Todo esto es parte de la razón por la que este juicio ha sido tan inusual.
Lo que más está en juego, para las masas de la humanidad
Sin embargo, lo que más está en juego corresponde a los oprimidos y a aquellos que están con ellos. Un veredicto de no culpabilidad hinchará a los fascistas, a la policía y a sus partidarios. Tal veredicto pone el sello de aprobación de la sociedad a otro horrible y totalmente injustificado asesinato de un ser humano negro... y en esta ocasión, después de que decenas de millones de personas, en Estados Unidos y por todo el mundo, dijeran NO tan fuertemente como pudieran, ante arrestos y en algunos casos al ofrendar la vida por esta causa.
Hay que contestar a cualquier veredicto de este tipo con una protesta atronadora y un cuestionamiento aún más profundo contra este sistema, con un rechazo cada vez mayor a la legitimidad de este sistema.
Pero a pesar de las pruebas contundentes, la condena de Derek Chauvin está lejos de estar asegurada.
En primer lugar, la fiscalía no sólo tiene que conseguir que todos los 12 miembros del jurado declaren a Chauvin culpable más allá de toda duda razonable, sino que tiene que superar los prejuicios sistémicos hacia los puercos policías en estos casos. Esto se debe tanto a la forma en que está redactada la ley (por ejemplo, si un policía dice que se siente que está en peligro, se puede “justificar” el uso de la fuerza letal), como en términos de la forma en que las masas (incluidos algunos miembros del jurado) están condicionadas por este sistema para ver el papel de la policía.
En segundo lugar, el juez ha dictado resoluciones que permiten el uso en el juicio de incidentes negativos del pasado de George Floyd, al tiempo que mantiene al margen las voluminosas pruebas de anteriores denuncias civiles en contra de Chauvin por brutalidad. Como aspecto crucial de su defensa, es probable que los abogados de Chauvin exploten la adicción de Floyd, sus condiciones de salud preexistentes y su comportamiento anterior como racionalización de su muerte. Es muy probable que argumenten (véase “Probables argumentos de parte de los abogados de Chauvin”, en esta página) que la causa de su muerte fuera por las drogas que interactuaron con estas condiciones de salud preexistentes. La defensa ha sentado las bases para tales alegaciones engañosas solicitando que las circunstancias del arresto anterior de Floyd se presenten en el juicio. La defensa probablemente utilice esto para recurrir a calumnias y la satanización de George Floyd lo que socavará la humanización que nosotros, y el jurado, hemos presenciado esta última semana
Así que, una vez más, nadie sabe cómo resultará todo esto. Hemos dicho que la gente tiene que permanecer alerta, y hacer “oír su voz durante este juicio de formas diversas, creativas y audaces, desde el púlpito y el escenario, en los medios de comunicación y en las calles”.
En este momento, tenemos que estar difundiendo el mensaje sobre lo que está en juego y el curso de este juicio crucial, en esta página web, en las redes sociales, en el programa de YouTube ¡Revolución, y Nada Menos!, y con materiales como este cartel. Si está es la primera vez que ves este sitio web o el movimiento por la revolución, tienes que explorar Bob Avakian y aprender más sobre la solución a todo esto, a partir de sus muchas obras sobre la opresión del pueblo negro, por qué no es posible eliminarla salvo mediante la revolución, y las formas en que esa revolución está relacionada con la emancipación de toda la humanidad. Continuaremos nuestra cobertura en todas las plataformas mediáticas.
Permanezcan atentos: el veredicto de este juicio importa, ¡hay mucho en juego!
1. Véase la Declaración de Año Nuevo de Bob Avakian, Un año nuevo, la necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad. [volver]
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Bob Avakian, “Sí, hay una conspiración para que siempre salgan impunes los policías”.
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