Analicemos rápidamente cómo, bajo este sistema, mantienen a las personas deliberadamente desinformadas o sistemáticamente les dan información errónea y educación errónea. Por ejemplo, veamos los burdos órganos de propaganda de la clase dominante que se hacen pasar por medios de comunicación. Éstos no son simplemente los medios de comunicación de las corporaciones o controlados por las corporaciones, como se dice a veces. Éstos son los instrumentos de propaganda de la clase dominante de este sistema — los medios de comunicación controlados por los capitalistas, controlados por los imperialistas. Bueno, podemos hablar de eso todo el día y toda la noche tratando todo esto —y ya he hablado mucho, lo sé— así que no intentaré hacerlo. Pero vemos unos ejemplos, unos ejemplos agudos de la forma en que mantienen a las personas deliberadamente desinformadas o sistemáticamente les dan información errónea y una educación errónea bajo este sistema.
Hablemos del caso de la corredora del Parque Central de Nueva York en los años 1990. Algunos de ustedes quizás se acuerden de esto, pero en verdad muy poca gente sí lo recuerda. En dicho caso, una mujer joven corría en el Parque Central de Nueva York por la noche. Fue víctima de un ataque, violación, golpiza y en esencia la dejaron por muerta. Ella sobrevivió y después de un largo tiempo, un período difícil de rehabilitación, se recuperó gran parte de su ser anterior, si bien parece que no todo. Pero de inmediato la policía arrestó a un grupo de jóvenes… ¿quién no ya sabe el tipo de jóvenes de que voy a hablar?... arrestaron a unos jóvenes negros y latinos —de 13, 14, 15 años de edad, el mayor, a mi parecer, tenía 17 en ese entonces— y los llevaron a la comisaría de policía, no les permitieron hablar con sus familias, sin asesoría jurídica, los sometieron a horas de presiones para que confesaran este delito porque habían estado cotorreando en el parque. Al final no pudieron resistir y confesaron. La policía les dijeron —es probable que algunos de ustedes hayan visto esto en la televisión— “Pues, tus amigos dijeron que tú lo hiciste todo, así que deberías decirnos lo que en realidad ocurrió o todo recaerá sobre ti”. Engañaron a todos los jóvenes de esta manera. Hablamos de unos muchachos de 13, 14 años de edad. Hasta la policía les dijo: “Si confiesas, podrás irte a casa”. Pero, al contrario, por supuesto, después de confesar, de inmediato les levantaron acusaciones falsas y los procesaron. No existía absolutamente ninguna evidencia física que corroborara las confesiones. De hecho, la evidencia física, en todo caso, le señalaba a otra persona — de ningún modo les señalaba a ellos. Solamente tenían estas confesiones que les consiguieron bajo presión. Ello no importaba — los llevaron al tribunal, el jurado los condenó, todos pasaron largos años en prisión. Muchos años después salió a la luz que todos eran inocentes, que una persona totalmente distinta había cometido el crimen y que finalmente ésta confesó haber cometido el crimen, y luego salió a la luz evidencia física, incluido el ADN, para avalar esta confesión.
Bien, ¿cuántas personas siquiera saben de esto? Parece que Ken Burns, con su hija, está filmando una película al respecto y al parecer va a ser una buena película.1 Así que eso es bueno, pero ya han pasado más de 15 años. ¿Cuántas personas saben de esto? Bueno, alguien que sí sabía de esto era Donald… se supone que su nombre es Trump pero yo le llamo Donald Chump [Donald el Bobalicón]… quien financió los anuncios en todos los periódicos importantes, particularmente en la región de Nueva York, los que denunciaron a estos jóvenes en términos histéricos, azuzando el odio en su contra y exigiendo que se volviera a aplicar la pena de muerte. Piense en eso. Aquí es preciso decir que el hecho de que un sistema elogie a un parásito racista y sanguinario como Donald Chump, como un modelo a seguir y un icono — eso ya es suficiente en sí para condenar a este sistema y declararlo totalmente en bancarrota.
Comparemos la manera en que los medios de comunicación manejaron el caso de la corredora del Parque Central, participando en los ataques desde el comienzo, generando histeria, pidiendo sangre en esencia, por un lado, y por otro, la manera en que manejaron y presentaron la historia cuando salió a la luz que procesaron y condenaron erróneamente a estos jóvenes y cuántos años pasaron en la prisión, con el resultado de la vida destruida en gran parte desde una edad muy temprana.
Veamos el papel de Estados Unidos en relación con los levantamientos en el Medio Oriente. Durante 30 años Estados Unidos apoyó a Mubarak en Egipto, por ejemplo, apoyando a toda su sanguinaria represión contra el pueblo, proclamándolo un aliado valioso de Estados Unidos y de Israel, enviando miles de millones de dólares para apuntalar a su régimen — y luego, de repente, cuando surgiera un levantamiento y decidieran que Mubarak tiene que irse, es como Alicia en el país de las maravillas: “taza limpia, que te cambias de silla”. “¡Mubarak es un tirano! ¡Mubarak es un dictador brutal! El pueblo lucha por la democracia contra el despiadado Mubarak. No importa que lo apoyábamos durante 20 años”. ¿Qué tanto escuchamos de los medios de comunicación que denunciara todo lo que hizo Estados Unidos durante esos 30 años de apoyo a Mubarak?
¿Es de sorprender que exista gran ignorancia y la promoción de una crasa ignorancia en esta sociedad entre las personas? ¿Cuántas personas en Estados Unidos, hasta entre aquellos con acceso a mucha información y quienes tal vez se consideren informados, conocerían la verdadera historia del caso de la corredera del Parque Central? O sobre lo siguiente, para mencionar unos pocos ejemplos: Sean Bell, el escándalo Ramparts en Los Ángeles, el asesinato del Dr. Tiller, Matthew Shepard, Abner Louima, las mentiras de George Bush — no sólo las mentiras de George W. Bush sobre las armas de destrucción masiva en Irak sino las mentiras de su padre cuando era vicepresidente y habló ante la ONU a finales de los años 1980 para encubrir la escandalosa acción en que Estados Unidos derribó a tiros un avión civil iraní y dejó a cientos de muertos. Éstas no son cosas menores o triviales pero simplemente son unos ejemplos de individuos y sucesos que concentran tanto acerca de la naturaleza de este sistema y su manera de tratar a la gente en Estados Unidos y por todo el mundo. Cabe preguntar: ¿por qué serían tan pocos los que conocen de todo esto? La respuesta: aparte del funcionamiento del sistema en general y de la cultura pútrida de este país en general, los medios de comunicación dominantes, específicamente los órganos de propaganda, que vomitan sus mentiras e información errónea en beneficio de los intereses de los propietarios de los mismos y la clase que domina en el país, es decir, la clase dominante capitalista imperialista, condicionan y moldean la vida y el modo de pensar de las personas, lo que éstas consideran que es importante conocer y su manera de ver lo que ya conocen.