Pongamos las cosas en claro sobre las revoluciones rusa y china
La Comuna de París de 1871, la revolución rusa de 1917-1956 y la revolución china de 1949-1976 abrieron un nuevo capítulo en la historia de la humanidad. Cientos de millones de personas se levantaron y adquirieron una valiosa experiencia sobre lo que se necesitaría para llegar a un mundo sin explotación, sin opresión, sin choques violentos y destructivos entre seres humanos, sin la imposición de ignorancia y superstición. Estos intentos iniciales e inspiradores de emancipar a la humanidad fueron derrotados.
Los vencedores escriben la historia: los imperialistas. Mediante los medios de comunicación y el sistema educativo, y la promoción de “memorias” y “estudios” que se presentan como trabajo académico serio, el sistema escupe infinitas mentiras y calumnias sobre lo que “los condenados de la tierra” estaban tratando de hacer, cuáles fuerzas brutales se alinearon en contra de estos intentos heroicos y por qué hubo limitaciones e incluso errores secundarios en su teoría y práctica. El mensaje-lección es que el capitalismo-imperialismo es “el mejor de todos los mundos posibles”, y que cualquier intento de ir más allá de este sistema sólo conducirá a una catástrofe. El efecto ha sido de reducir las aspiraciones, apagar el debate sobre cómo el mundo podría ser radicalmente diferente y reforzar el pensamiento conformista en un momento en que el mundo clama por una revolución.
El proyecto “Pongamos las Cosas En Claro” se inició a principios de la década de 2000 para refutar las mentiras y las tergiversaciones más propagadas sobre esta primera ola de revolución comunista: sus grandes hazañas, así como sus deficiencias y problemas — y cómo la revolución puede ir más lejos y hacerlo mejor en el mundo de hoy. Esto se basa en la obra y el enfoque de Bob Avakian, quien no sólo ha defendido estas experiencias pioneras, y no sólo ha mostrado una manera de verdaderamente entenderlas, sino que, de más importancia, ha desarrollado un nuevo comunismo basado en una visión mucho más científica y mucho más profunda de lo que supone la emancipación de TODA la humanidad.
El archivo de este proyecto, ahora incorporado al sitio web revcom.us, contiene ensayos de investigación; vídeos de simposios y conferencias (algunos de éstos con personas que participaron en la Revolución Cultural de Mao); artículos y hojas informativas básicas sobre controversias y episodios históricos cruciales; entrevistas y vídeos con Raymond Lotta; y otros recursos que despejan las calumnias y analizan científicamente la verdad de la primera ola de la revolución comunista.
A continuación está una parte de una de una entrevisto de 2004, que salió al aire en el show radial de Michael Slate Beneath the Surface de KPFK en Los Ángeles, el 29 de julio de 2005. Escuche aquí a la entrevista en inglés.
Michael Slate: Adentrémonos en la Revolución Cultural [de China, de mediados de los años 1960 a mediados de los 1970]. Le diste dirección a los comunistas en todo el mundo en la lucha por entender el significado de la Revolución Cultural y defenderla como cuestión divisoria y de verla como el pináculo de la lucha de clases de la historia humana, la mayor altura alcanzada por la lucha de clases en la historia humana. Eso no es precisamente —por lo que se refiere a la opinión común hoy— lo que uno encuentra en las librerías. Ahí es posible encontrar 70 libros acerca de — y es posible escuchar a personas que tienen 32 años de edad hablando acerca de la manera en que la Revolución Cultural les destruyó la carrera, y tuvieron carreras sorprendentes cuando tenían unos dos años de edad. Pero eso afectó a la gente. Ha ejercido un gran impacto sobre la gente.
Algunos músicos anteriormente eran importantes simpatizantes de la Revolución Cultural pero ahora salen estas historias de personas, de los artistas provenientes de China, por ejemplo, que dicen: “Me engañaron. No entendía todo lo que pasaba porque no conocía el sufrimiento que el pueblo soportaba”. O, las formas culturales populares, El violín rojo, por dios: una película que no tuvo nada que ver con China pero en ella había una escena en que presenta a los Guardias Rojos tumbando puertas y sacando a individuos de sus hogares, en busca de este violín rojo que tenían que hacer añicos. Pues, éste era un símbolo de libertad y creatividad artística.
Además, Adiós a mi concubina, una película que pesa muchísimo entre — conozco a muchos amigos, muchos artistas e intelectuales que fueron a ver esa película dos tres veces y en serio la consideraban una señal de lo que estuvo mal y la manera en que la Revolución Cultural no era un avance para la humanidad, pero algo que en realidad era parte de la represión, en particular la represión de los intelectuales y los artistas.
Quisiera preguntarte sobre eso — hablemos un poco sobre la cuestión de la libertad intelectual. Creo que esto está relacionado con la cuestión del disentimiento, pero podemos ver eso aparte, pero concretamente, creo que esta idea de —lo que has venido mencionando desde el principio y uno de los motivos de mi pregunta sobre la cuestión del partido y lo demás cuando las personas empiezan a acomodarse y cosas afines— lo que mencionaste anteriormente acerca de la necesidad de un verdadero bullicio total y tremendamente creativo entre las personas y en el partido y entre los comunistas, esa constante aplicación creativa y luego que el marxismo en sí es una ciencia que en realidad, en una forma viva, efectivamente hace eso en serio. Cuando comentabas eso, yo pensaba, qué tan refrescante lo es escucharlo porque da energía con un sentido de [cómo] es nuestra ciencia en verdad — desencadena la mayor creatividad, cuando se capte, desencadena la mayor creatividad posible.
Pero existe la opinión común, o convencional, que de hecho —he aquí este avance crucial en la lucha de clases, este avance crucial de la ciencia del marxismo-leninismo-maoísmo— pero se presenta este avance como algo que representaba la represión de la libertad intelectual y artística.
Bob Avakian: Bueno, de nuevo, odio sonar como un disco rayado, pero esto es una cuestión compleja y un problema complejo con el que la Revolución Cultural procuraba lidiar y con el que lidiaba. Para repetir, es necesario ubicar esta cuestión en lo que pasaba en el desarrollo de la Revolución Cultural y no abordarla desde la óptica con la que demasiadas personas lo hacen en esta sociedad. No entienden la dinámica concreta — por qué era necesario tener estas revoluciones en primer lugar, sus causas y las contradicciones con las que tuvieron que lidiar cuando nacieron. Algunas personas tienen cierto sentido de que, vale, en China, la gente era pobre. Si uno ha leído esas novelas de Pearl Buck, o sea, la gente de nuestra generación, éstas dan una idea de la terrible vida de los campesinos y se puede entender por qué la gente quisiera deshacerse de esa opresión y demás. Pero mucha gente ni conoce de eso, en especial ahora. No tienen una idea concreta de cómo era China y por qué era necesario tener una revolución y cómo esa revolución tuvo que darse.
Así que eso es un problema. Pero no sólo tuvieron que superar la formidable perspectiva, o más bien la formidable realidad, de la dominación imperialista y su reparto de China, pero también tuvieron una larga historia de feudalismo, de la explotación en masa del campesinado y cientos de años —de hecho, miles de años— en que la gran mayoría de la población estaba de plano desesperadamente empobrecida y explotada. Además, en esa sociedad, por la dominación del imperialismo y por el feudalismo que aún quedaba, no tenían tantos avances tecnológicos o [solamente] tenían unos avances tecnológicos en unos pocos enclaves. Pero, de ahí la vasta extensión del país y la gente que en ella vivía estaban enmarañadas en un mar de atraso forzoso.
Por eso, había esos antecedentes, los esfuerzos de dar saltos para superar la pobreza y la opresión de las masas populares. Subieron al poder en 1949 y de inmediato, en cosa de un año, se vieron envueltos a empujones en una guerra con Estados Unidos, en Corea — una guerra en que MacArthur decía: Llevemos la guerra a China. Eso fue un gran pleito con Truman. Llevemos la guerra a China. Vayamos directamente a China y crucemos la frontera. No sólo cerca de la frontera sino cruzar la frontera y hacer retroceder la revolución china1.
De ahí, de inmediato, casi ni tuvieron tiempo para celebrar y consolidar su triunfo y de repente se ven envueltos en esta batalla con esta poderosa potencia imperialista ahí mismo en su frontera en el sentido literal. Además, combatieron contra Estados Unidos hasta un empate y de hecho hasta derrotarlo — porque, en materia de sus objetivos en Corea, una vez que Estados Unidos entrara a la guerra, resultaron trabados sus objetivos, en gran parte por la participación de los chinos en esa [guerra].
Así que llegaron a ese punto. Ahora, tratan de transformar este país que es pobre y atrasado, que ha sido dominado por el imperialismo — una situación en que [había] un famoso letrero en un parque de Shanghai: “Se prohíbe el paso a perros y chinos”. Eso fue una manera escueta de expresar cómo era su vida, hasta en las zonas urbanas, aunque uno viniera de las clases con mayor educación, por ejemplo. Por eso, lo que mencionaste anteriormente — de que muchas personas o volvieron a China [después del triunfo de la revolución en 1949] o muchas personas en China, intelectuales y otros, estuvieron muy entusiasmadas por la nueva sociedad que se gestaba, porque ésta iba a superar la situación general en que China estaba sometida y repartida por diversos imperialistas, y el pueblo chino y la nación china iban a tener la capacidad de ponerse en pie y no dejarse pisotear y señorear por esas potencias extranjeras, y así sucesivamente. Lea el texto completo…
No sabes lo que crees que “sabes” sobre…
La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro
Capítulo 1: Introducción
Capítulo 2: El primer amanecer — La Comuna de París
Capítulo 3: 1917 — La revolución abre paso en Rusia
Capítulo 4: China — Una cuarta parte del género humano escaló nuevas alturas de la emancipación
Capítulo 5: Hacia una nueva etapa de la revolución comunista
Apéndice, Notas sobre la epistemología
Cronología ilustrada: La VERDADERA historia de la revolución comunista
Capítulo 1 — Introducción
Pregunta: Te he oído hablar sobre la “primera etapa” de la revolución comunista. ¿Exactamente, a qué te refieres?
Raymond Lotta: Estamos hablando de un parteaguas de cambios en la historia humana, los primeros intentos en la historia contemporánea de construir sociedades libres de la explotación y la opresión. Específicamente, estamos hablando de la breve Comuna de París de 1871, la revolución rusa de 1917 a 1956 y la revolución china de 1949 a 1976. Eran levantamientos titánicos de los “esclavos” de la sociedad contemporánea contra sus “amos”. Pretendieron crear una comunidad de la humanidad, una sociedad basada en el principio de “de cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades”, en la que ya no existan divisiones sociales por las cuales unas personas reinan sobre otras y las oprimen, robándoles no sólo de los medios para una vida digna sino también del conocimiento y los medios para conocer plenamente el mundo y actuar para cambiarlo.
Nunca se habían dado transformaciones tan radicales y de tanta envergadura respecto la organización de la sociedad y el manejo de la economía, en la cultura y la educación, en las relaciones entre las personas, y en el modo de pensar y el sentir de las personas, como en esas revoluciones. Contra casi toda probabilidad y ante obstáculos gigantescos, y en lo que equivale a un nanosegundo en la historia humana, esas revoluciones lograron cosas asombrosas —y cambiaron el curso de la historia humana. Nunca antes se había reventado de manera tan contundente el mito de una naturaleza humana que no cambia —según la cual las personas “naturalmente” son egoístas y que algunas personas nada más dominan “naturalmente” a otras.
Durante esas pocas décadas, parecía a punto de nacer un mundo mejor. Como se plantea en El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, por primera vez se despejó “la larga noche… de miles de años de tinieblas para la gran mayoría de la humanidad” —en la que la sociedad está dividida entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos— y empezó a cuajarse una forma completamente nueva de sociedad1.
Las mentiras de la opinión común
Pregunta: Pero “lo que todo el mundo sabe”, es decir la opinión común, es que esas revoluciones no eran liberadoras, pero sí extremadamente autocráticas, que pisoteaban los derechos del pueblo… que eran utopías que se convirtieron en pesadillas.
RL: Sí, eso es “lo que todo el mundo sabe”, debido a la distorsión y tergiversación sistemáticas, basado en un sinfín de mentiras sobre lo que trataban esas revoluciones: qué pretendían en realidad, qué lograron, qué retos y obstáculos concretos los confrontaban.
Ahora bien, la gente es consciente, a cierto grado, de que le han mentido sistemáticamente sobre cosas como de que los “armas de destrucción masiva” eran el pretexto para la guerra en Irak. Y no estamos hablando de unas declaraciones erróneas o mentiritas secundarias… la guerra en Irak causó la muerte de cientos de miles de personas y el desplazamiento de millones.
Sin embargo, demasiadas personas que se consideran “pensadores críticos” aceptan fácilmente “lo que todo mundo sabe” sobre el comunismo. Hay que decirlo bien claro: la clase dominante y los guardianes intelectuales del estatus quo han emprendido un asalto ideológico incansable contra el comunismo… por el periodismo popular, los llamados estudios eruditos, autobiografías que trafican en la “autenticidad de la experiencia personal”, películas, etcétera. Lea el texto completo…
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