Bob Avakian escribe que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver "3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor").
En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.
La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui
EL CRIMEN:
El 11 de diciembre de 1939, Andrea García, de 18 años, y su madre Sara comparecieron ante el juez W. Turney Fox, de la Corte Superior de Los Ángeles. El supervisor de libertad condicional de Andrea, Karl Holton, había presentado una petición para desalojar a Andrea e internarla legalmente en una institución estatal. El juez Fox decidió que Andrea era en efecto una “retrasada mental” de un “hogar inadecuado”. Para el final de la semana, se ha internado a Andrea en la Colonia del Pacífico “Hogar para los Retrasados Mentales” en Pomona, California, y el superintendente solicitó que la esterilizaran.
Sara, la madre, discrepó fuertemente con tanto el internamiento como la esterilización de su hija. Dentro de una semana, con la asistencia legal del abogado David C. Marcus, Sara solicitó una órden judicial para prohibir la esterilización de su hija mayor, cual solicitud dijo que tal esterilización de su hija mayor sería “realizada... al cuerpo y persona de la mencionada niña de edad menor”, “contra [sus] deseos”, y “sin su permiso o consentimiento”, y que no habría remedio por lo que causaría “daño mayor e irreparable”.
El juez rechazó la solicitud, y siguió en marcha los trámites hacia la esterilización. Tras una revisión de su historia y antecedentes familiares, el personal clínico de Colonia del Pacífico decidió que Andrea era una “niña mentalmente deficiente y sexualmente delincuente” de un “hogar inadecuado” que necesitaba la cirugía reproductiva. La sección sobre el historial familiar en el formulario que solicitaba la esterilización describió al padre de Andrea (fallecido) como analfabeto y a su madre como “subnormal” y “alcohólica e inmoral”. La solicitud de esterilización también describió a algunos de sus hermanos como “mentalmente deficientes” y a otros como sospechados de ser subnormales, y dijo que sus tíos paternos eran “drogadictos”, y “todos los parientes alcohólicos”. El Departamento de Instituciones de California aprobó la solicitud sólo una semana después.
California aprobó su primera ley que permitía las esterilizaciones forzadas en 1909, con el objetivo de evitar que las personas con rasgos “indeseables” tuvieran hijos. Entre 1909 y 1964, en los “hogares para los retardados mentales”, los hospitales psiquiátricos estatales y las prisiones, California esterilizó a más de 20.000 mujeres y hombres sin su consentimiento, incluidas personas presuntas con enfermedades mentales, demencia, retraso mental y alcoholismo, así como los considerados “promiscuas”, delincuentes sexuales y una amplia gama de otras condiciones y comportamientos.
Acosaron desproporcionadamente a las minorías y las personas pobres y los que vivían en los márgenes de la sociedad: el 39% de los hombres y el 31% de las mujeres esterilizados eran de origen extranjero. A pesar de constituir aproximadamente el 4% de la población del estado en 1920, los hombres y mujeres mexicanos fueron esterilizados a tasas del 7% y 8%, respectivamente. Los afroamericanos, un poco más del 1% de la población de California, representaban el 4% del número total de esterilizaciones. La mayoría de los esterilizados eran de la clase trabajadora o de la clase media baja. Especialmente después de que el procedimiento de “ligar las trompas” se hizo más rápido y menos riesgoso desde el punto de vista médico en los años 1920, se intensificó la esterilización de mujeres y niñas clasificadas como inmorales o inapropiadas para la maternidad. Un estudio de 1938, “Veintiocho años de esterilizaciones en California”, declaró que la esterilización de “mujeres retrasadas mentalmente”, muchas con “hijos ilegítimos” e internadas “en gran medida por su promiscuidad”, era uno de los componentes más importantes y exitosos del programa estatal de esterilización.
Tanto antes como durante la II Guerra Mundial, los defensores de estas leyes mantuvieron conexiones con diversas instituciones y publicaciones nazis. Al redactar su propia legislación sobre esterilización en 1933, los funcionarios de la Alemania nazi se apoyaron en los artículos y libros escritos por estos defensores estadounidenses por haberles proporcionado con la prueba de que los programas de esterilización pueden ser seguros y eficaces. Además, parte de la autodefensa nazi en los juicios de Núremberg fue una referencia al fallo de la Suprema Corte de Estados Unidos en Buck contra Bell y la opinión redactada por Oliver Wendell Holmes.
La práctica ha continuado en este siglo. Entre 2006 y 2010, se esterilizaron a por lo menos 100 presas sin la aprobación estatal requerida a los médicos bajo contrato con el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California — y puede que haya 100 otras que datan de finales de los 1990, según documentos estatales y entrevistas. Según los datos, además de las ligaduras de trompas, se autorizaron otros tipos de esterilizaciones 378 veces en la prisión Valley State entre 2006 y 2012, en muchos casos sin que la prisionera diera su permiso.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
Paul Popenoe, uno de los principales eugenistas:
Un conocimiento elemental de la historia de África, o el ejemplo más reciente y muy citado de Haití, es suficiente para demostrar que el propio patrimonio social del negro está a un nivel muy inferior al de los blancos entre quienes viven en Estados Unidos… La raza negra carece germinalmente del desarrollo superior de la inteligencia.
Juez de la Corte Suprema Oliver Wendell Holmes:
... Es mejor para el mundo entero, que en lugar de esperar para ejecutar a los retoños degenerados por algún delito, o dejar que mueran de hambre por su imbecilidad, la sociedad pueda impedir que aquellos que son claramente inapropiados para continuar su género... Tres generaciones de imbéciles son suficientes.
Harry Laughlin, superintendente de la Oficina de Archivos de la Eugenesia:
Como principal publicista de un comité nacional formado en 1912 para estudiar “los mejores medios prácticos para cortar el plasma germinal defectuoso en la población estadounidense”, Laughlin resumió la conclusión del comité: “... aproximadamente el 10% por ciento de nuestra población, principalmente como resultado de defectos y debilidades, es una carga económica y moral sobre el 90% y una fuente constante de peligro para la vida nacional y racial”.
Charles Goethe, filántropo y eugenista de Sacramento, California:
Goethe le escribió una carta al eugenista E.S. Gosney en 1934 en la que dijo: “Le interesará saber que su trabajo ha desempeñado un papel poderoso en la formación de las opiniones del grupo de intelectuales que apoyan a Hitler en su épico programa. Por todas partes sentí que sus opiniones han sido tremendamente estimuladas por el pensamiento estadounidense y particularmente por el trabajo de la Fundación para el Mejoramiento de la Humanidad. Quiero que usted, mi querido amigo, lleve este pensamiento con usted por el resto de su vida, que en realidad ha espabilado y puesto en movimiento un gran gobierno de 60 millones de personas”.
LOS CRIMINALES:
Thomas F. Joyce y F.O. Butler:
Joyce (de la Colonia del Pacífico) y Butler (de Sonoma State Home / Hogar Estatal en Sonoma), supervisores administrativos y responsables de las decisiones locales de esterilización, eran partidarios ardientes de la esterilización forzada de muchas personas internadas en sus instituciones.
Butler, un médico, realizó personalmente por lo menos 1000 esterilizaciones a través de su carrera. Era conocido como un “verdadero cruzado” y “el médico más conspicuo del mundo en este departamento”. Bajo la dirección de Butler, Sonoma amplió su papel más allá de la institución al admitir a los pacientes únicamente con el propósito de ser esterilizados y luego puestos en libertad — como una sala de operaciones de puerta abierta (y se podían haber esterilizado de esta manera a hasta el 25% de las mujeres). Según se informó, Sonoma esterilizó a más “deficientes mentales” que cualquier otra institución en el mundo hasta 1942.
El estado de California (y otros 32 estados):
De 1909 a 1964, aproximadamente un tercio de las esterilizaciones forzadas documentadas se realizaron en California bajo una serie de leyes que ampliaron las categorías de personas que se podrían esterilizar a la fuerza. Mucho tiempo después de que se había refutado la eugenesia como ciencia, California siguió esterilizando a personas en instituciones estatales, especialmente mujeres. No fue hasta fines del 2014 que California finalmente aprobó una ley que prohibió la esterilización forzada en las prisiones.
La Corte Suprema de Estados Unidos y Oliver Wendell Holmes:
En Buck contra Bell, la Corte Suprema, con Holmes escribiendo la opinión de la mayoría, ratificó la Ley de Esterilización de Virginia de 1927, cual decisión aumentó enormemente el uso de estas leyes en todo Estados Unidos. En 1942, la Corte Suprema tuvo la oportunidad de anular Buck contra Bell cuando revisó y anuló una ley de Oklahoma que permitió la esterilización de ciertos delincuentes condenados tres veces de delitos graves (Skinner contra Oklahoma), pero la Corte limitó su decisión a dictar que la esterilización involuntaria se practicara solo de acuerdo con la Cláusula de la Protección Igual.
LA COARTADA:
Los defensores de las leyes de esterilización inicialmente eran fanáticos de la eugenesia. La eugenesia era una pseudo-ciencia que pretendía “purificar la raza” por medio de “criar” a aquellos con los “mejores” rasgos y esterilizar a los que tienen rasgos “indeseables”. De ahí lo extrapolaron hasta considerar que casi todas las condiciones “indeseables” e incluso el comportamiento que la sociedad desaprueba son determinados por los genes, y se proponían eliminar esos “problemas” al eliminar a esos genes que según los defensores de la eugenesia “llevaban” esos rasgos. Según ellos, la sociedad civil progresista debería “ayudar a la selección natural” impidiendo la propagación de este plasma germinal malo en aquellas personas “ineptas” que lo manifiestan. Así pues, presentaron la esterilización, consentida o no, como un método humanitario para salvar a esas personas de la carga de los hijos.
Cada vez más, cuando la eugenesia era refutada, los defensores de las leyes de esterilización forzada argumentaron que eran necesarias para ahorrar al estado el costo de mantener a los niños con fondos del estado o mantenerlos en situaciones institucionalizadas.
EL VERDADERO MOTIVO:
La esterilización forzada y las leyes que penalizan el aborto han ido de la mano en esta sociedad. La familia patriarcal es, en su esencia, una relación de propiedad; la esposa es la posesión del marido, y su papel fundamental y esencial es procrear. Estas autoridades en el sistema capitalista intervenían para controlar cuales niños se producirían. Ya sea a través de leyes contra el aborto, la esterilización forzada u otros tipos de control sobre la reproducción, el objetivo era asegurarse de que las mujeres de las capas “deseables” de la sociedad produjeran niños, y a la vez restringir a los niños considerados inadecuados e “indeseables problemáticos”. Ese componente de la población constituyó predominantemente a los pobres, los negros, los amerindios, los puertorriqueños, los latinos y los mexicanos — y enseguida se concentró en las mujeres de tales grupos.
También debe recordarse que todo este desarrollo de la esterilización forzada se produjo cuando existían restricciones importantes a la inmigración y en el contexto de la gran guerra mundial interimperialista (1914-1917) y la crisis económica y política y el colapso de la economía capitalista-imperialista en Estados Unidos y todo el mundo en 1929 — todo lo cual hizo que el control de cuáles niños nacieran era una necesidad aún más urgente para esas autoridades.
FUENTES Y REFERENCIAS:
Black, Edwin; “Eugenics and the Nazis—the California connection” [La eugenesia y los nazis — la conexión californiana], San Francisco Chronicle (9 de noviembre de 2003)
Gould, Stephen Jay; “Carrie Buck’s Daughter” [La hija de Carrie Buck]; publicado originalmente en la revista Natural History, julio de 1984
Kaelber, Lutz; “Eugenics: Compulsory Sterilization in 50 American States” [La eugenesia: la esterilización obligataria en 50 estados estadosunidenses]; Asociación de la Historia de la Ciencia Social de la Universidad de VermontKline, Wendy; Building a Better Race: Gender, Sexuality, and Eugenics from the Turn of the Century to the Baby Boom [Construir una raza mejor: El género, la sexualidad, y la eugenesia desde el principio de la sigla hasta el baby boom] (2001).
Lawrence, Jane; “The Indian Health Service and the Sterilization of Native American Women” [El Servicio de Salud de los indios y la esterilización de las mujeres indígenas]; American Indian Quarterly, Vol. 24, No. 3, págs. 400-419, verano de 2000.
Lira, Natalie; (2015) “Of Low Grade Mexican Parentage: Race, Gender and Eugenic Sterilization in California, 1928-1952” [De familia mexicana de bajo grado: la raza, el género y la esterilización eugénica en California, 1928-1952] (tesis de doctorado, 2015)
Ordover, Nancy; “Puerto Rico”; en Eugenics Archives Californiav (24 de febrero de 2014)
Reilly, Philip R.; “Involuntary Sterilization in the United States: A Surgical Solution” [La esterilización involuntaria en Estados Unidos: una solución quirúrgica]; Quarterly Review of Biology (junio de 1987) Vol. 62, No. 2, págs. 153-170
Stern, Alexandra Minna; “Sterilized in the Name of Public Health: Race, Immigration, and Reproductive Control in Modern California” [Esterilizado en nombre de la salud pública: la raza, la inmigración y el control reproductivo en la California moderna]; America Journal of Public Health (julio de 2005); Vol. 95, No. 7, págs. 1128-1138.
Torpy, Sally J.; “Native American Women and Coerced Sterilization: On the Trail of Tears in the 1970s” [Las mujeres indígenas y la esterilización coaccionada: sobre el camino de las lágrimas en los 1970]; American Indian Culture and Research Journal 24:2, pp 1-22 (2000)