Aquí va una verdad básica de Bob Avakian (BA):

El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura.

Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian (1:24)

Por eso, desde la perspectiva de los gobernantes y defensores de este sistema, la desenfrenada falta de respeto, la brutalidad y el asesinato desatados por las 18.000 agencias policiales y los más de un millón de policías en Estados Unidos es una característica, y no un error.

La Ley George Floyd de Justicia en Acciones de la Policía

El 5 de junio, los demócratas del Congreso que están redactando lo que se titula Ley George Floyd de Justicia en Acciones de la Policía (JPA) enviaron un correo electrónico a sus colegas con una explicación de por qué era necesaria: “Los municipios están literalmente en llamas por el dolor y la angustia provocados por la violencia ejercida a los cuerpos negros y latinos.... ya es hora de crear un cambio estructural con reformas eficaces”. Digámoslo claramente: este proyecto de ley no fue una respuesta al asesinato policial de George Floyd, ni a las decenas de miles de asesinatos policiales que lo precedieron; fue una respuesta al levantamiento de millones de personas contra este terror.

E independientemente de las intenciones de cualquier partidario individual de este proyecto de ley, su papel objetivo primario es mantener el orden opresivo al que sirve la policía, en tres sentidos:

En primer lugar, intentando demostrar que “el sistema funciona”, que sus representantes “hacen algo” y que sus instituciones opresivas pueden reformarse de formas que importan.

En segundo lugar, trabajando para recanalizar la energía de aquellos cuyos anhelos de justicia los han hecho chocar de frente contra la naturaleza irremediablemente injusta del sistema dominante. Su objetivo es sacar a las personas de las calles y ponerlas a presionar para que el Congreso promulgue, en el mejor de los casos, pequeños “reajustes” al reino del terror policial.

En tercer lugar, tomando algunas pequeñas medidas para refrenar los crímenes más extremos y escandalosos de la policía ... con el fin de preservar su fachada de “servir y proteger” a la gente, y para minimizar los incidentes que podrían desencadenar futuros levantamientos de masas.

Lo que promete la JPA y lo que hará en realidad

La JPA promete un montón de cosas que tocan una fibra sensible en la población: acabar con las llaves de estrangulamiento y las órdenes de allanamiento “sin tocar a la puerta”; eliminar la “inmunidad calificada” para los policías y la etiquetación racial; desmilitarizar a la policía. Pero, ¿cuál es la realidad?

Las llaves de estrangulamiento:

Los asesinatos por llaves de estrangulamiento de George Floyd, y tantas otras personas, revelan que los policías no tienen ninguna consideración por la vida y la dignidad de sus víctimas, y hay que prohibirlas. Pero prohibirlas no cambiará la naturaleza y el papel de la policía, pues tienen muchas otras herramientas a su disposición para brutalizar, degradar y matar: pistolas Taser, espray mace, perros, macanas, revólveres.

Y lo más probable es que la prohibición de la JPA ni siquiera funcione. Considere esto: el Departamento de Policía de Nueva York (DPNY) prohibió todas las llaves de estrangulamiento hace 28 años. Pero de junio de 2009 a junio de 2014, se presentaron más de 1.100 denuncias sobre el uso de llaves de estrangulamientos ante la veeduría civil, que desestimó todas menos diez. En julio de 2014, cuatro policías del DPNY utilizaron una llave de estrangulamiento para matar a Eric Garner. El único individuo que fue arrestado jamás en ese incidente fue Ramsey Orta, que videograbó el asesinato.

Órdenes de allanamiento sin tocar a la puerta:

En al menos 60.000 incidentes al año, policías fuertemente armados irrumpen a la fuerza en los hogares de la población, a menudo lanzan granadas de aturdimiento o gases lacrimógenos, y matan a docenas de personas cada año. ¡Qué escándalo... qué revelación del verdadero papel de la policía! Pero, en contra de lo que se dice, la JPA no eliminará este terror en masa y quizá ni lo reduzca de manera importante. En primer lugar, la JPA sólo prohíbe las órdenes de allanamiento “sin tocar a la puerta”, pero sigue permitiendo las órdenes de allanamiento con “tocar a la puerta de manera rápida”. Lo único que los policías tienen que hacer es tocar a la puerta y gritar “policía” antes de derribar la puerta, y eso está bien según la JPA. En segundo lugar, la JPA ni siquiera prohíbe las órdenes de entrar sin tocar a la puerta en todos los casos, sino únicamente en el caso de las redadas en busca de drogas. Así que los policías sólo tendrán que redactar sus órdenes judiciales para incluir la sospecha de encontrar armas en el local, y se podrá entrar sin tocar a la puerta.

Acabar con la militarización de la policía:

Se supone que la JPA vaya a impedir que el Departamento de Defensa (DOD) distribuya los excedentes de armamento militar a las fuerzas policiales estatales y locales, pero como señaló Human Rights Watch, permite que “se sigan transfiriendo vehículos blindados si el secretario de Defensa lo considera necesario”. Y en cualquier caso, ese tren ya se ha ido: el Departamento de Defensa ya ha distribuido unos 7.4 mil millones de dólares en armas de guerra a 8.000 departamentos de policía, lo que hemos visto que utilizan una y otra vez contra manifestantes en grandes ciudades y pequeños pueblos por todo Estados Unidos.

Inmunidad calificada:

La inmunidad calificada para la policía es una doctrina escandalosa establecida por la Corte Suprema de Estados Unidos que hace que sea muy difícil demandar a los policías por violar los derechos civiles de las personas incluso en los casos más escandalosos¹. En el caso de que la versión actual de la JPA logre aprobarse en el Senado², incluirá un lenguaje que podría circunvenir esta doctrina reaccionaria.

Eso sería algo bueno, pero es poco probable que tenga mucho impacto en el nivel de brutalidad policial. Incluso ahora, muchas demandas civiles presentadas por las víctimas de la brutalidad policial o las familias de los asesinados por la policía sí logran vencer la inmunidad calificada. Un análisis de 31 municipios encontró que pagaron tres mil millones de dólares por demandas de brutalidad policial en un período de diez años, o sea un promedio de diez millones de dólares por municipio al año. Los municipios claramente ven estas erogaciones por demandas judiciales como una extensión de sus costes “normales” de mantener la policía: el precio que pagan voluntariamente para “proteger el sistema” y “reforzar las relaciones de explotación y opresión” (citando a BA).

Supervisión federal:

Algunos elementos de la JPA pretenden aumentar la supervisión federal sobre la policía, promover el entrenamiento y las políticas que desalienten la etiquetación racial y el uso imprudente de la fuerza letal, y permitir que el gobierno federal investigue a los departamentos de policía “problemáticos”. Esto es básicamente una ampliación de las cosas que el gobierno federal ya ha hecho, como la investigación de “patrones y prácticas” que el procurador general de Biden, Merrick Garland, acaba de iniciar en Louisville, Kentucky. Estas investigaciones pueden conducir a “decretos de consentimiento” por los que el gobierno federal establece y trata de imponer determinadas normas y políticas, por lo general en las ciudades en las que la brutalidad policial extrema ha provocado protestas de masas.

Un ejemplo de esto fue Los Ángeles, donde el notoriamente brutal Departamento de Policía de Los Ángeles (DPLA) fue puesto bajo un decreto de consentimiento después de que los escándalos sacaran a la luz la generalización de torturas, corrupción, cargos falsos y otros delitos. Esto duró de 2000 a 2013, y sí se produjeron algunos cambios. Por ejemplo, en 2019 el DPLA se jactó de que “sólo” habían matado a 12 personas, frente a 25 de 2015. Pero en ese mismo período, el uso de macanas subió en un 38%. Así que, algo menos de asesinatos, muchas más palizas, es lo mejor que podemos esperar de la JPA. Los lectores deberían ver la discusión de Bob Avakian durante las preguntas y respuestas tras su discurso Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, en el que desmenuza lo que realmente son estos decretos de consentimiento de los departamentos de policía.

Conclusión

Volvamos a la cita de BA al principio de este artículo:

El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura.

Y el papel de la Ley George Floyd de Justicia en Acciones de la Policía es desactivar la justa ira y rebelión contra la brutalidad y los asesinatos de parte de la policía, y proteger políticamente el mismo sistema que los policías protegen violentamente.

Si realmente hay un deseo de deshacerse de “toda su brutalidad y asesinato”, hay que estar en la onda de hacer una revolución, y deshacerse de ese sistema.

1. En términos básicos, esto se logra diciendo que los policías tienen que violar a sabiendas los derechos civiles de las personas, y que la prueba legal para esto es si un corte federal ya hubiera dictaminado en un caso casi idéntico que declarara que una cierta acción fuera una violación de los derechos civiles. Como siempre hay diferencias entre los casos, las cortes han utilizado este argumento repetidamente para proteger a los policías contra las demandas. (Para obtener más información al respecto, véase este artículo de Reuters). [volver]

2. Al cierre de esta edición, los demócratas están negociando con el senador republi-fascista negro Tim Scott con el fin de conseguir su apoyo, lo que probablemente sea necesario para que la JPA se apruebe en cualquier forma. Según se informa, es probable que la prohibición de la Inmunidad Calificada sea sacrificada o diluida en el transcurso de estas negociaciones. [volver]