En la primera parte de esta charla hablamos de plantear nuestra línea e ideología con osadía, y de abordar la lucha ideológica y las polémicas ofreciendo una mano de unidad y buscando una amplia unidad. Otro aspecto o manifestación de lo mismo se expresa en la contradicción entre ser osados e incluso "provocar" sin ser alocados ni faccionarios (ni sectarios en el sentido político). Esto se aplica a la cuestión estratégica del frente único bajo la dirección del proletariado y también a la esfera de propaganda y agitación (y en general a "tener un impacto por medio de la superestructura").
El siguiente principio es muy importante: cuanto mejor captamos y aplicamos nuestra ideología y línea, tanto mejor podemos manejar dicha contradicción. Y específicamente respecto a la propaganda, la agitación y la superestructura, tenemos que (y podemos) saber analizar y captar cuáles son las cuestiones candentes (del momento o potencialmente) que, abordadas con osadía, permiten aclarar y elucidar los intereses de clase de las masas de modo que se vea que el proletariado tiene la posición "justa y superior". Tenemos que demostrar concretamente --dando ejemplos de sucesos concretos e interconexiones, mostrando "la lógica" de las relaciones sociales y de las grandes cuestiones sociales y acontecimientos mundiales-- la "inevitabilidad" de nuestra línea y programa. Tenemos que lograr la síntesis correcta de ser totalmente osados... ¡y sumamente razonables!
DESEMPEÑAR DISTINTOS PAPELES
Quisiera mencionar una contradicción que se plantea muy a menudo; tiene que ver con desempeñar distintos papeles, presentar distintas facetas o (como se dice en inglés) ponerse distintas cachuchas. Desde luego, la cachucha marxista-leninista-maoísta (MLM) es fundamental, y me dio gusto leer informes y ver videos de camaradas que se ponen cachuchas con las siglas MLM al hablar en público. Pero, evidentemente, el problema no es tan sencillo. O sea, no se resuelve simplemente poniéndose una cachucha e incluso diría (¡aunque suene blasfemo!) que no siempre es correcto ponerse la del MLM; en general está muy bien y debemos hacerlo más , pero no conviene en toda situación. Tenemos que manejar cada situación de acuerdo a sus particularidades y se plantea la contradicción de los papeles, las facetas o cachuchas, por decirlo así, pues la analogía se refiere a los problemas de participar en las luchas del frente único y a la vez estar identificados o asociados con el partido.
Aun si hacemos nuestro trabajo correctamente, no es posible evitar esta contradicción, porque los camaradas se encuentran en situaciones en que hablan de parte de una organización o movimiento de masas y a la vez todo mundo los identifica con el partido y con nuestra tendencia internacional, etc. ¿Cómo manejamos eso correctamente? ¿Cómo lo aprovechamos para fortalecer la lucha del frente único y también plantear firmemente la línea y posición del partido? ¿Cómo destacamos la relación dialéctica entre la línea y el papel independiente del partido y el frente único? O sea, ¿cómo expresamos correctamente la unidad y la diferencia entre el partido y el frente único en sus diversas manifestaciones?
No es fácil. No es fácil hablar a distintos niveles, el nivel del frente único y el nivel de la línea independiente del partido, sin que parezca que tenemos dos caras, pero sí es posible, y los militantes y partidarios tienen que aprender a hacerlo. Si a uno lo asocian con el partido y su línea, es preciso aprovecharlo y ser firme y consecuente en sus planteamientos y, a la vez, plantear la base de unidad del frente único de tal manera que la contradicción entre los dos niveles, entre las dos bases de unidad, no se vuelva antagónica.
Desde luego, eso depende en gran medida de nuestro trabajo político de forjar luchas y organizaciones de masas muy amplias, porque eso abre un espacio para el papel y la línea independiente del partido sin que se confunda con los movimientos y organizaciones del frente único (es decir, movimientos y organizaciones que integran el amplio frente único bajo la dirección del proletariado). En ese trabajo, y en todo nuestro trabajo político, es preciso manejar correctamente los dos aspectos de la contradicción: el frente único y la dirección del proletariado. No podemos ni queremos descuidar el aspecto de plantear consecuentemente la línea y el papel independiente del partido. Pero por amplio que sea el movimiento de masas y por más que se abra un espacio que nos permita plantear la línea y la posición del partido sin que se confunda con la de los movimientos y organizaciones de masas, no es fácil encontrar la manera de plantear correctamente nuestra línea y papel independiente de tal forma que no se contraponga al frente único. Mejor dicho, eso requiere que apliquemos sistemática y consecuentemente la línea y orientación del partido y la dialéctica práctica-teoría-práctica, basándonos en la colectividad y estructura del partido, y desenvolviendo el papel e iniciativa individual en ese contexto.
CONOCER AL PÚBLICO
Quisiera abordar la cuestión de conocer al público. (Mao toca varios puntos importantes al respecto en "Intervenciones en el foro de Yenán sobre arte y literatura"; en esa obra habla a artistas y trabajadores culturales, pero sus comentarios se aplican a la propaganda, la agitación y al trabajo de crear opinión pública). Conocer al público tiene una aplicación general y una aplicación particular: conocer al sector (o sectores) del pueblo al cual nos dirigimos (por medio de lo que escribimos o decimos, o de acciones de propaganda o agitación); y conocer específicamente a un público dado. Es decir, saber a qué sector nos dirigimos y dentro de ese sector tener presente las experiencias particulares de un público concreto para aplicar la línea de masas lo mejor que podamos.
Eso es muy importante en el caso de una charla: en la medida posible debemos conocer al público de antemano y también irlo conociendo ¡en el curso de la charla!, o sea irlo observando y en cierto sentido abriendo un diálogo con él.
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Hay dos modos de conocer al público: directamente (a través de la propia experiencia) e indirectamente (a través de la experiencia de otros). Muchas veces tenemos la oportunidad de hacer trabajo político con ciertos sectores de las masas o de platicar con el público antes y después de una charla, y es muy importante hacerlo en la medida posible. Es de importancia general y también ayuda a dirigir la propaganda y agitación a esos sectores. Pero también hay medios indirectos de conectarse al público, como leer informes sobre el trabajo político con esos sectores (cuando sea apropiado), investigar sus manifestaciones artísticas y culturales, y prestar atención a los temas, así como al estilo y las técnicas que más les laten.
Conocer al público requiere estudiar cómo se plantea las cuestiones que vamos a tratar. Así podemos abordarlas de tal forma que el público "se ponga en la onda" y "le entre". Pero no basta conocer las cuestiones; hay que ver cómo se plantean en distintos sectores, pues las cuestiones candentes tienen distintos matices de acuerdo al sector porque la gente tiene sus propias experiencias, distintos grupos sociales, clases, capas, etc.
La cuestión de conocer al público y conectarse con él por medio de la aplicación de la línea de masas es principalmente una cuestión de contenido, no de forma. Pero secundariamente, es muy importante familiarizarnos con el estilo y las formas de expresión comunes del público porque también nos ayuda a "jalarlo". Las masas desean, y en cierto sentido exigen, cierto estilo, y debemos complacerlas. Desean una buena organización, pero no excesiva . Lógicamente, si van a oír a alguien que afirma que va a dirigirlas a tumbar el orden existente, a dirigir al proletariado (la clase en ascenso) a ejercer el poder en aras de los intereses de las masas y movilizarlas para transformar la sociedad y crear un mundo completamente nuevo y mejor... ¡pues esperan que tenga una buena organización! Pero no excesiva , repito, porque debe de haber espacio para cosas nuevas y diferentes; es decir, no quieren sentirse sofocadas, como en el totalitarismo donde el "gran hermano" controla todo y no hay interacción con el público, ¡y más valdría que un robot les diera la charla! Desde luego no quieren eso, pero sí exigen que seamos consecuentes y tengamos una buena organización.
Y les gusta un buen estilo, que las cosas se hagan con gracia, no algo artificial ni sin sustancia, pero si sirve para algo, si lo hace más contundente, entonces les gusta, les ayuda a entender mejor y lo disfrutan estéticamente. Es el aspecto cultural, por decirlo así. O sea, cuando damos una charla u organizamos una reunión o una celebración, tiene un aspecto estético y cultural que no debemos pasar por alto. De igual modo, cuando escribimos para las masas, es importante (aunque secundario) cultivar cierto estilo y gracia, las cuales no pueden, repito, reemplazar el contenido: deben estar al servicio de él, al servicio de nuestra orientación.
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Lo primordial es tomar en cuenta las ideas de las masas, sin irse a la zaga de ellas, y entrarle de una manera y con un estilo que les lata, que les eche a volar la imaginación y las haga reflexionar. Hay que aplicar lo que hemos aprendido acerca de cómo se plantean las cuestiones para cada sector y "entrarle" desde el "ángulo" que le llegue a cada público a fin de "llevarlos" a todos fundamentalmente "al mismo lugar". Repito, para conocer al público y conectarse con él, partimos de saber cómo se plantea las cuestiones candentes y de cómo entrarle para llevarlo a donde lo queremos llevar.
El estilo es importante, pero lo principal es el contenido. Recuerdo en la época de los 60, que una vez entrevistaron a Stokely Carmichael (ahora se llama Kwame Toure) en un programa de televisión y quisieron ponerlo en ridículo por cambiar el modo de hablar de acuerdo al público. Tocaron unas cintas: en una hablaba a un grupo de intelectuales con un tono académico y en otra hablaba a las masas oprimidas con otro tono. El conductor del programa dio a entender que tenía dos caras y era un charlatán, y Stokely rebatió: "Naturalmente, cambio la forma de hablar de acuerdo al público, porque cada sector tiene su propio lenguaje". No recuerdo sus palabras exactas, pero dijo algo así como: "Les hablo con el lenguaje y estilo que les late". Y eso es precisamente lo que debemos hacer.
Desde luego lo que no debemos hacer es cambiar el contenido básico de lo que estamos diciendo.
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La línea no cambia, pero debemos entrarle de acuerdo a las cuestiones y contradicciones candentes de cada público. Puede haber muchas maneras de entrarle, pero hay que llevar a todos los públicos a la misma comprensión del contenido básico. En esto, como en todo, la línea de masas es clave, y tenemos que aplicarla en el mero momento, o sea, en el mismo curso de la charla.
No es necesario conocer todas y cada una de las cuestiones que preocupan a las masas. O sea, no se trata de conocer en detalle la vida de todos los asistentes a una charla, los programas de televisión que miran, si les gustan novelas o prefieren programas de deportes, o lo que sea, salvo en lo que tenga que ver con las cuestiones que estamos abordando. El chiste es saber cómo se plantean las cuestiones candentes las masas y cada sector con relación a nuestros objetivos: con los objetivos inmediatos y, sobre todo, los objetivos estratégicos y los intereses fundamentales de nuestra clase.
CONOCER LA MATERIA
Evidentemente lo anterior está ligado a la cuestión de "dominar" la materia y exponerla al público (o a distintos públicos) de una forma sencilla (por escrito o en una charla, aunque los dos modos de expresión son distintos). Pero no debemos tener un concepto metafísico de eso, o sea, no debemos quedar inmovilizados porque nos parece que no dominamos lo suficiente un tema. Con esa lógica, nunca sabremos lo suficiente para hacer ningún comentario ni profundizaremos nuestro conocimiento de la materia porque para eso hace falta meternos a la práctica y aprovechar la dialéctica de hacer y aprender. Es un proceso dinámico: tenemos que estudiar, pero también tenemos que aplicar lo que hemos estudiado. Frente a las exigencias de esta o aquella situación, debemos analizar lo que hay que decir y decirlo bien, y aprender a hacerlo mejor a través del proceso y también estudiándolo más a fondo.
No nos alucinemos con "dominar" la materia de una vez por todas y tener la información "archivada" y poder sacarla en cualquier momento. Tenemos que ir profundizando constantemente nuestro conocimiento de la materia y de cómo "desmenuzarla" para el público. Además al preparar una charla, pasamos por un proceso dialéctico que permite aprender más sobre la materia, y también captar mejor lo que sabemos y no sabemos.
También es importante aprender a "hablar a varios públicos a la vez", mejor dicho, presentar las cosas de tal forma que las capten en varios niveles. Los asistentes a una charla o los lectores de un artículo de periódico tienen diversos niveles de comprensión y hay que presentar las cosas de tal forma que los que comprenden más saquen algo más profundo, pero a la vez que los que comprenden menos agarren lo fundamental sin perder el hilo (¡ni aburrirse!). Pero es preciso tener muy claro quién es el público principal , y satisfacer principalmente sus necesidades.
La cuestión de "elevar el nivel" que Mao menciona en el "Foro de Yenán" va al grano: si damos una charla a un público de muchas masas oprimidas y algunos intelectuales, es lógico que estos (por el mayor nivel académico y conocimiento de ciertos conceptos) capten algunas cosas que las masas no captan, pero es preciso que ellas capten lo esencial . De hecho es primordial. O sea, debemos hablar a los dos segmentos del público, pero lo central es hablar al público principal (en la mayoría de los casos, las masas oprimidas); de ahí partimos para desenvolver la charla. Debemos asegurar que las masas capten lo esencial y a veces eso se contrapone a las exigencias de los intelectuales, en parte por razones legítimas y en parte por sus prejuicios de clase.
Muchas veces los intelectuales tienen la actitud de "saberlo todo", cuando en realidad no tienen la menor idea, o sea, cuando no lo han analizado correcta y científicamente. Debido a su posición de clase y sus limitaciones ideológicas, a veces quedan insatisfechos aun cuando les hablamos en su lenguaje. No lo digo para pintar negativamente a los intelectuales. Lo que señalamos en la primera parte de esta plática sobre la importancia de trabajar correctamente con ellos es primordial, y hay que captarlo y aplicarlo. Pero al hablar a un público de masas oprimidas e intelectuales hay que definir el carácter del público principal y lo principal que queremos hacer; en la mayoría de los casos, queremos hablar principalmente a las masas oprimidas. Debemos incluir cosas que aprovecharán los intelectuales y los que han leído más, y si lo hacemos bien, además de satisfacer sus necesidades, eso incentiva a las masas. Pero, repito, lo primordial es hablarles a las masas oprimidas de tal forma que capten lo esencial y el contenido principal de lo que decimos o escribimos.
Captar el interés, retratar vÍvidamente la verdad
Tanto en los escritos como en las charlas, es muy importante mantener el interés del público, aunque esto tiene diversas aplicaciones de acuerdo al medio y las circunstancias. Debemos tomar en cuenta que cada orador (o escritor) tiene su propio estilo y enfoque, lo cual es muy bueno y nos fortalece, y de ninguna manera nos resta fuerza. Es otro aspecto de lo que recalcamos en la "Resolución sobre líderes"* cuando señalamos que los líderes y camaradas de distintos niveles del partido tienen sus propios puntos fuertes y débiles aunque naturalmente todos participamos en la vida del partido, defendemos la línea y hacemos trabajo de masas guiados por ella. Pero, repito, debemos tomar en cuenta que los líderes y militantes del partido --y los oradores y escritores de propaganda y agitación-- tienen su propio enfoque y estilo, ¡y qué bueno que así sea!, pues nos brinda mayor fuerza colectiva y nos fortalece. Y si lo menciono aquí es simplemente porque debemos rechazar la noción de un solo modelo de hablar o escribir porque es incorrecta.
Como señala la "Resolución sobre líderes", a cada cual lo van moldeando sus experiencias, y las experiencias sociales y políticas de su tiempo, y eso en parte determina su enfoque, sus puntos fuertes y débiles, su manera de hablar y escribir, y en general eso está muy bien. Pero es preciso que todo mundo se empeñe en aplicar los principios de agitación y propaganda que ya mencionamos, tales como conocer al público y dominar la materia, y que vaya mejorando y profundizando sus capacidades con la dialéctica de práctica-teoría-práctica y la aplicación de la línea de masas. Con ese fin debemos aprovechar la individualidad, por decirlo así, los puntos fuertes y débiles de cada cual, su estilo y enfoque, en aras de los intereses estratégicos básicos: plantear y aplicar la línea del partido y los principios que hemos mencionado, tales como conocer al público, jalarlo, captar su interés, etc.
Además, es preciso tomar en cuenta la ocasión y el público. No todas las charlas (ni todos los artículos) deben tener el mismo estilo ni el mismo "tono".
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El orador o escritor debe retratar vívidamente la verdad a través de un análisis y síntesis de las contradicciones y los aspectos contradictorios de las cosas. ¿Por qué nuestra agitación y propaganda jala a la gente? Porque se basa en la realidad, porque dice la verdad y enseña la verdad. Por eso es convincente, y no por su estilo o las técnicas que emplea. Estos tienen importancia, naturalmente, pero lo primordial es la verdad. No es simplemente una cuestión de "tocar" los temas indicados ni afirmar esta o aquella verdad. Hay que arrojar luz sobre las verdades y desmenuzar la realidad, y "llevar al público paso por paso" hasta llegar a la síntesis correcta e inevitable, es decir, inevitable no solo objetivamente sino también subjetivamente: en su pensamiento, su conciencia. En otras palabras, el artículo o la charla lleva al público por un proceso que le hace ver conscientemente, que le hace sentir, la inevitabilidad de la conclusión.
Esto no se puede hacer con todas y cada una de las contradicciones importantes, naturalmente, porque no es posible y las charlas (y artículos) serían muy largos y complejos, lo cual no es siempre lo más conveniente (¡y a veces tienen que recordármelo!). Pero sí hay que hacerlo respecto a una o varias contradicciones centrales. Si bien los escritos y las charlas tienen sus particularidades, el principio básico es identificar una o unas pocas contradicciones, "entrarles a fondo" y "llevar al público paso por paso" a que se dé cuenta de la inevitabilidad de nuestras conclusiones.
Además, quisiera dejar muy claro que aunque he criticado una tendencia a confundir la propaganda y la agitación en nuestro periódico, en general contiene excelentes ejemplos de propaganda y agitación contundentes. Una y otra vez me maravilla la calidad, y he leído cartas de gente que no milita en el partido ni está de acuerdo con nuestras posiciones que también se maravilla y pregunta: "¿Cómo lo logran? ¿Cómo analizan y prevén algo que va a ocurrir cuando de plano no se ve que es así?... ¡y a los dos meses resulta que tenían razón! ¿Cómo lo hacen?". Con el marxismo-leninismo- maoísmo (MLM); el MLM permite hacerlo, pero hay que aplicarlo , y nuestro periódico tiene muchos ejemplos muy buenos de la aplicación del MLM. En fin, tenemos un montón de ejemplos positivos de los cuales podemos aprender mucho porque hemos aplicado muy bien los principios señalados aquí, tanto a la agitación y propaganda escritas como a las charlas, pero debemos elevar nuestra capacidad de manera sistemática y completa.
Esto no tiene que ver principalmente, repito, con el estilo ni las técnicas retóricas ni mucho menos con burdos "trucos" demagógicos, sino con el contenido y método (y el estilo y las técnicas se desprenden de ellos). He aquí una cuestión importante que ya señalamos: nuestra agitación y propaganda es contundente porque es verdad . Como dijo Mao, si mal no recuerdo en el ensayo "Contra el estilo de cliché del Partido", los comunistas representamos la verdad y para descubrirla se necesita la ciencia. Debemos basarnos en eso. Nuestro punto más fuerte es que buscamos la verdad en los hechos (y no en un sentido estrecho o pragmático), y a través de la aplicación cabal de nuestra posición, punto de vista y metodología básicos analizamos lo esencial de la realidad, de su movimiento y desarrollo.
Quisiera mencionar una cuestión relacionada que me impactó al repasar el "Foro de Yenán": "Al discutir un problema, debemos partir de la realidad y no de definiciones". Eso es muy importante en cuanto a contenido y estilo. Recuerdo que en la crítica del texto soviético de economía política Mao subrayó precisamente que los autores partieron de categorías y no de la realidad, y dijo que además de ser incorrecto era aburrido. Debemos aprender de eso; es muy pertinente y de amplia aplicación a las esferas de propaganda y agitación, además del trabajo cultural y todo nuestro trabajo. Al discutir un problema, debemos partir de la realidad y no de definiciones o categorías.
Por otra parte, aunque sea raro, quisiera hacer una referencia positiva a Dimitrov, a quien hemos criticado fuertemente por la línea del frente único contra el fascismo** y por reducirlo a una de cuestión de democracia burguesa contra fascismo, y promover la democracia burguesa. ¡Si tiene algún aporte positivo, es justo que también lo mencionemos! Mao lo cita en el "Foro de Yenán": "Hay que aprender a hablar con las masas no en el lenguaje de las fórmulas librescas, sino en el de los que luchan por la causa de las masas, de los que en cada palabra, en cada idea reflejan el pensar y el sentir de millones de seres". De mi lectura de los discursos de Dimitrov sobre el frente único contra el fascismo, recuerdo que eso tiene dos aspectos: esencialmente es correcto, pero tiene un aspecto secundario, que también debemos señalar, que podría llevarnos a ir a la zaga de la espontaneidad. Dimitrov da el ejemplo de un mitin multitudinario en un estadio en Alemania a principios de los 1930, antes de que el partido nazi subiera al poder, cuando varias fuerzas se disputaban la dirección de las masas. Un fascista dio un discurso como los de Pat Buchanan, es decir, abordó las contradicciones candentes, pero planteó una resolución que se oponía a los intereses de las masas. Entonces subió a la tarima un comunista y todo mundo estaba a la expectativa de lo que diría... y empezó: "Camaradas, me da mucho gusto informarles que en el Tercer Pleno del Sexto Congreso de la Internacional Comunista...", y siguió así. El público se desanimó y por poco se duerme. Por hablar en "fórmulas librescas" se perdió una gran oportunidad de arrebatarle la dirección a los fascistas y llevar a las masas por otro rumbo, o cuando menos influencirlas mucho.
Para nosotros el problema es un poco distinto. Desafortunadamente, todavía no tenemos una Internacional Comunista, pero a veces ese tipo de tendencias influyen en nuestra propaganda y agitación. Pero por otra parte, debido a sus errores de línea, Dimitrov no elucida bien este aspecto del problema: los fascistas se valen de la espontaneidad, prejuicios y falsas ilusiones de las masas, cosa que nosotros no podemos hacer; al contrario, tenemos que luchar contra ellos. ¡Mucho ojo!: aunque en lo fundamental, Dimitrov tiene razón y lo que dice es muy importante, no dejemos que su crítica del estilo de cliché del partido lleve a rendir culto a la espontaneidad. El asunto central es dirigir por medio de la aplicación de la línea de masas . Es decir, hay que aplicar el MLM para hacer una síntesis: tomar "el pensar y el sentir de las masas" y aplicando el MLM producir una síntesis más elevada, llevarla de nuevo a las masas y luchar con ellas para traducirla en acción. No se trata de simplemente repetir el pensar y sentir de las masas, sino de producir una síntesis más elevada y llevarla de nuevo a ellas.
DIRIGIRNOS A MILLONES
Pasando a otro tema, que podríamos expresar como no "convencer a los convencidos" sino dirigirnos a millones, en primer lugar quiero dejar claro que sí es importante hacer una labor con "los convencidos". Como Mao menciona en el "Foro de Yenán", los cuadros tienen sus propias necesidades políticas, ideológicas y culturales, que no son iguales a las de las masas, porque tienen un mayor nivel de conocimiento y desarrollo ideológico político. Pero Mao también señala algo sumamente importante: a final de cuentas satisfacer las necesidades de los cuadros sirve a las masas porque el papel de ellos es llevar la línea a la práctica, movilizar a las masas y traducir la línea en medidas (y propaganda y agitación) para las masas, para que ellas las capten y las adopten. De allí viene la importancia de hacer una labor con "los convencidos": es preciso satisfacer sus necesidades políticas, elevar su nivel y aumentar su capacidad de hacer trabajo revolucionario a través del proceso (o la dialéctica) de práctica-teoría-práctica.
Pero no basta con eso y no es lo principal que debemos estar haciendo. Tenemos que dirigirnos a nuestra base social (y desde luego no simplemente expresar sus sentimientos espontáneos) y, además, alcanzar e influenciar a muchas otras capas sociales, incluso a las que actualmente se inclinan hacia la derecha y "al radicalismo de derecha" pero a quienes, desde una perspectiva estratégica, debemos ganar o cuando menos llevar a una posición de "neutralidad amistosa".
Un ejemplo de esto es que tenemos que combatir fuertemente las teorías de conspiración derechistas sobre el Nuevo Orden Mundial, el Banco Mundial, etc., y la demagogia de que los bancos, corporaciones e inversiones internacionales están arruinando a los trabajadores estadounidenses. Esas teorías mezclan la verdad con un chingo de mentiras y tergiversaciones, mitos y a menudo misticismo. A fin de cuentas, es cierto que los bancos e instituciones financieras internacionales tienen una gran importancia e impacto en la vida de todos, y que en última instancia a la clase dominante no le importan un comino las masas trabajadoras, incluso del propio país. Todo eso es verdad. Las teorías de conspiración derechistas plantean cosas muy ciertas pero las entretejen con un chingo de mentiras y, además, con prejuicios y falsas ilusiones de ciertos sectores de las capas medias, que podríamos llamar las capas medias atrasadas. Tienen un carácter derechista porque entretejen las contradicciones concretas con patriotismo, además de mitos, mentiras y demás. Por ejemplo, dicen ¡que las instituciones internacionales están apoderándose de Estados Unidos!, cuando la verdad es todo lo contrario, cuando en realidad el capital estadounidense domina el proceso de acumulación y el mercado mundial, y se está imponiendo política y militarmente en la mayor parte del mundo. Han invertido la verdad: toman un aspecto de la verdad, la invierten y la entretejen con los prejuicios que predominan en esas capas.
Para combatir esas teorías no basta con decir simplemente: "La realidad no es así; la neta es lo que decimos nosotros". Tenemos que aprender a llevar a las masas a ver todo eso desde otra perspectiva; tenemos que hacer una nueva síntesis, basándonos en una crítica científica del capitalismo en su etapa imperialista y señalando la única verdadera resolución que corresponde a los intereses de las amplias masas. Nos toca aprender a hacer eso de tal forma que convenzamos incluso a esas capas, y luchar cuesta arriba contra la espontaneidad, los prejuicios, las falsas ilusiones y las limitaciones de clase que la burguesía está aprovechando a través de demagogos derechistas y políticos fascistas como Buchanan. Ellos aprovechan todas esas cosas, y a nosotros nos toca luchar cuesta arriba contra ellas, hacer una nueva síntesis de todo eso, basándonos en una crítica científica del capitalismo en su etapa imperialista y de la única verdadera resolución que corresponde a los intereses de las amplias masas, y por consiguiente a la gran mayoría de esas capas también.
Otro ejemplo: uno de los principios de los grupos derechistas (a veces oculto y muchas veces abierto) es la supremacía blanca. ¿Cuál es el problema con un gran gobierno burocrático, lo que llaman "big government"? Desde la perspectiva del proletariado consciente de clase, sí existe un gran problema: esa gran "burocracia" es una gran dictadura de la burguesía, que representa los intereses del imperialismo y jode al pueblo, incluso en muchos casos a las capas medias. Pero nuevamente vemos que los demagogos de la derecha tergiversan la verdad y la entretejen con mentiras, prejuicios e ideas reaccionarias y atrasadas que se dan espontáneamente en ciertos sectores, especialmente las capas medias. Por ejemplo, atacan al gobierno por medidas como la acción afirmativa y los servicios sociales a los pobres y la clase trabajadora (subsidios de seguro social, etc.). Y plantean el icono del "contribuyente"; dicen que "todo corre a cuenta del contribuyente", que es el que paga. Tenemos que combatir esa idea del "contribuyente".
¿Cómo hacerlo? A través de nuestra propaganda y agitación debemos demostrar de dónde proviene la riqueza y quién la produce, o sea, la vieja cuestión de ¿quién alimenta a quién? ¿Quiénes producen la riqueza de la sociedad y el capital que circula en todo el globo? Veamos el caso de los inmigrantes, a quienes los acusan de ser parásitos que chupan a la sociedad, cuando en realidad están sometidos a una bárbara explotación y producen una enorme cantidad de plusvalía, la cual es parte del proceso internacional de acumulación imperialista. Producen plusvalía tanto en su país de origen como en el país donde arriban, pero la constante avalancha de propaganda burguesa imperialista tergiversa la realidad, oculta el proceso por el cual se produce el valor y la riqueza social y borra a las masas que los producen.
Cuando hacían la campaña de "Comprar productos estadounidenses" se me ocurrió que una buena manera de mostrar las verdaderas relaciones sería decir (en una charla, por ejemplo) que para la gente que se traga esa campaña y las demás babosadas chovinistas debe quitarse las prendas que se fabricaron en otros países. ¡Todo mundo quedaría en cueros! Hubiera sido una forma de decir: miren, así es cómo funciona el capital internacional. Claro, estamos indignados por los despidos y cierres de fábricas, pero no por eso vamos a apoyar reivindicaciones que enemistan a la clase trabajadora estadounidense con sus hermanos de clase de otros países, especialmente los que sufren una explotación muy salvaje; ni vamos a pedir que el sistema del capitalismo internacional, el imperialismo, traicione su propia naturaleza, dinámica y fuerzas motrices, lo cual es netamente imposible. De plano no podemos solucionar el problema fundamental a menos que nos alcemos, apuntemos contra el sistema y lo tumbemos. Así funciona el sistema. Siempre nos sermonean acerca de "la vida real" y "el mundo real"; aterricen y agarren la onda, nos dicen, si ansían un mundo mejor con relaciones sociales mejores, pues "en `el mundo real' las cosas no son así". ¡Y tienen toda la razón! Las cosas no son así porque el sistema capitalista e imperialista jamás beneficia a las amplias masas. En la vida real, jamás lo hace, y ¡qué bueno que la gente agarre la onda! porque es la neta.
A la gente que se traga el cuento y, más, que se deja llevar por esos prejuicios y proyectos chovinistas, le hace falta entender cómo funcionan las cosas en realidad en este mundo. Hace poco leí un artículo sobre el trabajo infantil en el tercer mundo que me partió el corazón. (Y en ese tiempo también estaba leyendo el libro Amazing Grace de Jonathan Kozol, que describe gráficamente la vida de millones y millones de gente, especialmente niños, en las "entrañas de la bestia", de la "patria" imperialista).
Una gran parte de los bienes, ya sea la ropa o los tapetes elegantes o tejidos que cuelgan en las casas de la gente acomodada, los producen niños de siete u ocho años en países como Tailandia, Pakistán y Haití, trabajando bajo una salvaje y cruel explotación. Es preciso que lo pongamos al descubierto y que demostremos que viene de la propia naturaleza del sistema capitalista imperialista, que "reestructura" empresas en los países imperialistas, "reduce la planta" y echa a la gente a empleos de menor categoría e ingresos. Tenemos que dar a conocer la realidad y oponernos a los prejuicios y nociones espontáneas tan corrientes en las capas medias, especialmente en los países imperialistas, esa espontaneidad nutrida por la embestida constante de propaganda burguesa y la desinformación sistemática. Pero a nuestro favor está el hecho fundamental de que las afirmaciones de Buchanan y las teorías y movimientos de derecha no cuadran con la realidad ni corresponden a los intereses fundamentales de las amplias masas ni de las capas medias.
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Tenemos que cultivar la destreza de exponer todo esto de tal forma que jale y cautive a mucha gente de las capas medias, y podemos hacerlo porque en realidad lo que planteamos y lo que representa la revolución proletaria y su misión histórica es mucho más elevado y noble que las relaciones e ideología del sistema actual. Y a pesar de las constantes tergiversaciones, muchísima gente, incluso de las capas medias, intuye que el sistema no sirve y ansía algo diferente, aunque se inclina espontáneamente hacia otros puntos de vista políticos, por lo menos inicialmente. Tenemos que demostrar patentemente que la vida de trabajo incesante y competencia que cada día aprieta más con "la revolución de alta tecnología" de la economía estadounidense y mundial es totalmente innecesaria . Es de suma importancia que destaquemos eso, pues le dicen a la gente: "Ni modo, tenemos que reestructurar y eliminar empleos debido al mercado mundial y la competencia de la economía internacional" y todo el rollo. ¿Y cómo respondemos? Diciendo sin pelos en la lengua que ¡ son puras mentiras ! Todo eso es totalmente innecesario. Miren la riqueza que las masas producen y el potencial de producir una riqueza social mucho mayor si nos liberamos de las relaciones de producción y la superestructura de este sistema. Es totalmente innecesario que la gente pase por todo esto, que eliminen los empleos de las capas medias, y ni hablar de las masas en muchas partes del mundo que se mueren de hambre y sufren mil y un atropellos e indignidades. Es totalmente innecesario. Nuestros camaradas que trabajan en la esfera de propaganda y agitación y la opinión pública, y el partido en general, deben elaborar muchos medios creativos, eficaces y convincentes de recalcar eso. ¡Y claro que podemos hacerlo!
RESPONDER AHÍ MISMO
Además en ciertas situaciones es preciso tener la capacidad de "responder ahí mismo", de "improvisar" (cuando no hay tiempo para preparar un discurso). Incluso si no podemos hacer un análisis completo, debemos señalar lo fundamental. A veces es preciso responder oportunamente y cachar al enemigo con las manos en la masa, o sea, plantear de inmediato una posición básica que luego podemos ir profundizando. No debemos quedarnos callados, de brazos cruzados, por no tener un análisis completo o un rollo acabado. Naturalmente, tampoco es bueno decir algo erróneo que lleve a la gente por mal camino. Es necesario comprender la situación lo suficiente como para plantear algo que capte lo esencial y encamine correctamente a las masas, aunque por supuesto no tenemos la garantía de atinar siempre. No somos perfectos y, obviamente, vamos a cometer errores (y los hemos cometido). El chiste es aprender de ellos y avanzar. Pero un principio importante es, repito, tener la capacidad de responder rápidamente y cachar al enemigo en el acto. Así podemos ir tras él y acosarlo. Para eso es necesario formular una posición básica que aborde las cuestiones clave, ya sea en el OR o en propaganda y agitación escrita o verbal. Con el tiempo podemos profundizar y elaborar un análisis más completo.
Como Mao recalcó en el "Foro de Yenán", especialmente en aquel momento en la esfera de arte y cultura, lo primordial no era "más flores en el brocado" sino "leña en medio de la nevada". Necesitaban obras que atendieran las necesidades básicas de las masas y no obras muy elaboradas. Nosotros necesitamos ambas cosas, pero ciertamente hace falta leña en medio de la nevada, sobre todo cuando toca responder rápidamente. Y un aspecto importante es la capacidad de improvisar cuando urge hablar sobre este o aquel suceso y no podemos darnos el lujo de prepararnos de antemano si queremos cachar al enemigo en el acto y acosarlo. Para desarrollar esa capacidad se necesitan práctica y estudio.
Es preciso que los voceros y compañeros asociados con el partido y nuestra tendencia (y en general los que hacen agitación y propaganda) conozcan la situación de diversos sectores del pueblo, además del sector con el cual trabajan directamente (o para el cual hacen agitación y propaganda). Deben tener una perspectiva histórica y cierta familiaridad con la situación internacional, además de la situación actual en Estados Unidos. Es importante que lean sobre diversos temas, tanto los que están más o menos directamente relacionados al trabajo que hacen como temas que no están relacionados con él o solo indirectamente. Deben estudiar el MLM, la línea del partido y nuestro análisis de los acontecimientos, pero también es muy importante que estudien otras líneas y puntos de vista, pues es preciso que los representantes del proletariado revolucionario y su partido de vanguardia tengan la capacidad de hablar (y escribir) sobre una amplia gama de cuestiones.
Fundamentalmente, contamos con la colectividad del partido, que formula la línea y las medidas a través del centralismo democrático, y también elabora análisis de cuestiones y acontecimientos importantes. Y, repito, en eso el papel del OR es clave. O sea, no es que cada cual desarrolle sus capacidades por su lado, ni mucho menos su propia línea. La capacidad de responder oportunamente a los acontecimientos depende precisamente de la capacidad de aplicar el MLM y la línea del partido. Pero en ese contexto, es muy importante que los camaradas desarrollen la capacidad de aplicar nuestra línea e ideología a cuestiones y tareas concretas, y en un sentido global, y que tomen iniciativa, basándose, valga la redundancia, en nuestra línea e ideología. Es crucial ser consecuentes con la concepción y metodología del proletariado, y no de ninguna otra clase o grupo, y aplicarla, deslindando campos con las demás concepciones y metodologías, incluso las de "oposición" o "radicales".
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Por último, quisiera mencionar brevemente la cuestión de la nueva generación y la importancia de abordar sus preocupaciones y tomar en cuenta su perspectiva, de una manera fresca, vibrante y vital (y no como "rucos") en la esfera cultural ¡y sobre todo en lo ideológico! Eso está muy ligado a la contradicción de "participar en el proceso de descubrimiento" con ellos sin fingir que no sabemos lo que en realidad sabemos, pues tenemos que encontrar la mejor manera de "conectar" nuestros conocimientos con los compañeros jóvenes que pasan por ese proceso y acompañarlos en la odisea. También es importante buscar la mejor manera de combinar a jóvenes y camaradas experimentados, y dirigir a los camaradas nuevos y (especialmente) a los jóvenes a desenvolver los medios de manifestar la verdad universal del MLM y la línea del partido de tal forma que "le lata" a la nueva generación. Obviamente, los jóvenes no son un grupo monolítico: son de muchas capas sociales, nacionalidades, hombres y mujeres, etc. Sin embargo, como fenómeno la juventud tiene un carácter general. Por eso, un aspecto importante de nuestro trabajo es dirigir a los nuevos compañeros en el movimiento, y especialmente a los jóvenes, a desenvolver los medios de manifestar la verdad universal del MLM y la línea del partido de tal forma que cautive el interés de la nueva generación y plasme la profunda y contundente verdad de nuestra ideología y línea.
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NOTAS
* La "Resolución sobre líderes", adoptada por el Comité Central del partido, salió en el OR No. 825, octubre de 1995.
** Georgi Dimitroff fue dirigente comunista de Bulgaria y secretario general de la Internacional Comunista a partir de 1934. Fue firme partidario de los grandes cambios de línea política que la Internacional adoptó en el Séptimo Congreso Mundial con el fin de combatir el fascismo. Avakian ha condenado esa línea en varios escritos, en particular en el "Esbozo de conceptos sobre la experiencia histórica del Movimiento Comunista Internacional y sus lecciones para el presente" (revista Revolución, septiembre de 1981, p. 6).