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Una declaración importante de Bob Avakian:

El régimen fascista de Trump, como el de Hitler antes que él, es un régimen de horrores — y es completamente ilegítimo.

Hitler llegó al poder mediante los procesos normales de la república de “Weimar” (la forma “democrática” de gobierno capitalista en Alemania a principios de los años 1930). Luego, Hitler pisoteó y rápidamente puso fin a las normas y principios básicos de esa república, imponiendo por la fuerza en su lugar la dictadura fascista abierta de los nazis. Esto sentó las bases para todas las atrocidades horrorosas cometidas por el régimen de Hitler y los nazis — mismas que no se cometieron todas a la vez, sino de manera creciente durante la década siguiente, lo que resultó en el asesinato genocida de 6 millones de judíos. Aunque haya diferencias particulares, lo que está pasando ahora con el gobierno fascista de Trump también encarna un rumbo terrible que supondrá crímenes masivos, monstruosos contra la humanidad, en Estados Unidos y en el mundo en general.

Además, esto está pasando en circunstancias que son aún más peligrosas para la humanidad que las de la época de Hitler — especialmente debido a la destrucción ya muy avanzada del medio ambiente, que las políticas fascistas de Trump acelerarán aún más, y el creciente peligro de una guerra directa entre Estados Unidos y otras potencias capitalista-imperialistas dotadas de armas nucleares, como China y Rusia (y en esta situación, también, el gansterismo imperialista temerario de Trump aumenta el peligro de una guerra nuclear).

Para entender a fondo con qué estamos lidiando, es importante explorar por qué y cómo este fascismo ha llegado al poder en Estados Unidos y qué relación guarda con la naturaleza fundamental del sistema del capitalismo-imperialismo y su desarrollo histórico en Estados Unidos. Al mismo tiempo, existe el siguiente objetivo inmediato crucial:

Antes de que el régimen fascista de Trump pueda consolidarse por completo y llevar a cabo horrores aún peores que los que ya está perpetrando, hay que derrotarlo mediante una poderosa movilización de masas — que venza todos los esquemas de “dividir para conquistar”, unifique a todos los que se pueda unir, desde muchos puntos de vista y perspectivas diferentes, en oponerse, desafiar y resistir activamente a este fascismo, con números de personas que crezcan cada vez más — que avance rápidamente para incorporar a millones de personas, decididas a crear una crisis política tan profunda que Trump no pueda gobernar el país y continuar implementando su programa fascista, con todas sus terribles consecuencias.