Bob Avakian escribe que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver "3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor").
En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.
La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui
EL CRIMEN
Entre 1946 y 1962, el gobierno de Estados Unidos llevó a cabo pruebas nucleares en el Océano Pacífico, contaminando miles de islas del Pacífico. Pueblos enteros padecieron y siguen padeciendo de los efectos de las pruebas nucleares hasta hoy.
En 1946, un año después del final de la Segunda Guerra Mundial y el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki (vea Crimen Yanqui # 97), Estados Unidos puso en marcha su primera prueba nuclear en el atolón Bikini en las Islas Marshall1. Entre 1947 y 1962 llevó a cabo 102 pruebas atmosféricas y submarinas en el Área de Prueba en el Pacífico las que comprenden el 80 por ciento de toda la contaminación nuclear en la historia de las pruebas nucleares de Estados Unidos. Esto es aproximadamente equivalente a 1,7 explosiones de Hiroshima cada día durante los 12 años transcurridos entre 1946 y 1958. De estas pruebas, 67 eran bombas atómicas.
La mayor de las pruebas atómicas, bajo el nombre clave “Bravo” y 1.000 veces mayor que la bomba utilizada en Hiroshima, aniquiló por completo tres islas, dejó un enorme cráter en el arrecife del atolón, y generó una “onda atómica” que cubrió toda la isla de Bikini. El resultado fue tan horrible que un funcionario estadounidense advirtió a los líderes de las Islas Marshall: “Si alguien dice ni una palabra de esto le vamos a fusilar antes del amanecer”.
Evacuaron a algunas islas antes de las pruebas y las aniquilaron. Pero otras islas donde se realizaron las pruebas todavía estaban habitadas y esa gente quedó expuesta a grandes cantidades de lluvia radiactiva. “Descontaminaron” algunos de los barcos impactados por las pruebas nucleares utilizando mano de obra contratada en las islas del Pacifico sin advertirles a los trabajadores isleños de los efectos de la exposición a la radiación.
Los habitantes de Rongelap (un atolón unos 150 kilómetros de la isla Bikini) padecieron del síndrome de irradiación aguda en 1954 cuando 5 centímetros de lluvia radiactiva de “Bravo” recubrieron el suelo. La gente sufrió náuseas, vómitos, quemaduras, pérdida de cabello, hipotiroidismo (déficit de hormonas tiroideas), falta de producción de médula ósea, y entre las mujeres embarazadas, abortos involuntarios. Tres años más tarde, en 1957, Estados Unidos regresó a los habitantes a Rongelap, afirmando que la isla estaba segura. Sin embargo, ¡nunca se hizo ninguna limpieza! Treinta años más tarde, el 95% de los residentes que vivían en la isla entre 1948 y 1954 tenían cáncer de tiroides y la tasa actual es de 200% por encima del promedio nacional.
Muchos isleños llegaron a servir de conejillos de indias en un experimento médico secreto llamado Proyecto 4.1 realizado por Estados Unidos para estudiar los efectos de la radiación sobre los seres humanos. El Dr. Merrill Eisenbud, uno de los científicos más importantes de la Comisión de Energía Atómica (AEC) quien promovió las pruebas nucleares, dijo: “Va a ser muy interesante volver y conseguir buenos datos ambientales, cuántos por milla cuadrada, cuáles isótopos son involucrados y una muestra de los cambios de los alimentos en muchos seres humanos a través de sus orinas, a fin de obtener una medida de la absorción humana cuando las personas viven en un ambiente contaminado. Ahora, los datos de este tipo nunca han estado disponibles”.
La gente en las Islas Marshall sigue padeciendo de la exposición crónica a largo plazo a los isótopos radiactivos concentrados en plantas, animales y frutas. Al menos 24 clases de cáncer ocurren en tasas más altas de lo normal, incluso en las generaciones posteriores. Muchas personas se vieron obligadas a evacuar sus islas y trasladarse a otras islas para vivir en condiciones miserables en otros atolones. Y la falta de atención de la salud y de educación modernas ha obligado a decenas de miles de personas a desplazarse a los grandes centros de población — principalmente en Guam y Hawai`i, donde se enfrentan a una intensa discriminación. La incapacidad para ganar suficiente dinero para pagar la vivienda, junto con la discriminación, han obligado a muchos miles de personas a vivir en campamentos de los sin hogar.
Hoy en día, 60 años después de las pruebas nucleares, islas enteras siguen inhabitables.
LOS CRIMINALES
La lista de criminales cómplices de este crimen es interminable. En 1947, el gobierno de Estados Unidos logró que las Naciones Unidas designaran toda Micronesia —la que incluye las Islas Marshall— un “Territorio en Fideicomiso Estratégico”. Esta fue el primer y único fideicomiso que jamás otorgó la ONU. Sólo cinco días más tarde Estados Unidos estableció las Islas Marshall como el “Área de Prueba del Pacífico”. La Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos continuó haciendo pruebas después de que el Proyecto Manhattan rehusó hacerlas.
El presidente Harry S. Truman aprobó las pruebas.
El Proyecto Manhattan (un proyecto de investigación y desarrollo que produjo las primeras armas nucleares durante la Segunda Guerra Mundial, dirigido por Estados Unidos con el apoyo del Reino Unido y Canadá) fue el responsable del desarrollo de la bomba atómica, Trinity, las pruebas nucleares en Nevada, dando la luz verde para el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, y luego las pruebas iniciales en la isla Bikini.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
Henry Kissinger, a quien interrogaron más tarde sobre el peligro que representaban para Micronesia las pruebas nucleares estadounidenses, dijo: “Sólo hay 90.000 personas por ahí. ¿A quién le importan un comino?”
LA COARTADA
En febrero de 1946, el comodoro estadounidense Ben H. Wyatt, gobernador militar de las Islas Marshall, dijo a los residentes de Bikini que Estados Unidos pretendía poner a prueba las bombas atómicas “por el bien de la humanidad y para poner fin a todas las guerras mundiales”. La coartada formal de Estados Unidos fue que necesitaba los datos acerca del efecto de la lluvia radiactiva sobre el personal y equipo militar de Estados Unidos.
EL MOTIVO VERDADERO
Después de salir victorioso de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba decidido a demostrar su dominación imperialista del mundo. Las demostraciones de “poderío nuclear” por parte de Estados Unidos tenían el fin de enviar un mensaje a la Unión Soviética (donde el capitalismo fue restaurado en 1956), la China socialista, y las potencias imperialistas rivales. Las pruebas nucleares NO se realizaron “en secreto”; sirvieron de actos de propaganda potentes. Estados Unidos transportó e invitó a periodistas, científicos, militares, congresistas y observadores extranjeros para ser testigos del poder destructivo de las bombas. Sus informes de shock y pasmo se extendieron rápidamente por todo el mundo. Un historiador escribió que las pruebas “ayudaron a restaurar el respeto por la potencia de la bomba”.
El interés de Estados Unidos en el Pacífico siempre ha sido predominantemente militar y estratégico. El establecimiento del “Área de Prueba de Estados Unidos” en el Pacífico sentó las bases para una mayor militarización estadounidense de toda la región del Pacífico.
1. Las Islas Marshall son un país formado por más de 1.000 islas situadas en el Océano Pacífico cerca del ecuador. Un atolón es un arrecife en forma de anillo, una isla o cadena de islas, formado de coral. [regresa]