Actualización, 19 de agosto: ¡Usaron una bomba estadounidense!
¡Usaron una bomba hecha en Estados Unidos la que mató a 40 niños y a otros 11 yemeníes el 9 de agosto! La semana pasada, expertos en municiones y periodistas yemeníes encontraron fragmentos de la bomba, una bomba MK82 guiada por láser de 225 kilos fabricada por Lockheed Martin. La bomba había sido vendida a Arabia Saudita por conducto del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El periodista yemení Ahmad Algohbary muestra una parte de la bomba fabricada por Estados Unidos que mató a 40 niños la semana pasada. (Foto: @AhmadAlgohbary/Twitter)
Los sauditas dicen que el autobús lleno de niños era un “blanco legítimo” — Estados Unidos miente al negar responsabilidad
La mañana del jueves 9 de agosto, un autobús lleno de niños regresaba de una excursión en Sada en el norte de Yemen. De repente, sin advertencia alguna, un avión de combate de Arabia Saudita lanzó un misil que obliteró el autobús. Partes de cuerpos quedaron desparramados por la calle llena de gente: ¡40 de los niños en el autobús masacrados y otros 56 heridos! El ataque también mató a otras 11 personas e hirió a 23 más.
¡Estados Unidos y Arabia Saudita tienen las manos manchadas de la sangre de estos niños yemenís, y de decenas de miles de otros niños yemeníes muertos por las bombas y por el hambre y las enfermedades engendrados por esta guerra!
Esta masacre no es una rara excepción, un error: ¡así es la guerra de Arabia Saudita con el aval de Estados Unidos! Atacan civiles a propósito; bombardean bodas, fábricas, mezquitas y escuelas, matando al menos 10.000 yemenitas, posiblemente el doble o cuádruplo de esa cifra. Y usan a propósito el hambre y las enfermedades como armas de guerra —bombardeando hospitales, clínicas, mercados… hasta granjas y pescadores— e impiden o bloquean envíos de alimentos, combustible y medicina.
Arabia Saudita libra esta guerra con aviones estadounidenses, bombas estadounidenses, inteligencia estadounidense, logística estadounidense, y apoyo político estadounidense. Y soldados estadounidenses también han participado directamente en la guerra en Yemen. Es una matanza de alta tecnología desde el aire, ¡y sería ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE que Arabia Saudita libre esta guerra sin el respaldo y participación directa de Estados Unidos!
“Los misiles que nos matan, hechos en USA”, le dijo un yemení a PBS. “Los aviones que nos matan, hechos en USA. Los tanques, Abrams, hechos en USA. Usted me pregunta: ‘¿Dónde está Estados Unidos [en esta guerra]?’ Es Estados Unidos de cabo a rabo”.
El resultado: 8,4 millones de yemeníes al borde de la inanición, 20 de sus 28 millones de habitantes requieren asistencia humanitaria, y el año pasado Yemen sufrió la peor epidemia de cólera en la historia. Ahora, Arabia Saudita, respaldada por Estados Unidos, ha intensificado la guerra, incluida una ofensiva contra el puerto por donde entra buena parte de la ayuda que recibe Yemen, cual ofensiva amenaza a la población de ese país con horrores aún peores: 10 millones más de yemeníes podrían sufrir de hambruna y enfrentarse con la muerte; millones más podrían correr el riesgo de contagiar cólera.
Esta es una guerra que afecta más duro a los niños: cada día que persiste mueren 130 niños de hambre o enfermedades curables. En dos años (2016-2017) en Yemen, 113.000 niños murieron de hambre o enfermedades prevenibles. UNICEF ha dicho que es una “cruel guerra contra niños”1.
Inmediatamente, Arabia Saudita se puso a vomitar mentiras — de que el misil se dirigió a un blanco legítimo, un lanza-cohetes. El ataque dio en un mercado lleno de gente sin ninguna instalación militar cerca. Los sauditas alegan que se están usando a los niños como “escudos humanos” en esta guerra. ¿O sea que ahora los aproximadamente 12 millones de niños menores de 15 años serán blancos?
Los funcionarios militares de Estados Unidos dicen que no tienen idea de si fuerzas armadas yanquis ayudaron a reabastecer de combustible a los aviones sauditas o si les suministraron las bombas usadas en este brutal crimen de guerra. El Pentágono afirma que no mantiene un registro de tales detalles. Es como si los nazis dijeran: “Nosotros solo metimos a los judiós en los vagones, no tenemos idea de adónde terminan”.
Mientras tanto, el Departamento de Estado yanqui se niega a condenar, ni siquiera criticar, la masacre saudí — un indicio claro de respaldo estadounidense oficial.
Reflexionen sobre esos 96 niños al otro lado del mundo: 96 niños muertos, mutilados, sangrando, heridos. ¿Qué tipo de sistema masacra e impone hambruna y enfermedades a niños deliberadamente? El capitalismo-imperialismo de Estados Unidos, ese es el tipo de sistema.
Por más de tres años, primero bajo Obama y ahora con una escalación bajo Trump y Pence, Estados Unidos ha respaldado la guerra de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos para aplastar al movimiento hutí (que representa a fuerzas reaccionarias y anticuadas en Yemen). Lo han hecho para fortalecer Arabia Saudita y reforzar su control sobre Yemen (en la punta estratégica de la Península Arábiga), bloquear la influencia iraní, y mantener el yugo yanqui sobre todo el Medio Oriente.
Dominar esta región, que conecta Asia, África y Europa y tiene vastas reservas de petróleo, es crucial para la dominación global de Estados Unidos. Henry Kissinger, criminal de guerra y antiguo oficial de Nixon, escribió que la prosperidad del Occidente tras la Segunda Guerra Mundial se ha basado en el petróleo barato del Medio Oriente. Arabia Saudita, el grifo petrolero principal del mundo y una de las tiranías medievales más opresivas del mundo, es una pieza clave en esta dominación.
Sin dominar el mundo, y el Medio Oriente en particular, Estados Unidos no sería el imperio que es hoy. La riqueza y los recursos acumulados por el Estados Unidos capitalista-imperialista fueron sacados de la esclavitud y el robo de tierras en América del Norte, y luego de la implacable dominación económica, política y militar de las masas populares en todo el mundo. Esto es lo que hace posible que los gobernantes les entreguen parte del botín —el nivel de vida— a gente en Estados Unidos. Para mantener todo esto, los gobernantes imperialistas de Estados Unidos —demócratas y republicanos— se ven obligados a respaldar o cometer crímenes masivos y bárbaros como la matanza de niños inocentes en Yemen. NECESITAN cometer estas atrocidades para mantener en funcionamiento todo su sistema.
Nadie con una pisca de humanidad puede guardar silencio ante estos crímenes intolerables, ni mucho menos dar pretextos o celebrarlos. En vez, la gente de consciencia debería desear que los gobernantes de Estados Unidos fracasen en esta barbaridad. Y muchísima gente más deben esforzarse enérgicamente hoy para impulsar un movimiento para una revolución real, para que llegue el día cuando sea posible derrocar este imperio que ha sido y sigue siendo responsable de muchos millones de muertes y tanto sufrimiento.
¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad!
1. Ver, “De las fauces de Estados Unidos chorrea la sangre de los ninos de Yemen: La guerra de la cual no estas enterado” en revcom.us. [regresa]
Los restos del autobús que estaba lleno de niños al ser destruido por un misil saudita. Foto: AP