Las dos piedras angulares
Lo que es muy importante en la contienda en la esfera ideológica, así como la política, es la naturaleza y el papel de las dos piedras angulares de nuestro partido, que son elementos fundamentales para construir concretamente un movimiento — para la revolución.
Respecto a la primera piedra angular, una cultura de aprecio, promoción y popularización de lo que Bob Avakian ha desarrollado y lo que él representa: que está fuertemente relacionado con proyectar una visión radicalmente diferente, un polo y una autoridad políticos e ideológicos radicalmente diferentes — con elevar lo que han sido las aspiraciones extremadamente reducidas de la gente. Ahora bien, si nosotros representáramos algo fuera de la revolución y el comunismo, si sólo obráramos para conseguir ciertos ajustes menores dentro del orden establecido, por horrendo que sea, bueno, no tendrían gran importancia la nueva síntesis, lo que BA ha forjado y que representa, todo el conjunto de su obra, método y enfoque. Eso no tendría gran importancia si estuviera divorciado de lo que tenemos que representar en serio: reconocer, y actuar en consecuencia, la necesidad así como la posibilidad de la revolución que lleve a una sociedad radicalmente diferente y en última instancia a un mundo comunista radicalmente diferente. Si de hecho nosotros representamos eso, no sólo no debe ser difícil crear esa cultura de aprecio, promoción y popularización, sino que debemos arder de entusiasmo e inspiración para crearla y encontrar formas creativas de hacerlo.
Para decirlo en términos muy fundamentales: La gente necesita saber de la realidad objetiva a fin de transformarla de acuerdo con sus intereses. Y una parte decisiva de la realidad objetiva es que la gente necesita dirección, cierto tipo de dirección, para poder transformar la sociedad y el mundo por medio de la revolución.
El papel de nuestro partido como una vanguardia de la revolución —su papel actual y el potencial y la lucha para realizarlo más plenamente— es una parte importante de la realidad objetiva que la gente tiene que conocer y entender. Por eso necesitamos hablar con la gente ampliamente sobre la Revolución Cultural dentro de nuestro partido. ¿Cómo se puede hablar a las masas sobre el papel de este partido como una vanguardia sin hablarles de la Revolución Cultural dentro del partido?1
Una vez más, todo eso nos lleva de vuelta a la pregunta básica si nuestro objetivo realmente es la revolución y el comunismo. Si eso no es nuestro objetivo, pues, hablar de la necesidad de la dirección y su importancia sólo dificulta hacer que las masas nos hagan una que otra cosa que queramos, para uno u otro objetivo limitado. Pero, por el lado contrario, si nuestro objetivo realmente es la revolución y trabajamos activamente hacia ello —al máximo posible en cualquier momento dado acelerar mientras se aguarda— bueno, debemos reconocer que es extremadamente importante que las masas sepan que cuentan con una vanguardia y con un líder que desempeña cierto papel objetivo en relación con todo el gran desfile de la revolución comunista así como en las circunstancias actuales y la etapa actual de esa lucha.
¿Cómo podrán evaluar las masas la necesidad y la posibilidad de una transformación radical de la sociedad y del mundo, de qué debería consistir, y cómo se podría lograr, si les hace falta —o si en efecto no se les permite conseguir— un entendimiento de un aspecto crucial de la realidad, lo que está íntegramente relacionado con eso? ¿Cómo podrán actuar de acuerdo con ese entendimiento si no se les presenta? ¿Cómo siquiera podrán emanciparse a sí mismas sin la dirección que necesitan para hacerlo? Y, por el lado positivo, si nosotros realmente representamos la revolución y estamos trabajando consecuentemente por ella y si entendemos el papel crucial de la dirección en relación a eso, pues, debemos estar dándole con todo corazón para contárselo a las masas y, de ser necesario, luchar con ellas al respecto. Si una enfermedad epidémica estuviera arrasando con la gente y si estuviera ahí un doctor que le encontrara una cura, ¿deberíamos quedarnos avergonzados de contárselo a las masas, o deberíamos correr a tocarles la puerta y despertarlas diciendo: “Oigan, ya no tienen que sufrir esta terrible enfermedad — ya existe una cura, existe y sirve, aunque no sea fácil”? Bueno, las analogías tienen sus limitaciones, pero que quede claro el punto.
No se le puede repetir demasiadas veces: Eso está muy relacionado con si nosotros estamos encaminados en serio o no a hacer la revolución —a avanzar hacia el objetivo del comunismo, hombro a hombro con la misma lucha por todo el mundo— y sí, a influenciar la lucha en el mundo hacia ese objetivo. Pretendemos, como debemos pretender, influenciar el desenvolvimiento de esa lucha — entre otras cosas, por medio de una lucha enérgica y a veces aguda sobre lo que representa esta revolución y cuál es la naturaleza del conocimiento científico necesario para dirigirla.
Eso les importa a las masas —les es profundamente importante—, aunque en su mayoría no lo sepan ahorita. Fíjese, reconozcámoslo —para invocar una vez más esa frase de Bob Dylan, no hablemos falsamente ahora— las masas populares por todo el mundo no saben muchas cosas que les es muy importante saber. Eso no quiere decir que no puedan aprenderlas — ahí entra el papel de las fuerzas conscientes de la vanguardia. Por eso volvemos a la pregunta, “para quiénes y para qué”: ¿qué es el objetivo del trabajo que estamos haciendo y la lucha que estamos librando, y a favor de los intereses fundamentales de quiénes? Lo que representa todo esto y en lo que nos basamos no es un “templo recóndito del conocimiento”. Es un análisis científico de la realidad el cual lo hicieron otros en primer lugar y lo han desarrollado otros antes que nosotros — y lo estamos asumiendo, aplicando y desarrollando más. Debemos estar luchando por ello muy activa y enérgicamente donde quiera vayamos y en cada esfera en que entremos — en una manera viva y convincente que expresa la dialéctica de ser “sumamente razonables y totalmente osados”.
Echen otro vistazo a la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto): Encarna la nueva síntesis del comunismo de manera viva y tangible; y como he dicho antes, si no te inspira lo que esa Constitución encarna, lo lamento mucho por ti — tu visión y tus aspiraciones son increíble y terriblemente reducidas.
Bueno, ello sobre la primera piedra angular.
Al mismo tiempo, tiene un papel crucial la otra piedra angular, el periódico de nuestro partido como “el centro y el eje” —y el andamiaje— del movimiento que estamos forjando para la revolución. En este sentido, se necesita que el periódico haga un trabajo aún mejor no sólo de desenmascarar al sistema y plasmar la necesidad y la posibilidad de un mundo comunista radicalmente diferente, sino también de plasmar, en un sentido activo, el desarrollo y la construcción concretos de este movimiento para la revolución y la participación de personas reales —no de una manera reificada o de una manera artificial sino con la participación concreta de cada vez más personas— a varios niveles y de varias formas en este movimiento para la revolución. Al leer el periódico —no necesariamente cada número, pero a través de un período de tiempo, y no digo décadas—, la gente debería formar una idea viva y concreta de este movimiento y de que el partido y su periódico están al centro de eso. Debería facilitar cada vez más que la gente actúe al unísono —no de una manera uniforme, en un sentido malo, al estilo de un robot, sino de manera unificada, en un sentido básico y vivo— en respuesta a los acontecimientos importantes en el mundo, todo encaminado hacia la meta, cada vez más consciente de la necesidad, así como la posibilidad, de abrir paso en serio, de hacer la revolución y de llegar a una nueva etapa y a una nueva plataforma a partir de las cuales llevar adelante esa revolución. Eso es lo que la gente debe sacar —en términos vivos y tangibles— cuando entren en contacto con nuestro periódico y con nuestro partido que difunde ese periódico y que lleva a cabo trabajo revolucionario multifacético basado en una línea presentada de manera concentrada en ese periódico.
Continuará
1. Se analiza la Revolución Cultural dentro del PCR en El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Revolucionario Comunista, Estados Unidos, septiembre de 2008 (Chicago: RCP Publications, 2009); vea en particular la sexta parte, “Una revolución cultural dentro del PCR”. También se puede conseguir en línea en revcom.us/home-s.htm. [regresa]