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BOB AVAKIAN 
REVOLUCIÓN #56: 
Una vez más sobre la “controversia en torno a Caitlin Clark”.

Hace poco, como apasionado aficionado y dedicado estudiante del juego de baloncesto, escribí un artículo de dos partes sobre importantes cuestiones en torno a lo que es a menudo una candente controversia alrededor de la sobresaliente jugadora de baloncesto Caitlin Clark, quien ahora está en su primer año en la liga profesional femenil (WNBA). El título de este artículo de dos partes (que está disponible en revcom.us) señala los importantes asuntos en cuestión: “EL BALONCESTO Y GRANDES CUESTIONESLa controversia en torno a Caitlin Clark — las y los grandes, ‘el o la más grande de todos los tiempos’, estrellas blancas en un ‘deporte negro’, el racismo y la lucha en su contra, y el tipo de mundo al cual debemos aspirar”.

Clark es una “estrella blanca en un ‘deporte negro’”, y con su entrada a la WNBA, la controversia ha vuelto a calentarse de forma relativamente grande. Mucha gente tiene mucho que decir acerca de esto — en gran parte (aunque no todo) desde un ángulo equivocado u otro. Mi artículo en revcom.us aborda las cuestiones sociales más grandes que supone todo esto. Aquí voy a centrarme en cómo se expresa en el juego mismo.

La experiencia de Clark en la WNBA hasta ahora ha sido dispar —con algunos juegos realmente sobresalientes y algunos que han sido más frustrantes— y algo que hay que se repite con frecuencia es que Clark necesita aprender a adaptarse a la WNBA, porque allá se da un nivel más alto de competencia que en el baloncesto universitario femenil. Hay cierta verdad en eso; pero la verdad mucho más grande es que la WNBA necesita aprender a adaptarse a Clark y a su potencial para elevar el nivel del juego y de la WNBA en su conjunto.

Esto se aplica a los oficiales, quienes con demasiada frecuencia han permitido que los jugadores contrarios se salgan con la suya con las faltas, incluso “faltas duras”, contra Clark. Esto se aplica a aquellos miembros de otros equipos quienes no sólo juegan lo mejor que pueden contra Clark, que por supuesto lo deberían hacer, sino que también se dedican a golpes bajos verbales y también golpes bajos físicos en contra de ella. Y esto se aplica sin importar que se reconozca y desencadene por completo su capacidad, en la debida forma en que hay que hacerlo, como la jugadora esencial para su equipo (la Fiebre de Indiana).

¿Pero, no existe el racismo en el baloncesto profesional, tal como existe en cada otra parte de esta sociedad? Sí — pero, por importante que sea eso, y por importante que lo sea oponerse al racismo dondequiera que de hecho exista, se trata de una cuestión diferente que la forma de evaluar y apreciar a los actores en diferentes campos, incluido el baloncesto. Como se indica en el título, mi artículo aborda todo esto a fondo.

El hecho es que Clark tiene la capacidad de ser una superestrella en la WNBA, ahora. Sí. Ella necesitará demostrarlo en la cancha, pero ella no necesita torear ninguna ridícula “iniciación de novata” u otras tonterías que ponen obstáculos artificiales en su camino, y que podrían causarle lesiones serias. En lugar de resentimiento acerca de lo que ella contribuirá, hay que darle la bienvenida al hecho que ella elevará el nivel y la apreciación del juego femenil en su conjunto.

Clark no es solamente otro jugador muy bueno de baloncesto que haya salido últimamente de la universidad: se puede hacer un argumento sólido de que ella es el mejor jugador que alguna vez haya salido de la universidad, al menos hasta ahora. (Mi artículo lo trata ampliamente.)

¿Hay maneras en que Clark podría mejorar? Por supuesto. En cualquier campo de la actividad humana, todos —incluidas las mejores personas en un campo— pueden y deben seguir encontrando maneras de mejorar... a menos que esto suponga algo realmente terrible (¡no sirve de nada que alguien se convierta en un asesino en masa mejor!).

Clark ha demostrado un entusiasmo y facilidad de mejorar. Pero hay que reconocer lo siguiente con claridad: alguien que tenga la extraordinaria capacidad de ella, en muchas dimensiones del juego, solo puede florecer si se desencadena este talento de ella en toda su extensión, y que el juego de su equipo responda, y se mueva, en torno a lo que ella es capaz de hacer y la manera en que eso puede elevar el nivel del equipo entero.

Sin reconocer esto y sin darle expresión en la forma en que hay que hacerlo, pues ella resultará frustrada en su capacidad de contribuir a la altura extraordinaria a que ella lo podría hacer, y no sólo su equipo, sino la WNBA en su conjunto, saldrán en un lugar peor por eso.

Finalmente, para volver a esta verdad importante: es cierto que cuestiones sociales más grandes están en operación y están influenciando todo esto. Una vez más, mi artículo en revcom.us aborda eso. Aunque fue escrito antes de que Clark entrara a la WNBA, el análisis básico del artículo se aplica ahora que Clark ha comenzado a jugar en la WNBA. Quien quiera comprender más a fondo esta cuestión debería leer ese artículo.