Lea en español, o escuche en inglés, este e-mensaje de Bob Avakian Oficial.
BOB AVAKIAN
REVOLUCIÓN #133
Sí, este fascismo de Trump y MAGA realmente es así de malo. Y, si no se expulsa pronto del poder, esto se pondrá mucho peor.
Si se permite que este régimen fascista permanezca en el poder, todas cosas en las que la gente decente ha sentido que podía confiar para buscar justicia serán brutalmente eclipsadas… todo valor moral edificante será vilipendiado y reprimido... cada esfera de la sociedad será reconfigurada, de formas terribles, en consonancia con la crueldad supremacista masculina, anti-LGBT, supremacista blanca y antiinmigrante y la demencia anticientífica, destructora de la salud y del clima del régimen fascista de Trump y los desvaríos sedientos de sangre y la violencia depravada de los fanáticos que encabezan “el departamento de guerra”, en que el maníaco trastornado Trump tiene el dedo en el botón nuclear.
Cada visión, y cada esfuerzo activo, por un mundo mejor, más justo, por un futuro digno en el que vivir, será violentamente suprimido y efectivamente truncado, al menos en el futuro previsible. [Se agregaron las cursivas y negritas.]
- Bob Avakian, Revolución #133, “Sí, este fascismo de Trump y MAGA realmente es así de malo. Y, si no se expulsa pronto del poder, esto se pondrá mucho peor“.
El 4 de diciembre, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, emitió un memorándum extremadamente peligroso para las agencias federales encargadas de hacer cumplir la ley. El tema del memorándum es “Implementación del Memorando Presidencial 7 sobre seguridad nacional: lucha contra el terrorismo interno y la violencia política organizada“.
Si se ha estado preguntando cuándo entrará plenamente en vigor la parte del fascismo sobre “la proscripción y aplastamiento del disentimiento”, lea este memorándum. ¿Y si quiere hacer algo, urgentemente, para prepararse para luchar contra eso y prevenirlo? Entonces no sólo lea el memorándum, sino que lea este artículo y compártalo con otros.
Una importante firma de abogados estadounidense, Arnold & Porter, describió este memorando de Bondi como “una de las directivas internas más importantes de los últimos años: un plano operativo agresivo que ordena a las agencias federales encargadas de hacer cumplir la ley implementar el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional 7 [de Trump]...” Este memorando del Departamento de Justicia “remodela cómo se definirá, investigará, procesará y le asignará recursos contra el terrorismo interno en todo el gobierno federal”.
“El mensaje clave es inequívoco: las autoridades federales se enfocarán en individuos, organizaciones y financiadores que el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) sostiene que son ‘terroristas internos’, según una definición que vincula la violencia política con ideologías ‘antifascistas’”. (Negritas en el original; cursivas agregadas).
Trump emitió el Memo Presidencial de Seguridad Nacional-7 (NSPM-7) hace dos meses. En ese momento, escribimos que esto representaba un “ataque total contra los disidentes de todo tipo y contra la propia Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (la que se supone garantiza la libertad de expresión y el derecho a protestar)”.
El memorándum de Bondi lleva este ataque un paso más allá al utilizar el NSPM-7 como justificación legal para una represión amplia y extremadamente dura contra personas, grupos y acciones antifascistas, todo ello bajo el pretexto de “luchar contra el terrorismo interno”. Sin embargo, hay muy poca conciencia de esto entre las fuerzas amplias que se oponen a Trump y muy poca cobertura al respecto entre los comentaristas anti-Trump.
A los ojos del régimen fascista: la oposición al fascismo equivale a “terrorismo interno”
El memorándum del Departamento de Justicia se anuncia como “una estrategia centrada en erradicar a todos los participantes culpables (incluidos los organizadores y financiadores) en todas las actividades de terrorismo interno”. (Nota: “culpable” significa censurable, lo cual es un estándar más bajo que el de culpa más allá de toda duda razonable).
Al leer esto, quizás se pregunte: “¿Qué es este ‘terrorismo interno’?” ¿Son los hampones del ICE fuertemente armados que merodean por las ciudades, rompen ventanillas de automóviles, separan a niños de sus padres y madres y envían a personas a brutales prisiones similares a campos de concentración en Estados Unidos o en otros países? ¿Son las amenazas de muerte que, según informan los políticos republicanos, los asedian si alguna vez se desvían unos centímetros del programa de MAGA? ¿Es la turba asesina de fascistas de MAGA que atacó el Capitolio en 2021?
No, a los ojos del régimen fascista de MAGA —y en el lenguaje del memorándum de Bondi— el “terrorismo interno” es oposición en cualquier forma y en cualquier grado a su régimen. El “terrorismo interno” incluye “conjuras para impedir o atacar al trabajo de las fuerzas del orden”, una referencia obvia a la resistencia de masas de miles de personas comunes y corrientes, en Chicago y otras ciudades, que buscaban proteger a sus vecinos inmigrantes contra los hampones del ICE. Incluye “piquetes o manifestaciones con la intención de obstruir la administración de justicia”, es decir, protesta política que sea de alguna manera “perturbadora”. (Esto podría incluir claramente la desobediencia civil no violenta). E incluye donar o ayudar de cualquier otra manera a personas que participan en el llamado “terrorismo interno”.
Básicamente, cualquier protesta seria puede ser etiquetada como “terrorismo” y será merecedora de toda la fuerza del estado para “extirpar a los culpables”. (Vale la pena tener en cuenta que el régimen de Trump justifica el asesinato en los mares frente a Venezuela afirmando, sin pruebas, que las más de 80 víctimas eran “narcoterroristas”. Para ellos, la etiqueta de “terrorista” justifica una pena de muerte sin juicio).
Bondi dice que el “terrorismo” debe definirse por ideas, no por acciones
¿Cómo identifica el Departamento de “Justicia” del régimen a los terroristas internos? En lugar de reaccionar ante un delito real y buscar a los verdaderos perpetradores, el Departamento de Justicia persigue ideologías que, según afirma, son indicios de terrorismo, y pretende “desmantelar” grupos o criminalizar a las personas que sostienen esas ideologías.
La sección 1 del memorándum, “Definición de la amenaza del terrorismo interno”, afirma que el “principio que anima” a los terroristas “es la adhesión a tipos de puntos de vista extremos sobre la inmigración, la ideología de género radical y el sentimiento antiestadounidense”. Un poco más adelante, Bondi abunda sobre lo que quiere decir con “sentimiento antiestadounidense”. Ella cita “la oposición a la aplicación de la ley y la inmigración; opiniones extremas a favor de la migración masiva y las fronteras abiertas; adhesión a una ideología de género radical, anti-Estados Unidos, anticapitalismo o anticristianismo; apoyo al derrocamiento del gobierno de los Estados Unidos; hostilidad hacia las opiniones tradicionales sobre la familia, la religión y la moralidad”.
Necesitamos traducir esto del lenguaje fascista para entender lo que realmente significa. “la oposición a la aplicación de la ley y la inmigración” y “a favor de la migración masiva” se refieren a movimientos contra los asesinatos policiales de personas negras y de color, contra la brutalización de los inmigrantes por parte del ICE y contra la supremacía blanca en su conjunto. La “ideología de género radical” es, entre otras cosas, la idea “radical” de que las personas trans son seres humanos que merecen dignidad y derechos humanos. El “anticapitalismo” es la oposición a la explotación despiadada y al empobrecimiento creciente. El anticristianismo y la oposición a los valores “tradicionales” podrían significar simplemente ser musulmán, o estar a favor de la ciencia, o defender los derechos reproductivos de las mujeres, o todo lo anterior y más.
Estas no son “ofensas” al azar. Este es un régimen fascista que dice sin rodeos: si usted no acepta el cristianismo impuesto, el despojo de los derechos a las mujeres y a las personas LGBTQ, la limpieza étnica despiadada contra personas no blancas y el capitalismo desenfrenado... si no puede aceptar todo esto, entonces puede ser un “terrorista” y puede esperar que le traten como tal.
Es cierto que el memorándum pretende atacar la “violencia” inspirada por estas ideas, no las ideas en sí. Sostiene que el problema es que esta ideología (antifascismo) es el “llamado de clarín” que “conecta una cadena reciente de violencia política”. El memorando incluso tiene una nota a pie de página que promete: “No se podrá abrir ninguna investigación basada únicamente en actividades protegidas por la Primera Enmienda o el ejercicio legal de los derechos garantizados por la Constitución...”
Pero esto es una tontería hipócrita y un engaño. Al decir repetidamente que las ideologías antifascistas son el eje del “terrorismo interno”, dejan claro y aseguran que los vastos poderes represivos del gobierno de Estados Unidos estarán dirigidos a quienes se oponen al fascismo o mantienen otras opiniones disidentes. En este punto, es posible que no juzguen abiertamente a las personas por sus ideas, pero definitivamente sí prometen investigar, vigilar, interceptar y hostigar a personas y grupos con puntos de vista ideológicos contrarios al MAGA, y es casi seguro que encontrarán (o fabricarán) algo de qué acusarlos.
Memorándum de Bondi: “operacional”, no “aspiracional” (es decir, se toman en serio esta mierda)
El NSPM-7 de septiembre de Trump, que revcom.us describió en su momento como “un evento de lanzamiento para centrar el vasto poder represivo del gobierno de Estados Unidos en desbaratar, desmantelar o destruir toda oposición al régimen fascista”, planteó los mismos puntos que el memorando de Bondi. El memorando de Bondi es el siguiente paso concreto en el proceso: está dando órdenes para la marcha hacia un aparato estatal grande y poderoso en el que tienen que centrarse para desarraigar a estos malvados antifascistas. Este aparato incluye el Departamento de Justicia, el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional, el Servicio de Impuestos Internos y muchas otras agencias federales, así como autoridades estatales y locales a las que están involucrando.
Aquí van algunas de las medidas clave que definen la racha represiva que amenazan con imponer:
El memorándum requiere que cualquier sospecha de terrorismo (nótese bien: no “hechos” sino “sospechas”) debe ser reportada a las Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo (JTTF) para una “investigación exhaustiva”. Y una vez iniciadas, las JTTF deben “mapear la red completa de actores culpables involucrados” aunque no hayan violado ninguna ley.
El memorándum estipula ampliar la “línea de pistas” del FBI y establecer “un sistema de recompensas en efectivo por información que conduzca a la identificación y arresto exitosos de individuos que lideran organizaciones terroristas internas”. Pase cinco minutos en Twitter y podrá ver un flujo constante de acusaciones fascistas dirigidas a protestas no violentas, acusándolas de ser “terroristas antifa”. Por lo tanto, este paso debería garantizar todo tipo de “delaciones” que requieran una investigación de las JTTF.
El memorándum requiere que los fiscales federales acusen a los “terroristas” de “los delitos más graves y fácilmente demostrables”. Incluye una lista de 25 estatutos que pueden ser el fundamento para procesamientos por “terrorismo interno”, incluido el cargo de “piquetes” mencionado anteriormente, y muchos otros cargos vagos y/o leves. Luego, los fiscales reciben instrucciones (si hay una condena) de solicitar al juez las penas más fuertes posibles, incluido lo que se conoce como “terrorismo agravado”, que puede conducir a aumentos masivos de la pena1.
El memorandum ordena una “revisión retroactiva” de los arrestos e incidentes que ocurrieron durante los últimos cinco años, para su posible remisión como delitos terroristas. Esto refleja el hecho de que el terrorismo ha sido redefinido de modo que incluya muchas cosas que en el pasado eran delitos menores o no eran delitos en absoluto.
El memorandum ordena al FBI “compilar una lista de grupos o entidades que participen en actos que pueden constituir terrorismo interno” y actualizar la lista cada 30 días. Además, el FBI y las JTTF deben “difundir un boletín de inteligencia sobre Antifa y los grupos extremistas violentos anarquistas alineados con Antifa” en un plazo de 60 días, “describiendo las estructuras, fuentes de financiación y tácticas de las organizaciones relevantes”. Como hemos escrito antes: “‘antifa’ no es una ‘organización’… es una orientación hacia la lucha contra fascistas, racistas y diversas formas de injusticia que atraen a muchas personas, en particular a los jóvenes. Es esencialmente una idea, cuyo núcleo es la oposición al fascismo”. Pero están intentando utilizar esta etiqueta para agrupar, vigilar y criminalizar toda protesta antifascista.
Conclusión
En resumen: el memorándum de Bondi concentra un plan serio para imponer un orden fascista dirigido contra activistas, ONG liberales, pensadores y corrientes disidentes de muchos tipos, y muy probablemente atrapar a cualquiera que postee algo en las redes sociales que no sea del agrado de MAGA.
El memorándum de Bondi solicita frecuentes “informes de progreso” de parte de las agencias, como medio para impulsar esta represión en lugar de perder impulso. También está atrayendo a fuerzas cada vez más amplias hacia su red.
Es casi seguro que este memorándum presagia un gran salto en la represión. Esto no puede ignorarse ni tratarse como amenazas vacías, ni podemos permitir que nosotros y toda la gente decente que se opone a este fascismo nos asustemos preventivamente hasta la sumisión. Tales medidas —si se moviliza a la gente para que comprenda la amenaza que representan— podrían resultar políticamente contraproducentes para los fascistas.
Pero eso sólo ocurrirá si se crea conciencia sobre el peligro real de estas medidas y si se adoptan normas en los movimientos contra Trump de que “un daño a uno es un daño a todos”, y los individuos y organizaciones se solidarizan con cualquiera que caiga bajo ataque. Dada la propensión a los chismes, descalificaciones bajas, hostigamiento anti-rojillo y otros ataques perjudiciales dentro de los movimientos de oposición, habrá que luchar por estas normas, muy probablemente en tiempo real. Ganar esa batalla podría importar decisivamente, en última instancia, entre la posibilidad de la noche muy oscura que señala la cita de Bob Avakian, o tomar la contraofensiva y avanzar para expulsar realmente a este régimen.
En este momento, muy pocas personas son conscientes de esto, y mucho menos hablan de ello y planifican cómo responder.
Esto tiene que cambiar, urgentemente.