Existe el poderoso potencial positivo de lo que los Revcom están luchando, y tienen que estar luchando, por hacer nacer y plasmar de manera consecuente, audaz y convincente. En este contexto, cabe repasar y reflexionar sobre el siguiente pasaje de La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual, “La religión y el derecho a creer: LA MENTALIDAD MEDIEVAL, Y LA COSMOVISIÓN Y METODOLOGÍA LIBERADORA DEL COMUNISMO” [traducción revisada]:
Los fundamentalistas religiosos de todo tipo a propósito hacen proselitismo en la cárcel y lanzan un mensaje ideológico muy fuerte. En ese sentido, podemos aprender algo importante de la carta “Cómo perdí la religión”, que salió en nuestro periódico el año pasado. El autor de la carta creció en una familia empapada en el fundamentalismo religioso y dice que su propia experiencia le dio razones de sobra para rechazar la religión, pero no lo hizo cabalmente hasta que encontrara otra ideología coherente la que él podía asumir con la que pudiera romper completamente con la religión. Y esa ideología coherente no era otra religión — era la cosmovisión y metodología científica del comunismo, que conoció en la universidad por medio de algunos escritos míos que conoció ahí. Agrega que estos escritos, y la cosmovisión y la metodología que encierran, le enseñaron a hacer algo que la religión jamás le enseñó — a pensar críticamente. Para nada es cierto que las personas “pierdan la religión” únicamente al reemplazarla con otra religión en alguna forma. Pero tiene que haber otra explicación del mundo y la existencia y por qué está como está, y cómo podría ser diferente. Y la manera en que un individuo se relaciona con eso. Si quieres conseguir que la gente rompa con porquerías —no sólo con las cosas por las cuales terminan en el bote, sino las necedades en las que se meten, en la sociedad—, hay que tener un núcleo ideológico sólido muy fuerte que llevarles. No tiene que ser dogmático —no debe ser dogmático, y no debe ser religioso— pero tiene que ser coherente y sistemático. Tiene que dar una explicación del mundo — y en nuestro caso sí podemos explicarlo de una manera científica [BA se ríe]. Esa es una ventaja que tiene el comunismo en comparación con la religión, aunque la religión tiene ciertas ventajas a corto plazo porque puede utilizar cosas para atraer a la gente que nosotros no podemos utilizar, cosas que van de la mano con la espontaneidad. Pero nosotros tenemos la ventaja de realmente tener la capacidad de explicar la realidad de modo que tenga sentido para la gente. Eso es algo muy poderoso.
No debemos subestimar la importancia de hacer mucho trabajo ideológico, no sólo con los presos sino en general, para realmente ayudar a la gente a ver el mundo de una forma totalmente diferente — tal y como está en realidad: de tomar las piezas de este rompecabezas que están fuera de lugar y no encajan — es como ver la realidad con un caleidoscopio raro, tal como la mayoría de las personas la ven. Y todas estas diferentes ideologías y programas burgueses y reaccionarios, y otras cosas, incluidas varias creencias religiosas, la interpretan de manera errónea. Pero la ideología comunista y su aplicación al mundo es una manera de tomar la realidad y hacer que tenga sentido para la gente. Eso es lo que el CD1 de mi discurso sobre la religión tiene el objetivo de hacer, lo que urgentemente tenemos que hacer en general. [énfasis agregado (negritas, cursivas y subrayado)]
1. Se refiere a un discurso sobre la religión que BA pronunció en 2004 que posteriormente se incorporó en ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo (JB Books, 2009). [volver]