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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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El arresto del profesor Henry Louis Gates, Jr.
¿Cómo se llama un hombre negro con un doctorado?
Henry Louis “Skip” Gates, Jr., es un profesor prominente de la Universidad Harvard. En 2002, lo seleccionaron para dar la conferencia Jefferson de las humanidades, que el National Endowment for the Humanities (Patronato Nacional para las Humanidades) describe como “el honor más alto que el gobierno federal confiere por destacados logros intelectuales en las humanidades”. En 1997, la revista Time lo incluyó en una lista de los 25 estadounidenses más influyentes.
Henry Louis Gates, Jr., es también un hombre negro en Estados Unidos. Y el 16 de julio, la policía de Cambridge, Massachusetts, puso de manifiesto lo que eso significa.
Ese día, Gates regresó a casa desde China, donde estaba filmando una película documental de la PBS. Tuvo problemas en abrir la puerta que daba a la calle, así que entró por la puerta de atrás, usando su llave. Al entrar en su casa, desconectó el sistema de alarma y, con la ayuda de su chofer, logró abrir la puerta del frente.
Poco después, Gates se vio enfrentado a un policía que había entrado a la casa y demandaba (y recibió) una prueba de que la casa era en verdad suya. Luego, después de averiguar eso, el policía lo arrestó, acusándolo de “alterar el orden público” y lo llevó esposado a la cárcel, donde lo recluyeron por varias horas.
El profesor Gates logró que sus colegas y su abogado se enteraran del arresto y después de la intercesión de ellos, ese mismo día las autoridades pusieron a Gates en libertad y más tarde anularon las acusaciones.
El caso de Gates ha resonado muy ampliamente entre los afroestadounidenses y todos los que tienen un sentido de lo que significa ser negro en este país. También ha desatado una reacción racista entre los que se enfurecieron porque el profesor Gates no se doblegó servilmente ante el policía racista que lo hostigaba en su propia casa, y por el hecho de que Barack Obama calificó el arresto como “estúpido”. Todo eso ha planteado, una vez más, la cuestión de la subyugación de los negros en Estados Unidos.
Los grandes medios de comunicación aseguran que hay versiones encontradas sobre lo que pasó durante el arresto del profesor Gates, y que Barack Obama se adelantó al criticar a la policía antes de que salieran a la luz “todos los hechos”. No es cierto. Aparte de que la versión de Gates es creíble, consecuente y apoyada por los hechos, los informes policiales sobre el arresto no la contradicen en ningún aspecto esencial.
En una entrevista que le hizo “The Root” (www.theroot.com), el profesor Gates describe su regreso de China y los sucesos que llevaron a su arresto:
“Acababa de terminar la filmación de mi nueva serie de documentales para la red PBS que se llama ‘Caras de Estados Unidos’. Pasamos una semana gloriosa en Shanghai y Ningbo y Pekín, y llevé a mi hija en el viaje. Después de terminar el trabajo en Ningbo, fuimos a Pekín y pasamos tres días gloriosos como turistas. Fue una maravillosa diversión.
“Regresamos en un vuelo directo de Pekín a Newark. Llegamos el miércoles y el jueves fui en avión de regreso a Cambridge. Contraté al mismo chofer de siempre y el mismo servicio de carros. Fui a mi casa y llegué como a las 12:30 de la tarde. El chofer y yo llevamos varias maletas al porche, y tratamos de abrir la cerradura, pero se había trabado. Pensé que posiblemente tenía el pasador echado. Así que caminé al porche de la cocina que está detrás de la casa, abrí la puerta y entré en la casa. Descorrí el pasador de la puerta del frente, pero todavía estaba trabada.
“Mi chofer es un hombre negro fornido. A pesar de eso, desde lejos yo y usted no pudiéramos haber visto que es negro. Tiene cabello negro y usaba un traje negro de dos piezas, mientras yo tenía un blazer de color azul marino con pantalón gris y, tú sabes, mis zapatos. Me encanta que el informe de la llamada al 911 decía que dos fornidos intrusos negros con mochilas estaban tratando de entrar a la fuerza en la casa. Eso es el peor caso de perfil o etiquetamiento racial que jamás he escuchado. (Se ríe.) De ninguna manera soy un hombre fornido. Me pareció hilarante cuando me enteré de ello, que fue ayer”.
Charles Ogletree, el abogado de Gates y también su amigo y colega, escribió una afirmación de parte de Gates que describe lo que pasó luego: “Enseguida el profesor Gates llamó a la oficina de bienes raíces de la Universidad Harvard para informar sobre el daño a la puerta y pedir que se la reparara inmediatamente”.
Agrega: “Mientras hablaba en el teléfono móvil con la oficina de bienes raíces, estando en su casa, observó a un policía uniformado en el porche del frente. Cuando el profesor Gates le abrió la puerta, el agente le pidió inmediatamente que pasara afuera. El profesor Gates se quedó en su casa y le preguntó al agente con qué razón estaba ahí. El agente indicó que estaba respondiendo a una llamada de 911 de que se realizaba un allanamiento de morada en esa dirección. El profesor Gates le informó al agente que vive ahí y que es profesor de la Universidad Harvard. Luego el agente le preguntó al profesor Gates si pudiera dar prueba de que vive ahí y que da clases en la Harvard. El profesor Gates dijo que sí, y dio la vuelta para entrar en la cocina donde había dejado su cartera. El agente le siguió. El profesor Gates le entregó al agente su tarjeta de identificación de la Universidad Harvard y su licencia de manejar vigente del estado de Massachusetts. Ambos documentos tienen una foto del profesor Gates y la licencia de manejar incluye también su dirección.
“Luego el profesor Gates le preguntó al policía cuál era su nombre y número de placa. Repitió la pregunta varias veces. El agente no produjo ninguna identificación ni respondió a la pregunta del profesor Gates. Cuando el profesor Gates le preguntó una vez más sobre su nombre y número de placa, el policía dio vuelta y salió de la cocina sin jamás reconocer quién era Gates o si había acusaciones en su contra. Cuando el profesor Gates le siguió a la puerta de su propia casa, quedó asombrado al ver a varios policías reunidos ahí en su porche. El profesor Gates les pidió a éstos el nombre y número de placa del agente. Al salir el profesor Gates a su porche, el agente que había estado adentro y que había examinado su identificación, le dijo: ‘Gracias por cumplir con mi previa petición’ y arrestó al profesor Gates. Le puso las esposas ahí mismo en su propio porche”.
En toda la información esencial, con la excepción de si el agente se negó a identificarse o no, el informe policial no contradice la versión de Gates. El informe de la policía de Cambridge, escrito por James Crowley, el agente que arrestó a Gates y que afirma que trabaja en “la sección administrativa” del Departamento de Policía de Cambridge, deja claro que el arresto se hizo cuando ya no había ninguna duda en la mente del agente de que la casa era de Gates y de que este no era ladrón. Crowley afirma explícitamente que Gates “me proporcionó una tarjeta de identificación de la Universidad Harvard”.
Y cuando Gates le dio esa identificación, ¿quedó todo resuelto? ¿Pidió disculpas el agente por la acusación falsa y dejó en paz al profesor Gates? No. Después de establecer que no se había cometido ningún delito y que Gates estaba en su propia casa, el informe policial dice que Crowley solicitó más policías. El informe afirma: “Tras enterarme de que Gates estaba afiliado con Harvard, llamé por radio para pedir la presencia de la Policía de la Universidad Harvard”. En otras palabras, después de que Crowley, según su propio informe, determinó quién era Gates y que no se trataba de ningún delito, llamó para que vinieran más policías.
¿Por qué? El informe de Crowley sí describe claramente lo que para el sistema constituía el supuesto delito de Gates: “Mientras yo bajaba por la escalera hacia la banqueta, Gates siguió gritándome, acusándome de prejuicios raciales, y siguió diciéndome que para él, el asunto no quedó concluido. Debido a la actitud tumultuosa que Gates había demostrado en su residencia [nuestro énfasis – Revolución] y a la continuación de su conducta tumultuosa fuera de su residencia, en vista del público, le advertí que estaba empezando a alterar el orden público”. El informe policial agrega que Gates fue arrestado porque sus acciones “no sirvieron ningún propósito legítimo y causaron que las personas que pasaban por el lugar se detuvieran y prestaran atención con una apariencia de sorpresa y alarma”. El informe policial continúa, afirmando que cuando Gates “pasó por alto la advertencia de que se calmara”, Crowley le puso las esposas, le negó en un principio tomar el bastón que necesita para caminar y lo arrestó. (El informe del arresto está en thesmokinggun.com en inglés).
Repito, ¿en qué punto, exactamente, se hizo ilegal, ni hablar de malo que una víctima de ultrajes racistas policiales acusara a un oficial racista de tener prejuicios raciales?
En una declaración después del arresto, Henry Louis Gates, Jr., dijo: “Estoy profundamente resuelto a hacer y decir lo correcto para que eso no pueda ocurrir ya jamás.
“Claro que ocurrirá otra vez, pero... Quiero hacer lo que puedo para que cada policía piense dos veces antes de comportarse de esa manera”. [puntos suspensivos en el original]
Esta es una postura y un espíritu que hay que defender. Y una que los poderosos consideran intolerable.
Si eres negro en Estados Unidos, objetar al maltrato a manos de la policía te traerá un arresto... o peor. Y eso es el caso incluso si eres, y en ciertas maneras particularmente si eres, una persona negra que ha logrado el éxito. Esa es una realidad de la vida en el sur rural, pero también en un pueblo universitario liberal de Massachusetts.
Cambridge, Massachusetts, es una ciudad de cien mil habitantes, colindante con Boston y dominada por la Universidad Harvard. En Cambridge, los profesores más destacados gozan de una celebridad casi igual a la de las estrellas de cine en Hollywood. La casa de Gates pertenece a la universidad y Gates ha vivido ahí por años. Gates es una figura que muchos reconocen mientras camina con bastón al trabajo en Harvard Square y de regreso a casa. No simplemente se parece a una estrella de cine en Cambridge, es un personaje mediático altamente reconocible en Cambridge y en todo el mundo. Millones de personas han visto sus películas documentales para la red PBS, como “Wonders of the African World” (Maravillas del mundo africano) o “Looking for Lincoln” (Buscando a Lincoln). Gates fue presentador de los programas “Oprah’s Roots: An African American Lives Special” (Las raíces de Oprah: Un programa especial de Vidas afroestadounidenses) y “African American Lives”, un programa de PBS sobre la historia genealógica de destacadas personas afroestadounidenses.
En vista de todo eso, consideren la cadena de acontecimientos que llevaron al arresto de Gates. Primero está el policía de Cambridge que llegó a la casa de Gates para investigar la denuncia de un presunto allanamiento de morada. Luego están los policías adicionales que llegaron para “respaldar” al primero y que se quedaron en el porche del profesor Gates. Tenemos también a los supervisores del Departamento de Policía de Cambridge y del Departamento de Policía de Harvard, quienes mandaron a más agentes a la casa de Gates. ¿Todos ellos desconocían a Gates? No es muy probable. Sea como sea, el caso es que ya cuando fue arrestado el profesor Gates, era evidente para todos no solamente el hecho de que estaban arrestándolo en su propia casa, sino también de quién se trataba. Y que el arresto fue un mensaje a Gates, a los negros en general y a la sociedad, de que ningún hombre negro debe llegar a “presumir” demasiado o “darse aires”, ni tampoco pensar que por ser famoso y respetado, eso le da inmunidad ante los ultrajes y humillaciones sin fundamento de la policía.
El arresto de Gates no es el primero ni el único incidente de perfil racial a conocidos académicos afroestadounidenses de la Universidad Harvard. En 2004, dos policías pararon en los predios de la universidad al Dr. Allen Counter, profesor de neurociencia en la Universidad Harvard por 25 años, lo acusaron de robo y amenazaron con arrestarlo cuando no pudo mostrarles una identificación. Counter le dijo a la agencia noticiosa AP: “No creemos que eso hubiera ocurrido si el profesor Gates fuera blanco. En realidad, el hecho de que eso pasó ha sido muy perturbador para los afroestadounidenses por toda la Universidad Harvard y Cambridge”.
Tras el arresto de Gates, el periódico New York Times entrevistó a varios profesionales negros que relataron incidentes en que las autoridades los habían detenido u hostigado, con referencias también a lo que un adiestrador de diversidad de Atlanta llamó el “código no escrito” que los hombres negros tienen que seguir cuando quiera que se topen con la policía. El Times citó este consejo del adiestrador negro: “Mostrar cortesía en voz baja es la regla número uno para sobrevivir un incidente de perfil racial... También usar con frecuencia la palabra ‘señor’”.
Nótense cómo escogió sus palabras el adiestrador de diversidad: “sobrevivir” un incidente de perfil racial. No es una simple figura retórica. En octubre de 1995, Jonny Gammage iba manejando un carro marca Jaguar que era de su primo Ray Seals, un defensor de línea de los Acereros de Pittsburg, en Brentwood, una zona residencial de las afueras de Pittsburg de casi puros blancos. Los policías lo arrestaron y lo asaltaron; murió asfixiado cuando se le subieron, a rodillas y a pie, encima del cuello, los hombros y la cintura del muchacho al cual lo tenían postrado boca abajo en el pavimento, esposado y engrilletado. Su delito: ser un joven negro en un carro deportivo último modelo y frenar “de manera sospechosa”. Estaba desarmado, e incluso la fiscalía no podía hallar el porqué la policía lo paró esa noche.
El hecho de que tener que hablarle en voz baja a un policía, y usar frecuentemente la palabra “señor”, sea parte del “código no escrito” para los hombres negros, incluso los que “se han superado” según los criterios del sistema, que quieren sobrevivir un encuentro con la policía, demuestra lo profunda, y lo amplia, que es la opresión del pueblo negro en este sistema.
Malcom X dijo una vez: “¿Cómo se llama un hombre negro con un doctorado?”. Y contestó, con ironía amarga: “un nigger” [palabra requete-despectiva cuando se usa en referencia a una persona negra].
El arresto y la humillación pública del profesor Gates, las fotos de cómo se lo llevaron de su casa esposado a ese profesor universitario negro de 58 años, fue una declaración de que, por más que uno se haya “superado” en este sistema, no se escapa a la supremacía blanca generalizada. Y más vale no olvidarlo.
Seis días después del arresto del profesor Gates, Barack Obama tenía eso que decir en una rueda de prensa para promover su plan de reforma del seguro médico:
“No sé, al no estar allí y no conocer todos los hechos, qué tenía que ver la cuestión racial en eso. Pero creo que se puede decir, en primer lugar, que a cualquiera de nosotros eso nos hubiera dado coraje; segundo, que la policía de Cambridge se portó de manera estúpida al arrestar a alguien ya habiendo pruebas de que estaba en su propia casa. Y tercero, lo que creo que sabemos más allá y aparte de ese incidente, es que hay una larga historia en este país de que los agentes del orden paran a afroamericanos y latinos de manera desproporcionada. Es simplemente un hecho”.
De ahí ubicó su crítica a la policía dentro del marco de que: “Ese hecho no le quita nada al progreso increíble que se ha logrado. Estoy aquí como testimonio del progreso que se ha logrado”.
Su comentario provocó toda una ráfaga de censuras. No importaba que haya encubierto la naturaleza sistemática del perfil racial poniéndolo en el contexto de mentiras sobre el “progreso increíble”. Simplemente, el presidente de Estados Unidos no debe admitir que existe el perfil racial.
La declaración de Obama de que “los agentes del orden paran a afroamericanos y latinos de manera desproporcionada”, es de hecho simplemente un hecho. Un informe del Centro pro Derechos Constitucionales descubrió que en 2006, más del 80% de las personas detenidas y esculcadas por el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York eran negros y latinos. De las personas detenidas, el 45% de los negros y latinos eran esculcados, en comparación con el 29% de los blancos, aunque en el caso de los presuntos sospechosos blancos había un 70% más de probabilidades de que tuvieran un arma que los presuntos sospechosos negros.
Antes de tratar la reacción derechista, cabe explorar por qué Obama hizo esa declaración en primer lugar. Pues, el mismo día del arresto del profesor Gates, Obama dio una conferencia ante la convención nacional de la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) de que los negros, no obstante la discriminación que puedan sufrir (a la cual trató de algo menor), los negros “no tienen excusas” por su situación. Y por si acaso no se le entendía bien, repitió: “no tienen excusas”. [Una respuesta al discurso de Obama se halla en los pasajes del vídeo de Carl Dix.]
He aquí la contradicción: Los poderosos escogieron a Barack Obama para presidente del sistema imperialista, financiando su campaña y orquestando su presentación en los medios de comunicación que controlan. Apostaron a una jugada sin precedentes, la investidura de un presidente negro, como una manera de atenuar el muy amplio descontento y coraje popular en tiempos de guerra sin fin y crisis económica. Veían en “la cara de Obama”, como se le refirió un comentarista de la clase dominante, un arma en su contienda global contra el fundamentalismo islámico. Pero también veían en la presidencia de Obama una forma de unir la sociedad ante las divisiones agudas sobre todo tipo de cuestiones que van desde la opresión de la mujer y de la gente negra y latina, a la tortura y el fundamentalismo teocrático. Aún queda por verse si les vaya a funcionar la jugada. Bajo Obama, las guerras han continuado y se han intensificado. Han ocultado la tortura y les han regalado un pase a los torturadores. Se han empeorado las condiciones en las zonas urbanas marginadas, donde más estragos ha causado la crisis económica. Ante todo eso, mucha gente que había apoyado la candidatura de Obama con entusiasmo, incluso euforia, ha empezado a cuestionar, hasta criticar, lo que Obama ha hecho en la vida real.
Un momento toral en ese proceso fue el diálogo entre Cornel West, un académico negro muy respetado, autor e intelectual público que apoyó a Obama desde principios de su candidatura y Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, en Harlem el 14 de julio, con el tema de “El ascenso de Obama… y la resistencia y la liberación que aún se necesitan”. Un aspecto importante de esa discusión fue que los dos oradores, desde posiciones políticas y filosóficas muy diferentes, desenmascararon y criticaron sin tregua lo que Obama está haciendo.
Esa crítica tajante recibió aplausos, no abucheos, en un auditorio completamente lleno de 750 personas en Harlem. Esa función —la combinación de oradores, la composición del público y la actitud de los presentes— no la pudieron haber dejado de tomar en cuenta los elementos en el círculo de Obama encargados de evaluar el nivel de indignación e ira y tomar la temperatura de sectores del pueblo, entre ellos los intelectuales negros influyentes. (Vean en las páginas centrales de este número un análisis de esa función.)
La función en Harlem, y lo que reunió y concentró, constituye un contexto para entender los comentarios iniciales de Obama en la rueda de prensa. No es que Obama tenga su “lado bueno” al cual hay que “presionar” para que “haga lo correcto”. Pero para que Obama juegue el papel para el cual lo escogieron sectores importantes de la clase dominante, supone ciertas contradicciones intensas que podrían estallar en cualquier momento. Obama, y las fuerzas de la clase dominante que lo pusieron en la presidencia, caminan por la cuerda floja: él obra para apaciguar y atenuar el coraje de la gente que con razón tiene coraje e indignación al mismo tiempo que cumple con el programa definido por el sistema capitalista con su incesante sed de explotar y oprimir.
Según la lógica de la clase dominante, Obama debe “calmar” el coraje del pueblo negro y de todos los que captan tantito lo que significa que hayan arrestado en su casa a uno de los profesores afroamericanos más preeminentes del país por violar el “código no escrito” del comportamiento requerido a todo hombre negro para sobrevivir un encuentro con la policía. El que Obama quedara callado sobre el Asunto Gates hubiera puesto en peligro el apoyo de un sector crítico del pueblo. Por otro lado, y de manera aún más fundamental, el rol de Obama como presidente es presidir un sistema cuyo funcionamiento está profundamente empotrado en la subyugación del pueblo negro. Esa es una contradicción sumamente explosiva.
Aunque los comentarios de Obama sobre el arresto de Gates iban en servicio de los intereses más amplios de la clase dominante, él ha sido el blanco de toda una ráfaga de censuras en la prensa, de las organizaciones policíacas, y en general de la máquina de propaganda de la clase dominante por haber reconocido momentáneamente el perfil racial. En respuesta, Obama ha dado marcha atrás minimizando y aguando su crítica, diciendo que “se me pasó la mano”. Para colmo, ahora echa la culpa de par en par al policía, y a Henry Louis Gates, Jr. ¡quien no hizo absolutamente nada malo!
La verdad es la verdad, y aquí es claro cuál es el bien y el mal. Al profesor Henry Louis Gates, Jr., lo arrestaron en su propia casa por no hablar en voz baja y no repetir la palabra “señor”, por quejarse del abuso de autoridad cuando la policía lo acusó de meterse a robar en su propia casa. Por una conducta así, muchos, pero muchos negros y latinos han muerto a manos de la policía en este país. Esta clase de brutalidad y asesinato es endémica en este sistema, y eso es simplemente un hecho.
¡Equiparar lo que hizo ese policía, con el respaldo de toda la autoridad del estado para imponer las relaciones sociales opresivas, con lo que hizo Gates, que ejerció su derecho de oponerse verbalmente a esas relaciones, es verdaderamente indignante!
Al cierre de esta edición, Obama invitó a la Casa Blanca para “tomar una cerveza” al oficial que sometió a Gates a lo que es, a decir de todos, un arresto falso, junto con el mismo Gates, y dice que los dos aceptaron.
Un resultado de todas las maromas hacia atrás que Obama ha hecho es confundir a los que tienen un sentido básico del bien y del mal, ponerlos a la defensiva y confinarlos en la posición de que “no exageremos”.
Sin embargo, los llamados de Obama a que todos se lo lleven calmados y que se lleven bien no han calmado para nada a los racistas, los fascistas y la colección variopinta de fuerzas reaccionarias a quienes les cae perfectamente bien que la policía mantenga a los negros “en su debido lugar”. A su parecer los comentarios de Obama representan una traición. A estas fuerzas las azuzan no solamente el Noticiero Fox sino la CNN, donde Lou Dobbs dijo que Obama “dejó botada a la policía” y que Gates era “arrogante” por decir que éste debe ser un “momento instructivo”.
Y están entrelazando el Asunto Gates con un remolino político en el cual republicanos prominentes presiden asambleas populares de reaccionarios indignados, convencidos de que Barack Obama es en realidad un inmigrante ilegal de Kenya que falsificó su acta de nacimiento y que obre por alguna especie de conspiración para imponer el “socialismo” en Estados Unidos por medio de una reforma al sistema del servicio médico.
Es como dar carne fresca a un sector social fascista rabioso. A estas fuerzas las han tenido más o menos enjauladas, hasta la fecha. Pero las tienen de reserva, rascando la puerta, cada vez más agitadas contra una administración que se les dice que es ilegítima.
La clase dominante de este país trató de comprar la paz social a un precio rebajado con Barack Obama, con el fin de llevar a cabo un programa que está causando, y causará, mucho sufrimiento al pueblo del mundo, y al pueblo dentro de Estados Unidos.
Pero el Asunto Gates demuestra que las contradicciones explosivas al mero centro de la sociedad estadounidense no serán tan fáciles de contener.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido
Parte 7
[Nota de la redacción: A continuación presentamos la séptima parte del texto de una charla que dio Bob Avakian anteriormente este año, que empezó a salir en el número 163 de Revolución. Las partes 1-6 salieron en los números 163-167 y 169. La séptima entrega es de la sección “La base social para la revolución”. Otras partes de esta sección saldrán en futuros números. En preparación para su publicación se le hicieron revisiones y se le agregaron notas. Otras partes de la charla están en línea en http://revcom.us/a/162/ruminations-TOC-es.html.]
Esta cuestión no solamente tiene importancia en un sentido general y fundamental sino en particular con relación al actual “fenómeno Obama” y algunos de los sentimientos más profundos que han enviado su candidatura —y aún más su elección (y toma de posesión)—, y las maneras en que desafortunadamente esto les ha impedido a algunos ver la verdadera naturaleza de Obama y del sistema del que es parte, del que ahora es el jefe ejecutivo y comandante en jefe.
En esta conexión, quizás la siguiente historia arroje algo de luz. En los años 70 cuando Idi Amin aún era el jefe del gobierno de Uganda, fui a una fiesta en la casa de uno de nuestros camaradas y estaban presentes algunas masas de la localidad entre ellas varias personas negras. Recorría la sala y escuchaba las conversaciones y me divertía, pero también pretendía enterarme de lo que estaba hablando la gente y en un rincón oí una discusión y un debate muy animados sobre Idi Amin: una de las personas negras estaba elogiando y defendiendo enérgicamente a Idi Amin, quien en realidad fue tanto un lacayo del imperialismo como un opresor brutal por sí mismo. Finalmente, después de escuchar un rato, intervine y dije: “Lo entiendo, vi esa foto en que Idi Amin forzaba a esos ciudadanos británicos a cargarlo a gatas. Comprendo los sentimientos que eso evoca. Comprendo por qué le hace sentir bien a usted. Pero tenemos que ir más allá de eso a ver qué es Idi Amin en los hechos”. De ahí empezamos a hablar de lo que Amin representó en los hechos — y lo que no representó.
Es entendible, si bien tiene causas muy erróneas, por qué el deseo de venganza tiene mucha fuerza (de “los primeros serán los últimos y los últimos, primeros”) y de ver que “uno de los tuyos” de hecho “llegue a la cima” — especialmente bajo un sistema como este y con el peso de su ideología y la noción de que el objetivo del cambio es que los oprimidos “tengan su oportunidad” de estar en una posición de privilegio y poder. Respecto a la actual situación en Estados Unidos, se oye a mucha gente, en particular a gente negra, diciendo cosas como: “Hemos tenido una revolución, es un nuevo Estados Unidos”. No, no hemos tenido una revolución y no es un nuevo Estados Unidos. Ocurre algo diferente: hay un tipo diferente de presidente, que parte de un lugar diferente y tiene un color diferente, por decirlo así. Pero eso no es una revolución y no es un nuevo Estados Unidos. Es el mismo Estados Unidos de siempre, el mismo estado imperialista de siempre, que está pretendiendo aprovecharse mejor del mundo así como de la gente en Estados Unidos —incluida a la gente negra en particular— con su programa asesino y brutalmente opresivo.
Malcolm X, cuyo punto de vista y entendimiento sin duda tenían ciertas limitaciones, hizo muchas observaciones importantes, entre ellas su manera de decir que las revoluciones no son meramente un cambio dentro del sistema existente y que no se hacen las revoluciones en las urnas. Como explicó, las revoluciones derrocan a sistemas. Eso no es lo que ha sucedido con la elección de Obama. ¿Cuál sistema ha sido derrocado? ¿Cuáles relaciones fundamentales en la sociedad y el mundo han sido cambiadas radicalmente en beneficio de los intereses de las masas populares? Ninguna. Un cambio de rostro, un cambio de color, no es una revolución ni da lugar a un “nuevo Estados Unidos”.
De manera muy concisa y científica, Mao Tsetung habló de qué es una revolución señalando que una revolución quiere decir nada menos que el derrocamiento de una clase por otra. Una revolución quiere decir que —por medio de una lucha resuelta de las masas populares organizadas en torno a un programa de cambio radical— se rompa y se desmantele totalmente el dominio que tiene una clase dominante reaccionaria sobre la sociedad —tal como se concentra en el monopolio del poder político de esa clase encarnado en un estado (fuerzas armadas, tribunales y prisiones, burocracias, etc.) que representa y sirve a los intereses de esa clase dominante— y que se establezca en lugar del viejo estado, un nuevo estado que representa los intereses de una naciente clase revolucionaria. Quiere decir que se dé lugar a un sistema completamente diferente.
En Estados Unidos mediante la elección de Obama, ¿qué clase ha derrocado a qué otra clase? ¿A qué estado nuevo se ha dado lugar? ¿Qué sistema nuevo? Ninguno. Es la misma clase dominante en el poder y el mismo sistema presidido por un nuevo rostro de otro color. Ni siquiera se trata de “los últimos serán los primeros y los primeros, últimos”. Solo se trata de uno de los que se parecen a uno de los “últimos”, y que se unen y encabezan a los “primeros” a fin de mantener a los “últimos” en el último lugar.
La revolución que necesitamos —una verdadera revolución y en particular una revolución con el propósito y el objetivo final del comunismo— tiene que tener en la mira en primer lugar la creación de un estado radicalmente nuevo que represente los intereses revolucionarios del proletariado de abolir finalmente todas las relaciones de explotación y opresión. De ahí, se debe seguir desarrollando la revolución. El objetivo fundamental a largo plazo de esta revolución es arrancar de raíz y eliminar los antagonismos de clases, de hecho todas las divisiones entre clases y todo lo relacionado con ello; y al lograr eso por todo el mundo, se sentarán las bases para la extinción del estado —como un instrumento que aplica a la fuerza la represión organizada de clase— y para su reemplazo con formas de asociación y funcionamiento entre las personas que les permita tomar decisiones que afecten su interacción con el resto de la naturaleza y su interacción entre sí sin diferencias de clase ni ninguna división opresiva. Es obvio que esto supone algo radicalmente diferente y mejor que “los últimos serán primeros y los primeros, últimos”. Pero la elección de Obama ni siquiera llega a eso.
En lo fundamental, las contradicciones en la base económica dan lugar a revoluciones —la manera en que se explota a la gente y la manera en que se manifiesta el funcionamiento de la economía por medio de ciertas relaciones sociales las cuales se han vuelto anticuadas y que ya no pueden satisfacer las necesidades de la sociedad en un sentido fundamental. Mediante muchos canales diferentes y no de una forma directa de uno a uno y no obstante en un sentido general, eso da lugar a la necesidad del cambio radical en la sociedad, y las personas más o menos conscientemente llegan a entender eso y a actuar de modo que lleven a cabo cambios conforme a su entendimiento.
Al mismo tiempo, como he recalcado antes, no se llevan a cabo las revoluciones en la esfera de la producción aunque sí se derivan de las contradicciones en la base económica de la sociedad o estas contradicciones las convocan — al manifestarse de manera muy aguda el carácter anticuado de las relaciones económicas fundamentales y la manera en que constituyen trabas sobre la sociedad. Se hacen las revoluciones en la esfera de la superestructura de política e ideología por medio de una lucha que en última instancia asume su forma más alta y concentrada en la lucha frontal por decidir quién —es decir, qué clase en representación de qué sistema y qué relaciones económicos, políticos y sociales— dominará en los hechos la sociedad y la transformará de acuerdo a la manera en que sus representantes más conscientes entienden los problemas y las soluciones. Eso es lo que es una revolución. Compare eso con la elección de Obama y vea cómo su elección queda al respecto.
La revolución comunista es una revolución radicalmente distinta a todas las anteriores porque se lleva a cabo en pro de los intereses de la clase y fundamentalmente la lleva a cabo la clase —es decir, el proletariado— cuyos intereses no simplemente corresponden a un cambio de posición dentro de la sociedad (ni mencionar solamente cambiar unos rostros) sino a transformar de manera radical la sociedad para abolir todas las relaciones económicas, sociales y políticas y todas las ideas y la cultura que encarnan e imponen la explotación y la opresión — no solamente en un lugar o en una parte del mundo sino por todo el mundo en conjunto. Supone y requiere que se avance a una sociedad, a un mundo, que no esté dividido en clases y entre opresores y oprimidos, a una sociedad y mundo comunistas.
Continuará.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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APERTURA DEL DIÁLOGO ENTRE WEST Y DIX:
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El 14 de julio, 650 personas llenaron completamente un auditorio de Harlem y las al menos cien personas que no cabían se reunieron afuera en la calle para escuchar, “El ascenso de Obama… y la resistencia y la liberación que aún se necesitan: Un dialogo entre Cornel West y Carl Dix”.
En su video para promocionar el evento, que ha sido visto más de tres mil veces en YouTube, Dix, un miembro fundador del Partido Comunista Revolucionario, fijó unos términos inconfundiblemente claros:
Si usted es alguien que no quiere escuchar una charla directa sobre estas cuestiones, le sugiero que se quede en casa el 14 de julio y lo siento por usted. Pero si usted es alguien que se preocupa por los asuntos de la humanidad… si usted odia el hecho de que estas guerras por el imperio continúen aunque sea Bush u Obama el que esté en la Casa Blanca… y si usted lo siente para sus adentros todas las veces que escucha de un policía que asesinó a un joven desarmado negro o latino y que sale impune… y si realmente le molesta que una cantidad alarmante de mujeres sea expuesta a la violencia y el asalto sexual en la que se conoce como “la mejor de todas las sociedades posibles”… y si usted se pregunta qué se puede hacer, si es que se puede hacer algo, para solucionar estos y otros problemas que enfrenta la gente, pues usted necesita estar ahí el 14 de julio y correr la palabra y retar a otros para que también asistan. Es así de importante este evento.
Con su presencia en el Harlem Stage, en el Aaron Davis Hall del City College, los cientos que asistieron, el que vieran o no el video, abrazaron el espíritu del reto de Carl Dix: efectivamente querían escuchar la verdad acerca de Obama y los crímenes de su gobierno. Y no deseaban aceptar como admisible el mundo tal cual es.
Inmediatamente después de las 7 pm, Sunsara Taylor, una escritora del periódico Revolución y una de los dos moderadores del evento, se dirigió al podium. Anunció con aplausos del público, que el evento estaba siendo transmitido en directo por la emisora progresista neoyorquina WBAI, y luego prometió una informativa y provocadora discusión y presentó al segundo moderador Herb Boyd.
“La resistencia y la liberación: éstas siempre han sido palabras clave en el lexicón y canon afroamericanos”, dijo Boyd, y agregó que Dix y West tenían buenas credenciales para hablar sobre estos temas. En ese momento, Boyd presentó a los dos conferencistas, los que entraron en escena tomados del brazo ante fuertes aplausos; algunos miembros del público se pusieron de pie.
Dix fue el primero de los conferencistas. “Lo que estamos haciendo esta noche es importante”, empezó Dix. “Nosotros no pretendemos que Afganistán sea una guerra buena”.
El público respondió con un aplauso tardado pero largo.
“No le vamos a dar una aprobación a Obama por su ataque al estilo Cosby sobre los negros pobres”, continuó. “Lo que vamos a hacer es llegar a la realidad tal como es y a la necesidad de que sea transformada”.
Y con esto, se encaminó una conversación crítica que prácticamente no se escucha en ninguna otra parte.
Al principio de esta presentación, Dix se refirió a la razón subyacente para la euforia alrededor de la elección de Obama; concretamente, que un país cuya historia entera ha sido la de una sanguinaria supremacía blanca, eligió a un presidente negro. En un viaje con su familia a la costa oriental de Maryland, que describe como un “Misisipí más al norte”, Dix tuvo que escuchar a un adolescente blanco que se refería frecuentemente a su padre de 40 años como un “chico”. Fue testigo de cómo la ciudad de Baltimore prefirió clausurar la piscina pública antes de permitir a negros usarla.
“Conozco a la supremacía blanca de este país”, dijo Dix, “también entiendo por qué la gente se deja llevar cuando ven elegir como presidente a una persona negra”. Sin embargo, agregó que si bien entiende la euforia sobre la victoria de Obama, “no la comparto”.
Carl Dix dijo que la victoria de Obama estaba sirviendo para disimular la esencia de este sistema imperialista y de los crímenes que comete y para pedir el consentimiento del pueblo en los crímenes del sistema que no serían aceptados bajo ningún otro presidente. Por ejemplo, se refiere al reciente discurso de Obama en Ghana, durante el cual el presidente exigió que el pueblo y las naciones africanos asumieran responsabilidad para rectificar su propio sufrimiento. Dix señaló que, al hacer esto Obama buscaba enmascarar la historia de los barcos de esclavos, la brutalidad de los colonizadores europeos, la manera en que el imperialismo constantemente ha saqueado a África, las sanguinarias guerras de sustitutos realizadas por los Estados Unidos y otras naciones imperialistas; dijo Dix que el mensaje que Obama dio era que la verdadera causa de la situación de los pueblos africanos era la corrupción de sus gobiernos.
“Esta es la concentración del rol que él está jugando”, dijo Dix del discurso de Obama en Ghana.
En la siguiente sección de su presentación, Dix criticó el sentimiento comúnmente expresado de que, incluso si el mismo Obama no representa nada bueno, al menos tener a un hombre negro en la Casa Blanca inspirará a los jóvenes negros. En realidad, dijo Dix, la victoria de Obama solamente atraerá a los jóvenes para apoyar a un sistema que los ha condenado al fracaso; las verdaderas puertas que se les abrirán a los jóvenes de color serán las puertas de los centros de reclutamiento militar, de las prisiones y de las cortes. Para colmo, Obama ataca a los jóvenes oprimidos y los culpa por su propia situación. “Era mentira cuando Cosby lo dijo y es una mentira ahora”, dijo Dix, ante aplausos.
La parte final del discurso de Dix trató la revolución: la clase de cambio que necesita en serio la humanidad para ir más allá de un sistema que prospera en base a la tortura y las guerras por el imperio, engendra enfermedades y hambrunas generalizadas, arrasa el medio ambiente, subyuga violentamente a las mujeres y no ofrece a millones de jóvenes ninguna suerte mejor que la muerte o la prisión. Inspirado en la nueva declaración del PCR, “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”, Dix le dijo al público que el sistema imperialista necesita ser barrido del planeta, junto con las instituciones imperialistas las que se tienen que reemplazar por instituciones revolucionarias. Explicó que en las sociedades revolucionarias del pasado como China bajo el liderazgo de Mao Tsetung, se lograron rápidamente avances monumentales y anteriormente impensables bajo la guía de un estado que le servía al pueblo; por ejemplo, China pasó de ser una sociedad donde predominaba la prostitución a una en que prácticamente fue eliminada y de un país en que cientos de millones de personas eran adictos al opio a uno en que no había adictos. Dix luego dijo: “El poder revolucionario en China fue derrocado cuando Mao Tsetung murió. Pero Bob Avakian ha retomado el análisis que Mao desarrolló y sobre la base del cual dirigió a la revolución china, y lo ha desarrollado aún mas y eso nos pone en posición no solamente de hacer de nuevo la revolución sino de ir mas allá y de hacerlo aún mejor la próxima vez”.
Asimismo, Dix dijo, es necesario retar a los jóvenes en las sociedades modernas imperialistas que están inmersos en las aguas venenosas de las pandillas, las drogas y la religión, para que dediquen más bien la vida a la revolución y en el mismo proceso a cambiarse a sí mismos.
Dix concluyó citando el poema conmovedor del difunto Oscar Brown, “The Children Of Children”, y preguntando: “¿Cuál va a ser nuestra respuesta a los niños de niños de todo el mundo?”.
Mientras Cornel West claramente no compartía la perspectiva comunista revolucionaria de Carl Dix, se unió a su llamado a la resistencia y repetidamente elogió a Dix por ser una poderosa voz para los oprimidos que ha estado dispuesto a sacrificar su vida a fin de jugar ese papel. “Estoy aquí”, dijo West, “porque en esta coyuntura histórica particular, tenemos que crear un espacio para la crítica de principios de la administración de Obama”.
Durante un electrizante discurso que frecuentemente suscitó fuertes aplausos del público, así como risas de aprecio, West aplaudió a Dix por enviar el mensaje de que la meta de la humanidad no debería ser poner a un hombre negro a la cabeza de un imperio que continúa amontonando horrendo sufrimiento sobre la abrumadora mayoría de la gente de color.
West dijo que era su preocupación por el mundo de los oprimidos la que lo hizo apoyar a Obama; presentó su decisión como una elección táctica motivada por un deseo de oponerse a las fuerzas del fascismo encarnadas en McCain/Palin y para poner fin a la era del conservatismo al estilo Reagan.
Luego dijo que el mismo factor que lo motivó a apoyar a Obama, o sea, la preocupación por la suerte de la humanidad oprimida, lo llevó inmediatamente a criticar a Obama después de la elección. Por ejemplo, West furiosamente enumeró los asesores económicos que están en el equipo de Obama.
“¡Aquí tenemos a Larry Summers!”, dijo West. “¡Aquí tenemos a Robert Rubin y su equipo!”. West contrastó el rescate de los bancos de Obama de $700 mil millones con su demanda de que los pobres deben “salir adelante por sus propios esfuerzos”. Y condenó al equipo de política exterior de Obama, al que fustigó como un equipo de “neo-imperialistas reciclados”, así como el silencio de Obama frente a la masacre de Gaza por Israel.
Uno de los momentos más conmovedores del programa se dio cuando West, después de hacer alusión a la represión sanguinaria del FBI y la CIA a la resistencia y a los movimientos revolucionarios en los años 1960, sarcásticamente reconoció la probable presencia de agentes federales en la sala, diciendo: “Sabemos que la CIA y el FBI están aquí; les damos la bienvenida”, ante un estruendoso aplauso y carcajadas, y luego procedió a ponerlos sobre aviso de que los presentes en la sala continuarán resistiendo a los crímenes de su gobierno y no serían disuadidos. Ese preciso momento, en que West lanzó con osadía y sin remordimiento tal clase de ofensiva ideológica y política, les dio ánimo y valor a aquellos que sienten que el mundo es intolerablemente injusto y se preguntan si de veras pueden contar con el poder para cambiarlo.
“Terminamos con un llamado a la acción”, West concluyó, elogiando a los jóvenes en la primera fila que eran parte del Proyecto de Verano de la Juventud Revolucionaria. “Tienes que hacer de la reforma y la revolución una forma de vida”.
Durante las preguntas de los moderadores, y luego del público, tanto la unidad como las diferencias entre Dix y West se veían con más claridad. Taylor empezó por pedir que cada orador describiera su punto de vista sobre la democracia. West declaró muy claramente que, mientras estaba de acuerdo que Estados Unidos era un imperio, también creía en la “expansión de formas de la democracia dentro del proyecto capitalista”. Dix, por otro lado, aludió a las declaraciones de Bob Avakian de que hablar de la democracia sin señalar la sociedad dividida en clases “no tiene sentido o tiene implicaciones peores” y que para analizar una sociedad dada es necesario hacer las preguntas clave de cuál clase domina y si la democracia que emplea refuerza o trabaja para eliminar las divisiones de clase.
“Estados Unidos se fundó sobre la esclavitud y el genocidio”, señaló Dix, “pero era también democrático”.
Dix agregó que la democracia estadounidense está basada, desde sus orígenes, en la exclusión violenta de grupos enteros de personas y que fue sobre esa base que se extendió la democracia a un grupo particular, a los hombres blancos. También le recordó al público que la forma de gobierno estadounidense se trata de la dictadura, y no solo la democracia: preguntó retóricamente: ¿cuándo tuvo el pueblo estadounidense la oportunidad de votar sobre si parar las guerras en el Medio Oriente? Dix agregó que el objetivo de los revolucionarios no era “perfeccionar” el sistema del imperialismo estadounidense, que comete crímenes por todo el mundo, sino más bien acabar con ese sistema.
Dos de las cinco preguntas del público trataron la relación entre los individuos que se transforman a sí mismos y la transformación general de la sociedad. En respuesta a un refugiado de Nueva Orleáns que sostuvo que “la revolución se lleva a cabo al interior de uno mismo”, West en gran parte estaba de acuerdo: después de decir que hablar del derrocamiento revolucionario “no es de mi estilo”, añadió: “Primero y ante todo, tenemos que armarnos de valor para dar testimonio del sistema de males dentro de nosotros”.
Dix, por otro lado, argumentó esencialmente que West había puesto al revés la relación entre el cambio social y el cambio individual: “Nosotros nos cambiaremos a nosotros mismos en el curso de la resistencia”, dijo Dix.
La siguiente pregunta, de una joven negra, fue sencilla pero profunda: “¿Cómo se resiste?” En las repuestas de Dix y West había un sentimiento común que la decisión de resistir podría ocurrir en muchas maneras diferentes y tomar muchas formas diferentes. Dix dijo que el suceso específico que se le llena a un individuo de una sensación fuerte de injusticia y le compele a actuar podría tener un carácter generalizado, como las guerras estadounidenses por el imperio o podría ser algo mucho más pequeño y inmediato, como ver a la policía hostigar a jóvenes en la calle. Mientras un individuo resiste, dijo Dix, los ojos le empiezan a abrirse y a menudo empieza a darse cuenta que las atrocidades contra las que lucha no son actos aislados sino sistémicos. Dix dijo que su orientación era de resistir sobre la base de presentar el análisis de que la revolución es la solución para los problemas a que se enfrenta y de unirse con otros que sinceramente querían la resistencia aunque no estaban de acuerdo con ese punto de vista.
West estableció una analogía entre participar en la resistencia y enamorarse: cuando uno inicia cualquiera de los dos procesos, se le muere una parte vieja y se le nace una nueva. West dijo que la gente puede resistir de muchas maneras, por ejemplo mediante el arte; citó las canciones de Nina Simone y el hiphop de Talib Kweli como formas de luchar contra el poder.
Hacia el fin del programa, había dos momentos que ejemplificaron el espíritu de unidad en medio de la lucha (lucha amistosa entre sí y férrea lucha en contra de los crímenes de su gobierno) que caracterizó la noche. Primero, Dix se puso a cantar la versión de los hermanos Isley de la canción “Four Dead in Ohio” [Cuatro muertos en Ohio]. El público aplaudió al compás de la música junto con Dix y vitoreó con entusiasmo cuando terminó. West se inclinó hacia él y lo abrazó.
Poco después, West dijo que lee las obras de Bob Avakian y brega con él no porque es comunista sino porque es “cierto tipo de ser humano que se ha levantado la voz y en su proyecto que incluye el comunismo, veo cierto carácter, veo cierta calidad de servicio a los pobres, veo los que están interesados en hacer sacrificios, veo una disposición de bregar con profundos asuntos que el discurso mayoritario no quiere tocar, lo que incluye a los intelectuales convencionales”.
Aunque desde luego es crucial ganarse a tantas personas como sea posible a la necesidad de la revolución comunista, y sobre esa base a la necesidad de hacer suyos a Avakian y su obra, también es crucial para construir un movimiento revolucionario que sectores amplios del pueblo, incluidos los que no son comunistas, apoyen, aborden y defiendan a Bob Avakian. El hecho de que West, un intelectual negro prominente e influyente, hizo la declaración pública que hizo, aunque probablemente suscitará en su contra ataques sin escrúpulos de reaccionarios así como de algunos “progresistas”, es muy importante y potencialmente representa una oportunidad importante en la creación de una cultura de aprecio, promoción y popularización de Bob Avakian y su obra.
Entre las preguntas de los moderadores y del público, Clyde Young del Partido Comunista Revolucionario dio un argumento conmovedor y convincente en defensa de la importancia crítica de la teoría revolucionaria en general y particularmente del periódico Revolución.
Como el evento fue una función para recaudar fondos no solamente para Libros Revolución sino también para el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os (FLRP), Young hizo mucho hincapié en el impacto que difundir la conciencia revolucionaria puede tener dentro de las prisiones.
Young recordó haber estudiado las obras de Malcolm X y los Panteras Negras y de haberse metido de lleno en la teoría revolucionaria, mientras cumplía una sentencia de 17 años en prisión. En ese tiempo, dijo, el periódico Revolución todavía no existía y él tenía que descuartizar e interpretar por sí solo obras como el Manifiesto Comunista. “Hoy”, Young dijo, “Revolución les da nuevas esperanzas a muchos, muchos presos entre las rejas”.
Young dijo que el periódico Revolución tiene el potencial para transformar poderosamente a las personas y la manera en que ven el mundo; para forjar la unidad, en vez de la división sin sentido, entre los diferentes sectores de los oprimidos.
“Lo que tenemos que hacer es cambiar el mundo”, dijo Young. “Pero para cambiar el mundo, tenemos que conocerlo”.
Al fin de su presentación, Young le dijo al público que las suscripciones del periódico de 400 presos estaban por vencerse al fin del mes. Preguntó si alguien del público estaba dispuesto a donar $500. Una persona alzó la mano para indicar que estaría dispuesto si otros dos también lo hicieran. Intensos aplausos surgieron del público cuando se puso de pie el tercer donante.
Después del fin del programa, estaba claro que el evento llenó de energía, inspiración y ganas a gente de muchas capas sociales y perspectivas diferentes; les estimuló a pensar acerca de nuevas cuestiones y a pensar de formas nuevas acerca de cuestiones viejas. Los asistentes expresaron su aprecio por haber tenido la oportunidad de escuchar una discusión franca y crítica acerca de la presidencia de Obama y denuncias directas de la realidad de que su ascenso no había cambiado el sistema imperialista ni detenido sus crímenes.
“¡Fue increíble!”, una mujer blanca de mediana edad dijo sobre el programa. “Esto es nuevo para mí”, continuó. “No soy revolucionaria. No soy comunista. Considero que [los oradores] sabían expresarse muy bien y tenían mucha razón y sinceridad. Me sorprendió cuánto yo estaba de acuerdo con ellos”.
Cuando se le pidió por qué dijo que se “sorprendió”, la mujer respondió: “Soy una persona muy centrista”.
Un joven negro empleado de un banco, que nació y creció en Newark y que se describió como “librepensador”, también estaba muy entusiasmado por los dos oradores. “Es muy apropiado, lo que están diciendo en términos de nuestra opinión de Obama”, dijo, “en torno a la euforia de un hombre negro en la Casa Blanca, pero lo esencial es que él dirige un sistema muy racista y opresivo”.
“Es muy oportuno”, otro joven negro dijo sobre el diálogo, “porque Obama ya ha ocupado el cargo más de seis meses. Es bueno tener a personas que están pensando críticamente acerca de ‘cómo va a resolver Obama, como el primer presidente negro, los problemas que son sistemáticos en Estados Unidos y en el capitalismo”.
Agregó que antes del evento, no tenía conocimiento de Carl Dix y dijo que le dio mucha alegría escuchar a una persona de color plantear un punto de vista comunista. “A decir la verdad, creo que nunca he considerado a un partido comunista como algo de importancia en la política estadounidense”, dijo el hombre. “No es que yo disentía con ellos, sino me parecía un vestigio del pasado. Da gusto ver que haya personas que intentan crear un cambio de paradigma, esencialmente, y no solo buscar soluciones dentro del sistema e intentar hacer pequeños ajustes, sino decir claramente que el sistema está estructurado intrínsecamente para perpetrar todas las cosas que enfrentamos”.
José, un estudiante latino de 21 años de Baruch College, dijo que el evento de más o menos dos horas y media captó su atención desde el principio. “Fue muy estimulante y me hizo reflexionar mucho el intercambio de puntos de vista que presenciaron el público y de hecho Cornel West y Carl Dix”, dijo. También dijo que ya estaba muy familiarizado con West, pero no con Dix, antes del programa. “Pero después de este evento, empezaré a checarlo”, añadió.
“Fue estimulante”, dijo una mujer blanca de 22 años después del programa. “Fue formidable. Me dio escalofriantes tantas veces de escuchar a unas personas hablar con tanta pasión acerca de las cosas en que creen en serio. Escuchar a otros decir que morirían por algo en que creen y hablar acerca de una clase obrera pobre, es una conversación que muchos ni consideran porque no son parte de ella. Y yo me siento que pertenezco muchísimo a ella”.
Poco después, la mujer habló de manera contundente acerca del impacto que un programa como éste podría tener en los asistentes, además de los que se enteran del evento después del hecho.
“Me parece refrescante que las personas estén hablando de estos temas, de encontrar a otras personas que quieren tener una conversación con sentido”, dijo, “en vez de todas las tonterías triviales y superficiales que se dan en la vida cotidiana”.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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Quizá la crisis política de Irán no esté en las primeras planas en Estados Unidos en estos momentos, pero continúa de formas nuevas y diferentes y está lejos de terminarse. Continúan las agudas divisiones las que se están desarrollando en la cúpula de la República Islámica de Irán. Además, las muchas corrientes de furia, indignación y protestas valientes de las masas continúan estallando desde abajo en desafío de la brutal represión del estado.
Esta ha sido la mayor revuelta política en Irán desde la revolución de 1978-79 que derrocó al Sha impuesto y respaldado por Estados Unidos y puso en el poder a la República Islámica y la teocracia del clero. Aunque la chispa inmediata de la revuelta fueron las riñas intestinas en la cúpula de la República Islámica en que contienden diversos puntos de vista políticos (inclusive muchas fuerzas que, al menos por el momento, siguen a los elementos más liberales de los teócratas iraníes y esperan que se pueda reformar en una dirección mejor a la República Islámica), a un nivel más profundo la revuelta refleja el profundo odio de parte de importantes sectores de la población del país hacia el carácter opresivo y asfixiante de la vida bajo el dominio teocrático islámico.
Es la responsabilidad de los que viven en Estados Unidos apoyar la revuelta del pueblo, y a la vez oponerse a las maniobras de “nuestros propios” gobernantes para clavar sus comillos más profundamente en Irán. Un análisis y los antecedentes de la situación de Irán se hallan en “Reacción al fraude electoral revela profundas escisiones en círculos gobernantes iraníes y un profundo odio de amplio arraigo contra el régimen: REVUELTA EN IRÁN”, de V.T. (Revolución, 28/06/09); y “Las raíces del levantamiento iraní: ‘Una sociedad que se ahoga en la corrupción, la destrucción, la superstición, la vil ignorancia religiosa, la drogadicción y la prostitución’”, de Larry Everest (Revolución, 28/06/09). Un corto análisis del papel del imperialismo estadounidense se halla en “60 años de intervención estadounidense en Irán: Un horror para el pueblo”. Todos estos artículos están en línea en revcom.us. Revolución analizará el desarrollo de la situación en Irán en futuros números.
A continuación presentamos pasajes de los artículos sobre las protestas y la represión en Irán que distribuye el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar (SNUMQG). Estos y otros artículos completos del SNUMQG están en línea en revcom.us.
El 9 de julio, el 10º aniversario de la revuelta de estudiantes que señaló una nueva ola de la lucha del pueblo iraní, miles de manifestantes salieron a las calles de Teherán y de muchas otras ciudades para conmemorar el aniversario y continuar la protesta contra el régimen. Varias autoridades, incluyendo el gobernador de Teherán, los jefes de las fuerzas de seguridad y del Ministerio del Interior, habían jurado que “aplastarían” cualquier acción semejante. Pero a pesar del claro peligro de palizas, tortura y la muerte, la gente salió, y se quedó para enfrentar a policías con bastones, milicianos del Basiji en motos, gas lacrimógeno y disparos de advertencia. En unos casos la gente peleó contra las fuerzas de seguridad, e incluso en algunos casos les hizo retroceder.
La gente que decidió protestar tuvo plena conciencia de que el régimen no solo hacía amenazas vanas. El día anterior, las autoridades declararon que 500 de las 2.000 personas que habían anunciado que habían sido arrestadas todavía estaban en detención y serían juzgadas. Ya que no se les permite a los presos ningún contacto con sus familias o con abogados, muchos en Irán —y Amnistía Internacional— temen que les estén torturando a fin de sacarles confesiones de que potencia extranjeras están detrás de las manifestaciones, y que esto pueda ser usado como pretexto para justificar más ejecuciones (comunicado de prensa de Amnistía Internacional, 29 de junio). Parece que muchas personas han “desaparecido”. Hay buena razón para creer que el número de muertos ha sido mucho más alto que los informes del gobierno de unas docenas de muertos.
Los siguientes pasajes son de dos informes de Teherán recibidos por el boletín estudiantil Bazr.
Qué enormidad está asociada con el 18 de Tir (el 9 de julio). Todos están en la calle, jóvenes, grandes y de mediana edad. Esta vez la gente ha aprendido a no reunirse solo en una calle. Hay manifestaciones de masa en siete u ocho lugares centrales de Teherán. No hay ninguna señal de silencio. Todos están gritando una consigna. Algunos gritan “Ala-u Akbar”, pero pronto “Muerte al dictador” y “El dominio del golpe de estado: que dimita, dimita” lo reemplazan. El centro de los enfrentamientos es la intersección de las calles Vali Asr y Enghelab, en el parque Daneshjoo (del Estudiante). Es una multitud concentrada y apretada, y las fuerzas antidisturbios de los Guardianes de la Revolución atacan con gas lacrimógeno y bastones. Las caras están ensangrentadas. La multitud continuamente se baja a la calle desde la acera y luego vuelve. Los coches, como hace dos semanas, siguen pitando (en señal de apoyo). Hay bocinazos continuos. De nuevo los puños están en el aire, junto con el símbolo V por la victoria y la solidaridad. Una ola de gente se está moviendo hacia la Plaza Enghelab y la Universidad de Teherán desde todas las calles principales. Esta vez oímos a la gente cantar una canción que se cantó durante la revolución de 1978-79, pero la palabra “Sha” ha sido reemplazada por “Mahmoud” (Ahmadinejad): “Mahmoud el traidor: deseo que te conviertas en vagabundo/ destruiste a nuestro país/ asesinaste a la juventud de mi país… ¡muerte a ti, muerte a ti!”…
¡Muchas mujeres, muchas madres en la primera fila! ¡Furiosas e inspiradoras y recién llegadas al escenario! De nuevo nos atacan. Esta vez las fuerzas de “seguridad” no uniformadas están con los atacantes… unos cientos de personas entran en un pasadizo del mercado al lado del parque Laleh, pero no hay salida y están atrapadas. Junto con algunos otros, salto la cerca y el alambre de púas y entro el parque. Vamos hacia Amirabad… que está muy llena de gente. En la esquina donde Neda Agha-Soltan, una mujer joven, fue asesinada por los Basiji mientras estaba parada en un bordillo durante una manifestación, la multitud está gritando, “¡Muerte al dictador!” Un señor grande que dice que tiene 80 años proclama felizmente: “Ya no hay nadie que tiene miedo. Todos han salido a la calle. Ya es hora de que ellos (se refiere al régimen) se larguen. Mira, tantas personas, ¡pero a diferencia de 1978 no hay ulemas entre nosotros! ¡Nos vengaremos la sangre de Neda!” Tiene razón. La gente ha entendido bien la situación. Ha captado la debilidad y la vulnerabilidad del régimen. Nadie teme nada. Todos, jóvenes y grandes, gritan esa consigna, más firme y fuertemente que hace tres semanas. Una familia en un coche que se desplaza lentamente hacia el norte en Amirabad está pitando continuamente. Un hombre joven saca la cabeza por la ventana y le dice a la gente: “¿Todavía quieren continuar su lucha pacíficamente? ¿No ven que tienen fusiles?” Su hermana está gritando: “¡Muerte al dictador!” Yo solo repito la consigna con ellos y levanto el puño…
El siguiente es un llamamiento publicado el 3 de julio por el boletín estudiantil iraní Bazr (www.bazr1384.com, www.bazr1384.blogfa.com, e-mail: bazr1384@gmail.com).
Noticias escalofriantes están saliendo de las prisiones y los centros de detención secretos donde se encarcela a la gente detenida durante las recientes revueltas. Es importante empezar una campaña masiva para desenmascarar los crímenes y masacres que continúan y exigir la libertad sin condiciones y inmediata de todos los presos políticos. En Irán, las familias de los presos políticos antiguos y actuales pueden ser el núcleo para iniciar la campaña. Pero, en este momento, los iraníes en el extranjero pueden jugar un papel muy significativo en este asunto. Aun las reuniones en el aniversario de las masacres [de comunistas y otros presos políticos] de 1988 pueden ser una ocasión para esto.
Se habla de la tortura brutal e inhumana inflingida a los jóvenes y otros detenidos durante la revuelta reciente, con la intención de asesinarlos. A la vez se pone presión a personas singularizadas y conocidas, como reporteros y activistas en los campos de Musavi y Karubi [las dos figuras principales de la oposición electoral], para que admitan sus presuntos crímenes. Parece que en el caso de los jóvenes han adoptado la política de “desaparecer” a los presos desarrollada en América Latina. Un carcelero que cumple su servicio nacional en la prisión de Evin explicó que en las instalaciones asignadas a los Basiji [miembros de la milicia] y el centro de información de los Guardianes de la Revolución (Pasdaran) donde nadie más puede entrar, la tortura severa ocurre cada día, y todos son turbados por los gritos y lamentos desde adentro; y que cada día al menos 10 cadáveres de personas muertas por la tortura son sacadas en ambulancias y llevadas a tumbas sin nombre.
…Es importantísimo que nuestros camaradas de la diáspora iraní hagan una campaña a favor de los detenidos que están siendo “desaparecidas”. Los golpistas no tienen misericordia ni para las propias facciones del régimen. Una indicación de cómo tratan las personas involucradas en sus propios conflictos internos es el caso de una importante figura jubilada del Ministro de Información, ahora un miembro activo del campo [de oposición] de Rafsanjani/Musavi. Envió una carta a Zargami (cabo de la autoridad de la radio y televisión de Irán) protestando que había sido secuestrado, golpeado por unas horas y luego liberado. Si actúan de tal manera con los suyos, ¿te puedes imaginar qué harán con los estudiantes y los jóvenes que se levantaron en su contra?
¡La situación es urgente — no pierdas ni un momento!
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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De un lector:
Estimado Revolución,
Al asumir y difundir este mensaje, “La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos”, me he enterado de unas experiencias positivas que quiero compartir en las actividades de recaudar fondos y organizar.
Para ser directo, uno no habla en serio de cambiar el mundo de fondo si no está organizando a personas en el movimiento revolucionario. Y aunque eso supone varias formas y gente de varias capas y de niveles políticos, aportar y recaudar fondos para proyectos que avancen la revolución es una expresión muy importante y necesaria de apoyo consciente y participación en esta revolución.
Sin esto no será posible nada de lo que nos proponemos hacer.
Primero, en los días anteriores a esta campaña tuvo lugar un picnic “anti-4 de julio” bien planeado y organizado, en un barrio donde los revolucionarios han estado distribuyendo el periódico Revolución por unos meses. El picnic se dedicó a forjar una red en este barrio para sostener el periódico. En total, unas 75 personas de varias nacionalidades asistieron durante el día.
Para promover el picnic, salían con las páginas ampliadas de Revolución, con música, y vendían ejemplares de Revolución. Celebraron reuniones de organización para planearlo en que bregaban sobre la base y la necesidad de que la gente, incluso los que tienen pocos recursos, aporte a Revolución. Hablaron del papel de Revolución de constituir los cimientos y el andamiaje organizativos y políticos de este movimiento revolucionario. Difundir este periódico es la responsabilidad de todos los que quieran ver un mundo diferente y aunque distintas personas pueden contribuir a distintos niveles, donar y recaudar dinero para Revolución es una oportunidad de participar en la revolución de manera absolutamente esencial.
También bregaban sobre el contenido del programa del picnic: que la cultura no debe degradar a las mujeres, traficar con la contradicción entre los negros y los latinos ni fomentar la “mentalidad pandillera” de “aspirar a conseguir lo mío”. De mucha importancia, establecieron metas para estas semanas de trabajo: 15 contribuidores mensuales para un total de $150 al mes para el periódico Revolución. En los hechos, consiguieron 13 contribuidores con un total de $185 al mes. La mitad fue de cantidades prometidas y de inmediato se puso en marcha un plan para cosechar dichas cantidades.
En el picnic mismo, además de presentar una parte de la charla filmada de Bob Avakian, Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, tres personas dieron testimonio sobre lo que pensaban del periódico y por qué otras personas deberían contribuir dinero para mantenerlo. Una persona conocida hace poco había pasado tiempo en prisión donde fue influenciada por los nacionalistas revolucionarios de los años 60. Se comprometió a contribuir $20 al mes a Revolución y dijo: “La revolución se trata de elevar la conciencia de las masas sobre la opresión y la injusticia, no solamente la suya sino la de todo el mundo. Eso es el propósito de una vanguardia: ser la voz del pueblo. Luchar por la justicia así como por la revolución, por reemplazar a este gobierno capitalista que oprime a nuestros hermanos y hermanas de manera constante. Un revolucionario reconoce que la lucha será de recorrer una larga distancia... ganar es reconocer que no importa qué tan larga sea”.
Un hombre sin techo prometió recaudar $10 cada mes para Revolución por medio de lavar autos y ayudó a recaudar fondos de otros en el picnic. Otra persona propuso la idea de un torneo de baloncesto para recaudar fondos. Además de los contribuyentes mensuales mencionados, se recaudó la cantidad de $405. La mayoría de ésta fue de un sector de inmigrantes, pero también se recaudaron cantidades más pequeñas al pasar una cubeta de mano a mano.
Se puede ver en este picnic y en el trabajo respectivo que recaudar fondos para el periódico Revolución es una parte concreta de forjar una base de apoyo en lo político y lo organizativo de una manera constante sobre una base revolucionaria.
El segundo ejemplo trata un importante acto para recaudar fondos para el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os. Antes, los organizadores se quedaron en estar libres al día siguiente de modo que pudieran dar pasos de inmediato para conocer quiénes asistieron y para ponerse en contacto con ellos. En el propio evento, mucha gente dio su nombre, tanto para contribuir dinero como para ser contactado. Esto pasa todo el tiempo. Pero esta vez, en lugar de esperar muchos días para volver a contactarlos o solamente capturar su nombre en una base de datos, alguien hizo un poco de investigación sobre quiénes eran estas personas y se puso en contacto de inmediato con ellas. Los revolucionarios lograron conocer la opinión de las personas sobre el evento, aprendieron más sobre las diferentes personas que asistieron y concertaron varias reuniones unos pocos días después. Además, a las personas les agradeció que se les contactaran luego luego.
A menudo para las personas que asisten a un evento les conmueven e incluso sacuden lo que aprenden y el reto que se les plantea, pero eso no llega a nada y se convierte solamente en otra cosa a que asistieron y luego van a otra actividad cualquiera. Cuando nos ponemos en contacto de inmediato con las personas, es posible retomar lo que les afectó en el evento y lo que les impelió a aportar o a dar su nombre, además de que eso les dice que tomamos en serio el proceso de atraerlas a esta revolución, al nivel que estén dispuestas a participar.
Mi último pensamiento viene de la experiencia de estar en la calle con este nuevo mensaje y llamamiento del PCR. Estábamos causando gran revuelo, desfilando con grandes banderas rojas y plasmando de manera concreta que “¡los revolucionarios están presentes!” Fue muy divertido y llamó mucho la atención. Pero cuando nos detuvimos para hablar con las personas de una a una, a veces acabamos por pasar más tiempo con la gente con menos interés o con argumentos más atrasados y menos tiempo con la gente que quería ya un ejemplar de la declaración. (Que no me malinterpretes, debemos responder con argumentos agudos y de peso a estas babosadas atrasadas, pero no debemos pasar el grueso de nuestro tiempo metidos en eso.) Creo que en parte esto tiene que ver con el hecho de que a veces constituye un reto más grande entablar una conversación profunda con la gente que está más dispuesta a hablar sobre la revolución. A menudo se plantean preguntas más complicadas y profundas. Y nos toca a nosotros lanzar retos a la gente a que se una con la revolución. Este mensaje contiene muchísimas cosas que tenemos llevar a la gente, pero tenemos que decirle a la gente: “está en nuestras manos unirnos con esto y asumir el reto de hacer que ocurra”.
Debemos entrarle a esto de inmediato: las personas mismas tienen que asumir la responsabilidad de esta revolución, de abordarla, difundirla y apoyar con dinero los proyectos que la avancen.
Y los que estamos en el núcleo de estos esfuerzos tenemos que tener la orientación y la organización para lanzar este reto a la gente así como para encontrar las formas para que la gente pueda solucionar estas necesidades. (Escuché una idea: cuando los equipos que están en la calle con este mensaje consiguen los datos de alguien, deben enviarle un mensaje de texto o de e-mail en el acto, apuntar si compró un paquete de periódicos, cuánto pagó y dónde piensa distribuirlos.) Y de nuevo, simplemente no es un trabajo serio si no cosechamos los contactos y profundizamos la lucha y la interacción.
Un punto final: junto con el contenido del propio mensaje, debemos estar hablando con la gente sobre los objetivos de esta campaña y lo que tiene que ver con hacer la revolución. Los tres objetivos del editorial de la semana pasada (hacer que se sepa de ESTA revolución a través de la sociedad, que Bob Avakian llegue a ser muy conocido y atraer y formar a un núcleo de personas que estén en una misión de luchar por esta línea, luchar por el comunismo y llegar a ser comunistas ellas mismas). Tenemos que entrarle a todo esto con la gente: cómo vemos que estos tres objetivos interrelacionados son la clave para zafarse de la supresión y la asfixia que agobian la sociedad, la clave para forjar un movimiento serio para la revolución. ¡Y para que eso ocurra, tenemos que atraer su participación, ideas y aportes económicos!
Tengo ganas de compartir con ustedes pronto más de esto y leer cartas de otros en las páginas de Revolución.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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A principios de abril, después de un juicio de un mes, un jurado en Denver concluyó que Ward Churchill había sido despedido injustamente de su posición como Profesor de Estudios Étnicos en la Universidad de Colorado (CU). Fue despedido como represalia por un ensayo controvertido que escribió después de los ataques del 11-S, que critica a Estados Unidos, y no por la mala conducta académica como alegó la universidad. Como escribimos en aquel momento (“Veredicto en demanda contra la Universidad de Colorado: Jurado decide por despido injustificado de Ward Churchill”, Revolución #161), “El veredicto del jurado es un suceso bienvenido, y es un revés para las fuerzas que están obrando para suprimir el pensamiento crítico en las universidades y en la sociedad. Pero la batalla está lejos de terminarse”.
El 7 de julio, el presidente de la corte en Denver, Larry Naves, anuló el veredicto y dictó una resolución que le concedió todo que CU quería. No se va a reintegrarlo en su puesto al profesor Churchill, y no tiene derecho a sueldos caídos ni una indemnización. Esta resolución de Naves es tan absurda como lo es completamente infundada, representa una decisión de entrometerse manifiestamente para asegurar que prevalezca CU, a pesar de la verdad.
Como ya saben los lectores regulares de Revolución, este caso empezó a principios de 2005 cuando Ward Churchill se convirtió en blanco de una cacería política derechista nacional muy orquestada después de que un ensayo que escribió poco después del 11-S salió a la luz. La arremetida contra Churchill se convirtió en el centro de un importante asalto contra el pensamiento crítico y los estudiosos disidentes en academia que continúa hasta hoy día. Un mensaje escalofriante se difundió a los cuerpos docentes en muchas universidades de “¡que tengan cuidado!” — la crítica de los crímenes pasados o presentes de Estados Unidos podría amenazar su reputación, su trabajo, aun su carrera.
La facultad, los estudiantes y otros se atrevieron a oponerse a la petición para el despido de Churchill, viéndolo como una frente clave de batalla en las crecientes actividades de las fuerzas derechistas poderosas de usar esta controversia para cambiar radicalmente el ambiente universitario y para intimidar y silenciar a otros estudiosos progresistas y radicales. Los profesores escribieron cartas y columnas de opinión para periódicos y revistas y circularon declaraciones firmadas por cientos y cientos de profesores en apoyo a Churchill. Un anuncio a plana entera fue publicado en la revista New York Review of Books firmado por muchos intelectuales públicos conocidos, como Noam Chomsky, Howard Zinn, Richard Falk, Derrick Bell, Rashid Khalidi, Mahmood Mamdani, Irene Gendzier y otros que pide a CU que pare su esfuerzo de despedirlo.
Al principio la universidad intentó despedir a Churchill por el contenido de su ensayo, pero luego decidió que sería más prudente cambiar de marcha y perseguirlo de otra manera. Combinó varias quejas principalmente viejas sobre aspectos de las investigaciones académicas de Churchill e incluso solicitó otra; formó un comité de profesores para elaborar un dictamen, encabezado por un ex fiscal que se sabía en ese momento que estaba predispuesto en contra de Churchill y usó las conclusiones del comité de la alegada mala conducta de investigación para despedirlo.
El veredicto confirmó el argumento de Churchill que esta investigación de su trabajo académico, bajo un microscopio, no debería haber pasado, y que tuvo el propósito exclusivo de inventar un pretexto para despedirlo por su trabajo académico y su punto de vista político. Unos estudiosos destacados —como Noam Chomsky y Stanley Fish— han señalado que ninguna obra de ningún investigador podría soportar esta clase de análisis minucioso.
La resolución de la corte, en gran parte copiada palabra por palabra de la moción de los abogados de CU, acepta la afirmación de CU de que el consejo rector tiene “inmunidad cuasi-judicial”, según la ley. En esencia esto significa que el consejo rector de la universidad puede hacer casi cualquiera cosa, incluso despedir a profesores por expresar opiniones que consideran ofensivas, y no hay remedio para los profesores, mientras se sigue el procedimiento formal de la universidad para despedirlos (vea los documentos del juicio en www.wardchurchill.net).
Al dictar esta resolución después de que ya se ha llegado a un veredicto, Naves le está otorgando la “inmunidad cuasi-judicial” a un cuerpo cuyos miembros los que se sabe habían denunciado públicamente al “litigante” antes del juicio, habían admitido que estaban bajo presión para despedir a Churchill y habían tomado acción inconstitucional a fin de castigar el ejercicio del derecho a la expresión protegido por la Primera Enmienda. ¿Qué significa que le han otorgado este tipo de inmunidad a un cuerpo poderoso para decisiones muy políticas sobre las vidas y las carreras de los profesores y estudiosos universitarios, incluso los profesores con titularidad? Este, y algunos de los puntos siguientes, son de una carta que se opone a la resolución que está circulando en la comunidad académica la red para Defender el Disentimiento y el Pensamiento Crítico en Academia.
Brian Leiter, filósofo y estudioso legal, actualmente el Profesor John Wilson de Derecho en la Universidad de Chicago, describió que la decisión “posiblemente tenía implicaciones catastróficas”, en su informe en línea (Brian Leiter’s Law School Reports), intitulado: “Atención a los profesores de las universidades estatales en Colorado: Ustedes no tienen casi ningún remedio si el consejo rector viola sus derechos de la Primera Enmienda”. Pero el impacto de esta resolución, si se permite que entre en vigor, afectará a profesores mucho más allá de Colorado.
El juez da muchos argumentos diferentes y contradictorios para sustentar su decisión, sin duda con la esperanza de hacer que sea improbable que la anulen en la fase de la apelación. Por eso, al haber al principio rechazado el veredicto del jurado, Naves luego lo invoca. Dice que la indemnización de $1 del jurado lo obliga a negar la reintegración a su puesto a Churchill. “Si tengo que emitir un dictamen que está ‘de acuerdo con las conclusiones del jurado’, no puedo dictar un remedio que ‘ignora la conclusión implícita del jurado’ que el profesor Churchill no ha sufrido ningún daño real que remediaría una indemnización de reintegración”. Este argumento es completamente infundado. La suma de la indemnización no mitiga para nada el veredicto del jurado de que Churchill fue despedido en violación de su libertad de expresión protegida — de que solo es posible remediar reintegrándolo en su cargo. Es absurdo el argumento de que la suma de indemnización determina si se debe remediar una violación constitucional.
Al final, un miembro del jurado también contradijo el intento del juez de interpretar las conclusiones del jurado: ha escrito un affidávit presentado con la respuesta de Churchill a la resolución. En el affidávit el miembro del jurado explica: “Fue difícil para nosotros determinar el valor de la angustia emocional de Churchill, y al fin, escuchamos el testimonio de Churchill de que el caso no se trataba del dinero y esperamos que el juez lo reincorporará en su puesto o le compensara”.
En busca de otro argumento más para anular el significado del veredicto, la resolución dice: “El jurado solamente determinó que la Universidad no demostró que una mayoría del consejo rector hubiera votado para despedir al profesor Churchill en la ausencia de su derecho a la expresión política. Eso es una cuestión muy diferente que si el profesor Churchill hubiera practicado la mala conducta académica…”. El juez sostiene que a pesar del veredicto, Churchill incurrió en mala conducta académica tan seria que sería injusto, y dañino para la universidad, reintegrarlo en su puesto. Como la moción de reconsideración de David Lane, abogado de Churchill, dice: ¿cómo es que no existe ninguna evidencia de que había mala conducta académica lo suficientemente seria para justificar el despido de Churchill, pero hay suficiente mala conducta académica según la corte para negar su reincorporación en su puesto?
En el juicio los miembros del jurado escucharon el testimonio de expertos en estudios amerindios y el derecho amerindio que hicieron muchas críticas a las conclusiones del comité de investigación de la facultad, además de las conclusiones de los testigos para la universidad, y eso fue una parte crítica de la base de sus conclusiones. De nuevo, como dice el affidávit del miembro del jurado:
Una mayoría del jurado cree que los cargos de mala conducta académica no fueron válidos. Opinamos que los trámites legales ofrecidos a Churchill por la Universidad de Colorado, antes de su despido, estaban predispuestos en contra de él. De hecho, durante nuestras deliberaciones, hicimos una lista de todos los testigos en el juicio, y determinamos que la mayoría de los testigos de la Universidad de Colorado fueron deshonestos y estaban predispuestos en contra del profesor Churchill.
Jonathan Turley, profesor de la facultad de derecho de la Universidad George Washington y comentarista frecuente en los medios de comunicación nacionales, consideró la negación de la reincorporar en su puesto a Churchill “extraño”. Criticó el argumento final de Naves que le echa la culpa por negar la reincorporación a las declaraciones de Ward Churchill de que supuestamente muestran “hostilidad contra la universidad”:
La universidad se opone a su reincorporación aduciendo que, si él volviera, la relación ‘no sería amigable’. Eso fue obvio en el veredicto del jurado. Sin embargo, eso es como usar los prejuicios como defensa. Primero se descubre que la universidad despidió indebidamente a Churchill debido a que odia las opiniones de él, pero luego logra negarle la reincorporación en su puesto debido al odio de las opiniones de él.
* * * * *
Escribimos recientemente que hay “mucho en juego para el mundo académico y para la sociedad en general en cuanto defender este veredicto y profundizar sus lecciones. Se ha sacado a la luz y asestado un revés a una fea cacería política y pública de fuertes consecuencias de parte de poderosas fuerzas reaccionarias y peligrosas apuntada a regar escalofríos represivos en las universidades. No obstante, lejos de batirse en retirada estas fuerzas se están reagrupando y tratando de revertir el significado de este veredicto”. Esta decisión absurda, retorcida y claramente injusta de Naves, el presidente de la corte en Denver, solo contribuye a esos objetivos, y se le debe oponer. Al mismo tiempo, se necesita más que nunca el debate que pedimos en ese artículo, con los de dentro y de fuera de la academia que, a pesar del veredicto, todavía se están dejando llevar por un análisis tergiversado de qué trata el caso.
Al aproximarse el semestre de otoño, los profesores y estudiantes, y todos los que están preocupados por la defensa de la búsqueda de la verdad sin restricciones, la efervescencia intelectual y el disentimiento, tienen que dar un paso adelante en las universidades alrededor del país y hacer planes para desenmascarar, deslegitimar y desarrollar oposición a esta resolución, convocar a reuniones y manifestaciones, escribir cartas a periódicos, a la Universidad de Colorado y a la corte de Colorado, publicar anuncios y más. Y sectores más amplios de la sociedad tienen que unirse con ellos.
De nuevo, como escribimos antes: “El reto para la administración, el cuerpo docente y sobre todo los estudiantes es oponer resistencia a esta arremetida. Y sectores más amplios de la sociedad deben unírseles. Debemos seguir defendiendo a las personas como Ward Churchill que son objeto de ataques y en general debemos defender la posibilidad de que los profesores tengan puntos de vista radicales y que disienten. Es de importancia decisiva que la nueva generación de estudiantes le entre a defender una búsqueda de la verdad sin trabas, la efervescencia intelectual y el disentimiento. De una u otra forma, esta lucha en torno a la vida en las universidades y la vida intelectual tendrá profundas repercusiones sobre cómo será la sociedad estadounidense y sobre las posibilidades de hacer surgir una sociedad completamente nueva”.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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Revolución habla con Raymond Lotta
Tercera parte: Controversias y lecciones
Raymond Lotta es un economista político maoísta. Es autor del libro America in Decline (La decadencia de los Estados Unidos) y compilador de And Mao Makes Five (Con Mao son cinco) y Maoist Economics and the Revolutionary Road to Communism (Economía maoísta y el camino revolucionario al comunismo). Desde 2005, ha estado presentando charlas en universidades y medios de comunicación, como parte del proyecto “Pongamos las cosas en claro” que desmiente las tergiversaciones y falsificaciones respecto a la primera ola de revoluciones socialistas en el siglo 20. En diciembre de 2008, ayudó a organizar un simposio importante en la Ciudad de Nueva York, “Redescubriendo la Revolución Cultural de China”. Colabora con artículos para el periódico Revolución; sus recientes artículos y entrevistas también han salido en Economic and Political Weekly (India), GlobalResearch.ca (Canadá) y Agence France-Presse.
Esta es la tercera y última parte de la entrevista. La primera salió en Revolución #167 (7 de julio de 2009) http://revcom.us/a/167/Ray_Lotta_Part_1-es.html y la segunda en Revolución #168 (21 de junio de 2009). http://revcom.us/a/168/Ray_Lotta_Part_2-es.html
Pregunta: Raymond, has hablado mucho sobre los logros de la Revolución Cultural. Pero el socialismo en China fue derrocado en 1976. Hay personas, incluso algunas que se describirían como maoístas, que miran eso y sacan la conclusión de que algo era fundamentalmente erróneo en los conceptos que guiaban esas revoluciones, especialmente el papel dirigente de un partido comunista de vanguardia. ¿Cómo respondes a eso?
Raymond Lotta: Aquí tienes una pregunta sobre las lecciones que se deben y no se deben sacar de la primera etapa de la revolución comunista. Las revoluciones soviética y china consiguieron logros asombrosos y verdaderamente liberadores. Pero lo hicieron en un mundo dominado todavía por el imperialismo y en que el proletariado todavía está aprendiendo cómo rehacer la sociedad. Esas sociedades fueron una vislumbre del futuro... y demostraron que el nuevo poder estatal y la institucionalización de la dirección de vanguardia son indispensables, si quieres en serio movilizar a las masas a revolucionar la sociedad y el mundo.
Pregunta: ¿Pero no estás diciendo que no había problemas?
Raymond Lotta: Había deficiencias y errores, unos de ellos muy serios, en particular en el caso de Stalin y la Unión Soviética, aunque no podemos pasar por alto el hecho de que eso fue el primer intento de construir una sociedad socialista, y en circunstancias externas extremadamente hostiles. Incluso en China, donde Mao dirigió el desarrollo de un análisis pionero y una práctica emancipadora para continuar la revolución, hubo unos problemas de concepción y métodos.
Esos problemas no fueron la causa principal de la derrota del socialismo en 1976, pero tuvieron un efecto. Esos problemas de concepción y método influyeron en la alineación de las fuerzas sociales en la China revolucionaria cuando se dio el golpe de estado reaccionario... el conocimiento de las masas de en qué dirección la sociedad necesitaba ir y cómo... y afectaron la teoría y la práctica de cómo el estado revolucionario estaba interactuando con la esfera mundial. Otra vez, se tratan de deficiencias secundarias en una experiencia abrumadoramente positiva, pero sí ejercieron una influencia real.
El nuevo manifiesto del PCR, EE.UU., El comunismo: El comienzo de una nueva etapa [http://revcom.us/Manifesto/Manifesto-es.html], habla sobre eso. Señala que para algunas fuerzas, su respuesta al momento actual y la experiencia de la primera etapa es negarse a abordar el análisis de Mao acerca de las contradicciones reales de la transición socialista, o rechazarlo y alejarse de toda esa experiencia. Muchas de esas fuerzas dicen que tenemos que hacer “un borrón y cuenta nueva” o idear algo nuevo para el siglo veintiuno. Entre esos grupos, muchas fuerzas están regresando al pasado... al siglo dieciocho y el punto de vista y los principios de la democracia burguesa, con sus procedimientos formales de elecciones competitivas, sus declaraciones de democracia sin clases e igualdad, todo lo que encubre y legitima la dictadura de la clase burguesa.
Y luego tienes lo que Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EE.UU., ha estado haciendo. Como dice el Manifiesto, Avakian ha emprendido “partir de todo lo que ha pasado antes, en la teoría y en la práctica, sacarle las lecciones positivas y negativas, y elevarlo a un nivel superior y nuevo de síntesis”.
La nueva síntesis
Pregunta: Hay mucha polémica en torno a eso también.
Raymond Lotta: Esta nueva síntesis se basa en un conocimiento más profundo de la dinámica de la sociedad socialista como transición al comunismo. Habla de los retos de dar dirección en la sociedad socialista de una manera que concuerde más con las metas de la revolución comunista... y con el tipo de sociedad que debería ser el socialismo si va a abrir el camino al comunismo.
En el fondo, ¿qué es la esencia de la dictadura del proletariado? ¿Qué propone lograr la revolución proletaria, a final de cuentas? Marx escribió un pasaje maravilloso que resume todo eso con precisión. Describió el comunismo como la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que estas descansan, de todas las relaciones sociales que acompañan esas relaciones de producción y la revolucionarización de todas las ideas que surgen de esas relaciones sociales. Esto ha llegado a llamarse las “4 todas”. Este es el objetivo del proyecto comunista: lograr cumplir con las 4 todas. La nueva síntesis de Bob Avakian se fundamenta más científicamente en eso... al abordar el proceso de lograr esas 4 todas de una manera más profunda y más integral para emancipar a toda la humanidad.
Pregunta: ¿Podrías hablar un poco más sobre el contenido de eso?
Raymond Lotta: Avakian está forjando un nuevo modelo de la sociedad socialista. Se necesita una dirección consecuente y que ve hacia el futuro para guiar las luchas complejas que presentan retos, las luchas que harán llegar a la meta de una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación. Se necesita mantener el poder, y no dejar que los capitalistas regresen al poder. Pero ese nuevo poder tiene que ser algo que vale la pena mantener. El socialismo tiene que ser una sociedad efervescente y que entusiasma, una sociedad en que la gente quiere vivir y que abra caminos al comunismo.
Un aspecto importantísimo de ese nuevo modelo de la sociedad socialista es el mayor papel que tiene el disentimiento, alentar más la efervescencia intelectual, aumentar el ámbito de la creatividad en las artes y alentar más espacio de experimentación e iniciativa de lo que había en la Unión Soviética cuando era socialista o en la China revolucionaria.
Pregunta: ¿En qué sentido difiere eso de la Revolución Cultural?
Raymond Lotta: Se basa en la Revolución Cultural, pero en realidad la sobrepasa. Hay muchos aspectos que podíamos examinar, pero permíteme dar un ejemplo. Uno de los avances de la Revolución Cultural fue la participación de las masas en las esferas “prohibidas”, como las ciencias, las artes, la gestión y la administración. Hicieron transformaciones extraordinarias que tenían como fin disminuir lo que Mao llamó las “tres grandes diferencias”: entre el trabajo intelectual y el manual, la ciudad y el campo, y el obrero y el campesino.
En gran escala, los campesinos y los obreros iban a las universidades. Los intelectuales y los artistas iban al campo... no, no fue un castigo como dicen los tergiversados relatos burgueses, sino que fue parte de superar la concentración desequilibrada de recursos intelectuales, culturales y científicos en las ciudades, y de darles a los intelectuales un contacto más directo con las masas, para compartir conocimientos y aprender de las masas campesinas. Había novedades como la investigación “de puerta abierta”, en que se realizaban experimentos científicos entre los campesinos.
Había una revolución en la cultura, con avances históricos como las óperas modelo que combinaban la alta calidad artística con los temas revolucionarios. Los campesinos y los obreros subieron al escenario, en vez de emperadores feudales. Esas obras presentaron poderosas imágenes de mujeres revolucionarias, independientes y fuertes. Se innovaron formas colectivas de crear arte. Había una explosión de expresión artística entre las masas aficionadas. La Revolución Cultural revolucionó profundamente lo que los marxistas llaman la “superestructura”, o sea, las estructuras políticas, las relaciones e instituciones sociales, los valores y las ideas en la sociedad.
Todo eso fue algo que abrió camino, y como comunistas tenemos que desmentir las mentiras y tergiversaciones de la burguesía. Pero también tenemos que examinar esa experiencia a fondo.
En el trabajo en torno a la contradicción intelectual/manual, había una tendencia a tratarla desde un solo lado, desde el lado de integrar a las masas básicas en las esferas intelectuales... y desde el lado de integrar a los intelectuales con las masas. Eso fue correcto e importante. Pero como Avakian ha analizado, no se reconoció ni se valoró lo suficiente la contribución muy importante que desempeñan los intelectuales y la efervescencia intelectual en la sociedad socialista. En otras palabras, no se reconoció ni se valoró lo suficiente la cuestión de tratar la contradicción desde ese lado.
El papel de los intelectuales
Pregunta: ¿Pero no son los intelectuales un sector privilegiado?
Raymond Lotta: No se quiere reproducir las relaciones de aislamiento de los intelectuales que existen en la sociedad capitalista, en que se excluyen a las masas de la esfera de trabajar con las ideas, en que existen estas pequeñas islas donde a un sector social se le permite trabajar con las ideas mientras que a la gran mayoría no solamente se les impide hacer eso sino que se le somete a la explotación.
Sin embargo, algo muy importante se pierde si analizas la cuestión solamente en términos de disminuir el privilegio. Puede parecer que va contra la intuición, pero el hecho es que no se puede cerrar la brecha entre el trabajo intelectual y el trabajo manual... sin tener una vida intelectual floreciente, sin dar libertad de acción y espacios a los intelectuales, los artistas y los científicos.
Uno de los aspectos muy positivos de la vida intelectual es la tendencia de mirar las cosas de formas nuevas y desde nuevos ángulos... y de cuestionar como son las cosas y el pensamiento rígido. Todo eso plantea problemas de todo tipo ante la sociedad, eleva las aspiraciones de las masas y en general alienta un espíritu crítico y de exploración. Eso es esencial para la búsqueda de la verdad: o sea, que la humanidad conozca el mundo más a fondo para que pueda transformarlo más cabalmente. Avakian ha estado haciendo hincapié en que no se puede llegar al comunismo sin eso.
Pregunta: Has dicho que ese fue un problema en las previas sociedades socialistas. ¿De dónde salió ese problema?
Raymond Lotta: Bueno, eso es un tema amplio; en parte tiene que ver con algunas de las condiciones históricas y sociales particulares en que esas revoluciones surgieron. Pero también se trata de cuestiones de orientación y metodología que Avakian ha examinado, y él da unas herramientas conceptuales para evaluar y explorar esto.
En la esfera de la epistemología, que es la rama de filosofía que trata asuntos del conocimiento, Avakian ha identificado el fenómeno de la “verdad de clase”. Esta es la idea, que ha tenido bastante influencia en el movimiento comunista internacional, de que “la verdad tiene carácter de clase”... de que la burguesía tiene su verdad y el proletariado tiene la suya también, sobre los mismos fenómenos ¡Pero eso no es correcto! Solo existe una realidad. Lo que es verdad, es verdad: o corresponde a la realidad en movimiento y en desarrollo, o no corresponde a ella.
Y esa noción de la “verdad de clase” tiene elementos en común con la idea errónea de que la gente de origen proletario o de origen campesino tiene un acceso especial a la verdad... debido a su posición social. Sin embargo, una vez más, la verdad es la verdad sin importar quién la diga, y lo incorrecto es incorrecto sin importar quién lo diga. Y llegar a la verdad, tanto para los proletarios como para las personas de otras capas sociales y clases, requiere captar y aplicar un enfoque científico a la sociedad y al mundo.
Bueno, el marxismo da el enfoque más riguroso y sistemático con que conocer la sociedad y la naturaleza y su complejidad y carácter cambiante. Sin embargo, las personas que no usan ese método, incluso las que desprecian y se oponen al marxismo, pueden descubrir verdades importantes.
Avakian ha señalado que es importante promover el marxismo en la sociedad socialista y que el estado socialista tiene que estar haciendo eso... pero no debes hacer del marxismo una especie de “ideología oficial”. No puedes imponerlo sobre la población. La gente tiene que adoptarlo consciente y voluntariamente. Se tiene que luchar ideológicamente por el marxismo; el marxismo tiene que estar interactuando con otros puntos de vista y métodos; y es necesario estar aprendiendo de todo tipo de tendencias y corrientes intelectuales.
Existe una lucha de clases en la esfera de las ideas en torno a qué es la verdad. Pero no puedes rechazar a las personas o sus ideas porque no tienen un “origen de clase bueno”. No puedes rechazar lo que esas personas están diciendo o creando porque tengan posturas políticas opuestas a la revolución y al comunismo. Tienes que pasar todo por el tamiz, críticamente... incluidas las verdades incómodas e inconvenientes que plantean diferentes personas, verdades que revelan aspectos negativos de la sociedad socialista y en la dirección que se le da a la sociedad.
En el socialismo, se quiere que haya contienda de ideas y debate en enorme escala en toda la sociedad. Pero el concepto de la “verdad de clase” ha impedido que se desarrollara ese nutrido proceso de discusión y fermento en las previas sociedades socialistas.
El papel de las elecciones
Pregunta: Lo que estás enfatizando sobre la “contienda de ideas” plantea la cuestión de las elecciones en el socialismo. ¿No sería mejor someter al partido a la prueba en elecciones competitivas?
Raymond Lotta: Dentro del marco de no soltar el poder, las elecciones competitivas en el socialismo son muy importantes. Son parte de un proceso más amplio de sacar a la luz los problemas en la sociedad y profundizar el conocimiento... parte de la búsqueda de la verdad... parte de un proceso más amplio de atraer a las masas a la vida política e intelectual. Es crucial debatir ampliamente las líneas en contienda.
Sin embargo, no se pondrá a voto tener una sociedad socialista o no. Hacer eso sería una traición a la lucha y al sacrificio que pusieron la revolución en el poder... una traición a los intereses de la revolución mundial: “pues, gracias por nada, ustedes se dejaron expulsar del poder mediante el voto, que las fuerzas burguesas y explotadoras de antes y hoy les aventajaran en organización, las mismas fuerzas que lanzan amenazas y señuelos con el único propósito de reestablecer el viejo sistema”.
Lo que digo es distinto a lo que dicen algunos en el movimiento comunista internacional que ven en las elecciones pluripartidistas un medio para impedir la restauración capitalista en el socialismo. Existe una tendencia a querer encontrar un atajo para lo que es un problema muy difícil y espinoso: ¿cómo mantenerse en el camino socialista al comunismo y cómo mantener el partido comunista como un partido de vanguardia en el poder y al mismo tiempo crear las condiciones, como parte del avance mundial al comunismo y la superación de la división de la sociedad en clases, para dejar atrás la necesidad de una dirección institucionalizada?
Avakian señala en su reciente charla “Cavilaciones...”1 que ese enfoque de someter a una votación la dirección comunista supone que las masas espontáneamente llegarán a entender las cosas correctamente. Pero no es así. Entre las masas hay personas avanzadas, intermedias y atrasadas. Y la revolución comunista desafía todas las relaciones e ideas tradicionales.
La lucha de clases en el socialismo tiene un carácter complejo. Repito, es importante debatir ampliamente las líneas en contienda. Pero estas cosas no van a clarificarse de por sí. Los seguidores del camino capitalista y las nuevas fuerzas burguesas tienen mucho a su favor, como la espontaneidad. Recurren a las formas acostumbradas de hacer las cosas, a lo que ya es probado. Confían en los hábitos muy arraigados en la sociedad de clases: por ejemplo, “déjenlo todo a la gente hábil y experimentada que parece saber lo que es lo indicado”.
Los seguidores del camino capitalista también tienen a su favor el capitalismo internacional —en unos casos logran obtener su apoyo y respaldo— y el peso de todo el capitalismo mundial... Aquí me refiero a las presiones y amenazas, además de los incentivos, y todo eso les da ventaja.
Por eso el proletariado, mediante su partido de vanguardia, no puede soltar las riendas del poder estatal permitiendo que se ponga a voto su dominio. Tiene que haber dirección, una auténtica dirección comunista revolucionaria, o se perderá la revolución, lo que sería imperdonable.
Avakian está diciendo que debe haber una contienda con elecciones en torno a los asuntos clave que la sociedad y el estado enfrentan. Esos asuntos deben debatirse enérgicamente. Habrá una sociedad civil en el socialismo... asociaciones y organizaciones que no serán parte del gobierno... en este caso, del gobierno socialista. Habrá elecciones en que diferentes fuerzas organizadas estarán proponiendo plataformas y postulando a candidatos para varias posiciones en diferentes niveles del gobierno. Estarán en juego cuestiones reales... Estoy hablando de consecuencias reales en cuanto a política.
Pregunta: Pero estás fijando ciertas condiciones.
Raymond Lotta: La nueva síntesis prevé y requiere que la revolución mantenga con firmeza el poder para defender y llevar adelante la revolución. Es necesario suprimir la contrarrevolución. Que quede claro: eso no se refiere a suprimir la oposición al gobierno y al socialismo... al contrario, estamos hablando de suprimir los esfuerzos concretos de minar y derrocar el estado socialista. Y es necesario estipular claramente esa diferencia en una constitución.
La nueva síntesis ve la necesidad de desencadenar todo un proceso con más elasticidad de lo que se vio en la primera ola de revoluciones socialistas. Prevé un mayor papel para la contienda de diferentes ideas y el disentimiento en toda la sociedad, incluidas las ideas opuestas al socialismo y al comunismo... y como las expresan sus defensores más apasionados. La nueva síntesis prevé más espacio para el florecimiento de iniciativas en muchos campos diversos y creativos.
No se llega al comunismo por un solo camino recto hacia adelante. El socialismo tiene que ser una sociedad de gran diversidad, iniciativa y experimentación. Tiene que haber muchas formas de interacción efervescente entre los intelectuales y las masas. Y la nueva síntesis prevé aún mayor participación de las propias masas en trabajar con las ideas y en dirigir concretamente la sociedad en cada esfera, en que abordarán y bregarán con los problemas más grandes de la revolución.
Al mismo tiempo, es necesario dirigir todo eso, en un sentido global, para que contribuya a llegar al comunismo.
Pregunta: Con eso estamos de regreso a la cuestión de la dirección institucionalizada.
Raymond Lotta: Para describir esta orientación de la futura sociedad socialista, Avakian ha planteado la formulación del “núcleo sólido con mucha elasticidad”.
Primero, tiene que haber un núcleo sólido de dirección. Este núcleo sólido debe atenerse consecuentemente a la meta fundamental y final de la revolución, o sea, llegar al comunismo por todo el mundo, y debe tomar firmemente en las manos las riendas del poder contra la presión imperialista y los elementos capitalistas que surjan dentro de la sociedad socialista, y debe asegurar que el nuevo poder estatal siga siendo un poder estatal socialista en transición a la sociedad comunista. Segundo, esa dirección debe ampliar el núcleo sólido al máximo grado posible en cualquier momento determinado. Tercero, debe estar trabajando sistemáticamente para la realización de las condiciones en las cuales dicho núcleo sólido ya no será necesario. Cuarto, debe dar expresión al máximo grado de elasticidad que sea posible en cualquier momento determinado.
Esta elasticidad es crucial. El disentimiento y la contienda tienen que prenderse en torno a los grandes problemas de la sociedad y el mundo. Tiene que profundizarse continuamente el entendimiento, interrogar continuamente la sociedad y su dirección en todas las esferas y todas las instituciones y estructuras.
No será un proceso prolijo ni ordenado. Como dije antes, en un sentido global es necesario dirigirlo y sintetizarlo y determinar y resolver cosas, de modo que avance en el camino al comunismo. Pero no se trata de dirigir en el sentido de manejar. Cuánto mayor sea la trascendencia, el carácter exploratorio y la contienda de la textura de la sociedad socialista, y aquí estoy hablando de protestas y revueltas, bueno, mayores serán los peligros de perder el poder. ¡Pero tienes que estar preparado para ir a ese punto!
Todo esto te abre la mente. Avakian ha dicho que un distintivo de la dirección de vanguardia de una sociedad socialista tiene que ser esforzarse conscientemente para ir “al borde de ser descuartizado”. Lo que Avakian quiere decir es que si no haces eso, no estarás cambiando la sociedad de las maneras en que hay que cambiarla... las masas populares no estarán consiguiendo el conocimiento ni el entendimiento que necesitan tener... y tampoco podrán desarrollar cada día más la capacidad de dominar y transformar la sociedad para avanzar en el camino al comunismo.
Todo eso es necesario para llegar al comunismo. Todo eso es necesario para llegar a superar las contradicciones y las condiciones que requieren una dirección de vanguardia institucionalizada.
Aquí solo estoy mencionando unos aspectos de la nueva síntesis, pero en su conjunto esa síntesis representa un marco para reanudar el avance del proyecto comunista... para que podamos ir aún más lejos y hacerlo todo mejor en la próxima etapa de la revolución comunista. La nueva síntesis ha ideologizado la revolución y el comunismo una vez más para que tomen un lugar en el escenario.
1. “Cavilaciones y forcejeos. Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido”, de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, está saliendo por partes en Revolución (Nos. 163-167 y 169). Vea lo que ha salido hasta la fecha en http://revcom.us/a/162/ruminations-TOC-es.html. [regresa]
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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En el número 170 de Revolución publicamos un mensaje y llamamiento del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos: LA REVOLUCIÓN QUE NECESITAMOS… LA DIRECCIÓN QUE TENEMOS.
Desde ese entonces, los revolucionarios han salido a la calle en todo el país, llevando esta declaración a los barrios y las secundarias, a conciertos y lugares de reunión, poniendo miles de ejemplares de esta declaración en las manos de la gente. Muchas personas por todo el país se han llevado varios ejemplares para distribuir en diferentes partes de las ciudades donde viven (y han pagado en parte esos periódicos) o para vender en sus tiendas. El DVD, Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, está llegando a las manos de la gente, y se arranca un movimiento de presentaciones.
Este esfuerzo total es el inicio de algo nuevo que nunca se ha hecho antes en este país. De diversas formas, se ha lanzado un reto a que la gente se una a este movimiento revolucionario, y a que participe en iniciar toda una nueva etapa de la revolución para emancipar a la humanidad en este país y en todo el mundo.
Se ha desencadenado amplio debate y polémica en la medida en que los revolucionarios hayan difundido el mensaje y llamamiento con osadía en la sociedad, en las calles y en pequeñas reuniones, y se ha lanzado un reto a la gente para que despierte y se sacuda las formas en que el sistema nos manda, conectándose con sus aspiraciones para un mundo diferente y mejor. Así se han iniciado amplios debates y polémica. ¿Es éste un sistema bajo el cual vivimos, y cómo es el funcionamiento de ese sistema? ¿De qué se trata la revolución de la que hablamos? ¿Necesitamos una revolución y necesitamos forjar un movimiento por la revolución ahora… quién tiene que unirse a ese movimiento… y cuáles son las variadas formas de participación que se necesitan?
En el foro “Difundir la revolución y el comunismo” en revcom.us*, aparecen algunas de las primeras cartas de resumen de esta experiencia inicial. Instamos a todos a enviar cartas a Revolución. A medida que este movimiento revolucionario se extienda a las ciudades y regiones en todo el país de maneras grandes y pequeñas. Si te unes a un equipo revolucionario para difundir el Mensaje y el Llamamiento… si patrocinas una presentación del DVD… si organizas la venta de pasteles o una barbacoa para recaudar fondos para proyectos que avancen la revolución… si reúnes a personas para sentarse con los revolucionarios y discutir la declaración, envía una carta a Revolución al respecto. Todas/os nuestras/os lectoras/es tienen que leer acerca de la manera en que este movimiento del que son parte esté echando raíces y creciendo y tener un sentido de cómo lo esté haciendo, y de todas las formas en que las personas de todas partes de la sociedad pueden unirse al mismo y contribuir a él. Es importante enviar informes de importantes avances y lecciones. Además, de las cuestiones urgentes que se presentan en el curso mismo de difundir el mensaje y el llamamiento, y la manera en que la gente esté respondiendo. Todo eso será un proceso lleno de contradicciones y lucha. Estos debates en línea y en las páginas de nuestro periódico contribuirán a cosechar rápidamente nuestros avances y a multiplicarlos y a dejar atrás nuestros errores y deficiencias. Debemos aprender de esta experiencia y tomarle impulso para llegar a más gente y correr la voz aún más ampliamente, como dice la declaración, “dándole a la gente los medios de formar parte de este movimiento revolucionario y organizando a todos los que quieran hacer una contribución al mismo, que quieran trabajar y resistir, luchar y sacrificar, para crear un mundo mejor y no para mantener la pesadilla que es este mundo”.
He aquí diversas formas de enviar cartas al periódico: 1) por correo electrónico a rcppubs@hotmail.com; 2) en línea en revcom.us haz clic en el enlace que dice “Envíenos sus comentarios”. Escribe tu respuesta y haz clic en “Comentarios”; o 3) por correo postal a RCP Publications, Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654-0486.
*Para entrar a “Difundir la revolución y el comunismo”, haz clic en el enlace que dice “Difundir la revolución y el comunismo” en la parte superior de la columna derecha de la página de inicio de revcom.us.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
20 de julio de 2009. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. La reunión del G8 de julio llevada a cabo en L’Aquila, Italia, fue una cumbre de vergüenza en muchas dimensiones.
Sobre la solución al hambre en África y en otros lugares de los países oprimidos la que fue uno de los argumentos principales de la cumbre para dar la impresión de que no era un cónclave de los saqueadores principales del mundo, esta cumbre del G8 no hizo mucho más que prometer de nuevo el mismo dinero de ayuda que prometió en la reunión del G8 en Gleneagles hace cuatro años y lo que no entregó ($15 mil millones) más un dinero de última hora para salvarse las apariencias ($5 mil millones). Aquellas promesas de 2005 no habrían solucionado los problemas estructurales de países cuyas economías están subordinadas al mercado imperialista mundial y aplastadas por el mismo, pero este desdeñoso “obsequiar de nuevo” (reciclar viejos obsequios) fue el colmo. El presidente estadounidense Barack Obama lo declaró un logro. Según las cifras de la ONU, la cantidad de personas desnutridas en el mundo ha estado aumentando durante los últimos dos años y superará 1.2 mil millones de personas este año.
Sobre Irán, el G8 ejecutó el truco de cometer dos actos criminales simultáneamente: no condenó la supresión sanguinaria de manifestaciones por la República Islámica y a la vez la amenazó con más sanciones económicas o medidas peores si se negara a ceder a las exigencias al mando de Estados Unidos. Obama también apoyó esto. La semana siguiente, 168 pasajeros murieron en el accidente aéreo de un avión iraní destartalado, que representó un ejemplo dramático de quién sufre gracias a tales sanciones.
El aspecto más publicitado de este G8 fue su comunicado sobre el calentamiento global. Lejos de representar algo positivo, los historiadores del futuro quizás lo pongan de ejemplo de la demencia criminal del sistema mundial de hoy. Esta es una cuestión acerca de la que mucha gente esperaba que Obama rompiera con la política de la época de Bush. Pero bajo la dirección del mismo Obama, la reunión rechazó descaradamente toda medida seria.
Es cierto que esta cumbre apoyó de labios para fuera el consenso científico de que un aumento de la temperatura promedio del mundo de más de dos grados centígrados probablemente producirá condiciones peligrosas para el pueblo y el planeta. ¿Qué propuso hacer al respecto? Fijó un objetivo “aspiracional” (no vinculante) de reducir a la mitad las emisiones del bióxido de carbono para el año 2050. Obama y los otros líderes del G8 fingieron que esta vez habían cambiado de idea y que han reconocido y han empezado en serio a resolver el problema. Existen varias razones de por qué esto representa un avance mucho menor de lo que se parece:
En ninguna parte se manifiesta más dramáticamente la naturaleza del enfoque del sistema capitalista a la catástrofe potencial del calentamiento global que en el artificio muy promocionado de darles a las empresas créditos de emisiones de bióxido de carbono para que, en vez de eliminar la contaminación, puedan comprar y vender créditos de contaminación como otra fuente de enriquecimiento. Un buen ejemplo es la experiencia de Alemania, donde este mercado está muy desarrollado: algunas de las empresas más grandes del país han obtenido enormes cantidades de dinero en este mercado, mientras que Alemania, que con hipocresía se hace pasar como la vanguardia de los países verdes, sigue siendo uno de los peores contaminadores del mundo desarrollado. El que algunos países europeos pequeños como Suiza se hayan vuelto más limpios, se debe a que exportan más capital en forma de dinero que bienes acabados en comparación con Alemania.
Obama y el primer ministro británico Gordon Brown intentaron calmar la decepción generalizada ante el comunicado del G8 sobre el calentamiento global de este año, llamándolo un buen paso adelante hacia más progreso en la cumbre sobre el cambio climático mundial en Copenhague en diciembre de 2009. Dado lo negativo que fue la cumbre de L’Aquila, no es imposible que Copenhague haga o al menos diga algo mejor. Pero como no podemos echarle la culpa a la terquedad de Bush por la actitud de no hacer nada del G8, la cumbre de L’Aquila ilustra lo que podemos esperar del sistema imperialista sin importar quién dirige cuál gobierno. De hecho, es una buena indicación de los límites impuestos por el funcionamiento del sistema capitalista.
En pocas palabras, no es posible canalizar los poderes potenciales de las fuerzas productivas y del conocimiento de la humanidad hacia las necesidades humanas (lo que incluye salvar al planeta) debido a las relaciones económicas y sociales imperantes: el sistema capitalista, que significa los dictados del capital en términos económicos y la dictadura política de la clase capitalista, y la división imperialista del mundo entre países capitalistas monopolistas y las naciones que éstos dominan.
Un artículo del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar del 5 de febrero de 2007 explica más a fondo las restricciones económicas que impiden que el capitalismo responda al calentamiento global de una manera acorde con el peligro. Concluye: “Resolver esta clase de catástrofe potencial requerirá la experiencia, las ideas, la creatividad, los esfuerzos y en ocasiones los sacrificios de miles de millones de seres humanos alrededor del mundo. Y nadie puede argumentar que tal cosa siquiera es concebible bajo el actual sistema político, económico y social.
“Los gases de invernadero no necesariamente acompañan al desarrollo. Muchos científicos y activistas ambientales han explorado el concepto del desarrollo sustentable: una economía que puede satisfacer cada vez más las necesidades humanas sin destruir el planeta en que vivimos. Si se dirigiera la sociedad, y con el tiempo la sociedad humana por todo el mundo, de acuerdo a los principios del socialismo (y no de los del capitalismo), ¿por qué no podría servir a esos fines una economía planificada en que el objetivo fundamental es la emancipación y el bienestar de la humanidad y del medio ambiente? ¿Por qué tendría la humanidad que continuar el derroche y la destrucción impuestos por el capitalismo? ¿Y qué impediría que la sociedad destinara los recursos necesarios para prevenir o al menos aminorar el impacto de las catástrofes naturales?”
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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Willie “Mobile” Shaw creció y pasó toda la vida en el multifamiliar Nickerson Gardens en Watts, Los Ángeles. Después de trabajar un tiempo con los revolucionarios ahí, ingresó al Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Las privaciones de la vida le propiciaron una enfermedad seria y por ende murió el 24 de noviembre de 2005 debido a unas complicaciones después de una operación quirúrgica. Lo siguiente es una declaración de Bob Avakian, presidente del PCR, con motivo de la muerte de Willie Shaw.
La muerte de Willie “Mobile” Shaw es una pérdida terrible y dolorosa. Willie quería que su vida contara para algo: algo más que la locura asesina y la mentalidad de “me jodes o te jodo” en que este sistema enreda a la gente de mil formas todos los días. Se unió a la revolución, se hizo comunista y dedicó su vida a la liberación de toda la gente oprimida por este sistema; no solamente la gente de una sola raza ni de un solo barrio, sino hombres y mujeres de todas las razas, naciones e idiomas de todas partes del mundo. Willie no conoció a la mayoría de ellos, pero llegó a entender que compartían un destino común y podrían crear un futuro mucho mejor. La vida de Willie comprueba que los que este sistema podrido trata siempre de pisotear, pueden ponerse de pie; los que trata como si no fueran humanos, pueden ser los emancipadores de toda la humanidad.
Willie nunca les dio la espalda a los que aún no llegaban a entender el mundo como él lo entendía: como es en realidad; nunca perdió la esperanza de acercarlos a la lucha para crear un mundo radicalmente diferente y mucho mejor. Willie trajo a la revolución un enorme corazón, una gran experiencia y una gran sabiduría de esa experiencia. Yo me considero muy afortunado de haber conocido a Willie y haber platicado con él. Me hacía muchas preguntas y me ayudó a aprender muchas cosas. Willie me dijo a mí: “Tú eres la única esperanza que tenemos”. Yo me he grabado esas palabras en el corazón y siento un gran compromiso de hacerles honor. Pero Willie, y todas las personas del mundo como Willie, son los que a mí me dan esperanza: ellos representan la esperanza de la humanidad de un mundo mejor. Toda la experiencia de Willie, y su muerte tan prematura, reclaman la revolución. En su vida tan corta, experimentó transformaciones y superó muchos obstáculos para enarbolar la causa de liberar la humanidad; todo esto subraya la posibilidad de la revolución. Aunque nos duele la pérdida de Willie, guardemos en el corazón y aprendamos todo lo que podamos del bello ser humano que era Willie “Mobile” Shaw, y del firme compromiso con la revolución y el comunismo con que hizo que su vida contara lo más posible.
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Revolución #171, 2 de agosto de 2009
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El 16 de septiembre de 2008, el cuerpo mutilado de Brandon McClelland, 26, fue hallado en un camino rural en las afueras del pueblo de París, en el oriente de Texas. Dos hombres blancos fueron acusados de homicidio por haberlo atropellado con una camioneta y luego arrastrarlo por el camino. El 5 de junio de 2009 el tribunal anuló los cargos en su contra y los pusieron en libertad.
El horroroso asesinato de Brandon McClelland recuerda un incidente de linchamiento similar de 1998, de otro hombre negro, James Byrd, 49. En Jasper, otro pueblo del oriente del mismo estado, tres racistas blancos le dieron una paliza y luego lo remataron encadenándolo al parachoques de una camioneta y arrastrándolo por una distancia de cinco kilómetros.
El 21 de julio de 2009, unas 200 personas, entre ellas unos miembros del Nuevo Partido Pantera Negra, la Nación del Islam y otros, se movilizaron frente al palacio de justicia de París. Ésta fue la última de varias protestas contra la anulación de los cargos en contra de los dos hombres blancos. Los manifestantes confrontaron a un grupo de supremacistas blancos que se habían presentado ante el palacio de justicia.