Desde el comienzo de 2021, los legisladores republi-fascistas en 34 estados han presentado 81 proyectos de ley que tienen por objeto reprimir protestas políticas1 . Aunque llevan años preparando estas leyes, en el año 2021 ya se ha duplicado proyectos de ley en comparación con cualquier otro año2 . Estas leyes tienen por objeto aumentar la fuerza represiva de la policía y los tribunales de este sistema en contra de cualquier continuación del inspirador levantamiento contra los asesinatos policiales y la opresión de los negros y otros oprimidos que estalló tras el asesinato de George Floyd, así como en contra de las protestas ambientales, pro-inmigrantes y de otro tipo. Cuando se convierten en ley, estos proyectos de ley aumentan dramáticamente los castigos directos e indirectos por protestas políticas; fomentan el uso de la violencia, incluso el asesinato, por parte de los golpeadores fascistas contra los que salen a las calles; y atacan los esfuerzos a nivel local para aprobar leyes que restrinjan el uso de la fuerza letal por parte de la policía.
Los fascistas republicanos de Florida han liderado este ataque. El gobernador Ron DeSantis ya ha firmado su duro proyecto de ley antiprotesta, HR 1. DeSantis se jactó públicamente de que es “la legislación más fuerte contra los disturbios y a favor de las fuerzas del orden en el país”. Un senador estatal demócrata respondió: “Acaban de declarar la guerra a la Primera Enmienda en el estado de Florida”.
Estas son algunas de las disposiciones draconianas que contiene la nueva ley fascista de Florida:
- Define como “disturbio agravado” cualquier agrupación de tres o más personas que “ponga en peligro la circulación segura de un vehículo”. En otras palabras, que los manifestantes bloqueen el tránsito es ahora un delito de segundo grado castigado con hasta 15 años de prisión.
- Fomenta la violencia en contra de los manifestantes al proteger contra demandas civiles a los conductores que atropellan a los manifestantes con sus coches. Piense por un momento en el neonazi que atropelló a Heather Heyer y la mató durante la marcha fascista supremacista blanca en Charlottesville, Virginia, en 2017.
- Crea un nuevo delito de tercer grado por profanar banderas, estatuas y otros monumentos conmemorativos, incluidas las estatuas a la Confederación esclavista, con una pena de hasta cinco años de prisión.
- Crea una nueva ofensa penal de “intimidación multitudinaria”, que se define vagamente como tres o más personas que actúan con la intención de obligar a otras personas a adoptar sus puntos de vista, un delito menor con una pena de hasta un año de prisión. Piense en cualquier protesta que exija que se impugne a la policía por brutalizar o matar a negros y otros oprimidos.
- Impone una pena obligatoria de seis meses de prisión a cualquier manifestante que sea declarado culpable de agresión a un agente de policía, un cargo habitual que se impone a los manifestantes cuando intentan protegerse de las acciones violentas de la policía.
- Ahora se impide que los manifestantes salgan de la cárcel bajo fianza hasta su primera comparecencia ante el tribunal, lo que equivale a legalizar la detención de manifestantes antes de la condena por cualquier supuesto “delito”.
- Ahora se requiere que los municipios de Florida obtengan la aprobación del estado antes de realizar cualquier recorte en los presupuestos de la policía. La nueva ley también castiga a los gobiernos locales que no aplican la represión con suficiente dureza a las protestas, cobrando a los funcionarios locales por los daños a la propiedad ajena de los que supuestamente son responsables los manifestantes.
Otros estados han aprobado leyes igualmente escandalosas, y la mayoría de las legislaturas estatales de Estados Unidos están considerando proyectos de ley similares. A continuación se exponen algunas de las disposiciones que se han promulgado o que se están estudiando en otros estados:
- Un proyecto de ley aprobado por el Senado de Kentucky convertiría en delito insultar o burlarse de un agente de policía con palabras o gestos “ofensivos o burlones” que “provoquen una respuesta violenta”. Aunque el anteproyecto fue rechazado en la Cámara de Representantes, su promotor tiene previsto volver a presentarlo en la próxima sesión.
- En algunos estados, las consecuencias de una condena para los manifestantes aumentarán mucho más allá de las multas y las penas. En Minnesota, un proyecto de ley en el Senado estatal impediría que los condenados por protestas ilegales recibieran préstamos estudiantiles u otras formas de ayuda financiera, como ayudas para vivienda, cupones de alimentos o prestaciones de desempleo. En Indiana, cualquier persona condenada por amotinarse no puede conseguir empleo en el gobierno estatal o local. Y en Florida y otros estados, una condena por delito grave le quita a uno temporalmente el derecho de votar.
- Alabama está estudiando ahora un proyecto de ley que permitiría que la gente matara a cualquier persona que se encontrara en su propiedad siempre que “creyera razonablemente” que semejante persona podría intentar entrar en su propiedad.
- Siguiendo los pasos de Florida, las leyes de Arizona, Oregón y Alabama tipifican como delito mayor el bloqueo del tránsito, y las leyes de Oklahoma e Iowa protegen a los conductores que atropellan a los manifestantes con sus coches.
Esta avalancha de escandalosos proyectos de ley antiprotesta en las legislaturas estatales dominadas por los republicanos es otra señal de lo que Bob Avakian señala en su Declaración de Año Nuevo, Un año nuevo, la necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad:
Hay que hacer frente a la realidad de que, como se manifestó mediante las elecciones, casi la mitad de la población estadounidense ha acogido, de manera apasionada, agresiva y beligerante, lo que el “trumpismo” representa. La verdad ineluctable es que Estados Unidos, la “ciudad luminosa en una colina” que tanto proclaman, ¡está lleno de fascistas! — en el gobierno a todos los niveles y en grandes partes de toda la sociedad.
Con este desfile de anteproyectos y leyes fascistas cuyo objeto es penalizar las protestas, junto con los asaltos masivos al derecho de votar y al derecho al aborto de las mujeres, los estados se están convirtiendo en un punto focal clave de los esfuerzos de los fascistas por “revocar, completa y vengativamente, hasta las concesiones modestas que se han hecho en respuesta a la lucha contra la injusticia social y la desigualdad y opresión institucionalizada, y de imponer una forma de dictadura capitalista la que es franca y la que no restrinjan la Constitución y el estado de derecho (o la que convierta la Constitución y el estado de derecho en meros instrumentos de la tiranía fascista y sus atrocidades)”3.
Los partidarios de estos proyectos de ley antiprotesta los presentan como si se opusieran a los “motines” y las “protestas ilegales”. Continúan con las mentiras y tergiversaciones del régimen de Trump y Pence cuando estaba en el poder de que las protestas del verano de 2020 estaban llenas de “violencia y destrucción”. En realidad, como informó el Washington Post en octubre de 2020, tras estudiar 7.305 manifestaciones en miles de pueblos y ciudades de los 50 estados y Washington, D.C. durante el verano, en las que participaron millones de manifestantes, “los levantamientos de La Vida de los Negros Importa fueron notablemente no violentos. Cuando sí hubo violencia, muy a menudo la policía o los contramanifestantes la dirigieron, según se informa, contra los manifestantes”4.
Millones de personas en Estados Unidos, y en todo el mundo, se tomaron las calles en un hermoso y sostenido levantamiento con la exigencia de poner fin a la opresión, la degradación y el asesinato de los negros y otros oprimidos a manos de la policía. Además, hemos visto las protestas de mujeres y hombres contra la opresión de las mujeres; las valientes batallas de los pueblos indígenas y sus partidarios en contra de los gasoductos y oleoductos que amenazan a sus tierras; las crecientes protestas contra la inacción del gobierno ante la inminente catástrofe climática, y mucho más. Los anteproyectos y leyes fascistas que se están considerando y aprobando en las asambleas legislativas estatales son un fuerte ataque a todos los que se están poniendo de pie contra la opresión y la injusticia, y hay que oponérseles.
1. “G.O.P. Bills Target Protesters (and Absolve Motorists Who Hit Them)”, New York Times, 21 de abril de 2021. [volver]
2. El sitio web US Protest Law Tracker se centra en estas leyes antiprotesta, identificando todos los proyectos de ley federales y estatales que se han aprobado, derrotado o que están pendientes desde 2016. [volver]
3. De Declaración de Año Nuevo de Bob Avakian, Un año nuevo, la necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad. [volver]
4. “This summer’s Black Lives Matter protesters were overwhelmingly peaceful, our research finds”, Erica Chenoweth y Jeremy Pressman, Washington Post, 16 de octubre de 2020. [volver]