La gente está justamente enojada con Elon Musk y toda la ofensiva DOGE que Trump ha facilitado y apoyado. Justamente enojada por los ataques despiadados a cada programa, cada concesión y cada agencia que guarda relación con ayudar a las personas a hacer frente a los horrores perpetrados por el “funcionamiento normal” de este sistema. Justamente enojada por los despidos masivos de las personas que trabajaban en esas agencias, así como por la humillación, satanización e intimidación infligida a aquellos que trabajan en ellas. Justamente y con razón furiosa debido a que el equipo de Musk husmea descuidadamente en la información personal de las personas en el IRS y la Seguridad Social, y por el hecho de que Musk haya etiquetado la Seguridad Social como “estafa Ponzi” (fraude), lo que claramente está preparando el terreno para su eliminación. Y muy justamente enojada por el saludo nazi, la arrogancia y la amenaza de la motosierra, la nostalgia por la Sudáfrica del apartheid y el desprecio total que tan claramente tiene por la gente común.

Rechazar el Fascismo protesta contra todo el régimen fascista de MAGA.
Pero aquí está la cuestión: Elon Musk es PARTE del problema… pero no es la raíz del problema. Elon Musk es un síntoma, y necesitamos entender la raíz de ese síntoma y lo que nos enseña sobre la enfermedad. Pero él no es la enfermedad en sí. Para hablar claro, Elon Musk es de hecho uno de los principales líderes del movimiento fascista de Trump y MAGA que ahora está en el poder y muy definitivamente es un producto del sistema capitalista-imperialista que ha engendrado ese movimiento… pero ese movimiento es más grande que él. Y ese movimiento, liderado por Trump, es lo que hay que expulsar del poder, mediante una acción masiva sostenida de millones de personas que exijan: ¡QUE SE VAYA TRUMP!
En esta conexión, si bien es posible que Musk se enriquezca en diferentes sentidos por medio de estas acciones, sus motivos son mucho más profundos que la acumulación de miles de millones de dólares por encima de los que ya tiene. Musk quiere esgrimir el poder para avanzar en la reconfiguración fascista de toda la sociedad lo más lejos y lo más rápido que sea posible; está desempeñando un papel clave en ese proyecto. Musk, como el propio Trump, no ve ninguna contradicción entre hacer avanzar el programa fascista y enriquecerse a sí mismo.
Pero Musk ha demostrado que está dispuesto a asumir pérdidas financieras a fin de hacer avanzar su influencia política: basta ver su compra de Twitter, que transformó en X. Perdió (mucho) dinero con ello, pero ganó un megáfono invaluable y una herramienta de organización para el programa y la ideología política fascista y para hacer avanzar su propia influencia dentro de ese movimiento.
La discordia entre Musk y otros miembros de este régimen fascista de Trump y MAGA es real: hay varias facciones que conforman este régimen y tienen sus propias diferencias que se manifiestan respecto a diferentes cuestiones, a veces de manera bastante aguda. (Abordaremos el contenido y la historia de esos conflictos en ediciones posteriores). Pero lo que los articula a todos es el proyecto de hacer añicos la forma anterior de gobierno capitalista-imperialista e instaurar la dictadura abierta del fascismo. El fascismo significa la evisceración (arrancar las entrañas) de los derechos constitucionales y el estado de derecho. En los Estados Unidos de hoy, el fascismo se caracteriza por un odio extremo a los inmigrantes y un desprecio por otros países, por un odio extremo a las mujeres y a las personas LGBT, por una supremacía blanca despiadada empeñada en eliminar cualquier conocimiento acertado de las raíces de los Estados Unidos en la esclavización de los negros y el genocidio de los indígenas, y por la anulación de todas las reformas y concesiones, por vacilantes e ineficaces que hayan sido, que se han hecho a los oprimidos por medio de las luchas de los últimos 60 años. (Consulte aquí una definición más completa).
Entender esto bien tiene consecuencias: si no comprendes contra lo que estás luchando, no podrás hacerlo de manera efectiva. Te llevarán a callejones sin salida. Y hay una fuerza que ahora mismo te está llevando a ese callejón sin salida: el Partido Demócrata.
Escuchemos al senador demócrata Chris Murphy de Connecticut, la supuesta “estrella en ascenso” de los demócratas anti-Trump, exponiendo la estrategia detrás de concentrar los ataques de la gente en “Musk y los multimillonarios” (en lugar de en Trump y el movimiento fascista que éste encabeza):
Es una historia fácil: Elon Musk y los multimillonarios se han apoderado del gobierno para robarle al pueblo estadounidense y enriquecerse a sí mismos. Así es el mensaje... Si lo repetimos una y otra vez, [los republicanos] no ganarán.
Tal vez sea una “historia fácil”, pero el problema es que no es verdad. En el mejor de los casos, es una verdad a medias, y además es profundamente engañosa. Trump y MAGA se han hecho con el control del gobierno para reconfigurar la sociedad estadounidense en todas las esferas. Por ejemplo, ¿cómo ayuda a los multimillonarios a enriquecerse el despido de comandantes negros y femeninos en las fuerzas armadas y la campaña para reinstaurar los nombres de las bases militares que conmemoran a los generales de la Confederación esclavista? ¿Cómo ayuda a los multimillonarios a enriquecerse la satanización y arremetida total contra los inmigrantes? En realidad, algunos dueños de negocios que apoyan a los fascistas de Trump y MAGA saldrán perjudicados en lo económico debido a esta política. (El propio Musk, de hecho, está en una disputa con el igualmente fascista Steve Bannon, quien encabeza una tendencia diferente dentro del campo fascista, sobre el deseo de Musk de mantener las visas para las personas que trabajan en alta tecnología). Pero tienen un objetivo “más amplio” que hace que muchos de ellos estén dispuestos a tolerar algunas cosas que podrían ir en contra de sus intereses particulares; y ese objetivo más amplio es, nuevamente, la reconfiguración general de la sociedad y la dominación más destrabada de Estados Unidos sobre el mundo.

¿Cuál es la verdadera historia, y la manera correcta de entender la situación extrema, que enfrentamos? Bob Avakian, en su mensaje del 28 de febrero “El régimen fascista de Trump, como el de Hitler antes que él, es un régimen de horrores — y es completamente ilegítimo”, comienza comparando a Trump con Hitler, y agrega:
Aunque haya diferencias particulares, lo que está pasando ahora con el gobierno fascista de Trump también encarna un rumbo terrible que supondrá crímenes masivos, monstruosos contra la humanidad, en Estados Unidos y en el mundo en general.
Además, esto está pasando en circunstancias que son aún más peligrosas para la humanidad que las de la época de Hitler — especialmente debido a la destrucción ya muy avanzada del medio ambiente, que las políticas fascistas de Trump acelerarán aún más, y el creciente peligro de una guerra directa entre Estados Unidos y otras potencias capitalista-imperialistas dotadas de armas nucleares, como China y Rusia (y en esta situación, también, el gansterismo imperialista temerario de Trump aumenta el peligro de una guerra nuclear).
Piensen en eso por un minuto.
Y luego piénsenlo: ¿qué le dirían a una persona que les dijera que la historia del ascenso de Hitler “fue fácil” y que se trataba de unos multimillonarios que se enriquecían? Si supieran algo sobre la historia de la Alemania nazi, dirían que ese “análisis” era, como mínimo, extremada y engañosamente limitado y le dirían que volviera cuando tuviera algo serio que decir. ¿Y qué le dirían (o qué deberían decirle) a una persona que les diga que no solo es “fácil”, sino que (como se implica en la cita de Murphy) la clave es “un mensaje simple” a la medida de las elecciones que se llevarán a cabo dentro de 18 meses? Tal vez quieran señalar que el fascismo está acumulando bajas ahora, dado que Trump y MAGA están avanzando hacia algo mucho peor en un cronograma mucho más inmediato que 18 meses, y que es peligrosamente ingenuo depositar tanta fe en la idea de que las elecciones de 2026 se desarrollarán como un reloj, como de costumbre. De hecho, si tienes algún sentido de la realidad, deberías decirle que deje de promover ilusiones peligrosas y literalmente asesinas.
Hay razones por las que a tantos políticos demócratas les resulta atractiva esta postura de Murphy; para entrar en este tema, lea aquí y aquí. Pero lo fundamental que hay que tener bien claro al respecto es lo siguiente:
Antes de que el régimen fascista de Trump pueda consolidarse por completo y llevar a cabo horrores aún peores que los que ya está perpetrando, hay que derrotarlo mediante una poderosa movilización de masas — que venza todos los esquemas de “dividir para conquistar”, unifique a todos los que se pueda unir, desde muchos puntos de vista y perspectivas diferentes, en oponerse, desafiar y resistir activamente a este fascismo, con números de personas que crezcan cada vez más — que avance rápidamente para incorporar a millones de personas, decididas a crear una crisis política tan profunda que Trump no pueda gobernar el país y continuar implementando su programa fascista, con todas sus terribles consecuencias.
— Bob Avakian, El régimen fascista de Trump, como el de Hitler antes que él, es un régimen de horrores — y es completamente ilegítimo.
Reconocer la realidad en toda su extensión, y además hacer lo que sea necesario para cambiar dicha realidad, es una cuestión de vida o muerte para millones y posiblemente miles de millones de personas en la situación que hoy enfrenta la humanidad.