
Una traducción provisional al español realizada por voluntarios de revcom.us, a partir de una transcripción generada automáticamente por la MSNBC:
Entrevistador: Los contornos de ese poder. Es así de simple. Traigamos a nuestro abogado conservador, George Conway. George: es notable que estas personas hayan estudiado en la facultad de derecho. Pero quiero que hables solamente en términos generales. Y vamos a repasar las cosas nuevamente para mostrar todas las veces que las órdenes ejecutivas de Joe Biden fueron suspendidas o revocadas. Pero esto ocurre, ¿no? Los presidentes emiten órdenes ejecutivas al comienzo del mandato, no al actual grado, tal vez sin forzar tanto los límites como lo ha hecho el presidente Trump. Pero esto ocurre. Hay impugnaciones. Algunas cosas se aprueban, otras no. Pero no tienes un vicepresidente. Supongo que Spiro Agnew probablemente lo hizo, pero no tienes un vicepresidente que salga y diga: “Ah, la corte no puede hacer esto. No pueden detener nuestro poder legítimo”. Cuando, por supuesto, nuevamente, la Corte Suprema determina qué es el poder ejecutivo, lo que son los poderes legítimos y lo que no lo son, y ha sido así durante 240 años, ¿no es así?
George Conway: Sí, claro que sí. Y J.D. Vance es una vergüenza para la facultad de derecho a la que asistí. Pero el hecho es que él nos está diciendo algo que ya deberíamos haberse estado enterado. Y la semana pasada lo dije. Ellos no van a obedecer las órdenes judiciales. Han decidido que van a forzar los límites del poder ejecutivo al respecto. Básicamente van a infringir el Artículo Uno, el poder del Congreso. Y están violando los estatutos, la Constitución, el texto de la Constitución, sobre la cuestión de la ciudadanía por derecho de nacimiento. Están violando el texto de los estatutos, al tener a toda esa gente corriendo por ahí y haciendo todas las cosas que hemos estado viendo. Las órdenes ejecutivas. No hay ninguna razón para que este gobierno haya decidido no obedecer las leyes y la Constitución de los Estados Unidos. Va a obedecer una orden judicial.
Y Joe, habiendo practicado la abogacía, solo hay realmente una forma en que los tribunales pueden hacer cumplir sus órdenes, cuando una persona desacata el tribunal y se niega a obedecer una orden — y eso es enviar a los alguaciles federales a arrestar a la persona y declararla en desacato o de otra manera hacer cumplir las órdenes judiciales.
Bueno, ¿para quién trabaja el Servicio de Alguaciles Estadounidenses? El Servicio de Alguaciles Estadounidenses es parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Éste reporta a Donald J. Trump. Y lo que va a pasar aquí —recuerden mis palabras— es que en algún momento, ellos van a decirles a los Alguaciles de los Estados Unidos que no hagan cumplir ninguna de estas órdenes: “No las obedeceremos y ustedes no deben hacerlas cumplir”.
Y una vez que eso ocurra —espero que no ocurra, pero sé en mi corazón que ocurrirá— se acabará nuestro experimento de 236 años en el estado de derecho federal, en el autogobierno democrático para los Estados Unidos de América, en el constitucionalismo estadounidense, esencialmente.
Entrevistadora: Sí, aquí echemos un vistazo a lo que dice Joe. El presidente Biden firmó 162 órdenes ejecutivas durante su mandato, varias de las cuales también fueron bloqueadas por jueces federales. Una de sus primeras órdenes, creada, me parece, por una prohibición de deportación de cien días, pero fue suspendida por un juez en Texas que afirmó que la orden podría causar al estado un daño inminente e irreparable.
Seis meses después, un juez federal en Luisiana otorgó una orden preliminar contra la suspensión por parte de la administración Biden de nuevos contratos de arrendamiento de petróleo y gas en tierras federales.
El mandato de vacunación de Biden para los contratistas federales fue bloqueado por un juez de distrito de los Estados Unidos en Georgia.
En 2022, un juez de Luisiana impidió que la administración Biden suspendiera el título 42, una orden de salud pública con el objetivo de detener la propagación de enfermedades transmisibles, pero que fue utilizada para expulsar a los migrantes en la frontera sur. El juez dictaminó que la orden violaba la ley administrativa.
Dos meses después, se le dijo al presidente Biden que no podía hacer cumplir su orden ejecutiva que protegía a la comunidad LGBTQ contra la discriminación en las escuelas y el lugar de trabajo.
Luego, en agosto de 2022, un tribunal de Texas falló en contra del requisito de la Casa Blanca de que los hospitales proporcionen abortos de emergencia independientemente de la prohibición de un estado contra el procedimiento.
El otoño pasado, un juez federal en Misuri bloqueó temporalmente el plan de condonación de la deuda estudiantil de la Casa Blanca.
La orden ejecutiva de Biden que protegía a los inmigrantes indocumentados que están casados con ciudadanos estadounidenses contra la deportación fue anulada por un juez federal en Texas.
Y a fines de 2024, un juez dictaminó que la administración Biden tiene que dejar de vender materiales no utilizados para el muro fronterizo.
Así que, Sam Stein, en relación con lo que señalan Joe y George Conway, la administración Biden aceptó cuando los tribunales se le opusieron. Pero nos encontramos en una situación en la que se puede suponer que con mucho cuidado que tal vez no haya una situación similar ahora.
Sam Stein: Cierto. Mi favorita de esas, en realidad, tuvo lugar en noviembre de 2021, cuando una jueza relativamente desconocida detuvo el mandato de vacunación de la administración Biden para los trabajadores de la salud. Esa jueza era Aileen Cannon. Ella terminó siendo canonizada —perdón por la palabra— por ese fallo, y ahora es una jueza estrella en las filas conservadoras. Así que ocurre con regularidad. La administración Biden lo respetó.
Era parte de nuestros sistemas de controles y equilibrios, y el tuit de J.D. Vance de dar a entender lo contrario es claramente imprudente.
Bien, no voy a ir a los extremos a los que George va, aunque respeto eso, donde se dice que es muy posible que terminen haciéndolo.
Lo que pienso es que el lugar donde ellos están usando esto, como una especie de esfuerzo por mover la ventana de Overton y de hecho, de la noche a la mañana, lo hicimos. Tener algún proceso, o progreso yo debería decir, en este caso que involucra al Departamento de Hacienda, y en el caso de que tengan acceso a esos sistemas de pago, y quiénes, y ellos están en un acuerdo negociado, para tratar de averiguar si pueden sortear una solución más diplomática para esto que simplemente ignorar a la república. ¿Correcto?
Y espero que así sea. Quiero decir, espero. Terminaremos en un lugar donde haremos esto según la ley. Creo que George tiene razón, sin embargo, al advertir que estamos tratando con un conjunto de personajes que, francamente, no tienen mucho respeto por la ley. Y están contentos con ignorarla si les conviene a sus fines. Así que es un momento aterrador.
Y creo que la otra cosa que tenemos que notar es simplemente el torbellino de órdenes ejecutivas, el vorágine, me parece es la palabra que a veces se usa, la cantidad de actividad judicial, que sí hace que si se logra detener el 90% en los tribunales, el 10% logrará salir adelante. Y creo que eso es parte de lo que la administración Trump está tratando de hacer, es simplemente lanzar todo lo que puedan, y si obtienen un 10%, no obstante eso es mucho.
Entrevistador: Sí. Respeto a lo que señala Sam. Inundar la zona. Es una estrategia deliberada de parte de la administración Trump, de sus asesores.
Escribí sobre esto la semana pasada. Ellos saben que no todo va a salir adelante. Pero si lo suficiente logra implementarse, no obstante eso habrá un cambio fundamental. Pero me han dicho, hay una creciente frustración en las filas del mundo trumpiano sobre algunos de estos jueces. Elon Musk lleva toda la noche tuiteando sobre los jueces y sugiriendo que el Congreso debería iniciar un juicio político contra algunos de ellos. Así que eso es algo que él está aprovechando realmente en este momento.
George Conway: que hables con nosotros, sobre cómo ese proceso funcionaría. Si se puede. Pero también sobre lo que mencionabas. Me han dicho que hay algunos... todavía no ha sido adoptado por la Oficina Oval, pero hay algunos en Trumplandia que quieren de hecho, tener un caso de prueba en los tribunales para desafiar a una orden de un tribunal orden para ver en qué medida pueden salirse con la suya, para oponerse al Poder Judicial y demás. Tratar de detenerlos. Y hables con nosotros sobre cómo se desenvolvería eso. ¿Qué remedio podrían tener los demócratas, los tribunales, el público?
George Conway: El único remedio es: Salir. A las calles. Y marchar. Ese es el único recurso. Los tribunales no tienen ningún mecanismo para hacer cumplir sus órdenes más que por medio del Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos, y eso es por medio del Departamento de Justicia, por lo tanto por medio del Poder Ejecutivo.
La razón por la cual obedecemos las órdenes judiciales se debe a que el Poder Ejecutivo cumple con las órdenes judiciales. Si el Poder Ejecutivo no cumple con las órdenes judiciales y a propósito dice: “No cumpliremos con las órdenes judiciales”, pues, ya se acabó el estado de derecho en relación al gobierno federal.
Y eso es algo en lo que tenemos que empezar a centrarnos y a discutir, debido a que esa gente irá a esos extremos. Para ellos, no hay un Alto lógico. Y este es el único recurso. Será que la gente salga y diga: “Queremos el estado de derecho”. Queremos un gobierno que obedezca la ley. Y eso va a requerir que la gente salga a la calle, porque no hay otra alternativa.
Entrevistador: George Conway: muchas gracias por estar con nosotros. John Meacham: ¿algunas reflexiones finales? Obviamente ha habido momentos a lo largo de la historia estadounidense en que los presidentes se han sentido frustrados en asuntos grandes y pequeños. En la Corte Suprema de los Estados Unidos, por supuesto, Richard Nixon, incluso Richard Nixon inmediatamente acató la decisión de la Corte, y entregó las cintas.
Cabe preguntarse: ¿la Casa Blanca realmente va a ser tan temeraria como para tirar a la basura años de repúblicas constitucionales? ¿La democracia, la democracia madisoniana, por una orden ejecutiva?
El estado de derecho no depende simplemente de la fuerza, sino de un espíritu, un espíritu que hay que respetar, que de hecho, ustedes, el ejecutivo, no son el centro del mundo.
Y lo que hizo el presidente Nixon cuando enfrentó una votación en la Corte Suprema de ocho a cero, pues él sabía que en algún nivel eso iba a acabar con su presidencia. Lo primero que dijo fue: ¿Hay aire en eso? Lo había. Estos son seres humanos. ¿Había algún margen hacia ir? Creo que fue Alexander Haig quien le dijo que no. Y eso se puso en marcha para los últimos días.
Pero se debió a que Richard Nixon tenía un sentido de vergüenza. Tenía respeto por las instituciones. Había violado la ley. Había hecho añicos algunas normas. Pero al final la siguió porque cuando perdió el apoyo de George Wallace en Alabama, cuando llegó la famosa reunión de los senadores y Goldwater dijo: “Señor presidente: Creo que sólo tendrá unos 30 votos. Y yo no estoy seguro de ser uno de ellos”. Nixon dijo: “Está bien”. Y se fue porque respetaba esa institución.
Esa es una conexión amorfa, casi espiritual, con el experimento estadounidense tal como lo hemos entendido. Sin esa norma, no hay mecanismo. Se trata de nosotros.
Y lo último que quiero decir es que Joe, tú y yo conocemos a mucha gente. El presidente Trump es presidente en muchos sentidos, debido a que entre el 14% y el 15% de las personas que eran republicanas antes de MAGA, y ellas fueron las que, por diversas razones, decidieron que valía la pena correr ese riesgo. Y puede ser que ese sea el 15%. Es decir, la gente de la Cámara de Comercio, ¿cierto? Esa es la página editorial del Wall Street Journal. Tal vez Rupert Murdoch. Tal vez por ahí haya que adjudicar la situación informalmente, pero tal vez por ahí haya que decidirlo. Y no creo que estemos exagerando aquí. De verdad creo que sería intelectualmente irresponsable y casi un abandono a los ciudadanos de Estados Unidos, medio fingir que, ah, Andrew Jackson hizo x, así que vamos a estar bien. No digo así es. Esto es una prueba inmensa de la ciudadanía estadounidense.