“La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es la democracia, sino el capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen”.
— Bob Avakian, Lo BAsico 1:3
Un ejemplo claro: Venezuela.
Marco Rubio
En 2017, cuando Estados Unidos impuso sanciones económicas devastadoras a Venezuela, Marco Rubio las aplaudió. Dijo despiadadamente que “Venezuela va a entrar en un período de sufrimiento que ninguna nación de nuestro hemisferio haya enfrentado en la historia moderna”. En aquel entonces, Rubio era un poderoso senador republicano; hoy es una figura importante en la fascista administración de Trump como secretario de Estado y además asesor de seguridad nacional en funciones, así como otros dos cargos.
¿Qué tan fuerte fue el sufrimiento que Rubio pronosticó? El Centro de Investigación de Política Económica estimó que tan solo en 2017-2018 murieron 40.000 personas debido a la reducción del acceso a alimentos y medicinas y a la interrupción de la atención sanitaria: un castigo colectivo desalmado. Venezuela ya se encontraba en penurias económicas, pero estas medidas —que incluían bloquear mercados financieros, incautar activos y paralizar el suministro de agua y electricidad— sí provocaron el severo sufrimiento que Rubio anticipó tan abiertamente y contribuyó a causar. Para 2020, las estimaciones del exceso total de muertes ya ascendían a 100.000 seres humanos.
En otra parte de esta edición, hablamos del sufrimiento impuesto a El Salvador a lo largo de los últimos 100 años, e incluimos testimonios de inmigrantes que ahora viven en Estados Unidos sobre cómo estuvo. Puede ver aquí, aquí y aquí lo que el gobierno de Estados Unidos le ha hecho a Guatemala, a Chile o a Haití. Contemple los horrores que “este gobierno” perpetró contra esos pueblos.
Cuando una institución hace el mismo horror una y otra vez y otra vez, ¿en qué momento hay que reconocer que hay algo sistémico, es decir, algo que es una parte integral de la forma misma en que tiene que funcionar, que explica su comportamiento? Y lo que impulsa este comportamiento es el sistema del capitalismo-imperialismo. Mientras nos unimos para exigir que esto se detenga, explore más a fondo por qué este sistema funciona así y la solución revolucionaria fundamental para crear un mundo radicalmente diferente y mucho mejor.
Han pasado ocho años desde la declaración de Rubio. Contemple el hecho de que nos está gobernando un régimen fascista sin tapujos que ha puesto como objetivo estratégico inmediato el reforzamiento de su control sobre el hemisferio. Los asesinatos que este régimen ya ha cometido frente a las costas de Venezuela y los que se dispone a cometer son tan solo un paso sanguinario en una agenda mucho más amplia.
No hacer nada es acomodarse a vivir con el fascismo. Si se deje engañar con cuentos sobre el derretimiento del régimen de MAGA y las próximas elecciones de mitad de mandato, lo siguiente de Bob Avakian es relevante, y con él terminaremos:
¡Basta de esperar elecciones que se celebrarán muy, muy tarde — si es que llegan a celebrarse! ¡Basta de hablar de “otros tres años y medio” de este régimen fascista! Hablar así equivale a acomodarse con este fascismo... acomodarse significa colaborar con su monstruosa y creciente tiranía y sus continuas atrocidades. (Del e-mensaje de Bob Avakian, REVOLUCIÓN #124: “Todo el régimen fascista de Donald Trump está envuelto en una contradicción de su propia creación: las continuas Grandes Mentiras de Trump”).