Solo imagina que eres una adolescente, enojada con el mundo. Te dicen todo el tiempo que no vales una mierda. Tal vez tus profesores te digan directamente que eres una estúpida, así que dejas de hacer preguntas en clase. Tal vez te enojes con otra joven como tú que te falta el respeto de alguna manera... sientes que no puedes ser vista como débil. El respeto es todo lo que tienes. Entonces le pegas, peleas y te pillan.

Pero en lugar de tratarte como una persona digna de respeto, los cerdos policías, los jueces, los tribunales, todos te tratan como una mierda, como un animal. Cuando llegas al Centro de Detención Juvenil, en vez de ponerte al día con sus clases y darle la oportunidad de leer o aprender, te meten en una caja, te quitan el teléfono... y te quedas mirando la pared, día tras día. Cuando tienes que ir al baño, llamas a la puerta repetidamente para que te dejen salir... y nada. Así que tienes que ponerte en cuclillas, sobre un cartón de leche si tienes suerte, o simplemente sobre tu toalla para que no se derrame por todo el suelo. Ahora te encuentras encerrada en una caja que apesta a tu propia orina.

Cuando te enojas, cuando pierdes la paciencia por ser tratada como basura, los guardias, con miedo en los ojos en lugar de compasión, te atacan con gas pimienta para someterte. Los guardias son crueles y brutales y se ríen de ti cuando lloras o te quejas. Durante los muchos “lockdowns” cuando cierran totalmente la instalación, no puedes ver a tu madre ni a tu abogado, no sabes qué está pasando con tu caso.

Y la situación sigue así: caos, hambre, ira y aburrimiento. Incluso ser condenada por un delito para salir del Centro comienza a sentirse como una esperanza, tanto que consideras aceptar un acuerdo de culpabilidad y pasar un tiempo en una prisión juvenil en lugar de esta pesadilla.

Estas son las condiciones de cientos de jóvenes en los Centros de Detención Juvenil de Los Ángeles que en este momento encarcelan a varios cientos de jóvenes, desde niños de 12 hasta adolescentes de 18 años. Un tercio de estos niños son negros y casi dos tercios son latinos. Los jóvenes allí están esperando juicio (incluso antes de ser condenados por un delito); defendiendo su caso ante el tribunal (lo que a veces puede durar años); o esperando ser trasladados a una prisión tras ser condenados. Durante días, meses o, a veces, años, niños y jóvenes están enjaulados en estas mazmorras infernales.

La semana pasada, mientras los miembros del Club Revolución nos estábamos formando para protestar por esto y organizarse para la revolución, una persona detuvo su automóvil para decirnos que durante años había pasado periodos en ese edificio. Nos dijo: “Deberían darte un tratamiento de salud mental de por vida por lo mal que te joden ahí”. Una madre que visitaba a su hijo dijo: “Por mucho que te portes mal cuando entras, sales peor”.

“Justicia Juvenil” en Estados Unidos = Genocidio

Este es el funcionamiento de un “sistema de justicia juvenil” que no debería existir un día más, un “sistema de justicia juvenil” que impone un genocidio supremacista blanco de los millones de jóvenes negros, latinos y otros de color para los que este sistema capitalista no tiene futuro. Sí, ¡genocidio! Vea el artículo acompañante sobre lo que ha salido a la luz recientemente y díganos que no lo es. Multiplicado año tras año, ciudad por ciudad, con generaciones enteras pasando tiempo en el sistema, no hay otra palabra que capte lo que está haciendo este sistema¹. Hay que derrocar este sistema a través de una revolución real y reemplazarlo por una sociedad y sistema radicalmente diferente y liberador. Esto no solo es posible, sino que las mismas personas molidas por este sistema pueden ser parte de la columna vertebral y la fuerza impulsora de la revolución para acabar con este sistema.

Este es el mensaje que el Club Revolución llevó a estos jóvenes, y a sus seres queridos, en acciones realizadas frente al Centro de Detención Juvenil y la Cárcel Twin Towers durante la temporada navideña, conectando a las personas con el líder revolucionario Bob Avakian (BA) en una serie reciente de Entrevistas en el Show RNL—¡Revolución, y Nada Menos! Celebramos una conferencia de prensa para enviar este mensaje, la que fue cubierta por el periódico en español La Opinión y las noticias de televisión locales. Y hablamos a las personas que estaban en camino a la hora de visita para ver a sus hijos y familiares, y las mostramos clips de estas entrevistas, y distribuimos un volante que les pedía: “Den el mejor regalo que puedan dar, una forma REAL de salir de la locura... EXISTE una salida, una esperanza real. No mirando al cielo sino que haciendo la revolución aquí mismo en la Tierra. Hay un camino para hacer eso, sobre la base de las condiciones actuales. Y hay la dirección para ese camino, en Bob Avakian”.

A lo largo de estas Entrevistas, BA habla directamente al sector de la juventud que está siendo reprimido brutalmente por este sistema, y que con demasiada frecuencia se ve envuelto en peleas y matándose unos a otros. BA ve y habla de su potencial de una manera que nadie más lo hace, no para que una o dos personas logren salir de la picadora de carne mientras que la gran mayoría se tritura, sino para convertirse en emancipadores de la humanidad, convirtiéndose en una parte de una fuerza que no solo ponga fin a su propia opresión, sino que ponga fin a toda la opresión para toda la gente en todo el mundo. Esto es posible a través de una revolución real para crear un sistema radicalmente diferente, un sistema basado en una economía completamente diferente para satisfacer las necesidades de la gente y llegar a ser buenos guardianes de la Tierra, un sistema basado en terminar con las divisiones explotadoras y opresivas entre las personas.

Debido a que este sistema no puede proporcionar un futuro para la gran mayoría de los jóvenes negros y latinos, los enjaulan, los degradan y les imponen las condiciones para que se peleen y se maten unos a otros. Y cuando los jóvenes actúan así, los brutaliza aún más.

Esto es lo que les impone a los jóvenes que son la cosa más preciada que tiene la humanidad. Hace décadas, a este sistema —en que la supremacía blanca está entretejida en cada fibra— le resultó más rentable enviar la mayor parte de la gran industria a lugares como Bangladesh, Vietnam y China, explotando a la gente allí aún peor y dejando sin trabajo a generaciones de jóvenes aquí. Encerrados en barrios despojados de recursos e inundados de drogas, estos jóvenes fueron canalizados hacia pandillas, la única manera de “ser alguien” en los términos de este sistema. Se afianzó una política genocida de terror y violencia policial, encarcelación en masa para almacenar y controlar a toda una población, imponiendo condiciones para que se mataran entre sí. Esto es lo que vemos en los Centros de Detención Juvenil, y es por eso que esta pesadilla no se acabará con reformas, juntas de revisión o informes denunciantes.

Entonces, volvemos a decir: ¡este sistema no debe existir ni un día más! Necesita ser derrocado a través de una revolución real y reemplazado por un sistema radicalmente diferente. La visión y el marco para esto se detallan en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA. Esta Constitución sienta las bases para lidiar con la complejidad que enfrentaremos en la construcción de un nuevo sistema económico y social que esté erradicando la opresión y la explotación. Pero también sienta las bases para lo que será increíblemente sencillo: brindar una vida digna para los niños y jóvenes, para el pensamiento crítico y la educación, con amor y consideración. ¡No será tan jodidamente difícil dejar de aterrorizar y torturar a los jóvenes, jóvenes que no solo tendrán un futuro, sino que serán parte de forjar ese futuro!

Existe una estrategia para hacer esta revolución, en un momento poco común en el que una revolución real se ha vuelto más posible debido a la crisis en toda la sociedad, con los gobernantes luchando entre sí. Existe un conocimiento científico para asumir y aplicar en el nuevo comunismo que BA ha desarrollado y en el Club Revolución existen las fuerzas para unirse en ciudades de todo el país.

En este momento, todos los jóvenes que están endurecidos por la cárcel y la calle, por la brutalidad y la desolación de este sistema, necesitan conectarse con BA, y hay que invitarles y luchar con ellos, ferozmente si es necesario, para elevar sus aspiraciones, para captar sus aspiraciones más profundas, su deseo de vivir de una manera diferente, para canalizar su ira y frustración hacia la cosa más significativa que podría haber: una vida que valga la pena vivir para ellos y las generaciones futuras.